Proyecto de Biología { a.c. resultados en la pagina 10.

Concentración eso era precisamente lo que necesitaba. Era la décima cuarta vez en el día que leía de principio a fin ese gigantesco libro, buscando respuestas, cosa que no era para nada fácil, y más cuando las  hojas son demasiado viejas. La castaña recorría con la vista lo que su dedo marcaba en cada hoja.

—«Veinticinco de julio, Trágica muerte de una pareja, tras haber residido sólo diez días en su casa, la mujer muere despellejada y el marido quemado...»

—Repíteme de nuevo para que te ayudo a buscar, cosas que probablemente ya ni estén allí—ante la interrupción de su rubio amigo, la chica se sobresaltó y esta vez miró al chico que había hablado, el cual se encontraba de pie frente a ella, recostado de un librero.
— ¿No te da curiosidad, todas esas cosas que según dicen sucedieron, al lado de tu casa?—preguntó ella sin más, mirando inquisitivamente al chico, este vaciló por un momento.
—No me afecta en absoluto, suelo ver y sentir cosas, pero no son más que almas buscando la luz—respondió él al cabo de unos segundos encogiéndose de hombros.
—Jer, tu don es increíble, hay muchas cosas interesantes que ver fuera de este pueblo, un descubrimiento así, sería el blanco perfecto de noticias—dijo animadamente, provocando que su compañero soltara una risa.
— ¿Aún con ese sueño de ser periodista?—bromeó Jeremiah—Annie, estoy seguro que de aquí puedes salir sin necesidad de seguir buscando una historia de fantasmas, créeme mucha veces ese "don" es una maldición—aseveró.
Annika profirió un largo suspiro

—Bien sólo digo que me parece raro que después de mucho, unas personas adquieren esa casa—admitió.
—Son solamente rumores— dijo con toda tranquilidad el chico
Antes de que pudieran decir algo más, el celular del rubio emitió un corto sonido, el cual de inmediato no tardo en verificar que era un  mensaje de texto que había llegado.
—Eh, me tengo que ir, Louis quiere que vaya de inmediato a casa—dijo extrañado guardando su celular en su bolsillo.
—Claro nos vemos luego, saludos a Lou—comentó Annika poniéndose en pie, para acompañar a Jeremiah a la puerta.
—Adiós mini-reportera—se despidió finalmente.

Annika no hizo más que reír ante la ridícula mención puesta por su mejor amigo. Desde el marco de la puerta observó como el rubio a largos pasos se iba.

Pronto recordó que su tío llegaba en unos minutos, puesto que la reunión que él tenía con el alcalde, no duraría mucho.
Echó un último vistazo a la calle, la cual se encontraba totalmente silenciosa. Al final de la cuadra resaltaban unas pocas casas y la comisaria, en la otra esquina de la calle a lo lejos se divisaba el lago. A Annika siempre le causo escalofríos ese lago, no sabía porque pero sencillamente no le agradaba.

Se apresuró a cerrar la puerta y a entrar para ordenar todo el desastre que había ocasionado en la sala de estar. Había libros por todo el piso, sonrió al ver también en el suelo una bolsa gigante de Ruffles.

—No puedo creer que aun cuando te prohíbo ver de nuevo ese libro tú lo haces—exclamó una voz autoritaria.
Annika llevo ambas manos a su pecho, y ahogó un grito.
—No me hagas eso, ¡me asustaste!—reprocha— ¿Cómo...por dónde entraste?
—La puerta de atrás la que conecta con la Iglesia—contesta el hombre mayor, quitándose un sombrero marrón, sin dejar de lado su expresión ceñuda.

La chica asintió, había olvidado que la casa donde vivían ella y su tío quedaba por la parte de atrás de la Iglesia, por lo cual la puerta trasera de su casa conectaba con una puerta interna de la Iglesia.

—Ahora, contéstame—pidió su tío tomando asiento en el sofá— ¿que estabas haciendo con ese libro?—cuestionó señalando un libro que yacía en el piso, cuya portada era amarillenta.
Después de un suspiro, la castaña decidió responder.
—Estaba buscando información—respondió atropelladamente—de nuevo—murmuró.

El hombre sentado frente a ella parpadeó varias veces y paso sus manos por la cara.

—Annika, ese libro es material clasificado, el alcalde me los dio precisamente para que nadie tuviera acceso a ellos—alcanzó a decir.
—Osea que, ¿si es verdad lo que aparece allí?-enarcó una ceja la chica.
Su tío no respondió, pero a medida que su silencio se prolongaba también lo hacia la sonrisa de la muchacha.
— ¿Quieres una noticia?—preguntó de forma retadora—pues bien, infórmame de todo lo que ocurre en la casa cerca del lago, esa, la que está junto a la casa de tu amigo—añadió el sacerdote.

La expresión cambió notablemente en el rostro de Annika.

— ¿Para qué quieres que vaya allí?—se extrañó, no creía que los rumores fuesen verdad acerca de esa familia que se mudó, hasta donde ella sabía esa casa sólo servía para hacer una que otra apuesta en Halloween (quien se atreviera pisar por lo menos los dos primeros escalones de la entrada se llevaba una calabaza llena de dulces).
—Una nueva familia se acaba de mudar allí, y a mí no me engañas has leído toda la historia de esa casa—espetó su tío—Sólo necesito que me digas que pasa, las condiciones de la casa, quien se mudó allí, si es posible hazte amiga de esa familia, no sé—
—Lo haré—cortó de inmediato la castaña, con una sonrisa.

Su tío pareció sonreír triunfante. Pero después arrugó el ceño. Sino lo conociera lo bastante bien Annika diría que su tío, el cual la crió desde que era niña, sufre de trastornos de bipolaridad.

—Los libros—alzó la voz, y los señaló—devuélvelos a donde los conseguiste, y no creas que te salvas de esto, jovencita no vas a volver a verlos...

Por favor, todos los días era lo mismo, después de sonreírle, su tío Richard Jackson, el padre de la iglesia, la regañaba por tomar unos cuantos libros. Sí. Se volvería loca dentro de muy poco.

                                                    {...}

El pueblo era grandioso, Oliver lo estaba disfrutando, aunque bueno parecía ser el único-aparte de su otro amigo Leo que recién había llegado en la mañana-, la expresión de su amigo Zayn era muy seria.

—Vamos, viejo—le animó—Este pueblo tampoco está tan mal.
Zayn esbozó una sonrisa.
— ¿Dónde está Dennis?—inquirió el moreno percatándose de la ausencia de la rubia.
—Biblioteca—respondió Leo, Zayn entrecerró las cejas.
—Si quien lo diría, un pueblo así y una biblioteca, ¿crees que tenga cine o algo?—dijo divertido el chico con ojos iluminados.
—Por favor, Leo a duras penas puede sostenerse—comentó Zayn señalando unas estructuras.
—Lia se está tardando mucho—murmuró Oliver de repente.
—Es una chica, y anda con Cora, te imaginas cuando llegue Gabriela, y esta chica...Ca...Calipso—dijo Leo caminando juntó a sus amigos.

No era mentira, por alguna razón que Oliver todavía desconocía, quedaron en llegar en distintos días.

"—Es porque viven en lugares diferentes tonto—" le llegó a comentar Alaska.

Sin embargo se estaban perdiendo de mucho, pero esperaba que Day, Liam, Gabriela y Calipso llegaran pronto.

—Por cierto, no era necesario que me quitaras toda la noche mi cobija—se quejó el moreno sacando a Oliver de sus pensamientos
— ¿Ahh?—fue lo único que pudo decir.
—Sí, me halabas la cobija en la madrugada y está mañana desperté sin ella—explicó Zayn como si fuera lo más obvio.
— ¿Estás mal, o  a falta de un novio?, tengo mi propia habitación y no caminaría desde mi cuarto hasta el tuyo sólo para gastarte una broma así y menos de madrugada—se defendió el hijo mayor de los Halminton

No es que Leo creyese en fantasmas ni nada, pero la sonrisa que tenía hacía ya unos minutos había desaparecido.

—Vamos por unas películas y por Dennis—sugirió una voz detrás de ellos, provocando un ligero saltó en ellos, cuando se giraron pudieron ver a Alaska sonriéndoles con unas cuantas bolsas, tras ella Cora.
— ¿Dónde te habías metido?—preguntó fingiendo estar molesto su hermano
— ¿De verdad Oliver?—retrucó la amiga de Alaska, Cora.
—Intento ser un hermano responsable—se encogió de hombros.

Alaska sonrió dándole con la mano en el hombro a su hermano, todos comenzaron a reír para comenzar a caminar y ver donde rentarían las dichosas películas. Claro que cierto chico estaba aún aturdido por lo ocurrido la noche anterior.