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En medio de la tormenta.
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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En medio de la tormenta.
Nombre: En medio de la tormenta.
Autor: Tori♥
Adaptación: No.
Género: Drama.
Advertencias: Es el primer one shoot que escribo, espero les guste. No puse el nombre del chico para que puedan imaginarlo con cualquiera de su agrado (: gracias por los comentarios.
Otras Páginas: Por el momento, no.
Autor: Tori♥
Adaptación: No.
Género: Drama.
Advertencias: Es el primer one shoot que escribo, espero les guste. No puse el nombre del chico para que puedan imaginarlo con cualquiera de su agrado (: gracias por los comentarios.
Otras Páginas: Por el momento, no.
Tori♥
Re: En medio de la tormenta.
Silencio. Sólo se escucha el sonido del agua caer. Una tormenta. Estás parada en el puente, descalza, con lágrimas deslizándose en tus mejillas que se confunden con gotas de lluvia. Te asomas, sigues sin creerlo, un policía se te acerca y te pregunta si estás bien. No respondes, sigues llorando en silencio mientras ves como sacan el coche del río. No aguantas más y te alejas de ahí, corres como si tu vida dependiera de ello. Como si correr volviera al pasado y cambiara las cosas. Tus pies duelen, arden al contacto del asfalto, rozando a cada paso. Llegas a tu casa, subes corriendo al cuarto. Estás sola. Empiezas a gritar, sacando el dolor que llevas dentro. Ves la foto en la mesa de noche. La tomas y te sientas en la cama. Estaban los dos sonrientes, cargabas a un cachorro. Tu regalo de cumpleaños. Recuerdas perfectamente ése día. Cierras los ojos y recuerdos llegan a tu mente.
Clic. Bajas la cámara después de haber tomado la foto. Sientes su mirada, pero ya estas acostumbrada. Es normal que los novios vean a sus novias, te lo han dicho tus amigas. Ríes al sentir la lengua de tu nueva mascota, le agradas. Te sientas en una banca, seguido por aquél chico. Tu chico, la persona que amas. Realmente lo haces, no te imaginas tu vida sin él. Miras a los niños jugar mientras te preguntas cuál sería el mejor momento para contarle. -Te amo-. Te paralizas al escuchar eso, fue sólo un susurro. Te preguntas si te lo has imaginado, ¿podría tener los mismo sentimientos? Levantas tu mirada y te encuentras con la suya. No puedes evitar sonreír al ver su media sonrisa que tanto amas. Ves sus ojos, amas sentir que al verlos, conoces cada rincón de su existencia. Lo sabes, sabes que no te lo has imaginado. Ahora tienes el valor de susurrarle un -yo también-. Perfecto. Simplemente perfecto. Esperas que te haya escuchado, pero al sentir sus labios contra los tuyos en un dulce beso, no piensas en nada más.
Abres los ojos, regresando al presente. Sientes tus mejillas más mojadas. Te preguntas si el dolor parará algún día. Un trueno resuena y el relámpago ilumina tu cuarto justo cuando más recuerdos inundan tu mente.
Tienes 10 años, dulces e inocentes. Lloras en la acera enfrente de tu casa. Te tapas los oídos con las manos, deseando olvidar los gritos. No quieres estar en tu casa, te destroza ver a tus padres pelear. ¿Acaso no saben que te lastiman? -No deberías llorar, eres muy linda para hacerlo- levantas tu rostro para buscar el dueño de esa voz. Es un chico, tal vez de 11 o 12 años, nunca antes lo habías visto -me he mudado hace unos días- explicó. Se escuchó un ruido fuerte proveniente de tu casa -ya veo, son tus padres- asientes débilmente. -Todo mejorará, ya verás, he pasado por esto- lo miras y no puedes dejar de hacerlo. No has notado que ya no lloras, te sientes enferma. Pero no es desagradable. Sientes tu estómago revuelto, tu cara arder y tu pulso acelerado. Sientes la necesidad de caerle bien, de estar junto a él, de...su voz te interrumpe -te prometo que nunca te dejaré sola-. No sabes ni su nombre, pero le crees. Sabes que es sincero. Él ríe y se disculpa, no sabes porqué. Pasa su mano por tu mejilla, tratando de secarla, dice que aún no se ha presentado. ¡Como si te importará! Sabes que es perfecto, que es él, la persona que estará junto a ti toda tu vida. Es el único para ti...
Murmuras su nombre junto al recuerdo. Recuerdas sus palabras, sus caricias, sus besos. Recuerdas aquella noche en la playa, con las estrellas y las olas como testigos de su amor. Tocas inconscientemente tu vientre mientras entonas una canción de cuna. Risas, alegría, felicidad. Su relación estaba llena de eso, pero sabes que no era perfecta, ninguna lo es. Pero, si esa noche no hubieran discutido, tal vez...
Gritos y lágrimas. Esa escena te recuerda a tus padres y sus peleas. Es igual. Le reclamas, estas muy dolida. Te mira tristemente, no ha sido su intención y lo sabes. El dolor, los celos, la decepción no te dejan ver claro. Tu boca suelta palabras que tu corazón no siente. -¡Vete!- gritas, gritas mientras lloras soltando toda la frustración. Él intenta quedarse, espera convencerte -nunca te dejaré sola- está a punto de llorar. Tu corazón se estremece pero no cedes. -¡Te odio, largo!¡Te odio!- baja la mirada y sabe que no puede cambiar las cosas, no hoy. Toma las llaves y antes de irse te mira a los ojos. -Te amo-. Los minutos pasan y no te has movido. Reaccionas y sales corriendo, tratando de alcanzarlo. El amor perdona, no quieres estar sin él. Gritas su nombre, lo amas, sólo piensas en eso. Disminuyes tu paso al ver patrullas en el puente. Piensas lo peor. No, no, no...
Gritas como hace unas horas en aquél puente. Abres los ojos de golpe, recuerdos, malditos recuerdos. Tratas de pararte pero caes en la cama. Todo es borroso. Luchas por mantener los ojos abiertos. Tu cabeza da vueltas y duele, pero más duele tu corazón. La ventana se abre con estruendo, dejando pasar la lluvia. Escuchas el viento. Parpadeo. Ahí está, frente a ti. Parpadeo. Su sonrisa, sonríe como siempre. Parpadeo. Sientes sus labios contra los tuyos. Escuchas sus palabras. Escuchas su voz. ¡Debe ser él! ¡No lo imaginas! -Nunca te dejaré sola- y no vuelves a abrir los ojos...
Clic. Bajas la cámara después de haber tomado la foto. Sientes su mirada, pero ya estas acostumbrada. Es normal que los novios vean a sus novias, te lo han dicho tus amigas. Ríes al sentir la lengua de tu nueva mascota, le agradas. Te sientas en una banca, seguido por aquél chico. Tu chico, la persona que amas. Realmente lo haces, no te imaginas tu vida sin él. Miras a los niños jugar mientras te preguntas cuál sería el mejor momento para contarle. -Te amo-. Te paralizas al escuchar eso, fue sólo un susurro. Te preguntas si te lo has imaginado, ¿podría tener los mismo sentimientos? Levantas tu mirada y te encuentras con la suya. No puedes evitar sonreír al ver su media sonrisa que tanto amas. Ves sus ojos, amas sentir que al verlos, conoces cada rincón de su existencia. Lo sabes, sabes que no te lo has imaginado. Ahora tienes el valor de susurrarle un -yo también-. Perfecto. Simplemente perfecto. Esperas que te haya escuchado, pero al sentir sus labios contra los tuyos en un dulce beso, no piensas en nada más.
Abres los ojos, regresando al presente. Sientes tus mejillas más mojadas. Te preguntas si el dolor parará algún día. Un trueno resuena y el relámpago ilumina tu cuarto justo cuando más recuerdos inundan tu mente.
Tienes 10 años, dulces e inocentes. Lloras en la acera enfrente de tu casa. Te tapas los oídos con las manos, deseando olvidar los gritos. No quieres estar en tu casa, te destroza ver a tus padres pelear. ¿Acaso no saben que te lastiman? -No deberías llorar, eres muy linda para hacerlo- levantas tu rostro para buscar el dueño de esa voz. Es un chico, tal vez de 11 o 12 años, nunca antes lo habías visto -me he mudado hace unos días- explicó. Se escuchó un ruido fuerte proveniente de tu casa -ya veo, son tus padres- asientes débilmente. -Todo mejorará, ya verás, he pasado por esto- lo miras y no puedes dejar de hacerlo. No has notado que ya no lloras, te sientes enferma. Pero no es desagradable. Sientes tu estómago revuelto, tu cara arder y tu pulso acelerado. Sientes la necesidad de caerle bien, de estar junto a él, de...su voz te interrumpe -te prometo que nunca te dejaré sola-. No sabes ni su nombre, pero le crees. Sabes que es sincero. Él ríe y se disculpa, no sabes porqué. Pasa su mano por tu mejilla, tratando de secarla, dice que aún no se ha presentado. ¡Como si te importará! Sabes que es perfecto, que es él, la persona que estará junto a ti toda tu vida. Es el único para ti...
Murmuras su nombre junto al recuerdo. Recuerdas sus palabras, sus caricias, sus besos. Recuerdas aquella noche en la playa, con las estrellas y las olas como testigos de su amor. Tocas inconscientemente tu vientre mientras entonas una canción de cuna. Risas, alegría, felicidad. Su relación estaba llena de eso, pero sabes que no era perfecta, ninguna lo es. Pero, si esa noche no hubieran discutido, tal vez...
Gritos y lágrimas. Esa escena te recuerda a tus padres y sus peleas. Es igual. Le reclamas, estas muy dolida. Te mira tristemente, no ha sido su intención y lo sabes. El dolor, los celos, la decepción no te dejan ver claro. Tu boca suelta palabras que tu corazón no siente. -¡Vete!- gritas, gritas mientras lloras soltando toda la frustración. Él intenta quedarse, espera convencerte -nunca te dejaré sola- está a punto de llorar. Tu corazón se estremece pero no cedes. -¡Te odio, largo!¡Te odio!- baja la mirada y sabe que no puede cambiar las cosas, no hoy. Toma las llaves y antes de irse te mira a los ojos. -Te amo-. Los minutos pasan y no te has movido. Reaccionas y sales corriendo, tratando de alcanzarlo. El amor perdona, no quieres estar sin él. Gritas su nombre, lo amas, sólo piensas en eso. Disminuyes tu paso al ver patrullas en el puente. Piensas lo peor. No, no, no...
Gritas como hace unas horas en aquél puente. Abres los ojos de golpe, recuerdos, malditos recuerdos. Tratas de pararte pero caes en la cama. Todo es borroso. Luchas por mantener los ojos abiertos. Tu cabeza da vueltas y duele, pero más duele tu corazón. La ventana se abre con estruendo, dejando pasar la lluvia. Escuchas el viento. Parpadeo. Ahí está, frente a ti. Parpadeo. Su sonrisa, sonríe como siempre. Parpadeo. Sientes sus labios contra los tuyos. Escuchas sus palabras. Escuchas su voz. ¡Debe ser él! ¡No lo imaginas! -Nunca te dejaré sola- y no vuelves a abrir los ojos...
Tori♥
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