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La Bella & La Bestia (JB&Tú) TERMINADA
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: La Bella & La Bestia (JB&Tú) TERMINADA
Capitulo 56: (Parte 2) Penúltimo capitulo
Si alguna vez Justin había sido malo, no lo recordaba. Se comportaba de lo más tierno con sus dos hermanos, por la mañana trabajaba, por la tarde jugaba con ellos mientras yo estudiaba y por la noche compartíamos la cena todos juntos. Y cuando las vocecitas de los niños dejaban de escucharse por los pasillos, Justin se convertía en un amante sensacional.
Ambos debíamos admitir que mis suegros nos habían dado una hermosa oportunidad para probar suerte como padres y aunque Justin se quejara cuando Jaxon despedazaba las flores y Jazzy pataleara por todo tipo de juguetes en el supermercado, parecíamos toda una familia. Claro que no era de lo más normal, porque ellos eran los hermanos de mi esposo y la “familia” acababa cuando Pattie y Jeremy volvieran de su viaje.
-Me rindo-gritó Justin mientras bajaba las escaleras-. No sé como hace mamá para peinar a la niña, es que no se queda quieta y las coletas salen torcidas-se quejó.
-No es tan difícil-dije divertida mientras él se sentaba a mi lado.
-¿Por qué no lo intentas?-preguntó encendiendo el televisor-. Jazmyn, ¡ven aquí!
Tras escuchar el grito de Justin, Jazmyn bajó las escaleras corriendo con entusiasmo. Su escaso fleco estaba enmarañado mientras era sostenido por una pequeña traba verde claro, sus dos coletas estaban más desparejas que los dientes de un tiburón y las bandas elásticas que sostenían el cabello era una rosada y la otra celeste.
Contuve la risa al verla acercarse a mí. Justin frunció el ceño y Jazzy alzó los hombros defendiéndose. Senté a Jazzy sobre mi regazo y observé a Justin con detenimiento.
-Vas a traumarla si sigues haciéndole estos peinados-lo regañé y luego reí.
Golpeó levemente mi hombro para luego quejarse con el ceño fruncido.
-No es mi culpa, nunca nadie me ha enseñado.
-Justin, por Dios, aprende a combinar colores.
Jazmyn rió y Justin volvió a fruncir el ceño. Se cruzó de brazos y apoyó su espalda contra el sillón.
-Disculpa, no quería arruinarle el cabello a mi hermana.
-Ve a buscar el cepillo y las bandas elásticas-le dije a Jazzy.
Ella corrió escaleras arriba y me acerqué a Justin.
-Nadie te ha regañado, tontito-besé su mejilla-, y no le has arruinado el cabello. Estaba molestándote, no seas tan sensible.
-Es que no sé cómo peinar a una niña-observó el televisor sin prestarle atención alguna-. A ti no te tengo que peinar.
-Ya, deja de lamentarte, señor sensibilidad-dije riendo.
-Aquí llego yo-gritó Jazzy saltando desde el último escalón.
Justin volteó a verla y le sonrió, su hermana le devolvió la sonrisa y se sentó sobre mi regazo. Sostuvo el cepillo entre sus delicadas manos mientras yo me dedicaba a desatar su cabello.
-Justin, observa-dije mientras extendía para que Jazzy me pasara el cepillo-. Primero, debes desenredarle el cabello.
Quite todas las bandas elásticas de su cabello mal atado mientras Justin observaba atentamente. Pasé el cepillo por toda la longitud del cabello. Quedó perfectamente peinado, lo separé en dos partes y elevé un mechón de pelo para atarlo en una coleta al costado, acto seguido, hice lo mismo con el otro mechón. Poco de su cabello quedó estorbando sobre su frente, lo estiré, lo peiné y até el mechoncito con una pequeña traba.
-Y así es como peinas a una nena.
-¿Puedo intentarlo?-preguntó arqueando una ceja.
Jazmyn observó a su hermano y frunció la boca. Justin rió y Jazzy le regaló una sonrisa. La pequeña se giró y me abrazó tiernamente.
-Gracias, _______-murmuró y se alejó de mí.
Se bajó de mi regazo y se puso de pie para luego correr escaleras arriba. Justin volvió a centrar su vista en el televisor, pero como antes había sucedido, no prestaba atención alguna.
Subí mis piernas al sillón y me dejé llevar por mis pensamientos. La casa estaba demasiado tranquila, Justin y yo no habíamos pelado por días, Pattie llamaba siempre que podía. Era todo perfecto, nada había salido mal.
Un comercial interrumpió mis pensamientos, haciéndome llegar a la conclusión de algo. Una mujer hablaba sobre su embarazo adolescente, Justin cambió de canal rápidamente y buscó más de su interés.
-Justin…-murmuré.
Al parecer no pudo oírme y luego agradecí por eso. No iba a decir nada si no había aclarado mis dudas. Pero lo cierto era que mi periodo no se atrasaba nunca, aunque debido a mis últimas semanas atareadas, podría haberse afectado en algo.
Me puse de pie y acomodé mi cabello. Justin alzó la vista y me sonrió.
-¿Pasa algo?
-No-mentí intentando ocultar mis dudas-. Voy a ver que hacen los pequeños.
Subí las escaleras a paso lento y al llegar al segundo piso titubeé, iba por los niños o iba a mi habitación. Primero pasaría por la habitación de cada uno, iba a ver si estaban bien o si necesitaban algo y luego, a mi habitación.
Caminé por el pasillo hasta llegar a la habitación que ocupaba Jaxon, no había nadie allí. Apagué la luz de la habitación vacía y caminé hacia la de Jazzy. Estaban ambos sentados sobre la cama y Jaxon daba la espalda a la puerta.
-No te mueves, niño-lo regañó y tomó la cara de su hermano entre sus manos.
-Jazzy, ¿qué le haces?-pregunté parándome en el umbral de la puerta.
Jazmyn alzó la vista y me sonrió, Jaxon dio vuelta el rostro e intento sonreír. Sus labios tenían un color rojizo intenso y sus ojos estaban maquillados con verde claro.
-¿Qué le has hecho?
-Yo le dije que los hombres no se maquillan, ¿cierto, _____?-habló Jaxon bajándose de la cama.
Me reí ligeramente y tomé a Jaxon entre mis brazos. Le dije a Jazzy que ordenara la habitación mientras yo bañaba a su hermano.
El niño se dejó limpiar sin problema alguno, pero la pintura no se quitó del todo. Un pinta labios rojo fuerte era el causante de una leve irritación en la pequeña boca de Jaxon. Justin tendría que darle un leve regaño a la niña que se había ocupado de embellecer a su hermano.
-Ya estás, limpio y como un nene-le sonreí mientras le ponía perfumen.
Jaxon me devolvió la sonrisa y se pasó la mano por el cabello húmedo.
-______, tengo hambre-me avisó luego de estornudar.
-Dile a Justin que les prepare leche con chocolate, yo enseguida bajo-me puse de pie.
El hermano de Justin salió disparado de la habitación. Me encaminé por el pasillo, hacia mi habitación. Al llegar busqué ropa seca y dos toallas. Entré al baño y encendí la ducha.
Si bien mis sospechas de estar embarazada, se revolvían en mi cabeza, no lo creía muy posible. Justin siempre se encargaba de usar protección y a él nada se le iba de las manos. A pesar de que nosotros nos habíamos ocupado muy bien de los dos niños, tener un hijo podía resultar algo difícil y completamente diferente. Apenas tenía dieciocho años y Justin veinticuatro, ¿Qué se podía hacer con eso?
-¿_____? ¿Estás en la ducha?-preguntó a los gritos.
-Ya salgo, ¿está todo bien?
-Si, si, tú tranquila, solo quería saber si estabas aquí.
No comprendí el por qué de los gritos de Justin, pero seguí con mi ducha. Apagué el grifo cuando me sentí limpia y busqué la toalla para envolverme. Había decidido algo, no iba a decirle a Justin sobre mis sospechas, solo era un retraso causado a mi leve estrés por hacer todo en casa. Pasé la toalla por mi cabello y lo envolví para salir del baño, seca y limpia.
Me coloqué la ropa que anteriormente había sacado del armario. Dejé la toalla colgando en el baño y me quité la otra de la cabeza. Cepillé mi cabello húmedo y luego lo sacudí un poco, dejé la toalla sobre la otra y apagué la luz del baño para salir de allí.
Baje las escaleras y me encontré con el living vacío, en la cocina se escucharon las tiernas risas de los niños. Justin largó una risotada y seguido de eso un ruido de cristal inundó mis sentidos.
-El quinto vaso de la semana, Jazmyn-la regañó Justin.
Entré a la cocina y vi a Jazzy junto con Jaxon, observando a Justin con cara de cachorro lastimado.
-Tranquilo, Bieber-le dije a Justin, tomando a Jazzy entre mis brazos.
La senté sobre la mesada y tomé sus manos entre las mías.
-¿Te has hecho daño, Jazzy?-pregunté.
La niña negó rápidamente y luego devolvió su mirada a Justin. Justin se movió y buscó una bolsa y la escoba. Jaxon se sentó al lado de los vidrios y Justin tiró toda lo que tenía en las manos.
-Ponte de pie, Jaxon-le gritó.
Se pasó la mano rápidamente por el cabello y Jaxon lo observó desde el suelo. Los ojos del pequeño parecían inundarse de lágrimas a medida que corrían los segundos. Ordené a Jazmyn que se quedara quieta y tomé a Jaxon entre mis brazos para sentarlo al lado de su hermana.
-¿Te clavaste algo?-le pregunté.
Jaxon, al igual que había hecho su hermana, negó rápidamente con su cabeza. Tomé sus manos entre las mías y las observé. Luego noté que Justin suspiraba pesadamente, para luego abandonar la cocina.
-¿Puedes limpiar aquí, Justin?-pregunté en un grito.
-Aleja a los niños de la cocina y luego saco los vidrios-dijo con voz apagada.
¿La razón? No la sé.
Tomé a Jaxon entre mis brazos y bajé a Jazzy de la mesada. Le tomé la mano y les comenté que íbamos a subir a jugar a la sala de juegos que Justin había habilitado hacia muy poco.
Jaxon iba callado, a diferencia de Jazmyn que hablaba hasta por los codos, el niño reposó su cabeza entre mi cuello y mi hombro, y largó una que otra lágrima.
Llegamos arriba y senté a Jaxon en el sillón, Jazzy se sentó a su lado.
-¡Alicia en el país de las maravillas!-gritó la niña al prender el televisor.
Una vez que Jaxon estuvo tranquilo sabiendo que Justin no se había enfadado con él, los dejé solos en la habitación. Tomé rumbo a mi habitación, para buscar mi celular y sorprendí a Justin teniendo una conversación telefónica.
-No lo sé, yo creo que no da para más-dijo.
Pegué la espalda a la pared continua a la habitación y escuché atentamente.
-Están mis hermanos-informó-, y ________ les presta más atención que a mí.
Fruncí el ceño, parecía un niño celoso.
-Chaz, no quiero-se quejó-. Es que…-guardó silencio-, no. Llegan en una semana.
Murmuró algo que no pude comprender y luego bufó.
-Mañana voy a verla, pero no me ha llamado-gruñó.
¿Acaso Justin estaba con otra? Mi corazón se aceleró y sentí como mi pecho se contraía, no estaba respirando. Reprimí mi llanto y sequé mis lágrimas con el dorso de mi mano.
-Hablamos luego, amigo-se despidió Justin-. Adiós.
Respiré hondo y sentí lo pasos de Justin acercarse a la puerta. Sin hacer el mínimo ruido retrocedí unos pasos y comencé a caminar normalmente, nos topamos en la puerta de la habitación y me dedicó una leve sonrisa. Lo esquivé y me adentré en la habitación.
-¿Todo bien?-preguntó.
Caminé hacia mi mesa de noche y tomé mi móvil. Dos llamadas perdidas de Danielle.
-¿Levantaste los vidrios?
-Si, pero, ¿Qué ocurre, cariño?
-Nada que pueda importarte.
-Sabes que lo que tenga que ver contigo me importa, mucho -respondió.
Pasé por su lado y salí de la habitación. Me siguió.
-No te enojes, no sé que he hecho.
-Nada, no has hecho nada, Justin-dije bajando las escaleras-. Solo no me fastidies.
-No quiero que estés enojada conmigo-siguió diciendo mientras bajaba detrás de mí-. Cuando venías por el pasillo estabas llorando.
-No es cierto-dije entrando en la cocina.
-Si lo es, ______. ¿Qué ocurre?
-No ocurre nada-abrí la heladera-. Has asustado a Jaxon cuando le gritaste-le reproché.
-¿Por eso llorabas?
-Oh vamos, Justin-casi grité-. Ya no sigas con eso.
Bajó la mirada y se dedicó a mordisquear su labio inferior.
-Sigo sin saber que he hecho para que me trates así.
-Nada, ya te dije, no has hecho nada.
-Cariño, odio pelear contigo-dijo en un susurró.
Como si fuera mi actividad favorita, pelear con Justin.
-Anoche Jazzy me dijo que habías vomitado-dijo de repente.
¿Cómo sabía Jazmyn sobre eso? ¿Por qué la niña era tan bocota?
-Que ganas de inventar-dije fingiendo una tierna risa.
A Justin no se le movió un solo músculo de la cara y alzó la mirada hacia donde yo cortaba vegetales.
-Dicen que los niños no mienten sobre esas cosas.
-Justin, dicen tantas cosas-le dije y busqué una olla.
Justin mantuvo el silencio durante unos minutos y luego lo vi desviar la mirada hacia la puerta de la cocina, fue, la cerró y se apoyó en la mesada, al lado mío.
-Tienes razón, si hubieras vomitado me lo hubieras dicho-dijo suavemente.
No era de ceder fácilmente y claro estaba que era una trampa de su parte. Alcé la vista y le sonreí.
-Porque si fuera así tendríamos que ir al médico-siguió diciendo.
-Justin, cuando alguien vomita es porque algo le ha caído mal al estomago.
-O porque puede estar embarazada-añadió.
La sangre de mis venas se evaporó y sentí a Justin reír.
-Estaba bromeando.
El muy estúpido andaba de bromas cuando yo de verdad incubaba mis dudas sobre el tema.
-Pero de todas maneras tendrías que decirme si vuelves a vomitar.
-Es que no he vomitado, Justin-le dije indignada.
-No te creo.
-No me creas, no me importa-seguí con la cocina.
Justin se quedó a mi lado, en silencio y luego abrió la heladera para buscar zumo de naranja, tomó dos vasos y vertió el líquido allí. Me dejó uno al lado de la verdura recién picada, alcé la mirada y me sonrió para luego posar sus labios en el borde del cristal y tomar de lo que contenía el vaso. Me lavé las la manos y seguí los pasos de Justin, tomé el zumo.
-_______, ¿recuerdas cuando te cortaste con el espejo?-preguntó.
Dejé de respirar por un segundo y luego cerré los ojos. No quería que todos esos recuerdos se apoderaran de mí, como la noche anterior.
-Prefiero no hablar sobre eso.
-Es que, ______, siento que estas en el mismo estado que cuando paso eso.
-No es cierto, Justin-respiré hondo-. Estoy perfectamente bien y no necesito cortarme.
-Estás como, decaída, enojada, siempre te enfadas conmigo.
-Voy a decirte una sola cosa, Justin-dije ocupando toda mi fuerza para cortar la zanahoria-, yo sé como estoy, como me siento y voy a decirte que él que ocasiona problemas entre nosotros, eres tú.
-¿Qué te he hecho?
-No voy a decirte porque me vas a gritar.
-¿Y por qué te gritaría?
-Porque he sido una metida y escuché cosas que no debía escuchar-le grité y observé su mirada perdida.
Sus ojos se abrieron a más no poder y pasó su lengua sobre sus labios, con cierto nerviosismo. Tomó mi mano que sostenía el cuchillo y me obligó a dejarlo sobre la encimera.
-¿Qué has escuchado?-preguntó suavemente mientras tomaba mi mano con firmeza.
-No es nada, ya está-dije ofuscada.
Mis ojos se llenaron de lágrimas.
-¿Qué pasa, ________?
-No pasa nada, Justin-sequé mis lágrimas-. Estoy acostumbrada a que mi vida sea una basura.
-No, amor, no hables así-me envolvió entre sus brazos-. ¿Qué te hace pensar eso?
-Que tú no quieres estar conmigo.
-¿Yo?-preguntó separándose un poco de mí-. ¿De dónde has sacado semejante barbaridad?
-Tú lo has dicho-dije tragando saliva-, estás con otra.
-¿Qué?-preguntó arqueando una ceja.
-Justin, yo lo entiendo-aspiré mi nariz-, es normal. Yo solo soy una niñita se dieciocho años y tú quieres algo más real, el amor se acaba y está bien.
-No, ______, no está bien-dijo secando mis lágrimas-. No digas pavadas, hazme ese grandísimo favor.
-Dijiste que mañana vas a verla y que hoy no te ha llamado.
-¿Quién?-preguntó estrechándome en sus brazos nuevamente.
-Tu amante, no lo sé.
-Yo no tengo amante, ______-dijo tranquilamente-. Odio cuando comienzas a sacar conclusiones que no son. Si no sabes de quién hablaba, no digas nada.
-¿A quien veras?
-No voy a decirte.
-Entonces si tienes una amante.
-¿Para que necesitaría una amante? Se coherente, mi amor-se separó de mi y tomó mi mano.
Posó ambas manos en mi cintura y elevó mi cuerpo. Para no caerme rodeé mis piernas en su cintura y él bajó sus manos a mi trasero.
-Quizá porque ya no quieres estar conmigo.
-¿No te ha quedado claro que te amo?-preguntó en un susurro y luego besó mis labios cortamente.
-Justin, hay hombres que…
-Shh, ______, ya te he dicho que nuestra relación no es igual a las demás y por lo tanto esas cosas que dices no son ciertas-volvió a besarme.
Caminó hacia el living conmigo en brazos y se recostó en el sillón. Quedé sobre él.
-¿Tienes una o no?
-No hay nadie más que tú-murmuró-. Te amo, _______.
-¿A quien veras mañana?
-Oh, vamos, ______, ya deja eso.
-No copies mis palabras-susurré haciéndolo reír.
-No es nadie importante y tiene que ver contigo.
-¿Conmigo?
-Si contigo.
-¿Qué tiene que ver tu amante conmigo?-pregunté.
-Voy a ponerme agresivo si sigues con eso-gritó haciéndome sobresaltar-. No era en serio pero ya déjalo.
-Entonces, ¿no me estás engañando?
-Quítate de encima de mí, _______-ordenó.
Sin comprender el por qué, me bajé de su cuerpo y él se puso de pie. No dudó ni dos segundos en tomar mi mano y llevarme a rastras hacia la escalera. Comenzó a correr mientras subía las escaleras y me hacia tropezar cada dos segundos.
-Hablaba con Chaz, ¿cierto?
Asentí desconcertada y luego Justin tomó su móvil. Marcó el número de Chaz y me dio el teléfono a mí.
-¿Qué haces?
-Pregúntale de qué hablábamos-me ordenó.
El teléfono dio dos tonos y la masculina voz de Chaz se hizo presente.
-¿Justin?-preguntó el mejor amigo de mi esposo.
-Chaz, habla _______-dije.
-Hey, hola-dijo animadamente-. ¿Qué pasó?
-Sé que va a sonar algo extraño pero bueno, así es todo con Justin, extraño.
Chaz rió y luego habló.
-Dime, ¿qué hizo Justin?
-Recién hablaste con él, ¿cierto?
-Si-asintió mientras escuchaba atentamente.
-¿De que hablaron?
-Creo que no debería decirte.
Desvié mi mirada a Justin y él suspiró frustrado.
-¿Por qué?-pregunté con intriga.
-Porque Justin luego va a contarte, no hay nada de lo que no vayas a enterarte-explicó.
-¿Me está engañando?
-¿Justin? ¿A ti?-rió-. Deja las telenovelas, ______.
-Es que escuché que decía algo y…
-¿Crees que te está engañando? Pues yo que tú, hablaría con él y le preguntaría que es lo que siente. Créeme, él te ama y no deja de hablar de ti, es insoportable, no habla de nadie más, no creo que te esté engañando y si es que lo hace, yo no tengo idea de nada.
-Gracias, Chaz-dije.
-De nada, _______, cuando quieras, adiós.
Finalicé la llamada y dejé el celular en manos de Justin.
-Está bien, te creo-dije. Me sonrió-. Pero vuelves a decir que le presto más atención a tus hermanos que a ti y la que se pondrá agresiva voy a ser yo.
Di media vuelta y salí de la habitación. Lo escuché reír y luego me siguió hasta bajar las escaleras.
-Es así.
-No, no lo es, Justin-entré a la cocina-. No quiero discutir más, ¿entiendes?-asintió-. ¿Puedes ayudarme con la cena?
El resto de la tarde y la cena habían transcurrido de lo más bien. Aunque mi estomago no recibía de buena manera los diversos olores en la cocina, había sido agradable cocinar con Justin. Tras fregar los platos y secarlos junto a mi esposo, nos encaminamos hacia la cama.
Todo en orden, Jazmyn arropada y con la respiración pacifica, Jaxon viendo televisión mientras sus ojos se cerraban a la luz del aparato tecnológico.
-¿Te sientes bien?-preguntó metiéndose entre las sabanas.
Asentí y luego entré al baño. Sin cerrar la puerta, cepillé mis dientes. La menta del dentífrico me produjo nauseas y lo primero que atiné a hacer fue inclinarme sobre el retrete y hacer arcadas.
-¿______?-preguntó Justin desde la habitación- ¿Estás bien?
No respondí, pues si mi intuición no fallaba, en cualquier momento devolvería la cena junto con todo lo demás.
-Cariño…-se quejó Justin mientras tomaba mi cabello entre sus manos-. ¿Por qué no me avisaste?
Sin responder nuevamente devolví todo lo que estaba en mi estomago, o ya no lo estaba.
Justin se quedó a mi lado y cierta vergüenza invadió mi cuerpo. Después de todo, no era lindo que tu chico te viera devolver la comida y menos aún, ocultarle el retraso de mi periodo.
-¿Te sientes mejor?-preguntó atándome el cabello con una banda elástica.
-Si, mucho mejor-respondí buscando mi cepillo de dientes.
-Te he hecho la coleta mejor que a Jazzy-sonrió.
Largué una leve carcajada y luego volví a cepillar mis dientes.
-¿Quieres que vayamos al hospital?-preguntó.
Negué rápidamente con la cabeza y escupí para enjuagarme la boca.
-No es nada.
-Pero Jazzy tenía razón.
Me pasó la toalla.
-Ella solo…-me quedé callada-. Solo me está cayendo mal la comida.
-Por eso, debemos ir al médico.
-No es necesario, Justin.
-Si lo es, amor-dijo y volvimos a la habitación-. ¿Qué tal si tienes algo malo?
-No es malo, Justin-dije cerrando los ojos suavemente.
-¿Cómo lo sabes?
-Porque tener un niño no puede ser algo malo-respondí aun con los ojos cerrados.
Sentí a Justin contener un grito y, acto seguido, sus brazos se apoderaron de mi cuerpo y me estrechó contra su pecho.
-¿Estás embarazada?-preguntó casi asfixiándome.
-No lo sé, pero tengo un retraso bastante importante.
Se separó de mí y tomó mi rostro entre sus manos. Reí.
-Me haces el hombre más feliz sobre la tierra-murmuró.
Le sonreí.
-Justin, no es seguro.
-Si, si, si lo es-casi gritó y me plantó un beso en los labios-. Estoy seguro de que tendremos un hermoso niño.
-No te apresures, ¿eh?
-Si será niño-me sonrió y volvió a besarme-. Voy a cuidarte como si fueras una muñeca de porcelana-beso-, porque solo tú me haces feliz y…-beso- te amo, ______.
-Yo también te amo, Justin-reí por su emoción.
-Mañana te llevaré al médico.
-Mañana trabajas por la mañana-le recordé.
-No me interesa trabajar-dijo y volvió a besarme-. Te llevaré al médico, porque te aseguro que no me perderé una sola ecografía y prueba para ver si el niño está bien.
-Vas muy rápido, Justin-dije entre risas.
-Está bien, no diré más nada-me sonrió y volvió a besarme-. ¿Vamos a dormir?
-Vamos-dije en un susurro.
Desde la primera devolución de comida y los repentinos mareos, tendría que habérselo dicho. Estaba el triple de emocionado y claramente quería un pequeño con su mismo apellido, en su vida.
¿Más perfecto? Imposible.
mañana subire los ultimos capitulos de la novela que estan en este orden: (Parte 1) Último Capitulo, (Parte 2) Último Capitulo & por ultimo el Epilogo para dar por terminada esta novela asi k chicas de vdd lo siento mucho por el tiempo k no pude subir novela pero no las tenia olvidadas siempre pensaba en k tenia k subir cap pero el tiempo nunka llego de vdd lo siento.
Si alguna vez Justin había sido malo, no lo recordaba. Se comportaba de lo más tierno con sus dos hermanos, por la mañana trabajaba, por la tarde jugaba con ellos mientras yo estudiaba y por la noche compartíamos la cena todos juntos. Y cuando las vocecitas de los niños dejaban de escucharse por los pasillos, Justin se convertía en un amante sensacional.
Ambos debíamos admitir que mis suegros nos habían dado una hermosa oportunidad para probar suerte como padres y aunque Justin se quejara cuando Jaxon despedazaba las flores y Jazzy pataleara por todo tipo de juguetes en el supermercado, parecíamos toda una familia. Claro que no era de lo más normal, porque ellos eran los hermanos de mi esposo y la “familia” acababa cuando Pattie y Jeremy volvieran de su viaje.
-Me rindo-gritó Justin mientras bajaba las escaleras-. No sé como hace mamá para peinar a la niña, es que no se queda quieta y las coletas salen torcidas-se quejó.
-No es tan difícil-dije divertida mientras él se sentaba a mi lado.
-¿Por qué no lo intentas?-preguntó encendiendo el televisor-. Jazmyn, ¡ven aquí!
Tras escuchar el grito de Justin, Jazmyn bajó las escaleras corriendo con entusiasmo. Su escaso fleco estaba enmarañado mientras era sostenido por una pequeña traba verde claro, sus dos coletas estaban más desparejas que los dientes de un tiburón y las bandas elásticas que sostenían el cabello era una rosada y la otra celeste.
Contuve la risa al verla acercarse a mí. Justin frunció el ceño y Jazzy alzó los hombros defendiéndose. Senté a Jazzy sobre mi regazo y observé a Justin con detenimiento.
-Vas a traumarla si sigues haciéndole estos peinados-lo regañé y luego reí.
Golpeó levemente mi hombro para luego quejarse con el ceño fruncido.
-No es mi culpa, nunca nadie me ha enseñado.
-Justin, por Dios, aprende a combinar colores.
Jazmyn rió y Justin volvió a fruncir el ceño. Se cruzó de brazos y apoyó su espalda contra el sillón.
-Disculpa, no quería arruinarle el cabello a mi hermana.
-Ve a buscar el cepillo y las bandas elásticas-le dije a Jazzy.
Ella corrió escaleras arriba y me acerqué a Justin.
-Nadie te ha regañado, tontito-besé su mejilla-, y no le has arruinado el cabello. Estaba molestándote, no seas tan sensible.
-Es que no sé cómo peinar a una niña-observó el televisor sin prestarle atención alguna-. A ti no te tengo que peinar.
-Ya, deja de lamentarte, señor sensibilidad-dije riendo.
-Aquí llego yo-gritó Jazzy saltando desde el último escalón.
Justin volteó a verla y le sonrió, su hermana le devolvió la sonrisa y se sentó sobre mi regazo. Sostuvo el cepillo entre sus delicadas manos mientras yo me dedicaba a desatar su cabello.
-Justin, observa-dije mientras extendía para que Jazzy me pasara el cepillo-. Primero, debes desenredarle el cabello.
Quite todas las bandas elásticas de su cabello mal atado mientras Justin observaba atentamente. Pasé el cepillo por toda la longitud del cabello. Quedó perfectamente peinado, lo separé en dos partes y elevé un mechón de pelo para atarlo en una coleta al costado, acto seguido, hice lo mismo con el otro mechón. Poco de su cabello quedó estorbando sobre su frente, lo estiré, lo peiné y até el mechoncito con una pequeña traba.
-Y así es como peinas a una nena.
-¿Puedo intentarlo?-preguntó arqueando una ceja.
Jazmyn observó a su hermano y frunció la boca. Justin rió y Jazzy le regaló una sonrisa. La pequeña se giró y me abrazó tiernamente.
-Gracias, _______-murmuró y se alejó de mí.
Se bajó de mi regazo y se puso de pie para luego correr escaleras arriba. Justin volvió a centrar su vista en el televisor, pero como antes había sucedido, no prestaba atención alguna.
Subí mis piernas al sillón y me dejé llevar por mis pensamientos. La casa estaba demasiado tranquila, Justin y yo no habíamos pelado por días, Pattie llamaba siempre que podía. Era todo perfecto, nada había salido mal.
Un comercial interrumpió mis pensamientos, haciéndome llegar a la conclusión de algo. Una mujer hablaba sobre su embarazo adolescente, Justin cambió de canal rápidamente y buscó más de su interés.
-Justin…-murmuré.
Al parecer no pudo oírme y luego agradecí por eso. No iba a decir nada si no había aclarado mis dudas. Pero lo cierto era que mi periodo no se atrasaba nunca, aunque debido a mis últimas semanas atareadas, podría haberse afectado en algo.
Me puse de pie y acomodé mi cabello. Justin alzó la vista y me sonrió.
-¿Pasa algo?
-No-mentí intentando ocultar mis dudas-. Voy a ver que hacen los pequeños.
Subí las escaleras a paso lento y al llegar al segundo piso titubeé, iba por los niños o iba a mi habitación. Primero pasaría por la habitación de cada uno, iba a ver si estaban bien o si necesitaban algo y luego, a mi habitación.
Caminé por el pasillo hasta llegar a la habitación que ocupaba Jaxon, no había nadie allí. Apagué la luz de la habitación vacía y caminé hacia la de Jazzy. Estaban ambos sentados sobre la cama y Jaxon daba la espalda a la puerta.
-No te mueves, niño-lo regañó y tomó la cara de su hermano entre sus manos.
-Jazzy, ¿qué le haces?-pregunté parándome en el umbral de la puerta.
Jazmyn alzó la vista y me sonrió, Jaxon dio vuelta el rostro e intento sonreír. Sus labios tenían un color rojizo intenso y sus ojos estaban maquillados con verde claro.
-¿Qué le has hecho?
-Yo le dije que los hombres no se maquillan, ¿cierto, _____?-habló Jaxon bajándose de la cama.
Me reí ligeramente y tomé a Jaxon entre mis brazos. Le dije a Jazzy que ordenara la habitación mientras yo bañaba a su hermano.
El niño se dejó limpiar sin problema alguno, pero la pintura no se quitó del todo. Un pinta labios rojo fuerte era el causante de una leve irritación en la pequeña boca de Jaxon. Justin tendría que darle un leve regaño a la niña que se había ocupado de embellecer a su hermano.
-Ya estás, limpio y como un nene-le sonreí mientras le ponía perfumen.
Jaxon me devolvió la sonrisa y se pasó la mano por el cabello húmedo.
-______, tengo hambre-me avisó luego de estornudar.
-Dile a Justin que les prepare leche con chocolate, yo enseguida bajo-me puse de pie.
El hermano de Justin salió disparado de la habitación. Me encaminé por el pasillo, hacia mi habitación. Al llegar busqué ropa seca y dos toallas. Entré al baño y encendí la ducha.
Si bien mis sospechas de estar embarazada, se revolvían en mi cabeza, no lo creía muy posible. Justin siempre se encargaba de usar protección y a él nada se le iba de las manos. A pesar de que nosotros nos habíamos ocupado muy bien de los dos niños, tener un hijo podía resultar algo difícil y completamente diferente. Apenas tenía dieciocho años y Justin veinticuatro, ¿Qué se podía hacer con eso?
-¿_____? ¿Estás en la ducha?-preguntó a los gritos.
-Ya salgo, ¿está todo bien?
-Si, si, tú tranquila, solo quería saber si estabas aquí.
No comprendí el por qué de los gritos de Justin, pero seguí con mi ducha. Apagué el grifo cuando me sentí limpia y busqué la toalla para envolverme. Había decidido algo, no iba a decirle a Justin sobre mis sospechas, solo era un retraso causado a mi leve estrés por hacer todo en casa. Pasé la toalla por mi cabello y lo envolví para salir del baño, seca y limpia.
Me coloqué la ropa que anteriormente había sacado del armario. Dejé la toalla colgando en el baño y me quité la otra de la cabeza. Cepillé mi cabello húmedo y luego lo sacudí un poco, dejé la toalla sobre la otra y apagué la luz del baño para salir de allí.
Baje las escaleras y me encontré con el living vacío, en la cocina se escucharon las tiernas risas de los niños. Justin largó una risotada y seguido de eso un ruido de cristal inundó mis sentidos.
-El quinto vaso de la semana, Jazmyn-la regañó Justin.
Entré a la cocina y vi a Jazzy junto con Jaxon, observando a Justin con cara de cachorro lastimado.
-Tranquilo, Bieber-le dije a Justin, tomando a Jazzy entre mis brazos.
La senté sobre la mesada y tomé sus manos entre las mías.
-¿Te has hecho daño, Jazzy?-pregunté.
La niña negó rápidamente y luego devolvió su mirada a Justin. Justin se movió y buscó una bolsa y la escoba. Jaxon se sentó al lado de los vidrios y Justin tiró toda lo que tenía en las manos.
-Ponte de pie, Jaxon-le gritó.
Se pasó la mano rápidamente por el cabello y Jaxon lo observó desde el suelo. Los ojos del pequeño parecían inundarse de lágrimas a medida que corrían los segundos. Ordené a Jazmyn que se quedara quieta y tomé a Jaxon entre mis brazos para sentarlo al lado de su hermana.
-¿Te clavaste algo?-le pregunté.
Jaxon, al igual que había hecho su hermana, negó rápidamente con su cabeza. Tomé sus manos entre las mías y las observé. Luego noté que Justin suspiraba pesadamente, para luego abandonar la cocina.
-¿Puedes limpiar aquí, Justin?-pregunté en un grito.
-Aleja a los niños de la cocina y luego saco los vidrios-dijo con voz apagada.
¿La razón? No la sé.
Tomé a Jaxon entre mis brazos y bajé a Jazzy de la mesada. Le tomé la mano y les comenté que íbamos a subir a jugar a la sala de juegos que Justin había habilitado hacia muy poco.
Jaxon iba callado, a diferencia de Jazmyn que hablaba hasta por los codos, el niño reposó su cabeza entre mi cuello y mi hombro, y largó una que otra lágrima.
Llegamos arriba y senté a Jaxon en el sillón, Jazzy se sentó a su lado.
-¡Alicia en el país de las maravillas!-gritó la niña al prender el televisor.
Una vez que Jaxon estuvo tranquilo sabiendo que Justin no se había enfadado con él, los dejé solos en la habitación. Tomé rumbo a mi habitación, para buscar mi celular y sorprendí a Justin teniendo una conversación telefónica.
-No lo sé, yo creo que no da para más-dijo.
Pegué la espalda a la pared continua a la habitación y escuché atentamente.
-Están mis hermanos-informó-, y ________ les presta más atención que a mí.
Fruncí el ceño, parecía un niño celoso.
-Chaz, no quiero-se quejó-. Es que…-guardó silencio-, no. Llegan en una semana.
Murmuró algo que no pude comprender y luego bufó.
-Mañana voy a verla, pero no me ha llamado-gruñó.
¿Acaso Justin estaba con otra? Mi corazón se aceleró y sentí como mi pecho se contraía, no estaba respirando. Reprimí mi llanto y sequé mis lágrimas con el dorso de mi mano.
-Hablamos luego, amigo-se despidió Justin-. Adiós.
Respiré hondo y sentí lo pasos de Justin acercarse a la puerta. Sin hacer el mínimo ruido retrocedí unos pasos y comencé a caminar normalmente, nos topamos en la puerta de la habitación y me dedicó una leve sonrisa. Lo esquivé y me adentré en la habitación.
-¿Todo bien?-preguntó.
Caminé hacia mi mesa de noche y tomé mi móvil. Dos llamadas perdidas de Danielle.
-¿Levantaste los vidrios?
-Si, pero, ¿Qué ocurre, cariño?
-Nada que pueda importarte.
-Sabes que lo que tenga que ver contigo me importa, mucho -respondió.
Pasé por su lado y salí de la habitación. Me siguió.
-No te enojes, no sé que he hecho.
-Nada, no has hecho nada, Justin-dije bajando las escaleras-. Solo no me fastidies.
-No quiero que estés enojada conmigo-siguió diciendo mientras bajaba detrás de mí-. Cuando venías por el pasillo estabas llorando.
-No es cierto-dije entrando en la cocina.
-Si lo es, ______. ¿Qué ocurre?
-No ocurre nada-abrí la heladera-. Has asustado a Jaxon cuando le gritaste-le reproché.
-¿Por eso llorabas?
-Oh vamos, Justin-casi grité-. Ya no sigas con eso.
Bajó la mirada y se dedicó a mordisquear su labio inferior.
-Sigo sin saber que he hecho para que me trates así.
-Nada, ya te dije, no has hecho nada.
-Cariño, odio pelear contigo-dijo en un susurró.
Como si fuera mi actividad favorita, pelear con Justin.
-Anoche Jazzy me dijo que habías vomitado-dijo de repente.
¿Cómo sabía Jazmyn sobre eso? ¿Por qué la niña era tan bocota?
-Que ganas de inventar-dije fingiendo una tierna risa.
A Justin no se le movió un solo músculo de la cara y alzó la mirada hacia donde yo cortaba vegetales.
-Dicen que los niños no mienten sobre esas cosas.
-Justin, dicen tantas cosas-le dije y busqué una olla.
Justin mantuvo el silencio durante unos minutos y luego lo vi desviar la mirada hacia la puerta de la cocina, fue, la cerró y se apoyó en la mesada, al lado mío.
-Tienes razón, si hubieras vomitado me lo hubieras dicho-dijo suavemente.
No era de ceder fácilmente y claro estaba que era una trampa de su parte. Alcé la vista y le sonreí.
-Porque si fuera así tendríamos que ir al médico-siguió diciendo.
-Justin, cuando alguien vomita es porque algo le ha caído mal al estomago.
-O porque puede estar embarazada-añadió.
La sangre de mis venas se evaporó y sentí a Justin reír.
-Estaba bromeando.
El muy estúpido andaba de bromas cuando yo de verdad incubaba mis dudas sobre el tema.
-Pero de todas maneras tendrías que decirme si vuelves a vomitar.
-Es que no he vomitado, Justin-le dije indignada.
-No te creo.
-No me creas, no me importa-seguí con la cocina.
Justin se quedó a mi lado, en silencio y luego abrió la heladera para buscar zumo de naranja, tomó dos vasos y vertió el líquido allí. Me dejó uno al lado de la verdura recién picada, alcé la mirada y me sonrió para luego posar sus labios en el borde del cristal y tomar de lo que contenía el vaso. Me lavé las la manos y seguí los pasos de Justin, tomé el zumo.
-_______, ¿recuerdas cuando te cortaste con el espejo?-preguntó.
Dejé de respirar por un segundo y luego cerré los ojos. No quería que todos esos recuerdos se apoderaran de mí, como la noche anterior.
-Prefiero no hablar sobre eso.
-Es que, ______, siento que estas en el mismo estado que cuando paso eso.
-No es cierto, Justin-respiré hondo-. Estoy perfectamente bien y no necesito cortarme.
-Estás como, decaída, enojada, siempre te enfadas conmigo.
-Voy a decirte una sola cosa, Justin-dije ocupando toda mi fuerza para cortar la zanahoria-, yo sé como estoy, como me siento y voy a decirte que él que ocasiona problemas entre nosotros, eres tú.
-¿Qué te he hecho?
-No voy a decirte porque me vas a gritar.
-¿Y por qué te gritaría?
-Porque he sido una metida y escuché cosas que no debía escuchar-le grité y observé su mirada perdida.
Sus ojos se abrieron a más no poder y pasó su lengua sobre sus labios, con cierto nerviosismo. Tomó mi mano que sostenía el cuchillo y me obligó a dejarlo sobre la encimera.
-¿Qué has escuchado?-preguntó suavemente mientras tomaba mi mano con firmeza.
-No es nada, ya está-dije ofuscada.
Mis ojos se llenaron de lágrimas.
-¿Qué pasa, ________?
-No pasa nada, Justin-sequé mis lágrimas-. Estoy acostumbrada a que mi vida sea una basura.
-No, amor, no hables así-me envolvió entre sus brazos-. ¿Qué te hace pensar eso?
-Que tú no quieres estar conmigo.
-¿Yo?-preguntó separándose un poco de mí-. ¿De dónde has sacado semejante barbaridad?
-Tú lo has dicho-dije tragando saliva-, estás con otra.
-¿Qué?-preguntó arqueando una ceja.
-Justin, yo lo entiendo-aspiré mi nariz-, es normal. Yo solo soy una niñita se dieciocho años y tú quieres algo más real, el amor se acaba y está bien.
-No, ______, no está bien-dijo secando mis lágrimas-. No digas pavadas, hazme ese grandísimo favor.
-Dijiste que mañana vas a verla y que hoy no te ha llamado.
-¿Quién?-preguntó estrechándome en sus brazos nuevamente.
-Tu amante, no lo sé.
-Yo no tengo amante, ______-dijo tranquilamente-. Odio cuando comienzas a sacar conclusiones que no son. Si no sabes de quién hablaba, no digas nada.
-¿A quien veras?
-No voy a decirte.
-Entonces si tienes una amante.
-¿Para que necesitaría una amante? Se coherente, mi amor-se separó de mi y tomó mi mano.
Posó ambas manos en mi cintura y elevó mi cuerpo. Para no caerme rodeé mis piernas en su cintura y él bajó sus manos a mi trasero.
-Quizá porque ya no quieres estar conmigo.
-¿No te ha quedado claro que te amo?-preguntó en un susurro y luego besó mis labios cortamente.
-Justin, hay hombres que…
-Shh, ______, ya te he dicho que nuestra relación no es igual a las demás y por lo tanto esas cosas que dices no son ciertas-volvió a besarme.
Caminó hacia el living conmigo en brazos y se recostó en el sillón. Quedé sobre él.
-¿Tienes una o no?
-No hay nadie más que tú-murmuró-. Te amo, _______.
-¿A quien veras mañana?
-Oh, vamos, ______, ya deja eso.
-No copies mis palabras-susurré haciéndolo reír.
-No es nadie importante y tiene que ver contigo.
-¿Conmigo?
-Si contigo.
-¿Qué tiene que ver tu amante conmigo?-pregunté.
-Voy a ponerme agresivo si sigues con eso-gritó haciéndome sobresaltar-. No era en serio pero ya déjalo.
-Entonces, ¿no me estás engañando?
-Quítate de encima de mí, _______-ordenó.
Sin comprender el por qué, me bajé de su cuerpo y él se puso de pie. No dudó ni dos segundos en tomar mi mano y llevarme a rastras hacia la escalera. Comenzó a correr mientras subía las escaleras y me hacia tropezar cada dos segundos.
-Hablaba con Chaz, ¿cierto?
Asentí desconcertada y luego Justin tomó su móvil. Marcó el número de Chaz y me dio el teléfono a mí.
-¿Qué haces?
-Pregúntale de qué hablábamos-me ordenó.
El teléfono dio dos tonos y la masculina voz de Chaz se hizo presente.
-¿Justin?-preguntó el mejor amigo de mi esposo.
-Chaz, habla _______-dije.
-Hey, hola-dijo animadamente-. ¿Qué pasó?
-Sé que va a sonar algo extraño pero bueno, así es todo con Justin, extraño.
Chaz rió y luego habló.
-Dime, ¿qué hizo Justin?
-Recién hablaste con él, ¿cierto?
-Si-asintió mientras escuchaba atentamente.
-¿De que hablaron?
-Creo que no debería decirte.
Desvié mi mirada a Justin y él suspiró frustrado.
-¿Por qué?-pregunté con intriga.
-Porque Justin luego va a contarte, no hay nada de lo que no vayas a enterarte-explicó.
-¿Me está engañando?
-¿Justin? ¿A ti?-rió-. Deja las telenovelas, ______.
-Es que escuché que decía algo y…
-¿Crees que te está engañando? Pues yo que tú, hablaría con él y le preguntaría que es lo que siente. Créeme, él te ama y no deja de hablar de ti, es insoportable, no habla de nadie más, no creo que te esté engañando y si es que lo hace, yo no tengo idea de nada.
-Gracias, Chaz-dije.
-De nada, _______, cuando quieras, adiós.
Finalicé la llamada y dejé el celular en manos de Justin.
-Está bien, te creo-dije. Me sonrió-. Pero vuelves a decir que le presto más atención a tus hermanos que a ti y la que se pondrá agresiva voy a ser yo.
Di media vuelta y salí de la habitación. Lo escuché reír y luego me siguió hasta bajar las escaleras.
-Es así.
-No, no lo es, Justin-entré a la cocina-. No quiero discutir más, ¿entiendes?-asintió-. ¿Puedes ayudarme con la cena?
El resto de la tarde y la cena habían transcurrido de lo más bien. Aunque mi estomago no recibía de buena manera los diversos olores en la cocina, había sido agradable cocinar con Justin. Tras fregar los platos y secarlos junto a mi esposo, nos encaminamos hacia la cama.
Todo en orden, Jazmyn arropada y con la respiración pacifica, Jaxon viendo televisión mientras sus ojos se cerraban a la luz del aparato tecnológico.
-¿Te sientes bien?-preguntó metiéndose entre las sabanas.
Asentí y luego entré al baño. Sin cerrar la puerta, cepillé mis dientes. La menta del dentífrico me produjo nauseas y lo primero que atiné a hacer fue inclinarme sobre el retrete y hacer arcadas.
-¿______?-preguntó Justin desde la habitación- ¿Estás bien?
No respondí, pues si mi intuición no fallaba, en cualquier momento devolvería la cena junto con todo lo demás.
-Cariño…-se quejó Justin mientras tomaba mi cabello entre sus manos-. ¿Por qué no me avisaste?
Sin responder nuevamente devolví todo lo que estaba en mi estomago, o ya no lo estaba.
Justin se quedó a mi lado y cierta vergüenza invadió mi cuerpo. Después de todo, no era lindo que tu chico te viera devolver la comida y menos aún, ocultarle el retraso de mi periodo.
-¿Te sientes mejor?-preguntó atándome el cabello con una banda elástica.
-Si, mucho mejor-respondí buscando mi cepillo de dientes.
-Te he hecho la coleta mejor que a Jazzy-sonrió.
Largué una leve carcajada y luego volví a cepillar mis dientes.
-¿Quieres que vayamos al hospital?-preguntó.
Negué rápidamente con la cabeza y escupí para enjuagarme la boca.
-No es nada.
-Pero Jazzy tenía razón.
Me pasó la toalla.
-Ella solo…-me quedé callada-. Solo me está cayendo mal la comida.
-Por eso, debemos ir al médico.
-No es necesario, Justin.
-Si lo es, amor-dijo y volvimos a la habitación-. ¿Qué tal si tienes algo malo?
-No es malo, Justin-dije cerrando los ojos suavemente.
-¿Cómo lo sabes?
-Porque tener un niño no puede ser algo malo-respondí aun con los ojos cerrados.
Sentí a Justin contener un grito y, acto seguido, sus brazos se apoderaron de mi cuerpo y me estrechó contra su pecho.
-¿Estás embarazada?-preguntó casi asfixiándome.
-No lo sé, pero tengo un retraso bastante importante.
Se separó de mí y tomó mi rostro entre sus manos. Reí.
-Me haces el hombre más feliz sobre la tierra-murmuró.
Le sonreí.
-Justin, no es seguro.
-Si, si, si lo es-casi gritó y me plantó un beso en los labios-. Estoy seguro de que tendremos un hermoso niño.
-No te apresures, ¿eh?
-Si será niño-me sonrió y volvió a besarme-. Voy a cuidarte como si fueras una muñeca de porcelana-beso-, porque solo tú me haces feliz y…-beso- te amo, ______.
-Yo también te amo, Justin-reí por su emoción.
-Mañana te llevaré al médico.
-Mañana trabajas por la mañana-le recordé.
-No me interesa trabajar-dijo y volvió a besarme-. Te llevaré al médico, porque te aseguro que no me perderé una sola ecografía y prueba para ver si el niño está bien.
-Vas muy rápido, Justin-dije entre risas.
-Está bien, no diré más nada-me sonrió y volvió a besarme-. ¿Vamos a dormir?
-Vamos-dije en un susurro.
Desde la primera devolución de comida y los repentinos mareos, tendría que habérselo dicho. Estaba el triple de emocionado y claramente quería un pequeño con su mismo apellido, en su vida.
¿Más perfecto? Imposible.
mañana subire los ultimos capitulos de la novela que estan en este orden: (Parte 1) Último Capitulo, (Parte 2) Último Capitulo & por ultimo el Epilogo para dar por terminada esta novela asi k chicas de vdd lo siento mucho por el tiempo k no pude subir novela pero no las tenia olvidadas siempre pensaba en k tenia k subir cap pero el tiempo nunka llego de vdd lo siento.
alex_gomez_95
Re: La Bella & La Bestia (JB&Tú) TERMINADA
awwaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaw sigela o por dios
thebiebs_joelis
Re: La Bella & La Bestia (JB&Tú) TERMINADA
Hola!
Llegué muy tarde pero ya que... ¡Nueva lectora! <3
Me encanta la nove, es genial!! :D
Síguela, muero por leer los últimos 2 capis!! *w* Aunque sea uno, pero en dos partes (:
Llegué muy tarde pero ya que... ¡Nueva lectora! <3
Me encanta la nove, es genial!! :D
Síguela, muero por leer los últimos 2 capis!! *w* Aunque sea uno, pero en dos partes (:
nessie.
Re: La Bella & La Bestia (JB&Tú) TERMINADA
joder esta muy interesante jjajajja me imagino la preocupacion de justin debe ser ta sexyyyy jjajajja javascript:emoticonp('')
no me agas caso estoy demente jajjajaj
pd soy lia tu nuva y antigua lectora sexy q tiene una unicorniajavascript:emoticonp('')
javascript:emoticonp(':lloro:')
pd puse antigua por q siempre lei de l sel asi q nunca costeste
no me agas caso estoy demente jajjajaj
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pd puse antigua por q siempre lei de l sel asi q nunca costeste
lindalocasi
Re: La Bella & La Bestia (JB&Tú) TERMINADA
:Capitulo 57: (Parte 1) Último Capitulo
Desperté a las cinco de la mañana, la cabeza me dolía a más no poder y una fina capa de sudor se deslizaba por mi frente. Volteé en la cama y sin querer, toqué el hombro de Justin, éste se removió entre las sábanas y siguió con su pesado sueño.
Me senté sobre la cama y quité el cabello de mi rostro, ¿dónde había quedado mi coleta hecha por Justin? Un simple desastre en persona. Los ojos me ardían y sentía que el calor se apoderaba de mí para dejarme devastada. No soportaba la fina tela del camisón, se pegaba a mi cuerpo y molestaba como nada esa noche.
-Justin…-murmuré.
No hubo rastro del movimiento de sus músculos y siguió respirando tranquilamente en aquella calurosa noche estrellada.
Decidí no molestarlo y me puse de pie. Un repentino mareo me obligó a sentarme nuevamente. El movimiento del colchón al sentir mi peso, hizo que Justin volviera a moverse y volteé para verlo.
-¿Qué ocurre?-preguntó abriendo un solo ojo.
-Me siento fatal-respondí en un susurro.
Terminó de abrir sus ojos y se sentó en la cama. Frotó su cara con ambas manos y luego dio la vuelta a la cama, para sentarse a mi lado y tomar mi mano.
-¿Qué es lo que te duele, amor?-preguntó y brindó leves caricias a la piel de mi mano.
-Todo, es como si un camión me hubiera pasado por encima y estropeado todos mis huesos incluidos mis músculos.
-¿La cabeza?-asentí-. ¿Las piernas?-asentí-. ¿Te sientes mareada, cariño?
-Si, muy mareada-pasé una de mis manos por el sudor de mi frente-. Tengo mucho calor, Justin.
-Es normal, estoy a tu lado-bromeó.
Sonreí levemente y se acercó más a mí.
-¿Qué haremos contigo?-preguntó en un susurro-. Creo que deberíamos llamar al médico, que venga aquí, para no dejar a los niños solos.
-Lo que digas-dije y me tiré a la cama.
Mis piernas colgaban de la cama y mi espalda estaba apoyada sobre el colchón. Ese calor era insoportable, molestamente asqueroso. Justin soltó mi mano y se acostó a mi lado.
-¿O crees que debo llevarte al hospital?
-No, no, aquí-dije rápidamente.
Justin besó mi mejilla y se puso de pie. Lo vi caminar apresuradamente cruzando la habitación y entró al baño.
La costumbre de mi esposo, dejar el móvil cargando en el baño. No pregunten, solo ignoren las anormalidades.
Entró nuevamente en la habitación, con el móvil en mano y una cara de preocupación que dejaba mal al más serio y sin sentimientos.
Volví a sentarme en la cama y volteé el torso para observarlo viniendo hacia mí.
-Hola, habla Justin Bieber-hizo una pausa-. Él mismo-escuchó atentamente-. Si, solo quería saber si por favor puede hacerle una visita en casa, a mi esposa-se quedó callado-. Comprendo, pero, puedo pagarle el triple-volvió a escuchar y luego asintió con un ruido de su garganta-. Creemos que está esperando un niño y me preocupa porque no se siente para nada bien-explicó-. Se lo agradecería mucho-prosiguió-. Si, el triple de lo que suele cobrarme. Muchas gracias, lo veo en media hora.
Justin finalizó la llamada y alzó su mirada hacia mí. Me sonrió levemente y volvió a mi lado para sentarse en la orilla del colchón.
-No es necesario que pagues el triple, podemos ir a un hospital público-le dije.
Negó con la cabeza para luego decir:
-Prefiero pagar el triple a que te atendían como a una oveja preñada.
-¿Y eso que tiene que ver?
-Porque en los hospitales públicos no hay la misma atención que tiene un médico a domicilio, particular. A lo que me refiero, cariño, te atienden por orden de llegada, no te tratan muy bien que se diga y prefiero que te atiendan en casa, un médico que conozco de años y trabajaba con mi padre.
-Igual no todos los hospitales son así.
-_______, ya, déjalo para otro momento. ¿Quieres recostarte mientras esperamos?
Asentí mientras Justin me observaba con suma curiosidad, el tampoco comprendía el por qué de mis síntomas nada comunes en una embarazada, o por lo menos, nosotros no sabíamos si eran o no, comunes.
-¿Puedes encender el aire acondicionado?-pregunté apoyando la cabeza sobre la almohada.
Justin se puso de pie y sentí sus pasos alejarse mientras yo cerraba mis ojos con delicadeza. Acto seguido, posé mis pies sobre la cama y alejé la molesta sábana de encima de mí.
-Gracias-dije en un susurro.
Solté todo el aire que retenían mis pulmones, cuando sentí el aire frío vagar por la habitación. Justin se sentó a mi lado y luego, ya no recuerdo. El sueño y el mal estar se apoderaron de mi cuerpo, para hacerme quedar dormida en menos de diez minutos.
-_______, cariño, Sean está aquí-susurró a mi oído.
Abrí mis ojos y me encontré con la dulce mirada de Justin. Me sonrió levemente y se apartó de allí cuando yo me disponía a apoyar el peso de mi cuerpo, sobre mis codos.
-Va a revisarte ahora, pero, puedes quedarte recostada-me avisó Justin-. O en todo caso, siéntate con los pies estirados sobre la cama.
Preferí la segunda opción y me senté como Justin había indicado. Vi a un hombre robusto buscando algo en un pequeño bolso negro. Alzó la vista y sonrió con suma delicadeza.
-Buenas noches, o buen día, como usted prefiera-bromeó.
Justin largó una casi inaudible carcajada y observó al hombre que, al parecer, se llamaba Sean.
-Sean, ella es mi esposa, ________ Bieber, _______, él, es Sean.
-Es un gusto-dijo Sean.
-El gusto es mío-murmuré casi sin ser escuchada.
Justin suspiró y luego de pasar su mirada por mi rostro, la volvió a Sean. El hombre se enderezó y caminó hacia mí. Justin se acomodó a un lado de la cama y se apoyó sobre la mesa de noche.
-¿Qué es exactamente lo que sientes?-preguntó.
-Tengo repentinos mareos, un calor que no soporto y siento asco de gran variedad de olores.
-¿Has devuelto muy seguido?-preguntó.
-Si, demasiado para mi gusto.
-¿La última vez?
-Anoche cuando me iba a dormir.
-Bien-dijo y desvió la mirada por un momento-. Justin ha comentado que tienes dudas sobre estar embarazada.
-Si-asentí rápidamente. Me observó esperando a que continuara-. Pensé que esos mareos, las devoluciones y que el estomago se me revuelve, era solo por algo que me había hecho mal, pero saqué las cuentas y hace hasta más de un mes que no tengo el periodo.
-Bueno, yo no puedo decirte que lo estés o que no-respondió-. Pero, es lo más probable. Deberías ir al hospital más de mañana.
-Si, le dije que íbamos a ir, pero se despertó sintiéndose mal y preferí llamarte a ti-explicó Justin.
-Está bien, no es problema-me observó a mí, nuevamente-. Voy a recetarte unas pastillas, para el mareo, debes hacerte análisis de sangre y voy a pedirte una ecografía, ¿si?
Asentí mientras escuchaba atentamente. Justin hizo lo mismo.
-Luego de que te den los resultados, me los llevas y vemos que pasa.
-Cuando vas a hacerte la ecografía, ¿no te dicen si está o no, embarazada?-preguntó Justin impaciente.
-Claro que si-dijo Sean riendo por la emoción de Justin-. Pero quiero saber si esos mareos se deben a un embarazo o una anemia.
-Está bien-asintió con la cabeza-. Cuando bajemos te pago, Sean-dijo Justin.
-No te hagas problema, Justin-negó Sean-. No voy a cobrarles, eres mi amigo.
-Te dije que iba a darte el triple por cancelar planes con tu familia y venir a ver a _______.
-Es en serio, está bien. Algún día cuando yo necesite, allí estarás tú-le sonrió y guardó algunas cosas que había sacado-. En cuanto a ti, ________, debes permanecer en reposo, no quiero que hagas fuerza, implica no levantar nada ni agacharte mucho-me advirtió-. Vas a hacerte los estudios y luego me los llevan a mí.
-Si, señor-dijo Justin riendo.
Sean le golpeó el hombro y rió.
-En serio, Justin.
-De verdad, va a hacer todo eso, así que no era del todo broma-le dijo sonriendo.
Sean se despidió de mí y bajó junto con Justin. Volví a recostarme en la cama y cerré los ojos. Seguía sin sentirme bien del todo y sin esas pastillas, iba a seguir sintiendo que el mundo daba vueltas.
Justin volvió en menos de diez minutos y apagó el aire acondicionado para luego abrir el cajón de la mesa de noche y sacar su billetera (cartera).
-Voy por tus pastillas y vuelvo.
-No, Justin, quédate conmigo-supliqué en un susurro.
-Amor, voy y vuelvo. Son solo veinte minutos, prometo regresar antes de que los niños se despierten.
-Está bien, pero apúrate.
-Lo haré, cariño-respondió y rodeó la cama para besar mi frente-. Te amo, cuídate, ¿si?
Asentí con la cabeza y murmuré un “yo también te amo”, mientras él me observaba. Luego, desapareció por la puerta y bajó las escaleras.
Al cerrar mis ojos nuevamente, me di cuenta que Justin estaba vestido cuando se había ido, ¿Cuánto tiempo había dormido, entonces?-me pregunté. Justin había tenido el tiempo suficiente para tomar una dicha y colocarse su ropa, su cabello estaba húmedo cuando estaba en la habitación, minutos atrás.
No le di más vueltas al tema y volví a caer en un profundo sueño.
-Oh, vamos, ¿es en serio?-gritó Justin.
-Perdona-chilló Jazmyn.
Suspiré antes de terminar de bajar las escaleras. Entré a la cocina y vi a los dos pequeños observando como Justin levantaba los pedazos del nuevo vaso roto.
-Es el sexto vaso, Jazmyn, el sexto-siguió regañándola.
-Se le ha resbalado de las manos-la defendió Jaxon.
Me apoyé sobre el marco de la puerta y los observé discutir como hermanos.
-Jaxon, tú, silencio-le dijo Justin.
Jaxon se cruzó de brazos y su boca se frunció para luego hacer un pico y más tarde sacarle la lengua a su hermano mayor.
-Compórtate, niño-dijo Justin enojado y se puso de pie-. Vas a pagar cada vaso, ¿entiendes?
-¿Cómo haré eso?-preguntó Jazmyn ladeando la cabeza.
-Vende tus muñecas-sugirió Jaxon.
Reprimí una carcajada y los tres se giraron a verme. Justin hizo una mueca antes de dejar los pedazos de vaso en el cesto de la basura.
-________, ¿cómo te sientes?-preguntó y se acercó a mí.
-Bien, mucho mejor.
Besó mis labios y apartó el cabello de mi rostro.
-Desagradable-gritaron los dos niños cubriéndose los ojos.
-Besos en la boca, no-dijo Jaxon y abrió sus dedos para observarnos.
-Pero ellos son novios-le dijo su hermana.
-Igual, es asco, Jazzy-respondió Jaxon.
Justin y yo, reímos. Jazzy y Jaxon se quitaron las manos de la cara y Jazmyn las unió frente a su estomago para luego decir:
-¿Puedes perdonarme, Justin? No lo hago adrede-hizo morros.
-Voy a perdonarte, solo porque hoy voy a necesitar la ayuda de ambos.
-¿Mía?-gritó Jaxon emocionado.
-¿Mía también?-preguntó Jazzy.
-De ambos.
-Genial-dijo Jaxon sonriente.
Reí levemente y Justin volvió su mirada a mí.
-He llamado al hospital y podemos pasarnos esta tarde para hacerte los estudios-me informó-. Dejé las pastillas sobre tu mesa de noche, debes tomarlas cada seis horas.
Asentí comprendiendo y luego volví mi mirada a Jazmyn y Jaxon, se decían secretos y reíamos. Justin rió al verlos sonreír estúpidamente y Jazzy levantó su mano para preguntar.
-Jazzy tiene una pregunta-nos informó Jaxon.
Como en el colegio primario, Jazmyn alzaba su mano para hacer una pregunta respecto a sus dudas.
-Pregunte, señorita Bieber-le dijo Justin.
Ella rió y preguntó:
-¿Es que _______ tiene un bebé?
Justin me observó a mí y yo sonreí.
-Creo que si-murmuró Jaxon.
-No lo sabemos-respondí.
-¿Cómo que no lo sabes?-preguntó Jaxon.
-_______ ira hoy al médico para hacerse los estudios y allí veremos si va a tener un bebé o no.
Jazmyn se cubrió la boca con ambas manos y luego pegó un gritó a todo pulmón.
-¿Voy a tener un primo?-preguntó Jaxon a los gritos.
-No, no, no es un primo-rió Justin y lo tomó en brazos-. Es un sobrino.
¿Quién iba a decir que Jaxon iba a ser tío de tan pequeño? De solo pensarlo, mis ojos se llenaron de lágrimas y algunas de ellas rodaron por mis mejillas. Jazmyn corrió hacia mí, sin tomarla en brazos me agaché a su altura y besé su mejilla. Ella me abrazó efusivamente y luego rió.
-Te quiero, ________. Gracias.
-¿Gracias por qué?-pregunté en un susurro.
-Por darme una sobrinita para cuidar por siempre-dijo y me abrazó con más fuerza.
Definitivamente, la idea de tener una vida dentro de mi vientre, era hermosa. ¿El problema? No se sabía si era en serio, o no. Quizá Justin y yo, nos estábamos haciendo la película, y no pasaba nada. Si eso llegaba a suceder, ambos íbamos a tener que hacer algo por encargar un bebé, lo más rápido posible.
-¿Qué piensas?-preguntó Justin tomando mi mano.
Estábamos entrando al hospital. Habíamos pedido la colaboración de los dos pequeños, debían quedarse en casa, con Ryan, Chris y Chaz. Lo que los niños no sabían, era que los amigos de su hermano, no tenían la menor idea sobre pequeños seres humanos, y no iban a poder cuidarlos como Justin lo hacia, o como yo.
-Nada, es solo que estoy algo nerviosa.
Besó mi mejilla y luego susurró:
-No tienes por qué, mi amor. Pase lo que pase, siempre podremos tener niños.
-¿Tú dices?-pregunté preocupada.
-Claro, ________. Si no es ahora, puede ser luego-me sonrió.
-Igual estoy nerviosa-suspiré.
-No voy a mentirte, yo también lo estoy.
Avisamos en recepción que ya habíamos llegado y pronto nos cobraron la consulta. Justin y yo, caminamos por el largo pasillo, para luego tomar el ascensor y llegar al quinto piso, donde estaba repleto de mujeres embarazadas.
Justin rió.
-¿Qué es gracioso?-pregunté desconcertada.
-Tu rostro al verlas a ellas-carcajeó-. Siéntate, ven.
-No, Justin, no quiero-me quedé quieta en el lugar.
-No vas a decirme que te quieres ir.
-Si, vamos-respiré profundo.
-_______, no hagas un papelón, por favor-me tomó de la cintura y empujó un poco mi cuerpo para que me moviera de la puerta-. Es normal que sientas nervios pero no he pagado para que te acobardes y tienes que hacerte los estudios.
-Pero, no, no, no, Justin-me quejé.
-________-gruñó-. Siéntate allí y deja de hacer escándalo.
Al ver su tono amenazante, solté su mano y me senté al lado de una mujer que tenía un niño en brazos y su barriga era un globo bien inflado.
Justin se quedó de pie, a mi lado. No habían más asientos y era más que obvio que él iba a insistir en quedarse de pie, porque las mujeres primero y todo el sermón. Así que, no me tomé el tiempo en discutir con él.
Cuando comenzaron a llamar a otras mujeres y llegaban más, se iban otras, y pedían turnos y más turnos, me sentí desfallecer. Yo no estaba lista para eso, era solo una niña, una adolescente con mente de niña, inocente y huérfana. Casada a los dieciocho años, con mi esposo siendo mi dueño.
-Quiero irme-me puse de pie.
Justin desvió la mirada del cuadro y se remojó los labios antes de posar una de sus manos en mi pecho y empujarme hasta que tomé asiento nuevamente.
-No vamos a discutir, _______. Tienes que hacerte la ecografía.
Suspiré y entrelacé mis manos para posarlas sobre mi regazo.
-¿Madre primeriza?-preguntó la mujer a mi lado.
La observé un segundo y luego con una leve sonrisa de miedo, asentí con la cabeza.
-No te preocupes, a todas nos da miedo la primera vez que venimos. ¿De cuanto estas?
-¿Meses?-pregunté arrugando la nariz.
-Claro-rió-. ¿Si no, que?-preguntó en una carcajada.
Justin rió levemente a mis espaldas y pronto fue fulminado por mis ojos verdes. Que se callara porque no era conversación suya.
-En verdad estoy en duda, quizá lo esté o quizá, no-respondí-. Pero el médico me mandó a hacerme los estudios.
-Oh, comprendo-me sonrió.
El ecógrafo llamó a un apellido y la mujer se puso de pie.
-Bueno, me toca a mi-tomó la mano el niño y me sonrió-. Vamos, Thomas, debemos ver a tu hermanita. Suerte-dijo antes de caminar hacia el médico.
Justin vio el lugar vacío a mi lado y no dudó en sentarse allí. Suspiró profundamente y recostó su cuerpo contra el respaldo de la silla. Apoyé la cabeza en su hombro y cerré los ojos. Ni dos segundos pasaron, cuando Justin comenzó a brindar caricias a mi mano.
Veinte minutos después, el médico nos llamaba a nosotros. Mis nervios estaban de punta y la cara de emoción de Justin, no ayudaba para nada.
Me recosté sobre la camilla y mientras el médico hablaba, untaba un gel frío sobre mi abdomen.
-¿Edad?
-Dieciocho-respondí observando a Justin.
Él me sonrió.
-Pequeña-murmuró-. ¿Te has hecho pruebas de embarazo? Me refiero a que, ¿estás embarazada o vienes a saberlo?
-Vengo a saberlo-respondí-. Me mandó el médico, sin hacerme pruebas.
-Está bien-sonrió y buscó un aparato conectado a una máquina-. Ustedes solo deben observar la pantalla, allí arriba-señaló-, y yo voy a decirles que estamos viendo.
Ambos asentimos a la vez que el médico posaba el aparato sobre mi abdomen. Unos dos minutos después, nadie hablaba, el médico no decía nada sobre un posible embarazo y mis lágrimas ya iban a comenzar a brotar.
-Un mes y medio-sonrió.
-¿Qué?-preguntó Justin.
-Es más pequeño que un huevo.
-¿Ella… está… está… em… em… em…?
-Justin-reí y lo vi abrir los ojos con entusiasmo.
-¿Vamos a ser padres?-preguntó a los gritos.
El médico rió y luego nos señaló un punto negro en la pantalla.
-¿Justin es tu nombre?-le preguntó. Justin asintió-. Justin, ¿ves ese punto allí?
-Si, es pequeño, pero sí.
-Bueno, obsérvalo bien porque ese es tu hijo.
Justin abrió su boca, impresionado y amago a pegar unos cuantos gritos. Reí a la vez que dejaba mi cuerpo relajarse, no era la gran cosa una ecografía.
Nos quedamos en silencio mientras el médico anotaba unas cuantas cosas y luego nos avisaba cuando podíamos pasar por el video y los resultados y el estado del bebé.
Cuando por fin salimos del consultorio y nos metimos en el ascensor, Justin frenó el ascensor de golpe y me abrazó. Reí por su efusividad y luego comenzó a besarme el rostro, por todos partes, los parpados, los labios, las mejillas.
-Ya, calma, Justin-reí.
-¿Entiendes eso?-preguntó en un susurro-. Aquí-apoyó su mano en mi vientre-, está el fruto de nuestro amor.
-Es lo más maravilloso que te he escuchado decir-le sonreí.
Me besó.
-Pero, voy a pedirte por favor, que bajemos de aquí porque eres claustrofóbico y no estoy en condiciones de cargar contigo hacia una habitación de aquí.
Rió y presionó el botón para poner en marcha la caja metálica.
Luego, fuimos a hacerme los análisis de sangre y más tarde pasamos por un café para tomar la media tarde. Justin no paraba de pensar en nombres para el bebé, pero para mi iba a ser una niña, por lo tanto, diferíamos en varias cosas.
Llegamos a casa alrededor de las nueve de la noche. La planta baja de la casa, estaba totalmente a oscuras y la planta de arriba, estaba totalmente encendida, con todas las luces prendidas, por todos lados.
-¿Les han causado mucho trabajo?-preguntó Justin a Chaz que bajaba las escaleras.
-No, no tanto-suspiró-. Jaxon ya está dormido y Jazmyn está teniendo una conversación con Ryan.
-¿Qué ha hecho?-pregunté quitándome las zapatillas.
-Ha roto un vaso.
-¡Estás bromeando!-gritó Justin.
Comencé a reír como una loca de atar. Justin se pasó las manos por el cabello y luego cerró los ojos con fuerza.
-El séptimo vaso, séptimo, Chaz, séptimo.
-¿Más de una docena?-preguntó Chaz.
Reí nuevamente y encendí las luces de abajo. Comencé a subir las escaleras y seguí riendo hasta llegar a mi habitación. Donde encontré a Chris tendido boca abajo.
-¡Justin!-grité a más no poder.
Chris se movió un poco en la cama y siguió durmiendo.
-¿Qué pasa, amor?-preguntó Justin.
Pero, cuando llegó a la puerta de la habitación, rió. Sus amigos se parecían a sus hermanos, eran tres niños más y sin contar que Justin ahora se comportaba como un adulto y raramente no como un niño.
Logramos sacar a Chris de la habitación pero insistió en quedarse a dormir porque tenía mucho sueño como para manejar de noche. Justin accedió y lo dejó quedarse en la habitación de huéspedes.
Ryan y Chaz se despidieron de nosotros y partieron a sus casas. Jazzy y Jaxon, dormían placidamente y Chris, también.
-Bueno, siendo las diez de la noche, nos vamos a dormir.
-Muy temprano, ¿no crees?-pregunté metiéndome entre las sábanas.
-Pero anoche no ha sido de las mejores noches.
-Lo sé-apoyé la cabeza sobre la almohada-. Pero hoy ha sido uno de los mejores días, ¿no crees?
-Oh, claro que si, nena-se acostó a mi lado y apagó las luces.
Nos quedamos en silencio y pronto sentí la respiración de Justin, apaciguarse.
Mis lágrimas no tardaron en salir, extrañaba a mis padres y ahora los necesitaba más que nunca. Una madre era la que se encargaba de ponerse tan feliz como su hija cuado estaba embarazada, la que la ayudaba con el nuevo bebé, la que molestaba para que se cuidara. Y claro, su padre, él que le diría todo el tiempo a Justin lo que debía hacer respecto a su hija y al niño en camino. Iba a querer llevárselo a jugar por allí, bromear con él y exponerlo como a un trofeo. Los extrañaba tanto, tanto, tanto que con palabras no podía expresarlo, pero mi corazón se encogía de solo pensar en que no los iba a ver nunca más en mi vida.
-¿Estás despierta?-preguntó Justin.
Me quedé en silencio para hacerme pasar por dormida. Pero, Justin encendió la luz, obligándome a cerrar los ojos y derramar unas cuantas lágrimas más.
-¿Por qué lloras?-preguntó abrazándome-. ¿te sientes mal? ¿Vamos al hospital?
-No, no, no es eso-murmuré entre lágrimas.
-¿Qué es, linda?-preguntó cariñosamente.
-Suena muy infantil.
-Dime.
-Extraño a mis padres.
-Oye, ¿crees que eso es infantil? Oh, vamos, es normal, mi vida-me estrechó más entre sus brazos-. Pero todo va a estar bien, amor. Eres fuerte y si has podido con esto, dos años, puedes hacerlo más tiempo, ¿si?
-Es difícil.
-Lo sé, amor, lo sé-acarició mi cabello-. Pero estamos juntos en esto, si es que tienes miedo, te sientes insegura, necesitas algo, lo que sea que sea, házmelo saber, dime que es lo qué pasa, amor. Entiende, somos uno, si tú sonríes, yo sonrío, si tú lloras, yo lo haré también.
-Tú no debes llorar-murmuré mientras él secaba mis lágrimas.
-Entonces tú tampoco lo hagas. Si hay algo que me rompe el corazón, es verte llorar. Amor, no estés mal.
-Los necesito-sollocé.
Sin decir nada, Justin volvió a apretarme contra su pecho. Esparció un par de besos sobre mi cabello y luego acarició mi espalda en un tierno gesto.
-Te amo, _______ y te prometo que vas a salir adelante. Piensa que ahora tienes a un hermoso niño dentro tuyo-alcé la mirada para verlo a los ojos-, él y yo, te necesitamos, no puedes estar mal, ¿sabes? Odio verte llorar y dicen que los niños sienten lo que las madres.
-Pero es más pequeño que un huevo, no puede sentirlo.
-Créeme, es todo tan raro.
-Como tú-bromeé.
-Como yo-rió-. Claro que si. Como nuestras peleas, nuestro matrimonio, nuestras salidas, nuestras conversaciones, nuestras acciones. Oh vamos, nunca engañaríamos a nadie, diciendo que somos normales.
Reí y lo abracé.
-Te amo, Justin.
-Yo también te amo, princesa. Y te prometo que no voy a dejar que estés mal. Nunca mi amor, ¿has escuchado eso? Porque Austin y yo, vamos a hacer lo posible porque estés bien y seas feliz.
-Eres la ternura en persona-le sonreí-. ¿Pero quien corno es Austin?
-No me digas a mí, él quiere que le llamemos así.
-Hablas de Ashley-le sonreí.
-Recuerdo una vez que peleamos en México y tú me dijiste que nuestra hija se iba a llamar Ashley, pero será Megan y lo sabes.
-Justin, no seas malo, déjame elegirlo a mí-reí.
Limpió mis lágrimas.
-Ya veremos, ya veremos, ahora quiero que descanses, mi amor-besó mis labios-. Y recuerda, Austin, Megan o Ashley, como sea, vamos a cuidar de ti, lo prometo.
Desperté a las cinco de la mañana, la cabeza me dolía a más no poder y una fina capa de sudor se deslizaba por mi frente. Volteé en la cama y sin querer, toqué el hombro de Justin, éste se removió entre las sábanas y siguió con su pesado sueño.
Me senté sobre la cama y quité el cabello de mi rostro, ¿dónde había quedado mi coleta hecha por Justin? Un simple desastre en persona. Los ojos me ardían y sentía que el calor se apoderaba de mí para dejarme devastada. No soportaba la fina tela del camisón, se pegaba a mi cuerpo y molestaba como nada esa noche.
-Justin…-murmuré.
No hubo rastro del movimiento de sus músculos y siguió respirando tranquilamente en aquella calurosa noche estrellada.
Decidí no molestarlo y me puse de pie. Un repentino mareo me obligó a sentarme nuevamente. El movimiento del colchón al sentir mi peso, hizo que Justin volviera a moverse y volteé para verlo.
-¿Qué ocurre?-preguntó abriendo un solo ojo.
-Me siento fatal-respondí en un susurro.
Terminó de abrir sus ojos y se sentó en la cama. Frotó su cara con ambas manos y luego dio la vuelta a la cama, para sentarse a mi lado y tomar mi mano.
-¿Qué es lo que te duele, amor?-preguntó y brindó leves caricias a la piel de mi mano.
-Todo, es como si un camión me hubiera pasado por encima y estropeado todos mis huesos incluidos mis músculos.
-¿La cabeza?-asentí-. ¿Las piernas?-asentí-. ¿Te sientes mareada, cariño?
-Si, muy mareada-pasé una de mis manos por el sudor de mi frente-. Tengo mucho calor, Justin.
-Es normal, estoy a tu lado-bromeó.
Sonreí levemente y se acercó más a mí.
-¿Qué haremos contigo?-preguntó en un susurro-. Creo que deberíamos llamar al médico, que venga aquí, para no dejar a los niños solos.
-Lo que digas-dije y me tiré a la cama.
Mis piernas colgaban de la cama y mi espalda estaba apoyada sobre el colchón. Ese calor era insoportable, molestamente asqueroso. Justin soltó mi mano y se acostó a mi lado.
-¿O crees que debo llevarte al hospital?
-No, no, aquí-dije rápidamente.
Justin besó mi mejilla y se puso de pie. Lo vi caminar apresuradamente cruzando la habitación y entró al baño.
La costumbre de mi esposo, dejar el móvil cargando en el baño. No pregunten, solo ignoren las anormalidades.
Entró nuevamente en la habitación, con el móvil en mano y una cara de preocupación que dejaba mal al más serio y sin sentimientos.
Volví a sentarme en la cama y volteé el torso para observarlo viniendo hacia mí.
-Hola, habla Justin Bieber-hizo una pausa-. Él mismo-escuchó atentamente-. Si, solo quería saber si por favor puede hacerle una visita en casa, a mi esposa-se quedó callado-. Comprendo, pero, puedo pagarle el triple-volvió a escuchar y luego asintió con un ruido de su garganta-. Creemos que está esperando un niño y me preocupa porque no se siente para nada bien-explicó-. Se lo agradecería mucho-prosiguió-. Si, el triple de lo que suele cobrarme. Muchas gracias, lo veo en media hora.
Justin finalizó la llamada y alzó su mirada hacia mí. Me sonrió levemente y volvió a mi lado para sentarse en la orilla del colchón.
-No es necesario que pagues el triple, podemos ir a un hospital público-le dije.
Negó con la cabeza para luego decir:
-Prefiero pagar el triple a que te atendían como a una oveja preñada.
-¿Y eso que tiene que ver?
-Porque en los hospitales públicos no hay la misma atención que tiene un médico a domicilio, particular. A lo que me refiero, cariño, te atienden por orden de llegada, no te tratan muy bien que se diga y prefiero que te atiendan en casa, un médico que conozco de años y trabajaba con mi padre.
-Igual no todos los hospitales son así.
-_______, ya, déjalo para otro momento. ¿Quieres recostarte mientras esperamos?
Asentí mientras Justin me observaba con suma curiosidad, el tampoco comprendía el por qué de mis síntomas nada comunes en una embarazada, o por lo menos, nosotros no sabíamos si eran o no, comunes.
-¿Puedes encender el aire acondicionado?-pregunté apoyando la cabeza sobre la almohada.
Justin se puso de pie y sentí sus pasos alejarse mientras yo cerraba mis ojos con delicadeza. Acto seguido, posé mis pies sobre la cama y alejé la molesta sábana de encima de mí.
-Gracias-dije en un susurro.
Solté todo el aire que retenían mis pulmones, cuando sentí el aire frío vagar por la habitación. Justin se sentó a mi lado y luego, ya no recuerdo. El sueño y el mal estar se apoderaron de mi cuerpo, para hacerme quedar dormida en menos de diez minutos.
-_______, cariño, Sean está aquí-susurró a mi oído.
Abrí mis ojos y me encontré con la dulce mirada de Justin. Me sonrió levemente y se apartó de allí cuando yo me disponía a apoyar el peso de mi cuerpo, sobre mis codos.
-Va a revisarte ahora, pero, puedes quedarte recostada-me avisó Justin-. O en todo caso, siéntate con los pies estirados sobre la cama.
Preferí la segunda opción y me senté como Justin había indicado. Vi a un hombre robusto buscando algo en un pequeño bolso negro. Alzó la vista y sonrió con suma delicadeza.
-Buenas noches, o buen día, como usted prefiera-bromeó.
Justin largó una casi inaudible carcajada y observó al hombre que, al parecer, se llamaba Sean.
-Sean, ella es mi esposa, ________ Bieber, _______, él, es Sean.
-Es un gusto-dijo Sean.
-El gusto es mío-murmuré casi sin ser escuchada.
Justin suspiró y luego de pasar su mirada por mi rostro, la volvió a Sean. El hombre se enderezó y caminó hacia mí. Justin se acomodó a un lado de la cama y se apoyó sobre la mesa de noche.
-¿Qué es exactamente lo que sientes?-preguntó.
-Tengo repentinos mareos, un calor que no soporto y siento asco de gran variedad de olores.
-¿Has devuelto muy seguido?-preguntó.
-Si, demasiado para mi gusto.
-¿La última vez?
-Anoche cuando me iba a dormir.
-Bien-dijo y desvió la mirada por un momento-. Justin ha comentado que tienes dudas sobre estar embarazada.
-Si-asentí rápidamente. Me observó esperando a que continuara-. Pensé que esos mareos, las devoluciones y que el estomago se me revuelve, era solo por algo que me había hecho mal, pero saqué las cuentas y hace hasta más de un mes que no tengo el periodo.
-Bueno, yo no puedo decirte que lo estés o que no-respondió-. Pero, es lo más probable. Deberías ir al hospital más de mañana.
-Si, le dije que íbamos a ir, pero se despertó sintiéndose mal y preferí llamarte a ti-explicó Justin.
-Está bien, no es problema-me observó a mí, nuevamente-. Voy a recetarte unas pastillas, para el mareo, debes hacerte análisis de sangre y voy a pedirte una ecografía, ¿si?
Asentí mientras escuchaba atentamente. Justin hizo lo mismo.
-Luego de que te den los resultados, me los llevas y vemos que pasa.
-Cuando vas a hacerte la ecografía, ¿no te dicen si está o no, embarazada?-preguntó Justin impaciente.
-Claro que si-dijo Sean riendo por la emoción de Justin-. Pero quiero saber si esos mareos se deben a un embarazo o una anemia.
-Está bien-asintió con la cabeza-. Cuando bajemos te pago, Sean-dijo Justin.
-No te hagas problema, Justin-negó Sean-. No voy a cobrarles, eres mi amigo.
-Te dije que iba a darte el triple por cancelar planes con tu familia y venir a ver a _______.
-Es en serio, está bien. Algún día cuando yo necesite, allí estarás tú-le sonrió y guardó algunas cosas que había sacado-. En cuanto a ti, ________, debes permanecer en reposo, no quiero que hagas fuerza, implica no levantar nada ni agacharte mucho-me advirtió-. Vas a hacerte los estudios y luego me los llevan a mí.
-Si, señor-dijo Justin riendo.
Sean le golpeó el hombro y rió.
-En serio, Justin.
-De verdad, va a hacer todo eso, así que no era del todo broma-le dijo sonriendo.
Sean se despidió de mí y bajó junto con Justin. Volví a recostarme en la cama y cerré los ojos. Seguía sin sentirme bien del todo y sin esas pastillas, iba a seguir sintiendo que el mundo daba vueltas.
Justin volvió en menos de diez minutos y apagó el aire acondicionado para luego abrir el cajón de la mesa de noche y sacar su billetera (cartera).
-Voy por tus pastillas y vuelvo.
-No, Justin, quédate conmigo-supliqué en un susurro.
-Amor, voy y vuelvo. Son solo veinte minutos, prometo regresar antes de que los niños se despierten.
-Está bien, pero apúrate.
-Lo haré, cariño-respondió y rodeó la cama para besar mi frente-. Te amo, cuídate, ¿si?
Asentí con la cabeza y murmuré un “yo también te amo”, mientras él me observaba. Luego, desapareció por la puerta y bajó las escaleras.
Al cerrar mis ojos nuevamente, me di cuenta que Justin estaba vestido cuando se había ido, ¿Cuánto tiempo había dormido, entonces?-me pregunté. Justin había tenido el tiempo suficiente para tomar una dicha y colocarse su ropa, su cabello estaba húmedo cuando estaba en la habitación, minutos atrás.
No le di más vueltas al tema y volví a caer en un profundo sueño.
-Oh, vamos, ¿es en serio?-gritó Justin.
-Perdona-chilló Jazmyn.
Suspiré antes de terminar de bajar las escaleras. Entré a la cocina y vi a los dos pequeños observando como Justin levantaba los pedazos del nuevo vaso roto.
-Es el sexto vaso, Jazmyn, el sexto-siguió regañándola.
-Se le ha resbalado de las manos-la defendió Jaxon.
Me apoyé sobre el marco de la puerta y los observé discutir como hermanos.
-Jaxon, tú, silencio-le dijo Justin.
Jaxon se cruzó de brazos y su boca se frunció para luego hacer un pico y más tarde sacarle la lengua a su hermano mayor.
-Compórtate, niño-dijo Justin enojado y se puso de pie-. Vas a pagar cada vaso, ¿entiendes?
-¿Cómo haré eso?-preguntó Jazmyn ladeando la cabeza.
-Vende tus muñecas-sugirió Jaxon.
Reprimí una carcajada y los tres se giraron a verme. Justin hizo una mueca antes de dejar los pedazos de vaso en el cesto de la basura.
-________, ¿cómo te sientes?-preguntó y se acercó a mí.
-Bien, mucho mejor.
Besó mis labios y apartó el cabello de mi rostro.
-Desagradable-gritaron los dos niños cubriéndose los ojos.
-Besos en la boca, no-dijo Jaxon y abrió sus dedos para observarnos.
-Pero ellos son novios-le dijo su hermana.
-Igual, es asco, Jazzy-respondió Jaxon.
Justin y yo, reímos. Jazzy y Jaxon se quitaron las manos de la cara y Jazmyn las unió frente a su estomago para luego decir:
-¿Puedes perdonarme, Justin? No lo hago adrede-hizo morros.
-Voy a perdonarte, solo porque hoy voy a necesitar la ayuda de ambos.
-¿Mía?-gritó Jaxon emocionado.
-¿Mía también?-preguntó Jazzy.
-De ambos.
-Genial-dijo Jaxon sonriente.
Reí levemente y Justin volvió su mirada a mí.
-He llamado al hospital y podemos pasarnos esta tarde para hacerte los estudios-me informó-. Dejé las pastillas sobre tu mesa de noche, debes tomarlas cada seis horas.
Asentí comprendiendo y luego volví mi mirada a Jazmyn y Jaxon, se decían secretos y reíamos. Justin rió al verlos sonreír estúpidamente y Jazzy levantó su mano para preguntar.
-Jazzy tiene una pregunta-nos informó Jaxon.
Como en el colegio primario, Jazmyn alzaba su mano para hacer una pregunta respecto a sus dudas.
-Pregunte, señorita Bieber-le dijo Justin.
Ella rió y preguntó:
-¿Es que _______ tiene un bebé?
Justin me observó a mí y yo sonreí.
-Creo que si-murmuró Jaxon.
-No lo sabemos-respondí.
-¿Cómo que no lo sabes?-preguntó Jaxon.
-_______ ira hoy al médico para hacerse los estudios y allí veremos si va a tener un bebé o no.
Jazmyn se cubrió la boca con ambas manos y luego pegó un gritó a todo pulmón.
-¿Voy a tener un primo?-preguntó Jaxon a los gritos.
-No, no, no es un primo-rió Justin y lo tomó en brazos-. Es un sobrino.
¿Quién iba a decir que Jaxon iba a ser tío de tan pequeño? De solo pensarlo, mis ojos se llenaron de lágrimas y algunas de ellas rodaron por mis mejillas. Jazmyn corrió hacia mí, sin tomarla en brazos me agaché a su altura y besé su mejilla. Ella me abrazó efusivamente y luego rió.
-Te quiero, ________. Gracias.
-¿Gracias por qué?-pregunté en un susurro.
-Por darme una sobrinita para cuidar por siempre-dijo y me abrazó con más fuerza.
Definitivamente, la idea de tener una vida dentro de mi vientre, era hermosa. ¿El problema? No se sabía si era en serio, o no. Quizá Justin y yo, nos estábamos haciendo la película, y no pasaba nada. Si eso llegaba a suceder, ambos íbamos a tener que hacer algo por encargar un bebé, lo más rápido posible.
-¿Qué piensas?-preguntó Justin tomando mi mano.
Estábamos entrando al hospital. Habíamos pedido la colaboración de los dos pequeños, debían quedarse en casa, con Ryan, Chris y Chaz. Lo que los niños no sabían, era que los amigos de su hermano, no tenían la menor idea sobre pequeños seres humanos, y no iban a poder cuidarlos como Justin lo hacia, o como yo.
-Nada, es solo que estoy algo nerviosa.
Besó mi mejilla y luego susurró:
-No tienes por qué, mi amor. Pase lo que pase, siempre podremos tener niños.
-¿Tú dices?-pregunté preocupada.
-Claro, ________. Si no es ahora, puede ser luego-me sonrió.
-Igual estoy nerviosa-suspiré.
-No voy a mentirte, yo también lo estoy.
Avisamos en recepción que ya habíamos llegado y pronto nos cobraron la consulta. Justin y yo, caminamos por el largo pasillo, para luego tomar el ascensor y llegar al quinto piso, donde estaba repleto de mujeres embarazadas.
Justin rió.
-¿Qué es gracioso?-pregunté desconcertada.
-Tu rostro al verlas a ellas-carcajeó-. Siéntate, ven.
-No, Justin, no quiero-me quedé quieta en el lugar.
-No vas a decirme que te quieres ir.
-Si, vamos-respiré profundo.
-_______, no hagas un papelón, por favor-me tomó de la cintura y empujó un poco mi cuerpo para que me moviera de la puerta-. Es normal que sientas nervios pero no he pagado para que te acobardes y tienes que hacerte los estudios.
-Pero, no, no, no, Justin-me quejé.
-________-gruñó-. Siéntate allí y deja de hacer escándalo.
Al ver su tono amenazante, solté su mano y me senté al lado de una mujer que tenía un niño en brazos y su barriga era un globo bien inflado.
Justin se quedó de pie, a mi lado. No habían más asientos y era más que obvio que él iba a insistir en quedarse de pie, porque las mujeres primero y todo el sermón. Así que, no me tomé el tiempo en discutir con él.
Cuando comenzaron a llamar a otras mujeres y llegaban más, se iban otras, y pedían turnos y más turnos, me sentí desfallecer. Yo no estaba lista para eso, era solo una niña, una adolescente con mente de niña, inocente y huérfana. Casada a los dieciocho años, con mi esposo siendo mi dueño.
-Quiero irme-me puse de pie.
Justin desvió la mirada del cuadro y se remojó los labios antes de posar una de sus manos en mi pecho y empujarme hasta que tomé asiento nuevamente.
-No vamos a discutir, _______. Tienes que hacerte la ecografía.
Suspiré y entrelacé mis manos para posarlas sobre mi regazo.
-¿Madre primeriza?-preguntó la mujer a mi lado.
La observé un segundo y luego con una leve sonrisa de miedo, asentí con la cabeza.
-No te preocupes, a todas nos da miedo la primera vez que venimos. ¿De cuanto estas?
-¿Meses?-pregunté arrugando la nariz.
-Claro-rió-. ¿Si no, que?-preguntó en una carcajada.
Justin rió levemente a mis espaldas y pronto fue fulminado por mis ojos verdes. Que se callara porque no era conversación suya.
-En verdad estoy en duda, quizá lo esté o quizá, no-respondí-. Pero el médico me mandó a hacerme los estudios.
-Oh, comprendo-me sonrió.
El ecógrafo llamó a un apellido y la mujer se puso de pie.
-Bueno, me toca a mi-tomó la mano el niño y me sonrió-. Vamos, Thomas, debemos ver a tu hermanita. Suerte-dijo antes de caminar hacia el médico.
Justin vio el lugar vacío a mi lado y no dudó en sentarse allí. Suspiró profundamente y recostó su cuerpo contra el respaldo de la silla. Apoyé la cabeza en su hombro y cerré los ojos. Ni dos segundos pasaron, cuando Justin comenzó a brindar caricias a mi mano.
Veinte minutos después, el médico nos llamaba a nosotros. Mis nervios estaban de punta y la cara de emoción de Justin, no ayudaba para nada.
Me recosté sobre la camilla y mientras el médico hablaba, untaba un gel frío sobre mi abdomen.
-¿Edad?
-Dieciocho-respondí observando a Justin.
Él me sonrió.
-Pequeña-murmuró-. ¿Te has hecho pruebas de embarazo? Me refiero a que, ¿estás embarazada o vienes a saberlo?
-Vengo a saberlo-respondí-. Me mandó el médico, sin hacerme pruebas.
-Está bien-sonrió y buscó un aparato conectado a una máquina-. Ustedes solo deben observar la pantalla, allí arriba-señaló-, y yo voy a decirles que estamos viendo.
Ambos asentimos a la vez que el médico posaba el aparato sobre mi abdomen. Unos dos minutos después, nadie hablaba, el médico no decía nada sobre un posible embarazo y mis lágrimas ya iban a comenzar a brotar.
-Un mes y medio-sonrió.
-¿Qué?-preguntó Justin.
-Es más pequeño que un huevo.
-¿Ella… está… está… em… em… em…?
-Justin-reí y lo vi abrir los ojos con entusiasmo.
-¿Vamos a ser padres?-preguntó a los gritos.
El médico rió y luego nos señaló un punto negro en la pantalla.
-¿Justin es tu nombre?-le preguntó. Justin asintió-. Justin, ¿ves ese punto allí?
-Si, es pequeño, pero sí.
-Bueno, obsérvalo bien porque ese es tu hijo.
Justin abrió su boca, impresionado y amago a pegar unos cuantos gritos. Reí a la vez que dejaba mi cuerpo relajarse, no era la gran cosa una ecografía.
Nos quedamos en silencio mientras el médico anotaba unas cuantas cosas y luego nos avisaba cuando podíamos pasar por el video y los resultados y el estado del bebé.
Cuando por fin salimos del consultorio y nos metimos en el ascensor, Justin frenó el ascensor de golpe y me abrazó. Reí por su efusividad y luego comenzó a besarme el rostro, por todos partes, los parpados, los labios, las mejillas.
-Ya, calma, Justin-reí.
-¿Entiendes eso?-preguntó en un susurro-. Aquí-apoyó su mano en mi vientre-, está el fruto de nuestro amor.
-Es lo más maravilloso que te he escuchado decir-le sonreí.
Me besó.
-Pero, voy a pedirte por favor, que bajemos de aquí porque eres claustrofóbico y no estoy en condiciones de cargar contigo hacia una habitación de aquí.
Rió y presionó el botón para poner en marcha la caja metálica.
Luego, fuimos a hacerme los análisis de sangre y más tarde pasamos por un café para tomar la media tarde. Justin no paraba de pensar en nombres para el bebé, pero para mi iba a ser una niña, por lo tanto, diferíamos en varias cosas.
Llegamos a casa alrededor de las nueve de la noche. La planta baja de la casa, estaba totalmente a oscuras y la planta de arriba, estaba totalmente encendida, con todas las luces prendidas, por todos lados.
-¿Les han causado mucho trabajo?-preguntó Justin a Chaz que bajaba las escaleras.
-No, no tanto-suspiró-. Jaxon ya está dormido y Jazmyn está teniendo una conversación con Ryan.
-¿Qué ha hecho?-pregunté quitándome las zapatillas.
-Ha roto un vaso.
-¡Estás bromeando!-gritó Justin.
Comencé a reír como una loca de atar. Justin se pasó las manos por el cabello y luego cerró los ojos con fuerza.
-El séptimo vaso, séptimo, Chaz, séptimo.
-¿Más de una docena?-preguntó Chaz.
Reí nuevamente y encendí las luces de abajo. Comencé a subir las escaleras y seguí riendo hasta llegar a mi habitación. Donde encontré a Chris tendido boca abajo.
-¡Justin!-grité a más no poder.
Chris se movió un poco en la cama y siguió durmiendo.
-¿Qué pasa, amor?-preguntó Justin.
Pero, cuando llegó a la puerta de la habitación, rió. Sus amigos se parecían a sus hermanos, eran tres niños más y sin contar que Justin ahora se comportaba como un adulto y raramente no como un niño.
Logramos sacar a Chris de la habitación pero insistió en quedarse a dormir porque tenía mucho sueño como para manejar de noche. Justin accedió y lo dejó quedarse en la habitación de huéspedes.
Ryan y Chaz se despidieron de nosotros y partieron a sus casas. Jazzy y Jaxon, dormían placidamente y Chris, también.
-Bueno, siendo las diez de la noche, nos vamos a dormir.
-Muy temprano, ¿no crees?-pregunté metiéndome entre las sábanas.
-Pero anoche no ha sido de las mejores noches.
-Lo sé-apoyé la cabeza sobre la almohada-. Pero hoy ha sido uno de los mejores días, ¿no crees?
-Oh, claro que si, nena-se acostó a mi lado y apagó las luces.
Nos quedamos en silencio y pronto sentí la respiración de Justin, apaciguarse.
Mis lágrimas no tardaron en salir, extrañaba a mis padres y ahora los necesitaba más que nunca. Una madre era la que se encargaba de ponerse tan feliz como su hija cuado estaba embarazada, la que la ayudaba con el nuevo bebé, la que molestaba para que se cuidara. Y claro, su padre, él que le diría todo el tiempo a Justin lo que debía hacer respecto a su hija y al niño en camino. Iba a querer llevárselo a jugar por allí, bromear con él y exponerlo como a un trofeo. Los extrañaba tanto, tanto, tanto que con palabras no podía expresarlo, pero mi corazón se encogía de solo pensar en que no los iba a ver nunca más en mi vida.
-¿Estás despierta?-preguntó Justin.
Me quedé en silencio para hacerme pasar por dormida. Pero, Justin encendió la luz, obligándome a cerrar los ojos y derramar unas cuantas lágrimas más.
-¿Por qué lloras?-preguntó abrazándome-. ¿te sientes mal? ¿Vamos al hospital?
-No, no, no es eso-murmuré entre lágrimas.
-¿Qué es, linda?-preguntó cariñosamente.
-Suena muy infantil.
-Dime.
-Extraño a mis padres.
-Oye, ¿crees que eso es infantil? Oh, vamos, es normal, mi vida-me estrechó más entre sus brazos-. Pero todo va a estar bien, amor. Eres fuerte y si has podido con esto, dos años, puedes hacerlo más tiempo, ¿si?
-Es difícil.
-Lo sé, amor, lo sé-acarició mi cabello-. Pero estamos juntos en esto, si es que tienes miedo, te sientes insegura, necesitas algo, lo que sea que sea, házmelo saber, dime que es lo qué pasa, amor. Entiende, somos uno, si tú sonríes, yo sonrío, si tú lloras, yo lo haré también.
-Tú no debes llorar-murmuré mientras él secaba mis lágrimas.
-Entonces tú tampoco lo hagas. Si hay algo que me rompe el corazón, es verte llorar. Amor, no estés mal.
-Los necesito-sollocé.
Sin decir nada, Justin volvió a apretarme contra su pecho. Esparció un par de besos sobre mi cabello y luego acarició mi espalda en un tierno gesto.
-Te amo, _______ y te prometo que vas a salir adelante. Piensa que ahora tienes a un hermoso niño dentro tuyo-alcé la mirada para verlo a los ojos-, él y yo, te necesitamos, no puedes estar mal, ¿sabes? Odio verte llorar y dicen que los niños sienten lo que las madres.
-Pero es más pequeño que un huevo, no puede sentirlo.
-Créeme, es todo tan raro.
-Como tú-bromeé.
-Como yo-rió-. Claro que si. Como nuestras peleas, nuestro matrimonio, nuestras salidas, nuestras conversaciones, nuestras acciones. Oh vamos, nunca engañaríamos a nadie, diciendo que somos normales.
Reí y lo abracé.
-Te amo, Justin.
-Yo también te amo, princesa. Y te prometo que no voy a dejar que estés mal. Nunca mi amor, ¿has escuchado eso? Porque Austin y yo, vamos a hacer lo posible porque estés bien y seas feliz.
-Eres la ternura en persona-le sonreí-. ¿Pero quien corno es Austin?
-No me digas a mí, él quiere que le llamemos así.
-Hablas de Ashley-le sonreí.
-Recuerdo una vez que peleamos en México y tú me dijiste que nuestra hija se iba a llamar Ashley, pero será Megan y lo sabes.
-Justin, no seas malo, déjame elegirlo a mí-reí.
Limpió mis lágrimas.
-Ya veremos, ya veremos, ahora quiero que descanses, mi amor-besó mis labios-. Y recuerda, Austin, Megan o Ashley, como sea, vamos a cuidar de ti, lo prometo.
alex_gomez_95
Re: La Bella & La Bestia (JB&Tú) TERMINADA
Capitulo 58: (Parte 2) Último Capitulo
-No va a salir corriendo de momento a otro, tómale las manos-dije desde el otro lado de la habitación.
-Me da miedo que se caiga, pero quiero que camine-se quejó frunciendo el ceño.
-Vamos, Justin, hazlo caminar.
-Bueno, bueno, pero despacio.
Tomó las dos pequeñas manos y lo tiró hacia arriba para ponerlo de pie. El niño rió dulcemente y dio dos pequeños pasos. Justin sonrió.
-Vamos con mamá, Austin.
Reí al verlo con tal cara de pánico. Llevábamos dos semanas intentando que el pequeño caminara por lo menos cinco metros y Justin quería lograrlo hoy, dos días antes del primer cumple años de Austin.
-Solo dos pasos más, campeón-lo alentó.
Austin tropezó con su propio piecito y cayó entre mis brazos. Justin rió al verlo asustado mientras tironeaba mis cabellos. Me puse de pie con el niño en brazos y besé su mejilla efusivamente.
-Ya va siendo hora de que camines, Austin-le dijo Justin detrás de mí-. Tus tíos caminaron antes de su primer año.
Austin se cubrió la cara con ambas manos y luego rió entre el hueco que formaban sus suaves y pequeñas manitas. Era un pequeño simpático y el calco de su padre.
-¿Qué es lo gracioso?-preguntó Justin y el niño se quitó las manos de la cara-. Yo sé que me entiendes, pequeño diablillo-le dijo con una fina voz.
Reí y vi como Austin le tendía los brazos a su padre para que lo tomara. Justin hizo cas a los pedidos de su hijo y lo tomó en brazos.
-Es que me quieres tanto que no soportas estar sin mí-lo abrazó.
-Ni te creas, Justin-reí y besé su mejilla-. Vamos a llevarlo a su cuna.
-Puede dormir con nosotros, ______-dijo mientras salíamos de la sala de juegos.
-Justin, ya te he dicho que no es bueno.
-Pero es que él me ha pedido eso, ¿no que si, Austin?-tocó su pancita y el niño largó una risotada.
-¿Él te lo ha pedido?-pregunté en una risa mientras caminaba de espalda por el pasillo-. ¿Cómo te lo ha dicho?
-Dijo, muy simple; Austin querer dormir con papi.
Reí ante las palabras de Justin y entré en la habitación de Austin.
-Resulta que ahora el niño habla como cavernícola.
-Es que ya sabes, así hablan los niños pequeños.
-Ni siquiera dice “Mamá” y “Papá”, pero pide dormir contigo-dije riendo.
Él me sonrió y luego le dedicó su mirada a Austin.
-¿Qué crees, niño? Para mí, mami debería dormir en la cuna y tú conmigo.
Austin hizo un movimiento de cabeza y él muy anormal de Justin pensó que había dicho que si.
-Ya, ¿lo ves?
-Justin, déjalo en la cuna.
-Yo sé que me quieres todo para ti, pero comparte con Austin, él es un pequeño indefenso que necesita que su padre le cuenta historias de piratas.
Arqueé una ceja. Justin había cambiado tanto después del nacimiento de Austin.
-Yo sé lo que necesitas tú, cariño-me sonrió-. Pero te lo doy cuando quieres-añadió.
Comencé a desarmar la cuna del niño. Estiré los brazos hacia Austin y él me tendió los suyos para que lo tomara en brazos.
-No escuches al grosero de tu padre, déjalo, se comporta como un adolescente con hormonas descontroladas.
-No es cierto, Austin-dijo mi esposo mientras yo arropaba a Austin.
-Si que lo es, cariño-le sonreí a Justin-. Ahora, cierra esos pequeños ojitos y a descansar.
-Es una noche, ________. Me da ternura abrazarlo para dormir.
Ya me sentía reemplazada y sonaba muy estúpido, pero Justin hacia que eso sucediera. Le daba más cariño al niño, que a mí. Lo sé, lo sé, mis pensamientos son algo alocados y es medio ilógico que este algo celosa de mi hijo.
-¿Por favor?
Mientras acomodaba la habitación de Austin, seguí hablando con Justin. Prendí la pequeña lámpara y le puse su móvil musical al pequeño.
-No, Justin, he dicho no-respondí un tanto enfadada.
Justin se percató de mi tono de voz y se acercó a ver a Austin que cerraba sus hermosos ojos miel al compás de la música.
-Hasta mañana, hijo-habló suavemente-. Que descanses.
Y luego de desearle buenas noches a Austin, salió de la habitación.
¡No podía ser posible que se enfadara! Yo tendría que estar enfadada, no él.
¿Pero que clase de estupideces dices, ______?- Me pateé mentalmente-.Justin y tú, están casados, como dos adultos maduros, con un pequeño y aún así, se la pasan peleando- añadí a mis pensamientos.
Levanté unas ropas del suelo de la habitación y luego observé al niño con su respiración uniforme, había conciliado el sueño. Salí de la habitación y bajé las escaleras para dejar la ropa en la lavandería, la dejé y luego subí a mi habitación.
Justin estaba tirado boca abajo, con la espalda descubierta y la cama semiabierta. Cerré la puerta de la habitación y encendí el intercomunicador del niño, la música infantil llegó a mis oídos y Justin murmuró mientras se movía y me daba la espalda.
Lo dejé pasar, era tan infantil que no quería enfrascarme en una estúpida discusión como esas. Caminé hacia el baño y me quité el maquillaje, até mi cabello en una coleta y me quité la ropa para dejarla en el cesto de la ropa sucia. Entré a la habitación, en ropa interior y busqué mi pijama.
-Vas a enfermarte, cúbrete con la manta-le dije mientras apagaba la luz.
Se quejó y cerró sus ojos para luego apagar el televisor. Lo dejé pasar nuevamente, no iba a molestarme con él, por hacerse el enojado conmigo. Entré en la cama y me cubrí con las mantas, cubriendo así, una pierna de Justin.
Su piel se erizó ante el rose de la tela sobre ella. Me acerqué a él y lo cubrí completamente, pasé una de mis manos por su pecho y él la tomó entre las suyas.
-Abrázame, ________-murmuró.
Sonreí ante su débil voz e hice lo que me pedía, lo abracé. Detrás de su fuerte espalda, mi mano en su mano, mi respiración en su cuello, la seguridad debajo de las sabanas. Entrelacé mis piernas con las suyas y él dio un suspiro.
-¿Estás enojado?-pregunté.
-Tú estás enojada.
-En serio que no lo estoy-respondí en un susurro.
-_______, no sé por qué, pero te comportas como si quisieras llamar la atención, quizá estoy pensando cualquier cosa, pe…
-Es que eso es lo que quiero-lo interrumpí.
Su cuerpo se tensó bajó mis piernas y sentí como luchaba por acomodarse entre mis brazos, sin soltarse de mi agarre. Quité mi mano de la suya y mis piernas de encima de él, dio media vuelta y quedó cara a cara conmigo. Le sonreí levemente en la oscuridad.
-¿Qué has dicho?
-Que quiero llamar tu atención.
-Es que ya la tienes, ¿por qué querrías hacer eso?
-Porque siento que Austin se lleva crédito de todo, que tú lo amas más que a mí, que piensas en pasar más tiempo con él que conmigo.
-¿Sabes que lo que dices es muy estúpido?-preguntó arqueando una ceja.
-Si, pero es lo que siento. ¿No me dijiste que no nunca me cambiarias por nadie?
-_______, es nuestro hijo.
-Y sabes que lo amo, como a ti también te amo, pero, ¿tú a mi me amas?
-Oh, Dios, esas preguntas que se te cruzan por la cabeza-se quejó-. Escucha bien y no me hagas repetirlo otra vez con alguna de tus preguntas nocturnas que luego alteran mi sueño y me dan insomnio.
Apreté los labios. Justin pasó uno de sus brazos por mi cintura y me atrajo a él.
-Te amo, te amo como a ninguna mujer, grábatelo, ________ Bieber.
Le sonreí mientras una estúpida lágrima caía por mi mejilla. ¿Podía ser acaso más hermoso? Claro, él siempre me sorprendía con sus encantos.
-También te amo, Justin.
-Cariño, no entiendo como puedes sentir celos de Austin.
-No son celos-me quejé-. Él es mi pequeño Austin y tú eres mi Justin, no hay duda de que me perteneces, pero a veces me parece que te gusta estar más con él que conmigo.
-Lo último que voy a decirte por ahora es que, contigo me gusta compartir mucho y sabes a lo que me refiero, no tan solo en la cama, si no, viajes , compras, simplemente tomarte de la mano en un extraño lago al que te gusta ir más a que ningún otro lugar, pero con Austin me gusta jugar, enseñarle cosas, darle lo que mi padre nunca pudo darme, ¿comprendes eso?
Si una lágrima había parecido estúpida al principio, esta era una chorreadura de estupideces. Justin me sonrió tiernamente y pasó el dorso de su mano por mi mejilla, llevándose las saladas lágrimas que recorrían mis mejillas.
-Eres tan hermoso que… que…-me quedé callada. Justin me besó-. Me dejas sin palabras.
-No tienes por qué responder-volvió a besarme-. ¿Alguna otra duda?
-No.
Negué con la cabeza a la vez que hablaba. Justin volvió a besarme, pero esta vez, con más intensidad. Ese pequeño beso, se transformó en la fuente de hormonas alborotadas que pronto serían calmadas por el éxtasis de esa noche.
El pequeño aparato que daba sonidos de la habitación de Austin, sonó. El pequeño sollozaba entre sueños. Su respiración era agitada y no tardó en llorar a gritos.
Justin cerró los ojos con fuerza y se bajó de encima de mí.
-Voy yo-dijo y se sentó al borde de la cama.
-Deja, voy yo-hice lo mismo.
-Vas a enfermarte si sales de lo tibio, métete allí, ya lo calmo y vuelvo a la cama.
-Al revés, Justin-le dije y me coloqué las pantuflas-. Las tres noches pasadas, has ido tú con la misma excusa. Te quedas allí.
Y sin pronunciar otra palabra, yo salí de la habitación mientras Justin se quedaba sentado sobre el borde de la cama.
Entré a la habitación de Austin. El niño movía sus manos y se frotaba los ojos para luego soltar otro sollozo.
-¿Qué es lo que le sucede a mi nene?-pregunté tomándolo en brazos.
Austin, al sentir el calor materno, dejó de llorar y apoyó su cabeza sobre mi hombro. Besé su mejilla y él cerró sus ojos con suma delicadeza, para luego, respirar sobre mi cuello. Necesitaba a alguien que lo cuidara mientras él conciliaba su sueño. Decidí no dejarlo en su cuna, para así, llevarlo a la cama con nosotros. Justin se pondría feliz.
-¿Qué era lo que…?-su pregunta quedó en el aire al verme entrar en la habitación-. Y luego soy yo.
Reí levemente y acosté a Austin en el medio de la cama. Sus finos cabellos castaños claros, se movieron y abrió sus ojos miel para cerrarlos nuevamente. No porque era su madre lo decía, pero, el niño era precioso.
-Es un Justin en pequeño-dije metiéndome entre las sabanas.
-Nada que ver.
-Oh, vamos, Justin-dije en un susurro-. Te miro a ti, lo miro a él y solo veo diferencia de tamaño corporal. Es que, ya sabes, él tiene un año y tú como setenta.
-Ni siquiera he llegado a los treinta, no seas mala-se quejó y frunció el ceño-. Si me permites, quiero dormir, con mis dos personas favoritas en la tierra, ¿me dejas?
-Cursi-murmuré.
-Te escuché, pequeño algodón de azúcar.
-Justin, ¿Qué te ocurre?-pregunté en una carcajada.
-¿Viste que todas las parejas tienen un apodo?
-Pero no algodón de azúcar.
-Bueno, algo es algo, ________, no te quejes.
Reí ante sus estupideces y apoyé la cabeza sobre la almohada. Justin hizo lo mismo y luego estiró su brazo por detrás de la cabeza de Austin, sobre las almohadas.
-Que descanses, mi bella, te amo.
-Ese es un poco más bonito, también te amo, bestia.
Entrelacé mi mano con la suya, con cuidado de no tocar la cabeza de Austin un poco debajo de nuestras manos entrelazadas. Cerré los ojos y en menos de dos minutos, el sueño se apoderó de mí.
Un pequeño movimiento en la cama, me hizo sentarme y frotar mis ojos.
-No, Austin, te dije que no molestaras a mamá-lo regañó Justin y lo bajó de la cama-. Sigue durmiendo, cariño.
-Mami-dijo Austin en un gritito.
Justin lo soltó, haciendo que el niño cayera de cara sobre las sabanas.
-¡Tonto!-le grité.
-¡Dijo mami!-gritó Justin.
Despertar entre gritos, nuevas palabras de mi hijo, estupideces de Justin y un pequeño con gorro gris igual al de su padre, era confuso.
Me moví en la cama y tomé a Austin en mis brazos. Lo senté sobre mi regazo y sonrió. No se había hecho daño y mucho menos le había importado que sus padres no le hubieran prestado atención.
-¡Mami!-gritó nuevamente.
Justin se cubrió la cara con ambas manos y se sentó a mi lado, en la cama.
-¡Papá!-le gritó Justin.
El niño hizo morros y luego soltó un pequeño llanto antes de ser estrechado en mis brazos.
-Eres un bruto.
-Claro, tú siempre primero.
-Lo dijo solo, no le pedí nada.
-Anoche hicieron un trato-se quejó.
-No seas estúpido.
-¡Mami!-gritó Austin colgado de mi cuello.
Justin se puso de pie y miró al niño que lo observaba desde debajo de mi barbilla, con los ojos brillantes y una pequeña mirada de admiración y miedo.
-Justin, papá, papi, viejo… ¿algo?
Reí ante sus palabras.
-Mientras más lo presiones, peor será.
La nieve se encargó de cubrir la casa por todos lados. El jardín estaba repleto de copos blancos que se juntaban para dejar una gruesa capa sobre el césped y todo lo que estuviera debajo de ella.
-Nieve-le dijo Justin mientras señalaba por la ventana del coche-. Eso es nieve, Austin.
Austin sonrió a su padre y Justin le devolvió la sonrisa. Se veían tan lindos juntos, eran perfectos y casi iguales.
-Odio el camino nevado-se quejó Justin frunciendo el ceño.
-Ya nos queda poco, tú solo sigue con el celo fruncido.
-¿Por qué?-preguntó divertido.
-Porque me gustas así, enojado-le dije riendo.
Me dedicó una mirada relámpago y sonrió nuevamente. Aparcó el auto en frente a la casa de sus padres y apagó el motor.
-¿Llevo a Austin y tú bajas las cosas?-pregunté.
Él asintió.
Como cada domingo de cada semana, Justin, Austin y yo, almorzábamos en casa de los padres de Justin. Era un hermoso día en familia, ya que, Justin y yo, nos la pasábamos juntos mientras Jaxon y Jazzy jugaban con el pequeño Austin. Los padres de Justin, por supuesto, amaban a su nieto y se lo pasaban de brazo en brazo, dejando que nosotros dos disfrutáramos de la compañía mutua, en este caso, junto al fuego.
-¡Jazmyn y Jaxon!-gritó Pattie mientras llenaba de besos a Austin.
Los dos niños no tardaron en bajar las escaleras, como un rayo. Lo primero que hicieron fue colgarse cada uno de la pierna de uno de nosotros. En este caso, Jazmyn ocupaba la mía y Jaxon la de Justin.
-¿Cómo has estado niño?-preguntó Justin besando la mejilla de su hermano.
-El domingo pasado no vinieron-se quejó Jaxon.
-Austin pescó un pequeño resfrío-les comuniqué a los dos niños y besé la mejilla de Jazzy-. Tengo algo para ti.
-¡A que no adivinas, mamá!-dijo Justin cuando Pattie le pasaba al pequeño a su esposo.
-¿Qué cosa?
-No has adivinado-le sonrió y abrazó a su madre por los hombros-. Esta mañana, Austin ha dicho “mami”.
-¡Austin habla!-gritó Jazmyn.
Pattie y Jeremy llenaron de besos al niño, Jazzy y Jaxon nos atormentaron con un par de preguntas, mientras yo revolvía entre mi bolso.
Entregué a Jazmyn una pequeña caja de maquillaje de princesas. Ella comenzó a gritar y me abrazó. A Jaxon le di un pequeño auto de carreras y no tan igual como su hermana, pero comenzó a saltar y sonreír como bobo.
Almorzamos entre anécdotas y carcajadas de parte de los niños. Jazmyn estaba maquillada tal cual una princesa, claro que a su estilo, de niña pequeña. Y Jaxon pasaba su auto por todo aquel lugar donde anduviera.
Cuando terminamos el almuerzo, Jazzy y Jaxon se llevaron a Austin a la sala, para jugar. Mientras que Pattie y Jeremy iban por el postre, Justin y yo nos dedicamos a levantar la mesa.
-¡Justin! ¡______! ¡Mami! ¡Papi!-gritó Jazmyn.
Dejé caer un vaso sobre la mesa y corrimos hacia la sala. Cualquiera que escuchaba a Jazzy gritar así, pensaba que algo malo había ocurrido.
-¿Qué pasa?-preguntó Justin.
Jeremy y Pattie llegaron a la sala.
-Austin, dilo-le ordenó Jazmyn.
-Azzy-dijo Austin.
Justin sonrió.
No alcanzaba a decir la palabra completa, pero la reconocía por su nombre.
Jaxon se colocó frente a Austin y se señaló con el dedo, en el pecho.
-Axon-gritó Austin.
Pattie pegó un grito de felicidad y fue seguido por el de Jeremy. Yo, sonreí mientras buscaba la mirada de Justin. Tomó a Austin es sus brazos y besó su mejilla.
-¿Por qué a ellos si y a papi no?-preguntó con el ceño fruncido.
No sé si fue ilusión de todos nosotros o el pequeño Austin, frunció el ceño como su padre. Justin rió y le despeinó el escaso cabello.
-Ustin¬-le dijo Justin.
Reí.
-Austin, vamos, no es tan difícil-lo animo su tía más pequeña.
El resto de la tarde fue agobiante para Austin, quien fue molestado por Justin para que dijera su nombre. El niño lloró más de seis veces y la situación se tornaba insoportable. Justin parecía otro niño caprichoso más.
-¿Verdad que Austin se puede quedar?-preguntó Jazmyn a su madre.
-Si ustedes lo dejan.
-Si dice mi nombre, si-dijo Justin tomando el bolso de Austin.
El niño dio dos palmaditas con las manos y rió.
-No creo que se quede, entonces-dije colocándole el gorro a mi hijo.
-Si llega a ser necesario llamarlos, lo haremos-prometió Jeremy.
Quizá no fuera la mejor idea, dejar a Austin con sus abuelos, cuando podía venirse una terrible tormenta de nieve esa misma noche. Pero Justin estaba un poco molesto con el niño y ambos necesitábamos un breve respiro de los llantos nocturnos.
-Solo tú y yo-dijo al cerrar la puerta de la casa.
-¿Y que se te ocurre?-pregunté alzando una ceja.
Justin hizo lo mismo que yo, alzó una ceja y sonrió pícaramente. Dejé el bolso sobre el sillón y caminé hacia él.
-Arriba hace menos frío.
-¿Arriba tuyo?-pregunté pasando mis brazos por sus hombros para luego unirlos en su nuca. Beso-. ¿O a que te referías?
-Estamos de pícara-sonrió y me devolvió el beso-. Arriba de donde quieras pero aquí hace frío.
-Entonces no hablamos de lo mismo-dije sobre sus labios.
Rió.
Pasó sus manos por mi espalda y las dejó caer sobre mi cintura. Alzó mi cuerpo en el aire y me obligó a pasar las piernas por su cadera, para unirlas en la parte baja de su espalda.
Me pegó contra la pared, y con desesperado hambre, me besó mientras quitaba mi chaqueta.
-Por esto, odio el invierno-gruñó dándose cuenta de que cada uno llevaba más de seis prendas-. Maldito seas, frío inservible.
Reí y lo silencié con un beso.
Entre besos, caricias y algo más que no supe definir, llegamos a la cama. La habitación era obviamente nuestra y por supuesto, testigo de nuestra demuestra de amor.
-¿Sabes? Amo estar así contigo.
-Yo amo estar contigo, de cualquier manera-dije a su oído.
Lo sentí gruñir sensualmente y besó mi cuello.
-Te amo.
-Yo te amo más-contraataqué.
-Imposible.
-Ambos nos amamos por igual y fin de la discusión-reí y besé sus labios.
-Está bien, por ahora dejamos la discusión de lado, mi bella.
-Es tierno lo que dices.
Dejó de acariciar mi cuerpo con hambre y deseo. Me observó a los ojos, recibiendo así, una sonrisa dulce mi parte.
-¿Has visto la película “La Bella Y La Bestia”?-preguntó en un susurro.
-Claro que si.
-Es como nuestra historia de amor.
-No exageres, tampoco eres tan feo.
-No, amor, en serio-dijo en una leve carcajada-. Mírate, tú eras tan frágil y yo tan desalmado contigo.
-Escucha, Justin, eso ya pasó.
-Pero es parte de nuestras vidas, de nuestro pasado. Cuando Austin pregunte cómo nos conocimos, ¿Qué le diremos?
-Que me compraste en una subasta, me obligaste a casarme contigo y luego nos enamoramos él uno del otro.
-Suena hasta violeto si lo dices así-se quejó-. Mira, es simple, tú eres como una tierna muñeca de porcelana, como “Bella” y yo era un estúpido que ni siquiera sabía que te hacia daño.
-Justin…
-No digas nada, solo escúchame-interrumpió mis palabras-. Yo sé que nuestra historia no empezó como la mejor historia de amor, como la mejor pareja del mundo. Pero, déjame decirte esto, no estamos juntos por amor desde el principio, pero te prometo que estaremos juntos por amor hasta el fin de nuestros días.
-No me hagas llorar, Justin-me quejé entre lágrimas.
-Eres lo mejor que paso, ¿lo sabes? Gracias a ti y tu poca fuerza por defenderte de mí, logré volver a ver a mis hermanos, a reconstruir mi relación con mi papá, a estar más cerca de mi madre, me diste un niño, ________, me diste todo ese amor que nunca nadie me dio, nunca.
-Te amo.
-No, yo te amo a ti, ¿sabes por qué? Porque sin ti, seguiría sin ver a mis hermanos, en la oficina todo el día, mandando a Rosalie todo el tiempo, tratando mal a la gente, pero, mírame ahora. A tu lado, hablando como un estúpido romántico, con un hijo de casi un año, con mis padres que te aman a ti y a mi hijo, mis hermanos que te adoran como si te conocieran desde siempre.
Se quedó en silencio unos segundos y luego secó mis lágrimas con sus dedos.
-No llores, mi amor. No tienes por qué llorar. Eres feliz, ¿lo eres?
Asentí sabiendo que no podría hilar ninguna oración.
-Yo también lo soy, si tú lo eres.
-Estoy embarazada-largué sin pensarlo dos veces.
-¿Qué has dicho?
-Estoy de seis semanas y media-aspiré mi nariz.
Justin sonrió ampliamente y me estrechó en sus brazos.
-Megan.
-Ashley, Justin, es Ashley.
-Mientras te haga feliz ese nombre para nuestra niña. Austin estará feliz.
-¿Tú lo estas?
-Siempre que tú lo estés, bella.
-No me digas así.
-Es que es así, no me lo niegues.
-No voy a negarlo.
-Entonces….
-Eres una bestia-le sonreí-. Y yo soy tu bella.
-Somos, “La Bella Y La Bestia”-besó mis labios-. Te amo hasta el infinito y más allá.
-Yo a ti cariño.
FIN
FIN
FIN
FIN
-No va a salir corriendo de momento a otro, tómale las manos-dije desde el otro lado de la habitación.
-Me da miedo que se caiga, pero quiero que camine-se quejó frunciendo el ceño.
-Vamos, Justin, hazlo caminar.
-Bueno, bueno, pero despacio.
Tomó las dos pequeñas manos y lo tiró hacia arriba para ponerlo de pie. El niño rió dulcemente y dio dos pequeños pasos. Justin sonrió.
-Vamos con mamá, Austin.
Reí al verlo con tal cara de pánico. Llevábamos dos semanas intentando que el pequeño caminara por lo menos cinco metros y Justin quería lograrlo hoy, dos días antes del primer cumple años de Austin.
-Solo dos pasos más, campeón-lo alentó.
Austin tropezó con su propio piecito y cayó entre mis brazos. Justin rió al verlo asustado mientras tironeaba mis cabellos. Me puse de pie con el niño en brazos y besé su mejilla efusivamente.
-Ya va siendo hora de que camines, Austin-le dijo Justin detrás de mí-. Tus tíos caminaron antes de su primer año.
Austin se cubrió la cara con ambas manos y luego rió entre el hueco que formaban sus suaves y pequeñas manitas. Era un pequeño simpático y el calco de su padre.
-¿Qué es lo gracioso?-preguntó Justin y el niño se quitó las manos de la cara-. Yo sé que me entiendes, pequeño diablillo-le dijo con una fina voz.
Reí y vi como Austin le tendía los brazos a su padre para que lo tomara. Justin hizo cas a los pedidos de su hijo y lo tomó en brazos.
-Es que me quieres tanto que no soportas estar sin mí-lo abrazó.
-Ni te creas, Justin-reí y besé su mejilla-. Vamos a llevarlo a su cuna.
-Puede dormir con nosotros, ______-dijo mientras salíamos de la sala de juegos.
-Justin, ya te he dicho que no es bueno.
-Pero es que él me ha pedido eso, ¿no que si, Austin?-tocó su pancita y el niño largó una risotada.
-¿Él te lo ha pedido?-pregunté en una risa mientras caminaba de espalda por el pasillo-. ¿Cómo te lo ha dicho?
-Dijo, muy simple; Austin querer dormir con papi.
Reí ante las palabras de Justin y entré en la habitación de Austin.
-Resulta que ahora el niño habla como cavernícola.
-Es que ya sabes, así hablan los niños pequeños.
-Ni siquiera dice “Mamá” y “Papá”, pero pide dormir contigo-dije riendo.
Él me sonrió y luego le dedicó su mirada a Austin.
-¿Qué crees, niño? Para mí, mami debería dormir en la cuna y tú conmigo.
Austin hizo un movimiento de cabeza y él muy anormal de Justin pensó que había dicho que si.
-Ya, ¿lo ves?
-Justin, déjalo en la cuna.
-Yo sé que me quieres todo para ti, pero comparte con Austin, él es un pequeño indefenso que necesita que su padre le cuenta historias de piratas.
Arqueé una ceja. Justin había cambiado tanto después del nacimiento de Austin.
-Yo sé lo que necesitas tú, cariño-me sonrió-. Pero te lo doy cuando quieres-añadió.
Comencé a desarmar la cuna del niño. Estiré los brazos hacia Austin y él me tendió los suyos para que lo tomara en brazos.
-No escuches al grosero de tu padre, déjalo, se comporta como un adolescente con hormonas descontroladas.
-No es cierto, Austin-dijo mi esposo mientras yo arropaba a Austin.
-Si que lo es, cariño-le sonreí a Justin-. Ahora, cierra esos pequeños ojitos y a descansar.
-Es una noche, ________. Me da ternura abrazarlo para dormir.
Ya me sentía reemplazada y sonaba muy estúpido, pero Justin hacia que eso sucediera. Le daba más cariño al niño, que a mí. Lo sé, lo sé, mis pensamientos son algo alocados y es medio ilógico que este algo celosa de mi hijo.
-¿Por favor?
Mientras acomodaba la habitación de Austin, seguí hablando con Justin. Prendí la pequeña lámpara y le puse su móvil musical al pequeño.
-No, Justin, he dicho no-respondí un tanto enfadada.
Justin se percató de mi tono de voz y se acercó a ver a Austin que cerraba sus hermosos ojos miel al compás de la música.
-Hasta mañana, hijo-habló suavemente-. Que descanses.
Y luego de desearle buenas noches a Austin, salió de la habitación.
¡No podía ser posible que se enfadara! Yo tendría que estar enfadada, no él.
¿Pero que clase de estupideces dices, ______?- Me pateé mentalmente-.Justin y tú, están casados, como dos adultos maduros, con un pequeño y aún así, se la pasan peleando- añadí a mis pensamientos.
Levanté unas ropas del suelo de la habitación y luego observé al niño con su respiración uniforme, había conciliado el sueño. Salí de la habitación y bajé las escaleras para dejar la ropa en la lavandería, la dejé y luego subí a mi habitación.
Justin estaba tirado boca abajo, con la espalda descubierta y la cama semiabierta. Cerré la puerta de la habitación y encendí el intercomunicador del niño, la música infantil llegó a mis oídos y Justin murmuró mientras se movía y me daba la espalda.
Lo dejé pasar, era tan infantil que no quería enfrascarme en una estúpida discusión como esas. Caminé hacia el baño y me quité el maquillaje, até mi cabello en una coleta y me quité la ropa para dejarla en el cesto de la ropa sucia. Entré a la habitación, en ropa interior y busqué mi pijama.
-Vas a enfermarte, cúbrete con la manta-le dije mientras apagaba la luz.
Se quejó y cerró sus ojos para luego apagar el televisor. Lo dejé pasar nuevamente, no iba a molestarme con él, por hacerse el enojado conmigo. Entré en la cama y me cubrí con las mantas, cubriendo así, una pierna de Justin.
Su piel se erizó ante el rose de la tela sobre ella. Me acerqué a él y lo cubrí completamente, pasé una de mis manos por su pecho y él la tomó entre las suyas.
-Abrázame, ________-murmuró.
Sonreí ante su débil voz e hice lo que me pedía, lo abracé. Detrás de su fuerte espalda, mi mano en su mano, mi respiración en su cuello, la seguridad debajo de las sabanas. Entrelacé mis piernas con las suyas y él dio un suspiro.
-¿Estás enojado?-pregunté.
-Tú estás enojada.
-En serio que no lo estoy-respondí en un susurro.
-_______, no sé por qué, pero te comportas como si quisieras llamar la atención, quizá estoy pensando cualquier cosa, pe…
-Es que eso es lo que quiero-lo interrumpí.
Su cuerpo se tensó bajó mis piernas y sentí como luchaba por acomodarse entre mis brazos, sin soltarse de mi agarre. Quité mi mano de la suya y mis piernas de encima de él, dio media vuelta y quedó cara a cara conmigo. Le sonreí levemente en la oscuridad.
-¿Qué has dicho?
-Que quiero llamar tu atención.
-Es que ya la tienes, ¿por qué querrías hacer eso?
-Porque siento que Austin se lleva crédito de todo, que tú lo amas más que a mí, que piensas en pasar más tiempo con él que conmigo.
-¿Sabes que lo que dices es muy estúpido?-preguntó arqueando una ceja.
-Si, pero es lo que siento. ¿No me dijiste que no nunca me cambiarias por nadie?
-_______, es nuestro hijo.
-Y sabes que lo amo, como a ti también te amo, pero, ¿tú a mi me amas?
-Oh, Dios, esas preguntas que se te cruzan por la cabeza-se quejó-. Escucha bien y no me hagas repetirlo otra vez con alguna de tus preguntas nocturnas que luego alteran mi sueño y me dan insomnio.
Apreté los labios. Justin pasó uno de sus brazos por mi cintura y me atrajo a él.
-Te amo, te amo como a ninguna mujer, grábatelo, ________ Bieber.
Le sonreí mientras una estúpida lágrima caía por mi mejilla. ¿Podía ser acaso más hermoso? Claro, él siempre me sorprendía con sus encantos.
-También te amo, Justin.
-Cariño, no entiendo como puedes sentir celos de Austin.
-No son celos-me quejé-. Él es mi pequeño Austin y tú eres mi Justin, no hay duda de que me perteneces, pero a veces me parece que te gusta estar más con él que conmigo.
-Lo último que voy a decirte por ahora es que, contigo me gusta compartir mucho y sabes a lo que me refiero, no tan solo en la cama, si no, viajes , compras, simplemente tomarte de la mano en un extraño lago al que te gusta ir más a que ningún otro lugar, pero con Austin me gusta jugar, enseñarle cosas, darle lo que mi padre nunca pudo darme, ¿comprendes eso?
Si una lágrima había parecido estúpida al principio, esta era una chorreadura de estupideces. Justin me sonrió tiernamente y pasó el dorso de su mano por mi mejilla, llevándose las saladas lágrimas que recorrían mis mejillas.
-Eres tan hermoso que… que…-me quedé callada. Justin me besó-. Me dejas sin palabras.
-No tienes por qué responder-volvió a besarme-. ¿Alguna otra duda?
-No.
Negué con la cabeza a la vez que hablaba. Justin volvió a besarme, pero esta vez, con más intensidad. Ese pequeño beso, se transformó en la fuente de hormonas alborotadas que pronto serían calmadas por el éxtasis de esa noche.
El pequeño aparato que daba sonidos de la habitación de Austin, sonó. El pequeño sollozaba entre sueños. Su respiración era agitada y no tardó en llorar a gritos.
Justin cerró los ojos con fuerza y se bajó de encima de mí.
-Voy yo-dijo y se sentó al borde de la cama.
-Deja, voy yo-hice lo mismo.
-Vas a enfermarte si sales de lo tibio, métete allí, ya lo calmo y vuelvo a la cama.
-Al revés, Justin-le dije y me coloqué las pantuflas-. Las tres noches pasadas, has ido tú con la misma excusa. Te quedas allí.
Y sin pronunciar otra palabra, yo salí de la habitación mientras Justin se quedaba sentado sobre el borde de la cama.
Entré a la habitación de Austin. El niño movía sus manos y se frotaba los ojos para luego soltar otro sollozo.
-¿Qué es lo que le sucede a mi nene?-pregunté tomándolo en brazos.
Austin, al sentir el calor materno, dejó de llorar y apoyó su cabeza sobre mi hombro. Besé su mejilla y él cerró sus ojos con suma delicadeza, para luego, respirar sobre mi cuello. Necesitaba a alguien que lo cuidara mientras él conciliaba su sueño. Decidí no dejarlo en su cuna, para así, llevarlo a la cama con nosotros. Justin se pondría feliz.
-¿Qué era lo que…?-su pregunta quedó en el aire al verme entrar en la habitación-. Y luego soy yo.
Reí levemente y acosté a Austin en el medio de la cama. Sus finos cabellos castaños claros, se movieron y abrió sus ojos miel para cerrarlos nuevamente. No porque era su madre lo decía, pero, el niño era precioso.
-Es un Justin en pequeño-dije metiéndome entre las sabanas.
-Nada que ver.
-Oh, vamos, Justin-dije en un susurro-. Te miro a ti, lo miro a él y solo veo diferencia de tamaño corporal. Es que, ya sabes, él tiene un año y tú como setenta.
-Ni siquiera he llegado a los treinta, no seas mala-se quejó y frunció el ceño-. Si me permites, quiero dormir, con mis dos personas favoritas en la tierra, ¿me dejas?
-Cursi-murmuré.
-Te escuché, pequeño algodón de azúcar.
-Justin, ¿Qué te ocurre?-pregunté en una carcajada.
-¿Viste que todas las parejas tienen un apodo?
-Pero no algodón de azúcar.
-Bueno, algo es algo, ________, no te quejes.
Reí ante sus estupideces y apoyé la cabeza sobre la almohada. Justin hizo lo mismo y luego estiró su brazo por detrás de la cabeza de Austin, sobre las almohadas.
-Que descanses, mi bella, te amo.
-Ese es un poco más bonito, también te amo, bestia.
Entrelacé mi mano con la suya, con cuidado de no tocar la cabeza de Austin un poco debajo de nuestras manos entrelazadas. Cerré los ojos y en menos de dos minutos, el sueño se apoderó de mí.
Un pequeño movimiento en la cama, me hizo sentarme y frotar mis ojos.
-No, Austin, te dije que no molestaras a mamá-lo regañó Justin y lo bajó de la cama-. Sigue durmiendo, cariño.
-Mami-dijo Austin en un gritito.
Justin lo soltó, haciendo que el niño cayera de cara sobre las sabanas.
-¡Tonto!-le grité.
-¡Dijo mami!-gritó Justin.
Despertar entre gritos, nuevas palabras de mi hijo, estupideces de Justin y un pequeño con gorro gris igual al de su padre, era confuso.
Me moví en la cama y tomé a Austin en mis brazos. Lo senté sobre mi regazo y sonrió. No se había hecho daño y mucho menos le había importado que sus padres no le hubieran prestado atención.
-¡Mami!-gritó nuevamente.
Justin se cubrió la cara con ambas manos y se sentó a mi lado, en la cama.
-¡Papá!-le gritó Justin.
El niño hizo morros y luego soltó un pequeño llanto antes de ser estrechado en mis brazos.
-Eres un bruto.
-Claro, tú siempre primero.
-Lo dijo solo, no le pedí nada.
-Anoche hicieron un trato-se quejó.
-No seas estúpido.
-¡Mami!-gritó Austin colgado de mi cuello.
Justin se puso de pie y miró al niño que lo observaba desde debajo de mi barbilla, con los ojos brillantes y una pequeña mirada de admiración y miedo.
-Justin, papá, papi, viejo… ¿algo?
Reí ante sus palabras.
-Mientras más lo presiones, peor será.
La nieve se encargó de cubrir la casa por todos lados. El jardín estaba repleto de copos blancos que se juntaban para dejar una gruesa capa sobre el césped y todo lo que estuviera debajo de ella.
-Nieve-le dijo Justin mientras señalaba por la ventana del coche-. Eso es nieve, Austin.
Austin sonrió a su padre y Justin le devolvió la sonrisa. Se veían tan lindos juntos, eran perfectos y casi iguales.
-Odio el camino nevado-se quejó Justin frunciendo el ceño.
-Ya nos queda poco, tú solo sigue con el celo fruncido.
-¿Por qué?-preguntó divertido.
-Porque me gustas así, enojado-le dije riendo.
Me dedicó una mirada relámpago y sonrió nuevamente. Aparcó el auto en frente a la casa de sus padres y apagó el motor.
-¿Llevo a Austin y tú bajas las cosas?-pregunté.
Él asintió.
Como cada domingo de cada semana, Justin, Austin y yo, almorzábamos en casa de los padres de Justin. Era un hermoso día en familia, ya que, Justin y yo, nos la pasábamos juntos mientras Jaxon y Jazzy jugaban con el pequeño Austin. Los padres de Justin, por supuesto, amaban a su nieto y se lo pasaban de brazo en brazo, dejando que nosotros dos disfrutáramos de la compañía mutua, en este caso, junto al fuego.
-¡Jazmyn y Jaxon!-gritó Pattie mientras llenaba de besos a Austin.
Los dos niños no tardaron en bajar las escaleras, como un rayo. Lo primero que hicieron fue colgarse cada uno de la pierna de uno de nosotros. En este caso, Jazmyn ocupaba la mía y Jaxon la de Justin.
-¿Cómo has estado niño?-preguntó Justin besando la mejilla de su hermano.
-El domingo pasado no vinieron-se quejó Jaxon.
-Austin pescó un pequeño resfrío-les comuniqué a los dos niños y besé la mejilla de Jazzy-. Tengo algo para ti.
-¡A que no adivinas, mamá!-dijo Justin cuando Pattie le pasaba al pequeño a su esposo.
-¿Qué cosa?
-No has adivinado-le sonrió y abrazó a su madre por los hombros-. Esta mañana, Austin ha dicho “mami”.
-¡Austin habla!-gritó Jazmyn.
Pattie y Jeremy llenaron de besos al niño, Jazzy y Jaxon nos atormentaron con un par de preguntas, mientras yo revolvía entre mi bolso.
Entregué a Jazmyn una pequeña caja de maquillaje de princesas. Ella comenzó a gritar y me abrazó. A Jaxon le di un pequeño auto de carreras y no tan igual como su hermana, pero comenzó a saltar y sonreír como bobo.
Almorzamos entre anécdotas y carcajadas de parte de los niños. Jazmyn estaba maquillada tal cual una princesa, claro que a su estilo, de niña pequeña. Y Jaxon pasaba su auto por todo aquel lugar donde anduviera.
Cuando terminamos el almuerzo, Jazzy y Jaxon se llevaron a Austin a la sala, para jugar. Mientras que Pattie y Jeremy iban por el postre, Justin y yo nos dedicamos a levantar la mesa.
-¡Justin! ¡______! ¡Mami! ¡Papi!-gritó Jazmyn.
Dejé caer un vaso sobre la mesa y corrimos hacia la sala. Cualquiera que escuchaba a Jazzy gritar así, pensaba que algo malo había ocurrido.
-¿Qué pasa?-preguntó Justin.
Jeremy y Pattie llegaron a la sala.
-Austin, dilo-le ordenó Jazmyn.
-Azzy-dijo Austin.
Justin sonrió.
No alcanzaba a decir la palabra completa, pero la reconocía por su nombre.
Jaxon se colocó frente a Austin y se señaló con el dedo, en el pecho.
-Axon-gritó Austin.
Pattie pegó un grito de felicidad y fue seguido por el de Jeremy. Yo, sonreí mientras buscaba la mirada de Justin. Tomó a Austin es sus brazos y besó su mejilla.
-¿Por qué a ellos si y a papi no?-preguntó con el ceño fruncido.
No sé si fue ilusión de todos nosotros o el pequeño Austin, frunció el ceño como su padre. Justin rió y le despeinó el escaso cabello.
-Ustin¬-le dijo Justin.
Reí.
-Austin, vamos, no es tan difícil-lo animo su tía más pequeña.
El resto de la tarde fue agobiante para Austin, quien fue molestado por Justin para que dijera su nombre. El niño lloró más de seis veces y la situación se tornaba insoportable. Justin parecía otro niño caprichoso más.
-¿Verdad que Austin se puede quedar?-preguntó Jazmyn a su madre.
-Si ustedes lo dejan.
-Si dice mi nombre, si-dijo Justin tomando el bolso de Austin.
El niño dio dos palmaditas con las manos y rió.
-No creo que se quede, entonces-dije colocándole el gorro a mi hijo.
-Si llega a ser necesario llamarlos, lo haremos-prometió Jeremy.
Quizá no fuera la mejor idea, dejar a Austin con sus abuelos, cuando podía venirse una terrible tormenta de nieve esa misma noche. Pero Justin estaba un poco molesto con el niño y ambos necesitábamos un breve respiro de los llantos nocturnos.
-Solo tú y yo-dijo al cerrar la puerta de la casa.
-¿Y que se te ocurre?-pregunté alzando una ceja.
Justin hizo lo mismo que yo, alzó una ceja y sonrió pícaramente. Dejé el bolso sobre el sillón y caminé hacia él.
-Arriba hace menos frío.
-¿Arriba tuyo?-pregunté pasando mis brazos por sus hombros para luego unirlos en su nuca. Beso-. ¿O a que te referías?
-Estamos de pícara-sonrió y me devolvió el beso-. Arriba de donde quieras pero aquí hace frío.
-Entonces no hablamos de lo mismo-dije sobre sus labios.
Rió.
Pasó sus manos por mi espalda y las dejó caer sobre mi cintura. Alzó mi cuerpo en el aire y me obligó a pasar las piernas por su cadera, para unirlas en la parte baja de su espalda.
Me pegó contra la pared, y con desesperado hambre, me besó mientras quitaba mi chaqueta.
-Por esto, odio el invierno-gruñó dándose cuenta de que cada uno llevaba más de seis prendas-. Maldito seas, frío inservible.
Reí y lo silencié con un beso.
Entre besos, caricias y algo más que no supe definir, llegamos a la cama. La habitación era obviamente nuestra y por supuesto, testigo de nuestra demuestra de amor.
-¿Sabes? Amo estar así contigo.
-Yo amo estar contigo, de cualquier manera-dije a su oído.
Lo sentí gruñir sensualmente y besó mi cuello.
-Te amo.
-Yo te amo más-contraataqué.
-Imposible.
-Ambos nos amamos por igual y fin de la discusión-reí y besé sus labios.
-Está bien, por ahora dejamos la discusión de lado, mi bella.
-Es tierno lo que dices.
Dejó de acariciar mi cuerpo con hambre y deseo. Me observó a los ojos, recibiendo así, una sonrisa dulce mi parte.
-¿Has visto la película “La Bella Y La Bestia”?-preguntó en un susurro.
-Claro que si.
-Es como nuestra historia de amor.
-No exageres, tampoco eres tan feo.
-No, amor, en serio-dijo en una leve carcajada-. Mírate, tú eras tan frágil y yo tan desalmado contigo.
-Escucha, Justin, eso ya pasó.
-Pero es parte de nuestras vidas, de nuestro pasado. Cuando Austin pregunte cómo nos conocimos, ¿Qué le diremos?
-Que me compraste en una subasta, me obligaste a casarme contigo y luego nos enamoramos él uno del otro.
-Suena hasta violeto si lo dices así-se quejó-. Mira, es simple, tú eres como una tierna muñeca de porcelana, como “Bella” y yo era un estúpido que ni siquiera sabía que te hacia daño.
-Justin…
-No digas nada, solo escúchame-interrumpió mis palabras-. Yo sé que nuestra historia no empezó como la mejor historia de amor, como la mejor pareja del mundo. Pero, déjame decirte esto, no estamos juntos por amor desde el principio, pero te prometo que estaremos juntos por amor hasta el fin de nuestros días.
-No me hagas llorar, Justin-me quejé entre lágrimas.
-Eres lo mejor que paso, ¿lo sabes? Gracias a ti y tu poca fuerza por defenderte de mí, logré volver a ver a mis hermanos, a reconstruir mi relación con mi papá, a estar más cerca de mi madre, me diste un niño, ________, me diste todo ese amor que nunca nadie me dio, nunca.
-Te amo.
-No, yo te amo a ti, ¿sabes por qué? Porque sin ti, seguiría sin ver a mis hermanos, en la oficina todo el día, mandando a Rosalie todo el tiempo, tratando mal a la gente, pero, mírame ahora. A tu lado, hablando como un estúpido romántico, con un hijo de casi un año, con mis padres que te aman a ti y a mi hijo, mis hermanos que te adoran como si te conocieran desde siempre.
Se quedó en silencio unos segundos y luego secó mis lágrimas con sus dedos.
-No llores, mi amor. No tienes por qué llorar. Eres feliz, ¿lo eres?
Asentí sabiendo que no podría hilar ninguna oración.
-Yo también lo soy, si tú lo eres.
-Estoy embarazada-largué sin pensarlo dos veces.
-¿Qué has dicho?
-Estoy de seis semanas y media-aspiré mi nariz.
Justin sonrió ampliamente y me estrechó en sus brazos.
-Megan.
-Ashley, Justin, es Ashley.
-Mientras te haga feliz ese nombre para nuestra niña. Austin estará feliz.
-¿Tú lo estas?
-Siempre que tú lo estés, bella.
-No me digas así.
-Es que es así, no me lo niegues.
-No voy a negarlo.
-Entonces….
-Eres una bestia-le sonreí-. Y yo soy tu bella.
-Somos, “La Bella Y La Bestia”-besó mis labios-. Te amo hasta el infinito y más allá.
-Yo a ti cariño.
FIN
FIN
FIN
FIN
alex_gomez_95
Re: La Bella & La Bestia (JB&Tú) TERMINADA
~ La Bella y la Bestia ~
Epilogo
Vi a Justin entrar por la blanca puerta, tras un ramo de rosas, su tierno rostro apareció. Austin, de la mano de su papá, sonrió ampliamente y quiso zafarse del agarre de Justin.
-¡Mami!-gritó Austin y llevó a rastras a Justin.
-Espera, hijo-dijo Justin y le soltó la mano.
Mi esposo se volvió y cerró la puerta de la habitación.
-¡Te he extrañado mucho!-dijo Austin y apoyó su rostro en el borde de la camilla.
-Aii, mi amor, yo también-dije y acaricié su pequeña mano.
-Danielle se ha ido, le dije que se quedara contigo hasta que volviera con Austin-se quejó Justin y se acomodó a un lado de la camilla-. ¿Estás bien?
-Muy bien-le sonreí débilmente.
-¿Mis niñas?-preguntó Justin.
-¿Mis hermanas?-preguntó Austin.
Justin me dio el ramo de rosas y besó mis labios.
-Te amo, _______.
-Yo también te amo, Justin-volví a sonreírle-. La enfermera me ha dicho que están muy sanas y que son hermosas.
-Con una madre como tú, de seguro son hermosas.
Justin desvió la mirada y la posó en Austin. El niño, estaba inclinado sobre la cuna de Megan y le sonreía con ternura.
-¿Ella es Megan?-preguntó.
-Ella es, Megan, tu hermana menor-le dijo Justin y cruzó la habitación para ir con Austin.
-¿Me tomas en brazos, papi? No veo a Ashley.
Justin tomó a Austin en sus brazos y se inclinó un poco sobre la cuna de Ashley. Austin sonrió y se tapó la boca con ambas manos.
-Es igual a Megan.
Reí levemente y Justin se unió a mis risas.
-Son gemelas, Austin-le explicó Justin.
-Oh mi Dios-dijo Austin-. ¿Cómo haremos para saber quien es quien?-preguntó.
-Es fácil-respondió Justin-. Observa los ojos de Megan, son como los tuyos y los míos-Austin frunció el ceño.
-Megan está dormida.
-Lo sé, hijo. Pero, cuando despierte, puedes fijarte en eso.
Ashley se movió un poco y refregó una de sus manitas en sus ojos. Abrió lentamente uno y luego el otro. Austin la observó atento y luego alzó su mano para agitarla en un saludo.
-Ella es Ashley-le dijo Justin-. Es quince minutos mayor que Megan.
-Pero no mayor que yo-dijo Austin observando a Justin-. ¿Mami me sigue queriendo?
No hablé, estaba débil, no tenía casi fuerzas. El parto de las niñas había sido terriblemente doloroso, y sufrir en medio del parto no era nada agradable. Justin, luego del parto, había estado pendiente de mí, pero sus insistentes preguntas me sacaban de quicio y terminamos por tener una pequeña discusión. La cual, se arregló cuando nos dieron a las niñas, sanas y limpias.
-Mami te ama, al igual que yo y al igual que van a amarte tus hermanas.
Austin sonrió y pasó sus pequeños brazos por el cuello de Justin, lo abrazó fuertemente.
Dos días después, me habían dado permiso para salir del hospital. Mientras Justin cargaba a las niñas, Austin se encargaba de llevar los globos y yo, llevaba el bolso.
Llegamos a casa, alrededor de las once de la noche. Austin venía durmiendo en el asiento trasero del auto, a la derecha, mientras que sus hermanas, iban en las sillitas.
Justin me explicó como debíamos hacer para que Austin no se despertara y pudiéramos bajar las cosas del auto. Sin decir más, Justin tomó en brazos al niño de dos años mientras que yo me quedaba en el coche, esperando por Justin. Cuando él volvió, bajé del auto. Justin tomó en brazos a las niñas y yo bajé con el bolso y los globos.
-Me siento fatal-admití arropando a Megan.
-Cariño, debes descansar-dijo Justin haciendo lo mismo que yo, pero con Ashley-. Los niños duermen, yo no molesto, puedes irte a la cama.
-Gracias, Justin-me acerqué a él y lo besé.
-No tienes por qué agradecerme, las gracias debo dártelas a ti, por darme una hermosa familia.
-No hubiera podido darte niños, yo sola-le sonreí.
Rió y volvió a besarme.
Tres y media de la mañana. Ashley comenzó con un leve lloriqueo, Megan la siguió y juntas dieron una serenata de llantos durante veinte minutos.
Justin estaba en la mecedora de mimbre, con Ashley en brazos y los parpados ya se le caían. Sacudió la cabeza y acomodó a Ashley entre sus músculos. La niña hizo una mueca y siguió durmiendo.
Dejé a Megan en su cuna. Extendí los brazos frente a Justin y me dio a Ashley, se puso de pie y abandonó la habitación.
Una noche terrible.
Seis y media de la mañana. Megan decidió despertar a todos en la casa. Ambas tenían hambre y Austin reclamaba su desayuno desde la habitación.
-Ve tú-le dije a Justin.
Él enterró la cara en almohada y suspiró. Alargué el brazo y acaricie su espalda mientras mantenía a Megan sobre mi pecho.
-Estoy cansado.
-Lo sé, amor-respondí-. Yo también lo estoy, pero, Austin va a ponerse celoso si nos ve a ambos con las niñas y nadie quiere darle el desayuno.
Justin asintió y se puso de pie. Arrastró los pies hasta la puerta y salió de allí. Observé a Ashley durmiendo entre dos almohadones, para no caerse de la cama. Sonreí y quité a Megan de mi pecho. Con los ojos cerrados, movió la boca mientras la dejaba al lado de su hermana.
Justin hizo el desayuno para Austin, él y yo. Las niñas quedaron en la segunda planta, mientras nosotros desayunábamos soportando los gritos emocionados de Austin, intentando no dormirnos sobre el tazón.
Tres niños, un marido ejemplar. Una historia extraña, pero, a la vez fascinante. Cualquiera que sepa donde Justin y yo nos conocimos, juraría que no ibamos a soportar más de dos años juntos.
Y véannos ahora, con tres hijos, gemelas, una casa hermosa y amplia, dos hermosos tios para nuestros niños, Pattie y Jeremy siempre brindando su apoyo, amigos que nos ayudan y quieren.
Si pudiera volver a vivir esto, lo haría. Sin contar con la pérdida de mis padres y el mal rato que pasamos Justin y yo al principio. Pero todo pasa por una razón y cuando Jeremy se negó a que Justin viera a sus hermanos, nos escribió el destino más hermoso que cualquier persona pudiera escribir. Deberíamos detestarlo, pero, nunca podría ser así, sin el pequeño empujón de Jeremy, nosotros dos no estaríamos juntos y tres niños no habrían sido concebidos.
Recuerda, siempre que llovió paró. Y todo pasa por una simple razón. Antes de ser feliz, se pasa por muchas tristezas. Así que, si sientes que tu mundo se derrumba por una persona, no te des por vencido, y observa esta historia:
Una huérfana cae en una subasta, es comprada por un joven, el joven la desprecia, la obliga a casarse con él, todo el odio que él le tiene, el amor de ella es, se lo confiesa, él se aleja, él confiesa que no sabe amar cuando es amado, ella le enseña, sufre un pequeño incidente, él le confiesa que la ama, se vuelven inseparables, llega el primer niño, las gemelas y el amor día a día es increíblemente difícil de creer.
~ La Bella y la Bestia 08/sep./12 a 28/nov./12~
bueno como lo prometi tarde pero a tiempo asi k aki las ultimas partes espero k les aya gustado la nove y kiero unos magnificos comentarios como siempre alguien me pregunto k pore uqe no subia segunda temporada??? pues me gustaria pero como es adaptada no puedo hacerlo son las condiciones de la verdadera escritora y aparte no hay segunda temporada lo siento :wut: bueno mis fieles lectoras me gusto mucho haberles mostrado esta nove k ami me encanto y pense k talvez tambien a ustedes les encantaria pero talvez suba alguna otra novela pero despues y gracias por haber leido esta novela hasta k llego a su fin y seguir leyendo la novela y tener paciencia por esperar a k subiera caps de verdad muchas gracias.
Epilogo
Vi a Justin entrar por la blanca puerta, tras un ramo de rosas, su tierno rostro apareció. Austin, de la mano de su papá, sonrió ampliamente y quiso zafarse del agarre de Justin.
-¡Mami!-gritó Austin y llevó a rastras a Justin.
-Espera, hijo-dijo Justin y le soltó la mano.
Mi esposo se volvió y cerró la puerta de la habitación.
-¡Te he extrañado mucho!-dijo Austin y apoyó su rostro en el borde de la camilla.
-Aii, mi amor, yo también-dije y acaricié su pequeña mano.
-Danielle se ha ido, le dije que se quedara contigo hasta que volviera con Austin-se quejó Justin y se acomodó a un lado de la camilla-. ¿Estás bien?
-Muy bien-le sonreí débilmente.
-¿Mis niñas?-preguntó Justin.
-¿Mis hermanas?-preguntó Austin.
Justin me dio el ramo de rosas y besó mis labios.
-Te amo, _______.
-Yo también te amo, Justin-volví a sonreírle-. La enfermera me ha dicho que están muy sanas y que son hermosas.
-Con una madre como tú, de seguro son hermosas.
Justin desvió la mirada y la posó en Austin. El niño, estaba inclinado sobre la cuna de Megan y le sonreía con ternura.
-¿Ella es Megan?-preguntó.
-Ella es, Megan, tu hermana menor-le dijo Justin y cruzó la habitación para ir con Austin.
-¿Me tomas en brazos, papi? No veo a Ashley.
Justin tomó a Austin en sus brazos y se inclinó un poco sobre la cuna de Ashley. Austin sonrió y se tapó la boca con ambas manos.
-Es igual a Megan.
Reí levemente y Justin se unió a mis risas.
-Son gemelas, Austin-le explicó Justin.
-Oh mi Dios-dijo Austin-. ¿Cómo haremos para saber quien es quien?-preguntó.
-Es fácil-respondió Justin-. Observa los ojos de Megan, son como los tuyos y los míos-Austin frunció el ceño.
-Megan está dormida.
-Lo sé, hijo. Pero, cuando despierte, puedes fijarte en eso.
Ashley se movió un poco y refregó una de sus manitas en sus ojos. Abrió lentamente uno y luego el otro. Austin la observó atento y luego alzó su mano para agitarla en un saludo.
-Ella es Ashley-le dijo Justin-. Es quince minutos mayor que Megan.
-Pero no mayor que yo-dijo Austin observando a Justin-. ¿Mami me sigue queriendo?
No hablé, estaba débil, no tenía casi fuerzas. El parto de las niñas había sido terriblemente doloroso, y sufrir en medio del parto no era nada agradable. Justin, luego del parto, había estado pendiente de mí, pero sus insistentes preguntas me sacaban de quicio y terminamos por tener una pequeña discusión. La cual, se arregló cuando nos dieron a las niñas, sanas y limpias.
-Mami te ama, al igual que yo y al igual que van a amarte tus hermanas.
Austin sonrió y pasó sus pequeños brazos por el cuello de Justin, lo abrazó fuertemente.
Dos días después, me habían dado permiso para salir del hospital. Mientras Justin cargaba a las niñas, Austin se encargaba de llevar los globos y yo, llevaba el bolso.
Llegamos a casa, alrededor de las once de la noche. Austin venía durmiendo en el asiento trasero del auto, a la derecha, mientras que sus hermanas, iban en las sillitas.
Justin me explicó como debíamos hacer para que Austin no se despertara y pudiéramos bajar las cosas del auto. Sin decir más, Justin tomó en brazos al niño de dos años mientras que yo me quedaba en el coche, esperando por Justin. Cuando él volvió, bajé del auto. Justin tomó en brazos a las niñas y yo bajé con el bolso y los globos.
-Me siento fatal-admití arropando a Megan.
-Cariño, debes descansar-dijo Justin haciendo lo mismo que yo, pero con Ashley-. Los niños duermen, yo no molesto, puedes irte a la cama.
-Gracias, Justin-me acerqué a él y lo besé.
-No tienes por qué agradecerme, las gracias debo dártelas a ti, por darme una hermosa familia.
-No hubiera podido darte niños, yo sola-le sonreí.
Rió y volvió a besarme.
Tres y media de la mañana. Ashley comenzó con un leve lloriqueo, Megan la siguió y juntas dieron una serenata de llantos durante veinte minutos.
Justin estaba en la mecedora de mimbre, con Ashley en brazos y los parpados ya se le caían. Sacudió la cabeza y acomodó a Ashley entre sus músculos. La niña hizo una mueca y siguió durmiendo.
Dejé a Megan en su cuna. Extendí los brazos frente a Justin y me dio a Ashley, se puso de pie y abandonó la habitación.
Una noche terrible.
Seis y media de la mañana. Megan decidió despertar a todos en la casa. Ambas tenían hambre y Austin reclamaba su desayuno desde la habitación.
-Ve tú-le dije a Justin.
Él enterró la cara en almohada y suspiró. Alargué el brazo y acaricie su espalda mientras mantenía a Megan sobre mi pecho.
-Estoy cansado.
-Lo sé, amor-respondí-. Yo también lo estoy, pero, Austin va a ponerse celoso si nos ve a ambos con las niñas y nadie quiere darle el desayuno.
Justin asintió y se puso de pie. Arrastró los pies hasta la puerta y salió de allí. Observé a Ashley durmiendo entre dos almohadones, para no caerse de la cama. Sonreí y quité a Megan de mi pecho. Con los ojos cerrados, movió la boca mientras la dejaba al lado de su hermana.
Justin hizo el desayuno para Austin, él y yo. Las niñas quedaron en la segunda planta, mientras nosotros desayunábamos soportando los gritos emocionados de Austin, intentando no dormirnos sobre el tazón.
Tres niños, un marido ejemplar. Una historia extraña, pero, a la vez fascinante. Cualquiera que sepa donde Justin y yo nos conocimos, juraría que no ibamos a soportar más de dos años juntos.
Y véannos ahora, con tres hijos, gemelas, una casa hermosa y amplia, dos hermosos tios para nuestros niños, Pattie y Jeremy siempre brindando su apoyo, amigos que nos ayudan y quieren.
Si pudiera volver a vivir esto, lo haría. Sin contar con la pérdida de mis padres y el mal rato que pasamos Justin y yo al principio. Pero todo pasa por una razón y cuando Jeremy se negó a que Justin viera a sus hermanos, nos escribió el destino más hermoso que cualquier persona pudiera escribir. Deberíamos detestarlo, pero, nunca podría ser así, sin el pequeño empujón de Jeremy, nosotros dos no estaríamos juntos y tres niños no habrían sido concebidos.
Recuerda, siempre que llovió paró. Y todo pasa por una simple razón. Antes de ser feliz, se pasa por muchas tristezas. Así que, si sientes que tu mundo se derrumba por una persona, no te des por vencido, y observa esta historia:
Una huérfana cae en una subasta, es comprada por un joven, el joven la desprecia, la obliga a casarse con él, todo el odio que él le tiene, el amor de ella es, se lo confiesa, él se aleja, él confiesa que no sabe amar cuando es amado, ella le enseña, sufre un pequeño incidente, él le confiesa que la ama, se vuelven inseparables, llega el primer niño, las gemelas y el amor día a día es increíblemente difícil de creer.
~ La Bella y la Bestia 08/sep./12 a 28/nov./12~
bueno como lo prometi tarde pero a tiempo asi k aki las ultimas partes espero k les aya gustado la nove y kiero unos magnificos comentarios como siempre alguien me pregunto k pore uqe no subia segunda temporada??? pues me gustaria pero como es adaptada no puedo hacerlo son las condiciones de la verdadera escritora y aparte no hay segunda temporada lo siento :wut: bueno mis fieles lectoras me gusto mucho haberles mostrado esta nove k ami me encanto y pense k talvez tambien a ustedes les encantaria pero talvez suba alguna otra novela pero despues y gracias por haber leido esta novela hasta k llego a su fin y seguir leyendo la novela y tener paciencia por esperar a k subiera caps de verdad muchas gracias.
alex_gomez_95
Re: La Bella & La Bestia (JB&Tú) TERMINADA
hey soy yo lia tu fiel lectorea la ame jajajja soso lo mas tenes q consegir la seg temporada jajaj tan tirno my biber
:sad:
yo no que rer q temine segila oh oh :lloro:
:wut:
:sad:
yo no que rer q temine segila oh oh :lloro:
:wut:
lindalocasi
Re: La Bella & La Bestia (JB&Tú) TERMINADA
OMB! ¡Quedé sin palabras!
El final fue... ¡Hermoso!. ¡Lo amé!
Que mal que no haiga segunda temporada, pero bueno...
Amé la nove!! :D
Estuvo genial! <3
El final fue... ¡Hermoso!. ¡Lo amé!
Que mal que no haiga segunda temporada, pero bueno...
Amé la nove!! :D
Estuvo genial! <3
nessie.
Re: La Bella & La Bestia (JB&Tú) TERMINADA
OMB LLORO MUUUUUUUUUUUUUUUUXO NO OOOOOOOOOOOOOOOO SE ackaboooooooooooooooooooo :wut: :lloro: is so crazy
thebiebs_joelis
Re: La Bella & La Bestia (JB&Tú) TERMINADA
hahahahahhaahahhaha!! xDDD' Yo quede fascinada!! me encanto la novela!! esta demasiadisima :D :D :D !! TERMINO demasiadisima!! es toda un novelasa;) ;) ;;) :lloro:
Isamaar!
Re: La Bella & La Bestia (JB&Tú) TERMINADA
sigue la segunda temporada verdad? *apuntandote con una pistola* jjaja no te creas sube segunda temporada
feer de bieber
Re: La Bella & La Bestia (JB&Tú) TERMINADA
me encantoooo !!! la ame... llore, me rei, me enoje :) ..... bueno me presento soy javiera infante tengo 15 años soy de chile amo re conta amo a shastemmm !!! y bueno no habia tenido el placer de haber escrito en la pagina porque no tenia una cuenta ... sorry por eso y eso eres genial escribiendo y eso ojalas que agas otra novela porque tienes un talento imprecionante para escribir
un besote !!!! :hug:
un besote !!!! :hug:
javidebieber
Re: La Bella & La Bestia (JB&Tú) TERMINADA
javidebieber escribió:me encantoooo !!! la ame... llore, me rei, me enoje :) ..... bueno me presento soy javiera infante tengo 15 años soy de chile amo re conta amo a shastemmm !!! y bueno no habia tenido el placer de haber escrito en la pagina porque no tenia una cuenta ... sorry por eso y eso eres genial escribiendo y eso ojalas que agas otra novela porque tienes un talento imprecionante para escribir
un besote !!!! :hug:
me alegro de k te aya gustado javi y kreo k tratare de hacer 2da temporada estoy trabajando en eso y tambien subire otra nove en lo k hago la 2da temporada la primera no la escribí yo pero la segunda si lo are y kuidate mucho :hug:
alex_gomez_95
Re: La Bella & La Bestia (JB&Tú) TERMINADA
dios me encanto no puedo kreer
todo lo k me perdi pero mi hermana descompuso la kompu
y ademas estaba castigada pero me pare perfecto k vallas
a hacer segunda temporada
todo lo k me perdi pero mi hermana descompuso la kompu
y ademas estaba castigada pero me pare perfecto k vallas
a hacer segunda temporada
Mariiee_parker_95
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