poppy holland is not dating boys anymore. {luke hemmings} cancelada.

capitulo tres.

— Le faltaba un diente —repitió Poppy sin poder creerlo.
— Sí —asintió Luke y luego añadió, riendo—. Pero ya sabes lo que dicen, ¡lo que importa es lo de adentro!
— ¡Adentro de su boca! —exclamó divertida Poppy, rió y sacó otro pedazo de pizza. El chico abrió los ojos asombrado y Poppy frunció el ceño, sin entender lo que pasaba con el rubio.
— ¡Woah! ¡Ya vas por tu cuarto pedazo! —reclamó el chico, tomando otro pedazo de la caja, y comenzando a comerlo.
— No es mi culpa que comas como chica —murmuró ella, tomando la lata de gaseosa entre sus dedos y dando un sorbo. El chico lanzó una carcajada y prosiguió con su comida. Poppy lo miró un segundo, intento detallar su rostro y pensar que debería sacarle una fotografía y llevársela a su amiga para que lo retratara. ¡El chico era realmente ardiente! A Poppy le encantaba el estilo de estrella de rock con la cual él se había presentado ese día.

Imaginó la escena que montaría su padre sí Luke fuera su novio, verdaderamente. Sí fuera su novio, su papá realmente se volvería loco. Y su madre intentaría calmarle y le diría: Él es un buen chico, ¿por qué debe importarte su forma de vestir? Y su padre le contestaría, eufórico: ¡No quiero que mi niña salga con una estrellita de rock! A su padre siempre le habían gustado los chicos de aspecto bueno y de una presentación limpia. Las perforaciones le causaban un miedo y el peinado desordenado y sexy del chico causarían conmoción en el rostro del hombre sí le viera. Lee, su ex novio, había tenido camisas ordenadas, pantalones negros y alguna chaqueta que le daba un aspecto de niño bueno. ¡Y ella se había perdido de un chico como Luke por 9 meses! Aunque sabía que Luke solo era un chico bueno en el cuerpo de uno malo. Y aunque se vistiera como un chico rudo, le gustaba que fuera un sensible niño infantil. Pero no iba a admitirlo, tampoco. Quería mantener su faceta de chica insoportable para alejarlo lo más pronto posible de ella.

Y también quería saltar sobre él y besarlo. Sí, esa era el verdadero rumbo que tomaban los pensamientos de Poppy Holland.

— Te voy a decir lo que pienso —le propuso ella.
— ¿Y cuándo no lo haces, Popps? —preguntó, sonriendo de lado y tomando otro pedazo de la caja.
— Creo que lo haré hasta el día de mi muerte, Lukey —dio un suspiró y luego habló. Realmente no iba a batallar con él sobre el estúpido nombre—. Eres prácticamente un completo desconocido y estoy en una cita contigo.
— ¡Estamos en la misma situación! Eres una completa desconocida, estoy en una cita contigo y me muero por besarte. ¿Crees que lo que piensas es poco?

Poppy no se inmutó con el comentario.

— Dime, ¿cuánto te está pagando mi loca madre para que digas esa clase de cosas? —preguntó, subiendo sus cejas y cruzando sus brazos sobre su pecho—. Nunca debí decirle a mi madre que me gustaba ese libro.
— ¿Qué libro? —preguntó él—. ¿Por qué?
— "Besar bajo la lluvia" —contestó la chica, suspirando—. Mi madre leyó el libro y el protagonista dice esa clase de cosas. ¡Incluso creo que mi mamá te ha dado una serie de frases de que debes decir!
— Nunca, eso no. Estoy saliendo contigo por que me interesas, no por tu madre. Tu mamá solo me ha hablado maravillas de ti, y yo me he interesado —el chico sí que estaba haciendo un gran esfuerzo por convencerla—. Dime, ¿de qué trata el libro?
— No quieres oírlo. Te parecerá aburrido.

Luke sonrió y admitió: — Probablemente lo aborrezca aún más de lo que ya lo hago, gracias al ridículo título, pero la verdad es que me gusta oírte. Sueles hablar de las cosas que te interesan con cierto amor y dices cosas divertidas sobre ello. Es interesante escuchar tus ocurrencias.

Poppy pestañeo incrédula y miró fijamente a los ojos a ese-chico-tan-extraño. Sonrió a pesar de que pensaba que el chico era un buen actor y que realmente tenía las agallas para mentirle de ese modo tan descarado.

— Trata sobre una chica...
— Me lo imagino —interrumpió él. La chica lo fulminó con la mirada y Luke se encogió de hombros—. Lo lamento, continúa.
— Es sobre una chica que está algo perdida en su vida, está sin ánimos y detesta su trabajo.
— ¡Y llega el héroe de gran cuerpo y la salva de su aburrida vida! —grita el chico, aplaudiendo, tirándose de espaldas al césped y colocando sus brazos tras su cabeza.
— ¡No, no, no, Luke! —gritó la chica, observó la caja de la pizza, contó los pedazos y la cerró. Cogió las latas de gaseosas y las dejo a un lado. Suspiró, y gateo hasta acercarse al chico que tan cómodamente descansaba y decidió que iba a recostarse junto a él. ¡Se ve tentador! Sí, estaba en el equipo de odia-a-Luke, pero no quería perder la oportunidad. Poppy apoyo su espalda en el césped y le dijo, carraspeando su garganta—. Esto me va a dar comezón, soy algo alérgica.
— No tienes por que recostarte, si no quieres.
— No importa.
— Sigue con tu historia.
— Vale.

Entre suspiros, Poppy continuó su historia: — Una mañana monótona, cuando la chica llegaba a su indeseado trabajo, oyó el rumor de que un nuevo trabajador se incluía entre ellos.

La chica observó de reojo a Luke, para poder obtener una mejor visión de su reacción y el chico tenía los ojos cerrados y respiraba pausada y tranquilamente. La pobre chica, ofendida y enojada, gritó:

— ¡Pero sí te has dormido! —se levantó y se sentó junto a el chico recostado, toco su estómago con su dedo indice y le preguntó, todavía enojada—. ¿Para qué malgastaré mi tiempo hablando de algo que me importa sí te dormirás?
— No estoy dormido —murmuró y abrió sus ojos—. ¿Ves? Tengo mis ojos cerrados porque el sol me molesta. Estoy oyendo lo que me dices.
— Confiaré en ti, Luke... —la chica dio un gritillo y asustada le soltó—. ¡Ni siquiera sé tu apellido!
— ¿Y para qué quieres saberlo? —preguntó él.
— ¿Qué, crees que voy a hablar contigo sin saber tu apellido?
— Buen punto. Soy Luke Hemmings, Luke Robert Hemmings, para ser más exactos. Pero llámame Robert y te asesinaré —Luke rió—. ¿Feliz?
— Oh, Hemmings, claro.

Ella observó un rato, anonada, como el chico de belleza singular dormía plácidamente junto a ella. Poppy había sentido una conexión con el chico, que rápidamente se había convertido en la comodidad absoluta con él. ¡Para ella, hablar con él era tan simple como pelar una papa! ¡Y eso que durante los primeros intentos de pelar papas para ayudar siempre se terminaba cortando el dedo! ¡Esto era aún más fácil que pelar papas!

— Voy a suponer que no quieres escuchar nada sobre el libro, así que me callaré y...

De súbito, Luke se sentó junto a ella, pasó su brazo por la espalda de la chica, tomo el hombro de la chica con su mano, y tiró de ella hacía el césped, recostándola con él y abrazándole. Poppy, inmovilizada, preguntó: — ¿Qué haces?

— Creo que has hablado suficiente, duerme un rato —ordenó él y la chica obedeció, complacida de no tener que contarle la historia más. La novela era su favorita, pero al contarla se le hacía muy ridícula y no sabía como expresar sus amor por aquel libro viejo de su abuela.

No, no iba a contarle la historia al chico.

Otra cosa que se añadiría a la lista de Poppy. La lista de Las cosas que nunca le diría a Luke Hemmings.