Under Pressure

por **DannaCalderonW** Jue 07 Mar 2019, 9:36 am

Si amas la presión de uno de los deportes más agresivos y excitantes del mundo, llegaste al lugar indicado.
Si amas la presión en tu corazón que solo la ocasiona una gran historia de amor, entonces llegaste al lugar indicado.

Bienvenido, ponte cómodo y disfruta de un torbellino de emociones que de seguro te harán gritar más de un Touchdown.

por **DannaCalderonW** Jue 07 Mar 2019, 9:39 am

Cuando estás en la bolsa de protección tienes que estar seguro de fijar tu vista en la mayor parte del campo posible. Pero no es solo eso, es esperar que la línea ofensiva cumpla con su trabajo y te deje el tiempo necesario para tomar una buena posición de lanzamiento y así el pase caiga en manos del receptor sin ningún problema, logrando la anotación que ganará el partido faltando solo treinta segundos en el reloj.

La presión aumenta y el reloj empieza a correr cuando es llamada la jugada. Volteo a mi izquierda para mover a la línea defensiva en esa dirección aun sabiendo que mi objetivo son las manos de Zev Makena mi receptor. Así el tiempo sigue corriendo pero eso no me interesa, los Linces de Luisiana nos van ganando por un punto, Keane Talua, mi guardia izquierdo, sigue deteniendo a jugadores de la línea defensiva al igual que Mark Spence mi ala cerrada.

Mientras sigo intentando confundir a la línea defensiva, espero que Zev se desmarque y corra a la zona de anotación pero algo cambia y uno de los jugadores de Luisiana logra zafarse de la marcación que le tenía Alan Manrique, uno de los mejores tacleadores de la liga según Sports Illustraded, y venía directo hacia mi, intenté salir de su línea de visión retrocediendo cuatro yardas, para ese momento el reloj estaba sobre los diez segundos para el fin del partido. En este punto ya solo quedaba rezar, pero como los milagros no solo vienen en oraciones sino más bien en acciones, Zev logró desmarcarse confundiendo a uno de los profundos de Luisiana y entró en la zona de anotación; allí fue cuando lancé el pase.

El balón salió girando perfectamente y yo miraba cada vuelta que el balón daba en el aire mientras contaba los segundos restantes sin percatarme de mi alrededor, era solo mi vista clavada en el balón.

5.

4.

3.

El reloj iba marcando y en ese instante dos cosas sucedieron.

En esos dos segundos restantes: Zev saltó para intentar tomar el balón en el aire y yo fui tacleado por Garret Anderson, el centro de Luisiana; cayendo en el campo presionado por el cuerpo de Garret pude sentir como mi brazo derecho había quedado presionado en una forma antinatural. El grito que proporcioné no fue nada comparado con la euforia del público que gritaba en éxtasis porque Zev había logrado la anotación ganando el partido en el último segundo.

Todos empezaron a reunirse alrededor de Zev mientras yo seguía retorciéndome de dolor en el campo, esto de inmediato llamó la atención de nuestro entrenador y el equipo de médicos quienes empezaron a preguntarme qué tanto era el dolor y si creía que solo era el hombro dislocado. Bah, cada pregunta que me hacían me irritaba, pero trataba de responderlas con el dolor insoportable que tenía. Sin tiempo que perder buscaron la forma de ponerme de pie lo que lograron apenas y me encaminaron a los vestidores donde me revisarían mejor.

Yo sabía que este sería mi último juego por esta temporada porque mi brazo no solo está dislocado sino que sabía que estaba roto. Estar en segundo año de Universidad permitiría recuperarme y volver la siguiente temporada con una buena rehabilitación, o por lo menos eso esperaba yo porque mi sueño era convertirme en profesional y jugar con los Patriotas de Nueva Inglaterra, ser más grande que Tom Brady era más que un sueño una meta, romper todos sus records y tener aún más anillos de Super Bowl que él. Sí, esa era mi meta y no descansaría hasta cumplirla.

Pasado un tiempo los médicos seguían analizando que tan mal estaba mi brazo y poco después el entrenador habló con los médicos, mientras ellos explicaban las condiciones en las que me encontraba yo no podía parar de preguntarme si llegaría a jugar otra vez y si así fuese, qué tanto debía esperar para recuperarme, esto era frustrante, me sentía enojado conmigo mismo por no ver venir a Garret. Sin embargo, eso ya no podía cambiarse, las consecuencias ya estaban aquí en forma de mi brazo inutilizado por el resto de la temporada. Deseaba un milagro, una señal de que volvería a jugar. Solo eso deseaba, pero la mirada del entrenador con el ceño fruncido me decía lo mucho que debería esperar un milagro para volver al campo.

Las lágrimas se encontraban picando justo detrás de mis ojos, ya sabía que esto era malo, lo único que podía esperar era que la rehabilitación me pusiese en condiciones para jugar en la próxima temporada. Trabajaré duro para lograrlo, cueste lo que me cueste volveré a jugar.

2 meses después.

Sentado bajo este gran roble, solo, intentaba contar en reversa para calmar mi frustración la cual cada día no hacía más que acumularse. La rehabilitación empezaría dentro de cuatro semanas porque las fracturas que había recibido mi brazo necesitaban mucho tiempo para sanar, lo que solo me frustraba más y más sabiendo que la temporada terminaría en dos semanas.

Era muy consciente de que no llegaría a jugar el fin de esta temporada pero, el solo pensar que mientras yo me encontraba en San Diego "recuperándome" en casa de mis padres mientras mis compañeros se encontraban jugando en Atlanta el campeonato me hacía enfurecer. Mi deber era estar en el campo con ellos ayudándolos a obtener la victoria pero aquí me encontraba bajo la sombra de este gran árbol "disfrutando" de la brisa con mi mp3 encendido escuchando Rolling In The Deep de Adele. Sí lo sé, era patético y yo lo sabía.

Estas cuatro semanas no podían terminar lo suficientemente rápido, ya quería quitarme el yeso que era tan incómodo, como usar traje los domingos para ir a la iglesia. No había nada que quitara mi mal humor y mis padres lo sabían, ellos eran el objetivo de mis proyectiles sarcásticos, les dolía mucho cuando tenía mis desplantes de niño de ocho años así que preferían darme mi espacio de lo cual estaba muy agradecido, porque mientras ellos intentaban darme ánimos yo solo deseaba estar en el campo de fútbol, sentir la piel del balón entre mis dedos antes de lanzarlo más allá de la yarda 50. Ellos no entendían la presión que implicaba jugar Futbol Americano, el aprender todas las jugadas del libro y hacerlas funcionar a la perfección con el resto de tus compañeros de equipo, los entrenamientos hasta tarde, el revisar las jugadas, analizar partidos anteriores para ver las fallas y ajustar las jugadas. Toda esa presión seguía en mis venas aún mientras estaba a miles de kilómetros de la universidad y del campo de juego.

Esto ellos no lo entendían. Yo amaba estar bajo presión, los retos son mi heroína y la descarga de adrenalina que me causan me hacen sentir como si estuviera a mil pies de altura. Nada se comparaba con eso, así que por mucho que quisiera que el tiempo pasara en un parpadeo no sería así, por lo que debía esperar.

Odiaba esperar. Mientras más tiempo pasaba sentado bajo la sombra del roble más veía como esta iba cambiando de posición según pasaba el tiempo. Seguí meditando todo lo que haría cuando empezara mi rehabilitación: primero, me concentraría sólo en hacer lo que doctor me dijera, iniciaría un régimen alimenticio mejor, y mi mente estaría enfocada a mejorar mi juego aunque no pudiese "jugar" todavía. Segundo, nada de chicas, las salidas de fin de semana con Josh se acabarían, nada de fiestas en las casa de fraternidad y nada de club ni alcohol. Y tercero, por nada del mundo dejaría que la presión me consumiera por completo, mantendría mi mente en calma hasta que los doctores decidieran que podía volver a jugar.

Ese sería mi plan y lo cumpliría por completo, mi juego estaría al 100% y así estaría más cerca de convertirme en la primera selección del Draft dentro de dos años, solo tenía que seguir este plan y ni distraerme.

Claro, cero distracciones. Sabía muy bien que lo único que podría hacer flaquear mi determinación o quién podría hacerlo estaba a millones de kilómetros estudiando repostería en Francia en la mejor escuela culinaria del país. O eso creía hasta que escuché su voz en la distancia. ahora sí, estaba completamente jodido.

por **DannaCalderonW** Jue 07 Mar 2019, 9:45 am

Si les gusta no se olviden de comentar! es para mi un gusto leer sus comentarios, soy nueva en esto así que... espero que les agrade!

-Esperando sus comentarios- Under Pressure 1608199403

por **DannaCalderonW** Vie 02 Ago 2019, 7:43 am

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Elina (París, 24 meses atrás)

Pisar las calles de París por primera vez es una experiencia incomparable, el clima hoy está despejado, los parisinos y los turistas de otros países todos caminan de un lado a otro, algunos tomando fotografías, otros entrando a las tiendas de postres o las boutiques. Una ciudad tan vibrante que te atrapa.

Aquí es donde me encuentro ahora, recién cumplí los 18 años hace un par de meses y solo hace 15 días que terminé el colegio.

Venir a estudiar a Francia en la mejor escuela gastronómica del país fue la decisión más fácil que pude tomar ya que mi sueño desde pequeña siempre había sido ser la mejor repostera del mundo, claro con eso no digo que no extrañe mi viejo hogar en San Diego. Está demás decir que extraño el clima, la brisa marina, a mis viejos amigos del colegio, a mis padres y a mi perro Scott, pero sobre todo extraño a Ace, mi mejor amigo y quien ahora es mi ex.

Sorprendente verdad. Pero seamos sinceros; sabemos muy bien que las relaciones de colegio no sobreviven la distancia no importa cuan corta sea siempre se tornará desastrosa así que para evitarnos más dolor del necesario Ace y yo tomamos la decisión de terminar nuestra relación de 2 años, él había sido seleccionado para jugar Fútbol en la universidad y yo había obtenido la beca para estudiar repostería en Le Cordon Bleu al otro lado del océano en París, conocíamos muy bien el resultado de continuar con nuestra relación.

Así que aquí me encontraba ahora, hace una semana que llegue a Francia y dentro de tres días iniciaría mi primera clase de repostería.

Los nervios y la presión estaban por consumir mi energía por lo que decidí salir a caminar un poco y hacer turismo o compras para mi pequeño apartamento.

Mientras me deleitaba con lo pintoresco que era cada calle llena de gente me encontré con un pequeño puesto, algo escondido entre una tienda que vende trajes y accesorios para animales y una boutique de vestidos de novia, con un aparador repleto de extravagantes pasteles, mi asombro fue tal que no dudé en tomar una fotografía con vieja cámara fotográfica.

Sin pensarlo dos veces empujé la puerta que tenía el típico sonido de campanillas al entrar y cuando me encontraba dentro de la tienda creo que mi cara mostraba lo enamorada que estaba de cada una de las deliciosas creaciones que se mostraban en exhibición y por supuesto a la venta.

Tengo que admitir que en París todo demostraba tanta elegancia y refinamiento que hasta el más pequeño local te podía parecer la habitación de un palacio, este lugar tan enigmáticamente asombroso no era la diferencia. En la pared detrás del mostrado de podía leer el nombre de la tienda grabado en una tipografía parecida a la de las viejas cartas de amor y decía: “Secret Délicieux” por lo poco que entendía el idioma solo pude adivinar que decía Delicioso Secreto.

Debo decir que le quedaba totalmente el nombre; primero porque se encontraba en un lugar escondido y que podía pasar desapercibido si no se prestaba la suficiente atención. Y segundo, porque cada pastel que se entraba a la vista se veía delicioso y bien elaborado.

Era un sueño, mi pastelería soñada en un lugar remoto de París, definitivamente vendría aquí todos los días seguramente.

Mientras me paseaba por cada uno de los aparadores dentro de la tienda viendo cada pastel con intenso interés escuché una voz de fondo que me hablaba en francés, reconocí las palabras “la puedo ayudar” lo que me hizo quitar mi vista del magnifico paste de bodas que me encontraba viendo, dándome vuelta enfrenté a la voz que me recibía.

Una muchacha no mayor que yo que llevaba un delantal con el estampado del nombre de la tienda y un pequeño gafete con su nombre escrito en negrita. Un nombre interesante para su semblante, aunque por completo le quedaba.

Luxy.

Sin perder el tiempo le respondí.

-Lo siento no hablo mucho el francés, solo estaba deleitando mi vista con todas estas bellas creaciones que tienes aquí.

-Tranquila- me dijo exagerando su enunciación de la disculpa gracias a su acento.

-Bueno, déjame decirte que me encantaría probar todo lo que tienes aquí- me reí un poco y agregué.- Pero me sería imposible.

-Imagino, bienvenida a Secret Délicieux yo soy Luxy Burrell ¿qué puedo hacer por ti?

-Me gustaría una muestra del mejor pastel de chocolate que tengas en venta por favor- simplemente no lo podía evitar, los pasteles de chocolate son mis favoritos. Además los mejores pasteleros saben como realizar los más deliciosos, no es por presumir pero siempre que puedo comparo mis pasteles de chocolate con los de las tiendas y hasta los momentos ninguno se le acerca.

Ella me dio una sonrisa y diciendo “enseguida te traigo un Selva Negra, está recién hecho” desapareció en la parte trasera de la tienda -seguramente la cocina- para buscar mi muestra.

Mientras ella regresaba me acerqué a una pared que mostraba, en distinta caligrafía e idiomas al parecer, la firma de distintas personas junto a lo que parecía decir “Yo estuve aquí”. Eso sí que era clásico y las ganas de dejar mi marca allí también picaban en mis manos.

Sin tardar más tiempo Luxy regresó con mi orden y en una pequeña banca que se encontraba junto bajo las firmas me senté a disfrutar de mi trozo de pastel. Le agradecí por ello y ella regresó a su puesto tras el mostrador.

Antes de siquiera darle el primer bocado sacando mi cámara decidí tomarle una fotografía porque en realidad se veía como una obra de arte culinaria. Apetecible y hermosa, la mejor combinación en la historia.

Cuando había terminado de fotografiar mi postre, tomé el cubierto y con mucha determinación partí un pedazo generoso y antes de llevarlo a mi boca lo observé bien, detallando que no se hubiese desmoronado el bizcocho y que la cereza que se encontraba en medio permaneciera en mi tenedor. Así es que se detalla si un pastel está perfecto, con la humedad necesaria y que el bizcocho no se encontrara denso. Exactamente como se encontraba el mío, lo que quería decir que de verdad debía estar delicioso.

Llegó la hora de descubrirlo con la prueba del sabor. De esta forma por fin llevé el pedazo de cielo a mi boca, definitivamente sí era un trozo de cielo, la explosión de chocolate y cereza de mi Selva Negra era incomparable a lo sofisticado y delicioso de esta Selva Negra. Seguro que el nombre de la tienda si para mí antes tenía sentido ahora por fin lo entendía completamente. Era totalmente un delicioso secreto del que quería aprender todo.

Casa bocado que probaba de mi muestra era como si fuera la primera vez, la misma sensación del primer bocado una y otra vez hasta que ya no había nada en mi plato.

Cuando me dí cuenta que mi plato se encontraba totalmente limpio mi sorpresa fue tal que me detuve a meditarlo, seguramente mi cara no dejaba nada a la imaginación porque la voz de Luxy se hizo presente.

-¿Qué te pareció?- esa era la pregunta del millón. Las palabras me fallaban no tenía una correcta que pudiese comprar a tan delicioso postre.

-¿Si te digo que no tengo palabras me creerías?- ella me miró por unos segundo y luego empezó a reírse a todo pulmón, tanto que seguramente la podían escuchar al otro lado de la calle.

-Te creo pero puedo decir que eres o una crítica de comida o repostera por la forma en que detallaste todo y literalmente degustaste mi Selva Negra- ella había dado en el clavo eso era seguro.

-Bueno, no es por presumir pero sé mucho de pasteles porque desde pequeña mi madre me enseñó como hacerlos y después al crecer se convirtió en mi pasión, por eso me encuentro aquí en París, para aprender de los mejores maestros en repostería del mundo. Tengo una beca para estudiar en Le Cordon Bleu.

-Wow, entonces definitivamente llegaste al lugar indicado, yo también estoy estudiando en Le Cordon Bleu repostería, este es mi segundo año.

-¿Entonces trabajas aquí?- mi curiosidad siempre me gana.

-En realidad esta tienda es de mi familia, ya sabes llevo la repostería en la sangre por así decirlo. Así que cuando finalicé la escuela entré a estudiar repostería para especializarme completamente en cada uno de los tipos de postres.

-Curioso- le dije mientras me dirigía a pagarle por la muestra, ella cuando me vio buscar en mi bolso rápidamente me detuvo.

-No te preocupes, eso va por la casa.

-Gracias, mmm bueno ¿hace cuanto tu familia tiene esta tienda?- le pregunté. Ella se detuvo a buscar algo bajo el mostrador, tenía la forma de un libro viejo de cuero que cuando lo posó sobre el mostrador y lo abrió, ahí pude ver que no era un libro sino más bien un álbum. Las fotografía en la primera página se veían súper viejas ella sacó la primera y me la extendió, yo la tomé y pude detallar el viejo local y una pequeña mujer frente al letrero de abierto.

-Ella es mi tátara tátara abuela Amandine, fue la pionera primera mujer repostera en la ciudad, ya sabes por todo eso de que los hombres eran los únicos que debían estar al frente en una cocina.- mi cara demostraba admiración total por esa fuerte mujer, que demostró ímpetu y sin importarle lo que dijeran de ella cumplió su sueño.

Nada podía quitarme la sonrisa de la cara. Sin agregar nada solo con una sonrisa le entregué la foto de vuelta y así Luxy continuó con su historia.

-Ella fue la fundadora de Delicioso Secreto y pues desde sus tiempo hasta este ni hemos cambiado mucho la fachada y creo que puedes notarlo.

-Pos supuesto y la verdad me encanta, es mi sueño llegar a tener mi propia tienda de pasteles, por eso estoy aquí, cuando termine de estudiar en Le Cordon Bleu regresaré a San Diego y abriré mi propia tienda.

-¡Genial! ¿Eres de allá?- su pregunta era muy común y más porque mi piel no está bronceada como las de la mayoría de las chicas en California, literalmente no parecía una California Girl para nada.

-Se que no se nota por mi tono de piel pero sí, nacida y crecida en San Diego California.

-Siempre quise ir allá de vacaciones y pasar por Hollywood y ver las estrellas en el paseo de la fama, hacer esos tontos tours donde muestran los sets de filmación y todo eso.- la forma en como gesticulaba me parecía súper graciosa por lo que no podía evitar reírme. Calmándome un poco decidí responderle.

-Yo fui a esos “tontos tours” como dos veces cuando estaba pequeña y hace un año con mi amigos en vacaciones de verano. Por pasar tanto tiempo bajo el sol sin usar bloqueador me quemé tanto la piel que cuando Ace intentaba poner su mano en mi hombro yo gritaba de dolor, todos los demás se empezaba a reír lo que para mi no era divertido.

Luxy se empezó a reír y yo ya me sentía como en mi hogar. Estaba totalmente segura que ella y yo tendríamos una bonita amistad pronto podía sentirlo.

El tiempo pasó tan rápido mientras me encontraba hablando con Luxy que de pronto mi alarma sonó recordándome que debía llegar al apartamento para hacer FaceTime con mi mamá. Despidiéndome de mi nueva amiga y prometiéndole volver mañana me encaminé a la residencia. Las calles de París empezaban a iluminarse mientras el sol se ponía llegando así la hora del crepúsculo.

Cruzando una cuantas calles rápidamente llegué a la Residencia Feraud con mis llaves en mano abrí la puerta y subí las escaleras hasta el tercer piso donde se encontraba mi habitación.

Dejando las llaves en la mesita de la entrada corrí a sentarme en la pequeña sala de estar y poniéndome cómoda saqué mi teléfono, los desbloquee y busque el contacto de mi mamá, presionando su foto de perfil inicié el FaceTime, no tardando mucho su sonrisa llenó mi pantalla y el sentimiento de tristeza me invadió.

La extrañaba demasiado.

-Lina, cariño te habías tardado.- típico de mi mamá, podía solo haber tardado un minuto y para ella eso era una eternidad.

-Hola mamá ¿Qué tal tu día?

-Bien bebé, cuéntame ¿Qué te retuvo tanto que tardaste en llamarme?- otro típico de ella, llamarme bebé cuando aunque ya tenía 18 años.

-Estaba en una tienda de pasteles probando el mejor Selva Negra (aparte del mío) y haciendo una nueva amiga en el proceso, nos quedamos hablando todo el rato y se me fue el tiempo, si la alarma no huera sonado seguro estaría todavía con ella hasta que fuer hora de cerrar la tienda.

-¿Hiciste una nueva amiga?- mi mamá la inquisidora señoras y señores.

-Si su nombre es Luxy y su familia es dueña de la tienda donde trabaja, además ella también estudia en Le Cordon Bleu, es bueno que por lo menos conoceré a alguien allá, así no me sentiré sola en mi primer día.

-Eso me parece perfecto cariño, ahh te extraño tanto mi niña ya no tengo a quien molestar aquí, tu hermano Logan se la pasa más con sus amigos del Fútbol jugando vídeo juegos que en la casa últimamente.

Y así prosiguió mi llamada con mamá hasta que se hicieron las 9:00 am en San Diego, las nueve horas que tenemos de diferencia era un tanto complicado para comunicarnos, pero no imposible. Yo debía llamarla a las 5:00 pm de aquí para que fuesen las 8:00 am allá y poder hablar con ella antes de que fuese a trabajar en el consultorio médico donde era recepcionista.

Al terminar la llamada con mamá se hicieron las 6 de la tarde por lo que ya tenía que empezar la cena decidí hacer algo rápido, un sándwich de queso y con mi plato listo encendí la televisión donde empecé a cambiar los canales hasta que localicé la mejor película que tenían Harry potter y el Prisionero de Azkaban, era mi favorita de todas las películas del joven mago, amaba el personaje de Sirius Black por eso cada vez que la estaban pasando no importaba qué yo la veía.

Luego de que terminé mi cena y la película terminó me preparé para ir a la cama, todavía tenía un poco de problemas con dormir temprano pero todavía estaba adaptando a mi cuerpo al cambio de horario.

Cuando todo los preparativos para ir a dormir estaban hechos me dirigí corriendo en dirección de la cama donde salté y caí sin mucha gracia de espalda, así me quedé mirando al techo donde reposaba un ventilador de techo algo antiguo para esta época moderna, luego de mirarlo por un tiempo me posicioné mejor bajo la sábana y acomodé las almohadas como me gustaban, de esa forma no despertaría con el peor dolor de cuello en la historia.

Aun sin sueño decidí apagar la lampara en la mesita de noche junto a la cama y tomando mi teléfono que se encontraba cargando desde que terminé la llamada con mi mamá, lo prendí y empecé a revisar un poco Instagram, dándole “me gusta” a publicaciones de artistas y reposteros famosos que seguía y revisando las historias de mis amigos decidí que me iría a los mensajes directos para hablar un rato con Ace.

Estaba en línea pero por la hora que era aquí lo más probable es que en San Diego fuesen las 11 de la mañana y estaba completamente segura que él siguiera dormido. Allá aún estaban en vacaciones de verano.

Aun así le escribí sin esperar que respondiera, desde que me había ido y llegado a París no habíamos tenido mucho tiempo para habla,r pero aunque habíamos terminado él seguía siendo mi mejor amigo y a la persona que mejor conocía y que me conocía.

AAACEEEE, DESPIERTA VAS TARDE A LA PRÁCTICA!!!!

Así siempre lo despertaba todos los días y eso no cambió cuando nos hicimos novios hace dos años. Y como era costumbre él no tardó en responderme con una nota de audio.

-Liiiinaaaa por favor!!! son las 11 de la mañana y no tengo práctica déjame dormirrr- me respondió con su voz toda ronca de recién levantado.

Vamos Ace, tenemos tiempo sin hablar y ya te extraño. Tengo tanto por contarte, mostrarte todas las fotos que he tomado de París desde que llegué no sigas durmiendo por favooorrr.

Siempre optaba por actuar como niña pequeña y hacerle pucheros para que diera su brazo a torcer y siempre funcionaba esperaba que fuese igual hoy aun en mensajes.

Los tres puntos que flotaban en una burbuja indicaban que estaba escribiendo, seguro ya estaba más despierto, si no solo hubiese mandado una nota de audio.

-Bueno veamos, quiero dormir y necesito que hables rápido porque ya que me despertaste mi papá escuchó y ya tengo que hacer así que habla!!! YA!

Bueno esto era mejor que nada.

Sé que les parecerá raro el como me trata, como si no hubiésemos sido novios ni nada, pero la promesa que hicimos hace dos años de que pasara lo que pasara seguiríamos siendo amigos es más fuerte que otra cosa y yo lo prefería así aunque en el fondo extrañaba como me trataba cuando antes de terminar. Pero bueno eso es mi culpa.

Sin perder tiempo decidí mandarle un vídeo donde le contaba todo, créanme no es fácil resumir toda una semana en solo 3 vídeos cortos de 15 segundos cada uno, pero lo logré y luego despidiéndome cerré mi usuario y apagué el teléfono. Dejándolo en la mesita de noche me acomodé mejor en la cama y cerré los ojos por fin.

Así había llegado el fin de un día más en París, un día más lejos de casa, un día más cerca de convertirme en la mejor repostera de San Diego. Ese era mi sueño y trabajaría duro para llegar allí. He sacrificado mucho por ello, no me dejaría llevar por la presión ni el estrés, mi determinación debía ser suficiente, tenía que serlo.

Un nuevo día me esperaba lleno de sorpresas y deliciosas creaciones que probar. La vida era dulce muy dulce en París, deberían llamarla “La Ciudad del Postre” no la “Ciudad del Amor”. Con esos locos pensamientos mi mente se quedó en blanco y fue allí donde caí en los brazos de Morfeo soñando con deliciosos pasteles Selva Negra.

por **DannaCalderonW** Vie 02 Ago 2019, 7:54 am

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