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Mensaje por Emily Rawson Lun 10 Feb 2014, 2:36 pm

Angelacpm escribió:
Emily Rawson escribió:Debes ser especialista en Leo's para narrar tantas facetas de él!
PD: Our moment...amaría tenerlo, pero en mi país no se asoma ni ahí, es decir, no va a llegar, hasta el momento. Estuve ahorrando mucho para comprarlo pero...No llegó, y los de la perfumería me dijeron que no iba a llegar, básicamente, no tenían ni idea de que estaba hablando. Me alegro que lo hayas alcanzado a oler, según Harry huele a la playa, como un hambiente a la playa, era algo así, no lo recuerdo presisamente pero él lo había definido así, lol.
Publica pronto el capítulo de MDUVD, ya te he dicho que me encanta esa novela y necesito seguirla leyendo!
Es el resultado de tanto tiempo planeando cosas para Leo, por algo es el personaje más completo de todos. Y para un extra, entre el Leo de ahorita (o sea, los capítulos que estoy subiendo) y el Leo actual (capítulo que recién voy escribiendo en script a mano en un cuaderno), hay como tres de intermedio.
Aquí tampoco hay señales de Our Moment, pero sí he oído que si llega a aparecer sería MUY CARO, mínimo unos 1600Bs (y eso para cuando el bolívar valía más de la miseria de ahora comparado con los dólares), así que capaz y estaría a unos 3000Bs, y no, eso por un perfume? Con eso podría comprarme un juego viejo los recién sacados cuestan hasta 4100 del 3DS y me sobra, así que ahí la desventaja.
Acabo de publicar en Wattpad! Mañana por aquí.
Ah por cierto, Ylne (ya sé que jamás se va a meter aquí así que no creo que se dé cuenta de que ya estoy llamándola por la manera corta de su nombre ni se te ocurra en algún comentario en AVTD ponerlo porque sino creo que estoy en problemas) hoy me avisó que subió AVTD, muy cortito el capítulo, en serio, recién empiezas a emocionarte y puf, termina, pero al fin subió. Y te lo estoy diciendo porque hoy en el colegio cuando me avisó dijo "Será que Emily lo leyó? Es que yo se lo había prometido para hace dos fines de semana y bueno..." y yo vengo a avisarte no sé por qué. 
Ok, iba a decir algo más y se me ha olvidado  :pokerface: 
PD: ESTOY HIPNOTIZADA CON TU NUEVA FIRMA, ME ENCANTA, LA AMO, ES MUY... NO SÉ, PERO NO PUEDO DEJAR DE VERLA! Y LOS DIBUJOS DEL FINAL SON MUY  :enamorado: Vale, las mayúsculas se me han pasado.  :bye: 
Leí el cap nuevo de AVTD, si, fue muy corto, pero igual me gusto, me encantan las autoconversaciones con el espejo que tiene Ali...Ya quiero ver como sigue, así que obligale a "Ylhe" que publique pronto. Ahque, tranquila que no pienso en decirle tu apodo secreto jeje. El wattpado no me esta andando bien así que si no aparece ningún capítulo por tu nove ni la de ella, es porque no me anda, pero he leído el cap de AVTD, cuando vuelva todo a andar correctamente dejare un comentario, y si no, avisale de mi parte que no se ha enviado mi comentario.
Espero que Our moment llegue a tu país como al mío, si que va a salir caro, según mi analisis en Argentina saldría $350 el de menor tamaño, pero seguramente será mucho más caro que eso.
¿En serio te gusta mi firma? Ow, que amor. Pensé que me había quedado demasiado mal. Es como un ¿Mini trailer? El gif se ve mucho más bonito en fondo blanco, y aquí es todo lo contrario a ese color, por que es raro, me costó hacerlo (debo admitirlo, soy muuuy mala editando, hace mucho que no lo hacia, y menos con imágenes animadas-gifs) Lo que si amo al igual que tí, es el fan art del final, es precioso♥️♥️
Emily Rawson
Emily Rawson


http://milittlebutterfly.tumblr.com/

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Más Que Cosas De Policías - Página 8 Empty Re: Más Que Cosas De Policías

Mensaje por Spencer Miér 12 Feb 2014, 10:15 am

Creo que no tengo mucho espacio, ni siquiera para mis notas del final, así que esta vez iré directo al capítulo.


Capítulo #24: “¿Lo es, o no lo es?”
 
Un día nuevo llega con el padre de los hermanos y el menor de ellos encontrándose por los pasillos de la comisaría.
 
—Hoy te toca otra lección, ¿verdad?
 
—Dentro de una hora.
 
— ¿Sabes qué enseñarán hoy?
 
—Ni idea. Me dicen que quizás tiro.
 
—Ya era hora. Es raro que se tarden en eso.
 
—No sé eso, pero sí se siente raro que todos estén armados y yo no.
 
—Me imagino. Ten cuidado si te toca eso, no queremos otro susto.
 
—Claro que voy a tener cuidado, tampoco lo quiero —De tanto caminar, terminan en la puerta de la oficina.
 
—Aunque… ¿Tú no tienes un trauma con los revólveres?
 
—A los cuchillos —Leonardo corrige a su padre.
 
—Pero si…
 
—Lo sé —Interrumpe—, me apuntaron con uno en la cabeza, casi me matan ahí y una bala casi me rozó el mismo día, pero no tengo nada —Explica como si de algo normal se tratara.
 
—Qué raro… A los zapatos, cinturones y cuchillos sí, ¿pero a lo más peligroso no? Okay, me sorprendí.
 
—Lo que me sorprende es que no lo sepas… recuerdes —Responde con frialdad, dejando a Carlos pensativo y llegándole fuertemente— Bueno, debo ir preparándome —Tenía que ir a buscar su uniforme del entrenamiento— Ah, y a las serpientes —Completa la lista de miedos antes de irse.
 
—Que te vaya bien… —Queda parado a un lado de la puerta, pensando.
 
— ¿Por qué estás ahí sin decir nada? —Marc se extraña al verlo desde lejos, por lo que se acerca a preguntar.
 
—Marc, seme sincero… ¿Crees que soy un buen padre?
 
— ¿De dónde viene la pregunta? —Resulta más confundido aun.
 
—Respóndeme. ¿Sí o no?
 
—A mí me parece que sí, pero… ¿Por qué la pregunta?
 
—Yo no te pregunto por ti, hablo en general, por los dos —Carlos insiste
 
— ¿Cómo voy a responder por los dos? Pregúntale a Leonardo.
 
—No, no… Sé que me dirá que sí para no ponerme mal porque él es así, pero yo sé que piensa que no.
 
— ¿Por qué lo dices?
 
—Porque ha tratado de decírmelo, pero no puede porque no quiere ponerme mal, así que lo dice por indirectas.
 
—Un ejemplo.
 
—Justo ahora. Estábamos hablando y yo pensaba que le tenía miedo a las pistolas, luego dije que era raro que le tuviera temor a cosas no tan peligrosas y que me sorprendía. Me respondió “me sorprende que no lo sepas”. ¿Qué clase de padre no sabe a qué le teme su hijo?
 
—Pero por una cosa que no sepas no eres un mal padre.
 
—Es que no es lo único.
 
—Insisto que debes preguntarle.
 
—No hará falta, tengo la respuesta.
 
— ¿Y cuál es?
 
—Bueno para ti, malo para él.
 
— ¿Vas a insistir? —No acepta el negativismo de su papá.
 
— ¡Lo soy y tú lo sabes! Nunca me preocupé por él sólo porque yo no quería… —Se detiene al darse cuenta de lo que revelaría— No debería hablar de esto contigo.
 
— ¿Eh? ¿Qué no querías?
 
—No debería comentártelo. Lo que quiero decir, tú has sido prácticamente su padre y eres su hermano. Creo que es eso.
 
—Puedo decir que en eso estoy de acuerdo. ¿Pero por qué?
 
—Porque nunca me preocupé por Leonardo.
 
—Pregunto por qué no lo hacías.
 
Carlos se queda callado. Al prevalecer el silencio, se va sin decir nada y Marc se queda confundido. ¿Qué le pasa a su papá? Una pregunta así de su parte no era algo normal.
 
Alrededor de una hora más tarde, Daisy y Leo se encuentran cerca del lugar de entrenamiento con sus uniformes ya puestos. Ahora van en el mismo horario, no como antes. Por eso fue que Leonardo no tenía idea de que ella se había unido, pues la pelirroja al principio iba a las clases de la tarde. Luego se pusieron de acuerdo para asistir ambos en la mañana.
 
— ¡Hola! ¿Cómo estás?
 
—Ansioso, esperando a saber qué darán hoy. ¿Y tú?
 
—Igual. Todos creen que nos darán tiro.
 
—Ojalá que así sea.
 
— ¿¡Ya llegaron!? —El entrenador Reynolds se sorprende al verlos cercanos a la entrada—Vaya, tendré que venir más temprano. Y vayan preparándose que hoy hay riesgo y no quiero heridos.
 
—Ok —Responden ambos al unísono. Reynolds voltea y al entrar ve a todos adentro, dispersados.
 
— ¡Vaya! ¿Llegué tarde y no me he dado cuenta?... ¡Todos los policías en entrenamiento, vengan que la lección está por comenzar!
 
—Vayamos —Daisy se da cuenta de que aún están en la entrada.
 
De inmediato, los que estaban afuera se apuraron y los de camisa gris y monos deportivos formaron para empezar una nueva clase.
 
—Muy bien, la lección de hoy será de tiro, así que tengan cuidado de no herir a nadie.
 
— ¿¡Va a ser con balas de verdad!? —Uno de ellos se alarma.
 
—Primero con unas falsas, luego sí, unas verdaderas. Voy a enseñarles cómo agarrar un arma, cuándo disparar y cuando no, puntería y eso. Primero que todo, debo entregarles a cada uno un arma no cargada…
 
A la vez que el entrenamiento empezaba, en la comisaría las chicas de la USH conversan.
 
— ¿Viste las noticias? —Diana pregunta al soltar un periódico.
 
—Sí, por fin justicia. Así debería ser con todos los criminales.
 
— ¿Con todos, absolutamente todos?
 
—Sí, y sé lo que piensas y que probablemente lo dirás, pero no quiero discutir eso de nuevo.
 
—Qué bien, porque yo tampoco.
 
—Lo que sí llegaría a discutir es cómo Daisy se lleva con él.
 
—Son amigos, ¿qué esperas?
 
— ¿¡Dices que mi hermana es amiga de un criminal!?
 
— ¡No te alarmes! Y eso ya lo sabías.
 
— ¡No puede ser! —Se irrita.
 
— ¿Cuál es el problema? Leo no ha vuelto a hacer nada malo.
 
— ¡Pero igual es un criminal! ¿¡Cómo se puede tener amistad con alguien así!?
 
—Daisy no sabe que estuvo preso.
 
— ¿¡Qué!? Igual no le diré, que se entere ella.
 
—Ahora no tienes nada que decir en contra.
 
—Es impredecible.
 
— ¿Ahora también estás en contra de los impredecibles?
 
—No, pero no se puede andar con uno si no sabes lo suficiente.
 
—Creo que tampoco sabe que es impredecible.
 
—Que se entere cuando le dé un brote —Paula no le avisaría nada. Ella se ponía en riesgo, ella descubriría las consecuencias.
 
De vuelta a la edificación vecina a la comisaría, el entrenador ya entregó las armas sin cargar a cada uno de sus aprendices.
 
—Molander, venga acá un momento —Llama. Leo se acerca— ¿Crees que no hay problema?
 
— ¿Por qué tendría que haberlo?
 
—Ya sabes, no quiero que te brotes.
 
—No va a pasar nada.
 
— ¿Has tenido alguna mala experiencia que incluya revólveres?
 
—Me apuntaron en la cabeza con uno y una bala casi me rozó el mismo día cuando tenía tres años, nada más.
 
— ¿¡Nada más!? ¿¡Tú crees que eso es poco!?
 
—Comparado con otras cosas, sí.
 
— ¿No te quedó ningún trauma por eso?
 
—Sino, no estaría en un lugar con mucha gente con pistolas en las manos.
 
—Buen punto. Está bien, harás la práctica. Vuelve a tu lugar… Bien, es hora de dejar la teoría y empezar la práctica. ¿Quién quiere pasar primero? —Varios levantan la mano—… Montesco, pase adelante. Veamos si le costará como a su hermana o si lo hará fácil —Al llegar, le pide el arma a Daisy, la carga y se la devuelve— Sostenga el arma… Excelente. Ahora dispárale al blanco de allí —Señala una diana, ella apunta y dispara— Bastante bien para ser la primera vez. Ya que estoy de humor de comparar con hermanos, Molander, vienes tú. Tu hermano es un maestro en esto, veamos qué tal tú.
 
— ¿Quieres ponerme nervioso?
 
—Lo estarás más cuando te toque en un caso. Ya sabes lo que tienes que hacer —Leonardo repite el procedimiento anterior— Vaya, es raro que los dos primeros en pasar lo hagan tan bien. ¿Quién quiere ser el siguiente?
 
Uno a uno pasan los principiantes. En la comisaría, Marc sigue confundido y aprovecha al ver a su padre en los pasillos para despejar sus dudas.
 
—Estás raro, ¿qué es lo que no quieres contarme?
 
—No es nada, Marc. No te preocupes.
 
—Estás hablando con tu hijo insistente. Dime.
 
— ¡Nada! Me llaman, debo irme —Se aleja con rapidez. Marc se extraña, piensa un poco y termina yendo a la oficina de la 2.
 
—Ya que no tenemos nada que hacer, ¿quieren practicar tiro? —Propone.
 
— ¡Claro! —Paula acepta.
 
—De seguro Leonardo y Daisy llegarán queriendo practicar y presumirnos su puntería —Diana supone.
 
—Conociendo a mi hermana, querrá retarnos.
 
—El que necesita practicar es Matías.
 
—Ah no, ese es un caso perdido.
 
—Contra él, cualquiera gana fácil.
 
Todos van a la galería de tiro, donde por sorpresa se encuentran a Matías practicando a solas.
 
—Así que estás aquí —Marc hace notar su presencia.
 
—Ay no. No vengan a burlarse.
 
—No vinimos por eso, vinimos a practicar.
 
—No sabíamos que estabas aquí.
 
—Estaba practicando, pero ya saben que no sirvo en esta cosa.
 
—Mira, se hace así —Marc toma un arma y va haciendo los pasos mientras explica— Agarras el arma, apuntas y disparas. ¿Ves? Un tiro perfecto. Ahora tú.
 
—Y aquí otro episodio más de “Marc presume que es un experto en puntería indirectamente” —Matías habla con voz de locutor, fastidiado.
 
— ¡Hey! No estoy presumiendo, pero gracias por el halago —Bromea— Sólo te dije cómo hacer un tiro perfecto.
 
—Si tú lo dices… Agarro el arma, apunto y… —Dispara, falla— ¿¡Qué es lo que hago mal!?
 
—Tu pulso. Tiemblas mucho y eso desvía a la bala.
 
— ¿¡Y cómo se supone que mejoro mi pulso!?
 
— ¿Manteniéndote firme?
 
Mientras los detectives practican tiro, los novatos continúan aprendiendo temas nuevos.
 
—Ahora tienen que saber qué hacer si alguien se hiere. Dos voluntarios —Pide el entrenador.
 
—Si son las mismas técnicas de los paramédicos, me las sé —Daisy resalta.
 
— ¿Dices que te las sabes? Pase adelante a ver si es verdad —Reynolds responde haciendo que la reacción fuera un gran “¡Uhh!” de parte de los demás— ¿Herida o ayudante?
 
—Ayudante.
 
— ¿Voluntario o elijo? —Le pregunta al grupo. Elige entre los que levantaron la mano— Molander.
 
— ¿¡Por qué ellos siempre primero y juntos!? —El mismo que se alarmó al principio reclama.
 
—Son los que más pasan y me sé sus nombres.
 
—Ah o sea, ¿nosotros qué somos?
 
—Policías en entrenamiento —Le recuerda con obviedad.
 
—Tenemos nombre.
 
—Tengo que memorizarlos aún.
 
— ¿Y cómo lo hará si nunca nos pasa?
 
—Ahora los paso, pediré sus nombres. Por el momento, Montesco y Molander pasarán primero. Están persiguiendo a un delincuente, son varios de ustedes contra él, así que decide tratar de deshacerse de algunos. Por mala suerte, te ha dado a ti, Molander, en el brazo, justo aquí —Le pega una etiqueta en donde se supone que le dieron.
 
— ¡Ah! —Leo actúa.
 
—Vaya, ni siquiera tuve que pedirle la actuación. Daisy, ¿qué debes hacer?
 
—Primero que todo, hay que asegurarse de que el lugar en el que estás es seguro, porque si te hieren, un herido no puede socorrer a otro herido. Hay que llamar a Emergencias y detener la hemorragia-
 
—Vas bien —Interrumpe—, pero no expliques. Estás dejando a tu compañero agonizando mientras hablas y hablas.
 
— ¡Ah! —Sigue actuando— ¿¡Quieres que me desangre!?
 
— ¡No! ¡Obviamente no!
 
— ¿Qué estás esperando para salvar a tu compañero? —Percy, el mismo de los comentarios anteriores, suelta con un tono pícaro, ganándose una mala mirada de parte de Daisy.
 
—Con algún trapo, paño, tela o algo parecido se debe parar la hemorragia y hay que amarrárselo al brazo para trancar la circulación —Toma un pedazo de tela que estaba cerca y realiza lo explicado.
 
—Vaya… ¿Eras paramédica?
 
—Por algo me ofrecí primero.
 
—Ah. Ambos estuvieron muy bien y les digo que nunca había visto una actuación así.
 
—Hay que ponerle realismo a las cosas.
 
—Ustedes ya pueden retirarse. ¿Y saben qué? De ahora en adelante, ustedes serán equipo. Me parece que tienen química y son dos buenos policías en entrenamiento. Prepárense, este par será duro de superar.
 
Daisy y Leonardo chocan ambas manos al mismo tiempo en celebración. Pocos minutos después, van a repasar lo recién aprendido.
 
— ¿Cómo es que no puedes hacer algo tan simple? —Diana no puede creer la torpeza de Matías.
 
—Simplemente no puedo.
 
— ¡Hola! —Los nuevos se integran al grupo.
 
—Oh rayos —Matías dice para adentro— Hola.
 
— ¿Qué tal les fue? —Marc los recibe.
 
—Nos dejaron salir primero porque somos los mejores.
 
—Y ahora somos equipo en los entrenamientos.
 
— ¡Qué genial! —Exclama Diana.
 
—Sí, qué genial—A diferencia de Paula, quien se disgusta.
 
—Si son tan buenos como dicen, queremos pruebas —Marc reta.
 
—Pásenme una —Daisy solicita. Luego dispara— ¿Qué tal?
 
— ¡No! —Matías no se ve agradado.
 
—Ahora yo.
 
— ¡No!
 
—Ni siquiera he agarrado el arma.
 
—Pero igual. ¡No!
 
—Pues… ¡Sí! —Leo dispara— ¡Ja!
 
— ¡No! Me voy, se me pegarán tus problemas de baja autoestima si me quedo aquí —Matías se va.
 
— ¡Oye!
 
—Son bastante buenos, entiendo por qué dicen que son los mejores.
 
— ¿Matías sigue sin aprender? —Daisy habla por separado con Paula.
 
—Y eso que Marc le explicó montones de veces hoy.
 
—Si no aprendes con un experto, con nadie.
 
—Exacto. ¿Cómo los eligieron como equipo? ¿Ustedes mismos?
 
—No, fue el entrenador. Siempre nos ve juntos y casi todas las cosas en grupo las hacemos juntos y siempre hacemos todo bien, así que como funcionamos, nos juntaron.
 
— ¡Qué belleza! —Sólo logra ser sarcástica— ¿Qué se siente ser equipo?
 
—Es divertido y por lo menos, a mí me gusta.
 
— ¿Y no hay otros buenos que los tuvieron que poner juntos justo a ustedes?
 
—Claro que hay, pero como siempre estamos nosotros en equipo, decidió dejarnos así.
 
Al rato, Marc y Leo se quedan solos en la oficina mientras los demás terminaban de comer.
 
—Papá ha estado raro hoy… —Marc intenta ver si le saca algo de información a su hermano.
 
— ¿Por qué lo dices?
 
—Me preguntó si me parecía un buen padre.
 
— ¿Desde cuándo le preocupa eso?
 
—Así reaccioné. Luego comenzó a decir que le parece que no ha sido bueno contigo pero sí conmigo y que si te preguntaba le dirías que sí mintiendo y cosas así.
 
—En algo tiene razón…
 
—Dijo que era porque nunca se preocupó por ti y que cómo era posible que siendo tu hermano, yo sea como tu padre a veces.
 
—Justamente porque no se preocupó por mí. Simple.
 
—Sólo hay una cosa. Estuvo a punto de decirme el porqué de eso, pero justo cuando lo iba a decir, paró tan drásticamente y terminó diciendo que no debía decírmelo.
 
—Decirme, decir, diciendo, decírmelo… —Leo trata de desviar su atención.
 
—Tú me entendiste. Paró como cuando estás al borde de contar un secreto que prometiste no revelar.
 
—Entonces nunca te dijo por qué no se preocupó.
 
—No. Desviaba el tema. Le insistí, pero nada.
 
—No es por nada, pero es verdad. No debería mencionarlo.
 
— ¿Eh? ¿Quieres decir que lo sabes?
 
— ¿Saber qué cosa? ¿De qué hablas?
 
—Genial… —Marc nota de inmediato que eso es un brote de confusión— De algo que dijo papá.
 
— ¿Qué dijo?
 
—Algo de que no se preocupaba mucho y no quiere decir por qué.
 
— ¿Por qué todo se mueve?
 
— ¿Con todo quieres decir…?
 
—Todo. Todo se mueve.
 
—Siéntate y cálmate. Cierra los ojos un momento.
 
— ¿Así voy a calmar todo?
 
—No lo sé, es la idea. Ábrelos.
 
—Ahora está peor —Los vuelve a cerrar, apretándolos.
 
— ¿Qué es lo que ves?
 
—Veo y siento que todo da vueltas.
 
— ¿Con los ojos cerrados también?
 
—Sí.
 
— ¿Crees que puedes bajar para ir a mi auto?
 
—No —Niega luego de intentarlo.
 
—Voy a ayudarte —Marc asiste a Leo, y con algo de lentitud logran llegar al ascensor.
 
— ¿A dónde vamos a ir?
 
—Te va a dar un paro, debo llevarte al hospital.
 
— ¿¡Un paro!? —Casi grita— ¡No puede ser!
 
—Sí… Deberíamos apurarnos.
 
—Me mareo…
 
— ¿Aún ves a todo dando vueltas?
 
—Y cada vez peor.
 
Casi arrastrándolo, lo lleva directo a su puesto en el estacionamiento y suben al auto. Arranca algo apurado.
 
— ¿Puedes ir más despacio? Me mareo más.
 
—No lo creo… —Le pasa su celular— Llama a Daniela y avísale que vamos para allá.
 
— ¿Hola? —Daniela atiende.
 
— ¿Dani?
 
— ¡Leo! ¿Qué pasa?
 
—Estoy muy mareado y Marc dice que me va a dar un paro.
 
— ¿Estás en brote?
 
— ¿En brote? —No entiende.
 
—Oh, nada.
 
—Era para decir que vamos en camino.
 
—Ok, iré avisando —Cuelgan.
 
Al llegar al hospital, Daniela atiende a Leo para quitarle el mareo. Se encuentran dentro de una habitación de consultas, estando el paciente sentado en una camilla y la residente de pie al frente de él.
 
—Abre los ojos.
 
— ¡No!
 
—Ábrelos.
 
— ¡Que no!
 
— ¿Cómo es tu mareo? ¿Cuándo lo sientes?
 
—Todo me da vueltas y pierdo el equilibrio. Me duele la cabeza horrible y con los ojos cerrados no tanto.
 
—Claro, así no ves a todo girando, pero necesito que los abras, sino no sabré bien qué tan grave es.
 
—Si tú lo dices… —Los abre, de inmediato se queja.
 
— ¿Sientes algo más?
 
—El pulso se me aceleró —Se agarra el cuello, desesperado.
 
—No te alteres, así sólo empeorarás.
 
— ¿¡Qué me está pasando!?
 
—Te va a dar un paro. Por favor, no te alteres.
 
— ¡Era verdad!... Se me está yendo el mareo, ¿eso es malo?
 
—Normalmente no, pero… cuando termine, empieza el paro.
 
—Hey, ¡ya veo normal!
 
— ¿Y no sientes más nada?
 
— ¿Debería? —Pocos instantes luego de haber preguntado, cae desmayado. Rápidamente, los doctores llegan con el equipo de paro y logran salvarlo. Luego lo someten a algunos exámenes, saliendo limpio en todos.
 
—Si ya casi no me daban paros, ¿por qué ahora he tenido tres sólo esta semana? —Leo finalmente decide aclarar sus dudas con Daniela.
 
—Lo que pasa es que a ti te comenzaron a dar paros el catorce de octubre del año pasado, ¿verdad?
 
—Sí…
 
—Hoy es dieciocho de octubre. Normalmente, los paros son muy frecuentes cuando se acerca la fecha en la que la enfermedad comenzó.
 
— ¿Y cuánto tiempo dura eso?
 
—Como dos semanas. Debes estar muy pendiente porque los paros de esos momentos son mucho más fuertes. La mayoría muere en esos paros. Ten cuidado, cualquier cosa, por insignificante que parezca, puede ser una señal.
 
—Ok, me estás asustando.
 
— ¿Lo suficiente como para que te dé un brote?
 
—Tampoco así.
 
—Entonces no hay problema —Bromea.
 
—Muy graciosa —Responde sarcástico.
 
— ¿Le has contado a alguien más?
 
—A nadie.
 
— ¿Cuánto tiempo más piensas ocultarlo? Va a llegar un momento en el que no podrás ocultarlo, empezando ahora que te darán muchos paros. ¿No crees que se comiencen a preguntar por qué te ausentas tanto?
 
—No lo sé… Pero ahora no será, esperaré un poco.
 
De noche, en la casa de la familia Molander, Marc insiste en descubrir la razón del extraño comportamiento de su progenitor.
 
— ¿Piensas decirme lo que no pudiste en la tarde?
 
— ¿Por qué insistes tanto?
 
—Quiero saber la razón por la que he tenido que ser como tu padre todo el tiempo.
 
— ¿No puedes entender que no quiero comentarlo?
 
—Quizás si lo liberas, podrías desahogarte.
 
—No se lo he contado a nadie, ni papá sabe que lo sé.
 
— ¿¡Pero qué es!?
 
—No… No quiero —Deja de hacer contacto visual con él.
 
— ¡Me vas a hacer pensar que no eres mi hermano!
 
—No, tampoco exageres. No es tan grave como eso.
 
—Entonces, ¿por qué no me lo cuentas?
 
— ¿Quieres oírlo? —Vuelve a verlo— Ok, te lo diré. Papá no se preocupaba por mí porque yo no fui planeado. Es una estupidez, pero es la verdad. Y por no serlo, nunca me quiso.
 
— ¿¡Quieres decir que todo fue por eso!? No me la creo.
 
—Yo tampoco.
 
— ¿Y cómo es que tú sabes eso y yo no?
 
—Porque escuché a mamá y papá discutiendo por eso.
 
— ¿¡Qué!? ¿¡Cuándo!? —Marc termina de sorprenderse. Una discusión entre sus padres era algo muy poco común.
 
—Un poco antes de que me secuestraran. ¿Recuerdas que yo me enfermé antes de eso? La cosa era que ya era de noche y creo que ya te habías dormido, pero yo tenía hambre y no podía dormir así, por eso decidí pedirle a mamá que me diera algo de comer. La puerta de su cuarto estaba cerrada y antes de abrirla, los escuché hablar. Como no me gusta interrumpir, me quedé esperando en la puerta. Resulta que mi educación fue la culpable de que descubriera algo que nunca habría deseado. Al inicio no les presté atención, pero cuando oí mi nombre, me hice todo oídos…
 
— ¿Por qué no te preocupas por Leo? —Rose le preguntó a Carlos.
 
—No tiene nada.
 
—Está enfermo, tiene faringitis y tú ni sabías que está ronco.
 
— ¿Cuándo lo llevaste el médico? —Se sorprendió.
 
— ¡Hoy! Yo te dije.
 
—No lo recuerdo —Carlos se escuchó relajado.
 
— ¿Cuándo vas a darle atención a Leo? No puede ser que después de diez años aún no hayas superado que él sea un hijo sorpresa y que por eso lo consideres no deseado.
 
—Sabes perfectamente que yo sólo quería a un hijo, no dos. Tú sí, pero yo no.
 
—Podía aceptarlo al inicio, ¿¡pero diez años luego!?
 
— ¿Por qué el alarme? Vamos perfectamente. Tú cuidando de ambos y yo de Marc, todo anda bien.
 
— ¡Claro que no! No está bien para Leo ver que Marc cuenta con nosotros dos mientras que él sólo conmigo.
 
— ¿Cómo puedes saberlo?
 
—Sus inseguridades. Teme a ser rechazado o ignorado, tal y como tú lo haces con él. Más de una vez se ha sentido mal por no contar con tu apoyo. Yo tengo que darle discursos reiteradamente para que se sienta mejor. Todo esto no pasaría si no fuera por tu actitud.
 
—No exageres, debe ser por otra cosa —Sonó indiferente.
 
—No quiero seguir discutiendo —Negó con la cabeza lentamente en señal de decepción— Espero que recapacites.
 
Pasaron unos segundos de silencio, hasta que la puerta se abrió con lentitud.
 
—Mamá… —Leo trató de disimular.
 
— ¡Leo! ¿Qué sucede, te sientes mal?
 
—No… Tengo hambre y no me deja dormir.
 
—Ya iré a prepararte algo —Rose se levantó y salió del cuarto— Te oyes desanimado.
 
—Me gusta hablar y estoy ronco. ¿Cómo estar animado?
 
—Je, buen punto…
 
— ¿¡Escuchaste todo eso!? —Marc queda impactado.
 
—Sí. Me deprimí un poco. ¿Sabes lo que es estar viviendo normalmente y de repente enterarte de algo así por error?
 
—Y tener que disimularlo, vaya…
 
—Sé que parecerá algo no tan grave, pero es que lo que me afectó de eso es que me di cuenta de que todas las discusiones que tenían nuestros padres eran por mí, siempre. Ellos no peleaban, ser la razón de las pocas que tenían no se siente bien.
 
— ¿Y por qué no le has dicho a papá que lo sabes?
 
—Aún no lo sé.
 
—Yo ya sé qué le diré mañana.
 
— ¿Le vas a decir que lo sé?
 
—Tiene que saberlo.
 
—Ok. Quiero estar ahí cuando le digas.
 


Fin del Capítulo #24.
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Mensaje por Spencer Miér 12 Feb 2014, 10:31 am

Emily Rawson escribió:Leí el cap nuevo de AVTD, si, fue muy corto, pero igual me gusto, me encantan las autoconversaciones con el espejo que tiene Ali...Ya quiero ver como sigue, así que obligale a "Ylhe" que publique pronto. Ahque, tranquila que no pienso en decirle tu apodo secreto jeje. El wattpado no me esta andando bien así que si no aparece ningún capítulo por tu nove ni la de ella, es porque no me anda, pero he leído el cap de AVTD, cuando vuelva todo a andar correctamente dejare un comentario, y si no, avisale de mi parte que no se ha enviado mi comentario.
Espero que Our moment llegue a tu país como al mío, si que va a salir caro, según mi analisis en Argentina saldría $350 el de menor tamaño, pero seguramente será mucho más caro que eso.
¿En serio te gusta mi firma? Ow, que amor. Pensé que me había quedado demasiado mal. Es como un ¿Mini trailer? El gif se ve mucho más bonito en fondo blanco, y aquí es todo lo contrario a ese color, por que es raro, me costó hacerlo (debo admitirlo, soy muuuy mala editando, hace mucho que no lo hacia, y menos con imágenes animadas-gifs) Lo que si amo al igual que tí, es el fan art del final, es precioso♥️♥️
Sí, muy corto! Yo lo leí en su teléfono en el colegio y por eso no me pareció taaaaan corto sino hasta que lo vi en la computadora. Sí, Ylne tendrá que apurarse, quizás le diga que aproveche el paro nacional de hoy para escribir debería estar en el colegio justo ahora pero hay una especie de paro así que todo 4to año se puso de acuerdo para faltar.
Wattpad también me estuvo fallando hace unos días! No me contaba los votos ni los comentarios, sólo las lecturas. Cuando leí mi capítulo ahí (lo leo para asegurarme de que esté bien porque a veces separa mucho los párrafos o cambios los — por -) los cambios de página no los quería hacer, decía que estaba en la página 2 cuando en realidad seguía leyendo la primera y cosas así.
Our Moment cuando llegue eso va a ser tipo "PERFUMERÍAS A FULL AGOTÁNDOSE A CADA CINCO MINUTOS!", o al menos eso me parece...
En serio me gusta! Yo ni siquiera sé trabajar con gifs, sólo con imágenes normales así tipo mi firma y con tablas tipo la galería. Y sí, el fanart es muy lindo, quisiera guardarlo.
Ya he publicado nuevo cap en OWN de ambas novelas, sólo que esta respuesta se me había olvidado y por eso es que vengo a responder ahora.
Seguiré aprovechando mi día libre por paro cosa que juraba sólo pasaba con los universitarios, aunque en realidad no es paro porque en mi colegio sí hay clases pero la avenida en donde queda está FULL de gente protestando por lo que no hay paso,  :bye: 
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Mensaje por Spencer Jue 13 Feb 2014, 8:25 pm

Vengo aquí con un nuevo aviso que en realidad ni segura estoy y parte dudo que suceda, pero sólo por si acaso, aquí va:


1) Como algunos ya sabrán de seguro si es que en noticias en el exterior eso aparece, en mi país están pasando unas cosas... Por mi zona todo bien lo más que ha pasado fue un choque entre una moto de Subway y una camioneta hoy al frente de mi casa pero eso es costumbre porque siempre chocan una vez al mes, desventajas de que mi casa esté en una esquina en plena avenida, está tranquilo, pero a pocos minutos de aquí es que protestan y eso. El punto es que como en la zona de protestas queda mi colegio, esta semana prácticamente no he tenido clases, lo que se traduce en: Tiempo libre mientras tanto y una lamentable reincorporación llena de evaluaciones que me tendrán con el tiempo al límite  :lloro: Puede que hasta el lunes si se detiene la cosa esté tranquila con eso, pero el martes no, así que si dejo de subir de la nada, es eso.


2) Se me están acabando los capítulos. No asustarse, en realidad voy que si por un tercio, pero los que tenía pasados a computadora tipo script sólo me quedan dos y creo que por la mitad. ¿Qué quiere decir? Que probablemente tarde más editando los capítulos porque tendré que buscar los cuadernos en los que tengo escritos los capítulos y comenzar a pasarlos así, del cuaderno en script (o sea... de "M: (Sorprendido) ¿¡Escuchaste todo eso!?" a "— ¿¡Escuchaste todo eso!? —Marc queda impactado") y así es peor porque lo que hacía antes era pasarlos tal cual a Word y los "limpiaba" (eliminaba partes/mejoraba diálogos/agregaba cosas) y luego sólo les agregaba la narración, ahora tendré que hacer todo eso de una vez porque eso es mentira que haré doble trabajo. Conclusión: Supongo que tardaré más y me costará más adaptar los capítulos al formato de OWN  :wut: Y eso, los cuadernos casi se me pierden cada vez que mi mamá reorganiza las cosas, SIEMPRE SE METE CON MIS CUADERNOS! Siempre los cambia de sitio. Hace unos meses me costó ordenarlos para así no tener que estar abriéndolos buscando cuál tenía tal capítulo, pero como ya adivinan, me los ha revuelto todos y tengo que volver a hacerlo. Anteayer casi di por perdido el que tenía la segunda mitad del capítulo #50 hasta que lo conseguí en un sitio distinto a donde estaban los demás, así que eso es lo otro, mis cuadernos los tiran de un lado a otro y mi mamá quiere botarlos siempre me pregunta porqué no los boto ya que cree que es puro bulto y no sabe que escribo no se lo diría, al menos no esta.


3) Nada... Simplemente quería hacer un tres  :rawraw: Mentira, sóolo diré algo pequeño: En definitiva, mi miedo a que me dijeran algo los del staff por la ubicación de la novela en Drama en vez de Policial ha desaparecido. Me he dado cuenta de que están revisando esta sección del foro bastante porque CASI TODAS las novelas en la primera página tienen el mensaje de alerta  Más Que Cosas De Policías - Página 8 3212464482 Pero lo bueno de eso es que esta ha quedado prácticamente en el fondo (penúltima), lo que quiere decir que está a salvo, qué suerte de que me di cuenta de que en MQCDP hay más drama que crimen  Más Que Cosas De Policías - Página 8 3373640616 


4) Ahora sí creo que terminé. Eso es todo, hasta luego!  :bye: 
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Mensaje por Spencer Lun 17 Feb 2014, 1:55 pm

Aquí les saluda la escritora que está más perdida pensando que todos estos días han sido sábado porque no ha tenido clase desde hace una semana.


Bien, con eso sabrán que sigo en mi tiempo libre indefinido, y creo que durará para rato. Y bien, es verdad eso, estoy perdidísima en el tiempo porque casi se me había olvidado que hoy publicaría y no tenía ni la mitad del capítulo modificado, pero ya está, y acá la publico.


Capítulo #25: “Rehén por Conveniencia”.
 
—Aprovecharé que están los dos juntos —Carlos decide al ver a los hermanos a punto de salir en la mañana.
 
— ¿Vas a hacer la misma pregunta de ayer?
 
—Sí. ¿Qué piensan, soy un buen padre o no?
 
—Hay algo que queremos decirte —Marc da la iniciativa.
 
—Lo sabemos todo —Leonardo duda un poco antes de liberarlo.
 
— ¿Con eso quieren decir…? —Carlos se confunde. No esperaba esa respuesta.
 
—Sé por qué no te preocupaste por mí.
 
— ¿Cómo te enteraste?
 
—Te oí discutiendo con mamá una vez.
 
—Entonces, supongo que ya sé tu respuesta —Supone sin mucha alteración.
 
—No, no la sabes. Ninguna de las dos. ¿Cómo voy a decir si eres un buen o mal padre si ni lo fuiste para mí? ¿Cómo? —Ataca sin temor. Marc se incomoda y decide alejarse un poco.
 
—Tienes razón… —Le dolió.
 
—Nunca te preocupaste, apenas notabas mi existencia.
 
—Pero ahora sí, me preocupo y te hablo, eso casi no pasaba.
 
—Lo sé, lo sé, sólo que no sé si es porque de verdad estás recapacitando o si es porque sabes que voy a morir en menos de cuatro años —Leo no se detiene, dejando salir algunos de sus pensamientos mejor guardados. Carlos no sabe qué responder— No dices nada. Ocultas algo y eso debe ser que la razón es porque sabes que moriré. Aún no me quieres y si lo haces, muy poco. ¿Y tú crees que te odio por eso? Debería, pero no. Tengo razones para hacerlo y de todos modos no lo hago. Creo que me odiabas sin fundamentos. Yo no tengo la culpa de ser “sorpresivo”, en todo caso sería culpa tuya… No quiero seguir discutiendo, me voy —Recoge sus cosas y se va de la casa.
 
Un silencio bastante incómodo invade a la sala. Carlos se sienta en un sofá que tiene atrás y ve abajo. Por primera vez está sintiendo el peso de sus acciones, parece que era necesario para él oír a su propio hijo confesar para salir de la ceguera.
 
—Primera vez que veo a Leonardo tan duro y directo… —Marc se acerca y rompe el silencio.
 
—Habría preferido que dijera que no, al menos sería un padre. Si Rose estuviera aquí, me diría “te lo dije, le está afectando”.
 
— ¿Te afectó lo que dijo?
 
—Es raro, pero sí. Justo cuando creí que estaba recuperando a mi hijo, sucede esto.
 
Ambos salen para llegar a buena hora a sus respectivos trabajos. Mientras tanto, Leo ya había llegado. Recién entra a la oficina, Paula se asoma.
 
— ¿Y Marc? —Espera, no responde— ¡Hey, es contigo! —Reclama, molesta.
 
— ¡Oh, qué milagro! —Voltea con sorpresa. Paula nunca le había hablado directamente hasta ese preciso momento— Pensé que no era conmigo.
 
— ¿Con quién más? ¡Contéstame!
 
—Me vine solo. Quizás está en camino.
 
—Ok —Sale y casi de inmediato entra Daisy.
 
—Debemos ir al entrenamiento. Dirán quiénes están autorizados a usar armas a partir de hoy.
 
—De seguro nosotros.
 
Se levanta luego del aviso de Daisy y van directo a la edificación vecina de la comisaría, en donde se ven las clases. Ese día no les tocaba nada, pero el entrenador anunció la entrega de las armas de fuego a algunos de los aprendices para ese día, por lo que debían asistir. No tardan mucho. Un poco menos de media hora más tarde ya están de vuelta.
 
— ¡Tenemos la autorización! —Celebran al entrar a la oficina.
 
—Genial, un criminal con autorización —Paula dice a sus adentros. Sospecha que van a preguntarle qué dijo, por lo que acomoda la oración para hacer un comentario en voz alta— Qué bueno que anden con autorización.
 
— ¿No tienen ningún caso? —Su hermana pregunta.
 
—No. Estamos esperando.
 
—De ustedes, supongo que el último en obtener-
 
— ¡Para! —Matías la interrumpe— No digas nada.
 
—La obtuvo muy poco antes de terminar el entrenamiento —Sebastián le sopla lo que quería callar.
 
— ¡Cállate!
 
—Y creo que no debería tenerla.
 
— ¡Cá-lla-te! Me la dieron porque sé bien cuando disparar y cuando no y eso es importante.
 
—Entonces estás admitiendo que no sabes disparar —Sebastián casi se burla en su cara. Matías se queda callado pensando lo que dijo.
 
—Rayos.
 
—Siempre la pones, nunca lo haces bien, ni para defenderte porque cuando lo haces, sólo admites lo que quieres negar.
 
— ¿Podrías callarte de una vez por todas?
 
—No te enojes, la verdad duele.
 
— ¡Cállate de una vez! —Matías pierde la paciencia y un acento muy marcado se le nota.
 
—Ya, me callo. Que digas “cashate” no es normal.
 
Conversan en grupo mientras esperan un caso. No es sino hasta la mitad de la tarde que reciben un llamado. Debido a que ningún otro grupo está disponible, se les asigna un robo en marcha en un centro comercial que debe ser detenido cuanto antes por riesgo a que se origine un tiroteo.
 
— ¿En cuál tienda era? —Sebastián no recuerda al llegar.
 
—En… —Escuchan disparos— ¡Vamos, rápido!
 
—Si no nos dan los celulares y el dinero, dispararemos de nuevo —Uno de los ladrones amenaza dentro de la tienda.
 
—Y puede que le apuntemos a uno de ustedes.
 
—No hará falta, estoy seguro de que la policía llegará pronto —Uno de los vendedores asegura.
 
—Ja, la policía nunca llega —Hace énfasis en “nunca”. El otro ladrón dispara, alarmando a este— ¡HEY! ¿¡Estás loco!? ¡Casi me das a mí!
 
—Es que la policía sí llegó.
 
— ¿¡Qué!? Justo cuando somos nosotros.
 
—Disparé para ver si me deshacía de uno.
 
— ¿Y qué tal?
 
—No lo sé.
 
— ¡Bajen las armas ya! —Alex es el primero en entrar.
 
— ¿Por qué no las bajan ustedes? —Dispara.
 
—Porque no pensamos disparar como ustedes.
 
Se posicionan en pares en cada rincón de la tienda, así no tendrían escapatoria, pero algo inesperado sucede. Un tercer ladrón sale de la puerta del almacén con un muchacho en su poder, apuntándole.
 
—Si no se van, ¡le disparo! —El líder de los suyos se le acerca y le dice algo— Esto… Primero den sus celulares. Al que no lo dé, le disparo y al muchacho también.
 
— ¿¡Tienen a un muchacho!? —Marc se sorprende. Está junto a Matías en la entrada.
 
—Sí… Parece de catorce.
 
— ¿Dónde le está apuntando? —En su lugar no tiene mucha visibilidad.
 
—En la cabeza.
 
—Demasiado riesgo. Tenemos que sacarlo de ahí.
 
— ¿Y cómo piensas hacerlo?
 
—Por el momento, no se me ocurre nada.
 
— ¿Nadie se ofrece? Debe ser difícil entregar un celular al que de seguro le tienen cariño, así que empecemos con algo más sencillo, el dinero.
 
—Tengan —El vendedor piensa y termina entregándoles parte del dinero que había en la caja registradora.
 
—Ya están empezando a ceder, muy bien.
 
—Hay que disparar —Paula y Diana se encuentran cerca de la puerta del almacén.
 
— ¿A cuál de los tres?
 
—Preferiblemente al del muchacho, pero a cualquiera.
 
—Ese será difícil, mejor otro.
 
—Pendiente. Cuando alguno se descuide y no haya dificultades, disparamos. Tenemos que deshacernos de alguno.
 
—Antes de que alguno se deshaga de uno de nosotros.
 
—Exacto —Escuchan disparos.
 
—Dennos dinero o los próximos disparos no serán al aire, ¿¡entendido!?
 
—No nos enseñaron qué hacer en un tiroteo —Ambos novatos se encuentran a unos metros de las chicas.
 
—Es raro, tenemos el permiso pero no sabemos qué hacer. No deberíamos estar aquí.
 
—No podemos hacer nada, ya estamos aquí.
 
— ¿Alguna vez has estado en un tiroteo?
 
—Estuve en el tiroteo que hubo en la comisaría el año pasado, pero como paramédica. Ayudé un poco localizando al hombre armado, pero no estuve en medio. ¿Y tú?
 
—En el lugar del muchacho cuando tenía tres.
 
— ¿¡Qué!? ¿¡En serio!?
 
—Sí, al inicio no me apuntaron pero sí que nos golpearon. Marc también era rehén. Luego me apuntaron y casi me dan. No me traumé y no sé cómo.
 
—Vaya… Hemos estado en uno pero no sabemos qué hacer.
 
—Hay que hacer que dejen ir al muchacho.
 
— ¿Cómo piensas hacerlo?
 
—Lo único que se me ocurre es hacer un intercambio.
 
— ¿Un intercambio?
 
—Que alguno de nosotros se ofrezca a cambiar de puesto.
 
— ¿Pero tú crees que alguno quiera?
 
—Nadie va a querer, pero tendremos que hacerlo.
 
— ¿Dices que no hay otra opción?
 
—Claro que hay más, pero me parece que es la más segura. La otra sería dispararle al ladrón, pero…
 
—Es riesgoso para todos. Si fallamos, le puede dar al muchacho o a alguien que esté cerca.
 
—Y pueden hasta empezar a disparar más. Demasiado riesgo.
 
—Entonces, ¿qué hacemos?
 
—Tenemos que ver qué tienen planeado los otros. No sé cómo.
 
— ¿Qué plan tienes? —Matías y Marc se plantean el mismo tema.
 
—Ninguno, ¿y tú?
 
—A mí se me ocurre hacer que Rex entre y distraiga a alguno y si es posible, que lo tumbe.
 
— ¿Y dónde está él?
 
—Se quedó en la entrada, no dejan que entren perros.
 
— ¿Qué tal si voy yo y trato de convencerlos?
 
—Anda —Matías se levanta para ir a buscar al canino, mas se detiene casi de inmediato.
 
— ¡Marc!
 
—Hey, ¡más bajo! Van a oírte.
 
—Pero… ¿Qué hay de Sebastián?
 
—No sé. ¿Dónde está? ¿Y qué tiene que ver?
 
—Mira —Marc voltea y ve que está en el suelo con una bala en la pierna.
 
— ¡Llama a Emergencias! ¿¡Qué esperas!?
 
— ¿No se te ocurre otra cosa? —Diana se cansa de esperar.
 
—No… Traer a Rex, pero de eso se encarga Marc.
 
—Y creo que lo mandó a buscar porque no veo a Matías.
 
—Mejor. Será más fácil. Esperemos a que llegue.
 
— ¿¡No piensan hacer nada!? —Oyen al vendedor desesperarse seguido de unos cuantos tiros.
 
—No queremos comentarios.
 
—Hemos perdonado mucho a este chico —Lo agarra más fuerte y le acerca más el arma.
 
—Ya no puedo más. Seré yo —Leo se decide.
 
— ¿¡Qué!? ¡No! ¡No lo hagas! —Daisy se alarma.
 
—Tengo que hacerlo. Ya sé cómo se siente.
 
—Pero…
 
—Voy a hacerlo no me detendrán —Se para y va.
 
— ¡Pero…! Cuídate… —Su compañera se preocupa.
 
— ¿¡Piensas esca- Eres policía!?
 
—Sí, y no pienso escapar.
 
— ¿Diecicuántos años tienes?
 
—Veinte, ¿pero qué importa eso?
 
— ¿¡Y ya eres policía!? Okay…
 
— ¿Qué rayos piensa hacer? —Marc se pregunta a sí mismo.
 
— ¿De qué ha… —Matías regresa—… Qué piensa hacer?
 
—No lo sé. Mi hermano es tan impredecible, literalmente.
 
—Están contactando al dueño para permitir la entrada.
 
— ¿¡Qué les cuesta permitirlo de una vez!? —Matías sólo levanta los hombros.
 
—Pendiente —Dejan de hablar para prestarle atención a lo que sucede en el medio.
 
—Y bien, ¿qué piensas hacer?
 
—Hacer que dejen ir a su rehén.
 
—Ajá, ¿y cómo piensas hacerlo? —El ladrón no le cree.
 
—Con un intercambio de rehenes.
 
—Va a quedar igual.
 
—No. Dejarán ir a un rehén que no les hará nada, dejarán que se vaya de aquí, y obtendrán a un rehén que les conviene, un policía, uno menos contra quien luchar.
 
—Me parece un buen trato.
 
—Y bien, ¿quién es el valiente? —El ladrón del rehén desea saber.
 
—Yo mismo me ofrezco.
 
— ¿En serio? Bien, desármate —Toma el control de la situación. Leo se desarma— Pásame eso… Ahora la protección —Se medio asusta pero no lo hace notar. Se quita el chaleco antibalas. El hombre deja libre al muchacho, quien de inmediato sale corriendo del lugar. Leonardo se acerca. El ladrón lo agarra con una mano como si fuera un arresto, mientras que con la otra mano sostiene el arma sin apuntarle a nada.
 
— ¿Algún plan? —El silencio de Matías y Marc acaba.
 
— ¿Qué pensabas hacer?
 
—Realmente no importa, ahora no sé qué hacer.
 
—Bien, ahora tenemos a un policía, el plan cambia. Ahora por cada vez que nos desobedezcan, habrá un disparo, uno solo. Puede ser al aire o puede ser hacia el compañero de aquí. Si no quieren que se llene de agujeros, ya saben lo que deben hacer.
 
— ¡Ahí está! —Marc se preocupa— Por eso, cuando se hace un intercambio, hay que tenerlo todo planeado.
 
—Ahora es un blanco fácil.
 
—Trae a Rex.
 
— ¿Pero qué hay de...?
 
— ¡TRÁELO! Eso no importa nada, estamos en una situación muy peligrosa y lo necesitamos.
 
—Ok, vuelvo rápido.
 
El vendedor trata de buscar algo que tirarles a los ladrones, pero se dan cuenta. Uno de ellos dispara a donde está Leo. Él logra esquivar la bala y ésta golpea al suelo.
 
— ¡No te muevas! —Vuelve a disparar, vuelve a fallar.
 
—Tiene suerte de que tiene mala puntería.
 
—Justo me iban a avisar que lo dejaban pasar cuando fui. Aquí está Rex.
 
— ¡Bien! Veamos… Hagamos que Rex distraiga al de ahí —Señala al que recién disparó— y en eso, Daisy debería atraparlo.
 
— ¿Y si no lo hace?
 
—Lo hará. Él disparará, seguro falla, Daisy volteará.
 
—Plan arriesgado.
 
—No tanto. Bien Rex, ya sabes qué hacer —Marc suelta a su perro.
 
—Les doy tres segundos o vuelvo a disparar. Tres, dos, uno… —Cuando está por apretar el gatillo, Rex le desvía el brazo, por lo que el tiro dio en el techo. Daisy se da cuenta y va a atraparlo. Uno de sus compañeros se da cuenta y dispara tres veces: uno a ella, uno a Rex y uno a Leonardo. Se oye un grito.
 
— ¡Hey! ¡Ten más cuidado, me rozó! —Uno de ellos se queja. Daisy esposa al que atrapó y lo deja enganchado a un estante.
 
— ¿Ves? Funcionó.
 
— ¿Ahora qué hacemos con los otros dos?
 
—Diana y Paula podrían sorprender al que tiene a Leonardo por la espalda.
 
— ¿Y si el otro se da cuenta?
 
—Daisy debe estar volviendo. Planearemos algo con ella.
 
El vendedor está buscando algo para lanzar de nuevo. El líder se da cuenta y dispara hacia el almacén.
 
— ¡Casi me dio! —Paula casi se altera.
 
—Lo bueno es que no le han dado a nadie.
 
—Bien, comencemos el plan.
 
—Hay que dispararle a él —Señala al líder y luego realiza lo dicho.
 
— ¿¡Quién está disparando!? —Devuelve la acción hacia Leonardo, fallando de nuevo.
 
— ¡Asegúrate de pegarle! —Paula regaña a Diana.
 
— ¡Si le doy, el otro podría molestarse y matar a Leo!
 
—Y si sigues como hiciste, él se molestará y le disparará a cualquiera y más que todo, a Leonardo y así se hiere más y sufre más y me parece que es mejor una persona en riesgo que todas.
 
—Lo dices porque no es Marc. Y no, seguiré como voy.
 
—No incluyas esos asuntos aquí —Diana repite lo anterior.
 
— ¡Para! —Esta vez, la respuesta va dirigida a ella.
 
— ¿Entiendes lo que te digo?
 
—Me rozó, nada más. Igual tengo el chaleco antibalas.
 
—No te confíes tanto.
 
— ¿Sabes? —El que tiene a Leonardo agarrado al estilo de un arresto comienza a hablarle— Pensé que al ofrecerte nos estabas tendiendo una trampa. Ahora veo que no.
 
—No puedo hacer nada así. ¿Cómo podía ser una trampa?
 
—No lo sé. Veo que no tienes nada planeado. Has estado muy tranquilo, no tratas de escapar ni nada, no sé si tu cara dirá lo mismo. Lo único que haces es rascarte la pierna con el pie y eso no es nada riesgoso para mí. ¿Sabes qué? Voy a soltarte.
 
— ¿Hablas en serio?
 
—Sí, en serio. Siente cómo dejo de agarrar tus manos —Las suelta— ¿Ves? Anda, te solté.
 
Con algo de sorpresa, Leo comienza a avanzar lentamente para no llamar tanto la atención del otro, quien de seguro no tenía idea de que fue liberado. Sólo logra dar un par de pasos hacia adelante.
 
—Te solté, pero con una condición —Escucha decir al encapuchado. Se extraña y se detiene, mas no voltea a verlo.
 
— ¿Cuál? —No hace notar ningún sentimiento, su tono fue firme. Siente cómo el hombre se le acerca por la espalda, se detiene estando bastante cerca y algo apoyándose en su nuca.
 
—Al próximo error, eres hombre muerto.
 
Tal y como lo supuso, eso que sintió fue el arma del ladrón detrás de él. Debe mantener la calma, cualquier señal de miedo puede ser desfavorable.
 
— ¿Ahora ves por qué debiste arriesgarte? —Paula continúa reclamándole a Diana.
 
—Ahora hay más riesgo.
 
—No podemos disparar. Si fallamos, esto será un banco de sangre.
 
—Hay que ver si Leo logra hacer algo.
 
—O quizás… —Ve a su izquierda a Daisy— ¡Daisy! ¡Psss! ¡Daisy!
 
— ¡Silencio! Quizás le moleste que hablemos.
 
—Pero, Daisy… —Su hermana la ignora.
 
— ¿Algún plan? —Alex se acerca a la entrada.
 
—Todavía no —Marc niega— No sé qué podemos hacer sin que ellos se den cuenta. Ya están pendientes de Rex y de todos nosotros también. Cualquier cosa que hagamos será muy arriesgada y eso es lo que no quiero.
 
—No podemos hacer nada, hay que arriesgarnos y rogar que no terminemos en un funeral.
 
— ¡No!... Ya ni sé lo que digo. No podemos quedarnos de brazos cruzados, sino nunca saldremos de aquí.
 
—Entonces, ¿qué piensas hacer? —Marc no le responde, sólo observa lo que sucede al frente.
 
A Leo le vuelve a picar la pierna, así que se la rasca con el pie, tal cual como las otras veces. Cuando está por terminar, sonríe.
 
—Hey… ¡Está sonriendo!
 
—Sí, es raro. ¿Más o menos por qué? —Matías no entiende.
 
—Esa cara sólo significa una cosa. Tiene un plan.
 
—Más le vale que funcione —Vuelven a observar en silencio, muy pendientes.
 
Leo comienza a rascarse la pierna más rápido y más fuerte.
 
— ¿Tienes sarna o los nervios te dan picazón? —El de negro se desespera.
 
—La verdad es que no tengo idea. ¿No le ha pasado que le comienza a picar o a doler algo sin razón…?
 
—A veces, suele pa… —Leonardo desvía su pie y le da una patada en la entrepierna, luego se da vuelta y remata con un golpe en la espalda para tumbarlo.
 
— ¿… Como ahora?
 
En un montón de acciones y unos cuantos disparos, logran arrestar a los dos restantes, acabando con todo en menos de dos minutos.
 
— ¿Qué haces ahí? Ya pasó todo —Leo le pregunta a Daisy al verla agachada tras las vidrieras.
 
— ¡Estás bien! —Ve arriba y se levanta rápido para abrazarlo fuertemente— Estaba muy preocupada.
 
—No tengo ni un rasguño. Estoy bien.
 
—En serio que me asusté.
 
—Pero ya pasó. Creo que estás más asustada de lo que yo estuve.
 
— ¿Cómo es que siempre estuviste tan tranquilo?
 
—Ya sabía cómo se sentía. Seré muy cobarde, pero cuando hay que ayudar, el miedo se esfuma.
 
—Y yo suelo ser valiente, pero cuando mi mejor amigo está en un riesgo tan grande y no sé qué hacer, me asusto.
 
—No hace falta que lo digas. Podríamos ir a hacer algo para que se te pase el susto luego.
 
— ¿Algo como qué?
 
—Lo que quieras.
 
Se van del lugar para llevar a los tres ladrones a la comisaría. Luego visitan a Sebastián en el hospital. Por suerte, su herida no fue tan grave, aunque tuvieron que ponerle un yeso en la pierna. Le contaron de lo que se perdió por ser impactado por una bala apenas llegó.
 
Ya de noche, cada uno regresa a su casa, y los hermanos no son la excepción.
 
—En serio que pensé que te iba a dar algo cuando te apuntó en la cabeza tan de repente.
 
—Más bien, apenas puse cara de… —Imita una cara asustada.
 
—Es que no sé cómo te quedaste tan calmado siempre. No pensaba que eras capaz de algo así.
 
—Ni yo. Me gusta sentir que nada me asusta.
 
—Una cosa… ¿De verdad te picaba la pierna?
 
— ¡Sí! Desde antes. Me estaba comenzando a desesperar y ahora agradezco que me picara, sino no se me habría ocurrido nada.
 
—Te sirvió para disimular.
 
—Exacto.
 
Sienten el ruido de unas llaves afuera. Carlos recién llega a la casa.
 
— ¡Ya volví! —Avisa al cerrar la puerta.
 
— ¿Qué tal te fue hoy?
 
—Día normal en el trabajo…
 
—Nosotros fuimos a un tiroteo, ¡tuviste que verlo!
 
—Parece que estuvo bueno.
 
—Te lo vamos a contar —Marc está casi tan entusiasmado como un niño a punto de contarle a sus padres lo que aprendió en la escuela.
 
—Cuéntalo tú, yo haré otra cosa —Leonardo se marcha y va a su cuarto.
 
—Pensé que se le había pasado…
 


Fin del Capítulo #25.
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Más Que Cosas De Policías - Página 8 Empty Re: Más Que Cosas De Policías

Mensaje por Spencer Sáb 22 Feb 2014, 9:05 pm

Capítulo #26: “Viene la calma”.
 
— ¿Te falta mucho? —Marc pregunta desde la puerta cerrada del cuarto de Leonardo.
 
—Ya casi, no consigo algo. Cuando lo haga, termino —Lo escucha responder del otro lado.
 
— ¡Apúrate!
 
—Puedes ir prendiendo el auto, ya lo encontré.
 
—Ok —Apenas un minuto después, ya ambos están en el auto del mayor.
 
—Medias, es raro conseguirlas a las dos juntas.
 
— ¿Era eso?
 
—Tan tonto como parece —Marc arranca el auto.
 
—Bueno, llegar tarde por una media no creo que sea una buena excusa.
 
— ¡Por favor! Aún es temprano, podríamos hacer otra cosa y aun así llegaríamos temprano.
 
—No exageres. Sí es temprano pero tampoco tanto.
 
—De todos modos, sigue siendo temprano.
 
—Igual no hay que confiarse —Duran unos segundos sin hablar— Recuerda que mientras maneje debemos mantenernos hablando porque no voy a estar volteando a cada rato. No debo hacerlo y de paso en el camino no hay muchos semáforos —Espera, no hay respuesta— ¿Me oíste?... ¿Leonardo?... ¿Te sientes bien?... No me digas —Voltea rápido a su derecha, y efectivamente, sus sospechas son ciertas— Así que hacer otra cosa, ¿eh?
 
Desvía su rumbo hacia el hospital. Llega lo más rápido que puede y atienden a su hermano de igual manera. Regresa la típica fatídica espera en la que se desea un buen final y nada de doctores con noticias desalentadoras. Por suerte, la primera parte se da como de costumbre.
 
— ¿Cómo fueron los síntomas hoy? —Daniela procede a interrogarlo de la forma acostumbrada mientras sus compañeros llevan al paciente a examinarse.
 
—No hubo síntomas, fue muy de repente.
 
— ¿No hubo? ¿Estaba normal y de repente le dio?
 
—Exacto. Estaba hablando con él y se desmayó.
 
—Esos, aunque no lo parezcan, son los peores. Hoy tardaremos un poco más con el chequeo.
 
— ¿Más o menos cuánto?
 
—Ve al trabajo, no será rápido como siempre.
 
— ¿Por qué tanto?
 
—Estos son los paros más fuertes. Siempre que hay un paro sin síntomas o demasiado seguidos, hay que hacer varios exámenes para ver la gravedad del asunto y saber qué debe evitar hacer y cosas así. Luego te explico bien.
 
Algo más preocupado que de costumbre, Marc se va del hospital para lograr llegar a tiempo a la comisaría.
 
— ¡Pensé que nunca llegarías! —Paula exclama al verlo pasar a la oficina.
 
— ¿Tardé tanto así?
 
—Llegaste a buena hora, tarde comparado con lo normal.
 
—No siempre se llega a la misma hora.
 
— ¿Viniste solo? —Daisy nota la ausencia de su compañero de entrenamiento.
 
—Sí… Creo que Leonardo no va a venir hoy. Se siente demasiado mal. Es posible que venga más tarde, pero no lo creo.
 
—Ah…
 
—A mí me molesta un poco lo que tengo en el brazo por el roce de la bala —Diana reintegra la conversación que tenían antes de la llegada de Molander.
 
—Ni me lo digas, a mí me dieron —Sebastián reclama.
 
—Nosotros dos sólo haremos actividades de oficina.
 
— ¡Pero un roce no es para tanto! —Matías opina.
 
—Bueno, Sebas de oficina y yo no puedo hacer tanto esfuerzo.
 
—Así sí.
 
—Tú lo que quieres es descansar. Nos tienes celos.
 
—Tal vez, no lo sé, podría ser…
 
— ¡Sí es!
 
Una hora luego, Daisy abandona el grupo para ir a la clase del día en el entrenamiento. Como casi siempre, se reúnen en un área amplia a un lado del salón, pues probablemente tendrían que dramatizar o realizar alguna práctica.
 
—Hoy veremos qué hacer en un tiroteo.
 
—A buena hora —Comenta la pelirroja.
 
— ¿Qué has dicho, Montesco? —Reynolds pide una repetición de lo mencionado.
 
—Ayer estuve en uno con mi grupo.
 
— ¡Pero si no has visto la lección!
 
—No había más nadie libre.
 
— ¿Y qué tal salió?
 
—Todo bien. Rozaron a una compañera y le dieron a otro, pero no hubo nada más grave.
 
— ¿Ese compañero por casualidad es Molander?
 
— ¿Por qué lo dice?
 
—Porque no vino.
 
—No, no le dieron. No vino porque se siente mal.
 
—Oh, qué lástima. Quería ver qué se le ocurría hoy.
 
Por cierto, Leonardo ya está despierto en la habitación del hospital que le asignaron esta vez. Decide aclarar ciertas dudas con Daniela.
 
—Si ya me hicieron la prueba para ver si tenía el tumor, ¿por qué sigo aquí?
 
—Debemos hacerte otras pruebas. Tendrás que quedarte por más tiempo hoy, quizás hasta tarde.
 
—Genial —Hace notar su sarcasmo— ¿Estoy mal, entonces?
 
—No es que estés mal. Que te dé un paro sin síntomas sí lo está. Las pruebas son para indicarte qué puedes hacer y qué no a partir de ahora.
 
— ¿Me van a prohibir hacer y comer cosas?
 
—Las pruebas nos lo dirán.
 
—Preparándome para sufrir porque sólo podré comer frutas…
 
—No exageres, no serán muchas las prohibiciones.
 
—Eso espero.
 
—Y bien, ¿qué tal si me cuentas sobre lo de ayer mientras esperas para hacerte la primera prueba?
 
— ¿Paula y Daisy no te lo contaron?
 
—Daisy estuvo a punto, pero no pudo… —Se detiene. Leo se desploma ante sus ojos sobre la camilla en la que estaba sentado— ¡Oh, no de nuevo!
 
Daniela se apura en dar el llamado “código azul” de los doctores, el cual en términos coloquiales se refiere a un paro cardíaco. Casi de inmediato, algunos ya preparan el equipo. La residente sale de la habitación para avisar.
 
— ¿Qué sucede? —Del otro lado del teléfono, un Marc asustado atiende sin saludar, como de costumbre.
 
—Le dio otro paro.
 
— ¿¡Qué!? No puede ser… Es bastante malo, ¿verdad?
 
—Otra vez sin síntomas, más grave aun. Dos paros en un día en menos de dos horas es una muy mala señal.
 
—Tu seriedad me está preocupando.
 
—Los tumores suelen formarse así, por eso mi seriedad.
 
—Me terminaste de preocupar.
 
—Espero y deseo que no pase a mayores. Debo colgar, te llamo luego —Cuelga.
 
Marc se queda en donde está, tratando de cambiar su cara de preocupación para que no sospecharan ni le preguntaran nada, pero antes de lograrlo, Carlos pasa por el mismo pasillo, por lo que lo ve.
 
—Hey, ¿qué sucede?
 
— ¿Podríamos ir a un sitio menos… acudido?
 
—Okay… Creo que es grave lo que pasa.
 
—Lo es —Se dirigen hacia los ascensores. Marc no dice nada hasta estar solos adentro— Leonardo está en el hospital, le han dado dos paros hoy.
 
— ¿Dos paros hoy? ¿En qué tiempo?
 
—Uno cuando íbamos en camino, el otro justo ahora.
 
—Muy poco tiempo de diferencia.
 
—Y eso es malo. Daniela me dijo que eso es muy grave y que así hay muchas más probabilidades de que se forme el tumor. No sé si salió del segundo paro ni nada.
 
—Pero cálmate un poco. ¿Desde cuándo te preocupas tanto?
 
— ¡Desde que le comenzó a dar de todo!
 
— ¡Calma! Tú no eres de estarte preocupando.
 
—Acostúmbrate —El ascensor abre, salen.
 
— ¡Ok, ok! Sólo quería que te calmaras un poco.
 
— ¿¡Cómo quieres que me calme!? Claro, tú como nunca lo quisiste no te preocupa.
 
— ¡No vengas con eso tú también! —Carlos empieza a alterarse. No podía ser posible que Marc también le cayese encima— Estás sonando como Leonardo.
 
—Así que eso es lo que te molesta, ¿eh? Que me comience a parecer al que no quieres. Ok, ya me voy —Acusa antes de tomar el sentido contrario.
 
— ¿Qué? ¡No!... ¡Marc! —Deja de caminar y mira cómo su hijo no le hace caso y se aleja.
 
Las cosas van más relajadas en la construcción de al lado, donde la clase de los oficiales en entrenamiento continúa.
 
—Ya que estuvo en un tiroteo ayer, ¿podría describirlo? Veamos si nos basamos en ese como un ejemplo —Propone el entrenador.
 
—Claro. Eran tres ladrones.
 
—Escoja a tres compañeros que los representen.
 
—Uno aquí, otro en el medio y este acá —Los va colocando en sus sitios mientras describe.
 
— ¿Cada uno estaba armado o con rehenes?
 
—Todos armados. El del medio tenía a un rehén.
 
—Otro como el rehén —Ordena. Daisy coloca al frente del que supone ser el ladrón del medio a otro compañero.
 
—Lo tenía así, apuntándole en la cabeza —Los posiciona.
 
—Perfecto. No nos cuentes más. ¿Qué harían en un caso así?
 
— ¿Cuántos años tiene el rehén? —Percy es el primero en intentar hacer algo.
 
— ¿Qué importa la edad del rehén? —Otro no entiende.
 
—Para saber cuánto arriesgarse.
 
—No es lo mismo que el rehén tenga diez o que tenga cincuenta. ¿Con cuál te atreves más a ciertas cosas? —Explica mejor Reynolds— Adelante.
 
—El rehén tiene catorce años.
 
—Entonces podemos arriesgarnos un poco.
 
— ¿Dispararle al que tiene al rehén?
 
—Ve revelando sus planes, dependiendo de los suyos.
 
—Aún no tienen un plan como tal.
 
— ¿Te atreves a dispararle? —El entrenador le insiste al de la idea.
 
—Depende. ¿Dónde estaría?
 
Una vez más, Daisy escoge a varios compañeros más para dar las ubicaciones de dónde estaban.
 
—Si Daisy llega del entrenamiento diciendo que le enseñaron qué hacer en un tiroteo, me voy a reír —Diana avisa a sus colegas en la oficina.
 
— ¿Esa lección cuándo la dan?
 
—No recuerdo bien, pero creo que fue poco después de la de tiro.
 
—Ahh, por eso es que lo dices.
 
—Hablo en serio. Me mirará raro y todo, ustedes ya no.
 
— ¿Un aviso para que ella sea la única? —Pregunta Sebastián para comprobar.
 
—Me entienden perfectamente.
 
— ¿Un tema divertido para hablar? —Marc llega al lugar con una extraña entrada, disimulando un poco el mal humor que le quedó de su última conversación.
 
— ¿Desde cuándo llegas así tan raro? —Diana no calla.
 
—Quería ver qué se sentía.
 
— ¿Y qué tal se siente?
 
—Nada extraño.
 
—Si la ves riéndose porque Daisy vio la clase del tiroteo hoy, no te extrañes —El ojiverde es ahora quien avisa.
 
— ¿La está viendo ahora?
 
—No sabemos.
 
—Ah, yo pensaba que sabían.
 
—Nunca dije eso.
 
— ¿Un tema divertido de qué hablar? Miren —Paula señala hacia el pasillo.
 
—No me agrada cuando dicen “miren” con Rex por ahí —Matías dice sin siquiera haber volteado a ver.
 
—Tú no tienes de qué preocuparte.
 
— ¿Pero qué es lo que hay que mirar? —Diana no ve nada desde el lugar en el que está. Se mueve un poco y logra observar— ¡Oh, ya vi!
 
— ¿Qué intenta hacer?
 
—Ni a mí me ha pasado eso.
 
— ¡Marc! —Escuchan a Alex— ¡Dile a tu perro que me deje tranquilo!
 
—No, creo que no lo voy a hacer —Le responde sentándose con mayor comodidad sobre el sofá.
 
— ¿¡Qué dijiste!?
 
— ¡Nada! Es muy divertido como para arruinarlo.
 
La divertida escena es algo singular: Alex parado con un brazo levantado porque en su mano tiene un pan, Rex en dos patas apoyando las delanteras sobre él saltando un poco para quitárselo.
 
—Menos mal que Alex es alto, porque sino…
 
— ¡No me deja ni caminar!
 
—Típico de perros.
 
— ¡Hagan algo! —Alex ve cómo Sebastián de la nada se levanta y se aproxima a él, extrañándose— ¿Vas a hacer algo tú?
 
—No lo sé…
 
—Oh no, creo que sí sé.
 
—Creo que no lo sabes.
 
—Me vas a asustar y sabes que no me asusto fácilmente.
 
—Respuesta equivocada.
 
—Entonces, ¿qué vas a hacer?
 
— ¡Cosquillas! —Comienza a acercar sus manos para el ataque.
 
— ¡No! —Reacciona bajando rápidamente el brazo.
 
— ¡AH! ¡Recuerda que tengo un yeso! —Intenta sobarse un poco.
 
— ¿Y qué tiene que ver el brazo con la pierna?
 
— ¡Me golpeaste!
 
— ¡JA! ¡Saliste perdiendo tú! ¡Eso te pasa por…! —Oye a todos reírse— ¿Por qué se ríen todos? —Ve hacia abajo. Rex le ha quitado el pan— Me debes un sándwich.
 
—Un sándwich no es la gran cosa. Puedes hacerte uno tú mismo en tu casa.
 
—Entonces házmelo tú.
 
—No. En todo caso, tendría que hacerlo Rex —Se devuelve a la oficina mientras Alex se queda en el mismo sitio.
 
— ¡Gracias por la ayuda! —Agradece sarcásticamente.
 
— ¿Alguna de todas estas ideas fue la que usaron ayer en el tiroteo? —El entrenador Reynolds da por terminada la sesión de hipótesis.
 
—No, ninguna.
 
— ¿Ah, no? Y entonces, ¿qué hicieron?
 
—Un intercambio.
 
—Un intercambio… ¿De rehenes? ¿Policía por rehén?
 
—Tal y como lo oyes.
 
—Esa idea tuvo que ser de Molander —Supone de inmediato.
 
—Sí, fue suya.
 
—Un plan riesgoso, pero si se dan oportunidades, es muy bueno.
 
— ¿Qué pasó después? —Percy ansía saber.
 
—Mandaron a desarmar y a quitarse todas las protecciones a Leo. Dejaron ir al muchacho de la tienda.
 
—Sigue, yo te aviso cuándo parar.
 
—Cambió el plan. Ellos disparaban antes en cualquier momento o cuando alguien no obedecía a esa persona o al aire. Ahora, por cada desobediencia, iba un solo tiro que podía ser hacia cualquier lado, pero digamos que de diez, ocho iban a Leonardo.
 
— ¿Cómo lo tenían agarrado?
 
—Tipo arresto, no le apuntaban ni nada.
 
—Hasta ahí. ¿Qué harían? Ahora pueden arriesgarse más, pero recuerden que está desprotegido.
 
—Deshacerse de alguno de los otros dos.
 
— ¿Cómo?
 
— ¿El grupo cuenta con un perro?
 
—Sí, sólo uno.
 
—Hacer que el perro tumbe a alguno… A este —Señala—, y que el compañero de aquí lo arreste.
 
—Vaya, justo hicimos eso.
 
—Eliminen a este —El que estaba en la posición del ladrón recién eliminado regresa con el resto del grupo— ¿Hicieron algo?
 
—Dispararon un poco, no le dieron a nadie. Viene otro plan.
 
—Ahora a eliminar al otro.
 
— ¿Dispararle?
 
—Si fallas, disparará a cualquier lado —Percy no está de acuerdo con la idea de su compañero.
 
— ¿Si le doy? No es ajuro fallar.
 
—Bueno…
 
— ¿Hicieron eso?
 
—Sí, pero fallaba a propósito. Por cada fallo, él disparaba. En uno rozó a mi compañera que estaba disparando. Ahí, el que tiene a Leo habla con él, tendiéndole una trampa. Lo dejó “ir”, pero no del lugar como lo pensó, sino que le dejó estar suelto con una condición: al próximo error, hombre muerto. Le apunta en la cabeza así —Lo demuestra poniendo a sus compañeros en la posición.
 
— ¿En qué lío se metió Molander?
 
— ¿Pasó en serio así o lo estás inventando? —Percy duda la realidad de los hechos.
 
— ¿Llamo a mi grupo?
 
—Ok, no hace falta.
 
—Ahora sí que es una situación crítica. Cualquier error y se quedan sin compañero.
 
— ¿Cómo rayos hicieron para salvarlo?
 
—Piensen como compañeros y como el rehén. Con lo ocurrente que es ese muchacho, quizás no se quedó ahí sin hacer nada.
 
— ¿Cuántas pruebas faltan? —El muchacho ocurrente pregunta como un niño fastidiado de acompañar a su madre a hacer mercado.
 
—Falta una sola. Dos paros en un día es algo preocupante.
 
— ¿Hasta cuántos se han llegado?
 
—Hasta tres, sólo que al tercero mueren.
 
—O sea que más me vale que no me dé otro hoy.
 
— ¡Más te vale! Tantos paros tan seguidos no son buenos.
 
— ¿Cuánto me van a prohibir?
 
— ¡Espera a que estén los resultados!
 
— ¿No puedes ir adelantando?
 
—No, ni yo he visto los resultados —Leo regresa a su estado de aburrimiento con esa respuesta, bajando los hombros y poniendo mala cara como cualquier niño al que le acaban de decir “no” al plan que tenía con sus amigos.
 
— ¿Dices que nadie ha sobrevivido al tercer paro?
 
—Bueno, quizás sí y era en el cuarto… ¿Por qué?
 
—No te preocupes, era para saber.
 
—Me asustaste.
 
Alrededor de media hora más tarde, después de casi una jornada entera, todo está listo. Daniela llama a Marc para que vaya y se informe igualmente de los resultados.
 
— ¿Todo bien?
 
—Tengo que prohibir algunas cositas.
 
—Ay no…
 
— ¿No estabas desesperado?
 
—Para oír “no voy a prohibir”. Se me fue la emoción.
 
—Igual no serán muchas las cosas. Unas ya las tenías prohibidas por tu impredecibilidad, casi nada en la lista es nuevo —Su buscapersonas suena— Ten la lista, debo atender a otro paciente ya… Lo olvidaba. Vas a enojarte, pero tendrás que quedarte aquí hasta mañana.
 
— ¡No! —Lee la lista luego de que Daniela se fue— Oh, no me prohibieron nada que duela, sólo algunos refrescos…
 
—Tienes suerte. Hoy no hicimos nada.
 
—Perdí un día aburrido.
 
Fin del Capítulo #26.


*Inicio del espacio de anuncios* Qué? Creían que me quedaría sin decir nada?
Primero: Ahora sí. Se me han acabado los capítulos que tenía acomodados y sólo debía pasarlos a narración.
Segundo: Sigo en el tiempo libre sin ninguna idea de cuándo acabará.
Tercero: Qué está pasando con los comentarios? :( 
Cuarto: A la vez de eso, MDUVM está tan bien en Wattpad Más Que Cosas De Policías - Página 8 1857533193 
Quinto: Créanme que no tengo ni la menor idea de qué capítulo sigue. Tengo una ligera sospecha de que es el último en el que basé un caso en un programa, cuando lo publique lo digo...
Sexto: No se extrañen si me tardo más subiendo los capítulos a partir de ahora. Con eso de estarlos editando doblemente, que me quede sólo un capítulo de MDUVM adelantado de lo que llevo publicado y que ya van a comenzar a aparecer los capítulos largos, los cinco días acostumbrados podrían pasar a ser siete o más, quizás no porque de verdad no me dé tiempo, porque de ser así, creo que podría seguir igual, sino porque quieren alejarme de la laptop, en serio.
Séptimo: Por darles alguna noticia extraña y para reírse ok, no, no es noticia, es tipo cuento corto: me creen si hace unos días soñé que se me ocurría otra novela y estaba a punto de escribirla? Incluso recuerdo de qué trataba, pero no creo lograr desarrollar una historia de ese estilo correctamente  :pokerface: 
Octavo: Ya, más nada.
*Fin*


Hasta lo próximo que publique,  :bye: 
Spencer
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Más Que Cosas De Policías - Página 8 Empty Re: Más Que Cosas De Policías

Mensaje por Spencer Dom 02 Mar 2014, 4:33 pm

Me demoré, lo sé aunque creo que nadie lo notó porque este lugar está tan solitario..., y sé que he dicho que he estado libre aún por como está el país, pero exactamente por eso los colegios han empezado su plan de emergencia: Publicar las evaluaciones por internet y nosotros debemos entrar a la página del colegio a revisar, casi todos los días ponen una nueva materia, debemos hacerlas en casa y entregarlas cuando se pueda ir a clases, así no perderemos el lapso.


EL PROBLEMA es que son como 29 problemas de física DE UN TEMA QUE JAMÁS NOS EXPLICARON NI UNO, 70 ejercicios de matemática trigonometría y no tengo mi cuaderno, justo lo presté el día antes de que empezara todo, y lo que falta. Lo bueno es que ya no perderé tiempo leyendo Hamlet porque la profesora puso eso como un examen Más Que Cosas De Policías - Página 8 1857533193 Y de lo que han puesto, sólo he hecho lo de inglés porque adoro la materia y no me torturaría era un diálogo con unos criterios a usar y hacer un dibujo referente a eso. AMO ese tipo de tareas de inglés. Así que se podrán imaginar todo lo que me falta y las materias que faltan...


Pero bueno, después de ocho días he vuelto con el primer capítulo modificado directamente del cuaderno a modo de narración. Cosas del capítulo al final de la publicación.


Capítulo #27: “Secreto Familiar”.
 
— ¡Viniste! —Daisy exclama alegre al ver a Leo llegar a la comisaría.
 
—Claro que vine.
 
— ¿Ya te sientes mejor?
 
—Como si nada.
 
— ¿Sabes? Ayer dramatizamos el tiroteo en el entrenamiento. La cosa era que yo describía y ellos tenían que dar sus ideas de qué hacer en tal momento.
 
—Suena divertido.
 
—Nadie supo cómo hiciste para salvarte. Debiste ver sus caras.
 
—Tienes un caso —Alex pasa rápidamente a un lado de ellos, avisándole a Leonardo que debía irse.
 
— ¿¡Ya!? ¿¡Tan rápido!? Vaya…
 
— ¡Hablamos luego!
 
— ¡Seguro!
 
A la USH1 se le ha asignado un caso de asesinato en una playa no muy concurrida, de esas que hasta parecen ser privadas. Al llegar, se sorprenden al no ver un cuerpo.
 
— ¿Qué fue lo que pasó aquí? —Marc le pregunta a Héctor al no ver nada parecido cerca.
 
—Enterraron vivo a un hombre con una herida en el estómago.
 
—Qué manera de morir…
 
— ¿De morir? Ese hombre salió de aquí llamando a una Chelsea y ahora está en el hospital, vivo.
 
— ¡Qué manera de sobrevivir!
 
—Rex está ladrando sentado ahí —Alex señala extrañado.
 
—Debe haber algo ahí —Marc se acerca a ver. Rex cava un poco. Lo que descubren era lo que buscaban: un cadáver— Oh, ella debe ser Chelsea…
 
—Se ve como una víctima de Esteban Carrasco…—Héctor hace referencia a un buscado asesino en serie que no han logrado arrestar otros grupos a causa de su buena imagen como cirujano en la ciudad, su dinero y su abogado— Tendría que verla bien, pero parece su modus operandi.
 
—Pero si él sólo mata a mujeres…
 
—Quizás se metió en su camino.
 
De repente, sienten cómo un montón de arena les va cayendo encima como si de una tormenta se tratara. Cierran los ojos y se cubren lo más que pueden. Cómo quisieran haber llevado lentes de sol para no tener que dejar de ver por unos segundos. Al sentir también bastante viento y un ruido fuerte, se dan cuenta de lo que en realidad está sucediendo.
 
— ¿Qué hace un helicóptero aquí? —Matías se queja.
 
—Quiere que traguemos arena —Leo le responde, arrepintiéndose casi de inmediato porque él fue quien termino tragando arena al no taparse la boca también.
 
—Espero que esto no dañe la escena…
 
La tormenta de arena provocada acaba. El helicóptero aterrizó y de él baja una mujer algo mayor pero muy bien cuidada y reservada, con una obvia pinta de millonaria.
 
—Soy Vina Carrasco, dueña de todo este terreno. Tengo derecho a pedir que salgan de aquí y eso es lo que haré ahora.
 
—Entiende que estamos en presencia de una escena del crimen, ¿no? —El forense se encarga de discutir con la mujer.
 
—Claro que lo sé, y seguro culparán a mi nieto por esto.
 
—Tal y como con los otros asesinatos. Sí.
 
—Mis abogados harán que invaliden el caso, tal y como los otros asesinatos. Ahora pido que se vayan.
 
—De todos modos, ya nos íbamos, ¿no? —Matías casi afirma desde atrás, algo intimidado.
 
— ¡NO! —Héctor voltea rápido a responderle firmemente, a lo que Matías se aleja algo apenado— Entienda…  Su nieto hizo esto.
 
— ¡Vamos! Son montones de millas, alguien pudo entrometerse.
 
— ¿Saben qué? —Marc se mete en la discusión, decide acabar con todo— Nos iremos, pero estas cintas se quedan aquí.
 
—Está bien. Váyanse ustedes primero.
 
Disgustados en su mayoría, no tienen de otra más que irse de ahí y regresar a la comisaría, no sin antes pasar brevemente por sus casas para quitarse la arena de encima. Se dirigen al quinto piso, pues Cristian los llamó para darles información ahí.
 
— ¿Esa mujer qué se cree? —Matías sigue molesto.
 
—La dueña del terreno y de una empresa.
 
—Debimos arrestarla por obstrucción —Alex iba a responder, pero Cristian le gana y da la información.
 
—El hombre que logró escapar está aquí para hacer una identificación del culpable —Se acercan una sala en la que seis hombres parados de frente sosteniendo un número esperan por la prueba. Afuera de esta, el amigo de Chelsea y un abogado esperan a los detectives y al fiscal— En esta sala se encuentran seis hombres, entre los cuales podría estar o no el hombre que asesinó a Chelsea. Va a verlos y si reconoce al que lo hizo, diga su número —Cristian le da las normas— Enciendan las luces.
 
—Definitivamente es el número cuatro —Identifica con rapidez y seguridad.
 
— ¿Está seguro?
 
—Totalmente, sin duda alguna.
 
—Repita el número para que quede bien claro, por favor.
 
—El número cuatro.
 
Sin más que hacer, se retiran de la sala. Se encuentran con Vina en la puerta, esperándolos disgustada.
 
— ¿No cree que esa identificación fue demasiado fácil? —Detiene al rubio.
 
— ¿Por qué lo dice?
 
—Porque era el único latino entre esos hombres. Debieron escoger mejor a las comparaciones. Pudo elegirlo por distinción racial. Mis abogados invalidarán el reconocimiento —Y con toda la vanidad que podía imaginar, se retira del lugar, dejando a Cristian totalmente confundido.
 
— ¿Qué fue eso?
 
— ¿Ahora entiendes por qué me cae mal? —Matías le recuerda.
 
—Nunca había visto a alguien reaccionar así. Lo que le hace a las personas ser millonarias.
 
—Se creen la gran cosa y que pueden hacer de todo.
 
—En unos días verá que no podrá evadir esto.
 
—Ahora hay que esperar a que estén listas las pruebas del laboratorio.
 
Al llegar a la oficina, sus compañeros de la otra mitad de la unidad los esperaban con muchas preguntas.
 
— ¿¡Tienen un caso de Carrasco!? —Paula es la primera en lanzar una incógnita.
 
—Sí, nos tocó ese —Marc afirma.
 
—Ojalá que ustedes logren atraparlo.
 
—Sería algo bastante bueno. En un rato iremos a la escena de nuevo, la abuela del sospechoso nos corrió —La explicación de Marc sólo causa una carcajada de parte de su novia.
 
—Nunca había oído algo así.
 
—Yo tampoco… —Paula no para de reír— Hey, cálmate. No es gracioso.
 
—Sí lo es.
 
—No es gracioso.
 
— ¡Claro que sí! Sólo que como te pasó a ti, no te da risa. Como no me pasó a mí, sí me da. Es como cuando alguien se cae.
 
—Quizás sea eso… Y de paso nos llenamos de arena.
 
—Su suerte hoy no está muy buena.
 
—Espero que no nos vuelva a correr… Y que si nos corre, no llegue en helicóptero. Tragar arena no es agradable.
 
—Tormenta de arena supongo que fue.
 
—Los helicópteros no deberían estar permitidos en las playas.
 
—Pero no se te nota la arena.
 
—Porque ya nos la quitamos. Igual, yo estaba algo lejos del helicóptero, no me llegó tanta arena como a los demás, y a Alex tampoco.
 
—Vina como que cree que puede evadir todo —Cristian se une al grupo un tanto enfadado.
 
— ¿Qué hizo ahora?
 
—Dijo que sus abogados iban a invalidar la identificación porque su nieto era el único latino.
 
—Excusas. ¿Eso qué importa?
 
—Quiero decir, hay gente racista, pero tampoco creo que para tanto.
 
—Exacto. Está exagerando.
 
—No hay duda de que fue Carrasco —Una hora después, Marc visita el laboratorio para que Héctor le diera los resultados— Le arrancó los ojos, la torturó hasta la muerte y luego la enterró en la playa.
 
—Muy Carrasco.
 
—Exacto.
 
De inmediato, el equipo regresa a la playa a revisar la escena del crimen con libertad.
 
—Creo que no perdimos mucho cuando nos echaron. No hay nada —Leo comenta apenas llega.
 
—Recuerda que no hay que limitarse dentro de las cintas. Puede que cerca haya quedado algo que sirva… —Marc lo corrige.
 
—Rex está haciendo lo mismo que hace rato —Alex señala de nuevo.
 
—… ¡Como quizás ahora! —Da un ejemplo del consejo anterior— A cavar.
 
Sacan algunas palas y comienzan a remover arena en el sitio en el que Rex ladraba. Cuando el hueco se estaba haciendo profundo, sienten algo duro en el camino.
 
—Aquí hay algo —Van a buscar una brocha para remover arena con cuidado de no romper nada.
 
—Parece un cráneo.
 
—Es un cráneo —Leo resalta.
 
—Con un orificio de bala —Matías nota. Leo se agacha y recoge el descubrimiento.
 
—Y con la bala en la mandíbula.
 
—Parece una bala de una .22 —Alex detalla lo que queda de ella.
 
—Guárdala para Balística.
 
—Este cuerpo debe tener aquí años.
 
—Algo que puedo asegurar es que es un hombre.
 
— ¿Será crimen de un Carrasco?
 
—Está en su territorio.
 
— ¿Se puede hacer una prueba de ADN con los huesos?
 
—Creo que sí.
 
—Hagámosle una prueba de ADN —Propone Matías. Así identificarían a la víctima.
 
Deciden pasar por la residencia de Vina antes de entregar la nueva evidencia al laboratorio para así complementar cualquier detalle.
 
—Mira lo que encontré aquí —Marc recoge un arma y la muestra a Leo.
 
— ¿Una .22?
 
—Esa misma. Ese hombre fue asesinado con esta pistola.
 
—Tenemos la orden para poder llevarnos todo lo que nos parezca útil, ¿no? —Típica pregunta del nuevo antes de recolectar cualquier objeto en cualquier propiedad.
 
—Claro, sino ni me preocuparía en venir aquí —No tan típica respuesta de su hermano. Saca una bolsa de evidencia y guarda el arma ahí— ¡Ya podemos hacer la prueba de Balística! —Habla fuerte para que Alex y Matías lo escucharan en el lugar en el que estuvieran.
 
— ¿Consiguieron un arma?
 
—Sí, y es una .22.
 
— ¡Ahora no podrá evitar nada! —Matías casi celebra.
 
— ¿Y si no es suya?
 
— ¡No seas pesimista, Alex!
 
—No lo soy, sólo doy una posibilidad. Anoten el serial, tenemos que ver de quién es en el sistema antes de hacer la prueba.
 
Con todo ordenado, los detectives vuelven a la comisaría y entregan el arma para las pruebas de Balística, en la que se comprueba que la bala encontrada en el cráneo fue disparada de ahí, la .22 de Diego Carrasco, hijo de Vina. Sí, la cosa era familiar. Se devuelven a la residencia de la mujer, sólo se encuentran con él.
 
— ¡Yo tenía una .22 cuando tenía catorce!
 
—Eso no quiere decir nada, aún la tiene.
 
— ¡No la he usado!
 
—Entonces, ¿cómo explica que encontramos un cráneo con herida de bala de su arma cerca de los otros cuerpos? —Marc lidera el interrogatorio.
 
—… No fui yo, seguro fue mi hijo.
 
—Ese cuerpo llevaba mucho tiempo ahí enterrado, no pudo ser su hijo.
 
— ¿No les había dicho que no vinieran… vinieras? —Vina pregunta primero desde otra habitación al darse cuenta, aunque al llegar a la sala sólo vio a Marc.
 
—Es un interrogatorio rápido.
 
—Mi hijo no dirá nada sin un abogado. Vámonos de aquí —Toma a Diego de un brazo y se lo lleva arrastrado, dejando a Marc solo en la sala, frustrado.
 
— ¡Ven acá! —Escucha a Matías llamarle desde el sótano.
 
— ¡Voy! —Baja rápidamente y se espanta al ver el lugar— ¿¡Qué es esto!?
 
—La sala de torturas.
 
—Hay de todo para torturar.
 
—Y hasta hay un frasco con todos los ojos.
 
—Los recuerdos de los asesinatos, ¿eh? Típico de un asesino en serie.
 
—Puede servirnos de evidencia.
 
— ¿Nos lo podemos llevar? —Leo se sorprende.
 
—Todo lo que esté a simple vista se puede llevar.
 
—Oh, ahora lo entiendo todo.
 
—Aquí es donde seguro mata a las víctimas.
 
—Y luego se las lleva para enterrarlas en su propio terreno.
 
— ¿¡Podemos salir de aquí YA!? —Matías se pone nervioso.
 
— ¿Qué pasa? ¿Te da miedo? —Alex bromea.
 
—No, no es eso. Creo que lo que debería decir es… ¿Hay alguien en casa? No quiero que me escuchen.
 
—No hay nadie, Vina corrió a Diego.
 
—Ah, genial. Vina bota a todos.
 
—Entonces… ¿Qué era lo que ibas a decir?
 
—Lo que debería decir es… ¡Leonardo, ¿podés apartar esos ojos de mi vista?! ¡Me vas a hacer vomitar! —Los tres reaccionan impactándose un poco, aunque luego Alex y Marc empiezan a reír.
 
— ¡Ten más cuidado al hablar! —Leo le responde de igual manera en un tono más bajo— Me pude asustar y haber soltado el frasco y creo, sólo creo que te darían más ganas de vomitar unos ojos en el suelo con posibilidades de ser pisados y aplastados, que sería más asqueroso aun, que unos ojos en un frasco. O peor, pude entrar en brote y asustarme por el simple hecho de estar aquí y ver todas estas cosas de tortura. Eso sí sería un desastre, así que por favor, ¡modera tu tono de voz!
 
—Reacción inesperada… Ok, ¿podrías guardarlos?
 
—Ahora, si me lo permites,  guardaré los globos oculares que están sanos y salvos en este frasco de vidrio en la bolsa de evidencia para llevarla al laboratorio forense y que los examinen para así poder declarar culpable a Esteban Carrasco de los asesinatos de los expropietarios de estos órganos que se encuentran aquí alojados —Habla con un tono de elegancia y sabiduría a propósito.
 
—Okay, el discurso elegante no hacía falta.
 
—Lo lamento, pero este joven de aquí tuvo la provocación de ejecutar las palabras anteriormente mencionadas —Continúa hablando de la misma manera.
 
— ¡Ok, ok! Búscate un sombrero, bigote, monóculo y una copa de vino, verás la elegancia que transmitirás.
 
—Leonardo no desea hacer eso.
 
— ¿Ahora vas a hablar en tercera persona?
 
—No, porque Marc y Alex ya salieron de aquí y no creo que quieras quedarte solo aquí —Regresa a la normalidad y le responde subiendo las escaleras.
 
Matías se queda parado sin entender nada. Al rato se da cuenta de que está solo y se va corriendo del sótano.
 
— ¿Qué cargas ahí con tanto cuidado? —Daisy pregunta con curiosidad al ver a Leonardo llevando algo en una bolsa oscura.
 
—Ojos. Debo llevarlos al laboratorio.
 
— ¿¡Ojos!? Quieres decir… ¿¡Humanos!?
 
—Sí, ojos humanos.
 
— ¡Qué cosas tan raras te tocan! ¿Los puedo ver?
 
—Si quieres, puedes ir conmigo al laboratorio para que los veas cuando Héctor saque el frasco de la bolsa. No quiero que media comisaría me persiga para verlos.
 
—Ok.
 
Los compañeros de entrenamiento van uno al lado del otro al laboratorio, donde el forense ya  esperaba a uno de ellos.
 
—Me dijeron que me iban a traer algo que no iba a creer.
 
—“Algo” está en esta bolsa. Ten cuidado —Le pasa la bolsa en la que notoriamente había un frasco adentro.
 
—Un frasco de… —Lo saca— ¡Consiguieron los ojos!
 
— ¡Wow! ¿Cuántos hay ahí? —Daisy se sorprende.
 
—Unos cuantos pares.
 
— ¡Qué colección la que acaba de perder!
 
—Y la que acabo de ganar… —Detalla bien el contenido del frasco antes de abrirlo, notando algo fuera de sitio casi en el fondo— Hay algo raro aquí, tendré que ver qué es. Llamaré cuando esté listo.
 
Ambos novatos se retiran del laboratorio y se van a la oficina a reunirse con sus compañeros asignados.
 
Las pruebas del laboratorio tardan hasta el día siguiente en estar listas, pues había varias pendientes. Con una de ellas, se logró descubrir que el objeto extraño en el frasco que contenía los ojos de las víctimas era un trozo roto de un guante de látex, el cual fue examinado y se dio con la identidad de la persona que lo usó: Esteban Carrasco. Sí, con esa prueba se logró de una vez por todas encerrar a ese asesino.
 
— ¿Supieron que declararon culpable a Carrasco? —Alex llega con la noticia.
 
— ¿Cuál y por cuáles?
 
—Esteban y por la chica de ayer y otros cuantos.
 
— ¿Y el cráneo?
 
—Ese es el que nos falta.
 
—Lo mataron hace veintiséis años… ¿Quién era?
 
—Me acaban de llamar del laboratorio —Marc se une a la conversación— El ADN que se obtuvo del cráneo es parecido al de Diego.
 
— ¿Era familiar suyo?
 
—Era su padre.
 
— ¿Mató a su padre?
 
—Al parecer.
 
Con esta nueva pista, todo daba a que Diego asesinó a su padre y lo enterró en la playa de su madre. La nueva tarea de los detectives es sacarle la información al sospechoso.
 
—Les insisto, no he matado a nadie —Diego se torna algo desesperado ante las constantes acusaciones.
 
—Había un encendedor suyo donde lo encontraron y una herida de bala de su arma. ¿Cómo quiere que piense que es inocente? —Marc ataca.
 
— ¡Les juro que yo no lo maté! ¿Y cómo saben que ese encendedor era mío?
 
—Su madre lo identificó.
 
—Debemos ir a otra parte —Vina interrumpe.
 
—Ya nos vamos —Matías dice con todo el fastidio posible. Pocos minutos después, madre e hijo se encuentran solos en la casa.
 
— ¿¡Qué estás pensando!? —Y las cosas no andan bien. Diego se ve alterado.
 
—Veintiséis años me parecen demasiado tiempo escondiendo el secreto.
 
— ¡Pero yo no fui!
 
—Pero no puede quedarse sin pagar la muerte de tu padre —Vina hace referencia a la policía, ya que aparenta no parar de investigar hasta no dejar a alguien tras las rejas.
 
Cansado de todo, Diego saca una pistola y sin dudarlo apunta hacia donde está Vina. Ella, en respuesta, sale corriendo a refugiarse y luego marca un número en su celular, desesperada y nerviosa.
 
— ¡Necesito ayuda! —Ella habla apenas nota que la llamada fue atendida.
 
— ¿Qué sucede, señora Carrasco? —Marc es quien recibió la llamada.
 
— ¡Es mi hijo! ¡Sacó su arma y piensa dispararme! Logré esconderme en un cuarto pero no falta mucho para que tumbe la puerta —Cada vez se escucha peor.
 
—Ya vamos para allá —Cuelga.
 
Al llegar a la residencia, se encuentran con Vina llorando en la puerta de su cuarto y a Diego tirado en el suelo con una herida de bala.
 
—Tuve que dispararle, no quiero que muera —Apenas logra articular las palabras entre sus sollozos.
 
— ¿Qué fue lo que pasó aquí?
 
—Tumbó la puerta y la cerró, corrí aquí y logré defenderme. Iba a dispararme, así que tuve que adelantarme.
 
—Fue en defensa propia.
 
—Exacto… ¡Llame a una ambulancia!
 
Extraño, el disparo fue hace unos minutos y aún no había llamado a una ambulancia. Sin mucho más que hacer ahí, regresan a la comisaría al llegar los paramédicos.
 
—Van a terminar matándose entre ellos —Matías comenta.
 
—No, Diego ya está bien —Marc corrige.
 
—Un hijo que quiere vengar a su madre. ¿Qué esconderán?
 
—Tú eres el que descifra eso siempre, pensé que lo sabrías —Matías le restriega en la cara a Leonardo al ver que no sabía, empezando así una discusión entre ellos.
 
—No soy la única persona del grupo.
 
— ¡Pero eres el que más rápido descubre las cosas!
 
—Insisto, siempre hay excepciones.
 
—Ya verás que se te ocurrirá algo raro pero cierto.
 
—No todo lo que se me ocurre es raro.
 
— ¡Pero sí cierto!
 
— ¿Quieres oír lo raro? Creo que fue Vina.
 
—Aquí comenzamos.
 
—En serio. ¿Por qué va a estar tan preocupada sacándonos cada vez que vamos a investigar?
 
—Entonces, ¿por qué Diego le acaba de apuntar?
 
—Quizás él esconde el secreto o se está inculpando y se cansó. Veintiséis años son bastante tiempo.
 
—Sólo hay una manera de comprobarlo.
 
Y esa manera es yendo a la residencia de la Carrasco. Ésta se encuentra vacía, pues luego de lo ocurrido entre Vina y Diego, ambos terminaron en el hospital. Uno en quirófano y el otro en la sala de espera.
 
—Fíjense, Vina había dicho que esta puerta fue tumbada y luego cerrada, pero no se ve forzada y está abierta —Leo señala los detalles.
 
— ¿Y eso qué quiere decir? —Matías sigue terco.
 
—Nos mintió. Creo que tenía todo planeado. No le disparó en defensa propia.
 
No duran mucho tiempo ahí. Alex recibe una llamada desde el hospital, avisando que Diego despertó y desea confesar. Sin dudarlo, van para allá.
 
—Mi mamá fue la que lo mató. Yo sólo lo enterré, por eso encontraron mi encendedor ahí.
 
— ¿Por qué lo hizo?
 
—Creo que por algo del negocio, no sé bien. Mi hijo sí mató a los demás.
 
—Sí, eso ya está claro porque se encontró un pedazo de un guante de látex en el frasco de los ojos.
 
— ¿Van a meterme preso por esto?
 
—Eso es elección de los abogados.
 
En realidad, eso fue por no decirle que probablemente cumpla una condena de algunos años por complicidad, aunque podría ser disminuida porque colaboró y confesó. Eso sí es elección de los abogados.
 
Sólo queda un trabajo más: encontrar a Vina. Ya no se encontraba en el hospital como lo esperaban o como les habían informado. Tampoco se encontraba en su residencia, playa, empresa, negocio o ninguna propiedad suya por los alrededores. No existía ningún rastro de Vina Carrasco en la ciudad. ¿Dónde se metió? Deciden llamarla para intentar dar con su ubicación, ella atiende y los resultados son inesperados. Se encuentra en un avión rumbo a cualquier lugar, huyendo del país, para vivir en algún sitio en el que jamás sería encontrada. No hay registros de ella en aeropuertos, se fue en uno de sus aviones privados. Un plan perfecto.
 
Es un final que ningún detective quisiera enfrentar, pero que por desgracia sucede más de una vez. Al menos descubrieron a la mente criminal, así que en cualquier momento podrían atraparla en algún descuido de su parte. Dos de tres de la cadena familiar fueron descubiertos y pagarán sus acciones ante la ley, no está para nada mal.
 
Fin del Capítulo #27.


Primero: Último capítulo que recuerde en el que el caso fue basado en un programa, específicamente el penúltimo auch, aún me duele que se haya acabado y en abril son dos años episodio de CSI: Miami. Es más, el capítulo lo escribí cuando pasaron ese episodio aquí.
Segundo: Las modificaciones para que quedara a mi estilo son varias, y también dejé exactamente los mismos nombres pero les cambié el apellido era Navarro.
Tercero: En realidad... No es tan difícil pasar los capítulos de una vez del cuaderno a narración, sólo que sí tardo más porque me pierdo y debo buscar muy bien por dónde iba.
Cuarto: Ya saben, si me tardo es porque estaré full de tareas, esto va con ambas novelas.
Quinto: El próximo capítulo no tiene un caso, es como un especial divertido :lovely: 
Sexto: ¿Por qué siempre doy como adelantos?
Séptimo: No tiene que ver con esto, pero por si alguien desea saber cómo están las cosas por donde vivo... Igual, barricadas y ya, aunque en los últimos días se ha intensificado la cosa porque mataron a un guardia por aquí de paso es el primero que murió en todo el país anteayer escuché los tiros, auch y ahora la Guardia anda allanando donde cree que hay gente que estuvo ahí, en esa concentración en la que el guardia murió. Hoy en la madrugada a la una allanaron a un edificio a dos cuadras de donde vivo, se llevaron presas a cuatro personas, entre ellas un menor de edad, sólo porque parece que en otra parte que allanaron antes en la calle donde pasó todo dijeron que había gente de ahí que participó en eso. ¿Lo peor de todo? Tal parece que los que mataron al guardia fueron unos ladrones de otro sitio que andaban por ahí por casualidad y que le cayeron a tiros al verlo, no las personas que manifestaban  Más Que Cosas De Policías - Página 8 3514117543 De resto, todo bien, en mi casa aún no pasa nada sigo agradeciendo que no vivo en edificio porque esos son los que allanan y lo más cercano fue eso, nada más grave así que estoy bien :P 


*Fin del espacio de comentarios míos...*


Hasta cuando pueda/n comentar aquí,  :bye: 
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Más Que Cosas De Policías - Página 8 Empty Re: Más Que Cosas De Policías

Mensaje por Emily Rawson Lun 03 Mar 2014, 9:47 am

Holis!
Grandioso cap ;D
Tú tienes los caps escritos a mano y luego los pasas a la compu? ¡ES UN TRABAJO MUY DIFÍCIL!Bueno, en realidad, solo hay que tener paciencia para leer lo escrito a mano y reescribirlo en computadora...Cosa que yo no suelo tener.
En fin ¿un especial divertido? ¡WOW! Amo los especiales, has hecho de navidad, de reyes, este podría contar de carnaval (?) Ahno
Sobre la situación en tu país, ay que duro. Si, gracias a Dios vives en una casa, espero que todo siga bien y como dije antes, que pueda mejorar. 
Besitos, publica cuando puedas!
Emily Rawson
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Mensaje por Spencer Lun 03 Mar 2014, 10:41 am

Emily Rawson escribió:Holis!
Grandioso cap ;D
Tú tienes los caps escritos a mano y luego los pasas a la compu? ¡ES UN TRABAJO MUY DIFÍCIL!Bueno, en realidad, solo hay que tener paciencia para leer lo escrito a mano y reescribirlo en computadora...Cosa que yo no suelo tener.
En fin ¿un especial divertido? ¡WOW! Amo los especiales, has hecho de navidad, de reyes, este podría contar de carnaval (?) Ahno
Sobre la situación en tu país, ay que duro. Si, gracias a Dios vives en una casa, espero que todo siga bien y como dije antes, que pueda mejorar. 
Besitos, publica cuando puedas!
Sabes? Aquí hay un cosito que dice Bye! que siempre lo uso, deberían poner uno que diga hi! o hello! o hey!, algún saludo...
Y sí, primero escribía en un diario :xd: Cuando lo gasté porque era muy chiquito (aunque igual están los primeros cuatro/cinco capítulos ahí)  comencé a usar lo que me sobró de los cuadernos del colegio que aún no había botado, por eso es que digo que mi mamá insiste con botarlos porque desde los cuadernos de quinto grado (de hace cinco años) no he botado ninguno. Ahorita voy usando los de 3er año (año pasado) que son como doce cuadernos ayer empecé el tercero, por eso es que arman bulto y a mi mamá les choca  Más Que Cosas De Policías - Página 8 1313521601 Lo hago así es porque me gusta escribir a mano, no sé... Me gusta mi letra y no quiero que se arruine por pasar tanto tiempo sin escribir (? y porque como son diálogos, me salen más fácilmente si los hago a portaminas (sí, no me gustan los lápices), en cambio, lo que es narración me sale mejor a PC porque es más rápido y así no se me va la idea. Por si acaso, MDUVM sí es directo a la computadora.
No, están en octubre así que dudo que sea de Carnaval Más Que Cosas De Policías - Página 8 1233900128
Sí  Más Que Cosas De Policías - Página 8 1327349762 ok iba a decir algo y se me olvidó...
Bueno, ahorita publicaré a MDUVM en Wattpad,  :bye: 
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Mensaje por Spencer Sáb 08 Mar 2014, 8:49 pm

Hi! En serio, quiero un muñequito como el que dice bye pero de saludo.


Aquí un nuevo capítulo, y un aviso antes de eso: es un especial divertido :lovely: Aunque claro... Algunas bromas en serio las quería quitar de lo... Nah, quizás se den cuenta, pero es que si las quitaba la siguiente no tenía sentido o quedaba muy cortanota o no sé... Bueno, la idea es que no haya tanto... estrés(? como en los caps. dramáticos/etc que le anteceden y le siguen spoiler!? No, dónde?.


A publicarse en dos partes porque me quedó mucho más largo de lo que creí... ni crean que por eso se salvarán de mis anuncios alocados del final.


Capítulo #28: “Bromas en cámara” (Primera parte).
 
Pasan diez días desde el cierre del caso que mantuvo hablando a la prensa por horas. Un día libre ha llegado para los detectives y los miembros del entrenamiento. La única manera de tener que ir a trabajar será si un caso urgente aparece. Pero, ¿qué día es? Ese en el que los niños se disfrazan de casi cualquier cosa que se les ocurra –si causa miedo, mejor aun-, se reúnen con sus amigos y organizan fiestas de disfraces o una ronda de películas tenebrosas o van a recorrer su vecindario en busca de dulces durante la noche.
 
 Es ese día en el que casi todas las casas son decoradas con calabazas, murciélagos, arañas, telarañas y cualquier objeto en ese conjunto. Es ese día en el que los extremadamente religiosos casi le hacen la cruz y rezan por todos los que celebran como si les fuera a entrar el demonio. Ese día en el que casi toda la programación de la televisión son películas de terror o especiales de las series. ¿Ya está claro qué día es? Excelente, es el Día de Brujas, o como se le conoce más, es Halloween.
 
Como de costumbre, Paula organiza una celebración en su casa en la que invitó a todos los compañeros de su Unidad, a Johnny por pasar tanto tiempo con ellos –debido a Diana-, a Daisy y a Daniela, aunque claro, ellas estarían de todos modos porque viven con ella. Ya todos están preparando sus disfraces para la tarde. No tienen que ser tenebrosos, la única condición era ir disfrazado. La mayoría ya sabía lo que se pondría, pero Marc aún no tiene idea de qué va a personificar.
 
— ¿Te invitaron a una fiesta o qué? —Carlos le pregunta a su hijo al verlo revisando su clóset con tanto detalle.
 
— ¿No te dije que Paula va a hacer una fiesta de disfraces?
 
—Ah, cierto. ¿Y de qué te vas a disfrazar?
 
—No sé. Estoy viendo la ropa de todos a ver qué puedo hacer con ella. Algo que se pueda hacer con ropa normal.
 
—Apúrate porque no tienes mucho tiempo. Voy a comprar algo, regreso luego.
 
Carlos se retira de la casa. Marc se queda mirando a su ropa, no se le ocurre nada. Decide ir a ver la ropa de Leonardo. Entra a su cuarto y abre el clóset. Seguramente encontraría algo ahí. Pasan muy pocos segundos cuando Leo ya se ha dado cuenta del intruso.
 
— ¿Qué haces viendo mi ropa? —Se extraña. Nunca acostumbraron prestarse ropa, menos teniendo estilos diferentes cada uno.
 
—Buscando un disfraz.
 
— ¿Te vas a disfrazar de mí? ¡Gracias! —Bromea.
 
—No. Un disfraz casero.
 
—Yo sé. ¿Pero por qué con mi ropa?
 
—Tienes más variedad y como el doble que yo.
 
—Ahora ya sé qué regalarte mañana —Vuelve a bromear, ahora con el tema del regalo de cumpleaños.
 
—Y como tienes más ropa que yo, pensé que podría combinarla para hacer el disfraz —Ignora por completo el comentario sobre su regalo.
 
—Creo que te va a costar un poco.
 
— ¿Por qué no puedes tener menos camisas a rayas? —Reclama algo molesto.
 
— ¿Tienes algún problema con ellas? No son tantas.
 
—Que si fueran de uno de sus colores, quizás ya se me habría ocurrido algo.
 
—Si quieres una unicolor, ve a tu clóset.
 
— ¡Hey! Ya que tienes más imaginación, ¿me ayudas?
 
—Ok… —Leo se acerca y aparta a Marc para buscar él mismo entre su ropa algo que pueda servirle. Se detiene al ver una chaqueta verde— Oh, ya sé.
 
— ¿Ya se te ocurrió algo? —No notó el tono algo malvado de Leo cuando lo dijo, por lo que suena algo emocionado.
 
— ¡Claro! —Va sacando las prendas del supuesto conjunto— Prueba esto, esto y esto —Le pasa la chaqueta verde, una camisa negra y unos pantalones blancos, a lo que Marc sólo logra dirigirle una mirada de lo más extrañada.
 
— ¿Qué rayos estás pensando?
 
—Sólo póntelo —Lo empuja hasta el baño y le cierra la puerta apenas entra ahí, quedándose afuera vigilando que no la abriera y escapara hasta cambiarse. Al notar que se quedaría ahí, va rápido hacia otro cuarto a buscar algo y regresa al mismo lugar antes de que terminara de ponerse el extraño conjunto que le pasó.
 
—No creas que… —Marc sale con mala cara del baño, y apenas abre la puerta, Leo le pone un sombrero alto.
 
— ¡Ahora sí! —Empieza a reír.
 
—Es una broma, ¿verdad? —Se mantiene serio— No saldré así.
 
— ¡Sólo quería verte de duende! —Ríe mucho más fuerte debido a la reacción de Marc.
 
—Muy gracioso. Buscaré yo mismo mi disfraz —Vuelve al baño a ponerse lo que llevaba antes de la broma.
 
Leo, aún con un poco de risa, se devuelve a su cuarto. No tenía nada que hacer ese día, de alguna manera tendría que divertirse, así que tenía que aprovechar ese momento para jugarle una broma a su hermano. El tono de llamada de su celular suena, atiende casi de inmediato sin revisar quién marcó su número. Luego de un saludo, ya sabe que Daisy es la persona del otro lado de la línea.
 
—Hey… ¿No se siente raro ser el único que no fue invitado?
 
—Viniendo de tu hermana, no. Aunque sí voy a fastidiarme.
 
—No lo creo.
 
— ¿Por qué lo dices?
 
— ¡Sorpresa! Invitado de último momento.
 
— ¿En serio? ¿Cómo?
 
—Yo quería invitarte, y sabes, la fiesta no es de nadie. Como la casa es suya, mía y de Dani, dos votos a favor contra uno.
 
—Oh, ¡gracias!
 
—Así que ve buscando tu disfraz.
 
—En serio, ¡gracias!
 
—De nada. Nos vemos en la tarde —Cuelgan.
 
Bueno, ahora no tendría que vérselas para entretenerse. Apenas termina la llamada, le echa una mirada a su clóset de nuevo, ahora buscando algo para sí mismo. Poco después, Marc regresa al lugar para seguir.
 
— ¿Vas a buscar algo más para burlarte?
 
—Al menos no te tomé una foto, y no.
 
— ¿Entonces? No vas a salir.
 
—Eso es lo que tú crees.
 
— ¿Y a dónde…? —Se da cuenta— ¿Vas a ir?
 
—Sí. Busco mi disfraz, así que no tengo tiempo para el tuyo.
 
— ¿Vas a ir infiltrado?
 
—No, me invitaron.
 
—Fue Daisy, ¿verdad?
 
—Y Daniela. La convencieron.
 
— ¡Tú y tu suerte!
 
Marc termina buscando de nuevo entre su ropa qué ponerse y sin ayuda de nadie. Unas horas más tarde, ya estando a punto de salir, Marc y Leo revelan sus disfraces. Antes de hacerlo, cada uno se esconde tras la puerta de su respectivo cuarto, quedando casi frente a frente y sólo viendo la cabeza del otro asomada por un pequeño espacio entre el marco y la pared.
 
—Y bien, ¿qué disfraz conseguiste? —Leo es el primero en preguntar.
 
—Te burlarás… —Marc termina de abrir la puerta y sale de su cuarto usando una camisa de mangas cortas verde clara, un corbatín azul, pantalones claros con tirantes y zapatos blancos, además de unos lentes sin aumento de marco grueso negros.
 
—Te faltó aplastarte el cabello —Critica el uso del mismo peinado de siempre.
 
—No haré eso, soy un nerd que no sigue los peinados.
 
—Por eso no me burlo.
 
—Y bien, ¿cuál es el tuyo?
 
Leo primero cierra la puerta para terminar el disfraz, porque incluye un sombrero canotier color amarillo pastel con una cinta roja y no iba a delatar ese accesorio antes de tiempo. Al colocárselo, abre la puerta y sale del cuarto, revelando que su disfraz consta, además del sombrero, de una camisa manga corta blanca de franjas negras no muy gruesas, un pantalón negro y zapatos deportivos blancos.
 
— ¿Ves que las rayas sirven?
 
— ¿Y tu remo? —Critica de igual manera.
 
— ¿Y mi góndola y tus libros y tus brackets?
 
—Ok, tú ganas. ¿Ese sombrero es real?
 
—Recuerda, madre italiana, de paso de Venecia, cosas italianas.
 
—Vaya, no sabía que lo tenías.
 
Y con esas palabras, los hermanos abandonan la casa y se dirigen hacia la de Montesco, lugar en donde escasos minutos después ya tocan el timbre. La pelirroja, la cual recogió su cabellera en dos crinejas a cada lado y usa un sombrero vaquero color crema, una camisa a cuadros de colores, un overol de jean y botas marrones, ve por la ventana quién o quiénes anunciaron su llegada.
 
— ¿Quién llegó? —Paula pregunta desde otro cuarto.
 
— ¡Hey, Marc y tú combinan! —Lo dice no porque Paula también esté haciendo de nerd, sino porque le hace referencia a tantas novelas en las que una popular –o en este caso, una porrista- y uno del montón –un nerd- se enamoran.
 
— ¡Abre tú rápido!
 
—Pensé que saldría corriendo… —Susurra para sí misma. Busca las llaves y abre. Para ese momento, ya Alex y Matías también habían llegado, así que los cuatro pasan de una vez.
 
— ¡Alex y Matías también llegaron! —Avisa Daniela cuando va a recibir a los recién llegados.
 
— ¡Oigan, encontré a Wally! —Leonardo exclama emocionado, señalando a Matías.
 
—Este Wally no se esconde.
 
—Y este turista llegó a Venecia sin darse cuenta —Cada uno bromea con los disfraces del otro. Alex es un turista con camisa hawaiana, shorts, chanclas e incluso una visera, lentes de sol y una cámara guindada en su cuello.
 
— ¡Y al oeste!
 
—Veamos de qué vendrán Diana y Sebastián.
 
—Te olvidas de Johnny.
 
—También —Daisy le hace señas a Leonardo para ir por separado al patio trasero de la casa— Me gusta tu disfraz. ¿El sombrero es original?
 
—Sí. También me gusta el tuyo.
 
—Gracias, aunque es simple.
 
—El mío también lo es.
 
—Pero tiene una prenda original. Te llamé por separado porque quiero un plan.
 
— ¿Un plan? ¿De qué hablas?
 
—Quiero hacer un video, tengo ganas de bromear.
 
—Suena divertido. ¿Tienes cámara?
 
— ¡Claro! Sino no te preguntaría si quieres ser mi compañero de video. Y como veo que lo serás, esto es lo que haremos.
 
Juntándose un poco más para evitar ser escuchados, Daisy le cuenta lo que piensa hacer y se ponen de acuerdo. Luego, buscan la cámara y la colocan sobre una mesa para empezar a grabar, estando ellos dos aún solos en el patio trasero.
 
— ¡Hola! —Saludan a la cámara al mismo tiempo.
 
—Nosotros somos… —Leo señala a Daisy, indicándole que es su turno.
 
—Daisy Montesco y… —Hace lo mismo.
 
—… Leonardo Molander.
 
— ¡Y juntos somos “Los bromistas de la fiesta”! —Vuelven a hablar al mismo tiempo.
 
—Y como nuestro nombre tan original lo indica, vamos a hacerles bromas a todos los presentes —Daisy empieza a explicar.
 
— ¿Qué tipo de bromas haremos?
 
— ¡Nadie lo sabe!
 
—Ni siquiera nosotros.
 
— ¡Porque todo aquí es improvisado!  —Y repiten lo de hablar a la vez.
 
— ¿Quién será nuestra primera víctima? —Ahora Leo es quien empieza por separado.
 
—Descúbranlo en el próximo corte de “Los bromistas de la fiesta”.
 
— ¡Los planes empezarán en… —A partir de ahí, coloca sus manos adelante y con ellas realiza un extraño juego mientras cuenta con acento italiano— tre, due, uno, zero!
 
Se suponía que en ese momento apagarían la cámara, pero Daisy no se esperaba eso y empieza a interrogarlo.
 
— ¿Qué fue eso que hiciste con las manos?
 
— ¿Tre, due, uno, zero? —Repite lo anterior, incluyendo las palabras— Mi forma de contar hacia atrás.
 
— ¡Oh! Aprendan esto, repítelo una vez más y nos vamos.
 
Tre, due, uno, zero —Y por última vez repite la cuenta regresiva, mucho más rápido.
 
—Volveremos en menos de lo que aprendan a hacer nuestra cuenta regresiva —Intenta hacerla, sólo se enreda las manos— Esto… Ciao —Y con eso se despiden y apagan la cámara— ¿Cómo rayos haces eso?
 
— ¡Es fácil! Levantas tres dedos —Le demuestra paso a paso y con calma el procedimiento— Colocas estos dos encima de estos otros dos —Y con eso quiere decir “índice con índice, dedo medio con dedo medio” — Bajas el que falta —“Unir los anulares” — Y luego volteas, acostando las manos sin separar los dedos, unes los pulgares y  tienes el cero.
 
—No sirves para explicar —Daisy queda casi igual o peor de lo que estaba.
 
—Lo sé… Veamos cómo salió y empezamos.
 
Después de revisar rápidamente en la cámara cómo les quedó el video, notan que ya todos han llegado, así que van a la sala a integrarse al grupo.
 
—Bien, ya estamos todos completos —La anfitriona comenta.
 
—Y creo que soy el único que está de Halloween —Johnny se da cuenta.
 
—Y bien, ¿qué quieren hacer primero?
 
—Votamos por un juego —Daisy levanta la mano y de inmediato interviene.
 
— ¿Alguien más quiere un juego? —Varios concuerdan— Perfecto. ¿Las sillas?... Daisy, ayúdame con las sillas.
 
—Ok —Daisy se levanta a buscar las sillas, pero antes, agarra la cámara y graba— Y aquí comienza todo. Algo muy típico y quizás no muy gracioso, pero esto irá poco a poco.
 
Todos se esparcen y terminan yendo a la zona de la piscina de la casa, sentándose en los espacios a su alrededor. Daisy le deja la cámara a Leonardo mientras acomoda las sillas para el juego.
 
—Y mientras mi compañera busca las sillas, creo que sería buena idea presentar a cada uno de los que están aquí. Empezaremos por… —Busca con la mirada a quien esté más cerca— ¡Hermano nerd, ven acá!
 
— ¿Vas a llamarnos a todos por nuestros disfraces? —Pregunta mientras se acerca.
 
—No siempre. Cámara, te presento al ner- eh… Marc Molander. Como podrán notarlo, es mi hermano aunque no lo parezca. ¡Saluda!
 
— ¡Hola, cámara! ¿De quién eres?
 
— ¡De la granj- eh… vaquera! —Leo imita una extraña voz con un toque electrónico para simular una voz de cámara. Luego se enfoca a sí mismo y habla normalmente— Lo dijo ella, no yo —Se defiende para el momento en el que Daisy vea el video.
 
—Encantado de conocerte, cámara —Marc se aleja viendo a su hermano un poco extrañado pero divertido.
 
—No es tan nerd como parece, su cabello lo dice. Veamos a quién más consigo para presentar… —Ve alrededor— ¡Florecita de la paz!
 
— ¿Eso es conmigo? —Diana voltea a verlo algo confundida mientras se acerca.
 
— ¡Claro que es contigo! Saluda.
 
— ¡Paz y amor! —Diana sí se mete en el personaje de su disfraz de hippie, colocando sus manos en la típica señal de los dedos en “V”.
 
— ¿Cómo se llama “pacífica”? —Vuelve a hablar como si fuera la cámara para luego usar su voz habitual— Ella es Diana Zapata.
 
— ¿Me presentas sin nombre?
 
— ¿Estoy en problemas por eso?
 
—Nah, todo es paz y amor, brother! Adiós —Vuelve a levantar su índice y dedo medio para hacer la señal de la “V” e irse.
 
—Ella sí que sabe lo que es meterse en su personaje.
 
— ¿Cómo vas con el video? —Daisy aparece de atrás.
 
—Excelente. La cámara ya conoció a Marc y a Diana.
 
—Ya estoy terminando, el juego empezará pronto.
 
—Eso suena estupendo. Nos dará tiempo de alguien más… —Daisy se aleja para acabar los detalles del juego. Leo mira a su alrededor. Al ver a Matías, abre muy bien los ojos y la boca, fingiendo estar totalmente sorprendido y emocionado— ¡Miren a quién conseguí! —Casi llega a gritarlo para exagerar la supuesta emoción— ¡Después de tanto tiempo buscándote, finalmente te he encontrado! Me siento tan orgulloso. Disculpen, creo que voy a llorar… ¡¡Wally!!
 
— ¡Me han encontrado! —Matías también finge su emoción de sorpresa.
 
— ¡Te he estado buscando desde hace tanto, no puedo creer que te encontré y de paso en persona! —Exclama tal aficionado exaltado al ver a su ídolo, incluso lo abraza.
 
—No sabía que llegaba a Italia, pero… No soy el verdadero Wally —Admite tranquilamente. De haber estado en una telenovela, Leo ya podría escuchar la banda sonora dramática en el fondo y un close-up hacia su cara de impactado mezclada con una de ofensa seguido de una toma completa en la que se vería a la perfección cómo acababa el abrazo y empujaba al punto de su enojo.
 
— ¡Impostor! —Continúa su actuación, ahora cruza los brazos mientras Matías estabiliza su equilibrio.
 
— ¡Mira quién habla!
 
—Cámara, te presento al impostor. Matías Alonso, preséntate —Cambia su humor animado de las presentaciones anteriores a uno totalmente cortante.
 
—Como buen impostor, debo esconderme. ¡Hola y adiós! —Sale corriendo a “esconderse”.
 
—Impostores, te arruinan los momentos como este… —Simula estar molesto aún.
 
—Ya terminé —Daisy regresa— Hey, ¿por qué esa cara?
 
—No es nada. Ese impostor me enojó —Rueda los ojos.
 
—Oh, pero debes ser divertido para entretener a la cámara.
 
—Yo creo que se reirá de mi cara, no hace falta —Y de haber estado en una caricatura, a Daisy le habría salido un bombillo sobre la cabeza.
 
—Ya sé cómo voy a hacerte cambiar de cara.
 
— ¿Ah, sí? Dime cómo lo harás.
 
—Será sencillo —Se acerca lentamente a él y le da un pequeño beso en la mandíbula. Leo de inmediato cambia su cara molesta a una con los ojos bien abiertos, como sorprendido y a la vez sin saber qué hacer— ¿Qué tal ahora?
 
Sin cambiar de expresión, parpadea un par de veces. Comienza a sonrojarse y una sonrisa nerviosa aparece. Luego se quita el sombrero y ni siquiera le importa que le hayan quedado algunos mechones de cabello despeinados por eso porque no se los acomoda.
 
—Creo que me voy a poner del color de la cinta de mi sombrero. ¿Podrías sostenerlo? —Pide. Daisy toma el sombrero en sus manos, al igual que la cámara, por lo que ahora ella es quien graba— No es nada, pero…  —Finge desmayarse, cayendo sobre un sofá que tenía al lado. Daisy ríe disimuladamente, sabía que sería escuchada.
 
—Nuestro gondolero, lo puse nervioso, no lo culpo —Le coloca el sombrero sobre la cara— El primer juego está por empezar, así que en tre, due… uno… zero… —Se enreda al intentar el juego de manos—… O como sea que se haga, empiezan las bromas, aunque ahora que lo pienso, Leo ha sido la primera víctima por accidente. No se vayan porque ya volveremos —Deja de grabar y le avisa a Leo que ya puede levantarse.
 
Se dirigen todos hacia la sala, lugar donde empezará el juego de las sillas. En realidad, en casi todos los lugares de la casa hay un conjunto de sillas acomodadas listas para el juego.
 
—Las reglas están algo cambiadas, verán por qué mientras juegan —Daisy enciende la cámara de nuevo y empieza a grabar desde un punto estratégico para que se notara el momento en el que alguien perdiera. Seguido, enciende también la música, la cual se detendría en algún momento, indicando el momento de ir a salvarse en una silla y no ser el que queda de pie, aunque Diana nota de inmediato un error.
 
— ¿Por qué hay igual cantidad de sillas y jugadores?
 
—Lo descubrirás cuando pare la música.
 
— ¿Qué hicieron?
 
—Agregarle diversión a este juego tan clásico. Vamos, muévanse a otros lados que no sean alrededor de las sillas. De todos modos, estamos iguales —Daisy anima, los demás se dispersan en la sala.
 
— ¿Quién parará la música? —Al parecer, debió explicar mejor el juego para evitar esta ronda de responder dudas.
 
—Está programada para parar en un tiempo —Y justo en ese momento, se detiene. Todos se apresuran en conseguir su puesto aunque no había razones para eso. Casi todos logran llegar al mismo tiempo, aunque cuando Johnny lo hace, se escucha un ruido extraño venir de su silla, por lo que todos lo ven.
 
— ¿¡Qué rayos fue esa cosa!? —Exclama sin saber qué acababa de pasar.
 
—Pensábamos que tú lo sabías —Responde Diana.
 
— ¡No fui yo!
 
—Johnny, lamento decir que estás eliminado —Daisy avisa. Él se queda pensando por unos segundos.
 
— ¡Ahora entiendo! —Se levantan todos y descubren que el sonido fue producido por un papel de burbujas escondido en la silla, las cuales explotaron cuando se sentó.
 
 Se mudan de sala, acomodan las cosas y la música vuelve a sonar. Las cosas van casi igual hasta el momento de correr por el asiento. Escuchan un globo explotar. Marc se da cuenta de inmediato que él es el eliminado de la ronda. En la siguiente, no se escucha nada más que el ruido de todos yendo a sentarse.
 
— ¿En esta ronda no hay nada? —Sebastián pregunta por si acaso haya sido él quien no oyó.
 
—Mi asiento está duro… —Paula se queja.
 
— ¡Tú perdiste! En esta era por el tipo de asiento.
 
—Súper…
 
Puede que Paula haya participado en la elaboración del juego, pero Daisy es quien conoce a la perfección las reglas, por eso no sabía que había perdido. En la cuarta ronda, el papel de burbujas regresa, eliminando a la propia inventora de la nueva modalidad del juego. El siguiente eliminado es Sebastián, al haberle tocado la única silla mojada. Luego, casi todos al sentarse reclaman lamentándose y se levantan, mas se confunden al ver cuántos eran los que se pararon.
 
— ¿Todos teníamos las sillas duras?
 
—La mía no —Presume Alex— ¿Gané por eso?
 
—No, perdiste. No es la ronda final.
 
Y un Alex desilusionado es el próximo descalificado. Siguiente ronda, la silla de Daniela se hunde.
 
— ¿La silla está mala o yo muy gorda? —Ilógico, Daniela es delgada.
 
—La silla. Tú te vas —Daisy, a pesar de estar eliminada, sigue siendo la animadora del juego. Cambio de cuarto, suena la música, los restantes se esparcen. Para la música, los restantes se sientan y oyen una bocina.
 
— ¿Eso fue aquí o afuera? —Diana se confunde al haberla oído tan de cerca.
 
—Fuiste tú —La pelirroja la saca de la silla halándola del brazo— ¡Paz!
 
Ronda final. Se dirigen a la zona de la piscina. Sólo quedan Matías y Leonardo. Al sólo ser dos sillas y estar en un juego tan cambiante, Daisy le dice en el oído a Paula cuál sería el caso ganador para así certificar que ella no eligió al ganador al azar o por preferencia.
 
—Aquí se decide todo. El ganador podría sorprenderlos, no se extrañen.
 
Y con sólo esperar a que la música se detuviera y ver qué sorpresa se traían las últimas sillas, el duelo final empieza. Alrededor de un minuto después, el silencio se hace notar y cada uno se sienta en la silla que les pareció mejor. Una de ellas tenía un globo de agua escondido debajo, la otra era un simple globo inflado con aire, por lo que ya se puede suponer cuál sería el caso ganador.
 
— ¡Gané! —Matías casi grita— ¡No me mojé!
 
—Espera, espera, espera —Daisy se dirige a él con un dedo apuntador y acusador— Recuerdas que dije que el ganador podría sorprender, ¿verdad? Déjame decirte que en esta ronda ganaba el inesperado, aquel que aparentemente perdió…
 
— ¿¡Qué!? ¡Esto es una trampa sólo porque es…!
 
—No, Daisy me lo dijo desde antes —Paula interrumpe el argumento de Matías.
 
— ¡Pruebas sin pedirlas! Así que el ganador aquí es el señor “Tengo-el-trasero-de-un-bebé” y no por lo suave, Leo.
 
— ¡Sí! —Celebra aún sentado— Pero no me quiero parar…
 
—La silla se quedará mojada más tiempo que tú. Párate.
 
Casi un minuto después, ya estaban recogiendo las sillas y ordenando algunas cosas para seguir. Mientras, Leo y Daisy colocan la cámara en otro lugar estratégico para grabarse.
 
— ¡Gané! Aunque no es cómodo tener los pantalones mojados y menos atrás…
 
—Este juego tuvo bromas muy típicas, ¿verdad?
 
—Trataremos de hacer mejores bromas para más diversión.
 
—Por el momento, sólo nos queda esperar qué harán los demás para saber qué haremos nosotros.
 
—Y mientras tanto, ¿qué tal si nos dicen “Brodelafi”?
 
— ¿“Brodelafi”? No entiendo —Daisy necesita de una explicación.
 
—Bromistas de la fiesta, Brodelafi.
 
— ¡Oh! Qué cosas se te ocurren…
 
— ¿Como tre, due, uno, zero? —Y una vez más, repite el juego de manos.
 
—El día en el que logre hacerlo…
 
—Te explico —Procede a demostrarle lentamente, esperando a que ella lo imite— Tre, due, uno, zero.
 
— ¡Lento sí puedo! —Se emociona.
 
— ¡Ahora acelera!
 
—Y ahora no —Se decepciona.
 
—Es así —Leo agarra sus manos para enseñarle cómo se hace, aunque con algo de dificultad. Al terminar, Daisy reacciona algo parecido a cómo lo hizo él en el video anterior— Estoy como Leo hace un rato, ¿verdad? Es que hay una diferencia, ¡nunca lo hace! —Señala a Leo, pero tal parece que sólo ella entiende a lo que se refiere— Disculpen… —Finge desmayarse, imitando a su compañero. Leo de inmediato la sostiene antes de que cayera, porque a diferencia de su vez, no había ningún tipo de mueble cerca.
 
Deja vú… La verdad es que no entiendo por qué le cuesta tanto —Se agacha para mantener mejor el equilibrio, aún sosteniéndola. Vuelve a agarrarle las manos para intentar repetir la lección de antes.
 
— ¡Me volvió a…! —A medio exclamar, Daisy siente cómo cae al suelo, acostada.
 
— ¡Una desmayada que habla! —Leo finge asustarse.
 
—Los desmayados pueden levantarse y hablar —Ella se queda en la misma posición en la que cayó.
 
—Ah, era eso. Saben que no deben asustarme, lo hago con facilidad. Ya ven la consecuencia, actúo tal y como ahora. Antes de otro susto, tre, due, uno, zero. ¡Por favor, corte! —Detiene la grabación.
 
—Tú y tus actuaciones.
 
—Es divertido.
 
—Tienes suerte de que no me golpeé.
 
— ¿Crees que te habría soltado de no estar seguro de que el golpe iba a ser suave?
 

—Gracias por eso.


Última edición por Angelacpm el Sáb 08 Mar 2014, 10:04 pm, editado 1 vez
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Más Que Cosas De Policías - Página 8 Empty Re: Más Que Cosas De Policías

Mensaje por Spencer Sáb 08 Mar 2014, 10:03 pm

Capítulo #28: "Bromas en cámara" (Segunda parte).


— ¿Qué tal si cortamos las calabazas? —Oyen a lo lejos a Paula, a lo que van a la cocina a unirse al evento— Creo que es un buen momento para cortar y decorar las calabazas para la noche. Haremos un concurso de cuál quedó mejor. Todos tenemos una, que empiece el corte.
 
Todos están reunidos en la cocina cortando una calabaza para que tenga algún diseño, de esas que se les hacen caras y se colocan afuera de las casas. De inmediato, cada uno toma su cuchillo y empieza a cortar dependiendo de lo que tenían planeado hacer. Todos y cada uno, excepto Leo, quien se queda mirando a sus lados con algo de miedo e incomodidad y pocos segundos después se va a la zona de la piscina, enciende la cámara y se graba a sí mismo.
 
— ¡Hola! Se preguntarán por qué estoy solo y no con los demás cortando calabazas. La cosa es que me gusta hacerlo, pero… el problema son los cuchillos. No puedo ver a nadie con uno porque entro en pánico, por eso salí. Obviamente puedo usar uno con toda la tranquilidad del mundo. Ver a una persona usándolo, no puedo, es un trauma que tengo. No tengo nada divertido que decir así que me iré pronto. Hago este video para que sepan que cuando grabemos la premiación, no se sorprendan cuando me vean fuera del concurso, y la razón por la que no participé. Bueno, me voy, veré a los demás concursar… ¡de lejos! Si me acerco, soy capaz de terminar en esta piscina y no pienso mojarme de nuevo hoy. Los veo en la premiación. Tre, due, uno, zero. Ciao —Corta. Muy poco tiempo después, Daisy llega al lugar.
 
— ¿Qué pasó que te fuiste tan de repente de la cocina?
 
—Tengo un trauma. No puedo ver a una persona con un cuchillo porque entro en pánico.
 
— ¿Aunque le tengas mucha confianza a la persona?
 
—Ni a mi mamá podía verla con un cuchillo en sus manos.
 
— ¿Qué cosa tan traumática pudo pasarte para eso?
 
—Cuando tenía diez, casi me matan degollándome delante de mi madre. Me habían secuestrado y así pensaban matarme. Eran tres hombres y los tres tenían cuchillos.
 
—Eso debió doler…
 
—No te imaginas cuánto. El punto ahora es que no concursaré porque no puedo estar rodeado de gente con cuchillos.
 
—Y vas a tener que quedarte solo viendo de lejos.
 
—Y eso no es divertido.
 
—No soy buena cortando calabazas, sé que perderé así que ¿para qué concursar?
 
— ¿Vas a abandonar y a quedarte conmigo?
 
—Exactamente. Un “Brodelafi” no puede estar solo y aburrido.
 
—Pero… Si te gusta, no importa. Puedo esperar.
 
—Prefiero acompañarte.
 
—Como tú digas, vaquera.
 
—Nos encargaremos de la premiación.
 
Más tarde, las grabaciones vuelven.
 
— ¡Estamos de vuelta! —Daisy es la primera en hablar— Quizás no haremos una broma, pero grabaremos la premiación a la mejor calabaza.
 
—Yo creo que sí podemos hacer otra cosa. Podemos seguir presentándole a la cámara a los que faltan.
 
— ¡Buena idea! Presentaremos a los que vayan terminando.
 
—Y aquí tenemos a Alexander Aranda.
 
—Díganme Alex.
 
—De seguro este turista está disfrutando aquí, en Venecia y en el oeste a la vez —Daisy comenta.
 
—Y viajando en el tiempo también.
 
— ¡Cámara! —Leo comienza a actuar sorprendido de nuevo— Pensé que esto no iba a pasar, pero… Creo que te he encontrado pareja.
 
— ¿Hablas de mi cámara?
 
— ¿Quién más? La cámara no puede salir contigo… Las presentaré luego, ahora no tendrán la privacidad que se merecen. Puedes irte —Leo despide a Alex— Cámara, ¡has encontrado a tu media naranja!
 
—No puedo creer que la hayas conseguido primero que nosotros —Daisy le sigue el juego.
 
—La encontraremos algún día, Daisy, y cuando eso suceda, presentaremos a esa mitad de fruta, o al menos eso esperarás.
 
— ¿Y qué pasa si la cámara ya conoce a su mitad de fruta? —Sebastián se entromete en la conversación con un tono pícaro.
 
— ¿Qué estás insinuando con eso?
 
—Su mitad de fruta está entre nosotros.
 
—Eso lo descubriremos más adelante, en… esto… —Leo duda— Un “más adelante” muy adelante, es posible que pase mucho tiempo para eso, lo lamento, tendrás que esperar —Se pone algo nervioso.
 
—Cambiando de tema, el rock ha llegado a la fiesta con Sebastián.
 
—No voy a cantar ahora, no sin música.
 
—Entonces, ¡vete! —Daisy ordena.
 
—Okay… —Sebastián se aleja sin saber qué sucedió.
 
—Ningún cantante niega una oportunidad para cantar a menos que esté afónico y está claro que no lo está.
 
—Ahora a esperar a que alguien más termine.
 
En eso, Johnny llega sigilosamente para sorprenderlos. Al estar cerca, grita como si fuera a atacarlos. Leo y Daisy entran en la actuación de igual manera, casi representando una escena de alguna película sobre vampiros.
 
— ¡Ah! ¡Un vampiro! —Leo es el primero en improvisar— ¡No me chupes la sangre, por favor!
 
— ¡Oh, no! ¡Ayuda!
 
—No me muerdas, no me muerdas, no me muerdas… —Leo toma el papel del más miedoso y Daisy tendría que ser la valiente.
 
—Voy a morderlos a todos y empezaré por ustedes —Se acerca más hacia Leonardo.
 
— ¡Oh, no! ¡Empezará por mi compañero! No sé qué hacer para ayudarlo. ¡Que alguien venga!
 
—Todos están cortando calabazas, ¡no vendrán! —Johnny imita una voz algo terrorífica.
 
— ¡Daisy, haz algo!
 
—No hay ajos, no hay cruces… ¡Llévalo directo a la luz!
 
— ¿¡Cómo voy a hacer eso!? ¡Suéltame!
 
— ¡No lo haré!
 
— ¡Ya sé a quién llamaré! ¡Resiste!
 
— ¡No te vayas! ¡Me morderá!
 
— ¡No si te resistes!
 
—Deja de moverte, muchacho. ¡Necesito sangre!
 
— ¡No! ¡La mía no!
 
—Y luego la de tu compañerita.
 
— ¡No! —Niega rotundamente— ¡Con ella sí que no te vas a meter!
 
—Entonces, si tanto la quieres, déjate morder y a ella no le pasará nada de nada.
 
— ¡No mezcles esos temas aquí! ¡Y no, no me morderás ni a mí ni a Daisy! ¡Ahora suéltame!
 
— ¡Johnny, ¿qué andas haciendo?! —Escuchan a Diana llamar a la distancia. Johnny de inmediato suelta a Leo, dejándolo caer.
 
— ¡Diana! ¡Hola! —Cambia su actitud por completo.
 
—Ven aquí y si quieres morder a alguien, que sea a mí.
 
—Te salvaste por esta vez —Se va.
 
—Novios… —Leo se levanta— ¿Quién pensaría que su relación llegaría a salvarme?
 
— ¿Viste que lograste resistir?
 
—Sí —Se da cuenta de que Paula está acercándose— Y para animarnos un poco luego de semejante susto, es hora de presentar a la… —Deja de hablar repentinamente al ser empujado por la rubia, quedando fuera de cámara y sentado en el suelo.
 
—… ¡Creadora de todo este evento! —Paula completa. Leo, aún en el suelo, levanta su brazo y coloca su mano al estilo de cuando se da un anuncio, saliendo en pantalla.
 
—Y ella es- ¡Ah! —Al darse cuenta, Paula baja su brazo bruscamente para callarlo.
 
— ¡Paula Montesco! —Se presenta a sí misma.
 
— ¡Cheerleader, ¿por qué derribas al equipo?! —Daisy regaña.
 
— ¿Porque no es de mi equipo? —Responde con casi obviedad.
 
—Mi melliza es una tramposa…
 
—No lo soy. Bueno, sí, pero no debería comentarlo en cámara… —Admite, pícara.
 
—Demasiada información.
 
—Eso imaginé. Debo irme, animaré el concurso —Regresa adentro. Leo aprovecha para levantarse sin sufrir.
 
— ¿Hace falta decir que nos llevamos a los trancazos?
 
—Eso es siempre, no fue actuado —Daisy asegura.
 
—Y para terminar con las presentaciones, aquí tenemos a Daniela —Leonardo presenta a la disfrazada de cazadora, aunque se queda pensando al verla bien— Una pregunta, ¿por qué no la llamamos cuándo nos atacó, bueno, me atacó Johnny? Lo habría cazado de una vez.
 
— ¿Cómo no pudimos acordarnos?
 
—El miedo bloquea a la mente.
 
—No vengas con tus asuntos médicos ahora, prima.
 
—Sólo decía por qué se les puso olvidar.
 
— ¿Estás lista para cazar hoy? —Daisy se encarga de “molestar” a la invitada.
 
— ¿Cazar qué? Ni siquiera tengo una red.
 
—Qué cazadora tan pirata. Deberíamos tirarla por la plancha para que entienda que es pirata y no cazadora.
 
— ¿Hablas del trampolín de la piscina? —Daniela sospecha algo atemorizada.
 
— ¡Por supuesto!
 
— ¿Qué? No, no me hace falta, sé que soy pirata.
 
—Ya estás prevenida. A la próxima sí va.
 
—Espero que se te olvide.
 
—Con la cámara como testigo, no creo que suceda.
 
—Oh, rayos.
 
— ¡Vengan todos, es hora de escoger al ganador! —Escuchan a Paula avisar.
 
—Puedo apostar a que ganará Marc —Daniela presume.
 
—Será mal cocinero, pero para cortar calabazas… —Leo se da cuenta de que la cámara sigue grabando— Oh, casi me olvidaba. Tre, due, uno, zero… ¿Qué me pasa? Grabaremos la premiación, ¿para qué apagarte si te volveremos a usar en un minuto? Corte cancelado.
 
Los tres van a la cocina para empezar la calificación. Con Leonardo como el jurado principal y Daisy como ayudante, en la cocina aparece un aire de competencia.
 
— ¿Qué desastre es este que hiciste, Matías? —Pregunta al ver que no tenía ni forma lo que fuera que Matías hubiese intentado hacer.
 
—Nunca me ha salido bien una de estas, ¿qué te puedo decir? —Admite.
 
—Buena suerte para el año que viene. Eliminado.
 
— ¿Así no más? —Se indigna. Pensó que primero revisarían todas las calabazas y luego eliminarían, no de una vez apenas las examinaba.
 
— ¡Siguiente! —Lo ignora y pasa al lado de varios— Alex, calificas. Diana no, Daniela sí, Marc sí, Paula no.
 
— ¡Disculpa! —La rubia reclama— ¿Desde cuándo eres jurado? ¿Y por qué?
 
—Soy perfeccionista en estas cosas y soy imparcial.
 
— ¿Y quién dijo que yo no?
 
—Eres participante, no te eliminarías. Siendo novia de Marc, tu imparcialidad puf, se va. No niego que seas perfeccionista —Agregó al final para aligerar un poco la crítica y no recibir una respuesta de ataque tan fuerte.
 
— ¿Y es que acaso no eres familia suya?
 
—Ser hermano no garantiza victoria por parcialidad. Ser novia y participante, sí. Como no participé, soy el jurado.
 
— ¿Y Daisy? Ella tampoco participó.
 
—Me ayudará en los que dude y en la siguiente ronda.
 
—Está bien… Daisy, ¿paso o no paso? —A Paula sólo le parecerá válido el veredicto de su melliza.
 
—No pasas. Enójate.
 
—Ok, gracias por la orden —Incluye sarcasmo.
 
—Johnny no y Sebastián sí —Termina de clasificar a la final— Pasemos a la final. Decidiremos nosotros y los descalificados, excepto Diana y Paula —Leo hace énfasis en el segundo nombre.
 
— ¡Ya entendí! —Se irrita.
 
Entre algunos de los eliminados, Daisy y Leo, ven una vez más a cada una de las calabazas restantes para decidir quién o quiénes eran los ganadores. Al acabar, Daisy da un paso adelante para anunciar las posiciones.
 
—Es una decisión difícil, pero hemos decidido que el primer lugar es un empate entre Daniela y Marc. ¡Felicidades!
 
—Tercero/segundo Alex, cuarto/tercero Sebastián, quinto/cuarto Johnny —Matías termina de anunciar a los otros lugares, los cuales eran dobles considerando que había dos primeros lugares.
 
—Pero si yo no pasé —Johnny se extraña.
 
—Eres el primero de los que no pasaron.
 
— ¿Eso es un tipo de premio consuelo?
 
—Si quieres verlo de esa manera.
 
Luego de la “premiación”, los reunidos ahí se divierten con distintas dinámicas o simplemente conversando, ya la música fue encendida y algunos bailaban. Ya casi de noche, las grabaciones regresan.
 
—Como podrán notarlo, está oscureciendo. Ya no falta mucho para que comiencen a llegar los niños con su “dulce o truco”. Si oyen un timbre, ya saben qué es —Daisy da un pequeño aviso.
 
— ¡Es algo de que algo espeluznante aparezca! —Leo imita una voz bastante tenebrosa.
 
— ¡Y de hacer de nuestras voces una de esas cosas! —Daisy aprovecha para poner voz de bruja. Imitadores usando su poder. Juntos, ríen malvadamente, Leo incluye truenos a la imitación, a lo que Daisy se desorienta y habla con su verdadera voz— ¿De dónde vino eso?
 
—Recuerda que puedo imitar varias cosas a la vez —Da la explicación sin simulaciones, aunque luego estas regresan— ¡Eso sirve para efectos más realistas y tenebrosos!
 
—Asustemos al cobarde de este lugar —Ríe como bruja.
 
—Estoy al lado, ya sé que vas a asustarme. No funcionará ahora.
 
— ¡Hablo de Waldo!
 
—Querrás decir “Wally”.
 
—Es la misma persona. ¡Vamos!
 
Con mucho cuidado de no ser descubiertos, se dirigen hacia la sala, aún grabando. Apagan las luces a los alrededores, quedando casi a oscuras si no fuera por la luz que entraba de la calle a través de la ventana. De inmediato, todos se van del lugar. Cuando Matías estaba por levantarse del sofá para unirse al grupo, dos voces como para asustarse que en realidad se oían como una lo detuvieron.
 
—Tú no te muevas, miedica.
 
— ¿Quién dijo eso? —Pregunta temeroso mientras se sentaba lentamente de nuevo, ya que había alcanzado levantarse un poco.
 
— ¡La voz que descansaba en tu sofá!
 
— ¿Mi… sofá? Quieres decir… ¿Este… sofá? —Duda bastante antes de decir cualquier palabra.
 
—El mismo que estás usando.
 
— ¿Por qué si yo no era el único sentado aquí?
 
—Porque fuiste el que me hizo despertar —La voz se alza, enojada.
 
— ¡No lo hice a propósito!
 
— ¡Y no creas que no me molesté!
 
— ¡A…! —Su grito de ayuda es interrumpido.
 
—Hey, hey, hey… Nada de voltear ni llamar a nadie.
 
— ¿Qué pasará si lo hago?
 
—Estarás condenado a vivir sentado aquí.
 
— ¿Y qué debo hacer para poderme parar? —Interroga para luego pensar si tenía alguna clase de oportunidad de negociar con quién fuera el espíritu del sofá.
 
—Debes quedarte sentado aquí hasta las doce.
 
— ¿Y si me dan ganas de ir al baño?
 
—Aguanta y no te hagas aquí o peor será el castigo.
 
—Será una larga noche…
 
— ¡Matías! —Alex llama desde otra sala— ¿Por qué te quedas ahí?
 
—No…
 
— ¡Ah, ah! —La voz lo calla— ¡Nada de respuestas!
 
— ¿Dónde estás? —Alex insiste— ¿Yuju?
 
—No puedo responderle, no puedo, no puedo, no puedo… —Se repite en voz baja a sí mismo para resistirse.
 
—Matías, hey, Matías —Oye una voz angelical –es decir, Daisy- llamarle suavemente y con delicadeza— A mí sí me puedes responder, pero bajito.
 
— ¿Quién eres?
 
—Soy el lado bueno de tu consciencia y quiero que le respondas.
 
—Pero… ¿El ángel no aconseja cosas buenas? —Se confunde.
 
— ¡Eso hago! Responder es bueno, no hacerlo es lo malo.
 
— ¡No le hagas caso! —Una voz malvada, con mucha, mucha maldad –o sea, Leonardo- ordena.
 
— ¿Parte mala? —Supone.
 
— ¡Muy bien! Yo te ordeno a quedarte callado.
 
— ¿Porque no responder es malo?
 
—Exactamente. ¿A quién le harás caso?
 
—No debo responder.
 
— ¡Hazlo! —La voz de la bondad es persistente— ¡No te pasará nada, es más, párate!
 
— ¡No! ¡No lo hagas! —La voz de la maldad casi le grita su mandato.
 
—Lo harás porque eres un chico bueno.
 
— ¿Le harás caso a tu lado bueno o a tu lado malo? —Matías duda bastante, no sabe qué hacer. Cree que los puestos están invertidos porque la voz del bien debería aconsejarle hacer lo que le hará provecho –cumplir la sentencia del sofá- y la voz del mal debería obligarlo a cometer un error –no cumplir la sentencia del sofá-.
 
—… ¡Ya voy! —Decide hacerle caso al bien. Después de todo, algo bueno tendría que salir de aquello. En ese mismo momento, el “ángel” celebra y el “demonio” refunfuña.
 
— ¡Has roto tu deber! —Y la voz del sofá regresa más enojada que nunca.
 
— ¡Oh no! —Cuando creía que ya se había salvado, resulta ser peor que lo esperado.
 
— ¡Debiste obedecerme, ahora vivirás aquí conmigo!
 
— ¡No!
 
—Desobedeciste, ya no hay vuelta atrás.
 
— ¡No! —Cada vez suena más asustado.
 
—Prepárate para… —Daisy y Leo deciden que es hora de salir de la parte de atrás del sofá y hablar como suelen hacerlo— ¡Caer en una broma!
 
— ¡Ah…! ¿¡Una broma!?
 
— ¿De verdad creíste que el sofá estaba embrujado? —Daisy es la primera en burlarse y reírse.
 
— ¡Me asustaron!
 
— ¡Era la idea! —Leo toma la cámara, sacándola del escondite.
 
— ¿¡Lo grabaron!?
 
Tre, due, uno, zero —Concluye la grabación con apuro.
 
— ¿Qué rayos fue eso?
 
—Nada importante —Miente y se va rápido para ir con los demás.
 
Pasan el resto de lo que queda de celebración haciendo cualquier cosa. Bailando, bromeando, grabando, jugando, recibiendo y dando dulces a los niños que pasaban, entre cualquier otra costumbre. Los detectives y aspirantes a serlo en unos años disfrutaron del día libre que se les brindó. El día siguiente tendrían que regresar a la rutina, aunque claro, con algo de descanso y habiéndose divertido en ese feriado. De todos modos, de seguro tendrían otra celebración más en el primer día de noviembre al ser el día de uno de ellos.
 

Fin del Capítulo #28.


*Notas alocadas del final*


Primero: Ahora entienden lo que dije arriba? Pero bueno... Mientras más así sea, creo que sería gracioso por eso, no sé...
Segundo: El gran problema es justamente el formato, verán, los originales los escribo como un guión para ser actuado, quizás por eso por escrito no sea tan... productivo(? como lo pensé.
Tercero: Quise hacerlo porque en esos días tenía que escribir un guión teatral para una evaluación de castellano en equipo siempre hacen una por año y suelo ser la que escribe el guión e incluso la que da la idea y que debía ser actuada en clase que por cierto, la de mi equipo fue la única que entró en las reglas. La obra debía durar 20 minutos mínimo y todas duraron de tres a seis/ocho minutos y muchas eran con guiones robados de internet, la mía sí duró los veinte y era original hecha por mí y sirvió porque era cómico y se rieron :jojojo: 
Cuarto: Ya, ya, dejo de presumir... Es la primera vez que describo vestimenta tal cual y como la usan excepto por lo del uniforme naranja de la prisión y creo que describí el del entrenamiento policial y de pana que se siente muy, muy, muuuuy raro, no es mi estilo...
Quinto: A los que iban eliminando en el juego de las sillas los escogí por sorteo, así que es en serio que no planeaba que Leo ganara, casualidad.
Sexto: Llevan como diez capítulos siendo novios y creo que aquí se dio la primera evidencia de su relación  Más Que Cosas De Policías - Página 8 965308117 me refiero a Johnny y Diana
Séptimo: Varias bromas se basaron en errores míos que no fueron eliminados sino disimulados y se les siguió la corriente, en fin, aquí la improvisación era la clave de la diversión ej: cuando Leo iba a apagar la cámara y se da cuenta de que no hace falta
Octavo: Hay un capítulo más de este estilo, y creo que es el que viene luego del siguiente... Pero ese creo que no me gustó mucho, sólo el final lo considero que vale la pena así que no sé qué hacer con él...
Noveno: Heyheyheyhey! Esto de Sebastián disfrazado de rockero me recordó a algo... Alguien aquí vio la última temporada de The X Factor? (sí, última, la versión de USA la cancelaron) La que pasaron hace poco en Sony? Pues bien, aquí les doy la primera persona que se parece a como me imagino al personaje: Sebastián es más o menos como el que quedó de segundo EL QUE DEBIÓ GANAR, ÉL ERA MI FAVORITO  :lloro: no les daré su nombre porque creo que me incomodaré con eso no sé por qué:) pero versión unos diez/doce años más joven, más delgado y con la descripción que di, castaño de ojos verdes, no pelo negro pero si esos son muchos cambios! Bueno, por algo dije más o menos, es como la base y el que es más similar.


Décimo: separado por razones especiales Sobre el próximo capítulo... Aquí se dio un adelanto, y ya dije por ahí que el #29 es el tercero y último flashback que por los momentos he escrito. Es mi favorito, pero es LAAAAAARGO! Unas 31 páginas de un cuaderno de tamaño normal y con mi letra, je... Si supieran su tamaño Así que tardaré un tanto, porque quiero que quede PER-FECT y necesita algo de narración para que se intensifique y quede mucho mejor de lo que ya es en serio nótese que adoro ese capítulo Y de paso, primero quiero terminar el capítulo de MDUVM porque sino voy a atrasarme bastante en su actualización y apenas lo estoy empezando se supone que debería publicarlo mañana Y DE PAAASO AL FIN llegué a un capítulo en los actuales (los que recién van en cuaderno) el cual tengo esperando prácticamente desde el día uno para escribirlo, en serio, pasa algo cumbre, algo que en serio quiero escribir, empecé el cap hoy y de seguro estaré pegada al cuaderno escribiéndolo. Y DE PASO sí, es en serio, otro más me están separando de la laptop porque mi abuelo piensa que paso demasiado tiempo usándola y ni siquiera es mía, imagínense lo que me dirán en unas semanas cuando llegue la de mi propiedad... y como es el que manda en casa, todos creen lo mismo y debo ser cuidadosa con los momentos en los que la uso para que no me regañen y me la prohíban o algo así, lo cual sería peor pero en serio, si no puedo salir porque todo está trancado e inseguro y no tengo nada del colegio tan urgente y tampoco saldo o nada, qué quieren que haga? Aprovecho para escribir lo más que pueda Así que eso me quita tiempo. Pfff, en serio, si me tardo, no se extrañen, tienen el montón de explicaciones aquí, pero valdrá la pena porque ese capítulo es buenísimo, lo prometo :P 


Creo que ya no tengo más por decir... ah sí, también quiero actualizar la galería porque tiene más de un mes abandonada y acabo de recordar algo que quería hacer ahí, así que... Tre, due, uno, zero. Arrivederci! Para el que no sepa, eso es una manera de despedirse en italiano, pero bueno, para no perder la costumbre  :bye: 
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Mensaje por Emily Rawson Dom 09 Mar 2014, 7:33 pm

Hola!
Hace falta decir que estuvo genial? jajajajajaja XD En serio fue casualidad que Leo ganara en el juego de las sillas? Uhm, no te creoooup.
Me gusta la pareja de Diana y Johnny, es decir "Dinny", o mejor "Johana", ay no, soy pésima para los nombre conjuntos -.-
En fin, a mi me encantaron estas dos partes :3
Espero el cap de MDUVM pronto! publicalo cuando puedas porfis! Necesito seguir leyendola♥
Sobre el chico de TXF...nunca termine de ver toda la temporada, solo los episodios en donde 1D cantó SOML, y little mix cantó move :| So... ¿Ganaron Alex y Sierra? ¿Y quien quedó segundo, Jeff Duff -ocomoseescribaporquenomeacuerdo-? ¿Y tercero? ¿Y cuarto? Ahmentiraquenohabíapodidovernada
Bueno, veo que todos se la pasaron bastante bien en este cap, así que el 29 que tanto amas lo esperare con ansias :3
Ya sabes, cuidate y publica pronto o cuando te dejen la laptop! Bai
Emily Rawson
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Mensaje por Spencer Dom 09 Mar 2014, 8:04 pm

Emily Rawson escribió:Hola!
Hace falta decir que estuvo genial? jajajajajaja XD En serio fue casualidad que Leo ganara en el juego de las sillas? Uhm, no te creoooup.
Me gusta la pareja de Diana y Johnny, es decir "Dinny", o mejor "Johana", ay no, soy pésima para los nombre conjuntos -.-
En fin, a mi me encantaron estas dos partes :3
Espero el cap de MDUVM pronto! publicalo cuando puedas porfis! Necesito seguir leyendola♥️
Sobre el chico de TXF...nunca termine de ver toda la temporada, solo los episodios en donde 1D cantó SOML, y little mix cantó move :| So... ¿Ganaron Alex y Sierra? ¿Y quien quedó segundo, Jeff Duff -ocomoseescribaporquenomeacuerdo-? ¿Y tercero? ¿Y cuarto? Ahmentiraquenohabíapodidovernada
Bueno, veo que todos se la pasaron bastante bien en este cap, así que el 29 que tanto amas lo esperare con ansias :3
Ya sabes, cuidate y publica pronto o cuando te dejen la laptop! Bai
EN SERIO! Si supieras cuántas cosas he hecho por "sorteo" en esta novela  Más Que Cosas De Policías - Página 8 1313521601 Sólo que esta es la que menos me podrían creer porque justo ganó Leo. Agarré unos papelitos y puse las iniciales para que todos fueran del mismo tamaño y no hacer trampa, los puse en una bolsita y primero era el que saliera lo eliminaba y luego en la última ronda el que saliera ganaba, y salió Leo. La otra cosa que recuerdo fue en uno de los 40 y tantos, pero ese no fue tan sorteo
NO HABÍA PENSADO UN NOMBRE PARA ELLOS  Más Que Cosas De Policías - Página 8 4162775227 Oye, Johana me gusta Más Que Cosas De Policías - Página 8 285151902 Dinny me suena a nombre de mascota  :xd: también soy mala con eso, o sea... Marc y Paula????? Parc? Maula? Marla???? y si supieras, yo en Twitter tengo una cuenta de fans de Grey's Anatomy y una vez puse "cómo llamarían a la pareja de Jackson y April? *inserte un montón de nombres inventados*" y uno de ellos era Aprison, ESO ME LLENÓ DE NOTIFICACIONES DE GENTE RIÉNDOSE  Más Que Cosas De Policías - Página 8 2632422674 Al final, el nombre oficial de la pareja fue Japril y ese no se me ocurrió ni a mí ni a mis seguidores  Más Que Cosas De Policías - Página 8 965308117 
El cap de MDUVM... Hoy me puse a escribir, PERO COMO AL FIIIIIN LOGRÉ SALIR DE MI CASA aunque fui a la casa de una amiga de mi mamá por su cumpleaños y vive en la misma calle... Y PONERME ROPA DECENTE pijama forever all day all night everyday Bueno, hace dos horas fue que regresé y en un ratito volveré a ver si lo termino entre mañana y pasado porque hoy lo dudo...
TXF, ganaron Alex y Sierra, segundo... JEFF DUFF JAJAJAJAJAJAJAJAJJAJAJAJAJA! No, no... Jeff Gutt ;) tercero Carlito Olivero y cuartos Restless Road soy demasiado adicta a concursos, me los memorizo bien y ahora ando pegada a The Voice y de las presentaciones de los chicos, SOML Harry tenía la voz mal  :lloro: pero MIDNIGHT MEMORIES, MIDNIGHT MEMORIES  Más Que Cosas De Policías - Página 8 1857533193 No sé, me encantó jajaja y eso fue en la final (sí, fueron dos veces) y Little Mix cierto!! no me acordaba que habían cantado porque me sorprendí al verlas en el programa de concurso de diseñadores de Rihanna y se me quedó eso en la cabeza.
Pues sí, todos de lo genial acá, en el siguiente es flashback así que sólo es un grupito el que sale más los personajes especiales de los flashbacks y no, no estarán tan relajados  :maloso: 
See you at the next comment! No me preguntes, tengo ganas de hablar en inglés con gente que de verdad hable inglés y por echar broma y por cualquier cosita, no sé... Incluso casi le respondo en inglés a la gente accidentalmente por andar pensando en eso... Efectos de estar sin hacer nada (?  :bye: 
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Mensaje por Spencer Mar 11 Mar 2014, 7:55 pm

Aviso avisador (?


Nada malo... Sólo tres cositas :P 


1) Ya terminé el capítulo de MDUVM y ya lo publiqué tanto en Wattpad como en OWN, así que ya estaré escribiendo el capítulo #29.


2) El capítulo #29 será publicado en varios pedacitos, más de tres... En serio que es largo. Así que, para no hacerlos esperar tanto, quizás haga algo como ir escribiendo cierta cantidad de páginas e irlo publicando mientras lo hago, aunque no lo aseguro porque no me gusta mucho la idea... Así que igual, tardaré, no sé cuánto, pero lo único que aseguro es que no subiré el capítulo entero en un solo día, será por partes con algunos días de diferencia.


3) ¿Recuerdan eso del Portal de los Sueños? ¡YA LO ABRÍ! Más Que Cosas De Policías - Página 8 1857533193 *si no se acuerdan, pfff, busquen la publicación en la página 6 o la 7, no recuerdo en cuál está, aunque creo que es en la 6, o sino busquen en la galería, ahí puse un aviso sobre eso y después se pasan por Juegos y lo encontrarán* Yo ya dejé el primero :lovely: 


Bueno, eso era todo...  :bye: 
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Mensaje por valejimenez Dom 16 Mar 2014, 2:22 pm

LO SIENTO LO SIENTO LO SIENTO LO SIENTO  Más Que Cosas De Policías - Página 8 1327349762 




Sé lo que piensas :matar:  Y en verdad lo merezco D:




PD: AHH LEO, TE EXTRAÑABA TANTO   Más Que Cosas De Policías - Página 8 2592836091  Más Que Cosas De Policías - Página 8 2592836091  Más Que Cosas De Policías - Página 8 2592836091  Más Que Cosas De Policías - Página 8 2592836091  Más Que Cosas De Policías - Página 8 2592836091  Más Que Cosas De Policías - Página 8 2592836091  Más Que Cosas De Policías - Página 8 2592836091  Más Que Cosas De Policías - Página 8 2592836091  Más Que Cosas De Policías - Página 8 2592836091
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