¿Bailamos? {James Maslow & Tú}

El brazo ya me duele de tener colgada a mi novia de el las 24 horas del día. La quiero pero lo suyo es una obsesión.
Empiezo a dudar si lo de venir a Nueva York a empezar una nueva vida juntos es buena idea.
Yo buscando trabajo como un muerto de hambre para poder pagar el apartamento que nos hemos comprado y Jennifer saliendo con sus viejos amigos de aquí.
Todos los días volviendo a casa agotado con el maldito traje negro que me compro mi madre y al abrir la puerta del piso me encuentro solo... Hasta que Jenny llega a las tres de la mañana con una borrachera descomunal... Y me sigo encontrando solo.
Nunca pensé que por una simple mirada al cielo encontrara una nueva razón por la que seguir viviendo.

-No es lo que buscamos. Espero nos entienda-desvío la mirada de los ojos negros del jefe de la empresa que me acaba de rechazar para el puesto. Me muerdo la lengua y asiento.
-Por supuesto-miro al suelo un momento y me levanto. Antes de cruzar la puerta de salida del despacho del tío ese alargo el brazo y le tiro de la estantería una planta artificial al suelo. Miro su expresión sorprendida-Gracias por su atención.
Me dirijo hacia el ascensor cuando oigo unos "¡Usted!". Corro al ascensor y justo cuando se va a cerrar entro. La gente me mira con una expresión de sorpresa e inseguridad en el rostro. Me encojo de hombros.
-¿Qué? No me dio el puesto-algunos suspiran.
Seguro les paso lo mismo.
Salgo corriendo del edificio. Al salir me doy cuenta de que son las 19:30 y que esta lloviendo. Saco el paraguas y comienzo a caminar en dirección a casa, pero me lo pienso mejor y voy hacia el lado contrario.
Camino sin rumbo por las calles mojadas y oscuras pero iluminadas por las luces artificiales de Nueva York.
Miro al suelo durante todo el camino a ninguna parte. Hasta que una voz me hace levantar la vista.
-¡Cuidado!
Miro hacia el edificio del que viene esa voz. Una chica ha salido a la terraza.
Es rubia con el pelo ondulado recogido en una coleta con mechones de pelo sueltos, y tiene cara de ángel.
Ella no me ve y se vuelve a meter rápidamente dentro. Me fijo en el cartel que se encuentra más arriba "ToTheSky(Dancing School)".
Miro hacia el camino que debería seguir hasta llegar a un bar y tomarme dos o tres copas, pero no lo hago y entro en ese edificio.
Cierro el paraguas y entro. Hay unas escaleras. Subo por ellas y al llegar arriba veo un gran salón pero no veo a la chica rubia por ninguna parte.
-¿Quieres algo?-miro detrás mío. Es la chica rubia.
-Em...-la chica levanta las cejas un poco esperando mi respuesta. Lleva el pelo suelto y se lo esta secando con una toalla.
-¿Quieres apuntarte a las clases?-dice sonriendo y ayudándome. El borde del iris de sus ojos es oscuro y luego es todo azul celeste-¿Hola?
-Em... Si-digo sin pensar.
-Genial. Ven-la chica deja la toalla en una silla y me lleva hasta una mesa-¿Cómo te llamas?
-James Maslow-la chica empieza a escribir en una hoja.
-¿Has bailado alguna vez?-pregunta mirándome directamente a los ojos.
-No-la chica vuelve a escribir.
-Vale. Las clases son los Miércoles y los viernes, duran una hora y media y son a las 20:00. Y cuestan 30 $ la hora ¿Te parece bien?-levanta la vista a mis ojos.
-Claro. Es perfecto-me sonríe y escribe algo de nuevo.
-Genial. Las clases empiezan hoy dentro de quince minutos. Puedes quedarte por aquí mientras llegan los demás.
-¿Somos muchos?-la chica guarda el papel y me mira de nuevo con una cálida sonrisa.
-No, sois solo cuatro-la chica coge una goma para el pelo de su muñeca y se hace una coleta.
-¿Nos darás clase tu?
-Si. Espero que no sea una decepción para ti-suelta una suave risa.
-No que va. Será un placer-digo con una sonrisa-¿Y como se llama mi profesora de baile?
-Lizbeth Klein-me tiende una mano-Encantada.
-Lo mismo digo-nos damos la mano y sonreímos a la vez.

Lizbeth salió del salón y yo mientras me quede sentado en un banco.
¿Qué estoy haciendo? ¿Me he apuntado a clases de baile por una chica? Y tengo novia.
Oigo unos pasos. Levanto la vista y veo a un chico de mi edad debe ser rubio y alto de ojos verdes. Se sienta al otro lado del banco sin decir nada. Le miro de reojo esta buscando con la mirada algo. Aparece otro chico, moreno, bajo y de pelo negro corto. Se sienta a mi lado.
-Hola-le miro-Soy Carlos.
-James-sonrío.
-Yo Kendall-Carlos y yo miramos al chico rubio.
-Encantado-decimos los tres a la vez.
-Vendrán chicas, ¿no?-pregunta Kendall con la mirada fija en la puerta. Carlos y yo sonreímos.
-A mi me dijo Lizbeth que seríamos cuatro-Kendall me mira con una expresión incrédula.
-¿En serio?-asiento con los labios apretados.
-Si tienes suerte igual aparece una chica por esa puerta y no un tío-Kendall fija la mirada a la puerta con esperanza.
-No creo que aparezca una chica-susurra Carlos.
Yo tampoco lo creo.
Esperamos unos cinco minutos más y Lizbeth aparece de nuevo. Lleva una camiseta blanca ajustada a su cuerpo y unos pantalones negros también ajustados.
-¿Aún no ha llegado?-nos pregunta.
-No. Pero empezamos cuando quieras-miro a Kendall al notar la emergencia en su voz. Se esta comiendo a Lizbeth con la mirada. Frunzo el ceño molesto.
-Esperaremos unos cinco minutos y si no llega empezamos, ¿vale?
-Claro-responde de nuevo Kendall. Suspiro.
-Genial-ya van tres veces que ha dicho esa palabra y con una cálida sonrisa en el rostro. Lizbeth se sienta entre Kendall y Carlos. Bajo la mirada-¿Y cómo es que decidisteis empezar clases de baile?
-Pues...-empieza Carlos-Yo para impresionar a una chica.
-¿Si?-Carlos asiente algo tímido-¿A esa chica le gusta el baile?
-Mucho.
-Que bien-Lizbeth sonríe de nuevo.
-Yo para ligar más-dice Kendall con tono orgulloso. Rodeo los ojos.
-Lo conseguirás seguro-le apoya Lizbeth. Kendall se muerde el labio. Lizbeth me mira-Faltas tu.
-¿Yo?-asiente-Pues... Solamente quería... Distraerme con algo-Lizbeth entrecierra los ojos con una sonrisa sin enseñar los dientes.
-¿Y la razón real?-desvío la mirada.
-Es eso.
-Que mentiroso-dice sonriendo-Si no la quieres decir no la digas tranquilo.
En ese momento oímos unos pasos rápidos.
Miramos los cuatro a la puerta y vemos a un chico blanco de pelo negro correr hacia nosotros.
-Perdón por...-se interrumpe en ese momento al resbalar y caer al suelo.
Kendall, Carlos y yo nos reímos, en cambio Lizbeth se levanta y corre hasta el chico.
-¿Estas bien?-el chico abre los ojos y los dos se quedan mirándose fijamente.
¿Qué les pasa?