el juego del ahorcado

Dicen que la tarea de un buen detective es descifrar el enigma que supone un asesinato con un número escaso de pistas sobre el caso. Suele estar formado de alguna forma por un conjunto de dos personas, en donde encontramos a una persona objetiva y otra más subjetiva, la compenetración de ambas indica la clave del éxito. Bueno eso que se lo digan a Drew. Desde hace nueve meses ha tenido la oportunidad de compartir la experiencia con el Detective J. Joy, un hombre malhumorado de cuarenta y tres años aficionado a fumarse una media de quince cigarrillos por día, aprensado a su preciada pistola, sumamente escéptico y con una manera de hablar de lo más aburrida.
Al principio pensó en que tal vez era por que había estado bastante solo desde que su anterior compañero falleció, sin embargo su amigo Nick ―el forense del departamento― asegura que siempre había sido así de rancio desde que había llegado, pero ante todo hay una frase que siempre usaba para alardear; trabajo mejor en solitario. Algo bastante irónico si tenemos en cuenta que el departamento municipal de la policía siempre había trabajado de esa forma, ¿no hubiera sido entonces mejor ser un detective privado? Algo tenía el señor Joy que lograba que a Drew sintiera curiosidad por su comportamiento, aun que habían rumores de que era por que él había trabajado con el FBI. Ella siempre solía sermonearle sobre su poca amabilidad o su gran semejanza con Alfred el forense de la serie televisiva Twin Peaks, pero él simplemente ponía los ojos en blanco y se sumía en el silencio.

― ¡Detective! ―exclamó la joven morena sentada sobre el coche de patrulla― ¿Que tal sus vacaciones, le han cambiado ese mal humor?
― Vaya Drew, veo que estas aquí. Juraba que estarías en casa por tu dosis extra como detective.
― Me temo que no se librará tan fácilmente de mi Detective Joy. Además, no es que haya exactamente una fila de personas aquí dispuestas a ser sus compañeros.
― Eso es por que trabajo mejor solo ―dijo después de soltar un suspiro― ¿Qué hay de nuevo para hoy?
―Al parecer el contenedor se ha precipitado sobre la víctima y ¡aterriza como puedas!
― Eso lo veo pero por que nos han asignado el caso, parece que alguno de los trabajadores ha tenido un error a la hora de trabajar con esta mercancía.
―Efectivamente, pero resulta que ocurrió a las cinco de la mañana y ninguno de los trabajadores tenía turno nocturno y el filamento de hierro de la grua se encuentra intacto. La causa de la muerte esta clara pero no parece casualidad, ¿no cree detective?
―Vuelve a la oficina para realizar el informe y envíalo a la zona de archivos, no merece perder el tiempo.

Si algo había que odiaba Drew era realizar documentos justificativos o hacer memorias, por lo que realizar el informe sobre un caso era casualmente lo que casi siempre le tocaba hacer por ser la novata. Así que voilá, otro más para la cesta. Se dedicó toda la mañana a acabar el par de informes de los días anteriores hasta el del día de hoy.

En muchas ocasiones ocurrían cosas como el caso de la chica aplastada, casos casuales los cuales dejaban que los jueces y seguros se ocuparan o simplemente eran archivados. Lo cierto es que la prometida vida de detective no se parecía en lo más mínimo a las aventuras de Sherlock Holmes o las travesuras de detective Conan. Era aburrido.

Sin embargo el caso de hoy hacía que le picara la nariz como si estuviera oliendo polen. Detuvo la mirada sobre la foto del escenario hasta que sus ojos se agrandaron tanto que pensó que le iban a salir de las orbitas. Era la clásica escena de el mago de oz cuando la bruja ha sido aplastada por la casa y dorita coge los zapatos rojos, de hecho en la fotografía solo quedaba un zapato puesto en los pies que sobresalían de la chica. No lo pensó dos veces y fue corriendo hasta la morgue donde se encontraba Nick.

― Oye Nicholas, ¿no te ha parecido extraño el caso de hoy?
― No es algo que se vea todos los días pero bueno he podido salir a respirar por la ausencia de Jonas, además he podido estar solo aquí bajo. ¿Sabes lo que es soportar a un viejo gruñón que no pare de dar ordenes? ―dijo mientras jugaba con el cuerpo sin vida y ella levantó una ceja a lo que él rió.
― Ya pero mira, es más que coincidencia que esta sea la misma fotografía que el fotograma del mago de oz del 39.
― Es demasiado morboso, hasta las medias y los zapatos son similares, ¿es que acaso han matado a una bruja? ―soltó el moreno riendo mientras le mostraba los objetos personales de la víctima empaquetados ― Lo cierto es que esto me recuerda bastante a otro caso, ¿recuerdas aquél hombre que se encontraron en un baúl?
― Si, el caso que cubrió Naill. Recuerdo que también llevaba dentro un reloj que simulaba el latido del corazón, algo bastante similar al relato del corazón delator solo que este además llevaba como una tela encima ―hizo memoria la joven mientras tomaba su mentón con la mano hasta venirle otra idea descabellada ― Lo cierto es que ese caso si bien lo piensas se parece mucho a la soga de hitchcok.
― Espera ¿crees que los casos están relacionados?
― ¡Que venga y me parta un rallo, pues claro!

La joven no podía evitarlo puesto que la emoción le venía de dentro, por fin tenía un caso de esos que tanto había deseado. Y no solo eso si no que parecía que tenía que ver con un asesino obsesionado con películas del cine por alguna razón y había decidido reproducir sus muertes. Sin embargo no le parecía que este se tomara tantas molestias sin dejar nada, al fin y al cabo esta serie de Moriarti suelen dejar pistas para que el juego resulte más sabroso.

Decidió acudir con Nick al lugar del incidente para ver si podían recopilar alguna otra cosa, sin embargo no encontraron nada más que restos de purpurina y la huella del cuerpo sobre el suelo. Drew se sentía decepcionada por su intuición, se suponía que esta vez tenía que pasar algo. Él insistió en invitarla a comer una hamburguesa en el bar de al final de la calle. Justo en la esquina delante de la obra había una pequeña tienda con los marcos de color rojo y el interior muy oscuro, ella se quedó mirando el reflejo del sol hasta que un rostro petrificado la asustó haciendo que gritara caracoles, al parecer era un mono disecado o algo por el estilo, peor que los que la bruja del oeste enviaba para capturar a Dorita, en el letrero recalcaba que se trataba de una tienda de objetos antiguos denominada: antigüedades Cooper.
Sin embargo siguió adelante.

Llamada entrante de Gargamel, descolgar.

― No se donde cojones estas Drew pero mueve tu culo hasta la oficina, sigues teniendo trabajo en tu mesa. Además creí haberte explicado que el correo personal debe llegar a tu domicilo, no al departamento. Acabo de comerme una charla de la capitana por culpa tuya y de la carta de ese tal Alfred, así que tienes dos minutos para salir de donde estés y llegar aquí.
― Joy es imposible que haya llegado nada para mi allí, esta todo domiciliado en mi apartamento ―corrigió a su superior hasta caer en la cuenta del nombre, al fin y al cabo no conocía a ningún alfred― ¿Puedes leérmela por favor?
― ¿Estás borracha? Ven aquí y la lees tu ¬―dijo con su voz ronca, ella le suplicó― Si cierras los ojos me ves y en tus peores pesadillas me sumiré. Hasta que tu corazón se paralice. ¿Recuerdas mi canción? Demonios Drew, que clase de amigos psicópatas te mandan estas cosas.
La primera oración le sonaba de algo, sin embargo lo de la canción le descolocaba un tanto. En ese momento un millar de películas se le venían a la mente pero ninguna parecía encajar, a no ser que fuera el argumento de la película..
― Pesadilla en elm street, la calle elm river. ¡Muchas gracias Joy nos vemos mañana!

Se fue sin pagar, era la primera vez que hacía un sinpa en la gran ciudad, pero en ese momento le daba lo mismo solo quería llegar en cuanto antes al lugar aun que por ello Nick se quedara por el camino y ella llegara a su destino con la mano de su amigo.
Después de atravesar un parque, casi ser atropellados por varios coches por cruzar cuando el semáforo se encontraba en rojo y veinte minutos corriendo llegaron a la Calle Elm River y ante ellos lo más espeluznante que había era una pequeña fábrica abandonada. Siguió su coraje y entró dentro.

Una sombra se postraba en el interior, era grande como un boxeador pero no tan alta como un jugador de baloncesto.

― ¡Alto ahí policía! ―gritó la joven a la figura apuntándole con la pistola.

Al voltearse se encontró con la inexpresiva cara de su compañero el detective Joy. El cual al escuchar a la joven parlotear sobre esta calle decidió ver que es lo que ocurría, cuando se fueron adentrando para inspeccionar el lugar el detective no daba crédito a las ridículas suposiciones de su joven compañera. Si bien era cierto que habían ciertas similitudes con respecto a los casos y sus explicaciones, pero sabía que había sido la ausencia de vacaciones lo que había hecho que la chiquilla se entretuviera con su imaginación para sacar tales conclusiones sobre casos de lo más sencillos. Sin embargo esa era una ocasión perfecta para luego recalcarle que le había hecho perder el tiempo con semejante misión estúpida.

La vela de esperanza de Drew se fue apagando cada vez que subían un piso y no encontraban más que restos de ocupas o escombros del edificio hasta llegar al último, su última oportunidad de haber hecho algo en el día de hoy. Al entrar no vio nada, solo se veían algunas sillas rotas y algunas ratas que huían de la luz de la linterna. Y todo se volvió oscuro, no conseguía volver a encender la luz. Con lo sencillo que hubiera sido tener una varita y decir lumos máxima o simplemente ir de día y no cuando estaba anocheciendo. Hacía más de cinco minutos que no sentía la presencia de ninguno de sus dos compañeros con ella. Entonces escuchó un ruido que tambaleó el suelo y seguido de ello los quejidos de alguien en apuros. Cuando encendió el móvil para iluminar se encontró a Joy sujetado por una soga en lo alto del techo y a su lado una figura delgada, que resultaba ser Nick.

― ¿Desde cuando llevas con esto?
― Dos meses aproximadamente y es bastante insultante e a la vez halagador, ya creía que no ibas a descubrir nunca el juego. Y así solo resultaba entretenido, no divertido ―explicó mientras se limpiaba las gafas― Apuesto a que te preguntarás ¿Por qué Nick, por que? ―dijo imitando una voz femenina mientras reía― Simple y meramente por aburrimiento. Pero como al fin y al cabo no me gustaría asesinar a un policía te voy a dar una pista para averiguar cual sería mi siguiente homicidio si no hubiera decidido acabar ya y así podrás salvar a tu compañero. Solo tienes que relacionar todas las pistas que te he estado dando el día de hoy, averigua quien es la persona que resultó asesinada. Es un nombre de seis letras.

En ese momento no sabía que habría sido de su cordura si la vida de un amigo no estuviera en juego, por que al fin y al cabo aun que sea reacio le aprecia, deseaba estrangularle.

― Vamos Drew, los minutos son cruciales para la vida de Joy. Además tu la conoces muy bien.

Volvamos atrás para repasar todas las posibles pistas, si ha seguido distintos tipos de muertes basadas en el mundo visual por lo que lo que lleve a las anteriores películas no contiene relación con esta otra. ¿Qué era lo que había pasado hoy? Había descubierto un asesinato de una joven en ropa interior con calcetines a rayas y zapatos rojos, había pasado por una calle con una tienda de antigüedades, se había comido una tarta de cerezas en vez de una hamburguesa y había llegado hasta la calle elm river.

Fue como si de repente la existencia de dios se hubiera probado pues la joven había descubierto la respuesta.

― Palmer, Laura Palmer.
― ¡Y mil puntos para grifindor! ―exclamó él aplaudiendo― Es una pena que en realidad no vaya a soltarle, básicamente por que no tengo con que cortar la cuerda o romper el mecanismo

Bam, su pistola se prendió para situar la bala sobre el hombro de Nick y que este cayera al suelo. Corrió hasta donde estaba la palanca y la cuerda y rompió a balazos el mecanismo hasta que su compañero cayó al suelo de boca.

― ¿A la próxima podías ser tan amable de hacerlo más suave por favor? ―dijo una vez se había puesto de pié y estaba esposando al moreno― bien hecho detective
― Vale, pero quiero un helado azul con extra de nubes y unas vacaciones

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