La amante del Griego (Joe & Tu) (TERMINADA)

aww ese Joe es un maldito como se atreve a desconfiar de la rayita, es zorra de Alejandra como se atreve a mentir y terminar con la felicidad de su hermano, pobre rayita :( esta embarazada verdad?? Que no le diga a Joe no se lo merece
Siguela!!!

uishhh caundo joe se de cuante de las mentiras
va a sufrir mucho!!!!!!!!!!!!!!

cuando pones maraton?????????????

amo tu nove siguela plis

AMOOOOOOOOO TU NOVE

De camino al aeropuerto para tomar un vuelo con destino a Nueva York, Joe estudiaba los informes del equipo de seguridad que detallaban los movimientos de ___________. La sensación inicial fue de completa incredulidad... que luego dio paso a una furia ciega. Sabía que, si le pedía al piloto de su jet privado que esperase, no llegaría a tiempo a la reunión, pero por una vez, la emoción se antepuso al deber profesional y le pidió al chófer que diese la vuelta.

______________ tiró la lata vacía de aceitunas a la basura y volvió a su dormitorio. Quizá las náuseas que sufría últimamente le estuvieran destrozando el paladar, pensó.

En ese momento, oyó que se abría la puerta y se le puso el corazón en la garganta pensando que Joe había vuelto, que se había arrepentido... 

Claro, eso tenía que ser. Se había dado cuenta de que ella nunca podría serle infiel.

-¡Estoy en el dormitorio! -gritó cuando lo oyó llamarla, con la impaciencia típica de su carácter.

Con el pelo negro cayendo sobre sus hombros, _____________ concentró sus ojos cafes en la puerta, deseando haber tenido tiempo para vestirse y arreglarse un poco.

Joe entró en la habitación y con un gesto melodramático muy poco acorde con su carácter, tiró unos papeles sobre la cama.

-¡Eres una mentirosa! ¡Has estado en el apartamento de Campbell en numerosas ocasiones! Incluso has pasado la noche allí... ¡Llevas meses acostándote con él!

Atónita por la agresión, ___________ se quedó paralizada. 

¿De qué demonios estaba hablando?

-Yo nunca he estado en el apartamento de Santos. Ni siquiera sé dónde vive...

-¿Cómo que no? Aquí tengo las pruebas -la interrumpió Joe con los dientes apretados.

-¿Qué pruebas? -murmuró ella, tomando los papeles-. ¿Qué es esto?

-Sorpresa, sorpresa. Has estado bajo la vigilancia de un equipo de seguridad durante el último año. Ése es el informe de tus actividades recientes...

-¿Seguridad? ¿Quieres decir que has estado vigilándome?

-Cuidando de ti es una mejor forma de describirlo.

-¿Quién ha estado vigilándome? -preguntó ___________, asqueada por la idea de que unos extraños hubieran estado siguiendo sus pasos sin que ella lo supiera.

-Uno de mis equipos de seguridad. Profesionales que saben hacer su trabajo sin ser detectados y sin interferir con tu libertad. Ellos no cometen errores -dijo Joe con ferocidad -, así que no pierdas el tiempo intentando mentirme.

hay Joe cada vez cometes mas errores, siguela!!!!

Dios mio siguela mujer!

joe es un estupido
quien le habra dado esa informacion?
oye y el maraton?=

joe se esta comportando como un idiota qe
le pasa siguela plis

andreita escribió:joe es un estupido
quien le habra dado esa informacion?
oye y el maraton?=

estabien les subire un mini maraton! ;D

sii pero mini no!!
mega maraton mejor :)

1/?
¿Qué hay que escuchar, qué hay que entender? -demandó Joe acorralándola contra la pared-. ¡Te has abierto de piernas para ese niñato!

-¡Eso no es verdad! No seas grosero...

-¿Lo hiciste en nuestra cama?

-¡Yo no he hecho nada! Ni siquiera he mirado a otro hombre...

-Olvidas que te vi saludando a Campbell anoche -le recordó él.

-¿Qué estás diciendo? Es el primo de Maite ,tenía que saludarlo...

-¿Qué tiene él que no tenga yo? ¿Es mejor en la cama?

-Joe...

-¿Es más inventivo, más excitante, más sucio? ¿Qué te hacía él que no te hiciera yo? ¿No te he satisfecho siempre? Dímelo, tengo derecho a saberlo -le espetó Joe,con un brillo de ferocidad en los ojos.

-¡No hay nada que contar! -exclamó _______________, desesperada.

La tensión era electrizante. Al principio, no entendía aquel cosquilleo entre las piernas...

-Y ahora mismo es a mí a quien deseas -dijo él, con gesto de satisfacción, levantando la mano para tocar sus pezones, marcados claramente bajo la bata.

____________ dejó escapar un gemido, arqueando la espalda. Todo su cuerpo estaba ardiendo, más sensibilizado que nunca. Reconocer su propia excitación sexual la atormentaba.

-Sí, pero...

-De hecho, lo estás suplicando -la interrumpió Joe , buscando su boca con una pasión fiera, abrumadoramente erótica.

___________ se derritió como el azúcar, rindiéndose ante la invasión de su lengua. Él la tomó en brazos para llevarla a la cama y, después de tumbarla en ella, se echó hacia atrás. Aún perdida en la fiebre de su propio deseo, ____________ se agarró a sus hombros.

Con frío desdén, Joe apartó sus brazos. Alto, orgulloso, con la cabeza levantada, la miró con helado desprecio.

-Se acabó. En cuanto dejaste que Campbell te tocase, se terminó. Yo espero que mi amante reserve todo su afecto exclusivamente para mí.

-Yo nunca he sido tu amante...

Desde la puerta, Joe soltó una carcajada que la golpeó como una bofetada.

-Claro que lo eras. ¿Qué otra cosa podrías haber sido para mí?

Dolida más allá de lo imaginable, ______________ se quedó mirando al vacío. No quería mirarlo a él. Oyó sus pasos en el pasillo, el ruido de la puerta al cerrarse. Se había terminado, Joe había desaparecido sin que le importase nada. Nunca le había importado, pensó, con el corazón encogido.

2/?

_____________ cubrió sus párpados enrojecidos con maquillaje para ocultar que, de nuevo, había estado llorando.

-Sonríe -se decía a sí misma, intentando practicar ante el espejo.
Habían pasado siete semanas desde que se fue a vivir con Maite .Su amiga se portaba de maravilla, pero ___________ sabía que tener al lado a una persona triste era incómodo para los demás.
Maite le había dicho que tenía una semana para llorar y lamentarse por romper con Joe, pero que después debía seguir adelante. Y desde que terminó esa primera semana, _____________ intentaba fingir que estaba recuperándose.

Desgraciadamente, no era así. Mantener esa fachada era tan estresante que, durante esas semanas, las náuseas habían sido cada día más frecuentes. 

Afortunadamente, empezaban a desaparecer y, aparte de un deseo absurdo de comer aceitunas, se encontraba más o menos bien.
El verdadero problema era su estado emocional. Joe había sido el centro de su universo durante dos años y, ahora, cada día le parecía una eternidad. Pero decidida a animarse, se concentró en un plan de trabajo. Había visitado varios bancos para pedir un préstamo y, aunque por el momento no había tenido éxito, se decía a sí misma que estaba a la vuelta de la esquina. Para pagar las facturas, trabajaba en una tienda y vendiendo sus bolsos en ferias de artesanía.

-¿Seguro que no quieres comer? -le preguntó Maite desde la cocina.

_____________ salió de la habitación.

-Seguro. He comido algo antes -mintió para no preocupar a su amiga.

Maite que comía como un caballo y jamás engordaba un kilo, entró en el salón.

-¿Qué tal ha ido la visita al banco esta mañana?

Ella hizo una mueca.

-Dijeron que se pondrían en contacto conmigo, pero no me hago ilusiones.

-¿Por qué no dejas que te financie Santos? Tus bolsos son un negocio más seguro que los caballos de carreras que compra.

____________ sonrió, pero la sonrisa era un poco tensa. Porque, si la ruptura con Joe le había enseñado algo, era la importancia de la discreción y el sentido común.

-No creo que sea buena idea.

-¿Por qué no? Cinco bancos te han negado un préstamo -le recordó la moren-. A Santos le sale el dinero por las orejas y quiere ayudarte. En tu posición, yo no me lo pensaría dos veces.

-Santos es tu primo, tú lo ves desde una perspectiva diferente.

_______________ había aprendido de la forma más dura que nada era gratis. Vivir sin pagar alquiler en el lujoso ático de Joe había sido un tremendo error. En lugar de vivir una vida independiente, se había dejado seducir por el deseo de complacerlo convirtiéndose, ante sus ojos, en una mantenida. Como resultado, Joe no podía verla como una igual. La veía como a su amante, un objeto de su propiedad más que una persona a la que amaba y respetaba. ____________ había entendido cómo veían los hombres ricos a las mujeres que no gozaban de la misma situación económica. Al mismo tiempo, empezaba a valorar la amistad de Santos y no quería estropearla pidiéndole dinero prestado.

Maite sonrió.

-Ah, ya entiendo. Santos es mi primo, pero está loco por ti. Me alegro de que empiece a cansarse de esas frívolas con las que ha salido hasta ahora y se haya fijado en una mujer de verdad.

-No creo que Santos esté loco por mí -protestó _____________-. Le caigo bien y, aunque no debería, se siente culpable por haber sido la razón de mi ruptura con Joe.

-No, Santos no es tan buena persona. En realidad, está encantado de haber fastidiado a Joseph Jonas. Además, las dos sabemos que Joe se portó como un auténtico cerdo. Y lo digo en serio, Santos quiere tener una oportunidad contigo...

-Aunque fuese verdad, que no lo es -la interrumpió _____________-. a tu primo le encanta divertirse, Maite . Y a mí no me apetece ahora mismo.

Su amiga la miró, exasperada.

-Santos no estará interesado para siempre, cariño. Y Joe no va a volver a tu vida. Lo vuestro es historia, convéncete de una vez.

________________ se puso pálida.

-Ya lo sé...

-No, no lo sabes. ¿Tú sabes lo preocupada que he estado por ti? En lugar de seguir viviendo en tu mundo, deberías enfrentarte a la realidad...

-Yo creo que me he enfrentado a la realidad más que suficiente -la interrumpió ____________.

-Joe te acusó de serle infiel y ni siquiera dejó que te defendieras...

-Porque creyó las mentiras de su hermana. Ya sabes que están muy unidos...

-Yo creo que no es sólo eso. Creo que estaba decidido a cambiar de chica y las mentiras de su hermana le dieron una buena excusa

3/?
A_______________ se le encogió el corazón de tal modo que no podía hablar. ¿La habría dejado sólo porque se sintió herido en su orgullo?

-Mira esto -dijo Maite entonces, señalando un periódico. Había una fotografía de Joe con una rubia delgadísima. ____________ sintió como si alguien la hubiera empujado a una piscina...

-No quiero verlo.

-No me gusta hacer esto, pero no tengo otra opción... Joe está todo el día de fiesta con unas y con otras. En Londres y en Nueva York. Ha salido con una larga lista de modelos, famosas... No está de luto, como tú. No está en casa echándote de menos...

-Ya lo he entendido, Maite -la interrumpió ____________- No esperaba que estuviese de luto. No creo que muchos hombres lamenten perder a una mujer que creen que les ha engañado. Además, Joe es demasiado orgulloso.

-Sólo quiero que aceptes el hecho de que no volverás a verlo -murmuró su amiga, apretando cariñosamente su mano-. Esto te ayudaré a olvidarlo de una vez.

En ese momento sonó el timbre y _____________ cerró los ojos para olvidar la imagen de Joe con otra mujer.

-¡Qué sorpresa! Yo soy Maite... ¿no es increíble que no nos hayamos conocido hasta ahora? ______________ no te espera, ¿verdad? -estaba diciendo su amiga, en el pasillo-. Acaba de levantarse de la cama y no creo que esté despierta todavía. Anoche se acostó a las siete de la mañana.

Atónita, ________________ abrió los ojos. ¿Con quién estaba hablando?

Lo que vio un segundo después la dejó paralizada: Joe estaba en la puerta del salón.

«No volverás a ver a Joe», había dicho su amiga unos segundos antes.
Sin respiración, observó a aquel hombre que tanto daño le había hecho... el hombre al que tanto amaba. Estaba un poco despeinado por el viento, pero sus rasgos seguían siendo tan hermosos como siempre.

-Gracias -dijo Joe cerrando la puerta del salón.

-No te esperaba -consiguió decir ______________, haciendo después una mueca por lo absurdo del comentario.

Joe observó el rastro de una lágrima en su rostro. Aunque sus ojos seguían siendo dos luminosas granos de cafe, el brillo alegre había desaparecido. Como respuesta, la frialdad con la que pensaba mantener aquel encuentro se suavizó un poco. Pero si estaba pasándolo mal, era lo que se merecía. Si le echaba de menos, lamentando lo que había perdido, mejor. Y si estaba dispuesta a suplicarle que la perdonase, disfrutaría incluso más.

Maite asomó la cabeza por la puerta que daba a la cocina.

-¿Quieres que me quede, __________?

Como si fuera una niña necesitada de la ayuda de un adulto, pensó ___________, descorazonada.

-No, gracias. En realidad, vamos a mi habitación.

-No seas boba, no tienes por qué -replicó su amiga, mirando a Joe sin disimular su desagrado-. Sólo pensaba que podrías necesitar mi apoyo.

-Estoy bien, gracias. Quiero hablar con él a solas. Por aquí -dijo _____________ entonces, abriendo la puerta del pasillo.

-Podríamos hablar en la limusina -sugirió Joe

-No, no es necesario.

Era evidente para Joe que, al menos, en eso no le había mentido. 

Maite Campbell vivía en el apartamento de su primo. Pero, claro, él podía habérselo prestado para facilitar su aventura con _________________. Sin embargo, por mucho que quisiera convencerse a sí mismo, le resultaba difícil creer que hubieran mantenido una larga aventura.

Para empezar, ________________ había seguido siendo la misma hasta la semana anterior a la fiesta de su hermana. ______________ era una persona honesta y abierta y era difícil imaginar que quisiera engañar a alguien. Le resultaba más fácil creer que, sencillamente, había sucumbido a la tentación esa noche. Además, sospechaba que el hecho de que Santos Campbell fuera el primo de su mejor amiga tuvo algo que ver. Desde el principio, y sin conocerla, supo que a Maite no le gustaba su relación con _____________. ¿Habría animado a su primo para que intentase conquistarla? ¿Se habría hecho él pasar por amigo para ganarse su confianza? En resumen, ¿le habrían tendido una trampa?

-Por aquí -dijo ____________, empujando una puerta.

¿Por qué había ido Joe a verla?, se preguntaba, incrédula. La posibilidad de que quisiera volver con ella la dejaba absolutamente confusa.

Él miró alrededor con ojo crítico y, diez segundos después, podría haber enumerado cada uno de los objetos que había en el dormitorio. No había nada en la habitación que sugiriese la presencia de un hombre. De hecho, la cama era pequeña y estaba llena de muñecos de peluche. Ningún hombre compartiría cama con el conejito rosa que _______________ tenía desde la infancia.

Cuando _______________ cerró la puerta, le llegó el olor de su champú, un olor a hierbas que conocía bien. El pelo negro caía sobre sus hombros como una cascada de satén negro. Sus curvas parecían más pronunciadas que antes, pero quizá lo veía así porque recientemente había estado rodeado de mujeres muy delgadas, pensó, mientras intentaba controlar la excitación que empezaba a crecer dentro de él.
A pesar de todo, la curva de sus pechos bajo la camiseta era espectacular. Joe tuvo que apretar los dientes.

-¿Quieres sentarte? -preguntó ella, inclinándose para apartar unas revistas de la silla. Al hacerlo, la camiseta se levantó por detrás, dejando ver su piel blanca, tan suave...

-No -contestó Joe apretando los puños. Quería tocarla. De hecho, quería hacer mucho más que eso. Después de semanas de total desinterés por el sexo, estaba como loco. Quería tumbarla en la cama, arrancarle la ropa y hacerle el amor. Fuerte, rápido, sin control... como sólo podía hacerlo con ella. Rígido por la fuerza de su deseo, Joe dio un paso atrás. En un esfuerzo por contenerse, se concentró en las revistas que ella había tirado al suelo. Eran revistas de decoración, sus favoritas, con fotografías de casas de campo con artesonados de madera y hermosos jardines. Le encantaban las casas antiguas...

Entonces se preguntó por qué no le había comprado una casa. Si le hubiera dado la oportunidad de concentrarse en la decoración de una casa, estaba seguro de que seguiría con él.

-¿Quieres un café? -preguntó _____________, intentando controlar los nervios.

-No voy a estar aquí mucho tiempo.

-¿Seguro?

4/?

Una combinación de deseo sexual y fiero resentimiento brilló en sus ojos. Si la tumbaba en la cama, ¿le diría que no? Nunca le había dicho que no, ni siquiera en los peores momentos.

-Sólo quiero saber cómo te va -dijo _____________ entonces, pensando en la rubia de la fotografía. Luego contuvo el aliento, temiendo que Joe hubiera notado que su vientre no era tan plano como antes. No sólo le habían crecido el pecho y las caderas; había comido más de lo habitual para poder soportar la depresión y el sobrepeso empezaba a notarse en su vientre.

-Sólo tengo una razón para estar aquí. No podía ponerme en contacto contigo de otra forma -dijo Joe impaciente-. ¿Qué ha sido de tu móvil?

-Se rompió.

-El número de este apartamento no está en la guía.

-¿Por qué querías ponerte en contacto conmigo? -preguntó ella.

-Tu hermano ha dejado varios mensajes en el contestador. Creo que llegará a Londres la semana que viene... Te ha llamado al móvil y, como no podía ponerse en contacto contigo, estaba preocupado.

-¿Diego? -murmuró ____________, atónita. Joe sólo había ido a verla para darle esa información. Su visita no era por razones personales. Pero no imaginaba para qué querría su hermano ponerse en contacto con ella. Su relación se limitaba a una tarjeta de Navidad y alguna llamada en su cumpleaños... Si Diego pensaba ir a Londres, sería algún viaje de negocios, pensó.

-La línea del ático ha sido desconectada, por eso he venido.

-¿Por qué la has desconectado?

-El apartamento está en venta.

En venta. Ése era el punto final. 

Aquel ático había sido su hogar durante dos años y, para ella, seguía teniendo recuerdos preciosos. Sólo ahora se veía obligada a reconocer que había tenido secretas esperanzas de volver allí...

-¿Ya no lo necesitas?

Joe se encogió de hombros. ________________ se dio cuenta de que estaba mirando fijamente sus labios y cuando, nerviosa, se pasó la lengua por ellos, él dio un paso adelante y la tomó del brazo con un movimiento que la dejó sin aire.

-No te rebajes intentando excitarme -le espetó, con los dientes apretados.

-¿Crees que yo...?

-Es una pérdida de tiempo. No siento nada por ti.

-¡No estaba intentado excitarte! -exclamó ______________, tan dolida que decidió no darle una nueva oportunidad de humillarla-. Es ridículo acusarme de eso. Eres el último hombre del mundo al que querría excitar. Tienes suerte de que me haya rebajado a hablar contigo.

Joe levantó su arrogante cabeza y soltó una carcajada que la sacó de quicio. Por primera vez en su vida, ___________ deseó golpearlo.

-¿Ah, sí?

-Nunca perdonaré tus insultos. Me has tratado como si fueras un juez, sin tener ningún derecho a serlo. Me dejaste por algo que no había hecho... La noche de la fiesta apenas conocía a Santos Campbell, pero te negaste a escucharme. Cuando Santos descubrió lo que había pasado, dijo que estaba dispuesto a hablar contigo...

-Ah, ya veo. Ahora desearía no haber puesto sus manos sobre mi propiedad...

-¡Yo no soy propiedad tuya! ¿En qué clase de mundo vives,
Joseph Jonas? -le espetó ella-. ¡Vete de aquí ahora mismo!

Santos se había ofrecido a hablar con él, pero ____________ había decidido que involucrarle en sus problemas sería injusto y, además, no serviría de nada. Joe creía la versión de su hermana y no querría escuchar nada más.

-Encantado -dijo él.

Pero cuando iba a abrir la puerta, Santos Campbell apareció en la habitación.

-¿Estás bien, __________? -preguntó el joven, sin molestarse en mirar a Joe.

Ella tenía los ojos llenos de lágrimas, pero se negaba a llorar. Ya había llorado más que suficiente, pensó. 

Más bajito, rubio y con unos vaqueros de diseño, Santos parecía un niño al lado del magnate griego, pero la sincera preocupación que había en sus ojos calentó su corazón.

Joe la miró, despreciativo, como si la mera presencia de Santos Campbell fuera una ofensa.

-Te odio, Joseph Jonas! -dijo ______________ entonces-. Nunca le había dicho esto a nadie... nunca había odiado a nadie en toda mi vida. Pero lo que me has hecho no tiene perdón.

-Déjala en paz -dijo Santos.