~Acercate al Viento~ (Joe & Tu)

si flor siguela la dejaste super interesante todas queremos saber que va a pasar

POR EL AMOR DE DIOS!!!!!!!!!!!!
SIGUELA!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
ME MUERO DE CURIOSIDAD POR SABER QUE VA A PASAR!!!!!!!!!!!!!!!!

TickleMeNeffy escribió:No la puedes dejar asi! Viisteh! Qiero matarte hahaha nono en seriio NO puedes dejarla aii!! Dayi y yo te cerramos el tema haha nono en seriio ponlo hasta por lo menos q se acabe el castigo u.u

:O Pecasteee!! Como la dejas asii?!?!?
Laredooo?! Es en serioo! Que sucioo!! Se paso! :(
Odio esto quiero que pase el mal mommento
así que SIGUELAAAA! mira que solo se necesitan dos clicks
y PUFF tema borrado... Pieensalo

JAJAJJAJAJAJAJAJAJAJA No no no tranquila no le pares a la
mitad de lo que digo, con eso me refiero a que únicamente
prestes atención a la parte de "Siguela" :D Si? Porfavor?
Porque me muero...

SIGUELAAAAAAAA

aiiiiiiiiii nooo la dejaste en lo mejorrrr siguela porfaaaaaaaaaaaaaaaaa

SUBE CAPIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

S I G U E L A

HOOOOOOOOOLA CHICAS!!
PERDON POR NO PASAR EN TODO EL DIA ES QUE ESTUVE ESTUDIANDO COMO LOCA U_U PERO ACÁ ESTOY :D Y YAAAA LES ESTOY SUBIENDO LA CONTINUACIÓN DEL CAP, QUE CADA VEZ QUE LO LEO LLORO, SE LOS JURO, ES MUY FUERTE.
GRACIAS POR SUS TODOS SUS LINDOS COMENTARIOS, ENSERIO :')
PD: JAJAJAJAJAJA ME MATAN SUS COMENTARIOS CHICAS, NO PUEDO CREER QUE ME QUIERAN BANEAAAAAR :O JAJAJAJA Y ADE, FELICES 500 MENSAJES LINDA, GRACIAS POR DEDICARLO A LAS INTEGRANTES DEL TEAM
LAS QUIERO!

Mientras su brazo derecho era atado al otro poste, ________ miró a Joe. Quiso gritar, rogarle que no cometiera un acto tan despreciable y cruel. Pero al ver su rostro impasible, completamente desprovisto de expresión y con sus emociones totalmente controladas, se hizo fuerte y guardó silencio.
En vez de implorar misericordia que no le concederían, _________ levantó la cabeza con desafiante orgullo.
—¿Quién usará el látigo contra mí? ¿Tú, Joe?
—No. —Lo dijo tan quedamente que ella tuvo que esforzarse para oírlo. Su mirada oscura se posó en Laredo, quien les volvía la espalda, como si no quisiera ver a ________ atada a los dos postes—. Será Laredo quien manejará el látigo.

Continuación...

________ no tuvo dificultad en oír eso. Tampoco Laredo quien se volvió con una expresión de furiosa incredulidad en su rostro.

—¡No puedes pedirme eso! —declaró en tono torturado.

Joe le tendió el látigo.

—No confiaría el látigo a ningún otro, amigo —dijo en voz baja.

Hubo un instante de indecisión cuando Laredo miró a Joe. Después tomó el látigo y caminó hasta un punto detrás de ________.
Joe miró a ________ y le sostuvo la mirada un minuto. Después se puso detrás de ella.
Los músculos de ________ se tensaron cuando sintió frío metal de la hoja de un cuchillo deslizarse bajo su muñeca. Después, el agudo filo cortó la tela. Joe se acercó a Laredo.

—Es hora —dijo y asintió levemente con la cabeza.

Gotas de transpiración brotaron de la frente de _______. A sus espaldas, el látigo restalló tres veces en rápida sucesión. El miedo le contrajo el estómago cuando oyó el silbido del cuero crudo en el aire. ________ se preparó y cerró los dedos alrededor de la cuerda que le ataba las muñecas los postes.
Un grito ahogado de dolor escapó de su garganta. Apretó los dientes, trató de tragarse sus lamentos y parcialmente lo logró. Nuevamente oyó el silbido del látigo y enseguida sintió que millares de agujas se clavaban en su espalda. Esta vez, ________ se mordió el labio para acallar el gemido de dolor.
Las lagrimas le corrían por las mejillas, aunque no era consciente de estar llorando. Hubo otro dolor quemante en su espalda. Supo que Joe estaba de pie frente a ella, pero no pudo ver a nadie. Sus sentidos estaban ahogándose en un mar de dolor.

Cinco o seis veces —________ no pudo contar los latigazos— soportó los golpes. La siguiente vez, sus rodillas doblaron y ella se desplomó, quedando todo su peso sostenido por las cuerdas. Casi se le descoyuntaron los brazos, pero ella no lo sintió.

La cabeza le cayó hacia adelante. Tenía el pelo pegado a la frente y el cuello por el sudor que brotaba de todos sus poros. En un estupor de dolor, esperó, semidesmayada, el próximo latigazo. La transpiración que le llenaban los ojos no le permitía ver.
Sintió en su boca el sabor salado de la sangre, su propia sangre de la herida del labio causada por sus dientes, pero el golpe del látigo, siguió esperando. Cuando no llegó, trató de incorporarse sobre sus piernas. Oyó la voz de Joe.

—No te levantes —ordenó él roncamente—. Puedo detener esto si no te levantas, querida.

________ lo oyó. Hasta lo entendió. Pero por alguna razón, no pudo hacer llegar el mensaje a sus piernas. Un poderoso instinto animal estaba haciéndola levantarse, como si al no hacerlo fuera a morir.
Alguien juró salvajemente en español. De algún lugar cercano llegaban sollozos erráticos. _________ no era consciente de que salían de su propia garganta. Con esfuerzo, logró incorporarse y quedó de pie, tambaleándose.

Su corazón latía como el de un conejo silvestre atrapado en las garras de un águila. No oyó el silbido del látigo y su cuerpo se crispó convulsivamente cuando el cuero le golpeó la piel. _________ casi cayó otra vez de rodillas, pero la adrenalina derramada en sus venas le dio fuerzas para mantenerse de pie. Una y otra vez el látigo le laceró la espalda. ________ cayó ahora sobre una rodilla, casi inconsciente. Trató de levantarse.

—¡No! —Fue como un estallido de un trueno que vibró en el aire cargado de violencia.

Un par de manos la sostuvieron.

—¡No me toques! —gritó una voz enloquecida de dolor. Esta vez ________ comprendió que era la suya propia.
—Basta, está terminado —prometió Joe en un susurro.

Sus brazos cayeron a los costados y las cuerdas que le sujetaban las muñecas fueron cortadas. ________ se derrumbó contra el granítico apoyo que le ofrecían y su cabeza se apoyó sobre algo sólido. Una mano temblorosa le ladeaba de la frente el pelo empapado.
Una voz muy suave en español le dijo algo al oído. Una banda de hierro se deslizó detrás de sus muslos y la levantó hasta que ella creyó flotar en el aire.

—¿Está bien?

El cerebro atontado de ________ identificó la voz de Laredo. _______ abrió con esfuerzo los ojos. Su mirada borrosa miró un par de ojos azules que reflejaban un dolor que parecía igualar al suyo. El esfuerzo fue demasiado y cerró nuevamente los ojos, dejando que las sensaciones se la llevaran flotando.

~~~

El próximo momento de conciencia duró más. ________ estaba medio sentada sobre una cama y un brazo fuerte la sostenía mientras una mano le quitaba la blusa destrozada. Muy suavemente, fue puesta boca abajo.
Abrió los ojos y reconoció la mano de Joe que apartaba el pelo de las mejillas. Más allá pudo ver a Consuelo que la miraba con ojos llenos de preocupación. Sentía la espalda como de fuego pero le sonrió débilmente a la mujer.

—Estoy bien.

Su voz áspera apenas fue algo más que un susurro.

—No hables, querida —dijo Joe en tono de suave reprimenda y se volvió para recibir algo de Consuelo—. Tenemos que limpiarte la espalda. Te causará dolor. Lo siento.

Ante la intensa punzada de dolor, ________ volvió la cara sobre la almohada para ahogar su grito. Pese a que él había usado la palabra “tenemos”, se percató de que sólo las manos de Joe la tocaban y le limpiaban suavemente la espalda antes de aplicarle un ungüento.
Con un paño húmedo y fresco, él enjugó la transpiración de la cara y el cuello, Después le envolvió con el paño las muñecas heridas por las cuerdas y le dijo que durmiera. ________ cerró obedientemente los ojos.

Cuando despertó, Joe estaba sentado junto a la cama en silenciosa vigilia. Tenía la cara oculta entre las manos. _________ buscó entre sus emociones esperando encontrar un sentimiento de odio por lo que él había dejado le hicieran, pero no encontró ninguno. Las manos fuertes y delgadas se movieron cuando él se frotó la mandíbula y el cuello. Cuando dirigió la mirada a la cama donde ella yacía, ________ vio el crudo dolor brillaba en esos ojos de ébano.

—¿Cómo te sientes? —preguntó él con suavidad.

_________ se movió y un millar de agujas se clavaron en su espalda.

—Duele —dijo, esforzándose por contener un gemido dolor.
—Seguirá doliendo un tiempo —le dijo Joe—. Tienes que agradecer a Laredo que las marcas curarán sin dejar cicatrices en tu hermosa piel. —Vaciló un momento—. No lo odies por lo que hizo.
—No lo odio —le aseguró _________.
—Eso está bien —repuso él, casi con una sonrisa.
—Joe… —Ella lo observó en silencio y después preguntó:—. ¿Habrías empuñado el látigo para castigarme si Laredo se hubiera rehusado?

Él se miró las manos y frunció el entrecejo.

—No, no habría podido.

________ sonrió débilmente.

—Creo que lo habrías hecho —dijo.

Él levantó la cabeza y la miró, desafiándola a que lo llamara mentiroso en una cuestión como ésta.

—Creo que lo habrías hecho… —repitió ella— antes de entregar el látigo a alguien como Juan Ortega.
—Quizá —dijo él secamente y empezó a levantarse.
—Esta mañana —dijo ________, vacilante—, te odiaba a ti y a todos los relacionados contigo. Ahora no odio a nadie.

“A ti menos que a nadie”, hubiera querido añadir, pero su corazón todavía no estaba preparado a hacer una confesión plena.

Cuando Joe habló, no dijo nada que provocara a _________ a revelar sus sentimientos más profundos.

—Ahora tienes que comer —dijo él—. Haré que Consuelo te prepare algo.

SUBAN CAPI!!!!!!!!!!!!!
ME MUERO!!!!!!!!!!!!!!!
POR DIOS!!!!!!!!!!!!!!!!

SIGUELA

TERNURITA!!
PRECIOSO!!
Me encanto Flor!!
Solo una cosita...
SIGUELA!!

aiiiiii no snata cachucha me puse a llorar con ese cap....siguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa