Un Lobo Con Piel De Hombre [Larry Stylinson] [Terminada]

Capitulo 5

Los dos nos quedamos dormidos tan pronto como nos metimos en la cama. Este día, al menos para mí, había sido extraño y agotador y una vez bajo las cobijas no tuve ningún deseo de intimar. Sin embargo, al despertar con el brazo de Harry alrededor de mi pecho y sentir su cuerpo caliente y firme junto al mío, fue suficiente para despertar mi libido.

—¿Qué hora es?. —Murmuró, sin molestarse en abrir los ojos.

—Seis. —Le contesté antes de darle un beso en la parte superior de su cabeza. —¿Quieres seguir durmiendo?.

—Mmm. —Se acurrucó apretándose contra mí y sentí una punzada en la parte baja del estómago que no tenía nada que ver con el sexo, pero todo que ver con Harry.

Me rehusaba a creer que ya lo amara, no en menos de veinticuatro horas. No estaba seguro de si alguna vez había estado realmente enamorado, pero yo estaba seguro de que tomaría más de un par de sesiones de increíble sexo, algunas galletas y una invitación a la casa de su abuela. Nosotros no sabíamos realmente nada el uno del otro. Y estaba escondiéndole algo bastante grande a él. No sería justo para ninguno de los dos si me enamorara de él y él solo se hubiera fijado en mí para obtener solo un poco de diversión.

Me debatía entre tomar una ducha y luego llamar a la grúa para Harry o permanecer en la cama sosteniéndolo hasta que él me obligara a moverme. Al final, decidí escoger la opción más responsable, y con un pequeño suspiro, cuidadosamente me deslicé fuera de la cama sin despertar a Harry.

Caminé con dificultad hacia el baño y abrí la llave del agua, allí de pie, desnudo frente a las ventanas y viendo salir el sol sobre los árboles, me preguntaba si Harry sería feliz en la cabaña conmigo, pero sacudí mi cabeza con fuerza como si al hacer esto pudiera borrar ese pensamiento de mi mente. Entré en la ducha y dejé que el agua caliente cayera sobre mis hombros. Incluso a través del vapor, olí a Harry mientras entraba caminando por la puerta del baño. Abrí los ojos y lo observé mientras entraba a la ducha conmigo, llevaba un paquete de aluminio en la mano y una sonrisa en su rostro.

—Pensé que querías dormir un poco más. —Le dije, tirando de él a mis brazos.

—La cama es muy fría sin ti en ella. —Me besó, su lengua empujó dentro de mis labios y se enredó con la mía.

Su pene estaba duro y presionando contra mi muslo, lo que hizo que el mío comenzara a hincharse en respuesta. No podía creer lo rápido que me había afectado. Lo deseaba desde el instante en que lo había visto en la carretera, y no me veía sin que yo lo deseara en cualquier momento en el futuro. Parecía ser tan diferente de cualquiera a quien yo haya conocido antes. Acabamos de... congeniar. Y me pregunté si él lo sentía, también.

Una vez más, tuve el impulso de decirle lo que yo era, pero entonces él estaba de rodillas, pasando su lengua por mi polla y todo pensamiento racional se esfumó de mi cabeza. Todo en lo que podía centrarme era en la sensación de su caliente aliento contra mi dolorido miembro y lo mucho que necesitaba estar dentro de él.

—Vas a hacer que me venga. —Gruñí mirando hacia él.

—Muchas, muchas veces, espero. —Dijo con una sonrisa antes de tomar con su boca mi polla entera. Su garganta convulsionaba alrededor de la punta y tuve que poner una mano en la pared para tratar de mantenerme erguido, porque mis rodillas se estaban doblando.

Quería venirme, quería liberar la increíble presión en mis bolas, pero algo en el fondo de mi mente me dijo que eso no era una buena idea. Luché con ello durante un rato y me di cuenta que yo no estaba seguro de que si Harry ingería mis fluidos corporales podría o no infectarse con la licantropía. Me agaché y lo agarré de los brazos, instándole para que se pusiera de píe.

Se levantó, sonriendo y con sus hoyuelos en su lugar. Le di un beso, mientras caminaba hacia delante, hasta que él tocó la pared. Yo no me había dado cuenta de que aún tenía en su mano el preservativo hasta que se alejó un poco de mí para poder rasgar y abrir el paquete. Lo deslizó sobre mi polla y miró alrededor del baño como si de repente no supiera cómo haríamos para tener sexo allí.

Yo lo animé para que se diera la vuelta y que su cara quedara frente a la pared con sus manos presionadas contra la lisa superficie y con su cintura ligeramente doblada. Miré a mi alrededor y en silencio me felicité por mantener una botella de lubricante en la ducha, aunque había sido para utilizarla conmigo mismo antes. De todos modos me alegré de que estuviera allí.

—Es una buena idea mantener el lubricante en la bañera... así se calienta con el vapor del agua caliente. —Harry gimió cuando el líquido golpeó la parte baja de su espalda y empecé a trabajar la raja de su culo. Deslicé dos dedos dentro de él, doblándolos para poder frotar su próstata, mientras trataba de aflojar sus músculos.

Cuando quité mis dedos, Harry se dio la vuelta y me besó, poniendo sus manos a ambos lados de mi cara tratando de mantenerme inmóvil –como si hubiera querido moverme-. Deslicé mis brazos alrededor de su cintura, doblando ligeramente mis rodillas para poder situarme debajo de su culo y lo levanté, presionándole la espalda de nuevo contra la pared para que la utilizara como palanca.

Hizo un pequeño ruido en mi boca que podría haber sido por la sorpresa o por el miedo, pero entonces me encontré estando dentro de él y teniendo sus piernas alrededor de mi cintura, con sus manos entrelazadas detrás de mi cuello, la cabeza echada hacia atrás y gritando mi nombre.

Se vino rápidamente, su semilla fue disparada hasta mi pecho, más caliente y más gruesa que las cascadas de agua que caían sobre nuestra piel. Todas estas sensaciones hicieron que me viniera inmediatamente después de él. Lo apreté fuertemente, sosteniéndolo muy cerca a mí, mientras que mi polla se contraía en su culo.

—Buenos días. —Harry susurró en mi oreja y me reí.

Lo levanté, para que mi polla saliera de él antes de colocarlo de nuevo sobre sus píes. Me quité el preservativo y lo tiré a la basura que estaba al lado de la ducha, luego me volteé para besarlo nuevamente. Tenía las manos llenas de espuma de jabón y las frotó sobre toda la piel que podía alcanzar mientras que ambos presionábamos nuestras bocas.

Él rompió el beso y me dio un codazo en mi hombro para que me diera la vuelta. Dejé que el rocío del agua cayera sobre mi pecho mientras que Harr me enjabonaba la espalda. Sus manos se desplazaron hacia abajo para masajear mi culo por un minuto antes de que sus brazos fueran alrededor de mi cintura y me abrazara firmemente.

—Eres realmente fuerte. —Dijo suavemente.

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