Happiness.

happiness.

Ella luce distraída. Como si nada ni nadie le importara, como si el viento no le molestara, como si las emociones no atropellaran su interior. Distraída, despreocupada. No nota mi presencia a su lado, o al menos finge no hacerlo, porque puedo jurar que en este momento siente lo mismo que yo. Por primera vez hay silencio, sus risas ya no llenan el aire, solo me queda la ilusión en sus ojos para impulsarme, para animarme, para atreverme a hacerle frente a ese remolino de sensaciones que desde hace mucho no puedo evitar sentir cada vez que estoy a su lado. Ninguno tiene interés de ir demasiado a prisa, las estrellas a penas van pintando el cielo cuando finalmente estamos solos.

Finalmente solos.

Mientras observa con detenimiento las maravillas de la noche, me doy cuenta de que es la primera vez en largo tiempo que el barullo no nos rodea, ni el ruido nos ensordece. Por primera vez, finalmente solos. ¿Había sentido esto antes? Tanta paz, tanta tranquilidad, tanto silencio que me aterraba arruinar un momento perfecto con solo pronunciar palabra.

Pero es la hora.

Los grillos me susurran «hazlo». Lo siento, lo escucho, y quiero hacerlo. Me siento cursi, me siento romántico. Pero, principalmente, me siento feliz y no me averguenzo de mis sentimientos. ¿Soy yo el que está actuando? No sé lo que hago, por que me guío por su belleza. Sencilla y maldita belleza. De repente, el temor no existe, mucho menos la inseguridad. Todo lo malo desaparece cuando la veo, cuando veo el amor que me demuestra, casi tanto como el que siento por ella. La tengo frente a mí, mi mejor amiga. Me regala una sonrisa, pero esta vez es diferente.

Todo es diferente.

No hay inocencia, no hay mentiras, no hay introversión... ¿La amistad? Ha pasado a un segundo puesto porque ahora lo que sentimos es muy diferente. La tengo frente a mí, la reconozco... Es ella, la que siempre estuvo a mi lado, la que desde hace tanto tiempo amo con todo mi ser, la que necesito en todo momento, la que deseo a cada instante. La chica que me hace actuar como alguien diferente. Ella es, es todo lo que necesito.

El tiempo pasa, los minutos son horas y las horas son toda una noche. La mejor noche de todas. No me canso de decirle cuánto la amo, no me canso de repetirle cuánto la necesito. No me canso de verla, de tocarla, de sentirla o de escucharla. Porque cada vez que la tengo cerca siento amor, siento regocijo, siento tranquilidad, me siento en casa. Me siento completo y por sobre todo, me siento feliz.

La felicidad, me la dio el amor. En medio de la oscuridad, el sonido de su voz. En medio de la noche, el brillo de sus ojos.

La amo y la necesito. Me declaro suyo porque siempre será mía. Aunque pasen los años, lo que siento ahora no podré olvidarlo. Mi primer amor joven, la chica que me enseñó lo que es amar, luchar, querer, desear. Pelear, perdonar... De viejo nunca olvidaré a la joven que me hizo experimentar tantos sentimientos juntos.

La que me enseñó lo que es la felicidad.