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lost days. || the hobbit.
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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lost days. || the hobbit.
- ficha.:
- Ficha de la serie
+ titulo: lost days
+ autor: skywalker, yo. anteriormente ssw, y arwen.
+ adaptación: sí, está inspirada en las películas el hobbit un viaje inesperado y la desolación de smaug. me he leído el libro, pero la película está mas detallada y hay mas acción.
+ género: fantasía, acción, magia, y algo de romance por ahí...
+ contenido: bueno... violencia, no lo niego; algo de morbo por ahí... no es muy fuerte el contenido, pero por si las dudas.
+ advertencias: eh... nada, simplemente que no quiero lectoras fantasma.
+ otras páginas: en potterfics.
lost days. || the hobbit.
«Si ellos pueden luchar, ¿por qué yo no? ¿Acaso no vivo en Tierra Media, al igual que ellos? ¿Acaso no tengo un hogar por el que luchar, como ellos? ¿Acaso no tengo gente a la que amo, como ellos? ¿Entonces? ¿Qué problema hay porque quiera recuperar la tierra que un día quise? ¿No soy tan digna y valiente como vos? Pensad en ello, majestad, pues cuando la verdadera guerra estalle, necesitaréis de vuestra parte a todo ser y criatura que aprecie la paz y quiera recuperar la armonía que antaño reinaba... Y es que esto es mucho mas grande que Smaug e incluso que Erebor...»
Última edición por skywalker. el Dom 06 Jul 2014, 2:01 pm, editado 5 veces
roronoa.
Re: lost days. || the hobbit.
del encuentro con los enanos
Camino lentamente por los bosques, buscando pistas que me indiquen si los huargos han estado husmeando por aquí, pero me resulta mucho mas difícil de lo que creía, ya que nunca logro alcanzar mi meta: orcos. Y es que no es fácil encontrar huellas en simple roca, dejándote guiar por tu olfato y tu sentido...
Y además que si hay huargos, hay orcos, y si hay orcos, se derramará sangre inocente... Silbo fuertemente y a los segundos un majestuoso caballo negro aparece trotando. Es mi fiel compañero de aventuras: Camthalion. Pasa por mi lado, y como sabe nuestra estrategia, no para. Me cojo de su costado y monto encima de él de un salto, ya que lo llevo sin riendas. Le molestan... Empieza a acelerar y es que he oído unos gritos y quejidos.
-Noro lim- le ordeno en un susurro
Camthalion me hace caso y sale volando hacia donde le indico. A escasos metros de mi destino, veo una hoguera, y bajo del caballo. Le digo que se quede detrás de los árboles pastando y que acuda cuando le silbe. Le acaricio la cabeza y me subo encima de un árbol y observo desde las sombras: trolls. Y no están solos, vaya. Hay catorce enanos mas, atados en el interior de unos sacos marrones y maniatados, y parece que cinco de ellos van a ser el almuerzo de los monstruos esos... Pero es que los están cociendo vivos, dándoles vueltas como a un pollo. Un enano se levanta e intenta hablar con los trolls. ¡Vaya, es un hobbit! ¿Qué hará un pequeño hobbit con semejante panda de... enanos?
El mediano le dice al troll que está cometiendo un terrible error, pero el troll que cocina añada mas leña al fuego, haciendo caso omiso de las objeciones del pequeño hobbit. Extiendo una mano, y me concentro en las llamas. En apagarlas, o para que no sospechen, en hacerlas mas pequeñas. Y consigo mi propósito.
-¡No se puede razonar con ellos!- avisa un enano pelirrojo y robusto que está dando vueltas sobre el fuego
-¡Son idiotas!- añade otro a su lado
-¿Y nosotros qué somos?- grita otro moreno con barba y con un gorro
-¿Pero vosotros los habéis olido?- continúa el hobbit- ¡Necesitareis mucho mas que condimentos para quitarles ese olor...!- dice en hobbit. Yo le miro sorprendida, con una sonrisa en el rostro.
-El secreto para cocinar enanos- sigue el hobbit-... es... Es...
-¿Sí? ¡Dinos ya el secreto!- exige un troll, que por lo que he oído se llama Berto.
-¡Sí!, un momento, un momento... El secreto para cocinar enanos es...- hace una mueca, tuerce la cabeza, mirando a los enanos, y mira de nuevo a los trolls- ¡despellejarlos antes!
Yo hago un esfuerzo para no reírme, mientras que escucho las quejas de los enanos:
-¿Qué?
-¡Yo sí que te voy a despellejar!
-¡Traidoor!
-¡Eso es absurdo! Yo me he comido muchos enanos sin despellejar...
-¡Sí!- grita otro. Coge de los pies a un enano pelirrojo y regordete, y lo inclina sobre su boca- Así están crujientitos...
-¡No!- grita el hobbit- Ese no. Tiene lombrices... en... las... tripas- dice, algo dubitativo. El troll, idiota, suelta al enano bruscamente sobre los otros, y cae sobre uno moreno, bastante atractivo, la verdad- ¡Está infectado de parásitos! Yo no me la jugaría ni loco...- niega con la cabeza.
-¿Qué? ¿Ha dicho parásitos?- pregunta un enano de cabellos blancos
-¡Nosotros no tenemos parásitos, tú tienes parásitos!- el hobbit pone una cara de exasperación que incluso llega a ser divertida. Otro enano de ojos azules y aspecto severo le da una leve patada sin apartar los ojos del troll, entonces el moreno descubre por la gracia de Durin que es un plan...
-¡Tengo parásitos- dice el de pelo blanco- más grandes que mi brazo!
-¡No, los míos son mucho mas grandes!- replica de nuevo el moreno atractivo. Yo me río disimuladamente, mordiéndome el dedo índice. Los demás enanos empiezan a darle la razón, montando un alboroto.
-¡Si, estamos fatal!- añade otro que está dando vueltas encima del fuego.
El troll que cocina, que no es tan tonto como el que tiene el pedazo resfriado, no se lo traga y le pregunta al hobbit si espera que se lo crea o algo similar. Entonces coge al enano moreno de los pies, con intención de lanzarlo a las brasas y escucho a uno rubio gritar:
-¡Kili!
Yo, rápidamente, me saco una pequeña daga del cinturón y con un ágil movimiento de muñeca, la lanzo contra la mano del troll, que deja caer bruscamente al enano bajo el árbol donde estoy subida. Doy un salto y piso el suelo firmemente, y me paseo por delante del troll.
-¿Y tú quién eres?- me pregunta uno
-No te concierne en absoluto, troll. Pero bueno, hacía una edad que no veía trolls, de verdad... Y en mi último encuentro con ellos, se quedaron como... de piedra. ¿Me sigues?
-¿Quién es ese?- pregunta el otro troll, mirando hacia atrás. Es un anciano. Un Istar de barba gris y de ropas del mismo color. Yo tenso la comisura de los labios.
-¿Se puede comer?
El anciano rompe la piedra con su bastón, haciendo que los trolls se queden petrificados. Cuando se me aclara la vista por el sol, veo a Gandalf sonriendo y a los enanos sonriendole de vuelta y vitoreándole.
Gandalf ayuda a bajar a los enanos de la hoguera, mientras que yo desato los sacos y ayudo a otros enanos. Cuando he liberado a uno fornido y pelirrojo, me dirijo a otro, el que tiene una expresión severa en la cara. Intento cortar el saco, pero rechaza la ayuda.
-Como deseéis- le sonrío levemente
Hago una ligera inclinación de cabeza y me voy. Veo al enano que han estrellado contra mi árbol, que casualmente es el moreno atractivo, y voy hacia él.
-¿Necesitáis ayuda?- le pregunto, mirándole. Para de sacudirse en el saco, intentando salir y me mira, algo embobado. Asiente con la cabeza y le sonrío.
Apoyo una rodilla en el suelo y saco una daga del bolsillo y corto el nudo del saco. Me pongo en pie, y le ofrezco la mano para que se levante. Acepta la mano, pero veo que apoya mal el pie y hace una mueca de dolor.
-Sentaos- le pido. Me agacho de nuevo y echo un vistazo rápido a su tobillo-. Lo tenéis torcido y algo hinchado, no es nada.
Saco una venda del cinturón y empiezo a buscar una planta con la mirada. La planta, extendida por la zona donde te has dado el golpe, te da una sensación de frío y alivia el hinchazón. La localizo y voy hacia ella a cogerla.
-Por cierto- le digo-, ¿cuál es vuestro nombre?
-Kíli- me dice sonriendo-, a vuestro servicio.
-Kíli...- repito mientras aplasto un poco la planta con las manos- Ah, me llamo Amidala, llamadme Dalla, todo el mundo lo hace. Al vuestro- respondo.
Me meto la planta en la boca para machacarla. Después la extiendo por la venda, y se la pongo al enano, atándola bien fuerte, lo que hace que suelte un gemido de dolor. Me disculpo, y me levanto.
-Notaréis que está algo frío. Probad a caminar- le digo con una sonrisa amable
-Está bien- dice después de dar un par de pasos. Me doy cuenta de que le sangra un poco la ceja y saco un pañuelo blanco con mi nombre del bolsillo del chaleco y le limpio un poco la parte superior de la herida y la sangre del costado.
-Os sangra un poco la ceja- coge el pañuelo y me mira agradecido-. Vamos, el resto de vuestra compañía aguarda- me doy la vuelta y caminamos hacia donde están Gandalf y los enanos.
-Bravo, hobbit- le felicito mirándole y sonriendo-. Has estado brillante.
-Gra... Gracias. ¿Sois una elfa?- pregunta inclinando la cabeza un poco
-Dalla, a vuestro servicio- hago una leve reverencia, sonriendo.
-Oh, Bilbo Bolsón, al vuestro- me devuelve el saludo. Miro al resto de la compañía y sonrío alegremente.
-Gandalf. Cuán de tiempo- nos saludamos, estrechándonos la mano, como viejos amigos
-Me alegro de verte después de tanto tiempo, Enelya- me contesta
-Y yo a ti, de verdad- sonrío ampliamente. Miro al resto de enanos, y Gandalf me los presenta: Kíli, al que ya conozco; a Fili, su hermano, después están Dwalin y Balin; Ori, Dori, Nori, Óin, Glóin, Bofur, Bifur y Bombur. Y el líder de la compañía: Thorin Escudo de Roble.
-A vuestro servicio- comento. Silbo durante un par de segundos y mi precioso caballo llega trotando y se coloca a mi lado-. Bueno, señores, ha sido todo un honor. No debo seguir entreteniéndoos, así que me marcho ya.
Cuando estoy a punto de subir al caballo, la voz de Kili me detiene:
-Amidala. Vuestro pañuelo- me lo tiende
-Es vuestro. Un pequeño regalo para recordar nuestro pequeño encuentro- pongo mi mano sobre la suya y la cierro alrededor del pañuelo-. Vos lo necesitáis mas que yo, a parte- bromeo, mirando su ceja, que aún sangra un poco.
Subo a lomos de Camthalion, y vuelvo la mirada sobre los enanos.
-¿Os volveré a ver?- pregunta Kíli.
-Estoy segura de que sí. Ah, y si alguna vez pasáis por Rivendell, preguntad por la dama Enelya- bufo, apartándome un mechón moreno de la cara-. Hasta pronto, señores enanos. Ha sido un placer poder ayudarles. Ah, y suerte, sea cual sea vuestra misión.
Dirijo una última mirada a la compañía y tiro de las riendas, guiando a Cam fuera del bosque, cabalgando rumbo a Rivendell, aún con la sonrisa de ese enano grabada en mi mente.
Última edición por skywalker. el Lun 07 Jul 2014, 7:48 am, editado 1 vez
roronoa.
Re: lost days. || the hobbit.
omf, omf, omf, un fic de kili yo tenía uno pero después lo abandoné por idiota :c amé el capítulo y la sinopsis, srsly amo a kili, lloré como una loca por su muerte btw soy ann a su servicio, ah. 13 años, méxico. espero la sigas pronto bc amé tu idea e historia. besos, linda<33.
tobias.
Re: lost days. || the hobbit.
ts, ann, sé de sobra quién eres, y tú también sabes quién soy, que yo lo sé why? ¿por qué lo abandonaste? okay, ya. ay, yo también amo a kili. y a thorin. thorin mola okay, soy sara -recuérdame-. btw no me llames sara o te mato, y soy stark, al vuestro. la seguiré muy pronto. abrazos psicológicos <3tobias. escribió:omf, omf, omf, un fic de kili yo tenía uno pero después lo abandoné por idiota :c amé el capítulo y la sinopsis, srsly amo a kili, lloré como una loca por su muerte btw soy ann a su servicio, ah. 13 años, méxico. espero la sigas pronto bc amé tu idea e historia. besos, linda<33.
roronoa.
Re: lost days. || the hobbit.
del ataque de los orcos y el rescate de los elfos.
-¿"Os volveré a ver"? ¿Enserio?- preguntó Fili a su hermano pequeño, burlón
-Oh, cállate...- dijo sonriendo y pasando por delante de él para ponerse en marcha.
-Gandalf- exclamó Thorin-, ¿la conoces? A la elfa, digo
-Sí, tuvimos un pequeño encuentro hace muchos, muchos años en Rivendell. Ella siempre ha sido muy aventurera, y en uno de sus viajes resultó herida y volvió desde Gondor, enferma.
-¿Qué le sucedió exactamente?- preguntó Bilbo, curioso
-Eso, mi amigo, no debo contároslo yo, si no ella, si la volvemos a ver. Pongámonos en marcha.
Ya muy lejos de allí, a varias millas, Amidala cabalgaba de vuelta a Rivendell, pensando aún en esos enanos y en cuál sería su misión. No se veía muy a menudo a una compañía de enanos paseando por los alrededores de Imladris. Se preguntaba de si haber sabido su propósito, le habrían permitido acompañarles, aunque en el fondo sabía que no, pues conocía sobre la terqueza de los enanos. Centró sus pensamientos en un enano e concreto: Thorin. No sabía exactamente por qué pero se le hacía muy conocida su cara. Sabía que lo había visto antes, hacía quizá muchísimos años atrás, antes de su accidente, y por eso no lo recordaba. Sobre eso solo se podía acordar de que salió de viaje desde Rohan hacia Gondor y una manada de huargos y orcos le atacaron por el camino. Se defendió como pudo, pero habían demasiados y tuvo que huir. Llegó hasta una aldea y unos hombres le acogieron en su casa durante un tiempo. Hasta ahí todo lo recordaba, pero los últimos diecisiete años estaban muy borrosos para ella. Había tratado de sacarle información fuera como fuera a Lord Elrond, pero este siempre que le preguntaba, cambiaba rápidamente de tema, o le contestaba con enigmas y metáforas.
Llegó a los establos de Rivendell y dejó a su caballo cerca del lago donde siempre iba a nadar o a darse un baño rápido. Le dio un beso a Camthalion y le dejó descansar. Subió hasta su habitación y cogió un vestido azul pálido y una toalla. Volvió al lago, deseosa por limpiarse y echar una larga siesta. Llevaba persiguiendo a los lobos durante tres días y dos noches, sin descanso apenas, nada mas que para comer. Se despojó de toda su ropa excepto de la camisa y se metió en el agua. Dio un par de vueltas a nado por el lago antes de parar y lavarse el pelo y la piel, limpiarse los moretones y quitarse la sangre de las heridas.
Cuando consideró que estaba bien limpia salió del agua, se secó y se puso su vestido. Caminó de nuevo a su cuarto mientras que por el camino se secaba el pelo. Entró en sus aposentos, cerró la puerta y se acostó a dormir unas horitas.
Se despertó por culpa de unos golpes en la puerta. Se fregó los ojos antes de reincorporarse y fue a abrir la puerta
-¿Sí?- preguntó algo adormecida
-Mi señora, Lord Elrond requiere vuestra presencia. Se encuentra en el salón.
-Bien, ¿sabéis cuánto tiempo he dormido mas o menos?
-Llegasteis a la madrugada, estará a punto de caer la noche.
-Oh, gracias- sonrió ella, deslumbrando un tanto al elfo. Hizo una reverencia y se retiró de allí. Ella giró, encontrándose con su "tío" poniéndese una armadura elfa y sonriéndole-. ¿Vas a algún sitio?
-Enelya, ¿qué tal la caza?- preguntó un tanto bromista
-¿Tú que crees?- respondió irónica, enarcando una ceja.
-Que no muy bien, ya que han visto a los huargos y a los orcos campando a sus anchas por los límites del valle de Imladris.
-Tenemos que hacerles retroceder, entonces, ¿no?- sonrió ella pícaramente
-¿Vienes con nosotros? A no ser que estés muy cansada...
-¿Cansada? ¿Yo? ¿Cuándo?
-Me alegro, entonces- sonrió Lord Elrond-. ¿Nos alcanzas en el gran camino del Este?
-Allí estaré, a tiempo para rebanar algunas cabezas- bromeó ella, dándose media vuelta para ir a cambiarse de ropa
-¡No llegues tarde!- gritó su tío
-¡Nunca!
Salió corriendo hacia su habitación y se puso una armadura plateada en la parte del pecho, unas mallas marrones rojizas y unas botas del mismo color. Antes de abandonar la habitación se recogió el pelo como esa mañana, en una coleta alta y cogió su espada doble con el mando rojo, a la cual había llamado Alatáriël, que significaba "leal", ya que aquella espada le había hecho ganar numerosas batallas. Corrió al establo y acarició a su caballo.
-¿Qué tal, chico? ¿Listo para otra aventura?- preguntó contenta. Camthalion relinchó y se puso en posición para que Dalla saltara encima de él- ¡Así me gusta chaval! Rápido, no querremos llegar tarde, ¿no?
Y salieron corriendo de nuevo fuera de Rivendell, como tres días atrás.
Los orcos, montados a lomos de huargos, mientras tanto, perseguían a un Istar de no mas de un metro sesenta y cinco de alto, montado en un trineo tirado por conejos bastante grandes. Por otro lado, trece enanos, un hobbit y otro mago mas alto corrían cultándose tres las grandes rocas grises. Radagast el Pardo daba vueltas, mareando a los huargos alrededor de las grandes piedras y yendo por detrás de los pinos, pero eso no impedía que se cruzaran con la Compañía.
-Ori, no- Thorin jaló al enano rápidamente, antes que diera un paso en falso y descubriera su posición
-¡Rápido, rápido, deprisa!- indicó entonces Gandalf, señalando hacia el lado contrario
-¿A dónde nos llevas?- preguntó Thorin, desconfiado. Gandalf le miró sin darle respuesta alguna, y echó a correr detrás del resto de los enanos. El enano, resignado, le siguió, mientras que a varios metros de allá, Radagast aceleraba para que los huargos no le hicieran picadillo. Un orco olió algo extraño y se paró, mirando donde los enanos estaban escondidos, y se acercó hasta una roca justo encima de ellos. Thorin miró a Kili, que tenía el arco en la mano y asintió. Su sobrino lo entendió y sacó una flecha del carcaj, y rápidamente disparó a la pata del huargo, y después en el pecho del orco, haciendo que este cayera de la roca y el lobo gimiera de dolor. Este sonido alarmó al resto de su especie. Dwalin propinó un hachazo en el cuello al huargo, y Bifur y Kili ayudaron a matar al orco, pero sus gritos hizo entender a los otros orcos que la "escoria enana" estaba allá.
Aullaron fuertemente los lobos, y Gandalf vio que se acercaban hacia ellos de nuevo. Bilbo miró asustado hacia esa dirección.
-¡Vamos!- gritó entonces- ¡Deprisa!
Salió corriendo, y los enanos le siguieron, corriendo por el prado y por unas montañas.
-¡Ahí están!- anunció Glóin, señalando al norte
-¡Por aquí, rápido!- ordenó el mago. Y ellos no perdieron tiempo. Pasaron por delante de unos pinos y se intentaron ocultar tras ellos.
-¡Vienen más!- gritó Kili a lo lejos, mirando a su tío.
-¡Kili, dispárales!- ordenó a su sobrino.
Gandalf se giró y vio una cueva oculta bajo una roca, y se dirigió a ella.
-¡Nos rodean!- anunció Fili. Kili disparó al cuello de un orco, dando un golpe certero y matándolo.
-¿Y Gandalf? ¡¿Y Gandalf?!- preguntó gritando Fili
-¡Nos ha abandonado!- exageró otro enano.
-¡No cedáis!- bramó Thorin, con voz potente
-¡Hay demasiados!- se escuchó decir a Óin. Gandalf salió de la cueva y gritó:
-¡Por aquí, insensatos!
Thorin se giró hacia él, y ordenó a los enanos retirarse: -¡Vamos! ¡Rápido, todos!-. Bofur fue el primero en saltar, seguido de Bilbo, Balin, Dwalin, Fili, Dori, Ori, Bifur, Nori...
-Ocho, nueve, diez...- contaba Gandalf.
-¡Kili! ¡Corre!- gritó Thorin. El enano moreno estaba disparando a los orcos que osaban acercarse, pero dio media vuelta y echó a correr cuando su tío le llamó. Un huargo le perseguía, pisándole los talones, pero le dio tiempo a saltar en la cueva, seguido de su tío. Entonces escucharon un cuerno. Y no era justamente de los orcos.
Era Amidala. Lanzó una flecha que le atravesó la cabeza a un orco, y seguido los demás elfos atacaron también. Los enanos miraban hacia afuera mientras que los sonidos de flechas y espadazos retumbaban. Amidala había sacado su espada de doble filo, y mataba a todos los orcos y huargos que se le acercaban. Lanzó una flecha contra un orco cerca de la cueva, y este cayó rodando. Thorin cogió la flecha y murmuró asqueado:
-Elfos...
-¡No veo a dónde lleva este camino! ¿Lo seguimos o no?- preguntó entonces Dwalin
-¡Lo seguimos, cómo no!- contestó apresuradamente Bofur, yendo detrás de él.
-Creo que es lo mas sensato...- comentó Gandalf siguiendo al tropel enano.
Quedaban dos huargos, así que salieron huyendo, y Amidala trató de salir detrás de ellos y averiguar sus planes, pero su tío se lo impidió:
-¡No! Por ahora déjalos marchar.
-Maldita sea...
-Si regresan, son tuyos- sonrió entonces
-¡Hecho! ¡Nos vemos en casa!- gritó.
Lord Elrond dio la orden de volver, y los elfos le hicieron caso. Amidala se quedó la última, mirando por donde se habían ido los orcos, vigilando que no volvieran. Cuando estuvo segura de que no había movimiento algun, siguió a su gente de vuelta a Rivendell.
Los enanos, mientras tanto, seguían el estrecho camino de piedra, sin saber dónde conducía. El único que tenía conocimiento sobre su objetivo era Gandalf: su plan era visitar a Lord Elrond, ya que sabía que él podría ayudarles a descifrar parte del mapa de Thrór. Pasaron por encima de una pequeñísima cascada y ante sus ojos se extendió el maravilloso valle de los elfos.
-El valle de Imladris- anunció Mithrandir-, conocido en la lengua común con otro nombre
-Rivendell...- murmuró Bilbo encantado
-Aquí está la última morada al este del mar.
Thorin se giró para encarar a Gandalf, furioso:- ¿Ése era tu plan, verdad? ¿Buscar refugio junto al enemigo?
-Aquí no hay enemigo alguno, Thorin. La única enemistad que encontrarás en este valle será la que lleves contigo.
-¿Crees que los elfos bendecirán nuestra misión?- preguntó mirándole desafiante. Relajó la expresión y añadió:- Intentarán impedirla...
-¡Claro que sí! Pero tenemos preguntas que necesitan una respuesta- Thorin suspiró, bajando la cabeza-. Si queremos obtenerlas, hay que tratarlos con tacto y respeto. Y con no menos magia, por lo cuál dejarás que sea yo quien hable.
La Compañía cruzó el puente que conectaba Rivendell con el estrecho de piedra. Aunque no lo quisieran admitir, los enanos consideraban Imladris un sitio bastante bello. Bilbo observaba maravillado cada rincón del valle. Llegaron al centro de una plaza, que estaba delante de las escaleras de palacio y dos elfos montaban guardia allá.
Thorin y Dwalin miraban recelosos a todas partes. Un elfo bajaba majestuosamente las escaleras y pronunció alegremente:
-¡Mithrandir!
-¡Ah... Lindir!- respondió de igual manera
-Hay que estar alerta- murmuró Thorin a Dwalin
-Escuché que habíais cruzado el valle- dijo el elfo en Sindarin
-Debo hablar con Elrond.- pidió Gandalf
-Mi señor Elrond no está aquí- respondió Lindir
-No está aquí...- repitió Gandalf mirando al palacio- ¿Y dónde está?
Se escuchó un cuerno elfo y Gandalf miró al elfo, como diciéndole que no hacía falta que contestara. Los enanos hicieron un círculo y metieron a Bilbo en el medio, poniéndose en posición ofensiva tras escuchar un grito en el idioma de los enanos (khazâd) por parte de Thorin. Los elfos llegaron montados en caballos, y rodearon a los enanos.
-Gandalf- saludó un elfo amigablemente al mago
-Elrond- respondió sonriente-. Amigo mío!- dijo en sindarin-, ¿dónde has estado?
-Hemos perseguido a una manada de orcos que vinieron desde el Sud. Matamos a varios en el Paso Oculto- bajó del caballo y abrazó a Gandalf-. Es raro que se acerquen tanto a nuestras fronteras. Algo... o alguien ha debido atraerlos- dijo de forma indirecta
-Oh, quizá hemos sido nosotros- respondió. Y miraron a los enanos
-Bienvenido Thorin, hijo de Thráin.
-Creo que no nos conocemos- dijo el enano, con falsa calma
-Tienes el porte de tu abuelo... Conocí a Thrór cuando era Rey Bajo la Montaña...
-Él nunca te mencionó- dijo Thorin, suspicaz. Lord Elrond dijo unas palabras en sindarin, que Glóin no interpretó demasiado bien, ya que levantó el hacha amenazante, y preguntó:
-¿Qué está diciendo? ¿Acaso nos brinda insultos?
-No, señor Glóin, nos brinda comida- resaltó la última palabra.
Los enanos hicieron un par de corrillos para comentar a susurros:
-Está bien. En ese caso te seguimos- anunció de nuevo el enano pelirrojo.
No dieron ni un paso cuando otro trote les hizo girarse. Una elfa de cabellos azabaches ondulados y ojos verdes pasó el puente y miró a los enanos uno a uno desde su caballo. Bajó de un salto de este y sonrió enarcando una ceja.
-Vaya... Cuando dije que nos veríamos pronto no me imaginaba que fuera tan, tan pronto...- murmuró divertida- De todos modos me alegro de ver que todos estáis de una sola pieza.
Uno de los enanos dio un paso hacia delante y sonrió. Ella le sonrió de vuelta.
-Amidala- saludó, inclinando la cabeza
-Kíli- le imitó y se volvieron a sonreir-, sois mas que bienvenido- murmuró contenta.
roronoa.
Re: lost days. || the hobbit.
amé el cap bc esa chica me cae muy bien. a distancia se nota que se mueren uno por el otro bc kili saludándola como si fueran best friends forever y la elfa diciéndole que es bienvenido, ah. demasiado amor para mí(?). la que me cae mal es tauriel bc ella no existe en el libro y kili sí va con los enanos a erebor y la pendeja esa lo arruina.l. la odio, maldita evangeline. síguela plz. bai.
tobias.
Re: lost days. || the hobbit.
tobias. escribió:amé el cap bc esa chica me cae muy bien. a distancia se nota que se mueren uno por el otro bc kili saludándola como si fueran best friends forever y la elfa diciéndole que es bienvenido, ah. demasiado amor para mí(?). la que me cae mal es tauriel bc ella no existe en el libro y kili sí va con los enanos a erebor y la pendeja esa lo arruina.l. la odio, maldita evangeline. síguela plz. bai.
pfpfpf... qué va, pero aunque te caiga bien, en unos capítulos mas vas a desear con todas tus fuezas matarla bc es una estúpida. ts, se aman. no, no se si habrá mucho mas amor. lo que si que hay es acción y comedia en el próximo capítulo que subiré en un momento. pf. a mi tauriel me cae bien bc hacía falta un personaje femenino en la trilogía. a mi me cae bien no va a ser un estorbo en el fic, ah. evangeline me gusta también. la jodida está buena (? bueno, ya la sigo. bai <3
roronoa.
Re: lost days. || the hobbit.
de la estancia de los enanos en Imladris.
-Pruébalo- le dice Dori a Ori-, solo un poquito...
-No me gusta comer verde- responde con su voz de pito. Me encanta su voz, siendo sinceros...
-¿Y la carne?- pregunta Dwalin, tirando la ensalada de vuelta al bol
-¿No tienen patatas fritas?- vuelve a preguntar Ori
-Si queréis que os sea sincera- respondo yo, acomodándome al lado de Kili-, a mi tampoco me entusiasma comer... verde- sonrío.
-¿A una elfa no le gusta comer verde?- pregunta Fili
-Me he acostumbrado a comer lo que cazo, que normalmente es carne...
Miro a Kili, pero él ya no nos está prestando atención: está mirando coquetamente a la elfa que está tocando el arpa (y ella también le mira). Yo alzo una ceja, seria. Kili le guiña un ojo, y después sonríe enarcando ambas cejas. Veo que Dwalin le está mirando peor que yo, y entonces se da cuenta de nuestras furiosas miradas. Coge aire, y desvía la mirada:
-No me gustan las muchachas elfas- niega con la cabeza-. Son delgadas, tienen los pómulos marcados y la piel blanca- mira hacia arriba, y después le dice a Bofur, que escucha atentamente-. Les falta bello facial. Aunque- hace una mueca rara y exagerada, y señala con el mentón hacia detrás- esta no está nada mal...
Yo me atraganto con mi propia risa, intentando extinguirla. Mira hacia atrás y Dwalin le mira serio, pero con una pizca de humor.
-Eso no es una elfa- recalca la primera palabra.
Miramos de nuevo hacia atrás, y vemos que es un muchacho. Me mira y le sonrío. Dwalin niega con la cabeza, mientras que le guiña un ojo a Kili y se ríe junto a Bofur. Kili mira avergonzado y me mira abriendo la boca, como si fuera a decir algo, pero no le salen las palabras, y solo hace que me ría mas. Los demás enanos nos acompañan en las risas, y Kili, rojo como un tomate, asiente cabizbajo.
-Qué risa...- murmura. Me da un poco de pena, pero estoy demasiado ocupada riéndome de él como para prestar atención a otra cosa.
-¿Así que nos falta bello, eh?- bromeo, intentando controlar mi risa
-Ya está bien, dejadlo ya- se queja.
Yo le acaricio dulcemente el hombro y le sonrío:- Lo siento por reírme, pero es que, admítelo, ha sido un poco ridículo...
-Puede que un poco- responde con una sonrisa ladeada, dejando de lado su terquez.
-Yo no me molestaría- oigo la voz de Balin y levanto la mirada. Le está hablando a Bilbo-: Los nombres de las espadas hacen alusión a gestas de guerra
-¿Insinúas que mi espada... no ha conocido batalla?- pregunta frunciendo el ceño
-Ni siquiera diría que es una espada, parece mas bien un abre cartas...
-Toca otra cosa, por favor- le dice Nori a la elfa de antes-. Ni que fuera esto un entierro...
-¿Ha muerto alguien?- pregunta entonces Oin, que está un poco sordo
-A ver chicos, esto tiene remedio- anuncia Bofur. Se levanta del asiento y se sube encima de un tronco entre las dos mesas y empieza a cantar una canción bastante mas alegre que la de los elfos. Los enanos le corean, dan palmas y se ríen, mientras que Gandalf mira hacia otro lado, avergonzado y Elrond ve la comida que lanzan los enanos por los aires, volar. Yo me río y aplaudo. Además de que Bifur acompaña la canción con el sonido de las cucharas contra el plato. Se ve que siempre que cantan esta canción les lleva a una pelea de comida...
Kili coge un puñado de puré (o lo que fuera eso) y lo lanza al lado de Lindir, que mira el puré algo sorprendido, por no decir asustado.
-¿Y dónde decíais que está Thorin?- pregunto
-Está reuniéndose con Gandalf, Balin, Bilbo y Elrond para no se qué- responde Kili, que está detrás de mi, fumando de su pipa
-Gracias por tu extensa y detallada explicación. Has aclarado todas y cada una de mis dudas...- le digo irónica, arqueando las cejas. Me siento enfrente de los enanos en la fogata y veo que Bombur, que está bolita, está subido encima de una mesa de madera que no parece muy resistente. Bofur le llama y le lanza una salchicha que estaba cocinando, haciendo que el enano caiga por culpa de la mesa y el peso sobrante que ha añadido en ella. Yo me río y miro de nuevo a todos los enanos. Kili viene y se sienta con su hermano, también enfrente de mi.
-Con que Erebor, ¿eh?- pregunto enarcando una ceja.
Ellos se miran, algo temorosos. Se juntan y cuchichean entre ellos, mientras que yo pongo los ojos en blanco.
-¿Cómo lo has sabido...?- pregunta Gloin
-Es muy obvio. Los descendientes de la Casa de Durin tan lejos de las Montañas Azules, con esas pintas que llevabais, un mediano y un mago, ¿quién no iba a suponerlo? Además: no sois los únicos que se han dado cuanta de ciertos... hechos. Los pájaros están volviendo a la montaña, cuando en unos 60 años que han pasado no se ha detectado vida allá... Es obvio- repito, haciendo una mueca.
-¿Vas a... intentar retenernos, o similar?- pregunta entonces Kili, receloso. Le miro ofendida, seria y con el ceño fruncido.
-¿Queréis que os retenga? No sé, por ir chillando ya, o algo- digo sarcástica-. No os pensaba retener de todos modos- me encojo de hombros-. Es mas: me parece bien que vayáis a reclamar (o a intentarlo) lo que os pertenece por derecho.
Ellos me miran como si estuviera loca, pero no entiendo qué hay de raro. Esos prejuicios que tienen los enanos contra los elfos, y viceversa, me parecen de niños pequeños, inmaduros y estúpidos.
-Se sobre los elfos del Bosque Negro, y demás, y me parece inmoral, de verdad. Estoy segura de que si nosotros, los elfos, hubiéramos estado en semejante peligro, vosotros nos habríais ayudado, ¿verdad?
Los enanos se miraron entre ellos, dubitativos. Ella enarcó una ceja.
-He hecho una pregunta: ¿verdad?- repito esta vez con una expresión indescriptible
-Sí, sí, sí- contestan todos los enanos
-Por supuesto...
-Sin duda...
Río melódicamente, y les sonrío. Me levanto y sacudo mi vestido. Les miro de nuevo y hago una mueca. Ellos partirían antes del amanecer, y yo les echaría de menos cuando no estuviesen. Uno se acostumbra a la alegría de los enanos, y la verdad es que se contagia con facilidad. Rivendell va a ser un lugar muy aburrido cuando ellos se marchen...
-Cuando recuperéis la Montaña Solitaria, y matéis a la bestia, quizá iré algún día a visitaros. Sería todo un verdadero honor poder contemplar de nuevo los salones de Erebor con mis propios ojos- comento sonriendo de medio lado
-¿También habéis estado en la montaña?- pregunta Fili.
-Sí, cuando el abuelo de Thorin era rey bajo la montaña y él era solo un niño, por decirlo así, visité la montaña con...- hago una pausa, recordando cosas que no sabía que tenía conocimiento sobre ellas- Con el Rey de los Elfos silvanos, Thranduil. Quizá no lo sabéis, pero no soy de Imladris, soy del Bosque- miro hacia el horizonte, y suspiro-. He de partir ya hacia el Este
-¿Que a dónde te diriges?- pregunta Ori
-Quizá vuelva a Gondor, o a Lórien, o simplemente vague de aquí para allá como llevo haciendo desde hace cuarenta años. O puede que visite a mis parientes del Oeste. Un año no es nada en la vida de un elfo...
-¿Te vas ya?- me pregunta Kili. Yo asiento levemente
-Sí, tengo mucho camino que recorrer si quiero cazar algún orco por el camino al Bosque Negro. De verdad: ha sido un honor haber podido conoceros y compartir algún que otro momento con vosotros. Nos volveremos a ver pronto, no creo que tan tan pronto como de un día para otro- bromeo-, pero muy pronto. Hasta entonces, me despido. Decidle de mi parte a Mithrandir que me he alegrado de verle, y al hobbit que ha sido todo un honor. Ah, y a Thorin... simplemente decidle que le deseo buena suerte en esta misión. ¡Adiós!
Me coloco la capucha por encima, y me giro, yéndome rápidamente a los establos del lago a por mi caballo. Haciendo un gran esfuerzo para no volverme y quedarme un rato mas con los enanos, monto encima de Cam, y me voy, rumbo al Oeste, hacia donde mi vista no pueda alcanzar...
roronoa.
Re: lost days. || the hobbit.
del orco y el descubrimiendo de Amidala.
Caminaba lentamente, ocultándose tras árboles y subiéndose en ellos para que sus enemigos no la descubrieran mientras que los espiaba e intentaba descubrir tras qué o quién iban, pues durante ese tiempo que había estado cazando orcos, había descubierto que le seguían el rastro a alguien, y no se iba a ir del campamento sin esa información. No había demasiados orcos, apenas seis o siete, y entre lo torpes e idiotas que eran, y el poco número de enemigos al que se enfrentaba, la partida estaba ganada. Su único temor era ese par de huargos haciendo vigilancia, tendría que encontrar un modo para distraerlos. Subió a la copa de un pino y desde ahí espió a los orcos durante un buen rato, fijándose en sus movimientos, y en las expresiones, para descifrar algo. Cualquier mero detalle era importante. El orco mas robusto subió encima de su huargo y se fue. Ella supuso que a informar al líder, que exactamente no sabía quién era.
Cuando se le ocurrió un plan para poder deshacerse de los lobos, lo puso en marcha al momento: bajó del árbol de un salto y cogió una piedra. La lanzó en su mano un par de veces, se asomó y la lanzó contra otro árbol lejos de allí. Dio justo en medio, haciendo que los orcos y los huargos miraran en esa dirección. Los orcos dijeron algo en su idioma, y fueron hacia el árbol, pensando que quizá habría alguien o algo detrás.
Ella, aprovechando el despiste de uno de los orcos, lo mató atravesándole por la espalda con una daga. Dejó su cuerpo en el suelo y volvió a esconderse detrás de un pino bajito, pero robusto. Los orcos volvieron y se encontraron a su compañero muerto, y se echaron la culpa entre ellos. Mientras tanto, ella cogía su arco y su carcaj y disparaba desde un pino alto a los orcos. Mató a uno que estaba a varios metros de un golpe certero en el cuello, y al otro en la cabeza. Solo quedaban dos orcos y un huargo.
Estaban asustados, con la espada a mano y mirando hacia todos lados. El huergo estaba en pie, gruñendo. Ella se acercó lentamente por detrás y desenvainó su espada de doble filo, su preferida. La movió de un lado para el otro, dándole vueltas y le arrancó la cabeza a uno de los orcos. El otro intentó huir en su lobo, pero le fue imposible: la elfa lanzó una daga a su pierna. Se puso en posición de combate, pues aún quedaba un huargo en pie. Este se lanzó a por ella, pero su lanzó al suelo y esquivó al huargo rodando por el suelo. De un salto se puso de pie. El lobo atacó de nuevo, tirándose encima de ella. Se cayó de espaldas, y puso su espada en el cuello del lobo, que seguía intentando morderle. Como pudo giró su arma, clavándola en el cuello del lobo y matándolo. Se sacó como pudo de encima al animal y le atravesó un par de veces mas, por si las dudas. Se quitó la sangre de la cara y limpió su arma y fue donde estaba el orco. Le quitó la daga de la pierna, y le cogió de la cabeza, poniéndole un arma en el cuello mientras estaba de rodillas.
-Dime, orco, ¿qué tramáis?- preguntó ella con voz fría y amenazante
El orco soltó unos insultos en su idioma y ella, rápida, le hizo un corte en la cara y volvió a poner el cuchillo en su cuello.
-En mi idioma, maldita rata. ¡Habla, no me obligues a tener que matarte!
-Así que... ¿lo has descubierto?- preguntó con su voz fría y repugnante
-¿Descubrir qué?- le dijo mirándole mal, pero curiosa
-Azog. Va tras esa escoria de los enanos... Eso no es lo único nuevo- se rió-, pero eso tú ya debes de saberlo.
-¡Los enigmas no van a salvarte la vida, orco, así que desembucha!
-Oh, entonces es que ese elfo no te lo ha contado, ¿eh?- preguntó riéndose mas y como un poseso. Ella le miró confundida- Tus pérdidas de memoria y un humano, Gondor, Rohan... ¿recuerdas?- sonrió maliciosamente
Ella miró al horizonte, paralizada. Unos recuerdos se clavaban a su mente como dagas afiladas. En su recuerdo aparecía un humano y él estaba corriendo detrás de ella por un enorme palacio blanco...
-¡No podrás alcanzarme!- le gritó la elfa al chico, girándose hacia él.
-¿Por qué estás tan segura?- preguntó, jadeando- ¡Soy mas rápido que tú, y lo sabes!
-¡Qué va!- sonrió frunciendo el ceño. Incluso así se ve bella, pensó el chico.
Siguieron corriendo y bajaron por unas escaleras hasta llegar a un portón de madera, grande y alto. Ella se paró allí, y apoyó la espalda en él. A los segundos llegó el humano jadeando, y le sonrió antes de decir:
-¡Te pillé!- poniendo un brazo a cada lado de ella en la pared. Ella rió y le miró sonriendo- Ahora no te me vas a escapar, pequeña elfa...
Lentamente acercó los labios a los de la chica, y se dieron un corto, pero lindo beso. Se separaron y juntaron las frentes con los ojos cerrados
-Sé mi esposa...- le pidió en un susurro
-¿Qué? ¿Bromeas, cierto, Ellya? Solo tienes 19 años, te queda mucho por vivir y ver, no puedes atarte a mi de esa manera...
-Y quiero vivir lo que me queda a tu lado. Y lo sabes.- con eso daba la queja por finalizada. Ella lo supo, así que no discutió mas y le dio un pico:
-En ese caso... Sí. Quiero ser tu esposa- le dijo antes de volver a atacar su boca dulcemente.
Salió de su trance, y furiosa, le cortó la cabeza al orco de un movimiento de muñeca. No se había sentido jamás tan colérica. Sentía que el corazón le iba a mil por hora y que no iba a dejar de latirle de esa manera hasta que resolviera las dudas que tenía y le atormentaban. Llamó a Camthalion y subió encima de él. Cabalgó veloz hacia Imladris. Suponía que Elrond ya habría acabado de hablar con la dama Galadriel, Saruman y Gandalf... Le daba lo mismo, en realidad. En ese momento estaba demasiado colérica como para pensar con claridad
roronoa.
Re: lost days. || the hobbit.
ya leí el penúltimo cap, me había dado paja ;-; así que perdón por no comentar :jum: amo tu fic, srsly el hobbit me gusta mucho y me tendrás acosándote mucho tiempo más lol. después leo el último, bc paja. amo a kili y a los enanos, rulean. ah. y luego el perreo intenso en la mesa me reí mucho. prometo comentar mañana el otro capítulo c:
tobias.
Re: lost days. || the hobbit.
tobias. escribió:ya leí el penúltimo cap, me había dado paja ;-; así que perdón por no comentar :jum: amo tu fic, srsly el hobbit me gusta mucho y me tendrás acosándote mucho tiempo más lol. después leo el último, bc paja. amo a kili y a los enanos, rulean. ah. y luego el perreo intenso en la mesa me reí mucho. prometo comentar mañana el otro capítulo c:
no importa, espero que te haya gustado el capítulo. sí, ¿viste el pequeño trailer que sacaron ayer? ¡me dio una crisis nerviosa al terminar de verlo! lmao. sí, bueno, cuando quieras JAJA. yo actualizaré pronto. los enanos, pfff, malditos y sensuales enanos... sí, por el amor de durin, puto kili... bueno, nos leemos.
roronoa.
Re: lost days. || the hobbit.
del consejo de Lord Elrond y el encuentro con Gandalf.
Llego a Imladris cabalgando y bajo del caballo rápidamente. Paso corriendo, perturbando un tanto a otros elfos y dejo la espada encima de la mesa de mi cuarto. Entro en el salón principal hecha una fiera y veo a Elrond asomado al balcón, pensando tranquilamente. Me quedo detrás de él con los brazos cruzados.
-¿Cómo te ha ido, Enelya?
Yo tardo en responder. Enelya. Así es como me llamó el chico, Ellya, cuando me ha venido el recuerdo a la mente... Pero, ¿quién era? ¿Esa era yo? ¿Me había pedido matrimonio?
-Bien. He averiguado un par de cosas hoy- hago otra pausa, pensando en lo que voy a decir-. Azog está persiguiendo a los enanos y... He... recordado... algo.
Intento mantener la calma, pero se me hace demasiado difícil. Permanezco callada unos segundos, y después estallo:
-¿Quién es Ellya?- reclamo saber- ¿Por qué me pidió matrimonio? ¿Qué hacíamos en Minas Tirith? ¡No logro comprender por qué no tengo ni un mero recuerdo del que fue mi esposo!
Elrond permanece callado, dándome la espalda. Le escucho suspirar y se da la vuelta, viniendo hacia mi posición.
-Era un humano, me parece. Y sí, era tu esposo. Os casasteis y estuvisteis mas de tres años casados. Después tú te fuiste a Erebor con Thránduil y no volví a escuchar sobre ti hasta que volviste a Imladris hace dos años... El único que puede responder a tus preguntas es él.
-¿El rey? ¿Nuestro rey? ¿Bromeas? ¡No puedo presentarme allá después de tantos años y decirle: "Hola, tío, ¿podrías decirme por qué me casé con un humano y porqué perdí la memoria?"!
Elrond pone los ojos en blanco y me mira serio.
-Deberás viajar al Bosque Negro y hablar con él. Si quieres respuestas es tu única alternativa.
-Podría irme con los enanos y con Gandalf. ¿Dónde está? ¿No se estaba reuniendo contigo y con la Dama Galadriel?- pregunto frunciendo el ceño.
-Gandalf partió en busca de los enanos hará menos de dos horas. Deberías darte prisa si deseas alcanzarle- me doy media vuelta, pero me llama de nuevo-. Deberías partir sin tu caballo. A donde vas no es aconsejable que lo lleves. Podría perderse...
-Estaré de vuelta antes de que te percates, tío. Te lo prometo...
Voy hacia fuera y corro a mis aposentos a por el resto de mis armas. Abro el armario y cojo dos espadas para el cinturón, el arco, carcaj y flechas, los dardos envenenados y un par de dagas para ocultarlas en las botas.
Salgo corriendo hacia las afueras de Rivendell por el paso de las montañas. Si mis cálculos son correctos, que espero que lo sean, a paso ligero podré alcanzar a Gandalf enseguida, en menos de una hora. No es por nada, pero yo soy más rápida que él y a parte, también está algo mayor... Corro rápida y veloz, pasando el valle y mirando por última vez hasta dentro de un tiempo mi viejo hogar. Me pregunto qué estarán haciendo ahora mismo los enanos... Lo mas posible es que ya estuvieran cerca de las montañas de los gigantes de piedra.
Anochece, y aún no ha habido rastro alguno de Mithrandir. No entiendo por qué. Según lo que calculé, y Lord Elrond me dijo, no debería haber estado a mas una milla de mi. Encuentro un lugar entre las piedras donde poder pasar la noche sin altercados, y me siento y hago un pequeño fuego para calentarme. Me quedo mirando el fuego y jugando con las llamas con la mano.
-¿Has aceptado, de verdad?- me preguntó un chico de pelo del color del fuego
-Sí. Me lo pidió como si nada, pero me encanta eso de él, lo espontáneo que es...- respondí ilusionada, mirándole- Pero hay un problema: ¿cómo se lo diré a Thránduil? Ha sido como un padre para mi todos estos años, y creo que se lo tomará a mal- hice una mueca
-No te preocupes, te entenderá...
-No lo creo. Me quiere, y lo sé, pero a veces es algo estricto, y no creo que em deje comprometerme con un mortal.
-¿Qué tenemos de malo?- preguntó él, algo molesto
-No me refería a eso- resoplé divertida-, es que nosotros, los elfos, somos inmortales. Pero tenemos varias formas de morir: en combate o de tristeza, la mayoría de veces por amor...
-¿Entonces... morirás?
-De todos modos lo iba a hacer. Si no fuera por un mortal, sería en campo de batalla, lo mas probable...
-¿Por qué piensas eso?- preguntó él, preocupado
-Porque soy de la guardia real, y el bosque no es como Rivendell, es peligroso. Y está cerca de Dol Guldur, ahí no pasa nunca nada bueno...- nos quedamos callados unos minutos- Pero no importa: viviré feliz esta pequeña fracción de mi eternidad.
-¡Enelya!- escuché una voz que me llamaba a lo lejos- ¡Enelya, no es tiempo para descansar!
Despierto de golpe y achico los ojos cegada por la luz del día. Pestañeo un par de veces y me froto los ojos, esperando a que la vista se adapte. Me reincorporo y veo a Gandalf delante de mi, con su bastón y mirándome serio.
-¿Gandalf...?- pregunto adormilada.
-Sí. Y creo recordar que no estabas aquí para dormir, si no para encontrarme- me dice enarcando ambas cejas
-Te busqué todo el día ayer, pero no logré encontrarte. ¿Dónde te habías metido?- pregunto extrañada
-No demasiado lejos de aquí. Di media vuelta cuando vi fuego, pensé que podían ser orcos. Me alegré de que fueras tú. Parece ser que yo escogí un camino mas largo que el que te ha traído aquí tan rápido. Errores al calcular la distancia...- murmura sonriendo levemente
-Me alegro de haberte encontrado- me levanto y quedo a su altura-. Necesito acompañarte e ir al Bosque Negro, antaño el Bosque Verde. Hay preguntas que necesitan respuestas, y ni tú ni Elrond podéis ofrecérmelas, lamentablemente. Tratar con el rey de los elfos silvanos no es muy... agradable, en ocasiones.
-Lo sé, pequeña, no sabes cuánto... Pero hablaremos por el camino, estamos aún lejos de donde los enanos se encuentran.
Cojo mis armas del suelo y me las coloco en el cinturón y botas y capa respectivamente. Apago el fuego, pisándolo un poco y nos ponemos en marcha.
-¿Qué asuntos quieres hablar con el rey?- me pregunta Gandalf
-Tú y yo nos conocemos desde hace mucho tiempo, por lo que sabrás sobre mi pequeño "accidente"- hago unas comillas al aire con las manos-, y pérdidas de memoria... Y el problema es que a mi solo me dijeron que perdí de mi cabeza apenas 20 años de mi vida, pero que había estado en Rivendell todo este tiempo, pero era mentira. Descubrí que, creo, que estuve casada con un humano llamado Ellya y que estábamos muy enamorados. No sé qué fue de él... Y necesito respuestas. Yo imagino que seguirá vivo en alguna parte, porque recuerdo que estaba yendo hacia Rivendell cuando tuve el pequeño contratiempo y... Espera, ¿por que eso es verdad, no? ¿Fue un accidente, cierto?
-Sí- responde él mirándome. Se que es cierto, porque sus ojos no muestran pizca de mentira. Se de sobra cuando la gente miente. Tener mas de dos mil años de experiencia rodeada de mentiras ayuda...
-Bien, y bueno, esta noche creo que tuve otro recuerdo. Estaba con un muchacho pelirrojo hablando sobre la boda, y sobre que iba a morir en campo de batalla. Le dije que solo moríamos, los elfos, de pena o por heridas. ¿Crees que eso era un recuerdo, o solo un sueño?
-Por lo que me has contado y sé, podría decirte que ha sido un recuerdo. Mas no confíes en todo lo que sueñas, pues podría ser erróneo. Tienes que aprender a diferenciar los sueños y pesadillas de tus verdaderos recuerdos.
-¿Y cómo sabré cuál es cuál?- pregunto confusa
-Eres la elfa mas inteligente que he conocido, Enelya, creo que no hace falta que te conteste a semejante pregunta...
Le sonrío, antes de acelerar el paso, pues no sabemos dónde están los enanos exactamente:- Por lo que los conozco- comento, refiriéndome a ellos-, me apuesto lo que quieras a que se han metido en algún lío o están en ello...
-Diez monedas de plata a que no- replica él sonriente, poco convencido-. Aún tengo fe en que salgan ilesos de esta.
-Saldrán ilesos, pero con algún enemigo de mas...
-Eso no te lo discuto. Esto es una misión peligrosa y arriesgada, y ellos son enanos, tercos y duros. Jamás se dejarían machacar por ninguna criatura que consideraran inferior a ellos mismos.
-Y solo son trece, si llegan a ser mas...
Nos reímos, y alzamos la mirada hacia la montaña. Un vago presentimiento se me pasa por la mente y llego a una conclusión: habrá que entrar al corazón de esa montaña. Y algo me dice que no seremos bienvenidos allá dentro...
-¿Cómo te ha ido, Enelya?
Yo tardo en responder. Enelya. Así es como me llamó el chico, Ellya, cuando me ha venido el recuerdo a la mente... Pero, ¿quién era? ¿Esa era yo? ¿Me había pedido matrimonio?
-Bien. He averiguado un par de cosas hoy- hago otra pausa, pensando en lo que voy a decir-. Azog está persiguiendo a los enanos y... He... recordado... algo.
Intento mantener la calma, pero se me hace demasiado difícil. Permanezco callada unos segundos, y después estallo:
-¿Quién es Ellya?- reclamo saber- ¿Por qué me pidió matrimonio? ¿Qué hacíamos en Minas Tirith? ¡No logro comprender por qué no tengo ni un mero recuerdo del que fue mi esposo!
Elrond permanece callado, dándome la espalda. Le escucho suspirar y se da la vuelta, viniendo hacia mi posición.
-Era un humano, me parece. Y sí, era tu esposo. Os casasteis y estuvisteis mas de tres años casados. Después tú te fuiste a Erebor con Thránduil y no volví a escuchar sobre ti hasta que volviste a Imladris hace dos años... El único que puede responder a tus preguntas es él.
-¿El rey? ¿Nuestro rey? ¿Bromeas? ¡No puedo presentarme allá después de tantos años y decirle: "Hola, tío, ¿podrías decirme por qué me casé con un humano y porqué perdí la memoria?"!
Elrond pone los ojos en blanco y me mira serio.
-Deberás viajar al Bosque Negro y hablar con él. Si quieres respuestas es tu única alternativa.
-Podría irme con los enanos y con Gandalf. ¿Dónde está? ¿No se estaba reuniendo contigo y con la Dama Galadriel?- pregunto frunciendo el ceño.
-Gandalf partió en busca de los enanos hará menos de dos horas. Deberías darte prisa si deseas alcanzarle- me doy media vuelta, pero me llama de nuevo-. Deberías partir sin tu caballo. A donde vas no es aconsejable que lo lleves. Podría perderse...
-Estaré de vuelta antes de que te percates, tío. Te lo prometo...
Voy hacia fuera y corro a mis aposentos a por el resto de mis armas. Abro el armario y cojo dos espadas para el cinturón, el arco, carcaj y flechas, los dardos envenenados y un par de dagas para ocultarlas en las botas.
Salgo corriendo hacia las afueras de Rivendell por el paso de las montañas. Si mis cálculos son correctos, que espero que lo sean, a paso ligero podré alcanzar a Gandalf enseguida, en menos de una hora. No es por nada, pero yo soy más rápida que él y a parte, también está algo mayor... Corro rápida y veloz, pasando el valle y mirando por última vez hasta dentro de un tiempo mi viejo hogar. Me pregunto qué estarán haciendo ahora mismo los enanos... Lo mas posible es que ya estuvieran cerca de las montañas de los gigantes de piedra.
Anochece, y aún no ha habido rastro alguno de Mithrandir. No entiendo por qué. Según lo que calculé, y Lord Elrond me dijo, no debería haber estado a mas una milla de mi. Encuentro un lugar entre las piedras donde poder pasar la noche sin altercados, y me siento y hago un pequeño fuego para calentarme. Me quedo mirando el fuego y jugando con las llamas con la mano.
-¿Has aceptado, de verdad?- me preguntó un chico de pelo del color del fuego
-Sí. Me lo pidió como si nada, pero me encanta eso de él, lo espontáneo que es...- respondí ilusionada, mirándole- Pero hay un problema: ¿cómo se lo diré a Thránduil? Ha sido como un padre para mi todos estos años, y creo que se lo tomará a mal- hice una mueca
-No te preocupes, te entenderá...
-No lo creo. Me quiere, y lo sé, pero a veces es algo estricto, y no creo que em deje comprometerme con un mortal.
-¿Qué tenemos de malo?- preguntó él, algo molesto
-No me refería a eso- resoplé divertida-, es que nosotros, los elfos, somos inmortales. Pero tenemos varias formas de morir: en combate o de tristeza, la mayoría de veces por amor...
-¿Entonces... morirás?
-De todos modos lo iba a hacer. Si no fuera por un mortal, sería en campo de batalla, lo mas probable...
-¿Por qué piensas eso?- preguntó él, preocupado
-Porque soy de la guardia real, y el bosque no es como Rivendell, es peligroso. Y está cerca de Dol Guldur, ahí no pasa nunca nada bueno...- nos quedamos callados unos minutos- Pero no importa: viviré feliz esta pequeña fracción de mi eternidad.
-¡Enelya!- escuché una voz que me llamaba a lo lejos- ¡Enelya, no es tiempo para descansar!
Despierto de golpe y achico los ojos cegada por la luz del día. Pestañeo un par de veces y me froto los ojos, esperando a que la vista se adapte. Me reincorporo y veo a Gandalf delante de mi, con su bastón y mirándome serio.
-¿Gandalf...?- pregunto adormilada.
-Sí. Y creo recordar que no estabas aquí para dormir, si no para encontrarme- me dice enarcando ambas cejas
-Te busqué todo el día ayer, pero no logré encontrarte. ¿Dónde te habías metido?- pregunto extrañada
-No demasiado lejos de aquí. Di media vuelta cuando vi fuego, pensé que podían ser orcos. Me alegré de que fueras tú. Parece ser que yo escogí un camino mas largo que el que te ha traído aquí tan rápido. Errores al calcular la distancia...- murmura sonriendo levemente
-Me alegro de haberte encontrado- me levanto y quedo a su altura-. Necesito acompañarte e ir al Bosque Negro, antaño el Bosque Verde. Hay preguntas que necesitan respuestas, y ni tú ni Elrond podéis ofrecérmelas, lamentablemente. Tratar con el rey de los elfos silvanos no es muy... agradable, en ocasiones.
-Lo sé, pequeña, no sabes cuánto... Pero hablaremos por el camino, estamos aún lejos de donde los enanos se encuentran.
Cojo mis armas del suelo y me las coloco en el cinturón y botas y capa respectivamente. Apago el fuego, pisándolo un poco y nos ponemos en marcha.
-¿Qué asuntos quieres hablar con el rey?- me pregunta Gandalf
-Tú y yo nos conocemos desde hace mucho tiempo, por lo que sabrás sobre mi pequeño "accidente"- hago unas comillas al aire con las manos-, y pérdidas de memoria... Y el problema es que a mi solo me dijeron que perdí de mi cabeza apenas 20 años de mi vida, pero que había estado en Rivendell todo este tiempo, pero era mentira. Descubrí que, creo, que estuve casada con un humano llamado Ellya y que estábamos muy enamorados. No sé qué fue de él... Y necesito respuestas. Yo imagino que seguirá vivo en alguna parte, porque recuerdo que estaba yendo hacia Rivendell cuando tuve el pequeño contratiempo y... Espera, ¿por que eso es verdad, no? ¿Fue un accidente, cierto?
-Sí- responde él mirándome. Se que es cierto, porque sus ojos no muestran pizca de mentira. Se de sobra cuando la gente miente. Tener mas de dos mil años de experiencia rodeada de mentiras ayuda...
-Bien, y bueno, esta noche creo que tuve otro recuerdo. Estaba con un muchacho pelirrojo hablando sobre la boda, y sobre que iba a morir en campo de batalla. Le dije que solo moríamos, los elfos, de pena o por heridas. ¿Crees que eso era un recuerdo, o solo un sueño?
-Por lo que me has contado y sé, podría decirte que ha sido un recuerdo. Mas no confíes en todo lo que sueñas, pues podría ser erróneo. Tienes que aprender a diferenciar los sueños y pesadillas de tus verdaderos recuerdos.
-¿Y cómo sabré cuál es cuál?- pregunto confusa
-Eres la elfa mas inteligente que he conocido, Enelya, creo que no hace falta que te conteste a semejante pregunta...
Le sonrío, antes de acelerar el paso, pues no sabemos dónde están los enanos exactamente:- Por lo que los conozco- comento, refiriéndome a ellos-, me apuesto lo que quieras a que se han metido en algún lío o están en ello...
-Diez monedas de plata a que no- replica él sonriente, poco convencido-. Aún tengo fe en que salgan ilesos de esta.
-Saldrán ilesos, pero con algún enemigo de mas...
-Eso no te lo discuto. Esto es una misión peligrosa y arriesgada, y ellos son enanos, tercos y duros. Jamás se dejarían machacar por ninguna criatura que consideraran inferior a ellos mismos.
-Y solo son trece, si llegan a ser mas...
Nos reímos, y alzamos la mirada hacia la montaña. Un vago presentimiento se me pasa por la mente y llego a una conclusión: habrá que entrar al corazón de esa montaña. Y algo me dice que no seremos bienvenidos allá dentro...
roronoa.
Re: lost days. || the hobbit.
del orco y el descubrimiento de amidala: me gustó mucho, ahq, amidala me cae muy bien, es la clase de chica que se siente ruda pero en el fondo es una mariposita andante ah. me identifico con ella en parte, su personalidad es muy cul y me agrada bastante. encima se iba a casar supongo que lo mataron, ¿no? pues idk ah.
del consejo de lord enrold y el encuentro con gandalf: ya quiero leer el siguiente cap, ah, me gustó mucho la conversación con gandalf, ése anciano rulea(?). estuvo casada con un humano que loco, ahq. perdona mis comentarios caca pero tengo que escribir para nc's y comentarlas, pero la paja es mucha ah. síguela pronto.
del consejo de lord enrold y el encuentro con gandalf: ya quiero leer el siguiente cap, ah, me gustó mucho la conversación con gandalf, ése anciano rulea(?). estuvo casada con un humano que loco, ahq. perdona mis comentarios caca pero tengo que escribir para nc's y comentarlas, pero la paja es mucha ah. síguela pronto.
tobias.
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