Harry |Larry Stylinson|

Harry Styles era lo que cualquier persona pudiera desear.

Harry era cariño porque cada que algo salía mal, él estaba ahí para brindarte lo que tu necesitabas, para levantarte los ánimos y para susurrarte palabras bonitas que hacían que tu autoestima subiera y que tu cielo azul brillara más de lo normal; que tus noches de soledad se vieran iluminadas por su sonrisa angelical, por sus hermosos ojos verdes y por sus bucles de color chocolate.

Harry era hermosura porque su rostro era lo más bello que habías visto en tu vida. Esos hoyuelos que aparecían en sus sonrojadas mejillas cada que te sonreía, esos ojos esmeralda, llenos de dicha y felicidad, ese cuerpo delgado pero bien formado que no estaba avergonzado de ocultar, su voz aterciopelada y ronca que hacía que tu cuerpo temblara y que un espasmo te recorriera cada que lo escuchabas.

Harry era amor e inocencia por las atenciones que les prestaba a las demás personas, por el apoyo que les daba a pesar de todo, por la mano que extendía a le gente que imploraba ayuda o que más le necesitaba. Por no pensar en hacer mal cuando alguien le hacía daño, por soltar lágrimas cuando alguien se abalanzaba contra ti para criticarte. Por llorar cuando una canción le tocaba al corazón, tan emotivo, y mirarte cada que quería dedicarte alguna estrofa, tan sublime y tan sutil que tu corazón latía a mil por hora. Por ponerse celoso y hacer un mohín cada que intentaba llamar tu atención, sus labios fruncidos y sus mejillas sonrosadas.

Harry era fortaleza porque él te cargaba en sus hombros, te guiaba por el camino de la paz, se mantenía de pie por ti, por los dos. Por ser tu bálsamo en una tormenta, por mantenerse fuerte aún cuando no eran del todo libres, por sonreírte cuando sabías tú que todo estaba mal y que nada iba a salir bien. Por mostrarse firme en las decisiones que podría perjudicarlos, tú rogándole que no lo hiciera por ti, sino por él. Por sobrevivir a tu lado aquí hasta donde llegaron, por estar a tu lado a pesar de todo.

Harry era perfección porque no existía alguien más encantador que él. Nadie más sincero que él. Era todo lo que tú buscabas en una persona, lo encontraste en el lugar menos pensado y te enamoraste como nunca jamás pensaste que lo harías. No había nadie más con esos ojos, con esa sonrisa, con esa voz, con ese cuerpo y con esas mejillas que tanto amabas. Era perfección porque cada que te salías de control, él sabía cómo bajarte un poco la furia. Porque te conocía perfectamente y encajaba contigo.

Era perfecto para ti porque él era alto y tú un poco más pequeño. Él tenía manos largas y tú pequeñas. Él complementaba tus imperfecciones y tú complementabas las suyas. Era como pieza de puzle que buscaste en toda esta vida, y un día el cielo decidió ponértelo frente a ti.

Era perfección porque cada que se besaban, tú sentías que volabas, que viajabas a otra dimensión, tu corazón queriendo salir de tu cuerpo, dar mil brincos por todo Londres ocho veces, regresar y volver hacerlo un millón más. Porque cuando él te tocaba, tu cuerpo temblaba bajo su mano, y tú eras feliz cuando a él le pasaba lo mismo. Porque cuando hacían el amor se sentían uno solo, inseparables, indestructibles, con el amor más grande que jamás existió. Porque cuando te miraba con esos ojos llorosos después de pelear, tú te sentías el hombre más malo del mundo, pero él te perdonaba con su sonrisa brillando bajo la luz de la luna.

Harry Styles siempre fue lo que tú buscaste. Es tuyo y tú eres de él. El destino así lo quiso y tú no quieres rechistarle por eso. Es el amor perfecto en una persona, es un ángel que bajó del cielo para llenar tu vida de amor, tú abriendo los brazos para que él corriera a ti y te abrazara frente a todos.

Se pertenecían. Se pertenecen.

Él es perfecto para ti, y tú eres perfecto para él.






Mueran conmigo, ah.