getting married » larry stylinson (os)

Nuestra historia comenzó antes de que pudiéramos darnos cuentas, pudimos escaparnos de eso si solo lo hubiéramos visto cerca. Fue todo tan repentino que ni cuenta me di cuando aquí estaba al lado tuyo siendo observados por tantas personas que nosotros consideramos importantes para presenciar este momento. 
Solo un beso tuyo me llevaría a este punto, claro, sin contar las caricias y tus elogios a mi persona que por supuesto, no me creí ninguno. Tu decías que si millones de personas también lo decían debía de ser verdad pero no me interesaba, solo quería ser bonito para ti. 
Tu voz chillona pronuncio palabras que no solo escucharon mis oídos, si no mi corazón, este latía rápidamente tratando de salir de mi pecho. Mis ojos lagrimeaban por esos dulces versos de una hermosa poesía que al parecer ya ensayaste pero aun así te veías nervioso como si no supieras que decir.
Por fin hable y tú estabas tan sonrojado, precioso. Estaba gustoso de saber que solo yo puedo provocar eso en ti, al igual que esa sonrisa y más aún esos pestañeos constantes tratando aun de coquetearme; parece que no entiendes que ya estoy en tus redes desde el primer día que mis ojos verdes vieron el azul del mar que son los tuyos.
Siempre dijiste que yo no era muy romántico, y estoy de acuerdo, obviamente trate lo mejor de mí y te conformaste con eso. Hoy parece que cumplí con lo prometido porque parecías querer saltar a mis brazos y besarme por lo que estaba pronunciando, estaba muy feliz por eso. Ver tus manos jugar en nerviosismo me hizo sonreír y trabarme con las palabras. 
Nuestras familias nos observaban con felicidad por este paso que estábamos dando, ¿Es lo que soñamos no es así? Y realmente estoy muy feliz de poder estar así contigo, ¿A quién le agradezco? ¿El destino? ¿Dios? 
Termine mi discurso y ambos juntamos nuestras manos mirándonos con tanto amor que nadie en su maldita vida podrá alcanzar porque yo te amo, Louis, te amo. Todas esas cosas que nos separaron, que nos impedían amar correctamente, pero era nuestra forma de amar. No hay excusa en el mundo de que no se puede, nosotros lo logramos y ellos también pueden. 
No voy a negar que el día que al fin dijimos al mundo que estábamos juntos fue el mejor día de mi vida, pero también tengo que decir que fue el peor. Si, el peso sobre mis hombros cayo al fin pero entonces temí perderte como nunca antes lo había hecho. Si, te enojaste por ser posesivo y celoso. Confiaba en ti, pero no en ellos. 
Lo siento por ser un idiota.
Pero yo sé que amas a este idiota que traes loco, Louis. 
Miramos ambos al frente siendo interrumpidos de nuestra burbuja. El juez que nos casaba solo sonrió y prosiguió la ceremonia. Te mire de reojo y de nuevo me sorprendí que pudiera haber tanta hermosura en una persona. Eres perfecto antes mis ojos bebé. 
La ceremonia era lenta para mi gusto pero la disfrutaba porque mi sueño era casarme y tener hijos, aunque tú decías que no hacía falta el matrimonio para saber que me pertenecías. Aun así diste el paso y me lo pediste y nunca había estado más feliz en mi vida, claro, no hasta este momento. 
Ambos dijimos si, para confirmar una vez más que siempre sería un sí.
Te bese, me besaste, nos besamos. Nos trasladamos a mil estrellas en ese momento, como siempre, cualquier beso se siente como el primero. ¿El significado de tal expresión? Simple, nuestro primer beso fue mágico, no el momento claro, no fue muy romántico que digamos, pero ambos sentimos todo un mundo salvaje en nuestro interior. 
Cuando nos separamos sostuve tu mejilla acariciándola y luego deje un pequeño beso en tus labios. Tú eras el dominante en todo, pero desde que soy más alto que tú simplemente decidiste ser el inferior delante de la gente; te sonrojabas  y yo me encargaba de proteger a mi chico, obviamente tú también tenías tus actitudes aunque fueras el más chico. Pero cuando estábamos en la cama sí que yo era el inferior y tú eras solo el dominante en todo, y amaba verte en esa posición amor. 
Procedimos a bajar de allí y saludar a todos, luego nos encaminamos a nuestra limusina para que nos lleve donde sería la recepción del lugar. Todos nos siguieron en sus autos atrás haciendo un terrible lio en el trafico pero ya que.
–Amor, ¿Puedes creerlo? –Me dijiste arrodillándote y mirando por la ventana trasera, sonreí y agarre tu cintura para sentarte sobre mi regazo. Sonreíste y enganchaste tus manos en mi cuello –Te amo muchísimo, Harold. –negué por el apodo.
–Oh vamos Lou –reíste y yo también lo hice –También te amo, bebé. –con un beso terminamos la conversación, o bueno varios besos.