Conectarse
Últimos temas
miembros del staff
Beta readers
|
|
|
|
Equipo de Baneo
|
|
Equipo de Ayuda
|
|
Equipo de Limpieza
|
|
|
|
Equipo de Eventos
|
|
|
Equipo de Tutoriales
|
|
Equipo de Diseño
|
|
créditos.
Skin hecho por Hardrock de Captain Knows Best. Personalización del skin por Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
We'll Be Alright.
O W N :: Actividades :: Actividades :: Concursos :: Drabbles 12º Aniversario.
Página 1 de 1. • Comparte
We'll Be Alright.
WE'LL BE ALRIGTH.
autor/a: betty. ● personajes: jimin & jungkook ● historia original: the story.
Presencio el juego de luces y sombras derramadas en su rostro. Lo conozco mejor que el mío, tanto que de cerrar los ojos aún vería la sombra en su mandíbula y la luz filtrada entre sus pestañas. Me sé cada giro, expresión y emoción que lo compone; bajo cualquier efecto y circunstancia.
Lo amo en cada giro, efecto y circunstancia.
Pero esta es la versión que más me gusta. La boca abierta, el pelo revuelto y, con seguridad, babeando sobre la almohada. Verlo dormir es de mis pasatiempos favoritos. Porque mis latidos y su respiración hacen una simbiosis instantánea que degrada lo demás hasta que pierde importancia. Porque a veces le da por hablar en sueños y mantenemos conversaciones absurdas que solo yo recuerdo cuando despierta. Y, sobre todo, porque es en esta calma en la que siento la seguridad de que estaremos bien. Cuando el resto del tiempo el miedo no me permite atestiguarlo.
Quien glamorice las relaciones y vaya pregonando que el amor es suficiente no ha amado en su puta vida. Este no es más que la base. Y no es un acto descontrolado, sino una elección. Amamos a incontables personas, pero son pocas con las que nos comprometemos a hacerlo después de los fuegos artificiales. Que valgan, además, cada puñetazo y mordida de polvo.
Elegí a Jungkook hace meses. O quizás, diecisiete años atrás, cuando el subnormal me lanzó una piedra a la cabeza. Le quiero en todas las variantes de la palabra. Tanto, que al pensarlo se me encoge el pecho. El cambio de rasante de mejores amigos a, también pareja, ha sido natural. Pero mi monstruosa inseguridad y la tendencia de Jungkook a encerrarse en sí mismo son puñetazos y mordidas de polvo que avivan el miedo por el que hemos estado tantos años retenidos. Por el que no nos permitimos querernos en todas las variantes. Y en ocasiones no puedo evitar preguntarme si seguiremos estando bien.
Abandono el borde de la cama y me tumbo sobre su espalda, enterrando el rostro en el hueco de su cuello; su pelo cosquilleándome en la mejilla.
—Qué haces —gruñe segundos después.
—Darte mi amor.
—¿Asfixiándome?
—Sí.
Noto la expansión de una sonrisa tironeando en su rostro. Entre más gruñidos, conmigo todavía encima, gira hasta tumbarse de espaldas. Me rodea por las costillas y deposita un beso en mi cabeza. Permanecemos así un rato; el tiempo desdibujándose con sus dedos trazando líneas en mi espalda.
—Mi abuela viene a la ciudad el domingo. Ha organizado una comida con mi madre —comento adormilado. Queriendo sacudirme el peso de la noticia.
Jungkook reprime un suspiro irritado, tomando aire con fuerza.
—¿Vas a ir? —Sus brazos me encierran con mayor empeño.
—Vamos a ir —matizo, irguiéndome hasta quedar sentado sobre su estómago. Jungkook arruga la frente ante la declaración—. Es cosa de la abuela. Me ha pedido que lleve a mi novio porque hace mucho tiempo que no lo ve. —Omito decirle que lleva años refiriéndose a él como tal, cuando ni nosotros sabíamos lo que sentíamos por el otro.
—Se supone que ese soy yo.
—Es Lee Jong-Suk. Pero no lo sabe así que tendré que llevarte a ti.
—Gilipollas.
Contrae la pierna y me da un rodillazo en la espalda que me roba todo el aire. A lo que le retuerzo la nariz, haciendo que suelte un alarido. Pasamos unos minutos peleándonos. Lo que me ayuda a aliviar el nido de nervios zumbando en mi estómago.
—Entonces… —abandono la frase en el aire.
—Que te acompañe Jong-Suk. —Amago atizarlo de nuevo, pero me intercepta por la muñeca—. Iré. Verás la cara que se le queda a Yubaba cuando me vea aparecer. —Sonríe en grande, sus dientes de conejo a la vista y los ojos brillándole maliciosos.
—Será mejor la que se le quede al decirle que estamos juntos —suelto como si nada, aunque los zumbidos de mi estómago aumentan.
Al brillo malicioso lo sustituye uno de pánico, recuperando los ojos de bambi que le vienen de fábrica y borrando la sonrisa de un plumazo.
—Jimin, el homicidio involuntario también se pena con cárcel —dice con lentitud.
—Para haber pasado años buscando maneras de matarla sin dejar rastro te veo preocupado —resoplo. Ignorando la punzada en mi pecho.
—¿Por qué se lo quieres contar? —No era esta la reacción que esperaba de su parte y desata millones de dudas en mi cabeza. «¿Por qué no quieres tú?».
—¿Te molesta? —Me libero de su mano y escondo las manos en las costillas.
—Claro que no —rebate veloz. Se incorpora y me estrecha contra su pecho—. Pero tu madre me odia y al decírselo le darás más razones para machacarte. Me preocupa que…
—Por eso quiero hacerlo. Ya no me importa lo que opine sobre mí, ni mi vida ni con quien la comparto. No te preocupes, ¿vale? —Le pido acariciándole la mejilla. La inseguridad sustituida por una calidez conocida y segura.
Jungkook gasta unos segundos buscando en mi rostro señales del juego enfermizo que he mantenido con mi madre toda la vida. Y aunque una parte de mí todavía espera por lo imposible, ese juego terminó el día que la eché de mi casa.
—Está bien. Aunque no te ayudaré a esconder el cadáver si la matas del disgusto —determina plantando una sonrisa ladeada.
Deshago los escasos centímetros entre nuestros labios. Lo beso con profundidad. Tarda unos segundos en responder y, cuando noto la misma voracidad de su parte, me echo hacia atrás.
—¿Seguro? —digo sin aire y el pecho agitado.
—Ya no tanto.
Tira de mi camiseta para que regrese a su boca. Él me besa con cariño, lento y sin prisa. En algún momento le da por joder y empieza a pincharme los costados buscándome las cosquillas. Retorciéndome, le tiro del pelo para frenarlo. Durante la lucha, nos damos besos cortos; entre risas y gemidos de dolor. Los juegos cesan y la cosa escala. Cuelo las manos bajo su sudadera y recorro los músculos de su espalda al tiempo que un calor abrasivo me recorre a mí. Siento su erección junto a la mía. Y cuando empiezo a tirar de la sudadera para quitársela…
—¡Joder, siempre igual! ¡Echad el pestillo!
…aparece mi querida hermana. Furioso, le tiro el libro que he dejado al borde de la cama al llegar. Mientras tanto, Jungkook se estira para coger su móvil de la mesilla.
—Oye, sin violencia —reclama Jae, apartándose del marco de la puerta para evitar el impacto.
—Mierda —bisbisea Jungkook.
—¿Qué…?
No acabo la pregunta, pues me empuja para sacarme de encima, haciendo que rebote contra el colchón. Sale disparado de la habitación antes que procese lo que ha pasado, arrollando a Jae al pasar: robándome la oportunidad de darle la hostia de su vida.
—Me había olvidado que he quedado con Khai —grita desde el pasillo.
Sospeso a quién asesinar primero: Jae por interrumpirnos o Jungkook por dejarme a medias. Pero el segundo regresa como una exhalación. Se inclina sobre mí y me llena la cara de besos antes de darme uno final en los labios.
—Lo siento. Te quiero. —Y se marcha de nuevo.
Sonrío.
Sí, estaremos bien.
A pesar de cada puñetazo y mordida de polvo.
Lo amo en cada giro, efecto y circunstancia.
Pero esta es la versión que más me gusta. La boca abierta, el pelo revuelto y, con seguridad, babeando sobre la almohada. Verlo dormir es de mis pasatiempos favoritos. Porque mis latidos y su respiración hacen una simbiosis instantánea que degrada lo demás hasta que pierde importancia. Porque a veces le da por hablar en sueños y mantenemos conversaciones absurdas que solo yo recuerdo cuando despierta. Y, sobre todo, porque es en esta calma en la que siento la seguridad de que estaremos bien. Cuando el resto del tiempo el miedo no me permite atestiguarlo.
Quien glamorice las relaciones y vaya pregonando que el amor es suficiente no ha amado en su puta vida. Este no es más que la base. Y no es un acto descontrolado, sino una elección. Amamos a incontables personas, pero son pocas con las que nos comprometemos a hacerlo después de los fuegos artificiales. Que valgan, además, cada puñetazo y mordida de polvo.
Elegí a Jungkook hace meses. O quizás, diecisiete años atrás, cuando el subnormal me lanzó una piedra a la cabeza. Le quiero en todas las variantes de la palabra. Tanto, que al pensarlo se me encoge el pecho. El cambio de rasante de mejores amigos a, también pareja, ha sido natural. Pero mi monstruosa inseguridad y la tendencia de Jungkook a encerrarse en sí mismo son puñetazos y mordidas de polvo que avivan el miedo por el que hemos estado tantos años retenidos. Por el que no nos permitimos querernos en todas las variantes. Y en ocasiones no puedo evitar preguntarme si seguiremos estando bien.
Abandono el borde de la cama y me tumbo sobre su espalda, enterrando el rostro en el hueco de su cuello; su pelo cosquilleándome en la mejilla.
—Qué haces —gruñe segundos después.
—Darte mi amor.
—¿Asfixiándome?
—Sí.
Noto la expansión de una sonrisa tironeando en su rostro. Entre más gruñidos, conmigo todavía encima, gira hasta tumbarse de espaldas. Me rodea por las costillas y deposita un beso en mi cabeza. Permanecemos así un rato; el tiempo desdibujándose con sus dedos trazando líneas en mi espalda.
—Mi abuela viene a la ciudad el domingo. Ha organizado una comida con mi madre —comento adormilado. Queriendo sacudirme el peso de la noticia.
Jungkook reprime un suspiro irritado, tomando aire con fuerza.
—¿Vas a ir? —Sus brazos me encierran con mayor empeño.
—Vamos a ir —matizo, irguiéndome hasta quedar sentado sobre su estómago. Jungkook arruga la frente ante la declaración—. Es cosa de la abuela. Me ha pedido que lleve a mi novio porque hace mucho tiempo que no lo ve. —Omito decirle que lleva años refiriéndose a él como tal, cuando ni nosotros sabíamos lo que sentíamos por el otro.
—Se supone que ese soy yo.
—Es Lee Jong-Suk. Pero no lo sabe así que tendré que llevarte a ti.
—Gilipollas.
Contrae la pierna y me da un rodillazo en la espalda que me roba todo el aire. A lo que le retuerzo la nariz, haciendo que suelte un alarido. Pasamos unos minutos peleándonos. Lo que me ayuda a aliviar el nido de nervios zumbando en mi estómago.
—Entonces… —abandono la frase en el aire.
—Que te acompañe Jong-Suk. —Amago atizarlo de nuevo, pero me intercepta por la muñeca—. Iré. Verás la cara que se le queda a Yubaba cuando me vea aparecer. —Sonríe en grande, sus dientes de conejo a la vista y los ojos brillándole maliciosos.
—Será mejor la que se le quede al decirle que estamos juntos —suelto como si nada, aunque los zumbidos de mi estómago aumentan.
Al brillo malicioso lo sustituye uno de pánico, recuperando los ojos de bambi que le vienen de fábrica y borrando la sonrisa de un plumazo.
—Jimin, el homicidio involuntario también se pena con cárcel —dice con lentitud.
—Para haber pasado años buscando maneras de matarla sin dejar rastro te veo preocupado —resoplo. Ignorando la punzada en mi pecho.
—¿Por qué se lo quieres contar? —No era esta la reacción que esperaba de su parte y desata millones de dudas en mi cabeza. «¿Por qué no quieres tú?».
—¿Te molesta? —Me libero de su mano y escondo las manos en las costillas.
—Claro que no —rebate veloz. Se incorpora y me estrecha contra su pecho—. Pero tu madre me odia y al decírselo le darás más razones para machacarte. Me preocupa que…
—Por eso quiero hacerlo. Ya no me importa lo que opine sobre mí, ni mi vida ni con quien la comparto. No te preocupes, ¿vale? —Le pido acariciándole la mejilla. La inseguridad sustituida por una calidez conocida y segura.
Jungkook gasta unos segundos buscando en mi rostro señales del juego enfermizo que he mantenido con mi madre toda la vida. Y aunque una parte de mí todavía espera por lo imposible, ese juego terminó el día que la eché de mi casa.
—Está bien. Aunque no te ayudaré a esconder el cadáver si la matas del disgusto —determina plantando una sonrisa ladeada.
Deshago los escasos centímetros entre nuestros labios. Lo beso con profundidad. Tarda unos segundos en responder y, cuando noto la misma voracidad de su parte, me echo hacia atrás.
—¿Seguro? —digo sin aire y el pecho agitado.
—Ya no tanto.
Tira de mi camiseta para que regrese a su boca. Él me besa con cariño, lento y sin prisa. En algún momento le da por joder y empieza a pincharme los costados buscándome las cosquillas. Retorciéndome, le tiro del pelo para frenarlo. Durante la lucha, nos damos besos cortos; entre risas y gemidos de dolor. Los juegos cesan y la cosa escala. Cuelo las manos bajo su sudadera y recorro los músculos de su espalda al tiempo que un calor abrasivo me recorre a mí. Siento su erección junto a la mía. Y cuando empiezo a tirar de la sudadera para quitársela…
—¡Joder, siempre igual! ¡Echad el pestillo!
…aparece mi querida hermana. Furioso, le tiro el libro que he dejado al borde de la cama al llegar. Mientras tanto, Jungkook se estira para coger su móvil de la mesilla.
—Oye, sin violencia —reclama Jae, apartándose del marco de la puerta para evitar el impacto.
—Mierda —bisbisea Jungkook.
—¿Qué…?
No acabo la pregunta, pues me empuja para sacarme de encima, haciendo que rebote contra el colchón. Sale disparado de la habitación antes que procese lo que ha pasado, arrollando a Jae al pasar: robándome la oportunidad de darle la hostia de su vida.
—Me había olvidado que he quedado con Khai —grita desde el pasillo.
Sospeso a quién asesinar primero: Jae por interrumpirnos o Jungkook por dejarme a medias. Pero el segundo regresa como una exhalación. Se inclina sobre mí y me llena la cara de besos antes de darme uno final en los labios.
—Lo siento. Te quiero. —Y se marcha de nuevo.
Sonrío.
Sí, estaremos bien.
A pesar de cada puñetazo y mordida de polvo.
- Hey:
- Hola, si alguien ha llegado hasta aquí, gracias por leer Estos dos señores pertenecen al elenco de personajes de The Story, un fic que todavía anda in the making.
Prompt: Persona A viendo dormir a persona B y sintiéndose como si nada estuviera mal (pero no la seguí al pie de la letra).
Palabras: 1200.
indigo.
----
Temas similares
» shut up and make me a sandwich ✌
» here comes the sun, and i say «it's alright.»
» Ab imo pectore (Desde el fondo de mi corazón)
» BE ALRIGHT
» here comes the sun, and i say «it's alright.»
» here comes the sun, and i say «it's alright.»
» Ab imo pectore (Desde el fondo de mi corazón)
» BE ALRIGHT
» here comes the sun, and i say «it's alright.»
O W N :: Actividades :: Actividades :: Concursos :: Drabbles 12º Aniversario.
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér 20 Nov 2024, 12:51 am por SweetLove22
» My dearest
Lun 11 Nov 2024, 7:37 pm por lovesick
» Sayonara, friday night
Lun 11 Nov 2024, 12:38 am por lovesick
» in the heart of the circle
Dom 10 Nov 2024, 7:56 pm por hange.
» air nation
Miér 06 Nov 2024, 10:08 am por hange.
» life is a box of chocolates
Mar 05 Nov 2024, 2:54 pm por 14th moon
» —Hot clown shit
Lun 04 Nov 2024, 9:10 pm por Jigsaw
» outoflove.
Lun 04 Nov 2024, 11:42 am por indigo.
» witches of own
Dom 03 Nov 2024, 9:16 pm por hange.