Musa de año nuevo.

 

»nombre: Musa de año nuevo. »autor: moondust. / yo »adaptación: no. »género: general. »advertencias: ninguna. »otras páginas: no. Musa de año nuevo

El amargo sabor de la cerveza se hacía menos desagradable después de cada sorbo que daba, nunca le había gustado el licor, pero en fiestas y reuniones familiares tomaba una o dos. Así no lucia fuera de lugar o simplemente le hacía sentirse como una persona común. Su mirada fija en un punto frente a ella, pero ella no miraba algo en específico, se encontraba inmersa en sus pensamientos. No sentía frió a pesar de estar en la terraza a vísperas de año nuevo en Seattle. Perdida entre recuerdos de su fracaso en el amor. En su mente pensaba en como a sus veintisiete años sentía como si ya hubiera vivido una eternidad, y el vago sentimiento de falsa sabiduría de la vida estaba poco a poco llenándola.

—¿La Señorita Inglaterra no tiene frió? —Pregunto burlón un castaño detrás de ella esperando sorpresa de la mencionada, pero a ella se le hacía más raro aun que se hubieran demorado tan poco en molestarla. Su hermano sin duda anda por ahí rondado, hablando sobre ella con chicos de su entera confianza para presentárselos en algún momento. — ¡Vamos! Esa reacción es muy aburrida hasta para alguien en sus treinta.
—¿Disculpa? —Preguntó con un tono cortante. Aunque lo reconocía por las breves prestaciones cuando había llegado a la reunión o, aún, mejor dicho, fiesta de su hermano menor; ese tipo era un completo extraño.

Él la miró unos segundos antes de que en su rostro se reflejara un poco de vergüenza e inseguridad. —Oh, que vergonzoso. —Dio un breve vistazo al suelo antes de volver la vista a ella una vez más. —Me suelo entusiasmar demasiado cuando reconozco un buen personaje. —Pronuncio por lo bajo, casi en un susurro.
—¿Dijiste personaje? —Cuestiono la pelinegra, el sujeto frente a elle había “roto” su momento a solas, se le había acercado y hablado como si lo llevaran haciendo años. Y justo en ese momento la acababa de llamar “personaje” y pareciera comportarse como una joven adolecente frente a un hombre. — ¿Cómo el de un libro o película?
—Preferiría libro, los detalles siempre son más vividos y pueden llegar hacer muy pintorescos. —El castaño parecía haberse olvidado lo que había pasado solo segundos atrás.
—Tienes que estar bromeando. —Bufo para sí misma. — ¿Qué es lo que quieres, hombre? No soy alguien para jugar este tipo de cosas, es mejor que busques a otra persona.
—Lo lamento, pero no estoy bromeando o jugando contigo. —Se apresuró a aclarar el mal entendido. — Soy un escritor, o lo que podría venir a ser un principiante, y como mencione, suelo entusiasmarme demasiado cuando reconozco a una persona lo suficientemente interesante para ser un buen personaje.
—Una musa. —Dijo rápidamente la joven.
—Ah… Si… Vendrías siendo una musa. —Dijo sin pensarlo dos veces e inmediatamente se avergonzó por lo que había dicho. Ambos sintieron como el silencio invadía sus alrededores, aunque todavía permanecía el ruido sordo proveniente de la fiesta de la cual ambos estaban evitando.

—Debiste decirlo antes. Sé muy bien cómo se siente cuando encuentras una musa, aunque nunca, la verdad es que nunca he sido una y puedo admitir que es un sentimiento extraño, te entiendo. —Comento con calma ante aquel momento incomodo al que el intruso los había llevado. — Pero te recomendaría que la próxima vez, no llames a tal persona “personaje”. Puedes ser un principiante, pero deberías saber que las para las personas es incómodo. No todo el mundo está preparado para un día ser la inspiración de alguien.
Él mostraba una expresión de sorpresa a la cual hizo molestar un poco a la pelinegra al pensar que quizás el solo la hubiera estado molestando. Pero lo que había sorprendido al chico era la seguridad con la cual aquella chica hablaba, le sorprendió que todo lo que ella le había mostrado sobre sí misma, que fue muy poco, era interesante y fuerte. Esta vez parecía haber acogido bien. Tenía la esperanza de que esa chica fuera tan interesante como él creía que seria, o mucho más.
El dio una carcajada antes de extender su brazo listo para un apretón de manos. — Puedo decir que no eres una amateur en la escritura, como yo, sin duda tienes mucha experiencia en esto. —Sonrió en el momento en el que ella alcanzo su mano y la estrecho firmemente. —Por cierto, mi nombre es Garrett Healy, veintitrés años y como dije soy un escritor amateur.
—Opal Backstrom, veintisiete y no. No soy escritora. —Garrett la miró unos segundos en silencio. Ella no parecía ser mayor que él y más sin embargo para él ella lucía, hablaba y actuaba como todos los respetables escritores que él había conocido.
—¿No eres escritora? —Cuestiono.
—No.
—¿Entonces?
—Digamos que me dedico a capturar la belleza de las musas con muchos tipos de media. —Opal inclino un poco la cabeza hacia un costado.
—Oh… Ya veo. Muy interesante Señorita Backstrom. —Garrett llevo una de sus manos a su mentón, dando una apariencia pensativa. — Si me permite, ¿Podría hacerle una oferta?
—Prosiga, Señor Healy.
—¿Podrías ser mi Musa de año nuevo?