Feliz Navidad - Harry Styles

 ¿Alguna vez has tenido la sensación de que todo a tu alrededor se derrumba? Yo no hasta ese momento. Aún no me hacía a la idea de lo que estaba pasando. Intentaba negármelo a mí misma, pero las visitas diarias al hospital mostraban todo lo contrario. No soportaba ir todos los días y ver como mi hermana pequeña estaba allí, rodeada de máquinas y de médicos diciendo que el cáncer era operable y que Crystal iba a salir a salvo de la operación que empezaría en una hora.

Estaba sentada es en sofá del salón con un cigarrillo entre los labios mirando como este año ni siquiera habíamos podido adornar la casa por Navidad. Antes de esto jamás había fumado en mi vida, pero la presión era mucha y Zayn decía que relajaba, así que...

Mi móvil volvió a vibrar y lo miré de reojo acertando al pensar que se trataba de otra llamada de Eleanor, mi mejor amiga y novia de Louis. Ignoré mi móvil por novena vez esa tarde. No quería hablar con nadie. No conseguirían que fuera al hospital a sufrir en la sala de espera mientras la operaban.

―Suelta eso ahora mismo ―dijo con rudeza. No me hacía falta levantar la cabeza. Reconocería la voz de mi mejor amigo en cualquier sitio.
―¿El qué? ―pregunté todavía sin atreverme a mirarlo. No quería que viera mi cara, con todo el maquillaje hecho un desastre por las lágrimas.
―Te recuerdo que eres tú la que le echa la bronca a Zayn por fumar.
―Ah, ¿esto? ―murmuré sin darle mucha importancia―. No voy a morirme por uno.
―¿Estás loca? ―Se acercó a mí de repente y me quitó el cigarrillo.
―¡Ey! ¡Eso es mío! ―le encaré.
―______(tn)... ―susurró. ¡Mierda, me había visto la cara!
―No, no me mires. ―Enterré el rostro entre las piernas intentando aguantar el llanto.
―¿Por qué haces esto? ¿Por qué te haces esto?
―No puedo más, es más fuerte que yo.
―Claro que no ―dijo mientras notaba como el sofá se hundía a mi lado indicando que acababa de sentarse―. Eres una guerrera, ¿no es lo que dices en tus canciones?
―Si mis fans pudieran verme ahora estarían muy decepcionados. ―Reí sin ganas.
―No. Pero si que estarían orgullosos si hicieras lo que tienes que hacer.
―¡No! ―grité―. No voy a ir a ese hospital. Me da igual lo que hagáis. Ni Niall trayéndome pasteles, ni Zayn y Perrie invitándome a cenas, ni Liam con osos de peluche gigantes, ni Louis y Eleanor con películas y abrazos. Ni siquiera tú, nadie va a conseguir que vaya. No puedo.
―Eres una cabezota ―dijo.
―¿Qué? ―Levante la cabeza y lo vi sonreír. Esa sonrisa conseguía siempre bajar todas mis defensas.
―Que eres una cabezota. Y muy contradictoria también.
―¿Por qué? ―pregunté en un susurro.
―Porque tú eres la que siempre anima a los demás y les da fuerzas cuando están mal. Pero cuando eres tú la que no puede más te derrumbas y no dejas que nadie te ayude.
―Eso es porque soy idiota.
―Escúchame enana. ―Lo miré a los ojos y me perdí en el verde de su mirada―. Yo voy a ir al hospital, y quiero que vengas conmigo.
―Hazza... no puedo.
―¿Por favor? ―preguntó poniendo carita de ángel. No pude evitar reírme.
―Eso es, no veo justo que prives al mundo de ver tu maravillosa sonrisa.
―Que tonto eres...
―Entonces, ¿qué me dices? ―Se levantó y me tendió la mano. No se que hizo que la cogiese, supongo que el hecho de ser él bastaba.
―Prométeme que no vas a dejarme sola en ningún momento.
―Te lo juro. Si tengo que llevarte al baño conmigo, lo haré. Ahora deja que te limpie eso. ―Señaló mi cara.

Salió del salón y se dirigió, supuse, al baño a por una toallita o algo así. En efecto, traía una en la mano cuando volvió. Se puso delante de mí y empezó a limpiarme la cara suavemente.

Mientras estábamos en el coche, miraba nerviosa por la ventana, solo separé mi mirada de allí cuando Harry cogió mi mano y le dio un beso.

Cuando llegamos al hospital, la entrada estaba llena de paparazzi esperando alguna noticia del estado de mi hermana. Así que cuando vieron que Harry y yo salíamos de su coche, vinieron rápidamente hacia nosotros.

―______(tn), ¿se sabe algo de tu hermana?
―¿Por qué cancelaste tu entrevista de ayer por la tarde?
―Tienes mala cara, ¿has dormido algo esta noche?
―¡Harry! ¿Qué piensas que va a pasar en la operación?
―¿Está bien _______(tn)?

Mi mejor amigó me agarró fuertemente de la mano y un par de hombres de seguridad nos escoltaron hasta la puerta del hospital. Una vez dentro vi a Niall y Liam de pie junto a la recepción.

―Chicos...
―¡______(tn)! ―Niall vino corriendo y me abrazó muy fuerte.
―Hola rubito. ―Esbocé una pequeña sonrisa―. Hola, Liam ―dije cuando Niall se separó de mí y él ocupó su lugar. Todo esto sin que Harry me soltara la mano.
―¿Estás bien? ―me preguntaron los dos al mismo tiempo.
―No, pero ¿qué se le va a hacer? ―Me encogí de hombros.
―Vamos. ―Harry estiró de mi mano y los cuatro empezamos a caminar por los pasillos hasta llegar al ascensor. Cuando estuvimos dentro, Liam pulsó el botón de la quinta planta y empezamos a subir. Al abrirse las puertas pude distinguir a lo lejos a Perrie y Zayn saliendo de la cafetería. Como si hubieran notado que estábamos allí, ambos se giraron al mismo tiempo.
―Hola. ―Los saludé con la mano, porque estaba claro que no me habían oído desde tan lejos. Empezamos a caminar hacia ellos, que hicieron lo mismo.
―Oh, ______(tn), no sabes lo preocupada que nos tenías. ―Perrie me agarró el brazo como si fuera a escaparme. La verdad es que tenía ganas de hacerlo, pero no quería defraudar a nadie más.
―Es verdad, me alegro de verte aquí ―dijo Zayn con una de sus sonrisas a medias.
―Siento haberos preocupado.
―Esto... ―Todos miramos a Liam―. Tenemos que darnos prisa si queremos llegar a tiempo.

Le hicimos caso y seguimos el pasillo, girando un par de veces a la derecha y luego otra vez recto hasta que llegamos a una sala de espera privada.

―¡______(tn)! ―gritó y corrió para abrazarme.
―¡Ele! ―la apreté entre mis brazos soltando la mano de Harry sin darme cuenta. Así que después de que Louis me abrazara también, busqué la mano de mi mejor amigo casi con desesperación.
―¿Quieres entrar? ―me preguntó al oído.
―Solo si tu vienes conmigo.
―Trato hecho.

Entramos a la habitación que había en el fondo de la sala. Allí estaban mis padres, Anne y mi hermana. Mi pequeña... con una bata de hospital y sin la preciosa sonrisa que la caracterizaba. Se me escapó un sollozo y todos se giraron a verme.

―_______(tn)... ―dijo sin fuerzas.
―Crystal ―sollocé. Poco a poco me acerqué a ella con Harry a mi lado hasta que me senté a su lado en la cama.
―Has venido ―dijo mi padre sin poder ocultar la sorpresa en su voz.
―Es todo gracias a Harry.
―Oh, Harry, muchas gracias ―le dijo mi madre.
―Lo que sea por verla sonreír. ―Me miró y por primera vez en mucho tiempo me sentí feliz. Anne soltó un «ohhhh», y mis padres se rieron.
―Oye ―dijo mi hermana. La miré―. ¿Vas a estar cuando me despierte?
―Claro que sí, peque ―dije a punto de llorar otra vez. No podía decirle a una niña de doce años que era muy posible que nunca saliera de la operación.
―No me fio. Harry, ¿me prometes que harás que esté?
―Claro que si, princesita.

Las siguientes dos horas fueron lo peor de mi vida. Cada vez que un médico o una enfermera salía de la zona de quirófanos mis padres se acercaban a preguntarle si sabían algo de Crystal, pero ninguno decía nada. Los chicos y las chicas intentaron distraerme, pero nada iba a conseguirlo. No iba a estar tranquila hasta saber como estaba mi hermana.

―¿Son ustedes la familia de Crystal? ―preguntó una enfermera.
―Si, somos nosotros ―respondió Anne antes de que a mis padres les diera tiempo a hacerlo.
―La pequeña está fuera de peligro, hemos conseguido extraer el tumor completamente. El cáncer se ha terminado.

Todos se pusieron a saltar y abrazarse, celebrando las buenas noticias, pero yo me quedé quieta mirándolos a todos, y empecé a llorar, mi hermana estaba bien, dios mío, estaba curada.

―Ey, no llores, Crystal está bien ―dijo Harry mientras sonreía y me limpiaba las lágrimas.
―Está bien ―repetí―. ¡Está bien! ―grité feliz. Me lancé a los brazos de mi mejor amigo y no se como, pero cuando me di cuenta, mis labios estaban sobre los suyos―. Yo... ―dije al separarme, pero no me dejó seguir porque volvió a unir nuestros labios.
―Feliz Navidad, princesa.

―¿Cómo estás? ―le pregunté cuando la llevaron a la habitación.
―Mejor, me alegra ver que has cumplido tu promesa ―le dijo.
―Siempre lo hago ―respondió Harry mientras me abrazaba.
―Te he echado de menos ―me dijo después de unos segundos de silencio―. No vuelvas a dejarme sola.
―No lo haré ―prometí mientras la abrazaba.

1 año después
―¡Muchas gracias Londres! Ha sido un verdadero placer estar esta noche con vosotros. Hasta pronto ―dije a través del micrófono a todos los fans que habían venido a mi último concierto del año.
―Has estado increíble ―dijo cuando salí del escenario.
―Gracias peque ―le di un beso en la mejilla.
―¡Ey! Yo también quiero mi beso ―se quejó alguien a mis espaldas. Me giré y vi que todos estaban allí. Las personas que habían estado conmigo cuando más lo necesitaba. Liam, Niall, Zayn, Perrie, Louis, Eleanor y por supuesto Harry, que me había dado el año más maravilloso de mi vida.
―Eres un tonto ―le dije mientras me acercaba a él y le ponía los brazos alrededor del cuello.
―Puede, pero soy tu tonto. ―Rozó nuestras narices.
―Mío ―susurré antes de besarle.
―Feliz aniversario princesa.