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Perfect Chemistry (Harry Styles)
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: Perfect Chemistry (Harry Styles)
Javiera♥ escribió:OWW QUE TIERNO MI HAROLD LA QUIERE SOLO VER SONREÍR! *---------* ESTÚPIDA DARLENE Y NIICK ME LOS PASEO ME CAYERON DEMASIADO MAL LO QUE HICIERON! ¬¬ WLJHGFDDFG COCHINO DOUIG Y SIERRA WKHGFDFGHJ COMO LO HACEN ASÍ SI SABEN QUE ESTÁN HARRY Y RAYIS AL OTRO LADO DE LA SALA!! WKJHGFGH! YEAHHHHHHHHHHH POR FIN LA SEGUISTE ME ENCANTA ESTA NOVE ES MI FAVORITA!! BUUUUENO SÍGUELA!! ME ENCANTA ESTA NOVE LOS CAPÍTULOS ESTUVIERON DEMASIADO GENIALES!! *---------*
SIGUELAAA!
AHORA SI NO LA SIGUES TE VOY A MANDAR LA MALDICIÓN DE LA OREO SIN CREMA!! WGFDFGHJ OKNO .-.
Son unos resentidos sociales Pff. Hahahah entiende las hormonas no las pueden controlar! 1313
Yeeee, que linda subiré uno hoy : )
Nooooo oreo sin crema no es lo mismo, aunque igual sigue siendo rica. Amo esas galletas!!! :B
Bechooo.
Catherine
Re: Perfect Chemistry (Harry Styles)
Mafe escribió:"¡Ay, madre!, ¡Ay, madre!" que hermosos capítulos, Darlene es una estúpida AG, me da asco! Mal mata engreída. Y Hazza me mató de ternura cuando hablo con Doug sobre rayita, juro que fue mi mejor parte del capítulo narrado por Harry. Ackpwf Esos espectáculos, disgustadores(?, que dan Nick y Darlene son de mal patazas ah! Aw la amistad con Isa da fruto... Y rayita y Harry en el discoteca, Dios, como amo a este hombre y la frase "Solo se vive una vez" JAJAJAJ Sierra y Doug son unos cochinitos adorables, no les importa con quienes esten ellos son profundamente creyentes "!Oh, Dios!" Jajaj Doug, que lindos!!
Te amo ídola, sigue subiendo. Me encanta esta nove y los caps pfff ni que decir, mis favoritos so far. Síguela pronto y no te ausentes por mucho tiempo :( me haces sufrir. Besoooos.
Hahaha siiiii dan asqui!! Harry es un amor HE DICHO! Empezaré a aplicar esa frase! ; ) Hahahahah Mafeeeeee :B 1313
Aquí estoy bebé y subiré en un ratito más. Te quiero más hermosa c:
Aquí estoy bebé y subiré en un ratito más. Te quiero más hermosa c:
Catherine
Re: Perfect Chemistry (Harry Styles)
Chiaara escribió:Ahh mi gatooo que hermosoo!!!! No sabes como adoro a este hombre de nombre Harry, he amado cada uno de los capítulos, like ever, morí de risa con la parte de "Tal vez para el testículo derecho." mrd me hizo la noche! Joder son tan adorables juntos. Creo a mi tampoco me molestaría darle masajes suecos 1313. SDfghaos estoy como en "nosequeescribir" me siento en la nubes por dos razones. Primera, ame los caps. Segunda, LITTLE THINGS es la mejor canción que he escuchado. me cortaré ptmr amo a esos 5 hombres y a Ed por haberla escrito! aodadcai síguela babeee!Lo amamos y mucho, como no te imaginas! :B No lo sabes dar, pero se puede experimentar en él. Por Dios amé Little Things es tan asdfghjkj Dios que perfección, amo a Ed weón LO AMO!!!!
Ya la sigo beb.
Catherine
Re: Perfect Chemistry (Harry Styles)
Ay madre!!! ksjdfhgkjsdhfgjshdjkfhjh es que puuuuuuuuuucha te juro que amo, adoroooooooooooooooooooo esta novelaaaaaa!!! Es tan perfectaaaaaaaaaaaaaaaa dios!!! Y ahora gracias a esto, estoy buscandome algun chico pandillero y malote como novio u.ú okya xDDDDDDDDDDDDDDD!!!
AMO CON MI VIDA ESTA NOVELA MALDICIÓOOOOOOOOOOON!!!!
Sígue sígue síguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!! porfi <3!!!
AMO CON MI VIDA ESTA NOVELA MALDICIÓOOOOOOOOOOON!!!!
Sígue sígue síguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!! porfi <3!!!
AndreaPls..
Re: Perfect Chemistry (Harry Styles)
46. Harry
- Necesito que me pongas al corriente de la situación de Invitado -explica Zayn mientras estamos pasando el rato fuera del almacén-. Los chicos están haciendo apuestas paralelas, y la mayoría de ellos apuestan por ti. ¿Saben algo que yo no sé?
Me encojo de hombros y miro a Julio, resplandeciente tras el último lavado. Si mi moto pudiera hablar, me rogaría que la salvase de Zayn. Pero no estoy dispuesto a soltar información alguna sobre Invitado. Por lo menos, aún no.
Héctor se acerca a nosotros y despacha a Zayn con la mano.
- Tenemos que hablar, Styles -dice con voz seria-. Sobre ese favor del que estuvimos hablando. La noche de Halloween, cogerás un coche de alquiler, lo llevarás al barranco e intercambiarás la mercancía. ¿Crees que podrás hacerlo?
Mi hermano tiene razón. La sangre de mi padre me corre por las venas. El trapicheo me asegurará el futuro en los Latino Blood, aunque ya sea mi derecho de nacimiento. Otros chicos heredan dinero o negocios familiares. Mi única herencia son los Latino Blood.
- No hay nada de lo que no pueda ocuparme -le aseguro con un nudo en el estómago. He mentido a Invitado deliberadamente. Se le iluminó la cara cuando habló de la posibilidad de que fuéramos juntos a la universidad. No pude decirle la verdad: no solo voy a quedarme en los Latino Blood, sino que estoy a punto de hacer un trapicheo con drogas.
Héctor me da una palmada en la espalda.
- Este es mi hermano leal. Sabía que la sangre te tiraría más que el miedo. Somos hermanos, ¿no?
- ¡Claro! -respondo para que sepa que le soy leal, a él y a la banda. No es el tráfico de drogas lo que temo, sino el final de todos mis sueños. Si doy éste paso, habré cruzado la línea. Como hizo mi padre.
- Hola, Harry.
Louis está a mi lado. No me he dado cuenta de que Héctor se ha marchado.
- ¿Qué pasa?
- Necesito tu ayuda, colega -dice Louis.
- ¿Tú también?
Me mira con enfado, como suele hacer cuando quiere recordarme que estoy hablando con él.
- Vamos a dar una vuelta.
Tres minutos más tarde estoy en el asiento del copiloto de un Camaro rojo prestado.
- ¿Vas a decirme por qué necesitas mi ayuda o quieres mantener el suspenso?
- En realidad, voy a mantener el suspenso.
Pasamos el letrero BIENVENIDO A en el arcén de la carretera.
- ¿Winnetka?
¿Qué querrá hacer Louis en este selecto barrio residencial de la ciudad?
- Confía en mí -ruega.
-¿Qué?
- Los mejores amigos deben confiar el uno en el otro.
Me recuesto en el asiento. Soy consciente de que me preocupo demasiado, como los tipos en las películas malas del oeste. He accedido a participar en un trapicheo con drogas y ahora me dirijo a un suburbio de clase alta sin razón aparente.
- Ah, aquí está -anuncia Louis.
Levanto la mirada para leer el letrero.
- ¿Me tomas el pelo?
- No.
- Si vas a robar, yo me quedo en el coche.
- No hemos venido hasta aquí para robarles a un puñado de golfistas -dice Louis con una mueca.
- Entonces, ¿qué hacemos aquí?
- Practicar el swing. Vamos, levanta el culo y ayúdame.
- Louis, estamos a mitad de octubre, a doce grados fuera.
- Todo es cuestión de prioridad y percepción.
Sentado en el coche, pienso en el modo de regresar a casa. Volver andando queda descartado, y no sé dónde está la parada de autobuses más cercana y... y... y voy a matar a Louis por traerme a un jodido campo de golf.
Me acerco a Louis, quien está colocando pelotas en una cesta. Joder, debe de haber más de cien.
- ¿De dónde has sacado ese palo? -le pregunto.
Louis lo balancea en el aire como si fuera una hélice.
- Del tipo que alquila las pelotas. ¿Quieres uno para practicar tu tiro?
- No.
Louis señala con el extremo del palo hacia un banco de madera verde situado detrás de él.
- Entonces, puedes sentarte ahí.
Cuando tomo asiento, echo un vistazo a los tipos que golpean sus pelotas en pequeñas secciones, y que nos observan con cautela por el rabillo del ojo. Soy muy consciente de que Louis y yo tenemos un aspecto muy distinto del resto de los tipos que hay en el campo. Con vaqueros, camiseta, tatuajes y bandana en la cabeza destacamos entre la mayoría de los golfistas con camisas de golf de manga larga, Dockers y ninguna marca distintiva en la piel.
Normalmente no me importa, pero tras la charla con Héctor, lo que me apetece es irme a casa, no convertirme en el espectáculo de nadie. Apoyo los codos sobre las rodillas y observo como Louis se pone en ridículo.
Louis saca una pequeña pelota de golf y la coloca sobre un círculo de goma clavado en el césped artificial. La única reacción que me provoca su swing es una mueca. El palo ni siquiera roza la pelota, pero sí conecta con el césped. Mi amigo suelta un taco. El tipo que hay a su lado le mira y se marcha a otra sección.
Louis lo intenta de nuevo. Esta vez logra darle a la pelota, pero esta solo avanza unos centímetros por el césped. Sigue intentándolo, pero cada vez que balancea el palo, se pone más en ridículo. ¿Cree que está golpeando un disco de hockey?
- ¿Has terminado? - pregunto una vez que ha vaciado la mitad de la cesta.
- Harry -me dice Louis, inclinando el palo como si fuera un bastón-. ¿No crees que haya nacido para jugar al golf?
- No -respondo, mirándole a los ojos.
- Sé que has hablado con Héctor. Yo tampoco creo que hayas nacido para traficar con drogas.
- ¿Por eso estamos aquí? ¿Intentas demostrarme algo?
- Escúchame bien -insiste Louis-. Tengo las llaves del coche en el bolsillo y no iré a ninguna parte hasta que termine de golpear todas estas pelotas, así que lo mejor es que oigas lo que tengo que decirte. No soy tan inteligente como tú. No tengo muchas opciones en la vida, pero tú eres lo suficientemente listo como para ir a la universidad y convertirte en médico o en informático o algo así. Igual que yo no he nacido para jugar al golf, tú no has nacido para traficar con drogas. Deja que haga el intercambio por ti.
- Ni de coña, tío. Aprecio que te pongas en ridículo para explicarme tu punto de vista, pero sé lo que tengo que hacer -respondo.
Louis coloca una nueva pelota, la golpea y una vez más sale rodando por el césped.
- Invitado está muy buena. ¿Piensa ir a la universidad? -Sé lo que pretende Louis. Por desgracia, mi mejor amigo es transparente como el cristal.
- Sí. A la de Colorado.
Para estar cerca de su hermana, por la que se preocupa más que por sí misma. Louis silba.
- Seguro que va a conocer a un montón de tíos en Colorado. Ya sabes, tíos de verdad, con sombreros de cowboy. -Me pongo tenso. No quiero pensar en eso. Ignoro a Louis hasta que regresamos al coche.
- ¿Cuándo vas a dejar de meter las narices en mis asuntos? —le pregunto.
- Nunca -dice entre risitas.
- Entonces, supongo que no te importará que yo me entrometa en los tuyos. ¿Qué ocurre entre Isa y tú?
- Nos divertimos una noche. Eso es todo.
- Eso dices tú, pero creo que ella no piensa lo mismo.
- Sí, bueno, pero ese es su problema. - Louis enciende la radio y pone la música a todo volumen. Nunca ha salido con nadie porque le da miedo involucrarse demasiado. Ni siquiera Isa conoce los abusos que ha sufrido en su casa. En serio, entiendo las razones por las que mantiene las distancias con las chicas que le importan. Porque la verdad es que, a veces, si te acercas demasiado al fuego, acabas quemándote.
- Necesito que me pongas al corriente de la situación de Invitado -explica Zayn mientras estamos pasando el rato fuera del almacén-. Los chicos están haciendo apuestas paralelas, y la mayoría de ellos apuestan por ti. ¿Saben algo que yo no sé?
Me encojo de hombros y miro a Julio, resplandeciente tras el último lavado. Si mi moto pudiera hablar, me rogaría que la salvase de Zayn. Pero no estoy dispuesto a soltar información alguna sobre Invitado. Por lo menos, aún no.
Héctor se acerca a nosotros y despacha a Zayn con la mano.
- Tenemos que hablar, Styles -dice con voz seria-. Sobre ese favor del que estuvimos hablando. La noche de Halloween, cogerás un coche de alquiler, lo llevarás al barranco e intercambiarás la mercancía. ¿Crees que podrás hacerlo?
Mi hermano tiene razón. La sangre de mi padre me corre por las venas. El trapicheo me asegurará el futuro en los Latino Blood, aunque ya sea mi derecho de nacimiento. Otros chicos heredan dinero o negocios familiares. Mi única herencia son los Latino Blood.
- No hay nada de lo que no pueda ocuparme -le aseguro con un nudo en el estómago. He mentido a Invitado deliberadamente. Se le iluminó la cara cuando habló de la posibilidad de que fuéramos juntos a la universidad. No pude decirle la verdad: no solo voy a quedarme en los Latino Blood, sino que estoy a punto de hacer un trapicheo con drogas.
Héctor me da una palmada en la espalda.
- Este es mi hermano leal. Sabía que la sangre te tiraría más que el miedo. Somos hermanos, ¿no?
- ¡Claro! -respondo para que sepa que le soy leal, a él y a la banda. No es el tráfico de drogas lo que temo, sino el final de todos mis sueños. Si doy éste paso, habré cruzado la línea. Como hizo mi padre.
- Hola, Harry.
Louis está a mi lado. No me he dado cuenta de que Héctor se ha marchado.
- ¿Qué pasa?
- Necesito tu ayuda, colega -dice Louis.
- ¿Tú también?
Me mira con enfado, como suele hacer cuando quiere recordarme que estoy hablando con él.
- Vamos a dar una vuelta.
Tres minutos más tarde estoy en el asiento del copiloto de un Camaro rojo prestado.
- ¿Vas a decirme por qué necesitas mi ayuda o quieres mantener el suspenso?
- En realidad, voy a mantener el suspenso.
Pasamos el letrero BIENVENIDO A en el arcén de la carretera.
- ¿Winnetka?
¿Qué querrá hacer Louis en este selecto barrio residencial de la ciudad?
- Confía en mí -ruega.
-¿Qué?
- Los mejores amigos deben confiar el uno en el otro.
Me recuesto en el asiento. Soy consciente de que me preocupo demasiado, como los tipos en las películas malas del oeste. He accedido a participar en un trapicheo con drogas y ahora me dirijo a un suburbio de clase alta sin razón aparente.
- Ah, aquí está -anuncia Louis.
Levanto la mirada para leer el letrero.
- ¿Me tomas el pelo?
- No.
- Si vas a robar, yo me quedo en el coche.
- No hemos venido hasta aquí para robarles a un puñado de golfistas -dice Louis con una mueca.
- Entonces, ¿qué hacemos aquí?
- Practicar el swing. Vamos, levanta el culo y ayúdame.
- Louis, estamos a mitad de octubre, a doce grados fuera.
- Todo es cuestión de prioridad y percepción.
Sentado en el coche, pienso en el modo de regresar a casa. Volver andando queda descartado, y no sé dónde está la parada de autobuses más cercana y... y... y voy a matar a Louis por traerme a un jodido campo de golf.
Me acerco a Louis, quien está colocando pelotas en una cesta. Joder, debe de haber más de cien.
- ¿De dónde has sacado ese palo? -le pregunto.
Louis lo balancea en el aire como si fuera una hélice.
- Del tipo que alquila las pelotas. ¿Quieres uno para practicar tu tiro?
- No.
Louis señala con el extremo del palo hacia un banco de madera verde situado detrás de él.
- Entonces, puedes sentarte ahí.
Cuando tomo asiento, echo un vistazo a los tipos que golpean sus pelotas en pequeñas secciones, y que nos observan con cautela por el rabillo del ojo. Soy muy consciente de que Louis y yo tenemos un aspecto muy distinto del resto de los tipos que hay en el campo. Con vaqueros, camiseta, tatuajes y bandana en la cabeza destacamos entre la mayoría de los golfistas con camisas de golf de manga larga, Dockers y ninguna marca distintiva en la piel.
Normalmente no me importa, pero tras la charla con Héctor, lo que me apetece es irme a casa, no convertirme en el espectáculo de nadie. Apoyo los codos sobre las rodillas y observo como Louis se pone en ridículo.
Louis saca una pequeña pelota de golf y la coloca sobre un círculo de goma clavado en el césped artificial. La única reacción que me provoca su swing es una mueca. El palo ni siquiera roza la pelota, pero sí conecta con el césped. Mi amigo suelta un taco. El tipo que hay a su lado le mira y se marcha a otra sección.
Louis lo intenta de nuevo. Esta vez logra darle a la pelota, pero esta solo avanza unos centímetros por el césped. Sigue intentándolo, pero cada vez que balancea el palo, se pone más en ridículo. ¿Cree que está golpeando un disco de hockey?
- ¿Has terminado? - pregunto una vez que ha vaciado la mitad de la cesta.
- Harry -me dice Louis, inclinando el palo como si fuera un bastón-. ¿No crees que haya nacido para jugar al golf?
- No -respondo, mirándole a los ojos.
- Sé que has hablado con Héctor. Yo tampoco creo que hayas nacido para traficar con drogas.
- ¿Por eso estamos aquí? ¿Intentas demostrarme algo?
- Escúchame bien -insiste Louis-. Tengo las llaves del coche en el bolsillo y no iré a ninguna parte hasta que termine de golpear todas estas pelotas, así que lo mejor es que oigas lo que tengo que decirte. No soy tan inteligente como tú. No tengo muchas opciones en la vida, pero tú eres lo suficientemente listo como para ir a la universidad y convertirte en médico o en informático o algo así. Igual que yo no he nacido para jugar al golf, tú no has nacido para traficar con drogas. Deja que haga el intercambio por ti.
- Ni de coña, tío. Aprecio que te pongas en ridículo para explicarme tu punto de vista, pero sé lo que tengo que hacer -respondo.
Louis coloca una nueva pelota, la golpea y una vez más sale rodando por el césped.
- Invitado está muy buena. ¿Piensa ir a la universidad? -Sé lo que pretende Louis. Por desgracia, mi mejor amigo es transparente como el cristal.
- Sí. A la de Colorado.
Para estar cerca de su hermana, por la que se preocupa más que por sí misma. Louis silba.
- Seguro que va a conocer a un montón de tíos en Colorado. Ya sabes, tíos de verdad, con sombreros de cowboy. -Me pongo tenso. No quiero pensar en eso. Ignoro a Louis hasta que regresamos al coche.
- ¿Cuándo vas a dejar de meter las narices en mis asuntos? —le pregunto.
- Nunca -dice entre risitas.
- Entonces, supongo que no te importará que yo me entrometa en los tuyos. ¿Qué ocurre entre Isa y tú?
- Nos divertimos una noche. Eso es todo.
- Eso dices tú, pero creo que ella no piensa lo mismo.
- Sí, bueno, pero ese es su problema. - Louis enciende la radio y pone la música a todo volumen. Nunca ha salido con nadie porque le da miedo involucrarse demasiado. Ni siquiera Isa conoce los abusos que ha sufrido en su casa. En serio, entiendo las razones por las que mantiene las distancias con las chicas que le importan. Porque la verdad es que, a veces, si te acercas demasiado al fuego, acabas quemándote.
Catherine
Re: Perfect Chemistry (Harry Styles)
Simplemente me encanta ><, no creo que pueda decir más para expresarme... me quedo así como que speechless :p.
Espero que la sigas pronto, ya me tiene super preocupada todo este asunto del tráfico de drogas y eso ;f... cuando se entere ella, Harry se las va a ver bien feo ;s.
Lots of love xx.
Espero que la sigas pronto, ya me tiene super preocupada todo este asunto del tráfico de drogas y eso ;f... cuando se entere ella, Harry se las va a ver bien feo ;s.
Lots of love xx.
Amelia
Re: Perfect Chemistry (Harry Styles)
En serio mi bebé traficará con drogas? Okay esto es preocupante y Louis es una ternurita, me encanta que buen amigo que es. Presiento que se viene un quilombo y de los grandes. Síguelaaa xx
Mafe
Re: Perfect Chemistry (Harry Styles)
Larryyyy! Ow asdf que hermosa imagen! Oh mi Dios, no puede ser! Hazza no puede traficar con dorgas! D: Me dará algo cuando me entere! Aaaay Me encanta. Síguela :)
Chiaara
Re: Perfect Chemistry (Harry Styles)
Por dios sígue sígue sígueeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee!!! Y que acepte la oferta de Louis!!!!! ksdjfghsdkjfgkjs <3
AMO ESTA NOVELA DIO' MÍO' !!! xd
AMO ESTA NOVELA DIO' MÍO' !!! xd
AndreaPls..
Re: Perfect Chemistry (Harry Styles)
Ya la sigo bonitaaas, estoy algo apurada sorry que no conteste cada comentario, pero si los he leído SON UN AMOR!!!!
En un ratito subo :D
En un ratito subo :D
Catherine
Re: Perfect Chemistry (Harry Styles)
47. Invitado
- Louis, ¿qué haces aquí?
La última persona a la que esperaría encontrar en la puerta de mi casa es al mejor amigo de Harry.
- Tengo que hablar contigo.
- ¿Quieres entrar?
- ¿Estás segura de que no pasa nada? -pregunta, nervioso.
- Desde luego.
Bueno, probablemente mis padres no opinen lo mismo, pero a mí me parece bien. De todos modos, no creo, que mis padres vayan a decidir de repente que ya no quieren ingresar a Shelley en una residencia. Estoy cansada de fingir, de temer la ira de mi madre. Este chico es el mejor amigo de Harry, y me acepta como soy. Estoy segura de que no le ha resultado fácil decidirse a venir hasta aquí. Abro la puerta de par en par y dejo entrar a Louis. Si me pregunta sobre Isabel, ¿qué le digo? Ella me hizo prometerle que guardaría su secreto.
- ¿Quién está en la puerta, Invitado?
- Louis -le digo a mi madre-. Un amigo del instituto.
- La cena está lista -insinúa mi madre con poca sutileza-. Dile a tu amigo que no es muy educado hacer una visita a la hora de la cena.
Me vuelvo hacia Louis.
- ¿Quieres quedarte a cenar?
Un acto de rebeldía. Me encanta. Es catártico. Oigo los pasos de mi madre que se marcha hecha una furia a la cocina.
- Esto... no, gracias -responde Louis, reprimiendo una carcajada-. Pensaba que podríamos hablar, ya sabes, de Harry.
Me alivia saber que Louis no está aquí para preguntarme por Isabel, aunque por la seriedad de su expresión no sé si deberla empezar a preocuparme.
Le acompaño a través de la casa. Pasamos al lado de Shelley que está en el salón leyendo una revista.
- Shelley, este es Louis. Es amigo de Harry. Louis, esta es mi hermana, Shelley.
Al oír el nombre de Harry, Shelley suelta un grito de alegría.
- Hola, Shelley -dice Louis.
Mi hermana sonríe de oreja a oreja.
- Shelley, necesito que me hagas un favor. -Mi hermana sacude la cabeza en respuesta mientras susurro-: Necesito que mantengas ocupada a mamá mientras yo hablo con Louis.
Shelley sonríe; sé que mi hermana no me fallará.
Mi madre entra en la habitación, ignorándonos a Louis y a mí, mientras empuja la silla de ruedas de Shelley hasta la cocina.
Miro a Louis con cautela mientras nos dirigimos al exterior para disponer de algo de intimidad, a salvo de la curiosidad de mi madre.
- ¿Qué pasa?
- Harry necesita ayuda. A mí no me va a escuchar. Están tramando un importante trapicheo de drogas y han elegido a Harry para dirigir el cotarro.
- Harry nunca se metería en eso. Me lo prometió.
La mirada de Louis me dice que él no lo tiene tan claro.
- He intentado hacerle entrar en razón -continúa Louis-. El problema es que... se trata de traficantes importantes. Hay algo que me huele mal, Invitado. Héctor está obligando a Harry a hacerlo, y te juro que no sé por qué.
- ¿Y qué puedo hacer yo? -le pregunto.
- Dile a Harry que encuentre el modo de librarse. Solo él puede ayudarse a sí mismo.
¿Decírselo? Harry no soporta que nadie le diga lo que tiene que hacer. Aunque tampoco me lo imagino accediendo a traficar con drogas.
- ¡Invitado, la cena ya está fría! -grita mi madre desde la ventana de la cocina-. Y tu padre acaba de llegar. Cenemos como una familia por una vez.
El sonido de un plato estrellándose contra el suelo hace que mi madre vuelva a entrar en casa. Un movimiento muy inteligente por parte de Shelley, sin duda.
Pero no debo utilizar a Shelley para evitar contarles la verdad a mis padres.
- Espera aquí -le digo a Louis-. A no ser que quieras ser testigo de una discusión de los Ellis.
Louis se frota las manos.
- No pueden ser peores que las peleas de mi familia.
Entro en la cocina y le doy un beso a mi padre en la mejilla.
- ¿Quién es tu amigo? -me pregunta con cautela.
- Louis, te presento a mi padre. Papá, este es mi amigo Louis.
- Hola -dice Louis.
Mi padre asiente con la cabeza.
Mi madre hace una mueca.
- Louis y yo tenemos que irnos.
- ¿A dónde? -pregunta mi padre, completamente confuso.
- A ver a Harry.
- Tú no te vas a ningún sitio -suelta mi madre. Mi padre levanta las manos. No entiende nada-. ¿Quién es Harry?
- El otro chicano del que te hablé -espeta mi madre con brusquedad-. ¿No te acuerdas?
- Últimamente no me acuerdo de nada, Patricia. -Mi madre se levanta con el plato lleno de comida en la mano y lo lanza al fregadero. El plato acaba rompiéndose y la comida saltando por los aires.
- Te hemos dado todo lo que has querido, Invitado -asegura mi madre-. Un coche nuevo, ropa de diseño... Se me agota la paciencia.
- Todo eso es una frivolidad, mamá. Desde fuera, todos los ven como personas triunfadoras, pero como padres dan asco. Les doy un aprobado justo, y siendo generosa, porque si fuera la señora Peterson quien los evaluara habrían cateado. ¿Por qué les da miedo reconocer que tienen problemas, como hace el resto del mundo? -Me siento estupendamente, y no puedo parar-. Miren, Harry necesita mi ayuda. Una de las cosas que me hace ser como soy es la lealtad hacia la gente que me importa. Lo siento si les duele o los asusta.
Shelley empieza a armar un alboroto y todos nos damos la vuelta para mirarla.
- Invitado -dice la voz del ordenador conectado a su silla de ruedas. Shelley está presionando las teclas con los dedos-. Buena chica.
Rodeo la mano de mi hermana con los dedos antes de volver a dirigirme a mis padres.
- Si quieren echarme a patadas de aquí, o repudiarme por ser quien soy, entonces háganlo y acabemos de una vez con esto.
No quiero volver a sentir miedo. Por Harry, por Shelley, por mí misma. Es hora de enfrentarme a mis miedos, de otro modo acabaré hundiéndome en el dolor y el remordimiento durante el resto de mi vida. No soy perfecta. Ha llegado el momento de que todo el mundo lo sepa.
- Mamá, voy a pedir una cita con el trabajador social del instituto.
Mi madre frunce el ceño y su rostro adopta una expresión de repugnancia.
- Eso es una estupidez. Quedará para siempre en tu expediente académico. No necesitas un trabajador social.
- Sí que lo necesito -admito, y armándome de valor, añado-: Y tú también lo necesitas. Todos lo necesitamos.
- Escúchame, Invitado. Si sales por esa puerta... será mejor que no vuelvas.
- Esto es intolerable -interviene mi padre.
- Lo sé, y me siento muy bien -confieso mientras cojo mi bolso. Es todo lo que tengo, aparte de la ropa que llevo puesta. Con una sonrisa, le tiendo la mano a Louis-. ¿Nos vamos?
Louis no duda ni un instante. Me coge de la mano y dice:
- Sí.
Y ya en su coche:
- Eres dura de pelar. No pensé que tuvieras tanto valor.
Louis me lleva a la parte más oscura de Fairfield, hasta un enorme almacén detrás de la carretera, en una zona aislada. Como si la madre naturaleza pretendiera advertirnos, unas amenazadoras nubes negras cubren el cielo y la temperatura empieza a descender.
Un tipo fornido nos corta el paso.
- ¿Quién es la blanquita? -pregunta.
- Está limpia -afirma Louis.
El chico me mira de arriba abajo de manera insinuante antes de abrir la puerta.
- Si husmea demasiado, deberás responder por ella, Louis -le advierte.
Lo único que quiero es llevarme a Harry de allí, lejos del peligro que nos rodea.
- Eh -suena una voz arenosa cuando entramos en el almacén-. Si quieres algo que te anime, ven a verme, ¿vale?
- Sígueme -me ordena Louis. Me coge por el brazo y me conduce por un largo pasillo. Escucho voces que vienen del lado opuesto del almacén... la voz de Harry.
- Deja que entre sola -le ruego.
- No es una idea muy inteligente. Espera a que Héctor termine de hablar con él -sugiere Louis, pero yo no le hago caso.
Camino en dirección a la voz de Harry. Está hablando con dos tipos más y, por el tono de la conversación, parece algo muy serio. Uno de ellos saca una hoja de papel y se la entrega a Harry. Es entonces cuando se percata de mi presencia.
Harry le dice algo en voz muy baja a uno de los hombres, antes de doblar el papel y guardarlo en el bolsillo de los vaqueros. Su voz es fría y dura, como la expresión de su rostro.
- ¿Qué coño estás haciendo aquí? -me pregunta.
- Yo solo...
No puedo acabar la frase porque Harry me coge del brazo.
- Lárgate de aquí ahora mismo. ¿Quien cojones te ha traído aquí?
Estoy intentando pensar en una respuesta cuando Louis aparece de entre las sombras.
- Harry, por favor. Puede que Louis me haya traído aquí, pero ha sido idea mía.
- Eres un cabrón -le increpa Harry, soltándome para enfrentarse a Louis,
- ¿No es este tu futuro, Harry? -le pregunta Louis-. ¿Por qué te avergüenza tanto mostrarle a tu novia tu segunda casa?
Harry le suelta un puñetazo en la mandíbula y Louis cae al suelo. Corro hacia él y fulmino a Harry con la mirada.
- ¡No puedo creer que lo hayas hecho! - le grito-. Es tu mejor amigo, Harry.
- ¡No quiero que veas este lugar! -exclama él, mientras un hilo de sangre empieza a manar del labio de Louis-. No deberías haberla traído aquí -añade, más calmado esta vez-. Este no es su sitio.
- Ni tampoco el tuyo, hermano -dice Louis en voz baja-. Llévatela de aquí. Ya ha visto suficiente.
- Ven conmigo -ordena Harry, ofreciéndome la mano.
En lugar de ir con él, cojo la cara de Louis entre las manos y le inspecciono la herida.
- Dios mío, estás sangrando. -Estoy empezando a perder los papeles. Un poco de sangre es suficiente para provocarme náuseas. Nunca he podido soportar ni la sangre ni la violencia.
Louis aparta mis manos con dulzura.
- Estoy bien. Vete con él.
Una voz prorrumpe desde la oscuridad, dirigiéndose a Harry y a Louis.
Me estremezco ante la autoridad que proyecta aquella voz. Hasta ahora no estaba asustada, pero ahora sí lo estoy. Es el hombre con el que estaba hablando Harry. Lleva un traje negro con una camisa de color crudo debajo. Le vi fugazmente en la boda. Lleva el pelo negro engominado hacia atrás y su tez es sombría. Me basta una sola mirada para saber que es alguien muy poderoso dentro de los Latino Blood. Le acompañan dos hombres corpulentos y de aspecto amenazador.
- ¿Qué está pasando aquí? -grita.
- Nada, Héctor -replican Louis y Harry al unísono.
- Llévatela de aquí, Styles.
Harry me coge de la mano y me saca del almacén. No vuelvo a respirar hasta que estamos fuera.
- Louis, ¿qué haces aquí?
La última persona a la que esperaría encontrar en la puerta de mi casa es al mejor amigo de Harry.
- Tengo que hablar contigo.
- ¿Quieres entrar?
- ¿Estás segura de que no pasa nada? -pregunta, nervioso.
- Desde luego.
Bueno, probablemente mis padres no opinen lo mismo, pero a mí me parece bien. De todos modos, no creo, que mis padres vayan a decidir de repente que ya no quieren ingresar a Shelley en una residencia. Estoy cansada de fingir, de temer la ira de mi madre. Este chico es el mejor amigo de Harry, y me acepta como soy. Estoy segura de que no le ha resultado fácil decidirse a venir hasta aquí. Abro la puerta de par en par y dejo entrar a Louis. Si me pregunta sobre Isabel, ¿qué le digo? Ella me hizo prometerle que guardaría su secreto.
- ¿Quién está en la puerta, Invitado?
- Louis -le digo a mi madre-. Un amigo del instituto.
- La cena está lista -insinúa mi madre con poca sutileza-. Dile a tu amigo que no es muy educado hacer una visita a la hora de la cena.
Me vuelvo hacia Louis.
- ¿Quieres quedarte a cenar?
Un acto de rebeldía. Me encanta. Es catártico. Oigo los pasos de mi madre que se marcha hecha una furia a la cocina.
- Esto... no, gracias -responde Louis, reprimiendo una carcajada-. Pensaba que podríamos hablar, ya sabes, de Harry.
Me alivia saber que Louis no está aquí para preguntarme por Isabel, aunque por la seriedad de su expresión no sé si deberla empezar a preocuparme.
Le acompaño a través de la casa. Pasamos al lado de Shelley que está en el salón leyendo una revista.
- Shelley, este es Louis. Es amigo de Harry. Louis, esta es mi hermana, Shelley.
Al oír el nombre de Harry, Shelley suelta un grito de alegría.
- Hola, Shelley -dice Louis.
Mi hermana sonríe de oreja a oreja.
- Shelley, necesito que me hagas un favor. -Mi hermana sacude la cabeza en respuesta mientras susurro-: Necesito que mantengas ocupada a mamá mientras yo hablo con Louis.
Shelley sonríe; sé que mi hermana no me fallará.
Mi madre entra en la habitación, ignorándonos a Louis y a mí, mientras empuja la silla de ruedas de Shelley hasta la cocina.
Miro a Louis con cautela mientras nos dirigimos al exterior para disponer de algo de intimidad, a salvo de la curiosidad de mi madre.
- ¿Qué pasa?
- Harry necesita ayuda. A mí no me va a escuchar. Están tramando un importante trapicheo de drogas y han elegido a Harry para dirigir el cotarro.
- Harry nunca se metería en eso. Me lo prometió.
La mirada de Louis me dice que él no lo tiene tan claro.
- He intentado hacerle entrar en razón -continúa Louis-. El problema es que... se trata de traficantes importantes. Hay algo que me huele mal, Invitado. Héctor está obligando a Harry a hacerlo, y te juro que no sé por qué.
- ¿Y qué puedo hacer yo? -le pregunto.
- Dile a Harry que encuentre el modo de librarse. Solo él puede ayudarse a sí mismo.
¿Decírselo? Harry no soporta que nadie le diga lo que tiene que hacer. Aunque tampoco me lo imagino accediendo a traficar con drogas.
- ¡Invitado, la cena ya está fría! -grita mi madre desde la ventana de la cocina-. Y tu padre acaba de llegar. Cenemos como una familia por una vez.
El sonido de un plato estrellándose contra el suelo hace que mi madre vuelva a entrar en casa. Un movimiento muy inteligente por parte de Shelley, sin duda.
Pero no debo utilizar a Shelley para evitar contarles la verdad a mis padres.
- Espera aquí -le digo a Louis-. A no ser que quieras ser testigo de una discusión de los Ellis.
Louis se frota las manos.
- No pueden ser peores que las peleas de mi familia.
Entro en la cocina y le doy un beso a mi padre en la mejilla.
- ¿Quién es tu amigo? -me pregunta con cautela.
- Louis, te presento a mi padre. Papá, este es mi amigo Louis.
- Hola -dice Louis.
Mi padre asiente con la cabeza.
Mi madre hace una mueca.
- Louis y yo tenemos que irnos.
- ¿A dónde? -pregunta mi padre, completamente confuso.
- A ver a Harry.
- Tú no te vas a ningún sitio -suelta mi madre. Mi padre levanta las manos. No entiende nada-. ¿Quién es Harry?
- El otro chicano del que te hablé -espeta mi madre con brusquedad-. ¿No te acuerdas?
- Últimamente no me acuerdo de nada, Patricia. -Mi madre se levanta con el plato lleno de comida en la mano y lo lanza al fregadero. El plato acaba rompiéndose y la comida saltando por los aires.
- Te hemos dado todo lo que has querido, Invitado -asegura mi madre-. Un coche nuevo, ropa de diseño... Se me agota la paciencia.
- Todo eso es una frivolidad, mamá. Desde fuera, todos los ven como personas triunfadoras, pero como padres dan asco. Les doy un aprobado justo, y siendo generosa, porque si fuera la señora Peterson quien los evaluara habrían cateado. ¿Por qué les da miedo reconocer que tienen problemas, como hace el resto del mundo? -Me siento estupendamente, y no puedo parar-. Miren, Harry necesita mi ayuda. Una de las cosas que me hace ser como soy es la lealtad hacia la gente que me importa. Lo siento si les duele o los asusta.
Shelley empieza a armar un alboroto y todos nos damos la vuelta para mirarla.
- Invitado -dice la voz del ordenador conectado a su silla de ruedas. Shelley está presionando las teclas con los dedos-. Buena chica.
Rodeo la mano de mi hermana con los dedos antes de volver a dirigirme a mis padres.
- Si quieren echarme a patadas de aquí, o repudiarme por ser quien soy, entonces háganlo y acabemos de una vez con esto.
No quiero volver a sentir miedo. Por Harry, por Shelley, por mí misma. Es hora de enfrentarme a mis miedos, de otro modo acabaré hundiéndome en el dolor y el remordimiento durante el resto de mi vida. No soy perfecta. Ha llegado el momento de que todo el mundo lo sepa.
- Mamá, voy a pedir una cita con el trabajador social del instituto.
Mi madre frunce el ceño y su rostro adopta una expresión de repugnancia.
- Eso es una estupidez. Quedará para siempre en tu expediente académico. No necesitas un trabajador social.
- Sí que lo necesito -admito, y armándome de valor, añado-: Y tú también lo necesitas. Todos lo necesitamos.
- Escúchame, Invitado. Si sales por esa puerta... será mejor que no vuelvas.
- Esto es intolerable -interviene mi padre.
- Lo sé, y me siento muy bien -confieso mientras cojo mi bolso. Es todo lo que tengo, aparte de la ropa que llevo puesta. Con una sonrisa, le tiendo la mano a Louis-. ¿Nos vamos?
Louis no duda ni un instante. Me coge de la mano y dice:
- Sí.
Y ya en su coche:
- Eres dura de pelar. No pensé que tuvieras tanto valor.
Louis me lleva a la parte más oscura de Fairfield, hasta un enorme almacén detrás de la carretera, en una zona aislada. Como si la madre naturaleza pretendiera advertirnos, unas amenazadoras nubes negras cubren el cielo y la temperatura empieza a descender.
Un tipo fornido nos corta el paso.
- ¿Quién es la blanquita? -pregunta.
- Está limpia -afirma Louis.
El chico me mira de arriba abajo de manera insinuante antes de abrir la puerta.
- Si husmea demasiado, deberás responder por ella, Louis -le advierte.
Lo único que quiero es llevarme a Harry de allí, lejos del peligro que nos rodea.
- Eh -suena una voz arenosa cuando entramos en el almacén-. Si quieres algo que te anime, ven a verme, ¿vale?
- Sígueme -me ordena Louis. Me coge por el brazo y me conduce por un largo pasillo. Escucho voces que vienen del lado opuesto del almacén... la voz de Harry.
- Deja que entre sola -le ruego.
- No es una idea muy inteligente. Espera a que Héctor termine de hablar con él -sugiere Louis, pero yo no le hago caso.
Camino en dirección a la voz de Harry. Está hablando con dos tipos más y, por el tono de la conversación, parece algo muy serio. Uno de ellos saca una hoja de papel y se la entrega a Harry. Es entonces cuando se percata de mi presencia.
Harry le dice algo en voz muy baja a uno de los hombres, antes de doblar el papel y guardarlo en el bolsillo de los vaqueros. Su voz es fría y dura, como la expresión de su rostro.
- ¿Qué coño estás haciendo aquí? -me pregunta.
- Yo solo...
No puedo acabar la frase porque Harry me coge del brazo.
- Lárgate de aquí ahora mismo. ¿Quien cojones te ha traído aquí?
Estoy intentando pensar en una respuesta cuando Louis aparece de entre las sombras.
- Harry, por favor. Puede que Louis me haya traído aquí, pero ha sido idea mía.
- Eres un cabrón -le increpa Harry, soltándome para enfrentarse a Louis,
- ¿No es este tu futuro, Harry? -le pregunta Louis-. ¿Por qué te avergüenza tanto mostrarle a tu novia tu segunda casa?
Harry le suelta un puñetazo en la mandíbula y Louis cae al suelo. Corro hacia él y fulmino a Harry con la mirada.
- ¡No puedo creer que lo hayas hecho! - le grito-. Es tu mejor amigo, Harry.
- ¡No quiero que veas este lugar! -exclama él, mientras un hilo de sangre empieza a manar del labio de Louis-. No deberías haberla traído aquí -añade, más calmado esta vez-. Este no es su sitio.
- Ni tampoco el tuyo, hermano -dice Louis en voz baja-. Llévatela de aquí. Ya ha visto suficiente.
- Ven conmigo -ordena Harry, ofreciéndome la mano.
En lugar de ir con él, cojo la cara de Louis entre las manos y le inspecciono la herida.
- Dios mío, estás sangrando. -Estoy empezando a perder los papeles. Un poco de sangre es suficiente para provocarme náuseas. Nunca he podido soportar ni la sangre ni la violencia.
Louis aparta mis manos con dulzura.
- Estoy bien. Vete con él.
Una voz prorrumpe desde la oscuridad, dirigiéndose a Harry y a Louis.
Me estremezco ante la autoridad que proyecta aquella voz. Hasta ahora no estaba asustada, pero ahora sí lo estoy. Es el hombre con el que estaba hablando Harry. Lleva un traje negro con una camisa de color crudo debajo. Le vi fugazmente en la boda. Lleva el pelo negro engominado hacia atrás y su tez es sombría. Me basta una sola mirada para saber que es alguien muy poderoso dentro de los Latino Blood. Le acompañan dos hombres corpulentos y de aspecto amenazador.
- ¿Qué está pasando aquí? -grita.
- Nada, Héctor -replican Louis y Harry al unísono.
- Llévatela de aquí, Styles.
Harry me coge de la mano y me saca del almacén. No vuelvo a respirar hasta que estamos fuera.
Catherine
Re: Perfect Chemistry (Harry Styles)
Nooooooooooooooooo Porfavor porfavor síguelaaaaaaaaaaaaaaaaa!!! dios mio es que hasta he soñado con esta novela! es perfectaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!
AndreaPls..
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