[Adaptada] вєωιтcнιηg тнє dєνιℓ {HarryStyles&Tu} ❤ (Tema 1)

Aún seguía paralizada por la nueva noticia. Relamí mis labios algo resecos. Harry observó mientras lo hacia.

Tu: Supongo que ni siquiera tengo que pretender en que me digas como lo sabe.

Harry: Lo siento, eso no. Pregunta otra cosa.

Tu: Solo estás bajando puntos conmigo, Styles.

Harry: No te respondí, lo cual es mejor que mentirte. Son puntos extras.

Tenía razón, pero al menos queria una justificación de su silencio.

Tu: ¿Por qué no me lo puedes decir?

Llevó sus brazos detrás de la nuca y se estiró un poco.

Harry: No me dejarás hasta que te conteste. ¿Cierto?

Tu: Totalmente cierto.

Exaló y dejó caer sus brazos.

Harry: Bien, tenemos como una especie de trato.

¿Un trato? ¿Ellos? Definitivamente me estaba perdiendo de mucho.

Tu: ¿En qué consiste ese trato?

Si las miradas mataran, la de Harry ya lo hubiese hecho. Se notaba que estaba muy molesto por mis constantes preguntas, las cuales siempre daban en el clavo ya que obtenía información vital de sus respuestas.

Harry: Si el no me delataba, yo no lo delataba.

Tu: Nunca te creí un muchacho sincero y cumplidor. ¿Siempre lo fuiste?

Parece que le divertió porque rió.

Harry: No, para nada, nunca lo fui. Supongo que esta es una exepción.

Tu: ¿Es tan importante que hiciste una exepción?

Harry: Tan importante que mi vida depende de ello.

Fue solo un murmullo. Pero lo entendí. Me quede muda, si una vida o tal vez más, estaban en juego entonces esto era grave y lo peor es que yo tambien estaba metida, lo cual significa que también puedo sufrir las concecuencias. Tragué saliva.

Tu: ¿Mi vida también está en juego?

Asintió.

Harry: La vida de todos estan en juego.

Busqué algún rastro de mentira. No me llegaba ninguna sensación para advertirme de que no decia la verdad. Lo miré, parecia sincero, su cara era inescrutable, neutra. Pero sus ojos, sus profundos y verdes ojos, estaban llenos de preocupación. Y no parecía falsa.

Tu: Está bien, no creo que mientas con algo así.

Escuché la bocina de un auto y ambos volteamos para ver quien era. Mi tía Cloe arriba de su peugeot 106 sport gris. Me miraba por la ventanilla baja y me hizo gesto de que me acercara. Murmuré un "Ya vuelvo" a Harry y fui hasta ella.

Cloe: ¿Quieres que te lleve a casa, corazón?

Tu: No gracias, solo me faltan unas tres cuadras.

Rió.

Cloe: No, tontita, me refería a mi casa. Fabb está deseosa de verte.

Me encantaba mi tía. Era tan amable y linda, a pesar de sus cuarenta años lucia espléndidamente joven y tenía muy buena onda. Desde que entré en la adolescencia, nadie me supo apoyar y acompañar mejor que ella. Incluso mejor que mi mamá.

Tu: Claro, solo déjame...

Volteé hacia Harry pero él ya no estaba.

Cloe: ¿Qué te deje hacer qué?

Seguía observando a los lados pero no lo encontraba se fue tal y como llegó... Misteriosamente.

Tu: Nada, nada.

Me subí al asiento del copiloto.

Cloe: ¿Buscabas a alguien?

Tu: No, solo me fijé ambos lados de la calle para dar la vuelta y poder subirme.

Parece que se lo creyó porque no preguntó más nada del tema. Se dedicó a hablar de zapatos y ropa que había visto para mí.

Cloe: A Fabb le quedó genial el chaleco... Hablando de ella, dice que tiene una cosa importante que decirte o mostrarte.

Tu: ¿Humm? ¿Y qué es?

Cloe: No se lo quiso decir a nadie, te está esperando a ti.

Tu: ¿Ni siquiera le dijo a Sammy?

Cloe: No, para nada.

Era raro que Fabb no se lo haya contado a Sammy. Ella era una de esas personas que no podían contenerse y terminaban por soltárselo a alguien.

Tu: De acuerdo.

Cuando llegamos, Fabb, prácticamente me arrastró a su cuarto.

Fabb: Tengo algo que mostrarte.

Nunca en mi vida la vi tan seria.

Tu: Pues, mande.

Fabb: Ok, emm... Mira esto.

Agarró una pelota de hule y la puso sobre su cama.
Ninguna de las dos nos sentamos sino que nos arrodillamos sin tocar nada.
Fabb se puso a mirar fijamente la pelota.

Tu: Ok... ¿Y ahora qué?

Fabb: Sshh...

Tu: Pero...

Fabb: Sh!

Tu: Fabb, enserio...

Fabb: ¡___*! ¡Me desconcentras!

Tu: Al menos dime lo que quieres hacer.

Fabb: Tú solo callate y mira.

Le hice caso y permanecí inmóvil durante al menos 15 minutos. Fabb nunca había dejado de observar la pelota. Cuando ya me estaba por volver a quejar la pelota comenzó a rodar lentamente de un lado a otro. Miré a Fabb sorprendida. Ella solo rió.

Tu: Dime que a eso no lo hiciste tú.

Fabb: Bueno, me falta práctica pero pensé que tu me podrías ayudar.

Y las sorpresas no dejaban de llegar. Aparentemente Fabb podía mover los objetos, como Harry y como yo. Pero alguien normal no podría. De pronto recordé la vez que me salvó de ser aplastada por un tren sin chofer. Desde ahí comencé a sospechar de ella y ahora las cosas se me estaban confirmando. Probablemente mi prima era una bruja.