[Adaptada] вєωιтcнιηg тнє dєνιℓ {HarryStyles&Tu} ❤ (Tema 1)

Entramos y el sonido de una campana nos recibió al abrir la puerta, estábamos agitadas y con la respiración entrecortada, me dolía el pecho. Creo que corrimos como 1km.

Tu: Creo.. Que.. Ya.. Estamos.. A .. salvo.. -Dije con dificultad-

Fabb: Compremos los.. clavos y.. larguémonos.. De.. aquí.

Toque la campanilla del mostrador pero nadie vino. El lugar parecía muy solitario. Prácticamente todo era de madera, estantes, mesas, mostrador.. Y todo estaba cubierto con una capa de polvo, parecía abandonado. Me dedique a recorrer el lugar adentrándome en los estantes y yéndome hacia el fondo, mientras Fabb insistía con la campanilla.

Fabb: ¿¡Hola!? ¿¡Hay alguien!? ¿¡Hola!? ¡Tenemos una compra!.. ¿__*? ¿Donde estas?

Pero yo ya no la escuchaba, este lugar era grande cómo una biblioteca y toda la tierra que había me hacia picar la nariz. Toda mi atención estaba centrada en una puerta cerrada que tenia un cartel que decía ‘Solo personal autorizado’. Caminaba con paso cauteloso, lento pero decidido. Pose mi mano en el picaporte, abrí la puerta y me encontré con un pequeño closet, había una escalera, una cubeta, escobas y.. ¿que era eso? ¿Una bota? Me acerque más para ver y… ¡OH Dios mío! ¡Un hombre muerto! Di media vuelta para salir corriendo y decirle a Fabb pero apenas lo hice la puerta se cerro de un golpe, encerrándome ¡con un muerto! Y la pequeña bombilla que colgaba en el techo se apago. Grite. Como si fuera una loca. Grite y patee la puerta innumerables veces.

Tu: ¡Fabb!, ¡Fabb!, ¿¡como demonios no me escuchas!? -Llore- ¡Fabb! ¡Por el amor de Dios ayúdame!

Me detuve solo un segundo para tomar aire y para largar otro sollozo, y cuando lo hice sentí que respiraban en mi oído. Creí que me desmayaría pero en cambio solté un conjuro del libro de magia blanca.

Tu: San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha. Sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale a Dios, pedimos suplicantes, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los otros espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas.

La puerta se abrió y al estar recargada en ella me fui bocabajo al suelo, caí y luego cerré los ojos.
Estaba soñando o volando. Porque veía la ferretería desde el techo, pero en este caso el empleado sonreía mientras le mostraba la diferencia de unas herramientas a un hombre. Me enfoque un poco más en su rostro quería ver a quien tenía que acusar por no habernos atendido. Mire bien, me parecía familiar, como que ya lo había visto. Touche. El hombre que encontré en el closet, tenia la misma ropa y las cosas del local no estaban diferentes, lo que estaba viendo no había sucedido tanto tiempo atrás. De seguro era el mismo día. Seguí observando, el cliente se retiro con una compra hecha y el hombre se dirigía al closet con una cubeta en la mano.

Tu: ¡No! ¡No entres ahí! ¡Te mataran! -Grite-

El hombre volteo la cabeza. ¿Me escuchaba? Antes de sacar la conclusión me di cuenta de que no se había sobresaltado por mi advertencia sino por una sombra. La ignoro y siguió su camino. Mala idea. Entro al closet y la puerta se cerro tras él. Trate de ayudarlo pero era imposible, no me podía mover, yo solo viaje al pasado por medio del sueño para ser espectadora de este horrible suceso. Sus gritos vinieron a continuación, rogando ayuda y pataleando para poder salir. Un segundo después se escucho un sonido repugnante y afilado para luego darle lugar a un silencio mortal.

¡Despierta!

Escuche una voz a la lejanía, sabia que estaba despertando y al rato abrí los ojos.
Me encontré con la preocupada cara de Fabb. Ella estaba sentada sobre sus rodillas, me había puesto boca arriba y tenia apoyada mi cabeza sobre su regazo.
Detrás de ella había un oficial que me miraba interrogante.

Fabb: ¿__*, estas bien? ¡Gracias al cielo que no te paso nada!

Tu: Si, solo me duele un poco la cabeza -Me senté- ¿Que paso con el hombre? -Viendo el closet vacío-

Oficial: Ya se lo han llevado a la morgue, ¿sabe algo sobre lo sucedido?

Tu: No mucho, prácticamente nada. -Me pare-

Me tambalee un poco y enseguida me sostuve de un estante.

Oficial: Me temo que me va a tener que contar todo lo que sabe, podría acusarla de homicidio por encontrarse en la escena del crimen.

Fabb: ¡Pero ella no hizo nada!

Oficial: ¿Cuanto tiempo la perdiste de vista?

Fabb: Habrán sido 15 minutos.

¿15 minutos? A mí se me había hecho una vida.

Oficial: ¿Y como sabe usted que en esos minutos su prima no mato a este empleado?

Fabb: ¡Duh! Primero, ella no mataría a nadie, segundo, no conocía a la victima, no podría tener una razón para hacerlo, tercero, 15 minutos no es suficiente para asesinar a una persona, cuarto, yo hubiera escuchados los gritos, quinto, ella apareció inconsciente, podría haber sido una tercera persona que mato al empleado y que golpeo a mi prima y sexto no tienes pruebas suficiente para acusarla.

Oficial: Bueno, igual la investigaremos.

Tu: Como sea, no encontraras nada, no soy culpable.

Salimos hacia fuera pero antes tome una bolsa de clavos y deje un billete en el mostrador. No sabía quien lo iba a cobrar, pero no quería prácticamente robar.

Fabb: Vamos, mamá ya se habrá preocupado.

Oficial: Alto ahí, antes la señorita tendrá que contarme que fue lo que vio antes de desmayarse.

Procese una mentira rápida y luego hable.

Tu: No fue gran cosa, cuando llegamos al negocio nadie nos atendió, mientras mi prima llamaba por el frente yo decidí ir al fondo para ver si el empleado estaba acomodando algunas cosas y no nos había escuchado, pero no había nadie, entonces vi esa puerta y pensé que podría estar ahí. Tenia razón, estaba ahí, pero cuando lo vi en ese estado me dio tanta impresión que me desmaye. Luego desperté y ustedes ya estaban allí.

El oficial hizo unas anotaciones rápidas y se ofreció a llevarnos.

Fabb: ¿Y llegar en un coche de policía a mi casa? ¡No gracias!

Yo en cambio lo considere, ahora sabia que lo que había matado a ese hombre era la sombra que me seguía, no quería arriesgarme a pasar por el bosque, y mucho menos con lo que paso con el tren.

Tu: Aceptaremos su invitación -Fabb me miró reprobatoriamente-

Subimos al coche, el oficial no nos puso esposas ni nada por el estilo, pero la gente nos miraba como criminales por el solo hecho de salir de la escena del crimen, ser interrogadas y luego subir a ese coche, bueno, cualquiera hubiera pensado que éramos culpables con esas pocas impresiones. Cuando llegamos mis tíos se quedaron hablando con el oficial mientras que Sammy nos ofrecía algo de comer, pero ya no teníamos hambre. Luego le dimos nuestra versión a los padres de Fabb de lo ocurrido, más tarde me fui a lo de mi abuela para consultar sus libros de magia negra, para terminar con esto de una buena vez.

Abuela: ¿Que es lo que buscas?

Asome mi cabeza por las torres de gruesos libros empolvados para mirarla.

Tu: Nada especifico, solo leo, tal vez encuentre algo interesante.

Abuela: ¿Problemas con alguna maldición?

Tu: No, para nada. Te diría pero se que lo que esta pasando es grave y se lo contaras a mamá y ella me castigara por haber hecho tremenda estupidez.

Abuela: No le diré nada a nadie, pero dime otra persona mejor que yo para hablar sobre el lado oscuro.

Tu: Bueno -Cerrando el libro- ¿Prometes que no se lo dirás a nadie hasta que haya pasado mucho tiempo?

Abuela: Esta bien, cuéntame.

Tu: Hice un trato con un demonio bastante poderoso.

Abuela: ¿Qué clase de trato? -Dijo tranquilamente-

Tu: No lo se exactamente.

Le conté desde que jugamos a la ouija hasta lo de la ferretería.
Ella rió macabramente.

Tu: ¿Que es gracioso?

Abuela: Nena, has invocado al diablo. -Rió nuevamente- Y también aceptaste jugar a su juego y por lo tanto con sus reglas. No encontraras nada en esos libros para librarte de él, no se irá hasta que el juego haya terminado, y es el diablo quien dice cuando se termina.

Tu: Pero ni siquiera empezamos a jugar.

Abuela: Bueno, lo harán, o sino la gente comenzara a morir uno por uno, y el empleado fue el primero.

Tu: ¿Quieres decir que si no acepto empezar el juego una persona morirá cada día?

Abuela: Eso mismo. No te puedo ayudar, eso es entre él y tu. Te recomiendo que mañana vallas a misa y el lunes comiences el juego.

Al otro día tal y como me dijo mi abuela fui a misa y me quede toda la tarde en la Iglesia. De vuelta a mi casa vi una muchedumbre en la calle.

Tu: Disculpe. -Le dije a una mujer- ¿Qué ha pasado aquí?

Mujer: Un señor murió al chocar con su auto. Piensan que perdió el control del carro porque no estaba incumpliendo ninguna norma de transito.

Me sentí fatal, esa era la segunda victima por no aceptar, mañana comenzaría el juego si o si.

Tu: Que horrible. Muchas gracias. -Me fui-

En mi habitación me dedique a leer libros de magia negra y blanca para estar preparada para el diablo. Que irónico, en vez de estudiar la materia que mas me costaba para empezar bien mi primer día de clases mañana, estaba memorizando embrujos.

La alarma sonó ruidosamente. Le di un manotazo para apagarla y luego me levante. Mire la hora. 7am.

Tu: Buenos días, Massey. -Dije levantando a mi gato negro y dándole un beso- ¿Donde te has metido? ¡Tienes el pelo blanco! -Sacudiéndole el polvillo- Tu pelaje negro no te favorece con esto, así que quédate en un lugar limpio -Lo solté-

Puse la cafetera en marcha mientras me vestía con el uniforme: zapatos negros, calcetines bordos, falda gris, la camiseta con el escudo de la escuela y arriba de esta un jersey bordo. Recogí mi cabello en una cola de caballo y retoque mi cara con un poco de maquillaje.

Tu: ¿Qué pasa Massey? -Viendo al gato enojarse- ¿Que hay ahí?

Deje mi café con leche en la mesa y me dirigí al alfeizar de la ventana donde estaba Massey.

Tu: Ya, ¿que pasa? -Lo tome en brazos-

Tenia el pelo erizado y no dejaba de mostrar sus colmillitos mientras lanzaba arañazos hacia la ventana. Cuando me acerque para ver hacia la calle pude notar una silueta negra en la acera mirándome, sin duda la silueta era masculina, no pude ver los rasgos de su cara, estar en el segundo piso no me favorecía. Así que baje. Mire por la ventana de la sala y ya no estaba. Respire hondo. Agarre mi mochila y salí.
Marque el número de mi amiga Catherine en mi celular.

Tu: ¿Cat? Soy __*

Cat: ¡Hey! ¿Ya estas en la escuela?

Tu: No, acabo de salir de mi casa. ¿Tú?

Cat: Yo estoy llegando. Me quedan un par de cuadras.

Tu: ¿No puedes desviarte? Me acaba de pasar algo horrible y no quiero estar sola.

Cat: De acuerdo, espera alguien me esta saludando.. ¿Pero quien demonios es? -Hubo una pausa- ¡La profesora! ¡__*! ¡La profesora me vio, se esta dirigiendo a mí!

Tu: ¡Escápate! ¡Si la profesora llega hasta ti te hará ir directamente a la escuela y no podrás encontrarte conmigo!

Cat: Lo sé, pero mier.da, ya me vio, ¡Va a pensar que me estoy fugando el primer día de clases!

Tu: ¡Dios! -Gruñí- Emm.. Déjame pensar.. Emm..

Me tarde mucho, detrás del auricular escuche a la profesora llevándose a mi amiga directamente a la escuela. Colgué.

Tu: Nota mental: Encontrarme siempre con Cat para llegar juntas a la escuela.

Escuche pasos detrás mío, volteé disimuladamente la cabeza. Había un chico, con el uniforme de mi escuela: zapatos negros, pantalón de vestir gris, jersey bordo y se veían las solapas de la camiseta de la escuela asomarse por su cuello, tenia la cabeza gacha. Su pelo era castaño, era alto, con el pelo enrulado y tenía buen físico. De pronto, me pareció familiar, no él, sino su… silueta. Levanto su cabeza y me miro, tenía unos ojos tan verdes y profundos, una nariz que con una curva totalmente perfecta y una boca delineada delicadamente, labios carnosos y rosados, me sonrió seductoramente. Me di vuelta rápidamente, no se cuanto tiempo lo estuve mirando, hasta me sorprendí por no chocar contra algo mientras caminaba sin ver por donde ir.
Mire al suelo avergonzada, y fue ahí cuando una sombra paso por debajo de mis pies. Di un salto hacia atrás y choque con el chico, el cual rió divertido. ¿Como había llegado tan cerca en tan pocos segundos? ¿O yo di un sasalto tan grande que llegue hasta él? Eso no importaba ahora. Importaba la sombra.

Tu: Lo siento -Dije apenada- Es que creí ver.. Emm..

No le iba a decir lo que realmente vi. No quería quedar como una loca.

Tu: No sé, alguna ilusión mía, de seguro son los nervios por el primer día de clases -Reí nerviosa-

Sus ojos verdes me atravesaron y sus comisuras se elevaron. Me intranquilice un poco, no parecía una sonrisa amistosa, tampoco era seductora como la anterior, mas bien parecía una sonrisa que significaba problemas.
Al ver que no me respondía intente con otra cosa.

Tu: Soy ___. ¿Y tú como te llamas?

Lo miré y descubrí una oscura sonrisa que me desafiaba a sacarle algo de información.

Chico: Harry. Llámame Harry.

Me guiño un ojo al decirlo y estaba segura que esa sonrisa era burlona.

Tu: Y.. emm.. Que haces en tu tiempo libre?

Harry: No tengo tiempo libre.

Tu: Valla, eso es raro, no creo que sea verdad -Sonreí- Vamos, no seas tímido, hazme el favor y cuéntame, tenemos unas cuadras más antes de llegar.

Entrelazo sus manos detrás de su cabeza y se inclino un poco hacia atrás. Asumí que esa postura era más que arrogante.

Harry: ¿Qué clase de favor?

Me convencí de que esa era una insinuación así que busque la forma de cambiar de tema.

Harry: Tiempo libre -Repitió- Juego.

Tu: ¿A que juegas?

Harry: Espera, aun no he terminado. También me gusta juntarme con mis primas y hacer estupi.deces como llamar a seres oscuros. Todos me creen un Dios de la invocación, y yo me la creo mucho por eso, pero en realidad -Se acerco más a mí- Hacer esas cosas a veces me asustan.

¿Pero que? ¿Quién era este tipo? ¿Como sabia todo esto? No podía ser el diablo. Acababa de pasar por mis pies. Así que él debía ser una especie de brujo, y podía leer mis pensamientos después de todo yo pensaba mucho en aquella noche y me sentía asustada desde entonces. Estaba enojada con él por violar así mi mente, no sabia si demostrar mi furia, mostrar mi miedo o no inmutarme.
Decidí la ultima.

Harry: Te guardas tu miedo a las consecuencias, y realizas el hechizo solo para después ser elogiada. Vanidad esa es tu tercera debilidad.

Tu: ¿Y mi segunda? -Dije con rabia muda-

Harry: No sabes confiar.. No eso no, sino que confías en la gente equivocada.

Tenia razón. Confíe en mis primas cuando realice la invocación y ahora estaba sola en esto.

Tu: ¿Y la primera? -Le ordene-

Harry: Tienes miedo de todo lo que no puedes controlar.

Me estremecí, naturalmente me habría ido sin siquiera responderle, pero me negaba a darle a pensar que había acertado en todo y de esa manera llegara a intimidarme, además lo vería en la escuela todo el año, no podía tragarme mi orgullo.
Hubo un momento de silencio y la acidez de los ojos de Harry se suavizo.
Sonó el timbre, ya habíamos llegado a la escuela, él se perdió en la puerta principal, tenía una forma de andar tan confiada, era irritante. Y a mí me salto Cat.

Cat: ¡__*! -Me abrazo- ¿Hiciste la tarea de vacaciones? ¡Porque yo no! -Rió- ¿Y dime, quien era ese? -Me dio una mirada juguetona-

Tu: Un chico que cruce en el camino.

Me quede un momento parada procesando todo lo que había pasado y quien era Harry, sobre todo como sabia tantas cosas sobre mi, y quien sabe de cuanta gente más.

Cat: ¿El nuevo? Supongo que viene de otro lugar, jamás lo he visto por aquí.

Tu: Me da escalofríos. Sabia cosas mías.

Cat: ¿Como que?

Tu: Mis debilidades.

Cat: ¿Suposición afortunada?

Tu: Sabía otras cosas.

Cat: ¿Que otras cosas?

Tu: No sé, era como meterse bajo mi piel -Me dio un escalofrío- No quiero volver a cruzarlo.

Entramos y cada una se dirigió a su clase. Según nuestro horarios solo teníamos una clase juntas. Historia. A la ultima hora.