"...So The Lion Fell in Love With the Lamb..." (Edward Cullen & Tú)

Nombre:"...Y así el león se enamoró de la oveja..." (Edward Cullen y Tú)
Autor: LittleeMonsteer (MarieMorrison)
Adaptación: Si, Saga Crepúsculo
Género: Romance.
Advertencias: No, sólo que NO QUIERO FANTASMAS
Otras Páginas: Nope, por ahora no, tal vez luego en Potterfics pero aún no.

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La vida no se basa en el amor, el amor hace la vida, si el amor desiste no es amor, y si persiste es pasión, la pasión nunca desaparece porque la pasión es por amor y el amor es eterno, no quiero ser esclava de mis pasiones, quiero sentirlas, vivirlas y recordarlas, no tener miedo hacia lo que sentimos porque ni bodegas somos para guardar todos los sentimientos que en nuestro corazón se encuentra.

Volví a tomar entre mis dedos aquél libro viejo que tanto me encantaba, Romeo y Julieta. Una mano se posó en mi hombro y simplemente giré la vista, ahí estaba ella, Jane con una sonrisa divertida, había torturado un par de humanos, de eso no cabía duda alguna.
Le sonreí sin ganas y miré por el enorme ventanal que contrastaba con el tono viejo y rústico de aquél castillo, unos ojos verdes volvieron a mi memoria y sin poder evitarlo sonreí, esta vez, de verdad lo hice.
Recordé aquél verano de 1918 en el que había conocido a alguien que pensé, podría estar conmigo por siempre, que equivocada estaba. Aquella mañana me había despertado más temprano que de costumbre, mi padre me había obligado, había organizado un día de campo con todos los trabajadores e incluyendo a su buffet de abogados y sus familias a la casa, Mi enorme casa. Mi padre era Thomas Wells el dueño de el famoso banco en aquella época, Wells.
Empecé a vestirme sin ninguna prisa, me quité el camisón de seda color púrpura y lo dejé junto a mi cama en el suelo me contemplé en el espejo, usando sólo mi ropa interior, giré mi mirada al vestido color azul que reposaba en una enorme silla junto a la ventana, me acerqué a el y lo tomé entre mis dedos, después de revisarlo, de que no tuviera una sola mancha o rasgadura me lo puse, me llegaba un poco arriba de las pantorrillas pero así era la nueva y última moda, el vestido tenía un discreto moño color blanco en la cintura, y un sombrero del mismo tono azul, me puse mis viejos tacones color blanco y miré mi rostro en el espejo, mi cabello castaño hasta la cintura estaba suelto y así no me gustaba, llegó mi hermana Katherine y sonrió usando su vestido de flores color rosa, me sonrió y miró mi cabello.
-Sabes, creo que deberías utilizar unos rizos.
-¿Puedes hacerlos?
Ella asintió feliz y empezó a trabajar en mi largo y rebelde cabello con toda la dedicación de la que era posible, luego de un par de horas en las que Katherine me peinó, quedé como toda una princesa o por lo menos era el ideal en aquél entonces.
Salimos de casa, ambas con nuestros "perfectos" vestidos, mi hermana fue con su prometido Laid, yo sé lo que Laid significa pero al parecer, ni él ni sus padres lo sabían. Laid en francés es Feo.
Esa tarde, mi padre me presentó a su abogado y gran amigo Anthony Masen, saludé cortésmente y tomé su mano como una dama, él la besó.

Jane interrumpió mis pensamientos y recuerdos al hacerme retorcer de dolor.
-Jane ¿Porqué hiciste eso?-cuestioné levantando los hombros para después corregir mi pregunta.-¿Necesitas algo?
No contestó durante un rato y después un extraño ¿gemido? ¿bufido? salió de su boca para contestar.
-Nada en absoluto, sólo avisarte que los Cullen vendrán porque Aro quiere...verlos-susurró dejando una pausa para agregar emoción a la última frase, asentí mirando mi capa color carmesí que descansaba en un perchero.

Después el señor Masen presentó a su esposa Elizabeth, la cual le hizo una reverencia a mi padre que él contestó con el mismo gesto de Anthony, besó la mano de la señora Elizabeth.
-Y él es mi hijo Edward, futuro abogado como su padre-dijo el señor sonriendo como si no hubiera un mañana.
-Un gusto, Edward-contestó mi padre contestando al apretón de manos que propiciaba el chico y luego, sus preciosos ojos color verde se posaron en mi, sonreí tímida y le hice una pequeña reverencia, el besó mi mano.
-_____ ¿Porqué no le muestras el jardín?-preguntó mi padre indicando que los dejara a ambos hablar a solas.
-Claro, Padre-contesté y con un ademán le indiqué al chico que me siguiera, él lo hizo hasta llevar el mismo ritmo de pasos que llevaba yo. El jardín de mi casa era demasiado amplio y era demasiado fácil perderse en él.
-Un gusto, Señorita. Me llamo Edward ¿Usted?-preguntó con una sonrisa amable.
-Soy _____, pero por favor no me hables de usted.
-Como digas, _____-contestó encogiéndose de hombros, yo le imité y me recosté en el pasto, él me miró escandalizado.
-Señorit..._____ ¿Porqué te sientas ahí? ¿No temes ensuciar tus prendas?-preguntó.
-En absoluto, sólo es ropa, se lava o se tira.-contesté encogiéndome de hombros como él había hecho anteriormente.
él sonrió con una sonrisa que jamás había visto a ninguna persona, era...tierna.
-¿Como estás?-preguntó y yo sólo reí.
-Supongo que bien, ¿Que tal tú?-pregunté y el sonrió.
-Supongo que bien.-contestó.

Alec se acercó a mi mejilla y la besó lo cual me hizo salir de aquél trance, aquél leve trance de recuerdos que había tenido gracias a alguien que había conocido de humana. Alguien del que no debería recordar de una sola cosa pero ahí estaba, todo en mi memoria.

Después de aquella charla, y varias veces más en las que ambos habíamos estado saliendo, él decidió decirme que le pediría mi mano a mi padre, yo reí, sólo tenía 16 y el 17 recién cumplidos. Ese día salimos al parque, y nos sentamos en una banca, él se arrodilló y me pidió que me casara con él. Lloré de la emoción, pero esa tarde había estado muy enfermo y se veía demasiado pálido, días después me enteré que tenía Gripe española y que no podía estar cerca de él, lloré, conocía a la perfección su sueño de ser soldado y salvar gente inocente, ahora eso no sería posible.

-_____, los Cullen están aquí-dijo con una sonrisa malvada, sonreí de la misma manera y la seguí por los largos pasillos de el castillo de Volterra, me acerqué a Aro con una sonrisa, ¿Porqué estaba ahí? sencillo, mi don.
¿Cuál era mi don? Podía ver los pensamientos de las personas a kilómetros de distancia e incluso en recuerdos.
-Buenos Días, Aro-hice una reverencia- Cayo.
Otra reverencia más- Marco.
Los tres sonrieron y yo lo hice aún más al leer los pensamientos de Cayo.
"Um, bien, los Cullen trajeron un Hijo de la Luna..."
Aparecieron por la puerta un hombre rubio, de hermosas facciones, bastante guapo con ojos color caramelo, sonreí amablemente y Aro tomó mi mano para leer lo que el sujeto pensaba, después entró una mujer con cabello castaño y los mismos ojos color caramelo.
-Son Carlisle y Esme-saludó Cayo a su modo y ellos asintieron con una leve cabezada.
Después entraron un hombre también rubio, con cabello largo y esos ojos seguido de una chica que parecía duende, pequeña y con el cabello en picos.
-Alice y Jasper-repitió Cayo como si pudiera saber que pensaba en quién eran aquellos extraños.
Una rubia despampanante y un sujeto demasiado fornido hicieron acto de aparición también.
-Rosalie, Emmett-contestó Marco esta vez y yo sólo asentía analizando sus mentes, al último entró una chica morena con unos ojos aún rojos y la piel pálida, traía en brazos una niña de no más de 8 años. Y luego apareció él, el chico en el que había estado pensando hace unos momentos, sonreí levemente y podría apostar a que si fuera humana me abría sonrojado.
-Un Gusto, Cullen-saludó Jane sonriendo para posarse a mi lado, y en mi otro flanco se posó Alec que era mi...¿Pareja? Creo que sí.
Miré todo el tiempo a la mujer que traía a la niña, podía oír la sangre de aquella criatura recorrer su yugular.
-Alec, Jane, _____-él me miró sorprendido.-Muéstrenle a los Cullen el castillo, déjenos con Carlisle a...uh...solas.
Alec guío a la mujer, la niña, Emmett, Rosalie por uno de los pasillos mientras que Jane guiaba a Alice, Jasper y Emmett. Yo guié a Edward quien dijo que después vendría su esposa y su hija.
-Guau, ¿Te casaste?-pregunté sonriendole- Increíble.
-Si, ella se llama Bella y mi hija es Renesmee-me dijo con una sonrisa orgullosa.
-Es bonita tu hija, se parece...a ti, son idénticos excepto por el color de sus ojos, los tuyos eran de un precioso color...ah...verde-susurré cada vez más bajo, él rió entre dientes.
-Gracias, así que...¿Trabajas para los Vulturi?-preguntó.
-Algo así-contesté riendo.-¿Conociste a Bella cuando aún era humana?
Él me miró sorprendido, al parecer no recordaba habérmelo dicho.
-Ese es mi don, puedo ver todo lo que hay en la mente de una persona.-le susurré.
-¿Que hay en mi mente?-preguntó de manera curiosa y cerré los ojos viendo todas aquellas imágenes felices pasar.
-Tu boda, tu...luna de miel, y el día en que la conociste, su sangre cantaba para ti pero aún así no le hiciste daño.-dije sorprendida abriendo los ojos de nuevo.
-Es algo difícil, pero...ya ves, el león se enamoró de la oveja-dijo con una sonrisa divertida.
-Que tierno, tú siendo un depredador, jamás le hiciste daño a ella, una débil humana.-contesté sonriendole.
-Así es el amor, espero que tú algún día lo conozcas...-dijo poniendo su mano en mi hombro.
-Lo conozco, mi pareja...ah ¿Vampiro? es Alec.-dije dudando un poco y él rió.
-Que bien, ¡Oh Mira! Ahí viene ella-dijo abrazando a la castaña que se acercaba sonriendo.
-Bella, ella es _____, fue una amiga, una gran amiga mía-dijo con una sonrisa y mirando a un punto inexacto.
-Un gusto Bella, espero que...seamos amigas-dije haciendo una pausa dramática y ella rió.
-Yo también, espero que algún día vengas a Forks.-contestó.
-Ya lo creo-dije sonriendole-Ah Aro me busca, ya vuelvo.
Salí del jardín con una sonrisa tentadora y caminé hacia el segundo piso.

[Narra Edward]
Bella me miró, su mente ya no estaba disponible como había estado hace unos momentos.
-¿Quién era ella?-preguntó, jamás había sido celosa y yo no le había dado motivos, tal vez era sólo su incansable curiosidad.
-Fue...mi prometida-susurré mirando el cielo color azul entre las enormes paredes del castillo.
-¿Tú...prometida?-preguntó con un hilo de voz.
-Cuando ambos eramos humanos, allá por el otro siglo-intenté calmarla con una ligera voz monótona.
-ah...¿Porqué no se casaron?-preguntó.
-Enfermé de gripe española y ella fue mordida por Cayo según sé.-contesté jugando con el cabello que caía tras su oreja.
-Ya no soy una oveja...-susurró con una sonrisa y yo sonreí también.
-No, claro que no. Ahora tú eres el león y yo soy la débil oveja...-susurré.
Ella se paró de puntillas y la besé.
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Aquí se termina, lo siento, si tenía un planteamiento pero...pff bueno, quedó así...¡COMENTEN!

Nueva y 1º lectora!!
me llamo Noelia pero me puedes llamar Ella, soy de España y tengo 12 casi 13 años
me encanto el prologo y el cap, estuvieron geniales
ah! quiero que Bella se aleje de Edward...
siguela pronto
besos

SIGUELA!!