One Short Dissaster (Harry Styles)

Ficha Novela

• Título: Dissaster
• Autor: J.M Adams
• Adaptación: No.
• Género: Terror.
• Contenido: Terror y gore.
• Advertencias: Ninguna.
• Otras páginas: No.

[color=#ffffff] Él se encontraba sentado acurrucado en una esquina oscura, con el corazón latiéndole fuertemente en el pecho y la cabeza dándole constante vueltas que le hacían cuestionarse si de verdad estaba perdiendo la cabeza. Hacía frio y él estaba mojado, con la ropa empapada pegándose a su cuerpo con fuerza. Se limitó a frotarse los brazos en un intento nulo de entrar en calor. Ella le perseguía, podía oler el terror que emanaba su cuerpo escuálido y herido.
Pronto las luces se apagaron de golpe, dejando que se escuchará vagamente el rumor de una bombilla apunto de estar por demasiada energía acumulada. Harry contuvo el aliento, prometiéndose a él mismo que todo aquello era una estúpida pesadilla de la que pronto despertaría en su cama, con su novia Celeste Benson a su lado. Aquello no podía ser posible. Superaba todas las leyes físicas y cuerdas con las que había crecido y con las que se había sostenido.
Recordó con la vehemencia de un degenerado como se había reído ante la estúpida idea de que habitaba en las calderas del banco abandonado un fantasma, más terrorífico que la niña de la Rueda o Emily Rose. Según le habían contado sus compañeros, ella había sido una niña muy tímida que un día fue invitada por unos “amigos” a las calderas del banco. Ella pensaba que era una forma de iniciación, y después la aceptarían. Una de las niñas la había propuesto que entrará en una de esas habitaciones oscuras. Ella había aceptado, sin saber que tan pronto como entrará quedaría encerrada dentro. Ellos se habían ido, y cuatro horas después, cuando habían regresado a por ella, ésta yacía muerta en el suelo, asfixiada por un toxico gas que había inalado.
Dos semanas después, cada uno de ellos habían muerto, en distintos sitios pero con la misma causa: asfixia.
Ahora se suponía que la niña vagaba por las calderas y por las noches, si escuchabas atentamente, se podía oír sus suplicas por ser sacada de allí, luego su repentina tos y por último, el trágico sonido de un cuerpo cayendo al suelo violentamente.
Harry no se lo había creído y había acabado en ese sitio por una apuesta, pensando que los fantasmas no existían y que algo de dinero fácil no le vendría mal. Ahora se regañó a sí mismo, pensando cuan estuvo había sido en no creer las leyendas que vagaban por su instituto.
Se escucharon pasos, y la tos de alguien acompañada por la siniestra voz.
—Harry.
Harry sintió el asqueroso sabor del terror en su boca, y abrió los ojos poco a poco, cuando la voz embaucadora del espectro decía:
—Mírame, Harry. No temas, todo está bien.
El corazón de Harry se aceleró mucho más, al ver la figura de alguien frente a él. Ella estaba mirándole, con una sonrisa muerta que le daba nauseas. Un gusano asomó entre dos de sus dientes. Éste era gordo y verde, y contrastaba con el aborrecible matiz de los dientes ambarinos sucios. Ella estiró una mano, tapándole los orificios de la nariz, a la vez que decía:
—Dulces sueños, señor Styles.


Fin

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