sweet little baby in a world full of pain

Dolly Walker era la chica adorada del pequeño pueblo de Brownington localizado en el estado de Vermont, hija del reverendo la iglesia representante del condado, famosa por su amabilidad y su alta generosidad hacia el prójimo.  Sonará un tanto poético pero Dolly era la viva encarnación de un hermoso ángel, que por desgracia terminó olvidada en la tierra condenada a vivir entre los infortunados humanos hambrientos por experimentar los placeres terrenales y la emocionante sensación de vivir en el pecado y eso lo que la diferenciaba de nosotros, los normales mundanos. 

Su belleza era algo digno de mencionar, su cabello rubio era tan largo que le llegaba hasta la parte baja de su espalda y al caminar se meneaba hacia los lados haciendo una danza singular, tenía una sonrisa preciosa y genuina que hacía suspirar a más de uno, sus hombros estaban envueltos en un manto de pecas cafés; ¿Estaba enamorado de Dolly Walker? Era algo obvio pero por desgracia desapareció. Todo empezó el lunes 21 de Octubre de 1985 cuando ella no se apareció en la preparatoria de Brownington, algo que a la mayoría les pareció extraño ya que la rubia nunca faltaba y menos en periodo de exámenes donde era común que estuviera ofreciéndoles a los demás su ayuda para que comprendieran los temas expuestos por los profesores y ahora las miradas  de los típicos asesorados reposaban en el pasillo esperanzados de ver a la rubia de vestidos floreados y sandalias pero ella nunca llegó; lo que nos hizo conmocionarnos fue llegar al reverendo un tanto preocupado con su vestimenta desgarbada buscándola, es ahí donde empezaron  las suposiciones y los murmullos entre el alumnado. Para el martes las calles se habían llenado de carteles de "se busca" con la cara de la rubia por toda la ciudad,"Como si eso fuera necesario, todo el pueblo conoce a Dolly" suspiré para mis adentros. Lo siguientes días el ambiente de la escuela se había vuelto turbio, la gente no sonreía, las clases se habían vuelto más aburridas y el silencio se había apoderado del lugar. Muchos de los jóvenes incluyéndome organizamos una búsqueda intensiva para encontrarla en las profundidades del bosque más cercano, pero su nombre se perdió en la copa de los árboles y la esperanza se agotaba a cada paso.

Para el domingo la misa estuvo llena de palabras de apoyo hacia la familia y las oraciones iban dirigidas a Dolly Walker, un nudo se me formó en la garganta cargado de culpa y remordimiento, no quería aceptar que ella se había ido; las lágrimas brotaban de mi rostro y caían en mi saco, realmente la extrañaba y no era el único, solo con mirar alrededor podías apreciar a una gran multitud preocupado por el bienestar de la chica. Una semana había pasado desde la desaparición de Dolly y la gente empezaba a volver a la rutina hasta que un jueves la policía llegó al aula preguntando por Jeremy Parker, lo que nos dejó atónitos. La mirada de Jeremy reflejaba miedo y parecería que en cualquier momento podría vomitar, pero no lo hizo. Sin más caminó inseguro hacia la puerta dudoso, es aquí donde los rumores empezaron a surgir acerca de Jeremy y Dolly, sobretodo porque al siguiente día no se presentó a la escuela.

Jeremy era la clase de chico que era aficionado a los deportes y más porque su padre era el coach del equipo femenil de béisbol de Brownington donde casualmente Dolly era miembro. La sangre me hervía al escuchar los murmullos entre los pasillos que señalaban la probable relación de Jeremy y Dolly; "Ellos jamás pudieron estar juntos" me aseguraba para mis adentros, quería que fuera solamente ideas estúpidas de las chicas inventaban, porque si una cosa estaba seguro era de que una chica como ella jamás saldría con él. Con la ira comiéndome vivo, azoté el casillero callando los susurros de mí alrededor. Días después Jeremy regresó a la preparatoria y se le notaba apagado, sus ojos se veían sin vida y unas grandes ojeras reposaban debajo de ellos, su piel estaba más pálida de la normal y caminaba a pasos dudosos. Mis manos se volvieron puños a mis costados, era obvio que la culpa lo mataba. Las últimas noticias sobre el caso de Dolly — O mejor dicho lo que se podía escuchar entre los últimos cotilleos — Era de que la rubia había estado obsesionada con Jeremy por más de un año y que él la había rechazado, por lo que hizo que Dolly se deprimiera y huyera; otro chisme era de que Dolly había terminado embarazada de Jeremy en la fiesta organizada por la comunidad por el equinoccio de otoño a finales de Septiembre. La sola idea de pensar en ello me producía náuseas ¿Cómo era posible que profanaran el nombre de Dolly Walker con semejantes banalidades? ¿Por qué la gente no quería mantener el recuerdo intacto de la chica angelical que se preocupaba por sus semejantes? ¿Por qué tenían que arruinar todo tratándole de encontrar solución a un problema que no tenía pruebas que se consideraran verídicas? Sentía tanto odio en mi interior al saber que la gente esperaba esas bajezas en chicas como Dolly pero yo a diferencia de todos sabía que ella no era así, ella no era ni una zorra ni una puta como algunas mujeres decían, ella diferente a las demás chicas y por lo mismo nadie la merecía de esa forma. 

La siguiente que fue llamada a testificar fue Emily Lee, la mejor amiga de Dolly; la pobre chica le faltaba poco para tener un colapso mental pues todos la bombardeaban preguntas y la mayoría trataba de que ella confesara un crimen que no cometió. Emily parecía ser una de las más afectadas después de la desaparición, ya casi nunca se la veía en la hora de receso (Según Moira Reeves, se escondía en un cubículo en los baños de mujeres para tomar sus alimentos) y no mantenía ninguna conversación larga con nadie. Su visita a la oficina del director no fue larga y cuando regresó para las clases de historia universal — La única que compartíamos — se podía notar que sus ojos estaban rojos probablemente por el llanto, el remordimiento hizo que me diera vueltas el estómago. Me acerqué a ella con intenciones puras haciéndole preguntas acerca de sí misma a las que siempre evadía con pequeñas respuestas, no pasábamos de un “bien” o de un “no”, por lo que pronto desistí.   

Me sorprendió encontrarla en mi porche en la tarde con su cabello negro revuelto y una chaqueta café probablemente de su hermano, cuando me vio aproximarme se puso de pie de un salto y dio dos pasos hacia atrás. Emily provenía de una familia japonesa-estadounidense donde sus rasgos asiáticos eran los que más predominaban, cuando me sonrió sus ojos se encogieron un poco lo que me causó  ternura. Me dijo que tenía algo que decirme acerca de Dolly y tragué saliva ¿A caso ella sabía de qué me gustaba su mejor amiga? Pues al parecer sí. Confesó haberme visto observando a la rubia cuando recolectaba el dinero de las limosnas y que le sorprendió que yo nunca hubiera hecho nada para decirle lo que sentía, vacilé. Era una herida que no cerraría jamás. Pero eso no era todo lo que tenía que decir, con lágrimas en su rostro y su mano cubriendo su nariz, susurró algo que me dejó perplejo. "Dolly tenía cáncer." 

Tuve que sentarme un momento para asimilarlo, mi respiración se había vuelto más pausada y mi vista se perdió hacia el final de la calle. Emily siguió explicando acerca de la enfermedad como si fuera una experta en el tema pero yo no escuchaba, no sabía si era porque no quería asimilarlo o si todo simplemente me parecía increíble. Después de unos minutos solo hubo un silencio pero no era incómodo simplemente era placentero y relajante, aspiré aire por la boca y eché la cabeza hacia atrás. La chica asiática volvió hablar temerosa acerca de las razones de las que porque creía que Dolly había huido. La primera era la salud mental del reverendo, según Emily el pobre hombre sufría al ver que su hija moría cada día más y la rubia odiaba ver a su padre preocupado por ella; sentía que era una carga, una bomba de tiempo, una oveja defectuosa. La segunda era el mismo Jeremy Parker, es ahí cuando mi mandíbula se tensó, la confirmación de Emily hizo que mi estómago se llenó de cólera, Dolly estaba enamorado de él; rápidamente la chica aclaró que Dolly no estaba embarazada pero realmente eso ya no importaba mucho, quería golpear a Parker justo en la cara pero quizás sería yo quién terminaría herido en ese encuentro. Sin más que decir, la pelinegra me dio un apretón en mi hombro y se fue.

Mi mente no tardó mucho tiempo para empezar a divagar, para ver sombras donde no las había, imaginar la melena danzante de Dolly Walker por los pasillos de la escuela, en mis sueños siempre podía encontrármela en la iglesia y como siempre en primera fila con ojos de orgullo a su amado padre cantando alegremente el nombre de cristo. Lloraba cada vez más frecuente al imaginarla, pero ese era el precio de amar a un ángel. Y es aquí donde les cuento que sucedió al final con la chica de los vestidos floreados, el ángel de la comunidad, la chica que prefería llevar el camino de rectitud, la chica que todos deberían recordar como mártir. Dolly Walker murió a manos del diablo, a manos de la necedad, de la locura y la obsesión, el egoísmo y sobre todo por manos creadoras de pecado. Dolly Walker fue asesinada el 24 de Octubre de 1985, ¿Quién fue el asesino? Patrick Coleman, yo, yo mismo la maté. ¿Mis motivos? Enumerarlos haría esta carta más larga de lo normal, pero para que lo sepan, no disfruté hacerlo.

Encerrada en el sótano, Dolly nunca gritó por si vida ni trató de escaparse, solo observaba con ojos suplicantes y llorosos misericordia, pero aquí yo no fungía de clérigo si no de verdugo, algo que ella no había captado. Su cabello se había puesto grasoso y mugriento, su piel ya tenía manchas debido al polvo de los alrededores, sus muñecas ya tenían marcas ensangrentadas donde la soga se aferraba a ella, su vestido estaba desgarrado y su piel estaba fría, pero aun así era bellísima. Nadie merecía semejante espécimen de ser humano, ni siquiera Jeremy Parker o yo Patrick Coleman, no, nadie tenía lo necesario para poseerla. Yo le hice un favor a su Dios de devolvérsela antes de tiempo, el debería estar agradecido conmigo por eso, es más debería estar en deuda conmigo por no permitir que otra persona dañara a su precioso y olvidado ángel, yo debería ser aclamado en la iglesia del reverendo por haber hecho tal intervención divina, yo era el único capaz de semejante tarea porque yo solo podía ver lo que Dolly Walker era y su liberación de esta tierra maldita fue el propósito que se me había otorgado. Al principio quería matarla rápidamente para que no sufriera pero luego se me vino a la mente todas esas lecturas de la biblia y es ahí donde comprendí de que la única forma de regresarla era como su propio Dios, en sufrimiento. Su sangre escarlata fluía por todo el peso mientras ella gritaba por debajo de la cinta industrial que se le despegaba debido a la cantidad de expresiones faciales, no tardó mucho tiempo hasta que su piel se tornó más blanca y sus ojos perdieron esa vitalidad característica; el cuchillo tirado en el suelo le daba el toque final a la obra de arte pero yo no seré el único que podrá observar tan magnífico plano, en la caja que está debajo de mi cama podrán encontrar algunas fotos de ella al momento del asesinato y por lo mismo no entraré en detalles para que no se pierdan ninguna sorpresa.

Antes de quitarme la vida y así poderme encontrar con Dolly del otro lado tengo que decir: Si existe el Dios que todos clamaban, el dios que otorgaba el perdón a sus fieles y su amor a las ovejas negras ¿por qué no me recibiría junto a la rubia a la que tanto amaba? Prefería ser yo el que le hiciera daño que otra persona, prefería ser yo el que terminara con su vida en vez de un falso Dios, merecía morir en los brazos de alguien que la amara eternamente. Llamé a la policía diciendo donde podían encontrarme confesando ser el asesino de Dolly, así que no tengo mucho tiempo para despedirme y mi mano derecha tiembla contra el papel mientras que la otra toma fuertemente un revólver 22. Finalizaré esto diciendo las últimas palabras de Dolly, las que siempre me vienen a la mente cuando pienso en ella y me han martirizado toda la semana: "Dios, ayúdame".