Las reglas de Izzie (One Direction)

La chica rubia y yo abrimos los ojos a tope por la impresión. Jamás creí escuchar las palabras que acaba de pronunciar Harry y al parecer tampoco la rubia.
Lo miré, esperando por una explicación, un gesto de “después te explico” o cualquier cosa, pero lo único que recibí fue un…

-¿Verdad Amor? –yo solo lo miré con lo ojos abiertos de par en par, advirtiéndole que necesitaba una explicación. Y al parecer lo entendió pues me apretó la mano y sonrió nerviosamente.
-Claro, bebe. –dije mirándolo y sonriendo forzadamente. La chica rubia simplemente nos sonrió, desanimada y se retiró, murmurando cosas que jamás entendí.

Harry comenzó a caminar rápidamente, llevándome consigo pues aun no soltaba mi mano.

-Quiero una explicación Styles.
-Izzie, por favor. ¿Podemos hablarlo luego? –preguntó, casi rogando.
-Está bien, pero aun no entiendo que hacemos aquí.

Él suspiró parándose frente a mí, tomando mi otra mano y mirándome fijamente –Soy voluntario en este hospital. Vengo dos veces a la semana a ayudar en lo que necesiten. La mayoría del tiempo solo necesita gente que les haga compañía a los niños. Y es lo que hago. Y me encanta hacerlo, pero por favor Izzie, no se lo digas a nadie.
-¿Por qué no? Esto es maravilloso Harry.
-¿Ya no soy el Sr. Ego? ¿O el idiota? ¿O…
-Ya. –lo interrumpí- No, ahora eres mi novio –dije con ironía.
-Oh que graciosa. Ese tema te lo que explicaré luego. Ahora- hizo una dramática pausa –Necesito que seas voluntaria por un tiempo. Necesitan gente y me comprometí a traer a alguien y luego apareciste tú, y escuché tu secreto y…
-…no se te ocurrió nada mejor que chantajearme. –sentencie. Él solo me miró con cara de cachorrito, cosa que me resulto bastante tierna. –Está bien, Harry. Seré voluntaria.

Creí que su reacción seria abrazarme, o simplemente seguir caminando satisfecho por lograr su cometido, pero a diferencia de todas las posibles reacciones que espere o alguna vez imagine, la más inesperada llegó a mí.

Me besó.

Así es, Harry Styles me estaba besando. El capitán del equipo de fútbol, el más popular y mujeriego de la escuela me estaba besando. El chico mas idiota, pero que a la vez era voluntario en un hospital de niño me estaba besando.

Al principio quise empujarlo y pegarle una buena cachetada. Pero cuando me abrazó por la cintura mis brazos instintivamente subieron a su cuello.

No tengo la menor idea de porque le seguí el beso, pero lo hice. Y no me arrepentí hasta que una hermosa mirada azul se me vino a la mente. Me separé lentamente de él y le sonreí.

-Besas muy bien –dijo por lo bajo. –Ven, quiero presentarte a la mujer de mi vida. -Fruncí el ceño.

¿La mujer de su vida? ¿Y que se supone que hacia besándome si la mujer de su vida estaba ahí?

Caminamos entre la gente evitando las camas y los juguetes, hasta llegar al final del enorme salón, donde había un grupo de niñas jugando con sus muñecas.

-Dani –dijo Harry soltando mi mano, cosa que no me gusto.
Una hermosa niña giró para mirarle, y con una hermosa sonrisa se levantó del piso y corrió a abrazarlo.
-¡Harry!
Ambos comenzaron a reír y a abrazarse fuertemente. Harry solo le susurraba “te extrañe” y la pequeña niña le besaba toda la cara.

La mujer de su vida es una pequeña niña con cáncer.

Que estúpida eres Izzie –pensé-

-Dani, ella es Izzie –nos presentó. –Iz, ella es Dani. Mi hermanita.

Oh Dios.

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