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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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Saga zodiac *Ares*
O W N :: Originales :: Originales :: Fantasía
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Saga zodiac *Ares*
Año 2020:
El día transcurría tranquilo, lo único que interrumpía la calma de la ciudad era la gente pasando y los coches andando de un lugar a otro.
Yo, por otra parte, me dedicaba a mi trabajo de todos los días, arreglar autos. No sentía la prisa de arreglarlos rápido, simplemente me tomaba mi tiempo y por alguna razón, siempre los entregaba a tiempo a sus respectivos dueños.
Y pensar que tuve de padre a un maldito ladrón. Mi madre antes de morir siempre nos decía a mis hermanos y a mí que no nos parecíamos en nada a nuestro padre, excepto por Escorp. Él tiene los rasgos de mi padre, pero no la misma mentalidad.
Desde hace 6 años que trabajo de la mecánica, pues es mi pasión construir autos nuevos y más si son para correr. En las calles algunos de la zona me conocían como el mejor corredor de la zona, pero jamás me importo. Nunca me interese en el dinero que ganaba o las mujeres que se me acercaban, solamente lo tomaba como un pasatiempo.
Novia no tengo. ¿Por qué? Porque no estoy muy interesado en conseguir pareja.
El sonido de pasos acercarse a mí me saca de mis pensamientos. Volteo la vista y veo que delante de mí se encontraba un hombre de traje negro, tez bronceada y alto, sus ojos estaban cubiertos por unos lentes de sol.
-¿En que lo puedo ayudar?-pregunte amablemente, pero sin perder mi tono serio.
-¿Tu eres Ares? ¿El famoso mecánico y corredor de la zona?-pregunto aquel hombre.
-Si está aquí para darme una oferta de carrera, no me interesa-le dije dándome la vuelta para seguir con mi trabajo.
-No muchacho. Te busco porque quiero contratarte para un trabajo en especial-dijo aquel hombre con un semblante serio.
-¿Qué tipo de trabajo?-pregunte.
-Quiero que viajes al Norte de México. En aquel lugar existe lo que hoy conocemos como "la zona del silencio" o "el desierto silencioso"-me explico.
-Y supongo que quiere que busque algo en particular-le dije cruzado de brazos.
-Veras, existe una antigua leyenda que dice que los antiguos habitantes de México escondieron en el desierto un antiguo medallón del famoso Carnero de oro. Dicen que ese medallón contiene poderes inimaginables. Quiero que lo encuentres y me lo traigas-me termino de explicar.
-...-me quede mirándolo por unos cuantos minutos. Aquel hombre no me daba buena espina.
-Y a cambio te recompensare con una increíble fortuna-me dijo. La verdad es que necesitaba dinero para pagar unas deudas y arreglar un poco el taller. No lo pensé dos veces y acepte su oferta sin saber a qué estaba por enfrentarme.
Cuando aquel sujeto se retiró, yo me puse a terminar de trabajar en el coche que en unos días más tendría que entregar. Le pedí a Jarv, un viejo amigo mío que se encargara de cuidar mi negocio mientras yo no estaba.
Fui al bar de Gem, uno de mis hermanos menores, quien le comente acerca sobre la tarea que se me había sido encomendada. Él solamente me deseo suerte, ya que ninguno de mis hermanos había cuestionado mis decisiones. Le di un último sorbo a mi trago y me fui no sin antes haberle pagado a mi hermano. Aunque él dijera que por ser su hermano no tenía que pagar, pero yo lo hacía igual.
Llegue a mi departamento y me acosté un rato, ya que temprano tendría que tomar un avión directo a México.
A la mañana siguiente, desperté a las 5 a.m. Me puse a investigar un poco sobre aquella zona que me indico aquel sujeto. Descubrí que las brújulas por alguna extraña razón no funcionaban en aquel lugar. Así que tendría que guiarme con el sol.
Empaque mis cosas y todo lo que necesitaría en un bolso, tome mis llaves y mi pasaporte y me fui.
En el aeropuerto, esperaba mi turno para ser atendido por la recepcionista. La joven me miro, me sonrió y me entrego mi boleto de avión. Espere tan solo unos minutos cuando comenzaron a llamar por el megáfono del aeropuerto que ya era hora de ingresar en el avión.
Cuando llegue a mi asiento al lado de la ventana, me puse a pensar cuando mama nos llevaba de viaje. Yo siempre quería descubrir cosas nuevas, incluso mi madre decía que yo solía escaparme de los hoteles en las madrugas para buscar algo interesante. A veces mis hermanos me seguían y otras veces se quedaban cerca de mi madre. Siempre eh sido una persona curiosa y no me arrepiento de serlo. Mama nos enseñó que la vida es como un juego y que debíamos aprovechar todas las oportunidades para jugar.
Cuando sentí que el avión comenzaba a despegar, me dispuse a escuchar música, hasta que me quede profundamente dormido.
Habían pasado 7 horas máximo y desperté gracias a la azafata, quien había colocado su mano en mi hombro y lo sacudió un poco.
Le agradecí por despertarme y tome mi bolso para salir del avión. Estaba eternamente agradecido de que mi madre nos haya llevado a cursos de lenguaje.
Tome un autobús que me llevaría a la parte central del Bolsón de Mapimí. En aquel lugar llamado Durango, el pueblo era pequeño, pero tenía unas buenas guías turísticas.
Llegue al que sería mi hotel, la recepcionista era una joven de cabello castaño largo con dorado en las puntas y unos lindos ojos verdes.
-¿En qué te puedo ayudar?-pregunto amablemente.
-Me gustaría una habitación-le dije.
-¿Es para ti solo o vienes acompañado?-pregunto ella.
-Solo estoy yo-le respondí, ella hizo unas anotaciones en la computadora y luego me entrego mi llave.
-Por cierto, soy Melisa, si necesitas algo avísame-me dijo ella con una sonrisa, yo solo me digne a asentir con la cabeza y me fui a mi habitación.
Me di un baño y luego me fui del hotel para comer algo.
Más tarde me encontraba preparando mis cosas para emprender mi viaje.
Cuando baje a recepción vi a Melisa hablando con un muchacho que posiblemente tuviese la misma edad que yo.
-Hola-me dijo ella sonriendo.
-Hola-salude.
-Rayan él es...-la interrumpí.
-Me llamo Ares, un placer-dije extendiendo mi mano.
-Soy Rayan el hermano de Melisa-dijo él tomando mi mano.
-¿Y a dónde vas, Ares?-pregunto Melisa.
-Me dirijo a la zona del silencio-conteste y los dos se me quedaron mirando raro.
-Amigo no creo que sea buena idea. Además las brújulas haya no funcionan-dijo Rayan.
-¿Y por qué quieres ir ahí, Ares?-pregunto Melisa.
-Porque estoy buscando algo en particular-comente.
-Oh ¿Eres una especie de busca tesoros o algo así?-pregunto Rayan.
-Más o menos-conteste. Rayan se ofreció a llevarme en su coche hasta donde comenzaba la zona del silencio. Me pregunto cómo iba a orientarme y yo le respondí que por como estuviese ubicado el sol.
Cuando se detiene en la entrada del lugar me bajo. Comienzo a ver unas cuantas montañas a lo lejos, seguramente el medallon estaba por ahí. Me despedí de Rayan y le agradecí por haberme traído.
Seguí mi largo camino hasta las montañas. La verdad es que eran muchos kilómetros. Había traído mi cantimplora con agua encaso de que tuviese sed.
El día transcurría tranquilo, lo único que interrumpía la calma de la ciudad era la gente pasando y los coches andando de un lugar a otro.
Yo, por otra parte, me dedicaba a mi trabajo de todos los días, arreglar autos. No sentía la prisa de arreglarlos rápido, simplemente me tomaba mi tiempo y por alguna razón, siempre los entregaba a tiempo a sus respectivos dueños.
Y pensar que tuve de padre a un maldito ladrón. Mi madre antes de morir siempre nos decía a mis hermanos y a mí que no nos parecíamos en nada a nuestro padre, excepto por Escorp. Él tiene los rasgos de mi padre, pero no la misma mentalidad.
Desde hace 6 años que trabajo de la mecánica, pues es mi pasión construir autos nuevos y más si son para correr. En las calles algunos de la zona me conocían como el mejor corredor de la zona, pero jamás me importo. Nunca me interese en el dinero que ganaba o las mujeres que se me acercaban, solamente lo tomaba como un pasatiempo.
Novia no tengo. ¿Por qué? Porque no estoy muy interesado en conseguir pareja.
El sonido de pasos acercarse a mí me saca de mis pensamientos. Volteo la vista y veo que delante de mí se encontraba un hombre de traje negro, tez bronceada y alto, sus ojos estaban cubiertos por unos lentes de sol.
-¿En que lo puedo ayudar?-pregunte amablemente, pero sin perder mi tono serio.
-¿Tu eres Ares? ¿El famoso mecánico y corredor de la zona?-pregunto aquel hombre.
-Si está aquí para darme una oferta de carrera, no me interesa-le dije dándome la vuelta para seguir con mi trabajo.
-No muchacho. Te busco porque quiero contratarte para un trabajo en especial-dijo aquel hombre con un semblante serio.
-¿Qué tipo de trabajo?-pregunte.
-Quiero que viajes al Norte de México. En aquel lugar existe lo que hoy conocemos como "la zona del silencio" o "el desierto silencioso"-me explico.
-Y supongo que quiere que busque algo en particular-le dije cruzado de brazos.
-Veras, existe una antigua leyenda que dice que los antiguos habitantes de México escondieron en el desierto un antiguo medallón del famoso Carnero de oro. Dicen que ese medallón contiene poderes inimaginables. Quiero que lo encuentres y me lo traigas-me termino de explicar.
-...-me quede mirándolo por unos cuantos minutos. Aquel hombre no me daba buena espina.
-Y a cambio te recompensare con una increíble fortuna-me dijo. La verdad es que necesitaba dinero para pagar unas deudas y arreglar un poco el taller. No lo pensé dos veces y acepte su oferta sin saber a qué estaba por enfrentarme.
Cuando aquel sujeto se retiró, yo me puse a terminar de trabajar en el coche que en unos días más tendría que entregar. Le pedí a Jarv, un viejo amigo mío que se encargara de cuidar mi negocio mientras yo no estaba.
Fui al bar de Gem, uno de mis hermanos menores, quien le comente acerca sobre la tarea que se me había sido encomendada. Él solamente me deseo suerte, ya que ninguno de mis hermanos había cuestionado mis decisiones. Le di un último sorbo a mi trago y me fui no sin antes haberle pagado a mi hermano. Aunque él dijera que por ser su hermano no tenía que pagar, pero yo lo hacía igual.
Llegue a mi departamento y me acosté un rato, ya que temprano tendría que tomar un avión directo a México.
A la mañana siguiente, desperté a las 5 a.m. Me puse a investigar un poco sobre aquella zona que me indico aquel sujeto. Descubrí que las brújulas por alguna extraña razón no funcionaban en aquel lugar. Así que tendría que guiarme con el sol.
Empaque mis cosas y todo lo que necesitaría en un bolso, tome mis llaves y mi pasaporte y me fui.
En el aeropuerto, esperaba mi turno para ser atendido por la recepcionista. La joven me miro, me sonrió y me entrego mi boleto de avión. Espere tan solo unos minutos cuando comenzaron a llamar por el megáfono del aeropuerto que ya era hora de ingresar en el avión.
Cuando llegue a mi asiento al lado de la ventana, me puse a pensar cuando mama nos llevaba de viaje. Yo siempre quería descubrir cosas nuevas, incluso mi madre decía que yo solía escaparme de los hoteles en las madrugas para buscar algo interesante. A veces mis hermanos me seguían y otras veces se quedaban cerca de mi madre. Siempre eh sido una persona curiosa y no me arrepiento de serlo. Mama nos enseñó que la vida es como un juego y que debíamos aprovechar todas las oportunidades para jugar.
Cuando sentí que el avión comenzaba a despegar, me dispuse a escuchar música, hasta que me quede profundamente dormido.
Habían pasado 7 horas máximo y desperté gracias a la azafata, quien había colocado su mano en mi hombro y lo sacudió un poco.
Le agradecí por despertarme y tome mi bolso para salir del avión. Estaba eternamente agradecido de que mi madre nos haya llevado a cursos de lenguaje.
Tome un autobús que me llevaría a la parte central del Bolsón de Mapimí. En aquel lugar llamado Durango, el pueblo era pequeño, pero tenía unas buenas guías turísticas.
Llegue al que sería mi hotel, la recepcionista era una joven de cabello castaño largo con dorado en las puntas y unos lindos ojos verdes.
-¿En qué te puedo ayudar?-pregunto amablemente.
-Me gustaría una habitación-le dije.
-¿Es para ti solo o vienes acompañado?-pregunto ella.
-Solo estoy yo-le respondí, ella hizo unas anotaciones en la computadora y luego me entrego mi llave.
-Por cierto, soy Melisa, si necesitas algo avísame-me dijo ella con una sonrisa, yo solo me digne a asentir con la cabeza y me fui a mi habitación.
Me di un baño y luego me fui del hotel para comer algo.
Más tarde me encontraba preparando mis cosas para emprender mi viaje.
Cuando baje a recepción vi a Melisa hablando con un muchacho que posiblemente tuviese la misma edad que yo.
-Hola-me dijo ella sonriendo.
-Hola-salude.
-Rayan él es...-la interrumpí.
-Me llamo Ares, un placer-dije extendiendo mi mano.
-Soy Rayan el hermano de Melisa-dijo él tomando mi mano.
-¿Y a dónde vas, Ares?-pregunto Melisa.
-Me dirijo a la zona del silencio-conteste y los dos se me quedaron mirando raro.
-Amigo no creo que sea buena idea. Además las brújulas haya no funcionan-dijo Rayan.
-¿Y por qué quieres ir ahí, Ares?-pregunto Melisa.
-Porque estoy buscando algo en particular-comente.
-Oh ¿Eres una especie de busca tesoros o algo así?-pregunto Rayan.
-Más o menos-conteste. Rayan se ofreció a llevarme en su coche hasta donde comenzaba la zona del silencio. Me pregunto cómo iba a orientarme y yo le respondí que por como estuviese ubicado el sol.
Cuando se detiene en la entrada del lugar me bajo. Comienzo a ver unas cuantas montañas a lo lejos, seguramente el medallon estaba por ahí. Me despedí de Rayan y le agradecí por haberme traído.
Seguí mi largo camino hasta las montañas. La verdad es que eran muchos kilómetros. Había traído mi cantimplora con agua encaso de que tuviese sed.
JessyListt98
Re: Saga zodiac *Ares*
Capitulo 2:
Luego de varias horas caminando logré llegar a la par de las montañas. Y mientras más me acercaba más vegetación descubría. Viaje entre las montañas, hasta llegar al otro lado de estas. De repente me detengo en seco al notar un agujero en el suelo que se encontraba entre dos montañas. Vi un letrero que me prohibía el paso hacía ese lugar.
Un sonido que provenía desde adentro del agujero me saco de mis pensamientos. Parecía que un animal hubiera caído dentro del enorme orificio por accidente. Divise una roca y saque mi soga y la ate a la piedra para luego atar el otro extremo de la soga a mi cintura. Con cuidado fui bajando por el agujero, con la ayuda de la linterna divise el final del orificio. No era tan profundo como yo pensaba, me quite la soga y camine con cuidado con ayuda de la linterna. Seguí el sonido que me condujo a varios conductos subterráneos de la cueva.
Seguí el sonido, variando de donde se oía más fuerte y me llevo por uno de los conductos. Cuando entre en la caverna vi como el suelo formaba una bajada hasta más abajo de donde yo estaba.
Al estar abajo pude notar que la caverna, contra más abajo fueras más húmedo era el lugar. Seguí caminando ya que el sonido se hacía más fuerte. Cuando me di cuenta, había llegado a un lago cristalino subterráneo. El agua era tan cristalina que se podía ver lo que había dentro de ella.
-Beee-escucho un balido de borrego. En el lago divise a un pequeño borrego que estaba luchando por salir de ahí. No espere ni 2 segundos y me lance al lago para ayudar al pequeño.
Cargue al pequeño animal y lo lleve a la orilla, quien se sacudió el cuerpo una vez estuvo fuera del agua.
-¿Estas bien, amigo?-pregunte acariciando su cabeza. Como si el borrego me hubiese entendido balo en respuesta a mi pregunta. Me salí del lago y seguí con mi camino aun mojado y acompañado de mí, ahora, nuevo amigo.
El pequeño iba al frente y yo iba atrás. Y como si el pequeño supiera lo que estoy buscando se adentró más en la cueva y volteo a mirarme cuando se detuvo en un pequeño orificio en específico. Vi que dentro de este se encontraba sobre una roca un medallón de oro. Yo no podía entrar porque era demasiado pequeño. Escuche como el pequeño borrego balo y se metió dentro del pequeño agujero sin ninguna dificultad. Tomo entre sus dientes la cadena del medallón y lo alejo de la piedra.
De repente sentí que la cueva comenzó a temblar y el techo comenzaba a desmoronarse. Llame al pequeño borrego y él vino a mis brazos junto con el medallón. Metí el objeto en mi bolso y salimos corriendo lejos del lugar. Subimos la empinada espiral de tierra y llegamos hasta arriba donde comenzaba la entrada de los conductos.
Llegamos a donde había dejado la cuerda y nos ate a mí y al borrego para luego comenzar a subir. Cuando estuvimos en la entrada del agujero nos alejamos corriendo de ahí porque el orificio se estaba cerrando.
Ya era de noche y tuve que montar un pequeño campamento.
El pequeño carnero comía pasto seco de por ahí cerca. Mientras que yo comía lo que había comprado en el mercado antes de venirme. Había sido un trabajo duro, pero lo bueno es que conseguí un nuevo amigo. Cuando el pequeño borrego estaba satisfecho, se echó a un lado mío.
-¿Y dónde está tu mama, pequeño?-pregunte al animal. El pequeño solo se dignó a bajar la cabeza con algo de tristeza-No tienes mama. Bueno yo también perdí a la mía-le dije. Se sentía extraño hablar con un animal, pero a pesar de no entender lo que él decía con sus balidos, podía sentir que por dentro me comprendía.
El pequeño al saber mi respuesta levanto la cabeza y me observo atento.
-¿Qué tal si te ponemos un nombre?-le pregunte.
-Bee-dijo en forma de respuesta.
-¿Qué te parece Yusu?-pregunte al animal. El pequeño en respuesta simplemente se paró en sus 4 patas y comenzó a dar saltitos de felicidad. Parece que si le gusto el nombre.
A la mañana siguiente, me desperté para arreglar las cosas e irme de aquel lugar. El pequeño Yusu andaba a mi lado.
Por la noche había conseguido llegar al pueblo así que me dirigía al hotel. En eso veo a Melisa en la entrada.
-Hola Ares ¿Quién es tu amigo?-pregunto ella mirando al pequeño borrego.
-Oh, él es Yusu, es mi nuevo amigo-le dije
-Gusto en conocerte Yusu. Pero debo decirte Ares que aquí no se permiten animales-me dijo ella.
-¿Sabes de algún lugar donde pueda dejarlo?-pregunte mientras tomaba al pequeño en brazos.
-Puedes dejárselo al señor Horacio. Vive a unas cuadras de aquí-me entrego la dirección de aquel hombre y fui con él.
En la casa del señor Horacio, fui bien recibido, le pregunte si podía cuidar de Yusu y este me contesto que no habría problema en cuidarlo. Le dije a Yusu que se portara bien y que mañana regresaría por él.
A la mañana siguiente me desperté, listo para ir por Yusu. Empaque mis cosas, para luego irme a alguna tienda de animales y comprar un transportador de perros lo suficientemente grande como para que Yusu entrara.
Fui a buscar a Yusu. El señor Horacio me dijo que se quedó en la puerta esperándome desde la primera hora de la mañana. Le abrí la puerta de la jaula al borrego y este sin protestar entro en ella.
El señor Horacio se ofreció a llevarme hasta el aeropuerto y yo con gusto acepte.
Varias horas después ya estaba de vuelta en casa. El señor que me rentaba me dijo que no se permitían animales en el edificio donde vivía, pues le pedí unos días para que pudiera encontrar una casa donde pudiera tener a Yusu. El dinero que tenía era más que suficiente para comprarme una casa. Le llame a mi hermano Cancerl para preguntarle si la casa que estaba en venta a unas cuadras de su casa seguía en venta. El me respondió que sí. Fui hasta donde vivía Cancel, ya que estaba de descanso.
-Ares que gusto verte hermano-me dijo el rubio dándome un abrazo.
-lo mismo digo hermano. Entonces ¿Me dejas ver la casa?-pregunte.
-Claro, ven sígueme-me condujo por toda la casa y debo decir que estaba perfecta. Tenía un jardín grande donde Yusu le gustaría correr. Le pregunte a mi hermano cuanto pedía por la casa. Can no quería que pagara por ella, pero le insistí hasta que accedió.
A los días siguientes, me mude y Yusu se adaptaba muy bien a la casa.
Con respecto al medallón, busque información acerca de él. Decía que el objeto estaba maldecido por el mismísimo Dios de la guerra de Grecia, Ares. Quien lo usara tendría poderes inimaginables, pero también era poseído por un demonio. El demonio del signo de Aries. Jamás había escuchado hablar de ese demonio, pero también me puse a investigar.
Según lo que encontré, decía que en la forma de demonio, el ser tenía el cuerpo de un hombre, sus manos y pies eran adornados por unas garras afiladas, pero lo que más destacaba en aquel ser eran sus enormes cuernos de carnero.
Esto era muy extraño. ¿Por qué aquel sujeto quería aquel objeto maldecido? No lo sabía, pero no creía que fuera buena idea entregárselo.
Luego de varias horas caminando logré llegar a la par de las montañas. Y mientras más me acercaba más vegetación descubría. Viaje entre las montañas, hasta llegar al otro lado de estas. De repente me detengo en seco al notar un agujero en el suelo que se encontraba entre dos montañas. Vi un letrero que me prohibía el paso hacía ese lugar.
Un sonido que provenía desde adentro del agujero me saco de mis pensamientos. Parecía que un animal hubiera caído dentro del enorme orificio por accidente. Divise una roca y saque mi soga y la ate a la piedra para luego atar el otro extremo de la soga a mi cintura. Con cuidado fui bajando por el agujero, con la ayuda de la linterna divise el final del orificio. No era tan profundo como yo pensaba, me quite la soga y camine con cuidado con ayuda de la linterna. Seguí el sonido que me condujo a varios conductos subterráneos de la cueva.
Seguí el sonido, variando de donde se oía más fuerte y me llevo por uno de los conductos. Cuando entre en la caverna vi como el suelo formaba una bajada hasta más abajo de donde yo estaba.
Al estar abajo pude notar que la caverna, contra más abajo fueras más húmedo era el lugar. Seguí caminando ya que el sonido se hacía más fuerte. Cuando me di cuenta, había llegado a un lago cristalino subterráneo. El agua era tan cristalina que se podía ver lo que había dentro de ella.
-Beee-escucho un balido de borrego. En el lago divise a un pequeño borrego que estaba luchando por salir de ahí. No espere ni 2 segundos y me lance al lago para ayudar al pequeño.
Cargue al pequeño animal y lo lleve a la orilla, quien se sacudió el cuerpo una vez estuvo fuera del agua.
-¿Estas bien, amigo?-pregunte acariciando su cabeza. Como si el borrego me hubiese entendido balo en respuesta a mi pregunta. Me salí del lago y seguí con mi camino aun mojado y acompañado de mí, ahora, nuevo amigo.
El pequeño iba al frente y yo iba atrás. Y como si el pequeño supiera lo que estoy buscando se adentró más en la cueva y volteo a mirarme cuando se detuvo en un pequeño orificio en específico. Vi que dentro de este se encontraba sobre una roca un medallón de oro. Yo no podía entrar porque era demasiado pequeño. Escuche como el pequeño borrego balo y se metió dentro del pequeño agujero sin ninguna dificultad. Tomo entre sus dientes la cadena del medallón y lo alejo de la piedra.
De repente sentí que la cueva comenzó a temblar y el techo comenzaba a desmoronarse. Llame al pequeño borrego y él vino a mis brazos junto con el medallón. Metí el objeto en mi bolso y salimos corriendo lejos del lugar. Subimos la empinada espiral de tierra y llegamos hasta arriba donde comenzaba la entrada de los conductos.
Llegamos a donde había dejado la cuerda y nos ate a mí y al borrego para luego comenzar a subir. Cuando estuvimos en la entrada del agujero nos alejamos corriendo de ahí porque el orificio se estaba cerrando.
Ya era de noche y tuve que montar un pequeño campamento.
El pequeño carnero comía pasto seco de por ahí cerca. Mientras que yo comía lo que había comprado en el mercado antes de venirme. Había sido un trabajo duro, pero lo bueno es que conseguí un nuevo amigo. Cuando el pequeño borrego estaba satisfecho, se echó a un lado mío.
-¿Y dónde está tu mama, pequeño?-pregunte al animal. El pequeño solo se dignó a bajar la cabeza con algo de tristeza-No tienes mama. Bueno yo también perdí a la mía-le dije. Se sentía extraño hablar con un animal, pero a pesar de no entender lo que él decía con sus balidos, podía sentir que por dentro me comprendía.
El pequeño al saber mi respuesta levanto la cabeza y me observo atento.
-¿Qué tal si te ponemos un nombre?-le pregunte.
-Bee-dijo en forma de respuesta.
-¿Qué te parece Yusu?-pregunte al animal. El pequeño en respuesta simplemente se paró en sus 4 patas y comenzó a dar saltitos de felicidad. Parece que si le gusto el nombre.
A la mañana siguiente, me desperté para arreglar las cosas e irme de aquel lugar. El pequeño Yusu andaba a mi lado.
Por la noche había conseguido llegar al pueblo así que me dirigía al hotel. En eso veo a Melisa en la entrada.
-Hola Ares ¿Quién es tu amigo?-pregunto ella mirando al pequeño borrego.
-Oh, él es Yusu, es mi nuevo amigo-le dije
-Gusto en conocerte Yusu. Pero debo decirte Ares que aquí no se permiten animales-me dijo ella.
-¿Sabes de algún lugar donde pueda dejarlo?-pregunte mientras tomaba al pequeño en brazos.
-Puedes dejárselo al señor Horacio. Vive a unas cuadras de aquí-me entrego la dirección de aquel hombre y fui con él.
En la casa del señor Horacio, fui bien recibido, le pregunte si podía cuidar de Yusu y este me contesto que no habría problema en cuidarlo. Le dije a Yusu que se portara bien y que mañana regresaría por él.
A la mañana siguiente me desperté, listo para ir por Yusu. Empaque mis cosas, para luego irme a alguna tienda de animales y comprar un transportador de perros lo suficientemente grande como para que Yusu entrara.
Fui a buscar a Yusu. El señor Horacio me dijo que se quedó en la puerta esperándome desde la primera hora de la mañana. Le abrí la puerta de la jaula al borrego y este sin protestar entro en ella.
El señor Horacio se ofreció a llevarme hasta el aeropuerto y yo con gusto acepte.
Varias horas después ya estaba de vuelta en casa. El señor que me rentaba me dijo que no se permitían animales en el edificio donde vivía, pues le pedí unos días para que pudiera encontrar una casa donde pudiera tener a Yusu. El dinero que tenía era más que suficiente para comprarme una casa. Le llame a mi hermano Cancerl para preguntarle si la casa que estaba en venta a unas cuadras de su casa seguía en venta. El me respondió que sí. Fui hasta donde vivía Cancel, ya que estaba de descanso.
-Ares que gusto verte hermano-me dijo el rubio dándome un abrazo.
-lo mismo digo hermano. Entonces ¿Me dejas ver la casa?-pregunte.
-Claro, ven sígueme-me condujo por toda la casa y debo decir que estaba perfecta. Tenía un jardín grande donde Yusu le gustaría correr. Le pregunte a mi hermano cuanto pedía por la casa. Can no quería que pagara por ella, pero le insistí hasta que accedió.
A los días siguientes, me mude y Yusu se adaptaba muy bien a la casa.
Con respecto al medallón, busque información acerca de él. Decía que el objeto estaba maldecido por el mismísimo Dios de la guerra de Grecia, Ares. Quien lo usara tendría poderes inimaginables, pero también era poseído por un demonio. El demonio del signo de Aries. Jamás había escuchado hablar de ese demonio, pero también me puse a investigar.
Según lo que encontré, decía que en la forma de demonio, el ser tenía el cuerpo de un hombre, sus manos y pies eran adornados por unas garras afiladas, pero lo que más destacaba en aquel ser eran sus enormes cuernos de carnero.
Esto era muy extraño. ¿Por qué aquel sujeto quería aquel objeto maldecido? No lo sabía, pero no creía que fuera buena idea entregárselo.
JessyListt98
Re: Saga zodiac *Ares*
Capitulo 3:
No sé qué hora era, pero lo que si sabía es que aún no amanecía. Yusu estaba inquieto y estuvo balando toda la noche sin detenerse. Yo me levante para ver que le sucedía. Él estaba dando vueltas justo cerca del lugar donde había guardado el medallón. Del cajón salió una luz brillante color roja.
Abrí el cajón y la luz se hizo más intensa.
Tome el extraño objeto entre mis manos, la luz se hizo tan intensa que podía jurar que toda la habitación estaba bañada en la luz roja que se desprendía de él.
De repente, sentí como algo entraba en mi cuerpo y me poseía completamente. Luego todo se volvió negro.
Creo estaba en una habitación completamente oscura, ya que no podía ver nada. Camine hacia el vacío de la oscuridad, hasta que a lo lejos vi una luz brillante color rojo. Me acerque a ella. Al estar cerca pude divisar a una especie de criatura con enormes cuernos.
-¿Quién eres tú?-pregunte un poco desconfiado.
-Yo soy Aries, el primer signo del zodiaco oscuro y tu Ares, eres el elegido y mi aprendiz-dijo aquel ser con una voz muy grave.
-¿Elegido? ¿Elegido para qué?-pregunte serio.
-Me gusta tu seriedad y veo que te gusta ir directo al punto. Bien te diré. Hace cientos de años nuestros cuerpos fueron atrapados en estos medallones-me explico. Alto ¿Dijo nuestros cuerpos?
-¿Cómo que nuestros cuerpos?-pregunte.
-Sí. Mis compañeros y yo hemos sido atrapados a cada uno en un medallón distinto. Nuestra misión es guiar a nuestros elegidos y convertirlos en lo que realmente son -siguió explicando.
-¿Y que se supone que debo ser?-pregunte no tan seguro de lo que pasaría.
-Eres el demonio que buscaste en esa caja brillante-dijo refiriéndose a la computadora.
-¿Y cómo sabes eso?-
-Porque una vez que tocaste el medallón mi espíritu se unió a ti logrando que ambos estemos conectados. Pero tú no eres el único con un medallón. Tus hermanos también están buscando sus respectivos medallones-me explico.
-¿Qué tenemos que ver mis hermanos y yo en todo esto?-pregunte sorprendido de que supiera acerca de mis hermanos.
-Ustedes son los elegidos por el reino zodiacal. Nacieron para salvar a este mundo de la destrucción que se acerca-comento mostrándome unas imágenes horribles de cómo se vería el mundo destruido.
-¿No podré escapar de esto, verdad?-pregunte mientras largaba un suspiro cansado.
-Lamentablemente no. Tienes que entrenarte para poder utilizar tus poderes-
-¿Entrenarme? ¿Cómo?-pregunte.
-Ve al bosque y cuando estés ahí te diré como iniciar tu entrenamiento. Al principio no tendrás contacto con tus hermanos, ya que debes esperar a que ellos encuentren sus medallones y recién ahí podrás reencontrarte con tus hermanos-explico.
-¿Es decir que no puedo comentarles nada de esto a ellos?-pregunte.
-Si lo haces te creerán loco-
-¿Hay algo más que deba saber?-pregunte.
-Sí, tus poderes se irán desarrollando con el paso de los días. Pero el poder más común en un ariano es la velocidad. Serás más rápido que un rayo. Ahora debes irte. Tu guía animal te está esperando-dijo refiriéndose a Yusu.
La luz que emanaba de él comenzó a intensificarse hasta el punto de hacerme cerrar los ojos.
Cuando desperté, me encontraba en mi cama dormido.
-Veo que despertaste-comento una voz. Mire en todas las direcciones, pero no había nadie-Estoy aquí Ares-baje la vista encontrándome con Yusu.
-Hola amigo, por un momento creí que habías dicho algo-comente acariciando la cabeza del pequeño animal.
-Bueno eso depende de cómo te lo tomes-comento Yusu.
-¡Pero qué demonios!-dije saltando de mi cama de la sorpresa. El borrego hablo.
-Oye si vamos a tratarnos de esa manera, pues entonces a ti te llamare ojos azules-comento el animal mientras se subía a mi cama.
-¿Cómo es que puedes hablar?-pregunte aun sorprendido.
-¿No escuchaste lo que dijo Aries? Yo soy tu animal guardián, yo fui el que te guío hasta el maestro Aries para que te entrenara-me explico.
-¿Y tú solo puedes hablar o hay algo más que sepas hacer?-pregunte mientras me paraba de mi lugar y me dirigía a las escaleras de la casa.
-Pues, puedo transformarme en un carnero gigantesco, que claro, solo aparece cuando me necesites-me explico mientras me seguía a la cocina.
-Déjame entender esto. ¿Dices que es criatura que vi en aquel mundo es real y que de veras tengo que salvar al mundo?-pregunte con algo de frustración.
-Veo que comprendiste-me dijo sonriendo.
-Esto es demasiado para procesar-comente.
-Bueno, al menos no tuve que explicarte todo de principio niño-me dijo. No dije más nada y me dispuse hacer el desayuno para ambos.
Le dije a Yusu que debía irme a trabajar por lo que se quedaría solo todo el día.
En el camino a mi trabajo me puse a pensar en lo que dijo aquella criatura. Mi súper poder era la velocidad, pues entonces eso podría explicar el por qué hago mi trabajo rápido y entrego los coches a tiempo o antes de tiempo.
Me detuve en un semáforo. Ah, cuando la gente no caminaba rápido, eso me estresaba de sobremanera.
Parpadee un par de veces y en menos de lo que creí, ya estaba en el taller. ¿Pero cómo rayos llegue tan rápido? Me faltaban más cuadras para llegar. Ok, tal vez si soy rápido. Mí, ahora, maestro dijo que mis poderes irían apareciendo con el paso de los días. Jarv me esperaba en la puerta del taller.
-Wow, llegaste antes de tiempo, amigo-me dijo Jarv al verme llegar.
-Sí, quise levantarme más temprano hoy-no debía decirle lo que estaba pasando o me creería loco.
-Bueno, me han quedado algunos autos que arreglar. ¿Te encargas tú?-pregunto, yo asentí.
Las horas pasaban y cada vez me sentía más extraño. Ya casi terminaba de arreglar el último auto que me quedaba, pero sentí como las manos me temblaban. Estuve a punto de caer hacía atrás, pero Jarv me sostuvo la espalda.
-Oye amigo ¿Has desayunado? ¿Te encuentras bien?-pregunto.
-Sí, solo necesito descansar-dije tocando mi cara. Me levante un poco mareado y fui directo al baño. Me vi en el espejo y estaba muy pálido. Cuando quise darme cuenta mis ojos se habían tornado de un color rojo sangre, mi cuerpo comenzó a arder de manera incontrolable. Pegue un grito del dolor que sentía en ese momento.
-¿Ares estás bien?-pregunto Jarv desde la puerta. Salí cuando volví a la normalidad y me tranquilice.
-Yo... yo necesito aire-comente al salir corriendo del lugar.
No sé qué hora era, pero lo que si sabía es que aún no amanecía. Yusu estaba inquieto y estuvo balando toda la noche sin detenerse. Yo me levante para ver que le sucedía. Él estaba dando vueltas justo cerca del lugar donde había guardado el medallón. Del cajón salió una luz brillante color roja.
Abrí el cajón y la luz se hizo más intensa.
Tome el extraño objeto entre mis manos, la luz se hizo tan intensa que podía jurar que toda la habitación estaba bañada en la luz roja que se desprendía de él.
De repente, sentí como algo entraba en mi cuerpo y me poseía completamente. Luego todo se volvió negro.
Creo estaba en una habitación completamente oscura, ya que no podía ver nada. Camine hacia el vacío de la oscuridad, hasta que a lo lejos vi una luz brillante color rojo. Me acerque a ella. Al estar cerca pude divisar a una especie de criatura con enormes cuernos.
-¿Quién eres tú?-pregunte un poco desconfiado.
-Yo soy Aries, el primer signo del zodiaco oscuro y tu Ares, eres el elegido y mi aprendiz-dijo aquel ser con una voz muy grave.
-¿Elegido? ¿Elegido para qué?-pregunte serio.
-Me gusta tu seriedad y veo que te gusta ir directo al punto. Bien te diré. Hace cientos de años nuestros cuerpos fueron atrapados en estos medallones-me explico. Alto ¿Dijo nuestros cuerpos?
-¿Cómo que nuestros cuerpos?-pregunte.
-Sí. Mis compañeros y yo hemos sido atrapados a cada uno en un medallón distinto. Nuestra misión es guiar a nuestros elegidos y convertirlos en lo que realmente son -siguió explicando.
-¿Y que se supone que debo ser?-pregunte no tan seguro de lo que pasaría.
-Eres el demonio que buscaste en esa caja brillante-dijo refiriéndose a la computadora.
-¿Y cómo sabes eso?-
-Porque una vez que tocaste el medallón mi espíritu se unió a ti logrando que ambos estemos conectados. Pero tú no eres el único con un medallón. Tus hermanos también están buscando sus respectivos medallones-me explico.
-¿Qué tenemos que ver mis hermanos y yo en todo esto?-pregunte sorprendido de que supiera acerca de mis hermanos.
-Ustedes son los elegidos por el reino zodiacal. Nacieron para salvar a este mundo de la destrucción que se acerca-comento mostrándome unas imágenes horribles de cómo se vería el mundo destruido.
-¿No podré escapar de esto, verdad?-pregunte mientras largaba un suspiro cansado.
-Lamentablemente no. Tienes que entrenarte para poder utilizar tus poderes-
-¿Entrenarme? ¿Cómo?-pregunte.
-Ve al bosque y cuando estés ahí te diré como iniciar tu entrenamiento. Al principio no tendrás contacto con tus hermanos, ya que debes esperar a que ellos encuentren sus medallones y recién ahí podrás reencontrarte con tus hermanos-explico.
-¿Es decir que no puedo comentarles nada de esto a ellos?-pregunte.
-Si lo haces te creerán loco-
-¿Hay algo más que deba saber?-pregunte.
-Sí, tus poderes se irán desarrollando con el paso de los días. Pero el poder más común en un ariano es la velocidad. Serás más rápido que un rayo. Ahora debes irte. Tu guía animal te está esperando-dijo refiriéndose a Yusu.
La luz que emanaba de él comenzó a intensificarse hasta el punto de hacerme cerrar los ojos.
Cuando desperté, me encontraba en mi cama dormido.
-Veo que despertaste-comento una voz. Mire en todas las direcciones, pero no había nadie-Estoy aquí Ares-baje la vista encontrándome con Yusu.
-Hola amigo, por un momento creí que habías dicho algo-comente acariciando la cabeza del pequeño animal.
-Bueno eso depende de cómo te lo tomes-comento Yusu.
-¡Pero qué demonios!-dije saltando de mi cama de la sorpresa. El borrego hablo.
-Oye si vamos a tratarnos de esa manera, pues entonces a ti te llamare ojos azules-comento el animal mientras se subía a mi cama.
-¿Cómo es que puedes hablar?-pregunte aun sorprendido.
-¿No escuchaste lo que dijo Aries? Yo soy tu animal guardián, yo fui el que te guío hasta el maestro Aries para que te entrenara-me explico.
-¿Y tú solo puedes hablar o hay algo más que sepas hacer?-pregunte mientras me paraba de mi lugar y me dirigía a las escaleras de la casa.
-Pues, puedo transformarme en un carnero gigantesco, que claro, solo aparece cuando me necesites-me explico mientras me seguía a la cocina.
-Déjame entender esto. ¿Dices que es criatura que vi en aquel mundo es real y que de veras tengo que salvar al mundo?-pregunte con algo de frustración.
-Veo que comprendiste-me dijo sonriendo.
-Esto es demasiado para procesar-comente.
-Bueno, al menos no tuve que explicarte todo de principio niño-me dijo. No dije más nada y me dispuse hacer el desayuno para ambos.
Le dije a Yusu que debía irme a trabajar por lo que se quedaría solo todo el día.
En el camino a mi trabajo me puse a pensar en lo que dijo aquella criatura. Mi súper poder era la velocidad, pues entonces eso podría explicar el por qué hago mi trabajo rápido y entrego los coches a tiempo o antes de tiempo.
Me detuve en un semáforo. Ah, cuando la gente no caminaba rápido, eso me estresaba de sobremanera.
Parpadee un par de veces y en menos de lo que creí, ya estaba en el taller. ¿Pero cómo rayos llegue tan rápido? Me faltaban más cuadras para llegar. Ok, tal vez si soy rápido. Mí, ahora, maestro dijo que mis poderes irían apareciendo con el paso de los días. Jarv me esperaba en la puerta del taller.
-Wow, llegaste antes de tiempo, amigo-me dijo Jarv al verme llegar.
-Sí, quise levantarme más temprano hoy-no debía decirle lo que estaba pasando o me creería loco.
-Bueno, me han quedado algunos autos que arreglar. ¿Te encargas tú?-pregunto, yo asentí.
Las horas pasaban y cada vez me sentía más extraño. Ya casi terminaba de arreglar el último auto que me quedaba, pero sentí como las manos me temblaban. Estuve a punto de caer hacía atrás, pero Jarv me sostuvo la espalda.
-Oye amigo ¿Has desayunado? ¿Te encuentras bien?-pregunto.
-Sí, solo necesito descansar-dije tocando mi cara. Me levante un poco mareado y fui directo al baño. Me vi en el espejo y estaba muy pálido. Cuando quise darme cuenta mis ojos se habían tornado de un color rojo sangre, mi cuerpo comenzó a arder de manera incontrolable. Pegue un grito del dolor que sentía en ese momento.
-¿Ares estás bien?-pregunto Jarv desde la puerta. Salí cuando volví a la normalidad y me tranquilice.
-Yo... yo necesito aire-comente al salir corriendo del lugar.
JessyListt98
Re: Saga zodiac *Ares*
Capitulo 4:
Llegue a casa y busque a Yusu por todos lados.
-Yusu, Yusu ¿Dónde estás?-pregunte llamándolo.
-Tranquilo, ya estoy aquí-me dijo apareciendo en la sala-¿Qué ocurre?-pregunto.
-¿Qué, qué pasa? Mírame-le dije con algo de molestia.
-Primero te calmas, señor impulsivo. Ahora cuéntame lo que paso-me dijo. Di un suspiro y le conté todo lo que paso en el taller. Según él, dijo que eran síntomas de mi conexión con el medallón y que tal vez mi demonio interno quería salir un momento.
-¿Mi demonio interno?-pregunte.
-Sí. Estas cosas te suceden cuando tu demonio interno percibe algo fuera de lo normal. Eso y también se activan todos tus poderes-me explico.
-¿Cuáles son mis poderes?-quise saber.
-Pues el poder que más te caracteriza es la velocidad, pero también tienes otros poderes como...-se quedó callado.
-¿Cómo?-
-Como por ejemplo: el control del fuego, que otros de tus hermanos también lo tendrán, también te puedes transformar en demonio, y tienes lo que se conoce como clarisentencia-fue nombrando cada poder.
-¿Qué es la clarisentencia?-pregunte.
-Consiste en percibir cosas que están sucediendo sin estar tu presente-me explico-Será mejor que vayas a descansar-me dijo que no me preocupara, que todos esos cambios físicos que vi eran normales.
Eran aproximadamente las 3 de la madrugada y todavía no concebía el sueño. Me levante de la cama al sentir algo o más bien alguien. En mi mente apareció una imagen de Melisa siendo atacada por unos hombres. Me estaba enojando y sentía como mi cuerpo ardía nuevamente. Me mire en el espejo y vi que mis ojos se tornaron rojos de la furia. Pegue un grito de enfado y mi cuerpo comenzó a arder en llamas. Comencé a cambiar de tamaño, mi ropa dejo de quedarme, volví a mirar el espejo y delante de mi había una criatura sin pelaje, ojos rojos dientes afilados y grandes cuernos. También logre percatarme de un arma detrás de mí que jamás había visto. Era una especie de eran dos guadañas unidas. Tome el arma y salí como pude por la ventana. Sentía como corría a gran velocidad por la ruta, ya que el viento me golpeaba la cara.
Logré llegar a México, estaba lloviendo. Escuche los gritos de Melisa que provenían de un edificio abandonado. Con mis garras trepe la pared formando pequeñas perforaciones con ellas, hasta que llegue a una ventana la cual estaba abierta.
Entre y vi a aquellos hombres que la tenían contra la pared.
Me deslice por las sombras y desde arriba del techo tome por las ropas a uno de los sujetos. Los hombres restantes se quedaron paralizados y apuntaron con sus armas al techo. Melisa se escondió detrás de una pared, donde también pudiera ver absolutamente todo desde ahí.
-Maldito, sal de donde quiera que estés-me dijo uno. Yo me moví entre las sombras y corte en dos a uno con mi guadaña.
-Maldición-maldijo otro viendo a su compañero desangrándose.
-Muéstrate-dijo el primero de antes. El lugar era iluminado por simples luces en el techo. Fui saliendo de las sombras y cuando ellos me vieron, bueno sus caras no eran precisamente de alegría.
-¿Y tú qué cosa eres?-pregunto otro hombre asustado al ver mi apariencia.
-Fuera de aquí o si no morirás de la misma forma que tu compañero-mi voz sonaba severa, era obvio que me estaba conteniendo, realmente quería matarlos con mis propias manos. Los hombres no me hicieron caso y comenzaron a disparar. Yo por otra parte me dispuse a matarlos uno a uno. En cuanto al primero de ellos lo tome por el cuello con mi mano y lo presione.
-Es gracioso, como una ligera presión en el cuello-dije con una sonrisa macabra. Me di cuenta de lo que estaba a punto de hacer, pero logré reaccionar y lo solté. Le dije que se largara y así lo hizo, se fue.
Mire a Melisa, que había visto todo desde su escondite. Me fui de aquel lugar, pero ella me seguía cuando salí de la ventana. Pero logré perderla de vista cuando fui aumentando mi velocidad y escuche como la policía se acercaba al lugar.
A la mañana siguiente, me desperté en mi cama desnudo.
-Vaya me alegra de que despertarás-me dijo Yusu al lado mío.
-¿Qué paso? ¿Y por qué estoy desnudo?-pregunte viendo mi cuerpo.
-¿No recuerdas nada de lo que paso a noche?-me pregunto asombrado.
-¿A noche?-pregunte sin entender.
-Mira, vístete. Ven a ver las noticias y te enteraras-me dijo él para luego dejarme solo. Me vestí y me dirigí hacia la sala, la televisión estaba encendida y daban una noticia que ocurrió en México la noche anterior.
-"A noche unos ladrones fueron brutalmente asesinados en un antiguo edificio que estaba en reparación. Aquí está la joven que vio todo, que dice haber sido rescatada de aquellos hombres que la acosaban"-
-Juro que no sé quién era, pero lo que si estoy segura es que estoy agradecida con él por rescatarme-dijo Melisa por la tele.
-¿Cómo era el sujeto?-pregunto el periodista.
-Era muy alto, su cuerpo estaba desnudo, y poseía unas grandes garras y enormes cuernos. Y traía consigo una especie de guadaña doble muy rara-contesto ella.
-El último de los hombres que sobrevivió afirma que se trataba de un monstruo. ¿Qué opina de eso señorita?-pregunto el reportero.
-Estoy segura de que no es un monstruo. Solo me defendió de esos hombres y si fuera un monstruo me hubiera matado también-respondió ella con toda sinceridad.
-En otras noticias..."-apague el televisor.
-¿Quieres explicarme que fue lo que me ocurrió exactamente?-pregunte a Yusu.
-Tu demonio salió, te controló y fuiste a salvar a esa chica-me dijo sin más.
-Entonces esa cosa en la que me transforme a noche ¿Fue real?-pregunte sin poder creerlo aun.
-Pues sí. Sentiste que alguien peligraba y corriste en su ayuda. Eso es lo que debes hacer con el resto del mundo-comento.
-Sera mejor que empaque mis cosas ya-dije dispuesto a irme a algún bosque.
-¿Para qué?-pregunto Yusu siguiéndome. Hasta mi habitación.
-Tengo que entrenar si quiero manejar bien esto... que soy ahora-le respondí.
-Bien, pero iré contigo-me dijo.
Llegue a casa y busque a Yusu por todos lados.
-Yusu, Yusu ¿Dónde estás?-pregunte llamándolo.
-Tranquilo, ya estoy aquí-me dijo apareciendo en la sala-¿Qué ocurre?-pregunto.
-¿Qué, qué pasa? Mírame-le dije con algo de molestia.
-Primero te calmas, señor impulsivo. Ahora cuéntame lo que paso-me dijo. Di un suspiro y le conté todo lo que paso en el taller. Según él, dijo que eran síntomas de mi conexión con el medallón y que tal vez mi demonio interno quería salir un momento.
-¿Mi demonio interno?-pregunte.
-Sí. Estas cosas te suceden cuando tu demonio interno percibe algo fuera de lo normal. Eso y también se activan todos tus poderes-me explico.
-¿Cuáles son mis poderes?-quise saber.
-Pues el poder que más te caracteriza es la velocidad, pero también tienes otros poderes como...-se quedó callado.
-¿Cómo?-
-Como por ejemplo: el control del fuego, que otros de tus hermanos también lo tendrán, también te puedes transformar en demonio, y tienes lo que se conoce como clarisentencia-fue nombrando cada poder.
-¿Qué es la clarisentencia?-pregunte.
-Consiste en percibir cosas que están sucediendo sin estar tu presente-me explico-Será mejor que vayas a descansar-me dijo que no me preocupara, que todos esos cambios físicos que vi eran normales.
Eran aproximadamente las 3 de la madrugada y todavía no concebía el sueño. Me levante de la cama al sentir algo o más bien alguien. En mi mente apareció una imagen de Melisa siendo atacada por unos hombres. Me estaba enojando y sentía como mi cuerpo ardía nuevamente. Me mire en el espejo y vi que mis ojos se tornaron rojos de la furia. Pegue un grito de enfado y mi cuerpo comenzó a arder en llamas. Comencé a cambiar de tamaño, mi ropa dejo de quedarme, volví a mirar el espejo y delante de mi había una criatura sin pelaje, ojos rojos dientes afilados y grandes cuernos. También logre percatarme de un arma detrás de mí que jamás había visto. Era una especie de eran dos guadañas unidas. Tome el arma y salí como pude por la ventana. Sentía como corría a gran velocidad por la ruta, ya que el viento me golpeaba la cara.
Logré llegar a México, estaba lloviendo. Escuche los gritos de Melisa que provenían de un edificio abandonado. Con mis garras trepe la pared formando pequeñas perforaciones con ellas, hasta que llegue a una ventana la cual estaba abierta.
Entre y vi a aquellos hombres que la tenían contra la pared.
Me deslice por las sombras y desde arriba del techo tome por las ropas a uno de los sujetos. Los hombres restantes se quedaron paralizados y apuntaron con sus armas al techo. Melisa se escondió detrás de una pared, donde también pudiera ver absolutamente todo desde ahí.
-Maldito, sal de donde quiera que estés-me dijo uno. Yo me moví entre las sombras y corte en dos a uno con mi guadaña.
-Maldición-maldijo otro viendo a su compañero desangrándose.
-Muéstrate-dijo el primero de antes. El lugar era iluminado por simples luces en el techo. Fui saliendo de las sombras y cuando ellos me vieron, bueno sus caras no eran precisamente de alegría.
-¿Y tú qué cosa eres?-pregunto otro hombre asustado al ver mi apariencia.
-Fuera de aquí o si no morirás de la misma forma que tu compañero-mi voz sonaba severa, era obvio que me estaba conteniendo, realmente quería matarlos con mis propias manos. Los hombres no me hicieron caso y comenzaron a disparar. Yo por otra parte me dispuse a matarlos uno a uno. En cuanto al primero de ellos lo tome por el cuello con mi mano y lo presione.
-Es gracioso, como una ligera presión en el cuello-dije con una sonrisa macabra. Me di cuenta de lo que estaba a punto de hacer, pero logré reaccionar y lo solté. Le dije que se largara y así lo hizo, se fue.
Mire a Melisa, que había visto todo desde su escondite. Me fui de aquel lugar, pero ella me seguía cuando salí de la ventana. Pero logré perderla de vista cuando fui aumentando mi velocidad y escuche como la policía se acercaba al lugar.
A la mañana siguiente, me desperté en mi cama desnudo.
-Vaya me alegra de que despertarás-me dijo Yusu al lado mío.
-¿Qué paso? ¿Y por qué estoy desnudo?-pregunte viendo mi cuerpo.
-¿No recuerdas nada de lo que paso a noche?-me pregunto asombrado.
-¿A noche?-pregunte sin entender.
-Mira, vístete. Ven a ver las noticias y te enteraras-me dijo él para luego dejarme solo. Me vestí y me dirigí hacia la sala, la televisión estaba encendida y daban una noticia que ocurrió en México la noche anterior.
-"A noche unos ladrones fueron brutalmente asesinados en un antiguo edificio que estaba en reparación. Aquí está la joven que vio todo, que dice haber sido rescatada de aquellos hombres que la acosaban"-
-Juro que no sé quién era, pero lo que si estoy segura es que estoy agradecida con él por rescatarme-dijo Melisa por la tele.
-¿Cómo era el sujeto?-pregunto el periodista.
-Era muy alto, su cuerpo estaba desnudo, y poseía unas grandes garras y enormes cuernos. Y traía consigo una especie de guadaña doble muy rara-contesto ella.
-El último de los hombres que sobrevivió afirma que se trataba de un monstruo. ¿Qué opina de eso señorita?-pregunto el reportero.
-Estoy segura de que no es un monstruo. Solo me defendió de esos hombres y si fuera un monstruo me hubiera matado también-respondió ella con toda sinceridad.
-En otras noticias..."-apague el televisor.
-¿Quieres explicarme que fue lo que me ocurrió exactamente?-pregunte a Yusu.
-Tu demonio salió, te controló y fuiste a salvar a esa chica-me dijo sin más.
-Entonces esa cosa en la que me transforme a noche ¿Fue real?-pregunte sin poder creerlo aun.
-Pues sí. Sentiste que alguien peligraba y corriste en su ayuda. Eso es lo que debes hacer con el resto del mundo-comento.
-Sera mejor que empaque mis cosas ya-dije dispuesto a irme a algún bosque.
-¿Para qué?-pregunto Yusu siguiéndome. Hasta mi habitación.
-Tengo que entrenar si quiero manejar bien esto... que soy ahora-le respondí.
-Bien, pero iré contigo-me dijo.
JessyListt98
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