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MY POWER |Celyn|
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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MY POWER |Celyn|
Título: MY POWER
Autor: Celyn
Género: Drama/Romance/Fantasía
Advertencias: Apto para mayores de 16 años
------
PRÓLOGO
Y entonces poco a poco se dieron cuenta de sus poderes. Los poderes que podían aniquilar a miles de enemigos, pero también a amigos. Estaban todos sentados en una gran mesa sin poder hablar. Si, todos tenían poderes, tenían casi la misma edad. Una chica se acercó al centro de la mesa y prendió las velas con sus dedos, los demás la miraron no sorprendidos si no, cansados. No hablaban pero se sabía con claridad que pensamientos rondaban por sus cabezas ¿Por qué no fui normal? ¿Por qué tenían que estar atrapados en una anomalía de cuerpo? Estar atados un acuerdo con el gobierno y no precisamente por voluntad propia. Nunca les preguntaron cómo se sentían ni como debieron de responder ante las desdichas que sus poderes sobrenaturales los hicieron pasar, todos dirían que genial puedes electrocutar a personas que no te agradan o hacerte invisible para poder huir de situaciones vergonzosas.
Dime si tu tuvieras un poder ¿Serías capaz de soportarlo?
Celyn
Re: MY POWER |Celyn|
Hola, hola - a penas vi el tema, no aguante no comentar - estoy tan emocionada por todo esto .
Invitado
Invitado
Capítulo 1 - El comienzo del todo
Las calles eran tormentosas, familias habían viajado de un país a otro. Madres llorando y padres apoyando.
- Ok dígame ¿Por qué llegaron aquí? – Dijo un oficial viendo a un decenar de familias reunidos en una misma calle.
- Me prometieron a mi hijo y lo quiero ahora – Dijo una mujer asiática, la cual tenia sus ojos hinchados de tanto llorar.
- No, tanto como yo – le entrego una señora con tez muy blanca un papel – dicen que aquí me entregarán a mi bebe
El oficial, miró la carta “Park Avenue, 16:00 Hrs”
- ¡Es la misma nota que yo recibí! – Hablo un pelirrojo de unos 30 años.
- Ok mantenga la calma –
Todos los padres, comenzaron a pelear entre ellos, petrificados y con miedo. Pero en cuanto menos se dieran cuenta estaba una van roja, abierta y escucharon llantos de bebes. Inmediatamente los padres al oír, corrieron a la camioneta y encontraron a sus hijos. Unos lloraban y otros no se podían contener de la emoción de tener a su pequeño hijo en sus brazos.
-
La periodista sonrió a la cámara en cuanto el director dijo 5, 4, 3, 2…
- Nos encontramos en la capital, no todo es color de rosa para las familias de esta nación y de otras partes del mundo sin embargo… los bebes desaparecidos el 14 de agosto, han sido entregados a sus dueños finalmente lugares como – comenzó a caminar enfrente del hospital. – Escocía, Rumania e Inglaterra entre otros, se puede ver que aquí hay justicia – Tuvo una gran sonrisa. Se oyó “corte”.
El Buró Federal de Investigaciones (FBI)
- Señor – El asistente llegó con un café en las manos dejándoselo directamente en el gran escritorio que tenia. El señor de bigote blanco se giró y lo vio.
- ¿Qué es lo que sucede? – Lo miró con despreocupación mientras tomaba su café.
- Señor – sacó su teléfono y le enseño una foto de la noticia del momento.
- ¿Qué! – Este se paró impactado, puso sus manos en su escritorio. - ¡Cuando desaparecieron esos bebes! – se acercó demasiado al asistente como para ponerlo nervioso. – Pero parece que aquí todo el mundo se pregunta ¿Cuándo aparecieron?
- Señor – dijo nervioso mientras se acomodaba sus lentes rojos – los bebes aparecieron en un auto en Park Avenue
- ¡Y eso a mi me parece una tremenda estupidez!
- Los bebes estuvieron 3 meses desaparecidos, son de diferentes países no sabemos la razón ni el como, solo sabemos que los regresaron a sus dueños. – Dijo este limpiándose el sudor de nerviosismo en el que el general le había provocado.
- Todo es raro aquí Fabián – Puso su mano en el asistente - ¿Para que robarían el bebes de entre 4 meses o 1 año de nacidos? Y lo más raro aún ¿Por qué los regresarían?
- Y sin dejar rastro, señor
El general se sentó. Y comenzó a reir.
- ¡Esto qué es? ¿Magia? – Le dijo burlón a Fabián.
-
9 años después. Canadá.
Las niñas murmuraban mientras que los niños gritaban ¿Quién iba a decir que niños de tan solo 9 años iban a hacer tan crueles? Alix, tomo su capucha y se escondió entre la cafetería, estaba cansada de todo. Solo se burlaban por sus ojos de distintos colores, ella sabia que no era normal. Un bicho raro como le gritaban los mocosos. Entonces llegó el niño gordo y alto a quienes todos tenían miedo, ella solo lo ignoró cuando paso alrededor suyo, casi dio un gran suspiro cuando pensó que el niño se había olvidado de ella, pero entonces le tira jugo en su cara. Ella lo único que pensó fue en llorar.
- ¿Qué vas a llorar, rara? ¡Hazlo delante de todos bicho raro!
Ella se comenzó a enojar demasiado ella grito con fuerza, y su carga eléctrica dejo en el suelo al niño. Se miró las manos asustada solo comenzó a llorar y salió corriendo.
-
Francia.
- Kira… ¿Por qué no ves televisión? – Dijo su madre mientras se quitaba los guantes de cocina y le tocaba la mejilla.
- No – miro hacia abajo… - Quiero mis galletas
- A ver veamos, no podemos hacer eso cielo todavía no están lista
- Pero yo las quiero – Comenzó a llorar hasta volverse roja.
- Te ves tan linda – Dijo su madre, viéndola con su chamarra rosa y su gorro blanco.
- No me entiendes yo quiero mis galletas - Lloró con más fuerza.
- Espera Kira… - se fue a la cocina.
Kira solo comenzó a llorar mas fuerte.
- ¡Mis galletas! – Las lágrimas estaban en sus mejillas.
- Kira, deja de llorar.
Dio un gritó muy fuerte, su madre no lo podía soportar que salio de la casa asustada, grito tan fuerte que rompió las ventanas, las televisión y cualquier tipo de vaso que se encontrará. Después de que su madre se recuperara, entro a la casa asustada, con las manos en sus oídos.
- Kira, no puedes hacer estos berrinches ¿Qué es lo que te pasa?
Kira ahora comenzó a llorar más fuerte.
-
Actualidad. Estados Unidos.
- Bienvenido joven Hood – Hablo un chico con una bata de doctor, cabello corto y tez blanca, estrecho la mano.
- Gracias, mucho gusto – hablo serio, mientras observaba el interior del hospital – espero estar rodeado de gente competente.
- Claro que sí, el mejor hospital de Estados Unidos. – Le respondió quitándose los guantes azules de las manos mientras lo miraba con una amplia sonrisa.
- Si no, irme de Australia seria la peor decisión de mi vida – se acercó para mirarle a los ojos – Espero que no resulte así. – Levanto una ceja mientras le hablaba.
Llegó un señor de al menos 40 años, realmente flaco y casi sin cabello. Con unos lentes negro y un bigote con canas.
- Yo soy George Sullivan y seré tu jefe en esta misión – estrecho la mano con la del joven Hood – Él es realmente brillante – dijo señandolo – me refiero 22 años y ya tiene una licenciatura en químico farmacéutico y un doctorado – puso sus brazos en Hood. – Este tipo de personas necesitamos.
- Muchas gracias Sullivan – Dijo con un aire de grandeza.
Francia.
Su cuarto estaba lleno de comida descompuesta igual, que en su cama tenía un colchón y cobijas tiradas por todas partes, el olor era desagradable cualquiera que entrará pensaría que vivía un vagabundo. Y no era así, ella miraba hacia la ventana pensando en la nada, es lo único que quería hacer, no pensar en absolutamente en nadie. Llegó su madre.
- Charlotte…Deberías de limpiar este – ella no se pudo concentrar en lo que le decía, le dolió la cabeza “Niña estorbo” se oía en su cabeza, “Pronto te meteremos al psiquiatra” agarro su cabeza “Tengo miedo” leyó el pensamiento de su madre - ¡Largo, largo! – Lo dijo mientras señalaba la puerta y lloraba.
Su madre tenía una taza de café.
- Ya no sé qué hacer con ella – dijo la madre mientras tocaba la taza ligeramente.
- ¡Ya te dije que haremos, ya pague por ese lugar – Su padre, lo dijo realmente enfadado y desesperado – Solo ha sido un estorbo, nos como que la necesitemos.
- ¿Por qué ha sido tan demente? Yo no lo entiendo
- Desde pequeña, diciendo mentiras como que yo te había engañado tonterías – su padre miro a los ojos de su esposa.
- Creo que es lo mejor –
Ella encerrada aun podía oír todo, comenzó a tirar todos los vasos y cada vaso que se rompía era un grito más ya no lo soportaba, ya no lo toleraba estaba cansada de llorar, estaba destrozada. Se miro al espejo y lo único que hizo fue romperlo.
- ¡Desaparece! ¡Desaparece! – Se ordenó a sí misma, mientras ella misma observaba sus ojos distorsionados por el cristal roto.
-
Estados Unidos
- Ok, así esta esto – se inclinó para poder observar en el microscopio – Verás Hood – aunque Schimidt solo era un asistente de Sullivan, era realmente inteligente y a veces más que el propio Sullivan. – Observa los ácidos ribonucleicos – se alejó, mientras que Hood, observaba el microscopio.
- Nunca había visto algo así – Se alejó rápidamente del microscopio. Lo miró sorprendido.
- Mira Hood, los ribosomas son capaces de acelerar reacciones químicas
- Espera – señalo el microscopio. – Eso no parecen ribosomas.
- Es que no lo son – Se quitó los lentes Schimidt. Hood lo miro confundido. – Son ribosomas “sintéticos” han sido modificados desde raíz, es un proceso complicado así que se tendría que hacer a una determinada edad, y en un determinado momento.
- ¿Pero para qué crear este tipo de “resultado”? – Lo miro aún más confundido.
- Joven, esto ya fue creado – Dijo Schimidt con las manos atrás, mientras caminaba por el laboratorio.
- ¿Para que?
- Usted firmo un contrato de confidencialidad si lo rompe, iría a la cárcel o algo peor
- Soy firme en mi palabra – Dijo Hood.
- En este caso – Acercó a Hood al microscopio. – Supongamos que fuimos capaces de modificar el ARN y unimos unas moléculas de MNO4K a algún que otro ribosoma.
- El MNO4K es fuego
- Exacto – Sonrió victoriosamente Schimidt.
-
Inglaterra (Reino Unido)
- ¡Sky esta fiesta es de lo mejor – Dijo una rubia bailando, mientras luces de colores apuntaban a su rostro.
- ¡Lo se soy la mejor! – Dijo Sky mientras bailaba felizmente.
Después de unas pocas horas, Sky se encontraba saliendo del club se sentía genial nunca se había divertido así en su vida, hasta que llego un hombre.
- Oye linda – decía con hipo y tambaleándose, era lógico las cuatro de la mañana, simplemente sola en una calle abandonada - ¡Si tu! – Se acercó a ella. Comenzó a tocarla, oler su cabello.
Sky estaba petrificada no sabía que hacer solo sentía sus asquerosas manos sobre su cuerpo, comenzó a llorar. El hombre se quitó los pantalones, rápidamente Sky se giró sacó fuerza de sus dedos y saco fuego quemándole el miembro viril. Salió corriendo con lágrimas en las mejillas mientras que el hombre se retorcía de dolor.
-
Entró Schimidt a la oficina de Sullivan, la cual estaba repleta de espejos y un cuadro grande de el en la pared, dejo unos papeles en su escritorio.
- Gracias Schimidt – Reviso los papeles y comenzó a reír. - ¿Estás listo para el gran golpe?
- Tenemos todo listo, señor – Dijo con sus manos hacia atrás y mirándolo directamente a los ojos.
Sullivan se giró en su silla, al tomar un control se abrió su cuadro y aparecieron 14 pantallas, en una de ellas se encontraba una chica llamada Aurora quien parecía ser la que más le importaba – perfecto – dijo con sus manos entrelazadas.
- ¿Esta seguro que funcionara?
- Schimidt, no los observe durante 23 años de mi vida, para que no funcione – miró con ambición las pantallas.
Espero que les guste, todavía no salen todos los personajes pero es como vaya avanzando la historia.
Celyn
Re: MY POWER |Celyn|
Esto se puso bueno, solo pasaba por una revisión de las que siempre hago y me encuentro con un capítulo .
Experimentos, nunca pensé que fuera eso, al igual que nunca me espere que "Hood" estuviera allí , la descripción de cada país es genial, Alix con ese chico , Kira con su madre , Sky con ese asqueroso señor .
Presiento que Sulliman es alguien para mantener observado .
Gracias por el capítulo Celyn, me gusto bastante, es un excelente abre-bocas, espero con ansias el próximo .
Experimentos, nunca pensé que fuera eso, al igual que nunca me espere que "Hood" estuviera allí , la descripción de cada país es genial, Alix con ese chico , Kira con su madre , Sky con ese asqueroso señor .
Presiento que Sulliman es alguien para mantener observado .
Gracias por el capítulo Celyn, me gusto bastante, es un excelente abre-bocas, espero con ansias el próximo .
Invitado
Invitado
Re: MY POWER |Celyn|
Estaba haciendo mi revision matutina en este tema y me encuentro con el primer capitulo! Me encanto, me imaginaba cada cosa mientras iba leyendo y ya quiero ver lo que sigue en esta historia, me gusto la introducción de los personajes y no hay mucho más que decir que esperare el proximo capitulo con ansias
Clover
Re: MY POWER |Celyn|
Wow vaya manera de calentar motores!
Algunos me dieron mucha penita...
¡Muy bien que hiciste Sky, seguro que esa malnacido no lo hace más!
Deseando el siguiente, xox.
Algunos me dieron mucha penita...
¡Muy bien que hiciste Sky, seguro que esa malnacido no lo hace más!
Deseando el siguiente, xox.
Converse.
Re: MY POWER |Celyn|
Aqui estoy presente. Desde que introduciste la idea en el foro estaba toda emocionada por saber que pasaria y como desarrollarias la trama. Aqui estoy apoyando para que la sigas Also, amo como empezaste el capitulo con demasiada intensidad e intriga.
Besitos.
Besitos.
Jules
Re: MY POWER |Celyn|
Por Odin Lamento no comentar antes. Se ve que la cosa se va a poner buena Síguela pronto.
lantsov
Capitulo 2: "El gran golpe"
Irlanda
La lluvia caía tan fuerte que Aurora rápidamente se puso su gorro y corrió a un establecimiento de comida. Con las manos en los bolsillos de su sudadera, vió un pequeño perro quien pasaba por las mesas de los clientes esperando que se apiadaran de él, ella levantó la cabeza hizo una mueca. Tomo al perro, al hacerlo los clientes la miraron extraño, se dirigió atrás del establecimiento miró a su alrededor para asegurarse que nadie la veía acomodó al perro en el suelo, este tenía lastimado un ojo y no podía caminar, ella suspiro.
- Tranquilo amigo, no eres el único dañado aquí – Se hinco para estar a la misma altura del perro, cerró los ojos y puso sus manos casi tocando las heridas profundas.
Se oyó un chillido del perro aunque en segundos después ya estaba meneando la cola viéndola con emoción.
- ¿Ya estás feliz? – Sonrió al verlo. Tomo algo de su mochila y se lo dio en la boca. – Ya no estarás tan hambriento.
Se giró mientras se ponía acomodaba su gorro nuevamente y dejo al perro quien ya estaba sano.
-
Estados Unidos.
Había hombres uniformados en línea uno tras otro. Enfrente se encontraba Sullivan quien tenia sus manos hacia atrás y miraba con ambición.
- Señor – se acercó casi susurrando.
- ¿Si? Schimidt – Respondió Sullivan mientras caminaba mirando a los soldados.
- No creo que se la manera – se acomodó los lentes – miré solo asustaríamos a la población de cada país en donde se encuentran – puso sus brazos cruzados. – hay métodos más convencionales.
- Señor Schimidt – se giró para verlo con una mirada prepotente – sin mí esto no existiría, no seriamos tan ricos como lo somos ¿Quién invento la cura para el cáncer? – fingió estar pensando. - ¡Claro fui yo!
- Usted también decidió esconder el método con científicos y doctores simplemente para privatizarlo y tener más dinero en su cuenta bancaría – Susurro Schimidt molesto, mientras lo miraba.
- ¿Quién diría? – Sullivan miro a la ventana, ignorando completamente a Schimidt – Todos estos jóvenes han tenido percances con la ley, esto lo ponen todavía más sencillo – rio victorioso.
Schimidt suspiro frustrado, estaba a punto de decirle algo pero solo apretó la mandíbula y dejo la habitación, llena de soldados que acatarían cualquier orden que Sullivan les ordenara.
-
Escocia
Llegó a la panadería, todas la miraban y odiaba eso. Se decía si misma mientras caminaba por los pasillos “Clarisse tranquila, solo es pedir y pagar” se repitió eso unas 10 veces. Tomo unos cuantos panes y fue a pagar estaba nerviosa, tanta gente eso no le gustaba. Quiso distraerse jugó con un pequeño papel pero sus nervios la traicionaron y comenzó a quemarlo, solo con el tacto de sus dedos rápidamente toco una y otra vez el papel pero solo se quemaba más, vio un pequeño vaso con agua, hizo que el agua saltará hasta el papel. La cajera la miro sorprendida y algo asustada, esto era lo que ella no quería comenzó a respirar muy rápido, pero entonces algo más llamo la atención de la cajera.
Eran como 20 hombres, los cuales se acercaban con armas a la panadería.
- ¡Rápido llamen a la policía! – gritó una señora de 40 años y con su hijo pequeño en brazos.
Una empleada tomó el teléfono del local y comenzó a llamar. Clarisse se quedó impactada, es como si todo se volviera en cámara lenta. Los hombres atravesaron las puertas de cristal. Clarisse corrió a esconderse abrió la puerta del almacén en ese momento vió a la empleada quien seguía llamando pero recibió una bala en la cabeza lo que la hizo caer al suelo inmediatamente. Clarisse estaba a punto de llorar y con manos temblorosas entro al almacén y cerró la puerta. Otra vez perdía la respiración se sentó en el piso perdiendo completamente la razón, oía disparos y gritos.
- ¡Donde está la pelirroja! – Le dijo un hombre con un arma en la mano.
- No lo se…al parecer desapareció – Contesto otro, con una manta que cubría su boca.
- No puede ser – Gritó. Había 10 personas en el piso aterrorizados de lo que les pueden hacer - ¡Tu niño cállate que no haré nada!
- La encontré – Gritó otro, quien ya se encontraba en el almacén. Llegaron los demás hombres.
- Ay por dios – Uno de los veinte hombres dejo la pistola en el suelo asombrado, todo estaba en fuego. Una gran llama, estaba cerca de ellos el calor era impresionante.
Clarisse estaba sentada en el suelo, con sus manos en las rodillas. Rodeada de fuego, su mirada había perdido la cordura y sus ojos parpadeaban rápido tratando de asimilar lo que estaba pasando. Ni siquiera se dio cuenta del agua que estaba siendo arrojada hacia ella, ni cuando perdió la conciencia.
-
Estados Unidos
Clarisse abrió los ojos, miro sus pies con dificultad los cuales tenían una cuerda que no le permitían moverse, comenzó a moverlos rápidamente pero solo consiguió lastimarse. Sus manos igual ardían por lo áspero de la cuerda.
- No se quitará – Dijo una chica castaña la cual estaba atada de la misma forma.
Clarisse la ignoró completamente, se concentró y quiso quemar la cuerda, pero solo salió humo negro.
- Como – la chica castaña mientras se acercaba a ella arrastrándose en el suelo - ¿Cómo hiciste eso? – le susurró.
- Es inútil los poderes no sirven – hablo la chica sentada en una esquina su cabello parecía no estar lavado por días y tenía ojeras – antes de que se pregunten ¿Quién es ella? – Suspiro desinteresada – Ya lo hicieron ¿Podrían dejar de pensar un puto segundo? – se giró. – Me llamo Charlotte, ahora dejen de preguntar cosas idiotas y hagan algo para sacarnos de aquí
- ¿Quién te crees? – Se movió con dificultad gracias a la cuerda.
- Tranquila Kira – hizo una mueca de dolor. – Me duele mi cabeza por tantos pensamientos absurdos que tienen
- ¿Cómo sabes mi…?
- ¡Eso no importa niña! Quiero salir de aquí – Cerró los ojos y reposo su cabeza en la pared.
Clarisse miró a Kira con miedo, rápidamente bajo la cabeza. Mientras que Kira se giró para que no vieran su inoportuna lágrima de la impotencia no poder resolver la situación, mordía su labio para poder contener el llanto.
-
Rusia.
Nikolai miraba a su alrededor, la presión estaba en el aire si dirigía su mirada hacia el jurado eran expresiones de repulsión y enojo. Suspiro, mientras que el abogado en contra decía sus palabras, el no escuchaba nada solo sentía el odio de las personas hacía el y eso lo ponía furioso. Apretó la mandíbula y alzó la mirada.
- Mi cliente – el abogado tiró los documentos enfrente de Nikolai – solo quiere evitar que personas como el existan en este planeta. Este lo miró con una sonrisa victoriosa.
- Objeción señoría – dijo su abogado. – Si Nikolai Yasikov hubiera estado en presencia de la muerte del señor Ivanov, tendríamos algunas pistas de estrangulamiento o algún daño colateral el cual no tenemos…
El juez lo miró pensativo, pensó que podría estar libre de cualquier castigo impuesto por la ley, alzo los ojos esperando respuesta.
- El señor Nikolai Yasikov será castigado a 30 años de cárcel más pena de muerte – golpeo el mazo. El sonido del mazo fue directamente hacia sus odios como si todo se nublara a su vista. Miró al abogado salió rápidamente de los policías y comenzó a estrangularlo, mientras los guardias le tomaban los brazos para que parase.
-
Vió el paisaje de su ciudad natal mientras iba a prisión, en el autobús gris que tenía una reja separando al conductor del criminal, en este caso era el. Intento congelar las esposas, pero era inútil no tenía las ganas de lucha solo quería entrar a prisión y nunca salir. Siguió mirando la ventana cuando el autobús se detuvo, buscaba la razón por la cual este no seguía en movimiento, sin embargo vió a alguien golpeando al conductor, se impresionó. Quitaron la reja.
- ¿Nikolai Yasikov? – Preguntó el hombre con barba en toda la cara y lentes negros. No le dio tiempo de responder por la golpiza que obtuvo.
-
- Joven Hood – hablo Sullivan sorprendiéndolo.
- Señor Sullivan – dice serio.
- Que bueno que estas aquí – respondió sonriente – seguramente Schimidt ya le dijo el plan que tenemos – señalo a Schimidt.
- Si aunque no es… peligroso para quien poseen este tipo de deformidades moleculares me refiero a – se gira para mirar el microscopio – el ADN cambia completamente tal vez el cuerpo no sea capaz de manejarlo
- Tonto Hood – rio.
- ¿Disculpe? – Se giró para verlo disgustado.
- Aquí no se trata si es “peligroso” – hizo comillas con los dedos – o no – volvió reír – lo importante es que funcione querido Hood
Hood lo miró, Sullivan parecía que lo estaba retando.
- ¿Tienes una marca de nacimiento? – Dijo Sullivan curioso cruzando los brazos.
- Si – respondió Hood extrañado, lo miro sospechoso.
- Schmidt – Dijo con una gran sonrisa. – Todos los chicos estarán aquí a media noche
- Usted… ¿No va a estar aquí? – pregunto Schimidt, mientras que Hood solo los miraba dudoso.
- Tengo asuntos que atender – Dijo Sullivan mientras se ponía la chaqueta.
-
Psiquiátrico Piaget.
Miraba las paredes blancas y su pequeña cama la cual solo tenía una sabana blanca, respiro fuertemente mientras se sentaba en ella. El estúpido uniforme la tenia cansada, tomo un vaso de agua.
- Señora Mullagan – Entró una enfermera, quien le sonrió cálidamente. – Tiene una visita.
Evan la miro confundida ¿Quién la había venido a visitar? Si nadie lo había hecho en años, tal vez era su hermano. Quien por fin pudo recordar quien era ella. Llegó con una media sonrisa en la sala de visitas, tenía esperanzas pero no quería decepcionarse. Llegó a la mesa y lo vió.
- Hola Evan – una sonrisa malévola pero contenta, sabía quién era. Casi lloró enfrente pero se contuvo a mantener una postura firme.
Se sentó seria mientras intentaba que sus ojos no se volvieran rojos.
- ¿Cuánto tiempo querida Eva? – Volvió a sonreír. Ella bajo la cabeza.
- Mucho Sullivan – lo dijo mientras jugaba con su cabello totalmente nerviosa.
- Veo – rio – que este lugar si te puso como loca ¿No?
- ¿Qué? – Levanto la cabeza y lo miro con ira – tu fuiste el que me metió aquí y ¿a un pretendes que sonría delante de tuyo? – dijo susurrando pero apretando los dientes para no gritar.
- Por fin vas a salir – suspiró Sullivan.
- ¿Cómo? ¿Por fin les dijiste la verdad? – dijo con una sonrisa y emocionada.
- Saldrás para trabajar de mí – La miró mientras subía una ceja Evan se alejó.
- No – se levantó - ¡No lo haré! – gritó fuertemente y mientras se tocaba el cabello.
- Lo harás ya firme el papeleo – Se levantó con fuerza y grito con firmeza, se acercó a ella – Linda ¿Sabes cuál es la mejor parte? – Acarició su cabello mientras ella temblaba de miedo – usaras tus poderes.
Evan comenzó a gritar llamó tanto la atención que los enfermeros corrieron a darle un calmante, ella entre forcejeos cayó al suelo casi sin poder moverse, respiraba rápidamente.
- Tendré que comprar calmantes – suspiro se dio la vuelta y se marchó riéndose.
Evan solo lloraba débilmente antes de quedar dormida.
-
Sullivan caminaba por los pasillos junto con guardias a su alrededor, miró su reloj era la hora exacta, los pasillos con paredes metálicas resonaban alrededor del lugar. Las puertas reforzadas se abrieron dio un paso y cruzo los brazos.
Un chico cayó al suelo los guardias lo miraron por si acaso podría hacer algún movimiento, miró unos zapatos cafés mientras se levantaba.
- Aakashi Takeru – dijo Sullivan con una gran sonrisa y abriendo los brazos.
- ¿Quién es usted? ¿Por qué me trajo aquí! – Dijo gritando asustado alejándose de el.
- Takeru ¿En tu país no soportan el contacto físico verdad? Eres japonés me lo imaginaba – fingió decepción.
- ¿Quién es usted! – Dijo mas furioso.
Sullivan miró la puerta trasera traían a otro chico pero ahora dormido, lo dejaron en el suelo.
- Caleb Parsons ¿Por qué está en estas condiciones? – preguntó Sullivan molesto.
- Señor – bajo la cabeza – era demasiado rápido en unas ocasiones casi se escapa
- Es mi creación – rio Sullivan – es uno de los mejores. – lo miro con orgullo.
Takeru se acercó a Sullivan
- Deje las bromas para otro momento necesito saber porque me trajeron aquí
- Tranquilo Takeru – puso su mano en el hombro. – los demás llegaran enseguida
Takeru sacó espinas de su hombro dañando la mano de Sullivan, este se alejó del dolor y Takeru solo tenía una sonrisa burlona en su rostro.
- ¿Te crees con muchas agallas? – sonrió Sullivan a la par de él.
Se abrieron nuevamente las puertas, pero ahora los soldados parecía que sujetaban el aire.
- Oficial Frans, por favor – dijo Sullivan mirando prácticamente a la nada.
Rápidamente el oficial tomo su arma y dio un electrochoque al aire esto provoco que cayera al suelo un chico de cabello castaño, mientras se retorcía del dolor.
Takeru lo miro sorprendido.
- Así que vere esa cara de sorprendido por mucho tiempo – rio ligeramente Sullivan.
- ¡Quiero que me saque de aqui! – Takeru se acercó y su cara se transformo en un león que rugía.
- Comandante – Dijo Sullivan sin ningún rastro de miedo.
Los soldados tomaron de los brazos a Takeru mientras el rugía con mas fuerza enfrente de Sullivan.
- Chico, les haré la vida imposible – Sullivan lo miró directamente a los ojos.
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¡Hola! Me costó un poco escribirlo pero al final esta aquí espero que les guste ;)
La lluvia caía tan fuerte que Aurora rápidamente se puso su gorro y corrió a un establecimiento de comida. Con las manos en los bolsillos de su sudadera, vió un pequeño perro quien pasaba por las mesas de los clientes esperando que se apiadaran de él, ella levantó la cabeza hizo una mueca. Tomo al perro, al hacerlo los clientes la miraron extraño, se dirigió atrás del establecimiento miró a su alrededor para asegurarse que nadie la veía acomodó al perro en el suelo, este tenía lastimado un ojo y no podía caminar, ella suspiro.
- Tranquilo amigo, no eres el único dañado aquí – Se hinco para estar a la misma altura del perro, cerró los ojos y puso sus manos casi tocando las heridas profundas.
Se oyó un chillido del perro aunque en segundos después ya estaba meneando la cola viéndola con emoción.
- ¿Ya estás feliz? – Sonrió al verlo. Tomo algo de su mochila y se lo dio en la boca. – Ya no estarás tan hambriento.
Se giró mientras se ponía acomodaba su gorro nuevamente y dejo al perro quien ya estaba sano.
-
Estados Unidos.
Había hombres uniformados en línea uno tras otro. Enfrente se encontraba Sullivan quien tenia sus manos hacia atrás y miraba con ambición.
- Señor – se acercó casi susurrando.
- ¿Si? Schimidt – Respondió Sullivan mientras caminaba mirando a los soldados.
- No creo que se la manera – se acomodó los lentes – miré solo asustaríamos a la población de cada país en donde se encuentran – puso sus brazos cruzados. – hay métodos más convencionales.
- Señor Schimidt – se giró para verlo con una mirada prepotente – sin mí esto no existiría, no seriamos tan ricos como lo somos ¿Quién invento la cura para el cáncer? – fingió estar pensando. - ¡Claro fui yo!
- Usted también decidió esconder el método con científicos y doctores simplemente para privatizarlo y tener más dinero en su cuenta bancaría – Susurro Schimidt molesto, mientras lo miraba.
- ¿Quién diría? – Sullivan miro a la ventana, ignorando completamente a Schimidt – Todos estos jóvenes han tenido percances con la ley, esto lo ponen todavía más sencillo – rio victorioso.
Schimidt suspiro frustrado, estaba a punto de decirle algo pero solo apretó la mandíbula y dejo la habitación, llena de soldados que acatarían cualquier orden que Sullivan les ordenara.
-
Escocia
Llegó a la panadería, todas la miraban y odiaba eso. Se decía si misma mientras caminaba por los pasillos “Clarisse tranquila, solo es pedir y pagar” se repitió eso unas 10 veces. Tomo unos cuantos panes y fue a pagar estaba nerviosa, tanta gente eso no le gustaba. Quiso distraerse jugó con un pequeño papel pero sus nervios la traicionaron y comenzó a quemarlo, solo con el tacto de sus dedos rápidamente toco una y otra vez el papel pero solo se quemaba más, vio un pequeño vaso con agua, hizo que el agua saltará hasta el papel. La cajera la miro sorprendida y algo asustada, esto era lo que ella no quería comenzó a respirar muy rápido, pero entonces algo más llamo la atención de la cajera.
Eran como 20 hombres, los cuales se acercaban con armas a la panadería.
- ¡Rápido llamen a la policía! – gritó una señora de 40 años y con su hijo pequeño en brazos.
Una empleada tomó el teléfono del local y comenzó a llamar. Clarisse se quedó impactada, es como si todo se volviera en cámara lenta. Los hombres atravesaron las puertas de cristal. Clarisse corrió a esconderse abrió la puerta del almacén en ese momento vió a la empleada quien seguía llamando pero recibió una bala en la cabeza lo que la hizo caer al suelo inmediatamente. Clarisse estaba a punto de llorar y con manos temblorosas entro al almacén y cerró la puerta. Otra vez perdía la respiración se sentó en el piso perdiendo completamente la razón, oía disparos y gritos.
- ¡Donde está la pelirroja! – Le dijo un hombre con un arma en la mano.
- No lo se…al parecer desapareció – Contesto otro, con una manta que cubría su boca.
- No puede ser – Gritó. Había 10 personas en el piso aterrorizados de lo que les pueden hacer - ¡Tu niño cállate que no haré nada!
- La encontré – Gritó otro, quien ya se encontraba en el almacén. Llegaron los demás hombres.
- Ay por dios – Uno de los veinte hombres dejo la pistola en el suelo asombrado, todo estaba en fuego. Una gran llama, estaba cerca de ellos el calor era impresionante.
Clarisse estaba sentada en el suelo, con sus manos en las rodillas. Rodeada de fuego, su mirada había perdido la cordura y sus ojos parpadeaban rápido tratando de asimilar lo que estaba pasando. Ni siquiera se dio cuenta del agua que estaba siendo arrojada hacia ella, ni cuando perdió la conciencia.
-
Estados Unidos
Clarisse abrió los ojos, miro sus pies con dificultad los cuales tenían una cuerda que no le permitían moverse, comenzó a moverlos rápidamente pero solo consiguió lastimarse. Sus manos igual ardían por lo áspero de la cuerda.
- No se quitará – Dijo una chica castaña la cual estaba atada de la misma forma.
Clarisse la ignoró completamente, se concentró y quiso quemar la cuerda, pero solo salió humo negro.
- Como – la chica castaña mientras se acercaba a ella arrastrándose en el suelo - ¿Cómo hiciste eso? – le susurró.
- Es inútil los poderes no sirven – hablo la chica sentada en una esquina su cabello parecía no estar lavado por días y tenía ojeras – antes de que se pregunten ¿Quién es ella? – Suspiro desinteresada – Ya lo hicieron ¿Podrían dejar de pensar un puto segundo? – se giró. – Me llamo Charlotte, ahora dejen de preguntar cosas idiotas y hagan algo para sacarnos de aquí
- ¿Quién te crees? – Se movió con dificultad gracias a la cuerda.
- Tranquila Kira – hizo una mueca de dolor. – Me duele mi cabeza por tantos pensamientos absurdos que tienen
- ¿Cómo sabes mi…?
- ¡Eso no importa niña! Quiero salir de aquí – Cerró los ojos y reposo su cabeza en la pared.
Clarisse miró a Kira con miedo, rápidamente bajo la cabeza. Mientras que Kira se giró para que no vieran su inoportuna lágrima de la impotencia no poder resolver la situación, mordía su labio para poder contener el llanto.
-
Rusia.
Nikolai miraba a su alrededor, la presión estaba en el aire si dirigía su mirada hacia el jurado eran expresiones de repulsión y enojo. Suspiro, mientras que el abogado en contra decía sus palabras, el no escuchaba nada solo sentía el odio de las personas hacía el y eso lo ponía furioso. Apretó la mandíbula y alzó la mirada.
- Mi cliente – el abogado tiró los documentos enfrente de Nikolai – solo quiere evitar que personas como el existan en este planeta. Este lo miró con una sonrisa victoriosa.
- Objeción señoría – dijo su abogado. – Si Nikolai Yasikov hubiera estado en presencia de la muerte del señor Ivanov, tendríamos algunas pistas de estrangulamiento o algún daño colateral el cual no tenemos…
El juez lo miró pensativo, pensó que podría estar libre de cualquier castigo impuesto por la ley, alzo los ojos esperando respuesta.
- El señor Nikolai Yasikov será castigado a 30 años de cárcel más pena de muerte – golpeo el mazo. El sonido del mazo fue directamente hacia sus odios como si todo se nublara a su vista. Miró al abogado salió rápidamente de los policías y comenzó a estrangularlo, mientras los guardias le tomaban los brazos para que parase.
-
Vió el paisaje de su ciudad natal mientras iba a prisión, en el autobús gris que tenía una reja separando al conductor del criminal, en este caso era el. Intento congelar las esposas, pero era inútil no tenía las ganas de lucha solo quería entrar a prisión y nunca salir. Siguió mirando la ventana cuando el autobús se detuvo, buscaba la razón por la cual este no seguía en movimiento, sin embargo vió a alguien golpeando al conductor, se impresionó. Quitaron la reja.
- ¿Nikolai Yasikov? – Preguntó el hombre con barba en toda la cara y lentes negros. No le dio tiempo de responder por la golpiza que obtuvo.
-
- Joven Hood – hablo Sullivan sorprendiéndolo.
- Señor Sullivan – dice serio.
- Que bueno que estas aquí – respondió sonriente – seguramente Schimidt ya le dijo el plan que tenemos – señalo a Schimidt.
- Si aunque no es… peligroso para quien poseen este tipo de deformidades moleculares me refiero a – se gira para mirar el microscopio – el ADN cambia completamente tal vez el cuerpo no sea capaz de manejarlo
- Tonto Hood – rio.
- ¿Disculpe? – Se giró para verlo disgustado.
- Aquí no se trata si es “peligroso” – hizo comillas con los dedos – o no – volvió reír – lo importante es que funcione querido Hood
Hood lo miró, Sullivan parecía que lo estaba retando.
- ¿Tienes una marca de nacimiento? – Dijo Sullivan curioso cruzando los brazos.
- Si – respondió Hood extrañado, lo miro sospechoso.
- Schmidt – Dijo con una gran sonrisa. – Todos los chicos estarán aquí a media noche
- Usted… ¿No va a estar aquí? – pregunto Schimidt, mientras que Hood solo los miraba dudoso.
- Tengo asuntos que atender – Dijo Sullivan mientras se ponía la chaqueta.
-
Psiquiátrico Piaget.
Miraba las paredes blancas y su pequeña cama la cual solo tenía una sabana blanca, respiro fuertemente mientras se sentaba en ella. El estúpido uniforme la tenia cansada, tomo un vaso de agua.
- Señora Mullagan – Entró una enfermera, quien le sonrió cálidamente. – Tiene una visita.
Evan la miro confundida ¿Quién la había venido a visitar? Si nadie lo había hecho en años, tal vez era su hermano. Quien por fin pudo recordar quien era ella. Llegó con una media sonrisa en la sala de visitas, tenía esperanzas pero no quería decepcionarse. Llegó a la mesa y lo vió.
- Hola Evan – una sonrisa malévola pero contenta, sabía quién era. Casi lloró enfrente pero se contuvo a mantener una postura firme.
Se sentó seria mientras intentaba que sus ojos no se volvieran rojos.
- ¿Cuánto tiempo querida Eva? – Volvió a sonreír. Ella bajo la cabeza.
- Mucho Sullivan – lo dijo mientras jugaba con su cabello totalmente nerviosa.
- Veo – rio – que este lugar si te puso como loca ¿No?
- ¿Qué? – Levanto la cabeza y lo miro con ira – tu fuiste el que me metió aquí y ¿a un pretendes que sonría delante de tuyo? – dijo susurrando pero apretando los dientes para no gritar.
- Por fin vas a salir – suspiró Sullivan.
- ¿Cómo? ¿Por fin les dijiste la verdad? – dijo con una sonrisa y emocionada.
- Saldrás para trabajar de mí – La miró mientras subía una ceja Evan se alejó.
- No – se levantó - ¡No lo haré! – gritó fuertemente y mientras se tocaba el cabello.
- Lo harás ya firme el papeleo – Se levantó con fuerza y grito con firmeza, se acercó a ella – Linda ¿Sabes cuál es la mejor parte? – Acarició su cabello mientras ella temblaba de miedo – usaras tus poderes.
Evan comenzó a gritar llamó tanto la atención que los enfermeros corrieron a darle un calmante, ella entre forcejeos cayó al suelo casi sin poder moverse, respiraba rápidamente.
- Tendré que comprar calmantes – suspiro se dio la vuelta y se marchó riéndose.
Evan solo lloraba débilmente antes de quedar dormida.
-
Sullivan caminaba por los pasillos junto con guardias a su alrededor, miró su reloj era la hora exacta, los pasillos con paredes metálicas resonaban alrededor del lugar. Las puertas reforzadas se abrieron dio un paso y cruzo los brazos.
Un chico cayó al suelo los guardias lo miraron por si acaso podría hacer algún movimiento, miró unos zapatos cafés mientras se levantaba.
- Aakashi Takeru – dijo Sullivan con una gran sonrisa y abriendo los brazos.
- ¿Quién es usted? ¿Por qué me trajo aquí! – Dijo gritando asustado alejándose de el.
- Takeru ¿En tu país no soportan el contacto físico verdad? Eres japonés me lo imaginaba – fingió decepción.
- ¿Quién es usted! – Dijo mas furioso.
Sullivan miró la puerta trasera traían a otro chico pero ahora dormido, lo dejaron en el suelo.
- Caleb Parsons ¿Por qué está en estas condiciones? – preguntó Sullivan molesto.
- Señor – bajo la cabeza – era demasiado rápido en unas ocasiones casi se escapa
- Es mi creación – rio Sullivan – es uno de los mejores. – lo miro con orgullo.
Takeru se acercó a Sullivan
- Deje las bromas para otro momento necesito saber porque me trajeron aquí
- Tranquilo Takeru – puso su mano en el hombro. – los demás llegaran enseguida
Takeru sacó espinas de su hombro dañando la mano de Sullivan, este se alejó del dolor y Takeru solo tenía una sonrisa burlona en su rostro.
- ¿Te crees con muchas agallas? – sonrió Sullivan a la par de él.
Se abrieron nuevamente las puertas, pero ahora los soldados parecía que sujetaban el aire.
- Oficial Frans, por favor – dijo Sullivan mirando prácticamente a la nada.
Rápidamente el oficial tomo su arma y dio un electrochoque al aire esto provoco que cayera al suelo un chico de cabello castaño, mientras se retorcía del dolor.
Takeru lo miro sorprendido.
- Así que vere esa cara de sorprendido por mucho tiempo – rio ligeramente Sullivan.
- ¡Quiero que me saque de aqui! – Takeru se acercó y su cara se transformo en un león que rugía.
- Comandante – Dijo Sullivan sin ningún rastro de miedo.
Los soldados tomaron de los brazos a Takeru mientras el rugía con mas fuerza enfrente de Sullivan.
- Chico, les haré la vida imposible – Sullivan lo miró directamente a los ojos.
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¡Hola! Me costó un poco escribirlo pero al final esta aquí espero que les guste ;)
Celyn
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