too young, too dumb

Donde vivo se tiene la creencia de que el primero de agosto, 3 tragos de caña con ruda te protegen lo que queda del crudo invierno. En casa los tomamos y aun así, una semana después mamá enfermó. Primero fue su garganta y a los 3 días, tuvo que meterse a la cama por el malestar. Estuvo un día y medio así, yo falté al trabajo para quedarme con ella y a pesar de todos los remedios que tomaba, nada parecía ayudar; se negaba a ir al médico y yo estaba muy preocupada, quería que al menos fuese alguien que sabe quien le dijera que no había nada de que preocuparse. El estado gripal pasó pero su voz tardó mucho tiempo en volver, llegué a pensar que no volvería a ser como siempre y cuando casi llevaba un mes así, fue a que la vea una curandera que siempre los atiende cerca de casa. Le dijo que su garganta estaba un poco lastimada pero que no había nada de que preocuparse, le dio un par de remedios caseros y para la tarde estaba mejor, yo tardé en dejar de insistirle que fuera al médico y mucho más lo hice en tranquilizarme. A fin de mes corté mi pelo y hasta ahora lo mantengo corto, me gusta así

Septiembre empezó con altibajos en todos los aspectos. Económicamente no estábamos bien, el humor de mamá no era el mejor y la tensión llegaba a ser agobiante, todo desataba algún comentario que traía malestar pero nunca pasaba a mayores, no se que tan bueno sea acumular tanto de todas formas pero es lo que hacemos, intentamos darnos nuestro tiempo para procesar las cosas hasta volver a estar bien.
Fue el cumpleaños de mi hermano y la fiesta estuvo buena. Lo festejó con un amigo suyo, en un lindo lugar lleno de gente con ganas de bailar y pasarlo bien, había buena comida y todo salió a pedir de boca, luego las cosas comenzaron a cambiar.
La siguiente semana, las circunstancias nos obligaron a comenzar una campaña solidaria para un medicamento de mi cuñada, que cuesta un millón de pesos. Pasaron cosas y al final todo quedó en nada, pero en pocos días se juntó bastante dinero y lo importante, es que lo suyo se solucionó. En medio de nuestro intento de convertirnos en Santi Maratea, recibí un regalo que no esperaba.
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En conmemoración del lanzamiento de su quinto álbum, 5SOS hacía un show especial que sería transmitido de manera virtual, y las chicas de un grupo en que estoy me compraron la entrada. Ese día pensé si sería mejor destinar esa plata a la recaudación que hacíamos para mi cuñada, pero coincidieron en que era un regalo y no podía rechazarlo. La noche anterior recibí el correo y durante la mañana siguiente estaba demasiado tranquila para ser yo, en el trabajo me habían dado una nueva actividad que me mantuvo ocupada y la vida quiso que pusieran en la misma oficina a la mujer que más me hizo llorar en mi primer trabajo, pero el karma es algo hermoso y esta vez fui yo quien tuvo que enseñarle lo que tenía que hacer.
A la hora de la siesta, la tranquilidad se evaporó. El show empezaba a nuestras 16:00pm y media hora antes tenía ya el parlante conectado, todo estaba listo excepto una cosa... mi internet, que falló apenas comenzó; Terminé sentada en la cocina con un auricular puesto, socializando sin poder contener en varias ocasiones mis reacciones a cada canción. Fue una experiencia muy linda, que no superé ni cuando vinieron unos amigos nuestros a cenar. Como pude, esperé despierta la salida del álbum y al otro día me sentí bastante mal, por lo que no fui a trabajar. Ah, pero la señorita si fue a un cumpleaños! Ahí conocí a una chica con la que empecé a hablar, parecía que el destino la puso ahí a propósito justo luego de que Carla volviera a irse a Buenos aires, dejándome molesta por el hecho de que no fue capaz de despedirse.
Intercambiamos teléfonos y para el domingo, Brenda y yo ya estábamos saliendo a pasear por el río. Al final, parecía que las cosas tomaban su sitio

Si algo me dejaron las crisis de septiembre, fue la determinación para empezar el gimnasio. Conseguí uno cerca de casa y tan pronto como el mes empezó, fui. Con el inicio del mes también llegó de Mar del plata una amiga de mamá y podría definir la experiencia como agridulce, era difícil a veces la convivencia pero también hicimos muchas cosas geniales, como salir a cenarn o comer un asado en el río, incluso disfruté de la tarde de lluvia jugando cartas con ella, mamá y m mi hermano. En medio de todo eso, luego de cada ida al gimnasio yo reencontraba a una enemiga que creía bajo control desde 2020...Ana.
Mi Ana es diferente; molesta desde su márgen, incomoda y trata de hacer sus apariciones, convenciéndome de que la necesito de vuelta. Esta vez ella podría tomar el control si yo quisiera y aunque no dejé que nada pasara de un par de incidentes, la culpa de comer amenazaba con quedarse y ese sería solo el principio.
El día de la madre fue uno particular. Hubo fiesta para recibirlo, hubo regalos pero no salimos, a la noche vimos una película juntos y hasta yo lo pasé bien, la amiga de mamá se fue un día después.
A finales de la otra semana tuvimos un pequeño susto cuando una de mis perras se perdió, la más viejita de todas. El mundo giró en torno a su búsqueda y por suerte no duró mucho, al día siguiente la encontramos pero hubo muchas lágrimas.
Por suerte, todo terminó bien

24 días después de que el mes de noviembre terminara, no puedo acordarme de como empezó. Hago un esfuerzo y lo tengo, creo que prefería no hacerlo. Hubo feriados que no pudimos disfrutar porque a mi hermano le hackearon toda cuenta que poseía, llevándose 25000 pesos y su tranquilidad, la cosa se solucionó un poco a mitad de mes, cuando los 2 ya estábamos yendo juntos a otro gimnasio y otras cosas sin importancia pasaban.
Un miércoles particular, justo antes del inicio del mundial de futbol, la tercera guerra mundial parecía a la vuelta de la esquina o peor, muchos decían que los nuevos ataques rusos a Polonia ya ka habían iniciado. Jamás creí estar escribiendo estas cosas y no se si a los demás les habrá pasado, pero yo estaba aterrada. Febrero me enseñó a sobrevivir a noticias como esas aferrándome a lo cercano y vaya que soy afortunada de poder hacerlo, incluso hasta lo pasé bien viendo el partido amistoso de Argentina con los amigos de mi hermano ese medio día en la que la ocasión les ameritó improvisar una juntada con empanadas y todo... pero se fueron, y tuve la brillante idea de comenzar a buscar en google cosas respecto a la guerra. No se como, terminé en una noticia de una conocida vidente que anunciaba la cercanía del apocalipsis, al menos no entré a leerlo todo sabiendo que de hacerlo, por estar pendiente de esa fecha no podría disfrutar el resto. Ese fue siempre un tópico algo sensible para mi, desde que era chiquita y decían que pasaría en millones de años hasta ahora, que sobreviví a una decena de predicciones de ese estilo.
Me costó dejar de pensar en eso, costó que no definiera el resto de mi semana o quizás hasta lo que quedaba del mes, incluso ahora lo tengo presente pero creo que a lo que era, está bajo control. ¿Que podría hacer yo? Solo puedo controlar lo que yo haga con el tiempo, tal como ocurre con la muerte en general.
El mundial de fútbol comenzó una semana después, con ese primer partido que mencioné en mi intento de ponerme al día con este resúmen que aun no tengo idea de por qué hago. La mejor manera de ganarle al tiempo es escribir, me arroja mi cerebro y puede que si, aunque al leer mis escritos los sienta algo vacíos.

Para Argentina vs. Arabia saudita nos dejaron entrar a todos mas tarde al trabajo (ya lo habían hecho el día anterior luego de la fiesta del empleado municipal) y claro que aproveché, si hay algo que amo de los mundiales es verlos en familia.
Nos levantamos y fui a ver el primer tiempo a la habitación de mi hermano, sorprendiéndome de lo poco que he estado en esa parte de la casa. Un gol y varios off sides nos tenían ilusionados, parecía fácil... pero no lo fue, de hecho perdimos pero después de que terminara, se me ocurrió ir a trabajar con la camiseta que se convirtió en mi cábala

Los partidos contra Mexico y Polonia los vimos con una amiga nuestra en casa, comiendo y tomando lo que podíamos. Argentina vs. Australia se picó un poco más con un amigo de mi hermano, parecía que la ocasión pedía tomar bastante fernet y a demás inaugurábamos el living de mi hermano, con una tele enorme. Mientras sufría con ese partido estaba hablando con Carla, mi amiga, que se volvía de Bs. as y simplemente sufrimos, mucho.
El partido contra países bajos lo vi en casa de Mili, mi amiga de Formosa, a quien fui a visitar durante el fin de semana largo. Su mamá rezaba y puteaba a partes iguales y fue demasiado sufrimiento, creo que el viaje en sí merece un post aparte.
El partido contra croacia fue tranquilo en comparación con el resto, estábamos en la final y mi cabeza no podía asimilar otra posibilidad que no fuera ver a Argentina campeón mundial. El día anterior nos habíamos juntado para despedir el año, después fuimos a un baile y en resumen, dormí 2 horas. Apenas salí de la cama me puse la camiseta y la tv ya estaba en el canal del partido cuando fui a la cocina, donde preparaban el mate faltando solo unos pocos minutos.
La primera mitad del partido fue nuestra, ya estábamos planeando como íbamos a hacer para salir a festejar. Una amiga nuestra vino sin estar enterada de que el partido ya había empezado, tomamos algunas cervezas y cuando quisimos acordar, Francia empató el partido que simplemente, fue de infarto y no se definió hasta el último penal, que fue para nosotros.
Gritamos, nos abrazamos y festejamos, vimos a los jugadores levantar la copa y nos fuimos al centro, que era un mundo de gente. Fue algo hermoso, de lo que parece que vamos a tardar en recuperarnos... yo estaba feliz hasta por ver el partido con mamá, mi hermano y mi cuñada

Volver acá es descongelar el tiempo. Repasar memorias olvidadas, preguntarme cuanto de mí se perdió porque olvidé escribirlo y proponerme, una vez más, encontrar la fórmula para seguir haciendo de este un espacio al que volver.
Lo hice un par de veces a lo largo del año y extrañé a la que era, porque tenía amigas con las que pasar el tiempo. Al mismo tiempo agradezco que ese sea el único cambio significativo y que ocurriera por circunstancias de la vida misma, que a veces nos lleva por caminos diferentes.
Intenté escribir en otros lugares y hasta a mano, pero ningún lugar es este. Quizás debo dejar de lado la presión que a veces me pongo para escribir sobre las cosas que pasan y escribir sobre lo que yo quiero, ya veremos si puedo hacerlo.
Por lo pronto estoy de vuelta y por extraño que parezca, estoy feliz. Feliz porque aun con 27 vivo momentos que son como una réplica de los días mas felices de mi niñez, feliz porque a veces disfruto de las cosas simples sin tener que obligarme a hacerlo. Feliz porque si, fue un año duro, pero el final de este me encuentra junto a mi familia, pasándolo lo mejor que podemos en medio de la crisis económica que afecta al país.
El resto ya lo contaré, espero.

Presa...
Los monstruos de mi infancia a veces me acechan.
Presa...
Fingir que no están, jamás me trae su ausencia.
Presa...
Presa de tantos miedos, del que dirán, de ellos.
De mi mente, del futuro, de la muerte
De que sean lo último que veo, lo último de lo que sea consciente
Presa del miedo de dejar este mundo
Pensando que ellos me llevarán a lo profundo
Donde no pueda escapar, donde no pueda fingir
Donde no pueda buscar el consuelo que pocas veces pedí
Porque se que no existen, que solo son reales para mí.
Que ya no soy una niña, que crecí
Que esto seguro a nadie más le pasa, solo a mi.
Que quizás son mi castigo, alguien puede decirme que he hecho?
Si solo era una niña, cuando aparecieron.
Cuando corrí a abrir la puerta de mi habitación, para escapar de ellos.
Y la música se volvió mi arma,
Para luchar contra ellos.

17 de Diciembre de 2005. La Carolina, San Luis, Argentina.
-Chau, Daniela! Lo pasaste bien?- _Ana, la mamá de la cumpleañera despedía a la pequeña con la mano mientras Lucas, su hermano, formulaba para ella la pregunta en lengua de señas. Sonriente, Daniela asintió y ambos emprendieron el camino de vuelta a casa. Ninguno de los otros niños invitados se despidió de ella, apenas la habían notado, sin embargo ella había tenido una grandiosa tarde y se lo detalló a Lucas mientras caminaban los pocos metros que les separaban de su vivienda; Mariana, la mamá de una de las invitadas más pequeñas sabía lengua de señas así que a Dani no le faltó con quien entretenerse, era alguien en verdad sociable cuando los demás se lo permitían.
Al llegar a casa la esperaba la rutina de un sábado más, y eso le gustaba. Corrió por su cuaderno de dibujo y ocupó el lugar acostumbrado en la mesa familiar mientras su madre cocinaba y su padre intentaba reparar alguna cosa, al parecer las pizzas tardarían, pensó al contar una tercera vez en que su madre iba hacia donde el estaba con una herramienta en mano, seguramente en respuesta a otro de sus llamados.
Cuando las pizzas estaban en el horno y el enchufe que su padre reparaba ya funcionaba como debía Lucas se sentó a su lado, llamando su atención. Quiso ver lo que dibujaba y ella cerró el cuaderno con vehemencia, intentando no parecer tan apresurada como en realidad lo estaba. -Ya terminé-, _dijo y el no insistió en tomar el cuaderno, ese sería motivo de pelea y comer pizza era todo un lujo que no pensaba perderse por pelear con su hermana. Ella solía mostrarle sus dibujos a él con bastante orgullo hasta el verano anterior, cuando Lucas rompió la promesa de no contar su secreto y le dijo a su madre, con burla, la historia de la tenebrosa figura que Dani solía dibujar. La trenza en la que estaba amarrado su cabello entonces se deshizo en el puño de la desesperada mujer, que intentaba deshacerse del monstruo que la imaginación de su hija había creado, una niña con sonrisa malévola llamada Macarena, que siempre tenía una tijera en las manos y estaba dispuesta a hacerle daño. No era justo, ella no la protegía tanto para que la perturbara algo que no era real, se repetía mientras rompía cada hoja en tantos pedazos como pudo.
Todos en casa parecieron olvidar el incidente al poco tiempo de que pasara, pero Daniela no volvió a dibujar hasta que las hojas sobrantes de su cuaderno de clases la tentaron, haciéndole una invitación que no resistió. Las tardes de verano podían ser para ella bastante aburridas, no se privaría de una distracción ahora que sabía que mientras no dibujara a Macarena, todo estaría bajo control.
-A dormir- _dijo su padre apenas el reloj dio las 22:00. Lucas se quejó desde la computadora y Dani, que estaba sentada junto a su madre, fingió mucho interés en la película que su padre eligió aun cuando hacía tiempo había perdido el interés, no lograba leer tan rápido los subtítulos y le costaba seguir la trama_. -Están de vacaciones, y es sábado- _Mirian intentó interceder, consiguiéndoles una hora mas de permiso para que estuvieran despiertos justo antes de que el hombre volviera a enfrascarse en la película, ajeno a la forma en que madre e hija comentaban por señas lo aburrida que les estaba pareciendo.
A las 23:00, los 2 hermanos corrieron por el pasillo llevando cada uno su colchón a la habitación de sus padres, la noche era calurosa y los 4 necesitarían del único ventilador que tenían para poder dormir. Rendida, Dani agradeció no estar sola justo antes de cerrar los ojos; allí nadie podría hacerle daño, tendría una noche fresca y tranquila.

A unas pocas horas de habernos despedido de todos en la terminal, mientras escuchaba música, pensé que quería que el viaje fuese como 5SOS5, mi primera elección para el largo camino que teníamos por delante. Es un álbum que en lo personal me transmite ganas de vivir cosas intensas, de crear recuerdos, y ansiaba que las vacaciones que tanto se hicieron esperar se trataran de eso. Iba a estar con mamá, una excelente compañía en un lugar precioso al que muchos sueñan ir e iba a ver a personas a las que quiero, decir que estaba ansiosa por llegar es poco pero dormir casi desde que subí al segundo micro me acortó la espera, y el tiempo que pasé despierta lo hice hablando con mamá o con música.
En un momento sonó Comedown, de Luke Hemmings, y recuerdo un estado de relajación especial en que, a punto de quedarme dormida, me dije que en realidad lo que esperaba para el viaje era exactamente eso... ver lo que se supone que debo ver, apreciarlo a pesar de todo lo que pueda impedírmelo y disfrutar el momento, eso tan trillado de decir y a beces tan difícil de hacer. Así, llegamos a la feliz.
No contuvimos la emoción cuando subimos al taxi que nos llevaría a nuestro primer destino. A pesar de la falta de respuestas del taxista a quien no parecía importarle en lo mas mínimo de donde éramos o cuanto tiempo estaríamos, nosotras no lo dejamos perder detalle hasta que estacionó en uno de los tantos edificios del centro, en donde nos bajamos. Una amiga nuestra nos esperaba y tardamos poco en decidirnos a salir a caminar, yo no podía esperar para recorrer esas calles y aunque es sabido que soy alguien a quien no le molesta el encierro, esa vez quería disfrutar todo.
A la vuelta, la mujer a quien llamo tía ya había vuelto de hacerse unos estudios y nos pusimos a conversar, es increíble todo lo que puede pasar en 4 años y lo mucho que me costó que no me afectaran sus quejas sobre absolutamente todo, pero entiendo que ya es una señora mas grande y su realidad es diferente a la nuestra.
La cena fue tranquila y la noche pasó sin mayores novedades, no teníamos nada planeado así que justo antes de ir a dormir, hicimos los planes para el día siguiente.

El segundo día había comenzado como lo haría el martes de unas vacaciones soñadas, todo pintaba para ser perfecto. Desayunamos en el balcón, la charla volvió a ser interminable pero cuando me fui a ordenar la habitación para cambiarnos y salir, escuché algo que no debí haber escuchado.
No es la primera vez que me pasa, pero no es algo que haya podido evitar cuando el resto de la casa estaba sumido en un profundo silencio. Mientras tendía la cama escuché a mamá contar que estaba ansiosa y lo notaba, que luchaba con eso aunque no se lo decía a nadie y entonces el silencio de la casa hizo que mis pensamientos se volvieran vertiginosos y tormentosos, ¿qué debía hacer para ayudarla? Llevo tiempo poniéndole atención a la manera en que fuma, siempre compulsiva hasta el punto de alterarme a mi, pero se enoja si le digo algo al respecto así que trato de ser cuidadosa cuando dejo que la preocupación me gane y tengo que acotarle algo, incluso una especie de bruja a la que había ido el mes anterior le dijo que tenía que controlar sa ansiedad, pero no le dio demasiada importancia a sus palabras y por desgracia yo no soy alguien que sepa lidiar con charlas incómodas así que no se como porque no lo recuerdo, pero terminé de ordenar y volví al living cuando las demás estaban listas para salir. Quizás las vacaciones le servían, quizás después encontraría el momento para hablar sobre el tema.
La casa en donde parábamos queda en pleno centro así que apenas bajamos, nos deparamos con el ritmo de una mañana de plena temporada y me gustó la sensación, encuentro bastante vida en el vaivén constante de la gente acompañado por la música de cada local abierto. De todos modos fuimos más para la costa y descubrí que hay un sitio en el que, mientras la gente pasa a ese ritmo que me gusta, es posible sentarte en una especie de banco de piedras y escuchar el mar, que a veces golpea con la fuerza suficiente como para que algo de agua te moje a pesar de estar lejos. Después de ese momento mamá logró conseguir la tabla de mariscos que quería comer y yo, mas pendiente de lo que ingería de lo que me hubiese gustado estar, comí 2 empanadas con bastante sacrificio.
Después de que volvimos todo lo que encontramos era una casa en la que la convivencia era conflictiva hasta el punto de incomodarnos un poco, pero logramos reírnos bastante. En el noticiero vimos que en una ciudad cercana se había desatado un temporal con consecuencias graves, y todos nos preguntaban como estábamos. Para el día siguiente no había grandes planes cuando nos fuimos a dormir.

El miércoles seguía reencontrándome con pequeñas cosas que me gustaban de estar allá, y era agradable tomarme el tiempo para apreciarlas. La sala con algunos recuerdos de mi infancia, la habitación en la que dormí a los 19 y el balcón en donde siempre me quedaba disfrutando del movimiento constante, todo seguía igual. A la tarde fuimos a la casa de mi tía y allí me esperaban mas recuerdos de antaño, como su tono dulce de hablar y las tortas caseras que tanto se parecen a las de mi tía negra. Esa noche solo fuimos a caminar y nos agarró la lluvia, tal parecía que el clima no estaría muy a nuestro favor