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Atrapa a tu Pareja Nicholas Jonas y tu (TerMINaDA)
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: Atrapa a tu Pareja Nicholas Jonas y tu (TerMINaDA)
DramaQueen escribió:Nueva y fiel lectora!! Aaaaah es genial esta novela. Pobre, fue a conocer a su "suegra" y ella lo quiere matar!
hey hola *Bienvenida* :P
q bueno q te allas pasodo x aqui
huy si se llevo una impresión algo loca de su suegrita jeje
ElitzJb
Re: Atrapa a tu Pareja Nicholas Jonas y tu (TerMINaDA)
LittleThings escribió:WOW! Creo que hace años desde que comenté aquí xD
La verdad lo siento muchisimo, he leído esta novela, al igual que muchas otras, desde mi celular, y, sin bien puedo comentar, no lo hecho por comodidad, pero me arrepiento porque se lo bien que se siente que te muestren su apoyo
Asi que luego de pensar en todo eso, decidí pasarme por aqui :)
Esta novela se pone cada día mejor, en verdad me gusta y espero que la sigas subiendo pronto!
Aqui me tienes como tu fiel lectora, para lo que necesites!
Bueno, ya me voy
Te me cuidas!
Kisses & Carrots
ok lo bueno es q la lees y q te gusta :P
ahora volviste a comentar y se q aunq no comentes se q la lees, de nuevo te doy la BIENVENIDA :hug: de todas maneras...
es un gusto q te encante esta novela cada dia se iran resolviendo las cosas,
gracias a tu ofrecimiento
para lo q necesite tu tanbien me tienes a mi para lo q sea estoy a tu orden okis
mil gracias x tu comentario se q eres fil xD
besitos te me cuidas....
difruta de la nove
espero leerte pronto ;)
ElitzJb
Re: Atrapa a tu Pareja Nicholas Jonas y tu (TerMINaDA)
DramaQueen escribió:Y??? ¿Cuándo vas a subir? ¿Quieres matarme? Estoy desesperada por cap!!!!
no desesperes ;) ya la sigo es mas colocare un especial si espero y te guste xD
y disculpa x no pasarme ayer
ElitzJb
Re: Atrapa a tu Pareja Nicholas Jonas y tu (TerMINaDA)
chicas mil disculpa ayer no pude colocares capitulo nuevos xq tuve una fiesta y regrese tarde ....
pero aqui estoy de nuevo para q se enganchen a leer
y un especial como forma de q acepten mis disculpas xD
GRACIAS x los comentarios cada vez son mas estupendos ...
sigan con la nove
pero aqui estoy de nuevo para q se enganchen a leer
y un especial como forma de q acepten mis disculpas xD
GRACIAS x los comentarios cada vez son mas estupendos ...
sigan con la nove
CAPÍTULO 20
Fóllame si me equivoco, ¿pero nos hemos encontrado antes?
Fóllame si me equivoco, ¿pero nos hemos encontrado antes?
1/2.
Miserable, así es que como debería haberse sentido.
Pero sorprendentemente, Nicholas pasó un buen rato con la familia de (_TN). Bueno, excepto con su madre, que intentó envenenarle. Algo que al parecer ya le había hecho a su vecina y ex marido. Sin contar aquel pequeño revés, el día había sido una mezcla agradable de diversión, entusiasmo y deseo. Un poco incómodo de vez en cuando, pero estimulante en todo caso.
El clan Greene obviamente se querían los unos a los otros. Eran un poco rápidos en sus reacciones emocionales, pero, ¿quién no lo era? Se rieron, se gastaron bromas, discutieron. Y (_TN) adoraba a sus pequeñas niñas frutas, Cherry y Apple. Había sentido una punzada en el pecho siempre que ella les alborotaba el pelo o les sonreía.
Eso le asustó más de lo que nada lo había hecho nunca. Había experimentado un impulso inexorable de darle sus niños. Y había reaccionado tratando bruscamente a (_TN) unas cuantas veces. Cuando comprendió lo que hacía, ser grosero con ella porque tenía miedo de lo que (_TN) le hacía sentir, había comenzado a pensar que tal vez ella hacía lo mismo. Tal vez (_TN) también estaba asustada y simplemente reaccionaba ante ese miedo.
Eso también le aterraba, pero no le impidió dejar de besarla. Directamente frente a su madre, sus sobrinas y cualquiera que mirara. Tampoco es que lo lamentara.
Además de Kayla, nunca había conocido a la familia de una mujer antes. Eso llevaba la relación a un nivel al que siempre se resistía. Pero había estado lleno de curiosidad por saber quién o qué había vuelto así a (_TN). Ahora ya lo sabía.
La cautelosa, aunque ardiente, personalidad de (_TN) tenía un poco más de sentido.
Le echó un vistazo. Realmente era una mujer hermosa, llena de pasión y, entre otras cosas, dulce. Ahora mismo, estaban en su coche de regreso a su casa. No hablaron desde que habían dejado a su madre. ¿Nervios? Ambos sabían que él entraría en casa con ella y lo que pasaría en el momento que cerraran la puerta.
Eso era todo lo que necesitaba para que la polla se le pusiera firme. Le costaba esperar para tenerla de nuevo. Sentir su suavidad. Saborear cada delicioso centímetro de su piel.
El móvil sonó, sacándole de sus pensamientos. (_TN) giró, curiosa, mientras él lo cogía de su bolsillo y lo abría.
—Nicholas .
—¿Sigue en pie lo de esta noche? —preguntó Kevin .
—¿Esta noche? —casi gimió.
—Póker, idiota. ¿Sigue en pie todavía o no?
Había olvidado la partida. Un vistazo rápido al reloj del salpicadero le mostró las cinco. Si se iba con (_TN), y le hacía el amor del modo que quería no menos de dos horas de juegos previos antes del acto principal tendría que marcharse inmediatamente después. Aunque (_TN) aseguró antes que no quería abrazos pensó que, con su nuevo acuerdo, ahora sí los querría. Él los quería.
Quería saborearla, antes y después.
—Aplacémosla —le dijo a Kevin . Y se asustó al comprender que eso no le decepcionaba. El póker era su juego, su afición favorita. Su religión. El frenesí por ganar, la anticipación del golpe y el descubrir las cartas que sus rivales tenían… vivía para ello. Normalmente. Ahora mismo, (_TN) era más importante.
—Esta es la partida aplazada —indicó Kevin —, y he estado pensando en ella con mucha ilusión todo el día. Los demás vendrán.
—Aplacémosla otra vez.
—No, no lo haremos. Jugaremos sin ti y tú puedes preguntarte cuánto dinero podrías haber ganado. —Siguió una larga pausa y la línea crujió con un sonido estático. Al instante—: ¿Estás con (_TN), verdad? —Kevin soltó una carcajada—. Finalmente decidiste aprovechar el día, ¿no? tú sucio pervertido…
Nicholas cerró el teléfono, colgando a su amigo.
—¿Tienes planes para esta noche? —preguntó (_TN), hablando por primera vez. El tono no revelaba ningún atisbo de sus pensamientos.
—Sólo contigo —dijo él. Puso el móvil en silencio y se lo metió en el bolsillo. No más distracciones.
El alivio le cubrió la cara.
—Bueno —dijo con voz vacilante—, conociste a mi familia.
—No intentaré negarlo.
—No te hagas el gracioso —hizo rodar los ojos—. Esto es… extraño para mí.
—¿Y eso?
—Como mi hermano te dijo, por lo general, no llevo hombres a que conozcan a mi madre.
—Mencionaste que era una odia-hombres y lo demostró. Lo que no sé es ¿por qué?
(_TN) devolvió su atención a la ventanilla, como si los altos y verdes árboles y las marrones llanuras fueran fascinantes. Después de una larga pausa, finalmente dijo:
—Cuando tenía siete años, encontró a mi padre en la cama con otra mujer. Eso la cabreó. Pero cuando averiguó que él me llevaba a jugar con el gato de la mujer, se volvió loca. Intentó suicidarse. Yo la encontré.
—Lo siento —dijo Nicholas suavemente, lamentándose por la niña que había sido. Eso ayudaba a explicar sus problemas de confianza, y por qué luchaba con tanta fuerza para demostrar que los hombres eran unos cerdos—. No tienes que preocuparte de que te sea infiel. No mientras estemos saliendo —añadió, antes de que ella pudiera protestar.
(_TN) se mordió el labio.
—En el fondo, sé que no saldrás con nadie más. Y eso también me resulta extraño. De todos los hombres en el mundo en los que podría confiar, jamás te habría colocado en la lista. Mucho menos el primero.
El corazón le latió a un ritmo más rápido.
—¿Por qué crees que lo haces? —preguntó Nicholas con curiosidad—. Confiar en mí, quiero decir.
Ella inclinó la cabeza a un lado hasta que prácticamente la me_tna descansó sobre el hombro.
—Tal vez porque has visto los efectos de la infidelidad, en el trabajo y en tu propia vida. Sabes de primera mano que se siente cuando eres traicionado.
Los dedos se pusieron rígidos sobre el volante.
—Nunca te dije que me fueran infiel.
—No tenías que hacerlo. La mirada en tus ojos cuando mencionaste a tu ex lo dijo todo. A los hombres no les gusta admitir cuando su mujer escoge a otro.
—¿Y supongo que a las mujeres sí?
—No —admitió (_TN)—. Es doloroso y embarazoso.
Por el rabillo del ojo, Nicholas vio que ella pellizcaba la tela de los vaqueros y la retorcía. Pasaron varios segundos en silencio.
—¿Por qué hacemos esto, Nicholas ?
Sabía que ella no preguntaba de forma general, sino por su arreglo, por su repentina facilidad de sentirse cómodos el uno con el otro, cuando las cosas podrían terminar mal muy pronto y compartir tales detalles íntimos sobre sus vidas sólo complicaría las cosas.
—¿Ponemos las cartas boca arriba?
—¿Por qué no? —ella se rió sin humor—. Estamos a punto de vernos desnudos… otra vez.
—De acuerdo. No te odio y nunca lo he hecho. Disfruto pasando el tiempo contigo. He pensado en ti desde la primera vez que te puse los ojos encima. Parece que te he deseado desde siempre. Todavía no quiero una relación —soltó él precipitadamente—. Pero realmente te quiero más de lo que he querido a nadie en mucho, mucho tiempo.
Su boca se abrió y cerró, un sonido estrangulado surgido de su garganta. Él frunció el ceño.
—¿Y bien?
—¿Y bien, qué? —logró graznar ella.
—Pon tus malditas carta boca arriba.
Se recompuso y cruzó los brazos sobre el estómago, estirando la camiseta sobre los pechos. Nicholas no pudo evitar notar que sus pezones estaban duros. Él volvió de nuevo su atención a la carretera.
—Tú realmente me molestas. Me vuelves loca, y no siempre de un modo bueno. Apenas te conozco y durante la mayor parte de los dos últimos días, he querido matarte. Pero…
—Pero —la incitó con los dientes apretados.
—Tampoco puedo dejar de pensar en ti. Me gustó pasar la noche contigo y odio el pensamiento de ti con alguien más.
La satisfacción tarareó en su interior. Satisfacción, posesividad y deseo.
—Bueno —dijo él.
—Bueno.
—Nos lo tomaremos con calma y nos avisaremos cuando esto deje de funcionar.
—De acuerdo.
—Todo es cuestión de respeto.
Los labios se estiraron con diversión.
—Y sexo.
—Respeto y sexo —dijo Nicholas con una sonrisa.
(_TN) rió entre dientes, un sonido tan sexy y sensual que el estómago se le encogió cuando una intensa oleada de deseo le atravesó. Finalmente su casa estuvo a la vista, y aparcó en la entrada. Pronto. Muy pronto la tendría desnuda bajo él, desnuda sobre él.
Nicholas salió y le abrió la puerta del pasajero. Sus piernas eran inestables cuando ella se puso de pie, notó. Sin una palabra, (_TN) caminó con esfuerzo hasta el porche. Su vecina todavía estaba sentada en la mecedora, mirándoles imperturbablemente desde su propio pórtico. Mientras la seguía, él la saludó con la mano y la anciana mujer le guiñó el ojo. (_TN) se ruborizó.
(_TN) abrió la puerta y la sostuvo, sin mirarle. Él pasó rápidamente frente a ella, pero siguió sin echar un vistazo en su dirección.
Quizás fuera perverso, pero le gustaba su nerviosismo. Eso significaba que pensaba en él, en lo que le haría, en lo que sentiría. Nicholas simplemente tenía que escoger un tema de discusión para que esto se detuviera, porque quería su pasión, su fuego. Nada de contenciones.
Dándole la espalda, (_TN) cerró la puerta. Se quedó en esa posición mucho tiempo, simplemente exhalando e inspirando.
—¿Asustada? —preguntó Nicholas suavemente, porque seguro como el infierno que él lo estaba.
Se envaró.
—Por supuesto que no.
Se dio la vuelta, pero no le atacó como él esperaba que hiciera. En cambió, se contoneó delante de él y desapareció por una esquina. Nicholas se quedó inmóvil durante un segundo, nuevamente sorprendido por la blancura y el orden de la casa.
La gente probablemente diría que ella tenía que mejorar el lugar con colores. Aunque a él le gustaba el marrón, su inmaculada casa hacía que parecieran aún más libertinas las cosas que se hacían el uno al otro.
—¿Te estás desnudando y avanzando lentamente hasta la cama? —le gritó Nicholas .
Ella resopló.
—Apenas. Estoy en la cocina.
Pero sorprendentemente, Nicholas pasó un buen rato con la familia de (_TN). Bueno, excepto con su madre, que intentó envenenarle. Algo que al parecer ya le había hecho a su vecina y ex marido. Sin contar aquel pequeño revés, el día había sido una mezcla agradable de diversión, entusiasmo y deseo. Un poco incómodo de vez en cuando, pero estimulante en todo caso.
El clan Greene obviamente se querían los unos a los otros. Eran un poco rápidos en sus reacciones emocionales, pero, ¿quién no lo era? Se rieron, se gastaron bromas, discutieron. Y (_TN) adoraba a sus pequeñas niñas frutas, Cherry y Apple. Había sentido una punzada en el pecho siempre que ella les alborotaba el pelo o les sonreía.
Eso le asustó más de lo que nada lo había hecho nunca. Había experimentado un impulso inexorable de darle sus niños. Y había reaccionado tratando bruscamente a (_TN) unas cuantas veces. Cuando comprendió lo que hacía, ser grosero con ella porque tenía miedo de lo que (_TN) le hacía sentir, había comenzado a pensar que tal vez ella hacía lo mismo. Tal vez (_TN) también estaba asustada y simplemente reaccionaba ante ese miedo.
Eso también le aterraba, pero no le impidió dejar de besarla. Directamente frente a su madre, sus sobrinas y cualquiera que mirara. Tampoco es que lo lamentara.
Además de Kayla, nunca había conocido a la familia de una mujer antes. Eso llevaba la relación a un nivel al que siempre se resistía. Pero había estado lleno de curiosidad por saber quién o qué había vuelto así a (_TN). Ahora ya lo sabía.
La cautelosa, aunque ardiente, personalidad de (_TN) tenía un poco más de sentido.
Le echó un vistazo. Realmente era una mujer hermosa, llena de pasión y, entre otras cosas, dulce. Ahora mismo, estaban en su coche de regreso a su casa. No hablaron desde que habían dejado a su madre. ¿Nervios? Ambos sabían que él entraría en casa con ella y lo que pasaría en el momento que cerraran la puerta.
Eso era todo lo que necesitaba para que la polla se le pusiera firme. Le costaba esperar para tenerla de nuevo. Sentir su suavidad. Saborear cada delicioso centímetro de su piel.
El móvil sonó, sacándole de sus pensamientos. (_TN) giró, curiosa, mientras él lo cogía de su bolsillo y lo abría.
—Nicholas .
—¿Sigue en pie lo de esta noche? —preguntó Kevin .
—¿Esta noche? —casi gimió.
—Póker, idiota. ¿Sigue en pie todavía o no?
Había olvidado la partida. Un vistazo rápido al reloj del salpicadero le mostró las cinco. Si se iba con (_TN), y le hacía el amor del modo que quería no menos de dos horas de juegos previos antes del acto principal tendría que marcharse inmediatamente después. Aunque (_TN) aseguró antes que no quería abrazos pensó que, con su nuevo acuerdo, ahora sí los querría. Él los quería.
Quería saborearla, antes y después.
—Aplacémosla —le dijo a Kevin . Y se asustó al comprender que eso no le decepcionaba. El póker era su juego, su afición favorita. Su religión. El frenesí por ganar, la anticipación del golpe y el descubrir las cartas que sus rivales tenían… vivía para ello. Normalmente. Ahora mismo, (_TN) era más importante.
—Esta es la partida aplazada —indicó Kevin —, y he estado pensando en ella con mucha ilusión todo el día. Los demás vendrán.
—Aplacémosla otra vez.
—No, no lo haremos. Jugaremos sin ti y tú puedes preguntarte cuánto dinero podrías haber ganado. —Siguió una larga pausa y la línea crujió con un sonido estático. Al instante—: ¿Estás con (_TN), verdad? —Kevin soltó una carcajada—. Finalmente decidiste aprovechar el día, ¿no? tú sucio pervertido…
Nicholas cerró el teléfono, colgando a su amigo.
—¿Tienes planes para esta noche? —preguntó (_TN), hablando por primera vez. El tono no revelaba ningún atisbo de sus pensamientos.
—Sólo contigo —dijo él. Puso el móvil en silencio y se lo metió en el bolsillo. No más distracciones.
El alivio le cubrió la cara.
—Bueno —dijo con voz vacilante—, conociste a mi familia.
—No intentaré negarlo.
—No te hagas el gracioso —hizo rodar los ojos—. Esto es… extraño para mí.
—¿Y eso?
—Como mi hermano te dijo, por lo general, no llevo hombres a que conozcan a mi madre.
—Mencionaste que era una odia-hombres y lo demostró. Lo que no sé es ¿por qué?
(_TN) devolvió su atención a la ventanilla, como si los altos y verdes árboles y las marrones llanuras fueran fascinantes. Después de una larga pausa, finalmente dijo:
—Cuando tenía siete años, encontró a mi padre en la cama con otra mujer. Eso la cabreó. Pero cuando averiguó que él me llevaba a jugar con el gato de la mujer, se volvió loca. Intentó suicidarse. Yo la encontré.
—Lo siento —dijo Nicholas suavemente, lamentándose por la niña que había sido. Eso ayudaba a explicar sus problemas de confianza, y por qué luchaba con tanta fuerza para demostrar que los hombres eran unos cerdos—. No tienes que preocuparte de que te sea infiel. No mientras estemos saliendo —añadió, antes de que ella pudiera protestar.
(_TN) se mordió el labio.
—En el fondo, sé que no saldrás con nadie más. Y eso también me resulta extraño. De todos los hombres en el mundo en los que podría confiar, jamás te habría colocado en la lista. Mucho menos el primero.
El corazón le latió a un ritmo más rápido.
—¿Por qué crees que lo haces? —preguntó Nicholas con curiosidad—. Confiar en mí, quiero decir.
Ella inclinó la cabeza a un lado hasta que prácticamente la me_tna descansó sobre el hombro.
—Tal vez porque has visto los efectos de la infidelidad, en el trabajo y en tu propia vida. Sabes de primera mano que se siente cuando eres traicionado.
Los dedos se pusieron rígidos sobre el volante.
—Nunca te dije que me fueran infiel.
—No tenías que hacerlo. La mirada en tus ojos cuando mencionaste a tu ex lo dijo todo. A los hombres no les gusta admitir cuando su mujer escoge a otro.
—¿Y supongo que a las mujeres sí?
—No —admitió (_TN)—. Es doloroso y embarazoso.
Por el rabillo del ojo, Nicholas vio que ella pellizcaba la tela de los vaqueros y la retorcía. Pasaron varios segundos en silencio.
—¿Por qué hacemos esto, Nicholas ?
Sabía que ella no preguntaba de forma general, sino por su arreglo, por su repentina facilidad de sentirse cómodos el uno con el otro, cuando las cosas podrían terminar mal muy pronto y compartir tales detalles íntimos sobre sus vidas sólo complicaría las cosas.
—¿Ponemos las cartas boca arriba?
—¿Por qué no? —ella se rió sin humor—. Estamos a punto de vernos desnudos… otra vez.
—De acuerdo. No te odio y nunca lo he hecho. Disfruto pasando el tiempo contigo. He pensado en ti desde la primera vez que te puse los ojos encima. Parece que te he deseado desde siempre. Todavía no quiero una relación —soltó él precipitadamente—. Pero realmente te quiero más de lo que he querido a nadie en mucho, mucho tiempo.
Su boca se abrió y cerró, un sonido estrangulado surgido de su garganta. Él frunció el ceño.
—¿Y bien?
—¿Y bien, qué? —logró graznar ella.
—Pon tus malditas carta boca arriba.
Se recompuso y cruzó los brazos sobre el estómago, estirando la camiseta sobre los pechos. Nicholas no pudo evitar notar que sus pezones estaban duros. Él volvió de nuevo su atención a la carretera.
—Tú realmente me molestas. Me vuelves loca, y no siempre de un modo bueno. Apenas te conozco y durante la mayor parte de los dos últimos días, he querido matarte. Pero…
—Pero —la incitó con los dientes apretados.
—Tampoco puedo dejar de pensar en ti. Me gustó pasar la noche contigo y odio el pensamiento de ti con alguien más.
La satisfacción tarareó en su interior. Satisfacción, posesividad y deseo.
—Bueno —dijo él.
—Bueno.
—Nos lo tomaremos con calma y nos avisaremos cuando esto deje de funcionar.
—De acuerdo.
—Todo es cuestión de respeto.
Los labios se estiraron con diversión.
—Y sexo.
—Respeto y sexo —dijo Nicholas con una sonrisa.
(_TN) rió entre dientes, un sonido tan sexy y sensual que el estómago se le encogió cuando una intensa oleada de deseo le atravesó. Finalmente su casa estuvo a la vista, y aparcó en la entrada. Pronto. Muy pronto la tendría desnuda bajo él, desnuda sobre él.
Nicholas salió y le abrió la puerta del pasajero. Sus piernas eran inestables cuando ella se puso de pie, notó. Sin una palabra, (_TN) caminó con esfuerzo hasta el porche. Su vecina todavía estaba sentada en la mecedora, mirándoles imperturbablemente desde su propio pórtico. Mientras la seguía, él la saludó con la mano y la anciana mujer le guiñó el ojo. (_TN) se ruborizó.
(_TN) abrió la puerta y la sostuvo, sin mirarle. Él pasó rápidamente frente a ella, pero siguió sin echar un vistazo en su dirección.
Quizás fuera perverso, pero le gustaba su nerviosismo. Eso significaba que pensaba en él, en lo que le haría, en lo que sentiría. Nicholas simplemente tenía que escoger un tema de discusión para que esto se detuviera, porque quería su pasión, su fuego. Nada de contenciones.
Dándole la espalda, (_TN) cerró la puerta. Se quedó en esa posición mucho tiempo, simplemente exhalando e inspirando.
—¿Asustada? —preguntó Nicholas suavemente, porque seguro como el infierno que él lo estaba.
Se envaró.
—Por supuesto que no.
Se dio la vuelta, pero no le atacó como él esperaba que hiciera. En cambió, se contoneó delante de él y desapareció por una esquina. Nicholas se quedó inmóvil durante un segundo, nuevamente sorprendido por la blancura y el orden de la casa.
La gente probablemente diría que ella tenía que mejorar el lugar con colores. Aunque a él le gustaba el marrón, su inmaculada casa hacía que parecieran aún más libertinas las cosas que se hacían el uno al otro.
—¿Te estás desnudando y avanzando lentamente hasta la cama? —le gritó Nicholas .
Ella resopló.
—Apenas. Estoy en la cocina.
ElitzJb
Re: Atrapa a tu Pareja Nicholas Jonas y tu (TerMINaDA)
Capitulo 20
(segunda Parte)
2/2
Con la sangre hirviendo, siguió el sonido de su voz. Cuando dio la vuelta a la esquina, la descubrió en una igualmente blanca cocina, tal y como ella había dicho, inclinándose sobre la puerta de la nevera y sirviéndose una copa de vino blanco.
—¿Quieres una? —preguntó.
—No, gracias. —Cerró la distancia entre ellos, cogió la copa, y la colocó sobre el mostrador.
Un mohín apareció en la boca.
—Planeaba bebérmelo.
—Nada de alcohol —dijo él.
Algo casi… vulnerable parpadeó dentro de sus ojos y la presión en el pecho se incrementó. Ella se aclaró la garganta.
—¿Entonces simplemente vamos a saltar a la cama?
—Desde luego que no.
Él colocó las manos sobre su cintura, remangando su camiseta hasta que una franja de estómago quedó a la vista. Plano, liso. No había pasado el tiempo suficiente en aquella área anoche y ansiaba hacerlo ahora.
(_TN) se mordió el labio inferior.
—¿Qué vamos a hacer, entonces?
—Vamos a desnudarnos, luego saltaremos a la cama.
Él se deshizo del pañuelo que ella llevaba en el cuello, dejando que el suave material acariciara su piel antes de dejarlo caer al suelo. Observó el chupetón que había expuesto y experimentó una primitiva satisfacción.
—Me excitas.
El deseo cubrió la expresión, ahuyentando el nerviosismo. Relajó la postura y ella deslizó los dedos sobre la cinturilla de sus pantalones.
—¿Las mismas reglas de anoche?
—¿Qué reglas?
En tres segundos, iba a probar el pulso que latía a un lado de su cuello. Uno… dos… Se inclinó y la lamió con la lengua. Delicioso.
Gimiendo, (_TN) echó la cabeza hacia atrás.
—Sin abrazos o… o… eso se siente tan bien… arrumacos después, Oh, justo ahí… simplemente te marchas.
—Anoche no hice eso —descendió, mordisqueándola ligeramente.
—Pero debiste hacerlo —dijo ella jadeando.
Normalmente no podía escapar lo suficientemente rápido una vez que el sexo había terminado. Pero no iba a dejar que (_TN) le usara y luego le echara.
—Nada de tratos. Me quedo y me abrazarás al menos durante una hora.
—¿Una hora? —bombeó las caderas contra él.
Él gimió profundamente, el pene tan duro que ya podía sentir la humedad sobre la redondeada punta.
—Dos horas.
—Treinta minutos.
—Tres horas.
—Cuarenta y cinco minutos.
—Cuatro horas.
—De acuerdo. —Ella sonrió abiertamente, con malicia—. Te daré una hora, pero no lo disfrutaré. —Cerrando los ojos, se rozó contra él de nuevo.
Nicholas la dejó buscar su placer un poco, permitiendo que su propia necesidad creciera y se intensificara también.
—Lo disfrutarás.
—No, no lo haré.
—Solo por eso, me quedo dos horas. ¿Quieres insistir por tres?
—Muy bien. Dos.
Él le apartó su camiseta y tocó su estómago. Caliente, suave. Dulce. Ella jadeó ante el primer contacto.
—Me enciendes, Hoyuelos.
(_TN) se arqueó hacia atrás, lo que causó que la coyuntura de sus muslos encajara completamente contra la erección. Nicholas silbó y tragó aire. El placer de esa pequeña caricia casi fue suficiente para hacerle correrse.
Las manos se deslizaron hacia abajo y ahuecaron su trasero. Con un solo movimiento fluido, la levantó hasta el mostrador, le abrió las rodillas y se metió entre sus piernas.
—¿Por qué no puedo dejar de pensar en ti? —preguntó, más para sí mismo que para ella. Aún no la había besado. No hacía más que hablar con ella… lo que era extraño. Le gustaba hablar con ella tanto como le gustaba hacerle el amor.
—Tal vez por la misma razón por la que yo no puedo dejar de pensar en ti. —Ella agarró el dobladillo de su camisa y se la sacó por la cabeza. La tela cayó al suelo en un montón olvidado. (_TN) extendió los dedos sobre sus pezones, bajando por los músculos de su estómago.
Por todas partes que le tocaba, la piel se estremecía como con un cable vivo.
—Cuéntame tus fantasías —dijo él. Saborearla una vez más. Necesitaba saborearla antes de que pudiera pronunciar otra palabra. Inclinándose, deslizó la lengua por la línea de su barbilla. Mmm, tan bueno.
Un temblor viajó a través de ella.
—Yo… yo no sé.
—Sí, lo sabes… ¿En qué piensas cuándo te tocas?
—Yo… yo no hago eso —dijo (_TN) con vergüenza en el tono.
Oh, sabía que mentía, pero no se enfadó. En aquel momento comprendió que (_TN) nunca le había contado a nadie sus fantasías. Que nunca las admitió en voz alta. Le gusto el pensamiento de ser el primero en escucharlas. El primero en hacer realidad los secretos que ella quisiera.
—Sé que te gusta rudo y con fuerza.
—¡No es verdad! —Ahora pareció escandalizada.
Y tal vez, pensó Nicholas , le gustaba con un poco de dolor, así ella no tendría que tratarle con ternura. No tendría que sentir emociones más suaves. Eso es lo que él había estado haciendo, comprendió con sorpresa. Entumeciéndose a sí mismo ante todo menos el placer. Sin emociones.
—Te gusta —dijo él— y a mí también. No lo sabía hasta que te encontré. —Pero esta vez, quería ternura. Lo quería suave. Quería sentir realmente—. ¿Cómo lo quieres? —Ahuecado su pecho y pellizcó un pezón través de la camiseta—. Puedes decírmelo.
—No sé —dijo ella, jadeando ahora.
—Dime. Yo simplemente lo haré.
—Dime las tuyas —le eludió ella.
Metió la otra mano en juego, ahuecando ambos pechos, pero sin tocar los pezones. Revoloteó con la yema de los dedos y dio vueltas sobre ellos, haciendo que se revolviera y retorciera por el toque.
—Los hombres son fáciles. Fantaseamos con hacer que nuestra mujer se corra.
—Uh-uh. —Negó con la cabeza, los negros rizos volando—. Los hombres fantasean con tener a dos mujeres a la vez.
—Tú eres todo lo que puedo manejar. Dime —suplicó él—. Dime lo que siempre quisiste que te hiciera un amante, pero que nunca conseguiste.
Vaciló, insegura. Tan dulcemente insegura.
—Te reirás.
—Te juro por Dios que no lo haré.
Tenía que enterarse. La curiosidad era tan fuerte como su deseo por ella. ¿Qué ponía a esta mujer fuerte e independiente tan nerviosa?
—Nunca… nadie nunca… me besó. Allí.
Entendiendo de golpe, sintió los labios rizarse en una sonrisa, pero se obligó a que su expresión permaneciera neutra. ¡Oh, saborearla entre las piernas! ¡Ser el primero en hacer algo así! La sangre más y más caliente aumentó la erección.
Nicholas se inclinó sobre ella y presionó un beso en su boca. Su lengua al instante salió hacia fuera para encontrarse con la suya. Empujaron juntos, su dulce sabor alzando el deseo a un nuevo nivel. Meció la erección contra ella, recordándose que tenía que respirar, y tragando el gemido de placer.
Antes de que la noche acabara, iba a tomar a esta mujer de todas las formas imaginables. Iba a hacerla correrse con la boca, dedos y pene. Mañana, (_TN) tendría que buscar una nueva fantasía. Esta noche, él le daría ésta. Y esperaba, que otras mil que ella no sabía que poseía.
—¿Y bien? —preguntó (_TN).
—Creo que se puede arreglar.
—¿No… no te importará hacerlo?
—¿Importarme? Disfrutaré de cada momento. Vamos a hacerlo —dijo. Y luego la besó de nuevo.
Dulce fuego, pensó (_TN) mientras se daba un banquete con la boca de Nicholas . El cuerpo le ardía por él. Había dejado de pensar en su padre y su inminente boda. Había dejado de pensar en las consecuencias de acostarse con su jefe, el hombre que creía odiar, pero que no podía dejar de imaginar desnudo todo el tiempo.
Ahora mismo, él era simplemente un hombre y ella simplemente una mujer y sólo existía el placer.
Nicholas dejó de besarla el tiempo suficiente para quitarle la camiseta por la cabeza; entonces la lengua estaba en su boca otra vez y el fuego en la sangre se ponía más caliente. Ardiendo. Un infierno.
Los dedos desabrocharon con experiencia el gancho del sostén, liberando sus pechos. Nicholas acercó el pecho al suyo y le encantó el modo en que sus pezones se rozaron, en una fricción deliciosa.
—El cielo —dijo él.
Reanudó el beso con la misma velocidad e intensidad y sus dientes chocaron cuando se estiraron por un contacto más cercano.
(_TN) todavía estaba un poco avergonzada de que él conociera su fantasía más privada, algo que siempre quiso experimentar pero que jamás había conseguido. ¿Lo haría de verdad tal y como había asegurado? Sólo la posibilidad la excitaba, le hacía temblar. Nunca tuvo el coraje de pedírselo a otro hombre, pero el pensamiento de la caliente lengua de Nicholas lamiendo su…
—Oh, Dios.
—Bonitos pezones.
La puso de pie y trabajó en sus vaqueros. Los tenía en los tobillos y luego en el suelo en dos segundos, dejándola en ropa interior, un tanga de color azul claro.
Cuando (_TN) empezó a desabrocharle los pantalones, él la detuvo, cogió un condón del bolsillo, y le hizo señas para que siguiera. Ella lo hizo. Nicholas no llevaba nada debajo, y el pene saltó hacía delante, largo, grueso y preparado.
—No llevas calzoncillos y trajiste condones. ¿Emito señales de ser una facilona?
—No, pero yo soy un tipo optimista —dijo y le arrancó las bragas.
El frío aire besó el calor entre sus piernas.
Después de ponerse el condón, Nicholas ahuecó su culo y la levantó. No sobre el mostrador esta vez, sino sobre él. Pero aún no la penetró.
—Enlaza tus piernas alrededor de mi cintura.
(_TN) intentó no mostrar su decepción. No iba a concederle su fantasía más salvaje, después de todo. ¿Debería decirle algo? ¿Preguntarle por qué le había exigido saber lo que más deseaba, si no tenía intención de ocuparse de ello?
No deseando obligarle, enrolló las piernas en su cintura sin comentarios. Pero Nicholas no entró en ella como había esperado. No, él la llevó hacia la puerta de atrás.
—¿Qué haces? —preguntó, confusa.
—Tú tienes tu fantasía. Yo tengo la mía —dijo sin reducir la marcha, con el paso estable.
¿Qué? ¿Al aire libre?
—Pero dijiste que los hombres sólo querían hacer que sus mujeres se corrieran.
—Cierto. —Usó una mano para abrir la puerta de madera, luego dio una patada para abrir la mampara y salió al frío aire de la tarde. Débiles rayos de luz les rodearon, los pájaros gorjearon felizmente—. Pero los pequeños detalles siempre cambian. Como las posiciones.
Se apretó más cerca, sosteniéndolo mientras su corazón comenzaba un errático baile.
—La gente podrá vernos —susurró, escandalizada. La débil luz del sol de repente parecía un rayo láser, un proyector—. Sólo tengo una valla metálica.
—Lo sé. Pero está oscuro… casi.
—Vuelve dentro, Nicholas . Ahora mismo.
Él estaba desnudo. Ella estaba desnuda.
—¿Alguno de tus vecinos tiene niños?
—No.
—Entonces creo que debería quedarme donde estoy. Puedo sentir lo rápido que late tu corazón. No quieres que entre, ¿verdad? no realmente.
Bueno… Su mirada recorrió los dos patios de sus vecinos. Nadie estaba fuera. Y si la suerte estaba de su lado, ¡la señora Franklin se quedaría en la parte delantera! Ya que, debajo de la vergüenza, estaba excitada. Alguien podría verles, en cualquier momento. Verlo todo. Verles gozar.
—Alguien podría mirar por la ventana —ronroneó Nicholas .
Un temblor le recorrió la columna vertebral.
Él se rió.
—Lo sabía. Tú, (_TN) Greene, eres una pervertida. —La tiró sobre un sillón que había colocado bajo un gran roble. Sus ramas, llenas de verdes hojas, se dejaban caer, creando un pabellón alrededor de la silla. El zumbido de los coches se oía a lo lejos, desde más allá de la casa.
Él se sentó al final y curioseó entre sus rodillas separadas. Durante mucho tiempo, no se movió, simplemente la miró.
—Tan bonita. Tan mojada.
Ella agarró los brazos del sillón.
—¿Q-que haces?
Sonrió abiertamente, con malicia.
—Decidiendo donde lamer primero.
Balbuceó durante un momento, confusa. Cuándo lo entendió, dijo entrecortadamente:
—¿Vas a hacerlo aquí?
—¿Dónde sino?
Y luego avanzó lentamente, bajando la cabeza y acortando la distancia. Se olvidó de protestar, de los vecinos e incluso de respirar.
Al primer movimiento rápido de su lengua, alzó las caderas directamente al aire. Jugó con su clítoris, bromeándolo, hacia adelante y hacia atrás, luego hundió dos dedos en su interior. (_TN) gritó. Justo ahí, en su patio trasero, gritó, gimió y lloriqueó ante la cruda y embriagadora sensación de tener un hombre dándose un banquete entre las piernas.
—Mejor de lo que soñé —dijo él.
Un orgasmo rasgó a través de ella y (_TN) se mordió la mano para amortiguar el resto de los gritos. El placer era tan, tan intenso. Luces blancas parpadearon tras los ojos mientras todo el cuerpo se apretaba y relajaba, se apretaba y relajaba. (_TN) se mordió tan fuerte que probó el sabor de la sangre. Era exquisito. Maravilloso.
Entonces Nicholas se alzó sobre ella y enterró su larga y gruesa longitud en el interior, estirándola, llenándola. Tan bueno. Tan bueno. Él no se movió, solo la miró fijamente. El sudor goteaba de su frente.
—Seguro que todos nos miran ahora —dijo, su voz tensa.
Y sólo con eso, (_TN) alcanzó su punto máximo de nuevo.
—Nicholas . ¡Nicholas !
—Te preguntaría si te gusta vivir aquí fuera tu fantasía, pero ya conozco la respuesta. —Se meció hacia delante, con fuerza—. Te preguntaría si te gusta la idea de ser descubierta, pero conozco la respuesta a eso también.
(_TN) rió. O gimió. No estaba segura. Tenía problemas para pensar correctamente.
—Me… hmm… encanta… hmm.
—Creo que el vecino de la izquierda ha salido al porche de atrás.
—Oh, Dios.
—¿Debería detenerme? —empujó de nuevo.
—No. ¡No!
Su cálido aliento le soplaba sobre la me_tna, y Nicholas aumentó el ritmo, deslizándose, enterrándose profundamente. Era demasiado. No, no era suficiente.
—¿Segura? —dijo él entrecortadamente.
—Segura. Es genial. No pares nunca.
Si paraba… si él paraba. Nicholas la golpeó justo donde más lo necesitaba, profundo, tan profundamente que (_TN) estalló de nuevo. Tembló y tembló y se aferró a él, gritando su nombre.
Sus músculos se pusieron rígidos bajo las manos, y rugió de satisfacción, estremeciéndose dentro de ella.
—(_TN). (_TN), (_TN), (_TN).
—¡Nicholas , sí, sí, sí!
—¿(_TN)?
(_TN) bajó de las estrellas ante el sonido de la voz de la señora Franklin. Se puso rígida y se quedó quieta. Mierda. ¡Mierda! Nicholas se ahogaba de la risa. Al menos, él estaba encima de ella, ocultando a la vista su desnudez.
—Toda va bien, señora Franklin.
—Escuché…
—Le aseguro que azotaré a (_TN) por ser tan ruidosa —dijo Nicholas . Ni siquiera intentó ocultar su diversión mientras su hermosa cara la observaba detenidamente.
La señora Franklin jadeó.
—¡Oh! Oh, mi…
(_TN) oyó un golpe al cerrarse la puerta. Se tragó una carcajada mientras empujaba a Nicholas y entraba corriendo en la casa con la cara ardiendo.
—Ciérrame la puerta y te zurraré.
Estaba inclinada sobre el fregadero, riéndose cuando él acechó dentro. Dios querido. Su vecina de setenta años la había visto teniendo sexo. Y no le importaba. ¿En qué clase de pervertida sexual la convertía Nicholas ?
Imperturbable por su desnudez, él ancló las manos sobre sus caderas y la fulminó con la mirada. Estaba ruborizado y tenía el pelo revuelto. Los ojos le brillaban con satisfacción, desmintiendo la cólera que intentaba proyectar. Cuando su risa disminuyó.
—Si crees que esto va a librarte de abrazarme, estas muy equivocada —dijo
jajajjajajajjaaja a mi me encanto estos capitulos
pobre señora ajjajajajajajaja no esta acostumbrada a esas cosas tan picantes jeje
espero y allan disfutado de este especial nos leemos pronto :)
(segunda Parte)
2/2
Con la sangre hirviendo, siguió el sonido de su voz. Cuando dio la vuelta a la esquina, la descubrió en una igualmente blanca cocina, tal y como ella había dicho, inclinándose sobre la puerta de la nevera y sirviéndose una copa de vino blanco.
—¿Quieres una? —preguntó.
—No, gracias. —Cerró la distancia entre ellos, cogió la copa, y la colocó sobre el mostrador.
Un mohín apareció en la boca.
—Planeaba bebérmelo.
—Nada de alcohol —dijo él.
Algo casi… vulnerable parpadeó dentro de sus ojos y la presión en el pecho se incrementó. Ella se aclaró la garganta.
—¿Entonces simplemente vamos a saltar a la cama?
—Desde luego que no.
Él colocó las manos sobre su cintura, remangando su camiseta hasta que una franja de estómago quedó a la vista. Plano, liso. No había pasado el tiempo suficiente en aquella área anoche y ansiaba hacerlo ahora.
(_TN) se mordió el labio inferior.
—¿Qué vamos a hacer, entonces?
—Vamos a desnudarnos, luego saltaremos a la cama.
Él se deshizo del pañuelo que ella llevaba en el cuello, dejando que el suave material acariciara su piel antes de dejarlo caer al suelo. Observó el chupetón que había expuesto y experimentó una primitiva satisfacción.
—Me excitas.
El deseo cubrió la expresión, ahuyentando el nerviosismo. Relajó la postura y ella deslizó los dedos sobre la cinturilla de sus pantalones.
—¿Las mismas reglas de anoche?
—¿Qué reglas?
En tres segundos, iba a probar el pulso que latía a un lado de su cuello. Uno… dos… Se inclinó y la lamió con la lengua. Delicioso.
Gimiendo, (_TN) echó la cabeza hacia atrás.
—Sin abrazos o… o… eso se siente tan bien… arrumacos después, Oh, justo ahí… simplemente te marchas.
—Anoche no hice eso —descendió, mordisqueándola ligeramente.
—Pero debiste hacerlo —dijo ella jadeando.
Normalmente no podía escapar lo suficientemente rápido una vez que el sexo había terminado. Pero no iba a dejar que (_TN) le usara y luego le echara.
—Nada de tratos. Me quedo y me abrazarás al menos durante una hora.
—¿Una hora? —bombeó las caderas contra él.
Él gimió profundamente, el pene tan duro que ya podía sentir la humedad sobre la redondeada punta.
—Dos horas.
—Treinta minutos.
—Tres horas.
—Cuarenta y cinco minutos.
—Cuatro horas.
—De acuerdo. —Ella sonrió abiertamente, con malicia—. Te daré una hora, pero no lo disfrutaré. —Cerrando los ojos, se rozó contra él de nuevo.
Nicholas la dejó buscar su placer un poco, permitiendo que su propia necesidad creciera y se intensificara también.
—Lo disfrutarás.
—No, no lo haré.
—Solo por eso, me quedo dos horas. ¿Quieres insistir por tres?
—Muy bien. Dos.
Él le apartó su camiseta y tocó su estómago. Caliente, suave. Dulce. Ella jadeó ante el primer contacto.
—Me enciendes, Hoyuelos.
(_TN) se arqueó hacia atrás, lo que causó que la coyuntura de sus muslos encajara completamente contra la erección. Nicholas silbó y tragó aire. El placer de esa pequeña caricia casi fue suficiente para hacerle correrse.
Las manos se deslizaron hacia abajo y ahuecaron su trasero. Con un solo movimiento fluido, la levantó hasta el mostrador, le abrió las rodillas y se metió entre sus piernas.
—¿Por qué no puedo dejar de pensar en ti? —preguntó, más para sí mismo que para ella. Aún no la había besado. No hacía más que hablar con ella… lo que era extraño. Le gustaba hablar con ella tanto como le gustaba hacerle el amor.
—Tal vez por la misma razón por la que yo no puedo dejar de pensar en ti. —Ella agarró el dobladillo de su camisa y se la sacó por la cabeza. La tela cayó al suelo en un montón olvidado. (_TN) extendió los dedos sobre sus pezones, bajando por los músculos de su estómago.
Por todas partes que le tocaba, la piel se estremecía como con un cable vivo.
—Cuéntame tus fantasías —dijo él. Saborearla una vez más. Necesitaba saborearla antes de que pudiera pronunciar otra palabra. Inclinándose, deslizó la lengua por la línea de su barbilla. Mmm, tan bueno.
Un temblor viajó a través de ella.
—Yo… yo no sé.
—Sí, lo sabes… ¿En qué piensas cuándo te tocas?
—Yo… yo no hago eso —dijo (_TN) con vergüenza en el tono.
Oh, sabía que mentía, pero no se enfadó. En aquel momento comprendió que (_TN) nunca le había contado a nadie sus fantasías. Que nunca las admitió en voz alta. Le gusto el pensamiento de ser el primero en escucharlas. El primero en hacer realidad los secretos que ella quisiera.
—Sé que te gusta rudo y con fuerza.
—¡No es verdad! —Ahora pareció escandalizada.
Y tal vez, pensó Nicholas , le gustaba con un poco de dolor, así ella no tendría que tratarle con ternura. No tendría que sentir emociones más suaves. Eso es lo que él había estado haciendo, comprendió con sorpresa. Entumeciéndose a sí mismo ante todo menos el placer. Sin emociones.
—Te gusta —dijo él— y a mí también. No lo sabía hasta que te encontré. —Pero esta vez, quería ternura. Lo quería suave. Quería sentir realmente—. ¿Cómo lo quieres? —Ahuecado su pecho y pellizcó un pezón través de la camiseta—. Puedes decírmelo.
—No sé —dijo ella, jadeando ahora.
—Dime. Yo simplemente lo haré.
—Dime las tuyas —le eludió ella.
Metió la otra mano en juego, ahuecando ambos pechos, pero sin tocar los pezones. Revoloteó con la yema de los dedos y dio vueltas sobre ellos, haciendo que se revolviera y retorciera por el toque.
—Los hombres son fáciles. Fantaseamos con hacer que nuestra mujer se corra.
—Uh-uh. —Negó con la cabeza, los negros rizos volando—. Los hombres fantasean con tener a dos mujeres a la vez.
—Tú eres todo lo que puedo manejar. Dime —suplicó él—. Dime lo que siempre quisiste que te hiciera un amante, pero que nunca conseguiste.
Vaciló, insegura. Tan dulcemente insegura.
—Te reirás.
—Te juro por Dios que no lo haré.
Tenía que enterarse. La curiosidad era tan fuerte como su deseo por ella. ¿Qué ponía a esta mujer fuerte e independiente tan nerviosa?
—Nunca… nadie nunca… me besó. Allí.
Entendiendo de golpe, sintió los labios rizarse en una sonrisa, pero se obligó a que su expresión permaneciera neutra. ¡Oh, saborearla entre las piernas! ¡Ser el primero en hacer algo así! La sangre más y más caliente aumentó la erección.
Nicholas se inclinó sobre ella y presionó un beso en su boca. Su lengua al instante salió hacia fuera para encontrarse con la suya. Empujaron juntos, su dulce sabor alzando el deseo a un nuevo nivel. Meció la erección contra ella, recordándose que tenía que respirar, y tragando el gemido de placer.
Antes de que la noche acabara, iba a tomar a esta mujer de todas las formas imaginables. Iba a hacerla correrse con la boca, dedos y pene. Mañana, (_TN) tendría que buscar una nueva fantasía. Esta noche, él le daría ésta. Y esperaba, que otras mil que ella no sabía que poseía.
—¿Y bien? —preguntó (_TN).
—Creo que se puede arreglar.
—¿No… no te importará hacerlo?
—¿Importarme? Disfrutaré de cada momento. Vamos a hacerlo —dijo. Y luego la besó de nuevo.
Dulce fuego, pensó (_TN) mientras se daba un banquete con la boca de Nicholas . El cuerpo le ardía por él. Había dejado de pensar en su padre y su inminente boda. Había dejado de pensar en las consecuencias de acostarse con su jefe, el hombre que creía odiar, pero que no podía dejar de imaginar desnudo todo el tiempo.
Ahora mismo, él era simplemente un hombre y ella simplemente una mujer y sólo existía el placer.
Nicholas dejó de besarla el tiempo suficiente para quitarle la camiseta por la cabeza; entonces la lengua estaba en su boca otra vez y el fuego en la sangre se ponía más caliente. Ardiendo. Un infierno.
Los dedos desabrocharon con experiencia el gancho del sostén, liberando sus pechos. Nicholas acercó el pecho al suyo y le encantó el modo en que sus pezones se rozaron, en una fricción deliciosa.
—El cielo —dijo él.
Reanudó el beso con la misma velocidad e intensidad y sus dientes chocaron cuando se estiraron por un contacto más cercano.
(_TN) todavía estaba un poco avergonzada de que él conociera su fantasía más privada, algo que siempre quiso experimentar pero que jamás había conseguido. ¿Lo haría de verdad tal y como había asegurado? Sólo la posibilidad la excitaba, le hacía temblar. Nunca tuvo el coraje de pedírselo a otro hombre, pero el pensamiento de la caliente lengua de Nicholas lamiendo su…
—Oh, Dios.
—Bonitos pezones.
La puso de pie y trabajó en sus vaqueros. Los tenía en los tobillos y luego en el suelo en dos segundos, dejándola en ropa interior, un tanga de color azul claro.
Cuando (_TN) empezó a desabrocharle los pantalones, él la detuvo, cogió un condón del bolsillo, y le hizo señas para que siguiera. Ella lo hizo. Nicholas no llevaba nada debajo, y el pene saltó hacía delante, largo, grueso y preparado.
—No llevas calzoncillos y trajiste condones. ¿Emito señales de ser una facilona?
—No, pero yo soy un tipo optimista —dijo y le arrancó las bragas.
El frío aire besó el calor entre sus piernas.
Después de ponerse el condón, Nicholas ahuecó su culo y la levantó. No sobre el mostrador esta vez, sino sobre él. Pero aún no la penetró.
—Enlaza tus piernas alrededor de mi cintura.
(_TN) intentó no mostrar su decepción. No iba a concederle su fantasía más salvaje, después de todo. ¿Debería decirle algo? ¿Preguntarle por qué le había exigido saber lo que más deseaba, si no tenía intención de ocuparse de ello?
No deseando obligarle, enrolló las piernas en su cintura sin comentarios. Pero Nicholas no entró en ella como había esperado. No, él la llevó hacia la puerta de atrás.
—¿Qué haces? —preguntó, confusa.
—Tú tienes tu fantasía. Yo tengo la mía —dijo sin reducir la marcha, con el paso estable.
¿Qué? ¿Al aire libre?
—Pero dijiste que los hombres sólo querían hacer que sus mujeres se corrieran.
—Cierto. —Usó una mano para abrir la puerta de madera, luego dio una patada para abrir la mampara y salió al frío aire de la tarde. Débiles rayos de luz les rodearon, los pájaros gorjearon felizmente—. Pero los pequeños detalles siempre cambian. Como las posiciones.
Se apretó más cerca, sosteniéndolo mientras su corazón comenzaba un errático baile.
—La gente podrá vernos —susurró, escandalizada. La débil luz del sol de repente parecía un rayo láser, un proyector—. Sólo tengo una valla metálica.
—Lo sé. Pero está oscuro… casi.
—Vuelve dentro, Nicholas . Ahora mismo.
Él estaba desnudo. Ella estaba desnuda.
—¿Alguno de tus vecinos tiene niños?
—No.
—Entonces creo que debería quedarme donde estoy. Puedo sentir lo rápido que late tu corazón. No quieres que entre, ¿verdad? no realmente.
Bueno… Su mirada recorrió los dos patios de sus vecinos. Nadie estaba fuera. Y si la suerte estaba de su lado, ¡la señora Franklin se quedaría en la parte delantera! Ya que, debajo de la vergüenza, estaba excitada. Alguien podría verles, en cualquier momento. Verlo todo. Verles gozar.
—Alguien podría mirar por la ventana —ronroneó Nicholas .
Un temblor le recorrió la columna vertebral.
Él se rió.
—Lo sabía. Tú, (_TN) Greene, eres una pervertida. —La tiró sobre un sillón que había colocado bajo un gran roble. Sus ramas, llenas de verdes hojas, se dejaban caer, creando un pabellón alrededor de la silla. El zumbido de los coches se oía a lo lejos, desde más allá de la casa.
Él se sentó al final y curioseó entre sus rodillas separadas. Durante mucho tiempo, no se movió, simplemente la miró.
—Tan bonita. Tan mojada.
Ella agarró los brazos del sillón.
—¿Q-que haces?
Sonrió abiertamente, con malicia.
—Decidiendo donde lamer primero.
Balbuceó durante un momento, confusa. Cuándo lo entendió, dijo entrecortadamente:
—¿Vas a hacerlo aquí?
—¿Dónde sino?
Y luego avanzó lentamente, bajando la cabeza y acortando la distancia. Se olvidó de protestar, de los vecinos e incluso de respirar.
Al primer movimiento rápido de su lengua, alzó las caderas directamente al aire. Jugó con su clítoris, bromeándolo, hacia adelante y hacia atrás, luego hundió dos dedos en su interior. (_TN) gritó. Justo ahí, en su patio trasero, gritó, gimió y lloriqueó ante la cruda y embriagadora sensación de tener un hombre dándose un banquete entre las piernas.
—Mejor de lo que soñé —dijo él.
Un orgasmo rasgó a través de ella y (_TN) se mordió la mano para amortiguar el resto de los gritos. El placer era tan, tan intenso. Luces blancas parpadearon tras los ojos mientras todo el cuerpo se apretaba y relajaba, se apretaba y relajaba. (_TN) se mordió tan fuerte que probó el sabor de la sangre. Era exquisito. Maravilloso.
Entonces Nicholas se alzó sobre ella y enterró su larga y gruesa longitud en el interior, estirándola, llenándola. Tan bueno. Tan bueno. Él no se movió, solo la miró fijamente. El sudor goteaba de su frente.
—Seguro que todos nos miran ahora —dijo, su voz tensa.
Y sólo con eso, (_TN) alcanzó su punto máximo de nuevo.
—Nicholas . ¡Nicholas !
—Te preguntaría si te gusta vivir aquí fuera tu fantasía, pero ya conozco la respuesta. —Se meció hacia delante, con fuerza—. Te preguntaría si te gusta la idea de ser descubierta, pero conozco la respuesta a eso también.
(_TN) rió. O gimió. No estaba segura. Tenía problemas para pensar correctamente.
—Me… hmm… encanta… hmm.
—Creo que el vecino de la izquierda ha salido al porche de atrás.
—Oh, Dios.
—¿Debería detenerme? —empujó de nuevo.
—No. ¡No!
Su cálido aliento le soplaba sobre la me_tna, y Nicholas aumentó el ritmo, deslizándose, enterrándose profundamente. Era demasiado. No, no era suficiente.
—¿Segura? —dijo él entrecortadamente.
—Segura. Es genial. No pares nunca.
Si paraba… si él paraba. Nicholas la golpeó justo donde más lo necesitaba, profundo, tan profundamente que (_TN) estalló de nuevo. Tembló y tembló y se aferró a él, gritando su nombre.
Sus músculos se pusieron rígidos bajo las manos, y rugió de satisfacción, estremeciéndose dentro de ella.
—(_TN). (_TN), (_TN), (_TN).
—¡Nicholas , sí, sí, sí!
—¿(_TN)?
(_TN) bajó de las estrellas ante el sonido de la voz de la señora Franklin. Se puso rígida y se quedó quieta. Mierda. ¡Mierda! Nicholas se ahogaba de la risa. Al menos, él estaba encima de ella, ocultando a la vista su desnudez.
—Toda va bien, señora Franklin.
—Escuché…
—Le aseguro que azotaré a (_TN) por ser tan ruidosa —dijo Nicholas . Ni siquiera intentó ocultar su diversión mientras su hermosa cara la observaba detenidamente.
La señora Franklin jadeó.
—¡Oh! Oh, mi…
(_TN) oyó un golpe al cerrarse la puerta. Se tragó una carcajada mientras empujaba a Nicholas y entraba corriendo en la casa con la cara ardiendo.
—Ciérrame la puerta y te zurraré.
Estaba inclinada sobre el fregadero, riéndose cuando él acechó dentro. Dios querido. Su vecina de setenta años la había visto teniendo sexo. Y no le importaba. ¿En qué clase de pervertida sexual la convertía Nicholas ?
Imperturbable por su desnudez, él ancló las manos sobre sus caderas y la fulminó con la mirada. Estaba ruborizado y tenía el pelo revuelto. Los ojos le brillaban con satisfacción, desmintiendo la cólera que intentaba proyectar. Cuando su risa disminuyó.
—Si crees que esto va a librarte de abrazarme, estas muy equivocada —dijo
jajajjajajajjaaja a mi me encanto estos capitulos
pobre señora ajjajajajajajaja no esta acostumbrada a esas cosas tan picantes jeje
espero y allan disfutado de este especial nos leemos pronto :)
ElitzJb
Re: Atrapa a tu Pareja Nicholas Jonas y tu (TerMINaDA)
Amé los caps!! Pobre la señora, después de un rato se dio cuenta de que. Gracias por poner 2 en vez de uno, me encantó. Seguila!!!
Pevensie
Re: Atrapa a tu Pareja Nicholas Jonas y tu (TerMINaDA)
JAJAJAJAJJAJAJAJA QUE PERVEEEEERRR!!! SOOOONNNNN!!
JAJAJAJAJA POBRE DE SU VECINAAAAA!!!!!
JAJAJAJAJAJAJAJAJA
JAJAJAJAJA POBRE DE SU VECINAAAAA!!!!!
JAJAJAJAJAJAJAJAJA
chelis
Re: Atrapa a tu Pareja Nicholas Jonas y tu (TerMINaDA)
jajjaja wow que idea nueva jajjaaj ay dios las hormonas de nicholas encima el no llevaba calzonsillos jjajaj y dio un salto jjajajaj ay dios no puedo parar me hicistes mas pervertida jjaj ay ya ezpero poder parar de la risa si que tenias las ideas bien guardaditas para los capitulo jajjaj las imaginaciones oh dios... y pobre señora vio esa escena que fue el paraiso para elllos y para la señora fue asqueroso jjajaj ame los capitulooo!!!! seguila quiero leer mas :twisted: jajja bueno eso besos!!! <3 I love You!!
SmileJonas
Re: Atrapa a tu Pareja Nicholas Jonas y tu (TerMINaDA)
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA
JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJ
nononononon .. me muero ya no mas... nunca asi por dios ! jajaja
pobre señora ... tan vieja y las cosas que tiene que andar viendo :P
nick es tremendooooooo ... esas fantasias que se le ocurren !
ameee los capis !
siiguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJ
nononononon .. me muero ya no mas... nunca asi por dios ! jajaja
pobre señora ... tan vieja y las cosas que tiene que andar viendo :P
nick es tremendooooooo ... esas fantasias que se le ocurren !
ameee los capis !
siiguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
Ciin :)
Re: Atrapa a tu Pareja Nicholas Jonas y tu (TerMINaDA)
hahahahaha moriiii!!!!!!!
hahahaha si los cacharon no puedo dejar de reir!!
awww ya admitieron lo que les pasa
awww yo solo dije "AL FIIIN" hahaha
me encantaron los capis!!
siguela pronto porfis XD
hahahaha si los cacharon no puedo dejar de reir!!
awww ya admitieron lo que les pasa
awww yo solo dije "AL FIIIN" hahaha
me encantaron los capis!!
siguela pronto porfis XD
DanieladeJonas
Re: Atrapa a tu Pareja Nicholas Jonas y tu (TerMINaDA)
hay se pasan antes no le causaron un infarto a la pobre señora!
Siguela!!
Siguela!!
aranzhitha
Re: Atrapa a tu Pareja Nicholas Jonas y tu (TerMINaDA)
WOW! Pobre señora xD ajajaj no pude evitar reir al imaginarme su cara al descubrirlos en el acto xD jajaja
Ese Nicholas me sorprende cada día más y la rayis a todo dice que si, en una pervertida! juro que yo hubiera dicho no....OKEY NO, si Nichoo me lo pide a todo digo que si xD (olvida eso)
Jajaja, espero que escribas pronto, amé los dos capitulos!
Adios!
Kisses & Carrots ♥
Ese Nicholas me sorprende cada día más y la rayis a todo dice que si, en una pervertida! juro que yo hubiera dicho no....OKEY NO, si Nichoo me lo pide a todo digo que si xD (olvida eso)
Jajaja, espero que escribas pronto, amé los dos capitulos!
Adios!
Kisses & Carrots ♥
LittleThings
Re: Atrapa a tu Pareja Nicholas Jonas y tu (TerMINaDA)
Drama♥Queen escribió:Amé los caps!! Pobre la señora, después de un rato se dio cuenta de que. Gracias por poner 2 en vez de uno, me encantó. Seguila!!!
jajajajajjaja si pobre vecina jeje
ya la sigo :)
ElitzJb
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