Dear Love.

Dear Love.

Querido Amor:

No nos conocemos. Sin embargo, yo sé mucho sobre ti. Dicen que tienes la habilidad de transformar a las personas e, incluso, que puedes salvarlas. Que apareces de repente y te cargas los «yo nunca» y a los «ni de coña» les das una patada en la boca. He oído que a veces eres caprichoso, volátil y efímero. Y que otras tantas calas tan hondo que duras toda la vida.

He leído numerosos libros sobre ti. Libros en los que ni siquiera eras el protagonista pero en los que capturaste toda la atención. Has inspirado películas, series e incluso pinturas. Algunos dicen que te escondes bajo pseudónimos: sueños, arte, música, poesía… Pero que por mucho que trates de pasar desapercibido, siempre acaban reconociéndote.

Por mi parte, te he visto salvar vidas, aunque, también destruirlas y reducirlas a polvo. Por tu culpa se han iniciado guerras y cometido crímenes. Dicen que tienes un lado cruel, posesivo y tan intenso que te cargas la dignidad y matas el autoestima de unos cuantos.

Que así como transformas a las personas, tú también cambias: a dolor desgarrador y autodestructivo, a depresión y a odio. Porque no existe odio tan voraz como el que tú generas. Los más fuertes logran superarte, pero te cargas a demasiados. Tu lista de víctimas es demasiado larga. Sin embargo, no sé qué tienes, que a pesar de tu Mr. Hyde todos se mueren por conocerte. Y, los que ya se han visto las caras contigo, ansían reencontrarte.

Como mencioné al principio, yo no te conozco. He creído sentirte en unas cuantas ocasiones, a lo lejos. Una ínfima sombra de lo que eres. Pero supongo que no eran ni los momentos ni las personas en las que debíamos conocernos tú y yo. En otras ocasiones, te he abolido y me he escondido en callejones cuando creía que te acercabas. Porque debo confesarte que con todo lo que sé sobre ti me da miedo lo que puedas llegar a hacer conmigo. ¿Me salvarías o, me destruirías? ¿Me gustaría la persona en la que me convertirías? ¿Sería el dolor tan intenso que hubiese preferido que nuestros caminos jamás se cruzaran?

Aunque, tampoco te voy a mentir, también te busco. En los rostros de desconocidos, en el metro, en la fila del pan y en las discotecas. En los pequeños gestos. En pieles, ojos y en manos. Con la esperanza de que te fijes en mí y me invites a esa fiesta de la que todos quieren formar parte.

Es lo que pasa contigo. Eres el motor que mueve el mundo y eso que nos impulsa a movernos con él. Todos te necesitamos, aún con la amenaza de que puedas destruirnos. Porque sabemos que el dolor es el coste de estar vivos.

Espero que podamos vernos las caras algún día. Hasta entonces, para que lo tengas en cuenta la próxima vez que decidas pasar de largo...

Me llamo Judy.
Habitación con las Estrellas en el Techo.
Nº4 de Kensington Garden.
Reino Unido.

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