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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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shelf with S of struggle
O W N :: Actividades :: Actividades :: Concursos :: Drabbles 12º Aniversario.
Página 1 de 1. • Comparte
shelf with S of struggle
Shelf with S of struggle.
autor/a: 14th moon ● personajes: Iris Na & Alexander Choi ● historia original: Del amor y otras inquietudes.
—¿Vas a armarlo solo? Creí que llamaríamos al portero o a tu hermano. Ambos sabemos que las “cosas del hogar” no se te dan. —Suelto una risita de burla.
—Ja ja. Muy graciosa. ¿Sabes por qué Ikea vende estos muebles? Para sujetos como yo quienes las “cosas del hogar no se nos dan” puedan armarlos. Es pan comido. —Sonríe confiado. —Además, lo haremos los dos. ¡Así que manos a la obra!
Previo a empezar, despejamos la sala. El sillón lo giramos para que quede paralela a la pared y la pegamos a esta. Hicimos lo mismo con la mesita ratona.
Se acerca la temporada de festividades de fin de año y junto con mi novio tenemos la idea de redecorar el departamento. Los muebles siguen en el mismo lugar desde que nos mudamos y realmente, fueron muchos años.
El plan de decoración, incluye un librero nuevo. La idea era comprar un pequeño librero que no ocupara tanto espacio. Todo se fue al demonio cuando Alex se enamoró de un mueble blanco, grande, con dieciséis cuadrados, a los cuales puedes agregarles cajones o puedes dejarlos vacíos.
—Las instrucciones están ilustradas y parece ser sencillo. —Hablo mientras sostengo el papel. —Aun así ¿quieres que busque un tutorial en youtube por las dudas?
—No será necesario. —Hace un gesto de desinterés con la mano.
Alex levanta del suelo un tablón, que es todo blanco a excepción de una de las caras que es de color beige. Debe ser la base. Me doy cuenta que pensamos lo mismo cuando lo veo ubicarlo como tal.
Pasaron algunas horas y con algo de dificultad, logramos tener casi todo el mueble armado. Sólo falta la base.
—Iris, ayúdame a poner presión aquí. Asegúrate que quede alineado. —Señala con la mano el lugar. —Yo iré al otro extremo. Asegúrate de hacerlo con la fuerza que seguimos haciendo. —Con el puño presiono el tablón levemente hasta que escuchamos el clack y nos damos cuenta que ya está. —Perfecto. Le voy a dar con el martillo, por las dudas.
Sonrío, al ver como la mano izquierda de mi novio tiene el dedo índice y el del medio con banditas. Al ser principiante en el uso de herramientas, no pudo evitar golpearse con el mazo. Una pequeña risita involuntaria sale de mí, mientras él finaliza dándole los últimos golpes al mueble.
—¡Lo hicimos Alex! Ahora queda empotrarlo en la pared. —Aplaudo levemente.
—Sí. Levantemos el mueble. —Asiente con un atisbo de orgullo.
Ambos nos ubicamos a ambos costados, nos posicionamos para levantarlo, contamos uno, dos, tres y elevamos el mueble. Sonreímos satisfactoriamente cuando se mantiene estable por sí solo. Aunque eso dura unos segundos, el mueble se inclina para un costado. Es un maldito...
—... ¡¿Rombo?! —Exclama Alex.
—¿Aseguraste bien los tornillos? —Cuestiono con el ceño fruncido.
—Sí, obvio.
—Pues no lo parece. Además —Me acerco al “mueble” donde en uno de los pisos dos maderas no están bien unidas. —Aquí se está abriendo. —Apunto con el dedo.
—¿Ahora es mi culpa? —Cuestiona.
—Tú te pusiste a cargo. Tu lo armaste, señor “tengo más fuerza”. —Me burlo haciendo un gesto con los bíceps.
Chasquea la lengua. —Olvidalo. Vamos a arreglarlo.
Sin respondernos más, en silencio desarmamos el mueble. Él no suele frustrarse con facilidad y yo tampoco, pero esta situación es realmente frustrante. Trato de actuar calmada para evitar que ambos no perdamos la cabeza. Respiro profundo.
La situación va de mal en peor cuando desarmamos el mueble y las piezas empiezan a mezclarse. De modo que los palitos de madera que encastraban con específicas maderas, ya no lo hacen más. Y estoy empezando a cansarme.
—¡Maldición! Esto ya no entra. — Lleva el ceño fruncido, y de manera agresiva se corre el fleco de la frente. —Y esto no me deja ver.
—Intenta con este. —Le paso otro palito.
—No funciona. Mierda. Son un montón y nos llevará mucho tiempo terminarlo. —Se arrodilla y mira el desastre de tablones desparramados. Resopla.
—Te recuerdo que fue tu idea comprarlo. —Me cruzo los brazos, imitando su posición.
—Ugh. Ya sé, no es necesario que lo recalques cien veces. —Escupe con sorna. —Además podrías ayudarme. —Reclama. —Estás ahí viéndome en problemas por estos estúpidos palitos.
—Para tu información, estoy buscando cada uno de esos estúpidos palitos porque alguien, al momento de desarmar los dejo por ahí. —Respondo elevando la voz.
Todos tenemos un límite, y Alex llegó al suyo. Se cubre la cara con las manos y empieza a gritar y maldecir en todos los idiomas. ¿Es francés lo que escucho? ¿Japonés? No sabia que eran tan multilingüe.
—¿Y ahora por qué estás gritando? —Exclamó para que me escuche.
Se calla y respira profundamente. —Este estúpido librero nos está haciendo pelear. Estoy cansado. —Nuestros ojos hacen contacto, en efecto yo también estoy cansada.
Nos quedamos en silencio unos minutos. Recorro con los ojos por todos lados buscando calmarme. Sobre la mesa ratona encuentro mi celular. Me estiro lo suficiente y lo tomo. Abro el buscador de google y comienzo a tipear. Me sorprendo al encontrar un video que nos ayude tan fácilmente.
—¿Y si vemos este tutorial en youtube? —Ofrezco con una media sonrisa. Él solo asiente.
El video no sólo soluciona nuestro problema, sino que también deja un ambiente de paz en el departamento. Me aseguraré de dejarle un comentario luego, pienso.
—Ja ja. Muy graciosa. ¿Sabes por qué Ikea vende estos muebles? Para sujetos como yo quienes las “cosas del hogar no se nos dan” puedan armarlos. Es pan comido. —Sonríe confiado. —Además, lo haremos los dos. ¡Así que manos a la obra!
Previo a empezar, despejamos la sala. El sillón lo giramos para que quede paralela a la pared y la pegamos a esta. Hicimos lo mismo con la mesita ratona.
Se acerca la temporada de festividades de fin de año y junto con mi novio tenemos la idea de redecorar el departamento. Los muebles siguen en el mismo lugar desde que nos mudamos y realmente, fueron muchos años.
El plan de decoración, incluye un librero nuevo. La idea era comprar un pequeño librero que no ocupara tanto espacio. Todo se fue al demonio cuando Alex se enamoró de un mueble blanco, grande, con dieciséis cuadrados, a los cuales puedes agregarles cajones o puedes dejarlos vacíos.
—Las instrucciones están ilustradas y parece ser sencillo. —Hablo mientras sostengo el papel. —Aun así ¿quieres que busque un tutorial en youtube por las dudas?
—No será necesario. —Hace un gesto de desinterés con la mano.
Alex levanta del suelo un tablón, que es todo blanco a excepción de una de las caras que es de color beige. Debe ser la base. Me doy cuenta que pensamos lo mismo cuando lo veo ubicarlo como tal.
Pasaron algunas horas y con algo de dificultad, logramos tener casi todo el mueble armado. Sólo falta la base.
—Iris, ayúdame a poner presión aquí. Asegúrate que quede alineado. —Señala con la mano el lugar. —Yo iré al otro extremo. Asegúrate de hacerlo con la fuerza que seguimos haciendo. —Con el puño presiono el tablón levemente hasta que escuchamos el clack y nos damos cuenta que ya está. —Perfecto. Le voy a dar con el martillo, por las dudas.
Sonrío, al ver como la mano izquierda de mi novio tiene el dedo índice y el del medio con banditas. Al ser principiante en el uso de herramientas, no pudo evitar golpearse con el mazo. Una pequeña risita involuntaria sale de mí, mientras él finaliza dándole los últimos golpes al mueble.
—¡Lo hicimos Alex! Ahora queda empotrarlo en la pared. —Aplaudo levemente.
—Sí. Levantemos el mueble. —Asiente con un atisbo de orgullo.
Ambos nos ubicamos a ambos costados, nos posicionamos para levantarlo, contamos uno, dos, tres y elevamos el mueble. Sonreímos satisfactoriamente cuando se mantiene estable por sí solo. Aunque eso dura unos segundos, el mueble se inclina para un costado. Es un maldito...
—... ¡¿Rombo?! —Exclama Alex.
—¿Aseguraste bien los tornillos? —Cuestiono con el ceño fruncido.
—Sí, obvio.
—Pues no lo parece. Además —Me acerco al “mueble” donde en uno de los pisos dos maderas no están bien unidas. —Aquí se está abriendo. —Apunto con el dedo.
—¿Ahora es mi culpa? —Cuestiona.
—Tú te pusiste a cargo. Tu lo armaste, señor “tengo más fuerza”. —Me burlo haciendo un gesto con los bíceps.
Chasquea la lengua. —Olvidalo. Vamos a arreglarlo.
Sin respondernos más, en silencio desarmamos el mueble. Él no suele frustrarse con facilidad y yo tampoco, pero esta situación es realmente frustrante. Trato de actuar calmada para evitar que ambos no perdamos la cabeza. Respiro profundo.
La situación va de mal en peor cuando desarmamos el mueble y las piezas empiezan a mezclarse. De modo que los palitos de madera que encastraban con específicas maderas, ya no lo hacen más. Y estoy empezando a cansarme.
—¡Maldición! Esto ya no entra. — Lleva el ceño fruncido, y de manera agresiva se corre el fleco de la frente. —Y esto no me deja ver.
—Intenta con este. —Le paso otro palito.
—No funciona. Mierda. Son un montón y nos llevará mucho tiempo terminarlo. —Se arrodilla y mira el desastre de tablones desparramados. Resopla.
—Te recuerdo que fue tu idea comprarlo. —Me cruzo los brazos, imitando su posición.
—Ugh. Ya sé, no es necesario que lo recalques cien veces. —Escupe con sorna. —Además podrías ayudarme. —Reclama. —Estás ahí viéndome en problemas por estos estúpidos palitos.
—Para tu información, estoy buscando cada uno de esos estúpidos palitos porque alguien, al momento de desarmar los dejo por ahí. —Respondo elevando la voz.
Todos tenemos un límite, y Alex llegó al suyo. Se cubre la cara con las manos y empieza a gritar y maldecir en todos los idiomas. ¿Es francés lo que escucho? ¿Japonés? No sabia que eran tan multilingüe.
—¿Y ahora por qué estás gritando? —Exclamó para que me escuche.
Se calla y respira profundamente. —Este estúpido librero nos está haciendo pelear. Estoy cansado. —Nuestros ojos hacen contacto, en efecto yo también estoy cansada.
Nos quedamos en silencio unos minutos. Recorro con los ojos por todos lados buscando calmarme. Sobre la mesa ratona encuentro mi celular. Me estiro lo suficiente y lo tomo. Abro el buscador de google y comienzo a tipear. Me sorprendo al encontrar un video que nos ayude tan fácilmente.
—¿Y si vemos este tutorial en youtube? —Ofrezco con una media sonrisa. Él solo asiente.
El video no sólo soluciona nuestro problema, sino que también deja un ambiente de paz en el departamento. Me aseguraré de dejarle un comentario luego, pienso.
- hella:
- Hola, que tal? Gracias por leer y espero sea de tu agrado Si debo decir unas palabras sobre el proceso de escritura: subestime el prompt, creí que sería sencillo but no lo fue comenzando desde que en mi país no hay un Ikea y nunca arme un mueble, pero bueno le puse la mejor jajsaja
Prompt: Persona A y persona B teniendo un mental breakdown mientras tratan de montar un mueble de Ikea.
Palabras: 887
14th moon
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Miér 20 Nov 2024, 12:51 am por SweetLove22
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