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"Tu Eterno Admirador" (Joe&Tú) [TERMINADA]
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: "Tu Eterno Admirador" (Joe&Tú) [TERMINADA]
CAPITULO 6
Cuando llegaron a la casa de ___(Tn), ella aún continuaba dormida. Joseph se apeó del Chevy y abrió la puerta del acompañante. Se agachó y antes de alzarla en brazos cogió su bolso y lo colocó alrededor del cuello de ella.
El cuerpo inmóvil de ___(Tn) era liviano y cuando la pegó a su cuerpo, ella apoyó la cabeza en el hueco de su hombro. De una patada, Joseph cerró la puerta del auto y se quedó un momento en la acera, observando como ella parecía estar encantada de estar entre sus brazos.
«Si las circunstancias fueran otras…», pensó Joseph alzando su vista al cielo.
Se dirigió hacia la puerta y la bajó hasta que los pies de ___(Tn) tocaron el suelo. Ella dejó escapar un quejido, como si le molestara tener que separarse del calor de su cuerpo. Eso hizo que el corazón de Joseph se desatara dentro de su pecho como un caballo a campo traviesa.
No podía dar rienda suelta a lo que sentía por aquella mujer que acababa de conocer apenas; ella estaba ebria y no era plenamente consciente de lo que estaba sucediendo, mucho menos era consciente de lo que provocaba en cada espacio de su cuerpo.
Hurgó dentro del bolso de ___(Tn) mientras la sostenía con uno de sus brazos y sacó la llave. Una vez dentro de la casa, la alzó nuevamente y buscó su habitación. La encontró enseguida; cuando entró se quedó embelesado observando un inmenso retrato de ___(Tn) que colgaba en la pared detrás de su cama tamaño King size. Era una fotografía en blanco y negro y aun así se podía percibir la intensidad de su mirada. Observó a ___(Tn), que estaba aún con los ojos cerrados, sonriendo, perdida en su semiinconsciente. ¿Cómo era posible que existiera una mujer tan bella; con una actitud de fortaleza en la imagen que colgaba de su pared y al mismo tiempo dueña de una fragilidad que sólo daban ganas de protegerla?
Eso era exactamente lo que despertaba ___(Tn) Gibson en Joseph en ese momento, deseos de protegerla, de mimarla y de quedarse a su lado hasta que llegase el nuevo día.
Con cuidado la colocó sobre la cama pero los brazos de ___(Tn) se aferraron de su cabello y no pretendían soltarlo. Ella dejó escapar un gemido y Joseph se quedó estático, inclinado contra la cama con el cuerpo de ___(Tn) pegado al suyo.
No iba a poder resistirlo mucho más. Sin darse cuenta aquella mujer estaba poniendo en jaque su cordura. La poca sensatez que conservaba se vino abajo cuando ella hundió el rostro en su pecho y su boca rozó su piel a través de la camisa entreabierta.
___(Tn) le dio a entender que lo que estaba haciendo le gustaba cuando ronroneó y se contoneó contra su cuerpo buscando que él la tocara.
Joseph alzó la mirada, se enfrentó a la imagen en blanco y negro que le sonreía seductoramente desde el muro.
―No juegues conmigo… ¡No me tientes, carajo! –Farfulló sabiendo que ella apenas lo oía, sumida en su aturdimiento.
Volvió a mirar a la ___(Tn) de carne y hueso, más carne que hueso, eso sí, y se debatió entre su deber y la oleada de calor que quemaba su cuerpo con intensidad.
«Las mujeres no deberían embriagarse», pensó mientras dejaba que las manos de ___(Tn) bajaran ahora por su espalda.
Dio un respingo cuando ella introdujo sus diez dedos dentro de la cintura de su pantalón y tocaron sus glúteos sin ningún reparo.
―Mmm… me gusta –susurró ella moviendo la cabeza hacia un lado y hacia el otro contra su pecho.
Joseph cerró los ojos un momento y oró que cuando los abriera aquello no estuviera sucediendo, pero sus plegarias fueron en vano; ___(Tn) era tan real como el bulto que iba creciendo dentro de sus pantalones.
Con el último vestigio de cordura que aún tenía la asió de los hombros y la apartó. ___(Tn) quitó sus manos de mala gana, abrió los ojos un poco y su boca se movió formando un puchero.
―No… -protestó dándole a entender que quería continuar.
―___(Tn), estas ebria y mañana seguramente cuando recuperes por completo la consciencia me vas a agradecer que te haya detenido –le dijo para hacerla entrar en razón.
Ella pareció no escucharlo o fingió no entender sus palabras porque su respuesta lo sorprendió. Ella se sentó sobre la cama y una de sus manos se apoyó en la bragueta de Joseph.
―___(Tn)… no –balbuceó Joseph viendo como su miembro erecto lo traicionaba al caer preso de la caricia de ___(Tn)―. Por favor… ―le suplicó sin ningún resultado.
Ella se atrevió a más y cruzó el límite, desabrochó el botón de sus pantalones y metió su mano para entrar en contacto directo con su miembro que estaba a punto de estallar apretujado en sus bóxers.
―¿Te gusta? –preguntó ella sonriéndole atrevidamente.
Joseph ni siquiera pudo contestar ni detenerla. No podía… no quería.
___(Tn) comenzó a acariciarlo lentamente, subiendo y bajando por su miembro; provocando una ráfaga de fuego en el tenso abdomen de Joseph.
Él colocó su mano encima de las suyas para tratar de detenerla; su mente y buen juicio sabían que tenía que hacerlo, sin embargo su propio cuerpo se revelaba en su contra, reaccionando con intensidad a sus caricias.
Dejó escapar un gemido de su garganta cuando vio que ella se inclinó hacia él dispuesta a saborearlo con su boca. Quitó las manos cuando ella sacó las suyas y cerró los ojos cuando sintió el cabello de ___(Tn) cosquillear la parte superior de su miembro erecto. Todo su cuerpo se tensó como la cuerda de una guitarra y se preparó para lo que vendría a continuación. Pero ella no alcanzó siquiera a rozarle porque cayó pesadamente encima de sus muslos completamente dormida.
Joseph abrió los ojos y la contempló, de sus labios brotó una sonrisa.
«¡Que oportuna!» Pensó mientras trataba de recuperar el ritmo normal de su respiración.
Acarició su melena dorada con ternura; su cabello era tan sedoso como se lo había imaginado. Acomodó unos cuantos mechones detrás de su oreja derecha y se quedó allí, arrodillado en la cama, con ___(Tn) recostada sobre sus muslos y con su miembro batallando por volver a su posición habitual.
No supo cuánto tiempo pasó así, pero cuando sus piernas comenzaron a entumecerse decidió que era hora de apartar a ___(Tn).
La cogió de los hombros y lentamente la incorporó; ella seguía perdida en sus sueños con una expresión de dicha en los labios. La recostó con cuidado y cubrió su cuerpo con la sábana. Ella se removió inquieta cuando él se levantó de la cama y por un segundo, Joseph pensó que despertaría. Pero no fue así. Agradeció al cielo porque no había permitido que ella abriera los ojos y sobre todo agradeció por haber evitado que sucediera algo de lo que quizá después ella se arrepentiría. Sabía que no era santo de devoción de ___(Tn) Gibson e ignoraba el por qué pero estaba seguro que de haber estado consciente ni siquiera hubiera dejado que entrase a su dormitorio.
Se alejó hacia la puerta y antes de salir la observó por última vez; velaría su sueño desde el sofá de la sala, sería lo mejor para ambos.
El sol que se filtraba a través de la persiana despertó a ___(Tn) aquella mañana. Intentó abrir los ojos pero parecía que los párpados le pesaban una tonelada cada uno, y ni hablar de la terrible jaqueca que le partía la cabeza en dos.
Se incorporó en la cama y al hacerlo, el estómago le dio vueltas, se levantó como pudo y tambaleándose corrió hasta el baño. Arrodillada junto al inodoro se despidió de los tragos que había ingerido la noche anterior.
Se puso de pie y se miró al espejo.
«¡Dios, recuerda el aspecto que tienes a la mañana siguiente cuando decidas beber más de la cuenta!». Se reprochó seriamente.
El rostro estaba blanco como el papel, unas oscuras ojeras surcaban la parte inferior de sus ojos y tenía los labios resecos. Abrió el grifo y se mojó la cara. A tiendas, buscó dentro del botiquín un analgésico y tras llenar un vaso con un poco de agua se lo tomó de un trago. Sabía que necesitaría al menos un par de horas y una buena dosis de cafeína para recuperar la lozanía.
Salió del baño y se quedó paralizada cuando escuchó un ruido seco que provenía seguramente de la cocina. Miró a su alrededor, buscando algún elemento que le sirviera de protección; lo único que halló fue el paraguas que se había olvidado la última conquista de Wendy. Lo cogió y salió de la habitación sigilosamente. Bajó las escaleras mientras el ruido en la cocina se hacía cada vez más contundente. La puerta estaba entreabierta, se acercó y cuando se asomó descubrió que el intruso tenía nombre y apellido.
Joseph Jonas se encontraba junto a la mesada cortando un poco de fruta mientras en la estufa la tetera chillaba anunciando que el agua estaba lista para el café.
___(Tn) trató de recordar lo que había sucedido la noche anterior pero lo único que su mente aún embotaba rememoraba era que tras la cena con el francés, él la había llevado hasta la casa. Después todo se había convertido en una nebulosa y no pudo recordar nada más. Observó su atuendo, aún llevaba el vestido azul y él vestía exactamente igual al día anterior. No estaba desnuda y él no se estaba paseando por su casa en ropa interior. Dejó escapar un suspiro de alivio.
Joseph se giró de repente y cuando la vio asomada detrás de la puerta le sonrió.
―Buenos días –la saludó mientras se llevaba un pedazo de melocotón a la boca.
___(Tn) entró a la cocina pero seguía sin soltar el paraguas.
―¿Acaso piensas atacarme con eso? –Inquirió él burlonamente―. “El ataque del paraguas asesino”, buen título para una película.
___(Tn) hizo caso omiso a su comentario y soltó el instrumento por fin.
―¿Qué haces aquí?
―No sé si lo recuerdas, pero soy tu guardaespaldas.
«¡Claro que lo sabía! ¿Cómo demonios iba a olvidarlo?»
―Me refiero a…
Joseph la interrumpió.
―Anoche te traje a casa porque eso fue lo que querías –le explicó―. Te subí a tu habitación…
―¿Entraste conmigo a mi habitación? –preguntó ___(Tn) consternada.
Joseph asintió.
―No podías mantenerte en pie, ¿qué se supone que debía hacer? ¿Dejarte tirada en medio de la sala?
―No… me acuerdo de nada –balbuceó ella haciendo un esfuerzo por traer a su mente lo sucedido tras abandonar el restaurante.
―Mejor así.
___(Tn) percibió el tono de su voz y no les gustó para nada.
―¿Qué quieres decir con eso? ¿Qué es mejor no recordar? –preguntó asustada.
―No vale la pena hablar de eso ahora –se dio media vuelta y siguió cortando fruta―. ¿Por qué no te das un baño mientras termino de preparar el desayuno?
___(Tn) no se iba a quedar con la duda. Eso nunca, por eso se plantó al lado de él y lo obligó a que le prestara atención a ella.
―¡No voy a ir a ningún lado hasta que me digas que es eso que es mejor que no recuerde! –espetó cruzándose de brazos.
Joseph la miró. ___(Tn) Gibson era una cosita realmente deliciosa cuando estaba enfadada. Reprimió el deseo de comerle la boca que se movía haciendo un puchero y lanzó un suspiro.
―No sé si lo sabías pero cuando bebes te pones… digamos, algo cariñosa.
Los ojos azules de ___(Tn) se abrieron como platos. ¿Qué estaba tratando de decirle?
―Define cariñosa –le ordenó.
Joseph dejó lo que estaba haciendo, apoyó las caderas contra la mesada y metió ambas manos dentro de los bolsillos delanteros de sus pantalones vaqueros.
―Pues… ―hizo una pausa, alargando la angustia de ___(Tn)―. Faltó poco para que ambos hiciéramos algo de lo que después podríamos arrepentirnos –dijo finalmente tratando de ser lo más sutil posible. No podía decirle que había hurgado en sus pantalones y que había estado a punto de hacerle sexo oral.
―¡Eso no es verdad! –saltó ella a la defensiva. Si algo así hubiera sucedido tendría que recordarlo, al menos vagamente.
Joseph alzó ambas manos.
―Piensa lo que quieras pero yo sé lo que pasó anoche en tu habitación y en tu cama…
___(Tn) tuvo que sentarse; no podía ser verdad lo que le diciendo, sin embargo sabía que podía ser verdad. No era la primera vez que se embriagaba y que al día siguiente no recordaba nada de lo sucedido. En una ocasión, después de una noche de fiesta con Wendy y un par de modelos de la agencia y tras haber bebido más de la cuenta, se había despertado en el asiento trasero de un automóvil, de un hombre que no conocía, o que por lo menos no recordaba conocer. Para su tranquilidad; el dueño del vehículo era solamente el primo de una de sus compañeras de juerga quien se había ofrecido amablemente para llevarla hasta la casa de su madrina.
Después de esa experiencia, nunca más había bebido más de lo necesario y odiaba que justamente se hubiera embriagado ahora que Joseph Jonas formaba parte de su vida. Se moría de la vergüenza tratando de imaginar lo que había sucedió la noche anterior en su cama; se quedaría con las ganas de saber porque nunca se atrevería a preguntárselo.
―Voy… voy a darme un baño –anunció una vez que pudo ponerse de pie―. Tengo una sesión de masajes en menos de dos horas.
Joseph no pronunció palabra, la observó salir de la cocina como si estuviera huyendo; pero no supo si estaba escapando de él o de la situación incómoda que se había suscitado entre ambos.
El cuerpo inmóvil de ___(Tn) era liviano y cuando la pegó a su cuerpo, ella apoyó la cabeza en el hueco de su hombro. De una patada, Joseph cerró la puerta del auto y se quedó un momento en la acera, observando como ella parecía estar encantada de estar entre sus brazos.
«Si las circunstancias fueran otras…», pensó Joseph alzando su vista al cielo.
Se dirigió hacia la puerta y la bajó hasta que los pies de ___(Tn) tocaron el suelo. Ella dejó escapar un quejido, como si le molestara tener que separarse del calor de su cuerpo. Eso hizo que el corazón de Joseph se desatara dentro de su pecho como un caballo a campo traviesa.
No podía dar rienda suelta a lo que sentía por aquella mujer que acababa de conocer apenas; ella estaba ebria y no era plenamente consciente de lo que estaba sucediendo, mucho menos era consciente de lo que provocaba en cada espacio de su cuerpo.
Hurgó dentro del bolso de ___(Tn) mientras la sostenía con uno de sus brazos y sacó la llave. Una vez dentro de la casa, la alzó nuevamente y buscó su habitación. La encontró enseguida; cuando entró se quedó embelesado observando un inmenso retrato de ___(Tn) que colgaba en la pared detrás de su cama tamaño King size. Era una fotografía en blanco y negro y aun así se podía percibir la intensidad de su mirada. Observó a ___(Tn), que estaba aún con los ojos cerrados, sonriendo, perdida en su semiinconsciente. ¿Cómo era posible que existiera una mujer tan bella; con una actitud de fortaleza en la imagen que colgaba de su pared y al mismo tiempo dueña de una fragilidad que sólo daban ganas de protegerla?
Eso era exactamente lo que despertaba ___(Tn) Gibson en Joseph en ese momento, deseos de protegerla, de mimarla y de quedarse a su lado hasta que llegase el nuevo día.
Con cuidado la colocó sobre la cama pero los brazos de ___(Tn) se aferraron de su cabello y no pretendían soltarlo. Ella dejó escapar un gemido y Joseph se quedó estático, inclinado contra la cama con el cuerpo de ___(Tn) pegado al suyo.
No iba a poder resistirlo mucho más. Sin darse cuenta aquella mujer estaba poniendo en jaque su cordura. La poca sensatez que conservaba se vino abajo cuando ella hundió el rostro en su pecho y su boca rozó su piel a través de la camisa entreabierta.
___(Tn) le dio a entender que lo que estaba haciendo le gustaba cuando ronroneó y se contoneó contra su cuerpo buscando que él la tocara.
Joseph alzó la mirada, se enfrentó a la imagen en blanco y negro que le sonreía seductoramente desde el muro.
―No juegues conmigo… ¡No me tientes, carajo! –Farfulló sabiendo que ella apenas lo oía, sumida en su aturdimiento.
Volvió a mirar a la ___(Tn) de carne y hueso, más carne que hueso, eso sí, y se debatió entre su deber y la oleada de calor que quemaba su cuerpo con intensidad.
«Las mujeres no deberían embriagarse», pensó mientras dejaba que las manos de ___(Tn) bajaran ahora por su espalda.
Dio un respingo cuando ella introdujo sus diez dedos dentro de la cintura de su pantalón y tocaron sus glúteos sin ningún reparo.
―Mmm… me gusta –susurró ella moviendo la cabeza hacia un lado y hacia el otro contra su pecho.
Joseph cerró los ojos un momento y oró que cuando los abriera aquello no estuviera sucediendo, pero sus plegarias fueron en vano; ___(Tn) era tan real como el bulto que iba creciendo dentro de sus pantalones.
Con el último vestigio de cordura que aún tenía la asió de los hombros y la apartó. ___(Tn) quitó sus manos de mala gana, abrió los ojos un poco y su boca se movió formando un puchero.
―No… -protestó dándole a entender que quería continuar.
―___(Tn), estas ebria y mañana seguramente cuando recuperes por completo la consciencia me vas a agradecer que te haya detenido –le dijo para hacerla entrar en razón.
Ella pareció no escucharlo o fingió no entender sus palabras porque su respuesta lo sorprendió. Ella se sentó sobre la cama y una de sus manos se apoyó en la bragueta de Joseph.
―___(Tn)… no –balbuceó Joseph viendo como su miembro erecto lo traicionaba al caer preso de la caricia de ___(Tn)―. Por favor… ―le suplicó sin ningún resultado.
Ella se atrevió a más y cruzó el límite, desabrochó el botón de sus pantalones y metió su mano para entrar en contacto directo con su miembro que estaba a punto de estallar apretujado en sus bóxers.
―¿Te gusta? –preguntó ella sonriéndole atrevidamente.
Joseph ni siquiera pudo contestar ni detenerla. No podía… no quería.
___(Tn) comenzó a acariciarlo lentamente, subiendo y bajando por su miembro; provocando una ráfaga de fuego en el tenso abdomen de Joseph.
Él colocó su mano encima de las suyas para tratar de detenerla; su mente y buen juicio sabían que tenía que hacerlo, sin embargo su propio cuerpo se revelaba en su contra, reaccionando con intensidad a sus caricias.
Dejó escapar un gemido de su garganta cuando vio que ella se inclinó hacia él dispuesta a saborearlo con su boca. Quitó las manos cuando ella sacó las suyas y cerró los ojos cuando sintió el cabello de ___(Tn) cosquillear la parte superior de su miembro erecto. Todo su cuerpo se tensó como la cuerda de una guitarra y se preparó para lo que vendría a continuación. Pero ella no alcanzó siquiera a rozarle porque cayó pesadamente encima de sus muslos completamente dormida.
Joseph abrió los ojos y la contempló, de sus labios brotó una sonrisa.
«¡Que oportuna!» Pensó mientras trataba de recuperar el ritmo normal de su respiración.
Acarició su melena dorada con ternura; su cabello era tan sedoso como se lo había imaginado. Acomodó unos cuantos mechones detrás de su oreja derecha y se quedó allí, arrodillado en la cama, con ___(Tn) recostada sobre sus muslos y con su miembro batallando por volver a su posición habitual.
No supo cuánto tiempo pasó así, pero cuando sus piernas comenzaron a entumecerse decidió que era hora de apartar a ___(Tn).
La cogió de los hombros y lentamente la incorporó; ella seguía perdida en sus sueños con una expresión de dicha en los labios. La recostó con cuidado y cubrió su cuerpo con la sábana. Ella se removió inquieta cuando él se levantó de la cama y por un segundo, Joseph pensó que despertaría. Pero no fue así. Agradeció al cielo porque no había permitido que ella abriera los ojos y sobre todo agradeció por haber evitado que sucediera algo de lo que quizá después ella se arrepentiría. Sabía que no era santo de devoción de ___(Tn) Gibson e ignoraba el por qué pero estaba seguro que de haber estado consciente ni siquiera hubiera dejado que entrase a su dormitorio.
Se alejó hacia la puerta y antes de salir la observó por última vez; velaría su sueño desde el sofá de la sala, sería lo mejor para ambos.
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El sol que se filtraba a través de la persiana despertó a ___(Tn) aquella mañana. Intentó abrir los ojos pero parecía que los párpados le pesaban una tonelada cada uno, y ni hablar de la terrible jaqueca que le partía la cabeza en dos.
Se incorporó en la cama y al hacerlo, el estómago le dio vueltas, se levantó como pudo y tambaleándose corrió hasta el baño. Arrodillada junto al inodoro se despidió de los tragos que había ingerido la noche anterior.
Se puso de pie y se miró al espejo.
«¡Dios, recuerda el aspecto que tienes a la mañana siguiente cuando decidas beber más de la cuenta!». Se reprochó seriamente.
El rostro estaba blanco como el papel, unas oscuras ojeras surcaban la parte inferior de sus ojos y tenía los labios resecos. Abrió el grifo y se mojó la cara. A tiendas, buscó dentro del botiquín un analgésico y tras llenar un vaso con un poco de agua se lo tomó de un trago. Sabía que necesitaría al menos un par de horas y una buena dosis de cafeína para recuperar la lozanía.
Salió del baño y se quedó paralizada cuando escuchó un ruido seco que provenía seguramente de la cocina. Miró a su alrededor, buscando algún elemento que le sirviera de protección; lo único que halló fue el paraguas que se había olvidado la última conquista de Wendy. Lo cogió y salió de la habitación sigilosamente. Bajó las escaleras mientras el ruido en la cocina se hacía cada vez más contundente. La puerta estaba entreabierta, se acercó y cuando se asomó descubrió que el intruso tenía nombre y apellido.
Joseph Jonas se encontraba junto a la mesada cortando un poco de fruta mientras en la estufa la tetera chillaba anunciando que el agua estaba lista para el café.
___(Tn) trató de recordar lo que había sucedido la noche anterior pero lo único que su mente aún embotaba rememoraba era que tras la cena con el francés, él la había llevado hasta la casa. Después todo se había convertido en una nebulosa y no pudo recordar nada más. Observó su atuendo, aún llevaba el vestido azul y él vestía exactamente igual al día anterior. No estaba desnuda y él no se estaba paseando por su casa en ropa interior. Dejó escapar un suspiro de alivio.
Joseph se giró de repente y cuando la vio asomada detrás de la puerta le sonrió.
―Buenos días –la saludó mientras se llevaba un pedazo de melocotón a la boca.
___(Tn) entró a la cocina pero seguía sin soltar el paraguas.
―¿Acaso piensas atacarme con eso? –Inquirió él burlonamente―. “El ataque del paraguas asesino”, buen título para una película.
___(Tn) hizo caso omiso a su comentario y soltó el instrumento por fin.
―¿Qué haces aquí?
―No sé si lo recuerdas, pero soy tu guardaespaldas.
«¡Claro que lo sabía! ¿Cómo demonios iba a olvidarlo?»
―Me refiero a…
Joseph la interrumpió.
―Anoche te traje a casa porque eso fue lo que querías –le explicó―. Te subí a tu habitación…
―¿Entraste conmigo a mi habitación? –preguntó ___(Tn) consternada.
Joseph asintió.
―No podías mantenerte en pie, ¿qué se supone que debía hacer? ¿Dejarte tirada en medio de la sala?
―No… me acuerdo de nada –balbuceó ella haciendo un esfuerzo por traer a su mente lo sucedido tras abandonar el restaurante.
―Mejor así.
___(Tn) percibió el tono de su voz y no les gustó para nada.
―¿Qué quieres decir con eso? ¿Qué es mejor no recordar? –preguntó asustada.
―No vale la pena hablar de eso ahora –se dio media vuelta y siguió cortando fruta―. ¿Por qué no te das un baño mientras termino de preparar el desayuno?
___(Tn) no se iba a quedar con la duda. Eso nunca, por eso se plantó al lado de él y lo obligó a que le prestara atención a ella.
―¡No voy a ir a ningún lado hasta que me digas que es eso que es mejor que no recuerde! –espetó cruzándose de brazos.
Joseph la miró. ___(Tn) Gibson era una cosita realmente deliciosa cuando estaba enfadada. Reprimió el deseo de comerle la boca que se movía haciendo un puchero y lanzó un suspiro.
―No sé si lo sabías pero cuando bebes te pones… digamos, algo cariñosa.
Los ojos azules de ___(Tn) se abrieron como platos. ¿Qué estaba tratando de decirle?
―Define cariñosa –le ordenó.
Joseph dejó lo que estaba haciendo, apoyó las caderas contra la mesada y metió ambas manos dentro de los bolsillos delanteros de sus pantalones vaqueros.
―Pues… ―hizo una pausa, alargando la angustia de ___(Tn)―. Faltó poco para que ambos hiciéramos algo de lo que después podríamos arrepentirnos –dijo finalmente tratando de ser lo más sutil posible. No podía decirle que había hurgado en sus pantalones y que había estado a punto de hacerle sexo oral.
―¡Eso no es verdad! –saltó ella a la defensiva. Si algo así hubiera sucedido tendría que recordarlo, al menos vagamente.
Joseph alzó ambas manos.
―Piensa lo que quieras pero yo sé lo que pasó anoche en tu habitación y en tu cama…
___(Tn) tuvo que sentarse; no podía ser verdad lo que le diciendo, sin embargo sabía que podía ser verdad. No era la primera vez que se embriagaba y que al día siguiente no recordaba nada de lo sucedido. En una ocasión, después de una noche de fiesta con Wendy y un par de modelos de la agencia y tras haber bebido más de la cuenta, se había despertado en el asiento trasero de un automóvil, de un hombre que no conocía, o que por lo menos no recordaba conocer. Para su tranquilidad; el dueño del vehículo era solamente el primo de una de sus compañeras de juerga quien se había ofrecido amablemente para llevarla hasta la casa de su madrina.
Después de esa experiencia, nunca más había bebido más de lo necesario y odiaba que justamente se hubiera embriagado ahora que Joseph Jonas formaba parte de su vida. Se moría de la vergüenza tratando de imaginar lo que había sucedió la noche anterior en su cama; se quedaría con las ganas de saber porque nunca se atrevería a preguntárselo.
―Voy… voy a darme un baño –anunció una vez que pudo ponerse de pie―. Tengo una sesión de masajes en menos de dos horas.
Joseph no pronunció palabra, la observó salir de la cocina como si estuviera huyendo; pero no supo si estaba escapando de él o de la situación incómoda que se había suscitado entre ambos.
Karely Jonatika
Re: "Tu Eterno Admirador" (Joe&Tú) [TERMINADA]
jajajajaja no se recuerda de nada
me encanto el cap
seguila!!!
me encanto el cap
seguila!!!
Let's Go
Re: "Tu Eterno Admirador" (Joe&Tú) [TERMINADA]
segiila!! qe tarado joe hubiera aprovechado con la rayiis xD
Invitado
Invitado
Re: "Tu Eterno Admirador" (Joe&Tú) [TERMINADA]
jajajja eso le pasa ala rayis por beber mas d ela cuenta
pobre joe, pero aun asi no se aprovecho ajajajja
pobre joe, pero aun asi no se aprovecho ajajajja
Julieta♥
Re: "Tu Eterno Admirador" (Joe&Tú) [TERMINADA]
too digooo que las dos coooooosaaaaaasss!!!
jajajajaj por eso no hay qu beber tantooooo
jajaja siguela porfaaaa
jajajajaj por eso no hay qu beber tantooooo
jajaja siguela porfaaaa
chelis
Re: "Tu Eterno Admirador" (Joe&Tú) [TERMINADA]
ojojo la rayis jajaja
que cariñosa!
caundo jpesph va a descubri
que la rayis es la rayis?
kajajajja
que cariñosa!
caundo jpesph va a descubri
que la rayis es la rayis?
kajajajja
andreita
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