Dear friend online.

Querida amiga por internet:

Esta es la primera vez que te escribo una carta y siento cómo mi corazón se acelera a medida que la escribo. Lamento si todo esto te resulta incoherente y no tienes la más mínima intención de enterarte de mis sentimientos, pero, en verdad necesito sacarlo todo para así poder vivir tranquila.

Te quiero dar las gracias. Sí, aunque no lo creas te agradezco. Te agradezco cada momento que haz pasado conmigo a pesar de la distancia. Te agradezco cada momento en el que hemos reído juntas, haciendo bromas sin sentido hasta tarde en noche. Te doy gracias por las veces que te desvelaste para hablar conmigo, sin necesidad de que un “quédate” fuese escrito. Te estoy agradecida por cada foto y momento de lleno de fangirleo que vivimos por medio de una pantalla, ya sea de computador o de celular.

Ya sé que me estoy poniendo sentimental y, aunque no me lo creas, ya tengo los ojos llenos de lágrimas y se me hace difícil ver las palabras que escribo. Sin embargo, todo sale con naturalidad porque sé que estás ahí, leyéndome. Sea cual sea tu expresión, estás ahí.

¿Sabes? Si tuviese un genio, como el de Aladín, lo único que pediría, sin pensarlo dos veces, sería el tenerte aquí a mi lado. Poder verte en persona, sonreírte aunque tenga las más grandes ganas de llorar que pude haber tenido en toda mi vida. Quiero abrazarte, no sabes cuánto; quiero decirte frente a frente cada cosa que te dije por internet. Me encantaría repetirte cada “te amo” que escribí, cada “pendeja” “zorra” “no sé qué haría sin ti” Quiero gritarte cada una de las cosas que nunca pude transmitirte porque sentía que la pantalla se interponía.

Amiga, no sabes cuantas veces me salvaste. Cuantas veces por mi mente pasaron imágenes de una vida en la que yo no existiera. ¡No sabes cuantas veces quise bajar los brazos! Y, a pesar de que muchas veces llegué a bajarlos, tú estuviste ahí y los levantaste, los levantaste sin importar que estas a miles de kilómetros, sin importar que no me conoces del todo. Sin embargo, al mismo tiempo me conoces mejor que nadie.

Conoces mis manías, mis sueños, mis debilidades y hasta mi más absurdo pensamiento. Conoces mis ídolos, mis expresiones, todos mis insultos y mis obsesiones. Sabes mi manera de ver la vida, lo mucho que he sufrido… ¡Me conoces mejor que mis propios padres! ¿Cómo es eso posible? ¿Cómo es posible que me conozcas mejor que las personas que me criaron? Incluso que los que me rodean y dicen ser mis amigos.

¿Recuerdas esas veces en las que nos imaginamos viviendo juntas? O, ¿Estudiando en la misma universidad? Sea cual sea la conversación o el lugar, siempre nos imaginamos juntas y, no sabes lo que rezo cada día para que esas conversaciones y sueños se hagan realidad.

De seguro que ya te tengo casada con tanta babosería que escribo. Pero, tengo que repetir que nunca, jamás, ni en un millón de años me cansaré de darte las gracias. Porque, gracias a ti conozco cosas que jamás pensé conocer, gracias a ti estoy respirando y, lo más importante, que siempre estuviste presente sin importar la situación.

¿Sabes lo que más agradezco de todo? Que nunca te fuiste. A pesar de mis estupideces, de las idioteces que pude llegar a decir, de las que veces en las que te hice enojar, de los sueños tan absurdos que te compartí… A pesar de todo eso, estas aquí y eso, querida amiga, es lo que más te agradezco: Que te quedaras más tiempo que nadie a pesar de me conoces mejor que nadie.

Ya no te quitaré más tiempo porque seguro tienes muchas cosas que hacer, entre ellas terminar capítulos y estudiar, porque sé que puedo llegar a ser insoportable cuando comienzo con mis momentos de fangirl.

Gracias por todo, amiga. Gracias por hacerme sentir que pertenezco a un lugar, sin importar que ese lugar sea una página web o un grupo en Whatsapp. Gracias y, lo más importante, ¡Te amo! ¡Te amo más que a nada en esta vida!