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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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I wish. {O.S
O W N :: Originales :: Originales :: One Shot's (originales)
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I wish. {O.S
- Ficha.:
- ● Titulo: I wish.
● Autor: Cereal, Maggy, anyway.
● Adaptación: No, aunque una parte se basó en la canción "I wish" de 1d.
● Género: Romance, drama, de todo un poco.
● Advertencias: Escenas subidas de todo, una parte es muy ligeramente erótica, nada fuera de lo normal.
● Otras páginas: No.
El frío comienza a consumirse por todo mi cuerpo, me abrazo a mí misma, tratando de mantener mi temperatura normal, tal vez y la vestimenta que llevo no es apropiada para la ocasión, en poco tiempo comenzará a llover, y yo sigo aquí, caminando como una completa idiota hacia ningún lugar exacto, sé que matarme no es la mejor opción, aunque lo llegué a pensar hace unos minutos, pero es una tontería deshacer mi vida por cosas insignificantes de una adolescente, no sé por qué últimamente todo me ha salido mal; sin darme cuenta, estoy en frente de la casa de mi mejor amigo, la última persona que quisiera verme en toda su vida.
Pienso una y otra vez sí debería de llamarlo, mi cabeza daba vueltas desde hace una semana, todo es un lío. Me siento en la barda de su casa, pensando en cómo puedo solucionar todos los errores que he cometido, esto es tan frustrante; siento que descienden pequeñas gotas sobre mis brazos y piernas desnudas, lo que me faltaba. Hundo mi rostro en mis manos, tratando de evitar mis lágrimas, pero es imposible, todo es una mierda.
—Hey, no deberías de estar aquí, te puedes enfermar. —musita aquella voz que tanto ansiaba por escuchar, rápidamente borro mis lágrimas, y miro hacia el suelo, tratando de esquivar su mirada.
—Lo siento yo… ya me iba, ni siquiera sé cómo llegué aquí, lo siento de verdad. —trato de irme, él me sostiene el brazo con sus fuertes manos, delicadamente, toma mi rostro, haciéndome ver sus hermosos ojos.
—No quiero que te vayas Bree. —mi corazón comienza a acelerar, provocando que todo mi cuerpo reaccione impulsivamente. Me acerco a él, lo abrazo sin pensar en cuál sería su reacción, y la verdad es que no me importa, porque lo necesitaba más que nunca, Nathan acepta mi abrazo, acaricia mi cabello, para tratar de calmarme, como siempre lo hacía, me hundo en su pecho, aspirando el delicioso aroma que siempre suele traer. Nuestras miradas se conectan, comienza a caer un diluvio, no estoy tan abrigada, comienzo a tiritar del frío, me abraza aún más fuerte, acercándose a mí y acortando toda distancia entre nosotros, chocando nuestras respiraciones, no deja de mirarme al igual que yo, no puedo abstenerme más y lo beso, uniendo sus labios con los míos, dejando que la lluvia nos consuma y olvidando qué pasa al rededor. Lo deseaba, y estoy segura que él sentía lo mismo, lo único que quiero es estar con él por lo menos un rato, mandar al diablo todo lo demás, y eso haré. Nathan abre la puerta de su casa, ambos nos introducimos ahí, aún sin apartar nuestros labios; sin darme cuenta llegamos a su habitación, nos separamos un poco, para poder respirar, pero al instante realizamos la misma acción de un rato. Me posiciono arriba de él, deshaciéndome de su polo, al igual que de su pantalón, él realiza el mismo acto, dejándonos solamente en ropa interior, inicia una serie de besos por todo mi cuerpo, enseguida esfumamos nuestras últimas prendas y Nathan cambia de posición, colocándose encima de mí, se aleja unos segundos, para mirarme de arriba abajo.
—Eres hermosa, no tienes idea de cuántas veces ansié tenerte así, como ahora. —murmura sobre mis labios para volverme a besar, me limito a sonreír y al instante su miembro adentra sobre mi parte, embistiéndome una y otra vez. Todo es tan perfecto, pareciera un sueño, un sueño en el cuál, sé que pronto despertaré y entraré en la realidad de siempre.
Miro el reloj, son las 6 a.m. y Nath aún sigue dormido, se ve tan lindo así, tiene una mirada angelical no entiendo cómo es tan perfecto, en realidad, sí entiendo, me hace pensar un momento en lo maravilloso que sería despertar y verlo a mi lado todos los días, quisiera abrazarlo y confesarle todos mis sentimientos, pero sé que eso es inútil, las cosas no son nada fáciles, al concluir la universidad, él se casará con Samantha y tal vez yo haga lo mismo, casarme con Dylan, no quiero terminar siendo la idiota, que espera al amor de su vida, por si algo sale mal; sigo desnuda al igual que él, no quiero irme y hacer como si nada sucedió, pero así tiene que ser, con suma precaución me pongo mi ropa, busco una libreta y una pluma:
Varias lágrimas descienden sobre mi rostro, yo sola me estoy torturando, y no puedo seguir aquí, sino cometeré algún error, como hablarle y decirle alguna locura. Suelto un largo suspiro cuando finalmente cierro su casa, pensando en que todo terminó; aún sigue lloviendo, es como si el cielo se consolidara conmigo y ambos nos pusiéramos a llorar, río al recordar de aquellas ocurrencias que tenía con él cuando éramos tan unidos. Afortunadamente le robé una chamarra gruesa, para que pudiera abrigarme del frío, era mi favorita, como no está tan lejos su casa de la mía no tardo mucho en llegar. Finalmente llego a mi hogar, mis padres se fueron de vacaciones al igual de los de Nathan, ellos siempre se han llevado tan bien, pero estoy sola, como siempre.
—Hola linda. —contesta Dylan del otro lado del teléfono. —Sólo quería recordarte que a las siete pasaré por ti, así que espero que estés lista.
—No te hubieras molestado, de cualquier forma hace dos días ya nos habíamos puesto de acuerdo.
—Lo sé, pero era una buena excusa para escuchar tu voz.
—Bueno, yo también quería escuchar la tuya, en un rato nos vemos.
—Te quiero Bree.
Cuelgo, y una mueca se posiciona en mí, no puedo decirle algo que no me nace, estas últimas semanas no han sido nada fáciles, no me siento bien por haberlo engañado, pero me prometí a mí misma, que haría todo de mi parte, después de todo lo que hemos pasado, llevamos tres meses saliendo y él es una buena persona, no quiero arruinarlo. Hoy es un día especial, va a ser el baile de graduación, y en dos días viajaré con él a Suiza, estoy entusiasmada. Nuevamente suena mi celular, pienso que se trata de él otra vez, tal vez y me comporté algo grosera, contesto sin mirar el número, ¿quién más me podría llamar?
—Dylan, se me olvidó decirte que yo también… te quiero, mucho y no puedo esperar por verte.
—Deberías de revisar tu verificador antes de contestar. —al escuchar su voz me quedo paralizada, no sé qué carajo decirle, soy una estúpida.
—Yo, lo siento, cómo él es la única persona que le preocupo y que me marca para saber si estoy bien, pensé que se trataba de él, no volverá a pasar. ¿Para qué me llamaste?
—Para nada, quería saber una cosa, pero ya lo concluí, buena suerte, ah y gracias por tu carta, de cualquier forma no necesito tu supervisión para casarme con Sam.
—Nath… —no puedo terminar de hablar, ya había colgado, tal vez eso era lo mejor, las cosas pasan por algo y yo ya había tomado mi decisión, además, de que se portó como un idiota con migo.
El timbre resuena por toda la casa, hoy es mi día, el penúltimo en el que dejo de ser una estudiante y doy un gran paso, quiero que sea perfecto. Antes de abrir me miro de arriba abajo, al parecer me gusta cómo me veo, un vestido largo, escotado de color rojo con pequeños detalles la parte de adelante deja que se vean mis piernas, toma un vuelo muy lindo, después de tanto batallar con mi peinado, decidí en hacerme algo casual, dejármelo lacio pero con unas pocas ondas para verse diferente, llevo maquillaje a la perfección, no es tan exagerado pero tampoco es normal, por primera vez, me siento cómoda conmigo misma, doy un largo suspiro, tomo mis cosas y por fin decido en bajar; sin más, abro la puerta y Dylan está ahí, mirándome sorprendido y con una sonrisa de oreja a oreja.
—Te ves, muy hermosa. —con precaución se acerca a mí, tomándome de la mano, haciéndome sonrojar.
—Tú igual te miras muy bien. —respondo su cumplido, y deposito un corto beso en sus labios. Me abre la puerta de la limusina, dejándome subir, y enseguida él hace lo mismo, ambos nos miramos y soltamos una risita. Durante el trayecto al baile, el uno y el otro charlamos de diferentes temas, y una que otra vez me daba un beso, pero algo en lo que no podía dejar de pensar y me atormentaba cada segundo era él, Nathan.
Al llegar al lugar, hacemos lo común, tomarnos fotos como recuerdo, hablar con nuestros amigos, entre otras cosas.
— ¿Quieres bailar? —indaga amablemente, comienza a sonar This i promise you de N’sync, al instante siento una horrible punzada en mi corazón ¿porqué justamente esta canción? por un momento, llego a pensar que el destino no está aliado conmigo; recuerdo que hace seis meses Nathan y yo bailamos esa canción.
—Bueno, ya que nuestras citas salieron del asco, por lo menos, deberíamos de bailar. —dice, mostrándome una amplia sonrisa, tratando de hacerme sentir mejor.
—¿Es enserio Nathan? —respondo divertida. —Eres dos pies izquierdos.
—¡Vamos Bree! es una canción lenta, ¿no recuerdas que mamá me enseñó a bailar ese tipo de piezas? —hago una mueca, pensando, en si era apropiado aceptar la invitación de mi amigo, pero, nada podría salir peor de lo que ya había resultado la noche de hoy.
—De acuerdo, solamente, espero que no me pises. —le sonrio alegre, él me devuelve la acción, se para del asiento, me toma de las manos y literalmente me arrastra a la pista. Enrosco mis brazos sobre su cuello, mientras que él toma mi cintura; la melodía suena tranquilamente, y todas las parejas se unen bailando lentamente la canción.
—I'll be you strenght I'll give you hope keeping your faith when is gone. —murmura aquella parte, haciéndome saber, que esa pequeña frase me la dedica, dejo salir una pequeña lágrima, acercándome a su pecho y dejándolo ahí, aún sin dejar de bailar. —Eres mi mejor amiga Bree, no quiero perderte nunca. —alzo la mirada, y le regalo una pequeña sonrisa.
—Y tú eres mi mejor amigo, sabes que nunca me perderás tonto. —lo miro directamente a los ojos, quedándome perpleja, a decir verdad es muy hermoso, todo de él es tan perfecto, y es ahí, cuando miro sus labios, él no deja de sonreír, y siento que voy a morir, me estoy confundiendo, él es como un hermano, pero ahora que estamos cerca, bailando, por alguna extraña razón me siento atraída por él. Me acerco aún más hacia Nathan, nuestras respiraciones chocan, cierro los ojos, el alcohol comienza hacer efecto en mí, realizo aquella acción que nunca hubiera pensando realizar en mis cinco sentidos.
—Tierra llamando a Bree, ¿estás ahí hermosa? —murmura Dylan, logrando absortarme de mis pensamientos, inmediatamente despejo aquellas ideas, y sin dudarlo le contesto amablemente, ambos nos levantamos de los asientos y nos dirigimos a la pista; la canción sigue sonando, nos posicionamos para poder bailar, una mano la posiciona en mi cintura y entrelaza la otra con la mía, mientras tanto, pongo mi mano en su pecho, nos dejamos llevar por la melodía, a pesar que mi corazón se fuera quebrantando poco a poco, recordando como por una estupidez mía iba a perder a la persona que más he querido, me recargo en su pecho, cierro los ojos, y por alguna maldita razón siento que estoy bailando con Nath, trato de deshacer aquellas ideas tan absurdas, alzo la mirada, y se conecta hacía él, quién me mira detenidamente, sosteniendo un vaso el cuál, supongo lleva alcohol; lo observo por unos minutos, logrando que nuestras miradas solamente se vean así mismas, no me atrevo a realizar gesto alguno, lo único que puedo es limitarme a pensar que esta sería la última vez que lo voy a ver, debo dejar de torturarme, cambio mi vista hacia otro lado y qué mejor remedio que contemplar a mi novio, aquél me está divisando, le regalo una sonrisa y sin pensarlo lo beso, tratando de olvidar o mejor dicho, trantando de olvidarlo, Dylan responde aquella acción, realizando una sincronía de nuestros labios, espío con cautela, si él me está viendo, y es correcto, su mirada se ve triste, lo único que hace, es contemplar la escena. Soy una perra.
Después de pasar un largo rato en el baile, mi novio decidió en llevarme a mi hogar, ya es algo tarde.
—Espero que te la hayas pasado bien. —dice, al despedirse de mí, en la puerta de mi casa.
—Y así fue.
—¿Te puedo preguntar algo? —asiento despreocupada. —¿Tú me amas? o bueno, ¿sientes algo por mí?
—¿Por qué preguntas eso?
—Bueno, la verdad es que eres importante para mí Bree, y no sé, a veces creo que solamente lo tomas como un juego, sé que al principio me porté como un idiota, pero enserio me importas y quiero arreglar todo el daño que te causé, eres esa chica perfecta que todos desearían tener, al principio no lo valoré, pero ahora, quiero darte todo lo mejor, quiero que olvides todo lo malo, y conozcas al nuevo chico, que te quiere dar todo. —exactamente, Dylan, fue el que se besó con la cita de Nathan, y por eso, aquél baile, del año pasado fue un asco.
Arreglarme no es lo mío, pero él de verdad me gusta, sé que es uno de los chicos más populares de la escuela, y me invitó a mí, aún no lo podía creer.
—¿Que tal tu cita? —cuestiona Nathan, llegándome de sorpresa.
—Hasta ahora, no he realizado algo tonto, espero que así sea toda la noche, estoy nerviosa ¿sabes? el enserio me gusta. ¿Y tú?
—Sabes que todo saldrá bien, eres una buena persona, pulga.
—Carajo, me sudan las manos Nath, siento que en algún momento esto saldrá mal.
—Me encanta tu positivismo, ven, deja de pensar en cosas absurdas y acompáñame por ponche, dicen que está adulterado. —me alienta para hacerme sentir mejor, no es que me guste tomar, pero una vez en cuando, no está mal, los dos nos dirigimos hacia las bebidas, y me encuentro con una sorpresa. —Bree, mejor vámonos. —mi amigo me toma por el brazo, tratando de llevarme a otro lugar, me zafo de su agarre, tomo mi bebida y me voy a donde está Dylan, riego ponche sobre ellos dos, logrando que ambos se despegaran y la idiota de Lucie suelte un chillido.
—Perdón, no quise hacerlo. —digo sarcásticamente, tengo tantas ganas de arrancarle el cabello a esa zorra, y no solo porque se besó con el chico que me gusta, además engañó a Nathan, con mi mejor amigo no se mete nadie. —Eres un asco, y yo soy una estúpida por creer que eras una buena persona, pero ya me di cuenta que no, mejor vete, antes de que te mate, o haga que jamás tengas progenitores. —sale corriendo detrás de la maldita pelirroja artificial.
—Goau, jamás había conocido esa parte tuya. —ríe Nathan, con sus largas manos, me toma de ambos brazos para tratar de calmarme. —¿Estás bien?.
—No, son unos idiotas. ¿Tú estás bien? lamento que todo saliera mal. —me regala una ancha sonrisa, sin darme cuenta, comienzo a llorar.
—Tranquila pulga, ese idiota no te merece.
—Ah, eso, ya lo había olvidado, no te preocupes, no soy rencorosa, y créeme que ya me he dado cuenta que has cambiado.
—Quería hacer esto más formal, pero bueno, no quiero esperar más. —da un suspiro y me mira a los ojos, tomándome de la mano. —Bree Elizabeth Wilson Moore, ¿me harías el honor, de ser mi esposa?
Pensé que la pregunta más difícil, había sido la que me realizó la maestra Williams, cuando me aplicó el examen oral, el cuál dependía mi calificación, pero esto superaba mis expectativas; no es que sea una mala persona, pero realmente no me quiero casar, no estoy embarazada, mis padres no quieren que esté con él por dinero, no entiendo el porqué me siento tan forzada, en decirle que sí.
—Yo, no sé que decir. ¿No crees que vamos muy rápidos? te quiero mucho, pero no estoy lista para dar ese paso tan grande. —soy una pésima persona, pero no puedo estar con alguien que no amo, por siempre, toma un largo suspiro, retira el anillo que me había mostrado y lo guarda en su bolsa.
—¿En qué estaba pensando? perdón, soy un idiota.
—No te digas así, no eres nada de eso, pero no estoy lista Dylan, quiero conocerte más y ya sabes, dar ese gran paso.
—Te entiendo, creo que es algo tarde, mañana nos vemos linda. —deposita un corto beso en mis labios, e inmediatamente se retira de mi hogar, soy una horrible persona.
Finalmente, llego a mi asiento, no tengo humor de nada, hoy más que nunca era uno de los peores días de mi vida, es 18 de Marzo, seguramente, Nathan se ha de estar arreglando para casarse, pero ¿a quién le importa? a mí no, solamente es cuestión de esperar un poco y superarlo, él no es el único hombre en el mundo.
Me pongo los auriculares, cierro los ojos, para poder dormir, no tengo la menor idea de porqué todo me está saliendo tan mal, por esa razón deseo viajar, salir de la rutina...
Una hermosa melodía comienza a sonar por todo el lugar, es una canción bastante hermosa, al parecer alguien estaba cantando en el avión, pero ¿qué? ¿un cantante en el avión? esto no es nada común, además de que ese sonido acapara mi atención, aún sigo con los ojos cerrados; pero esa melodía me resulta familiar.
—I know I'm an idiot, but please do not leave my side me. —¿Enserio era él? abro los ojos preocupada, y con el corazón latiendo cada vez más fuerte, miro por todos lados, pero únicamente se muestra una pantalla grande, la cuál es algo parecido a un cortometraje, me doy cuenta, y salgo ¡yo! con Nathan, desde que éramos pequeños, algunas son fotos, otros son vídeos, y cada recuerdo lo tengo presente en mi memoria, no digo palabra alguna hasta que por fin termine la secuencia.
No me quiero dar cuenta que perdí al amor de mi vida demasiado tarde, por favor, no me dejes, tú eras la única persona que me hacía sentir que todo esto fuera un sueño y la verdad, es que te amo Bree.
Y él está ahí, mirándome como sabía hacerlo, mis piernas tiemblan, mi corazón late tan fuerte, que pareciera salirse de mi pecho; en una mano, lleva un ramo de tulipanes, mis favoritos, varias lágrimas descienden de mi rostro, dejándome sin palabras.
—¿Que dices? ¿me podrías dar una oportunidad? hacerte saber que tú eres quién siempre había esperado, pero tontamente no me había dado cuenta.
—¿Y Samantha? —murmuro.
—Todo fue una falsa y yo estúpidamente caí, te amo Bree, de verdad, te amo. —todos los presentes nos miran con ternura, diciendo miles de cosas, aturdiendo una vez más a mis pensamientos, pero primero está mi orgullo.
—¿Porqué haces esto?
—¿Qué cosa? —me regala una sonrisa aún sin entender.
—No es fácil, me siento como tu segunda opción, recién terminé con Dylan, y ahora llegas tú...
—Sabes que no es así, siempre has sido tú, eres la única chica me ha hecho sentir así, tan seguro de mí mismo y si no es contigo con quien siempre estaré, no quiero que sea con nadie, solo te pido una oportunidad y si vez que nada ha cambiado puedes hacer lo que te apetezca, yo sé que me quieres de la misma forma que lo hago yo. —no paro de llorar.
—Eres un idiota. —lo abrazo como hace tiempo no lo hacía, y enseguida nos besamos, haciéndome sentir tranquila e inmensamente feliz. —Prométeme que jamás me volverás a dejar. —susurro.
—Te lo prometo, siempre serás mi mejor amiga, y el amor de mi vida, te amo Bree, demasiado. —no puedo dejar de sonreír, sé que de ahora en adelante, todo me saldrá bien, estoy con la persona que siempre soñé, y ya no puedo pedir más.
—Yo te amo más Nathan.
Pienso una y otra vez sí debería de llamarlo, mi cabeza daba vueltas desde hace una semana, todo es un lío. Me siento en la barda de su casa, pensando en cómo puedo solucionar todos los errores que he cometido, esto es tan frustrante; siento que descienden pequeñas gotas sobre mis brazos y piernas desnudas, lo que me faltaba. Hundo mi rostro en mis manos, tratando de evitar mis lágrimas, pero es imposible, todo es una mierda.
—Hey, no deberías de estar aquí, te puedes enfermar. —musita aquella voz que tanto ansiaba por escuchar, rápidamente borro mis lágrimas, y miro hacia el suelo, tratando de esquivar su mirada.
—Lo siento yo… ya me iba, ni siquiera sé cómo llegué aquí, lo siento de verdad. —trato de irme, él me sostiene el brazo con sus fuertes manos, delicadamente, toma mi rostro, haciéndome ver sus hermosos ojos.
—No quiero que te vayas Bree. —mi corazón comienza a acelerar, provocando que todo mi cuerpo reaccione impulsivamente. Me acerco a él, lo abrazo sin pensar en cuál sería su reacción, y la verdad es que no me importa, porque lo necesitaba más que nunca, Nathan acepta mi abrazo, acaricia mi cabello, para tratar de calmarme, como siempre lo hacía, me hundo en su pecho, aspirando el delicioso aroma que siempre suele traer. Nuestras miradas se conectan, comienza a caer un diluvio, no estoy tan abrigada, comienzo a tiritar del frío, me abraza aún más fuerte, acercándose a mí y acortando toda distancia entre nosotros, chocando nuestras respiraciones, no deja de mirarme al igual que yo, no puedo abstenerme más y lo beso, uniendo sus labios con los míos, dejando que la lluvia nos consuma y olvidando qué pasa al rededor. Lo deseaba, y estoy segura que él sentía lo mismo, lo único que quiero es estar con él por lo menos un rato, mandar al diablo todo lo demás, y eso haré. Nathan abre la puerta de su casa, ambos nos introducimos ahí, aún sin apartar nuestros labios; sin darme cuenta llegamos a su habitación, nos separamos un poco, para poder respirar, pero al instante realizamos la misma acción de un rato. Me posiciono arriba de él, deshaciéndome de su polo, al igual que de su pantalón, él realiza el mismo acto, dejándonos solamente en ropa interior, inicia una serie de besos por todo mi cuerpo, enseguida esfumamos nuestras últimas prendas y Nathan cambia de posición, colocándose encima de mí, se aleja unos segundos, para mirarme de arriba abajo.
—Eres hermosa, no tienes idea de cuántas veces ansié tenerte así, como ahora. —murmura sobre mis labios para volverme a besar, me limito a sonreír y al instante su miembro adentra sobre mi parte, embistiéndome una y otra vez. Todo es tan perfecto, pareciera un sueño, un sueño en el cuál, sé que pronto despertaré y entraré en la realidad de siempre.
Miro el reloj, son las 6 a.m. y Nath aún sigue dormido, se ve tan lindo así, tiene una mirada angelical no entiendo cómo es tan perfecto, en realidad, sí entiendo, me hace pensar un momento en lo maravilloso que sería despertar y verlo a mi lado todos los días, quisiera abrazarlo y confesarle todos mis sentimientos, pero sé que eso es inútil, las cosas no son nada fáciles, al concluir la universidad, él se casará con Samantha y tal vez yo haga lo mismo, casarme con Dylan, no quiero terminar siendo la idiota, que espera al amor de su vida, por si algo sale mal; sigo desnuda al igual que él, no quiero irme y hacer como si nada sucedió, pero así tiene que ser, con suma precaución me pongo mi ropa, busco una libreta y una pluma:
Ni siquiera sé cómo empezar, no tengo una idea tan precisa pero te diré todo lo que siento a pesar de que ya es tarde, dime cobarde por no poder decirte todo esto en persona pero no puedo hacerlo, no quiero destruir la ilusión de una persona, no quiero que un bebé se quede sin padre por mi culpa. Jamás sabré cuales fueron tus sentimientos por mí, estos doce años de amistad lo han significado todo, tú eres el chico perfecto que cualquiera desearía tener, y la verdad es que esta noche ha sido la mejor de mi vida, yo no te merezco, cuando tuve la oportunidad de estar contigo jamás la aproveché, dime estúpida porque es la verdad, ahora que tengo todos mis sentimientos claros ya no se puede hacer nada, y a partir de hoy ya no estaré en tu vida, solo me queda decirte que de todo corazón deseo que estés bien, que seas muy feliz… aunque no sea conmigo, porque eso es lo único que me importa, tu felicidad.
Te quiere, Bree.
Te quiere, Bree.
Varias lágrimas descienden sobre mi rostro, yo sola me estoy torturando, y no puedo seguir aquí, sino cometeré algún error, como hablarle y decirle alguna locura. Suelto un largo suspiro cuando finalmente cierro su casa, pensando en que todo terminó; aún sigue lloviendo, es como si el cielo se consolidara conmigo y ambos nos pusiéramos a llorar, río al recordar de aquellas ocurrencias que tenía con él cuando éramos tan unidos. Afortunadamente le robé una chamarra gruesa, para que pudiera abrigarme del frío, era mi favorita, como no está tan lejos su casa de la mía no tardo mucho en llegar. Finalmente llego a mi hogar, mis padres se fueron de vacaciones al igual de los de Nathan, ellos siempre se han llevado tan bien, pero estoy sola, como siempre.
[…]
— ¿Hola? —digo somnolienta, hace unos minutos mi celular comenzó a sonar, despertándome de mi profundo sueño, después de llegar a casa, me tardé horas en dormir, no es nada fácil acostarte con la persona que más has amado, y hacer como si nada pasó.—Hola linda. —contesta Dylan del otro lado del teléfono. —Sólo quería recordarte que a las siete pasaré por ti, así que espero que estés lista.
—No te hubieras molestado, de cualquier forma hace dos días ya nos habíamos puesto de acuerdo.
—Lo sé, pero era una buena excusa para escuchar tu voz.
—Bueno, yo también quería escuchar la tuya, en un rato nos vemos.
—Te quiero Bree.
Cuelgo, y una mueca se posiciona en mí, no puedo decirle algo que no me nace, estas últimas semanas no han sido nada fáciles, no me siento bien por haberlo engañado, pero me prometí a mí misma, que haría todo de mi parte, después de todo lo que hemos pasado, llevamos tres meses saliendo y él es una buena persona, no quiero arruinarlo. Hoy es un día especial, va a ser el baile de graduación, y en dos días viajaré con él a Suiza, estoy entusiasmada. Nuevamente suena mi celular, pienso que se trata de él otra vez, tal vez y me comporté algo grosera, contesto sin mirar el número, ¿quién más me podría llamar?
—Dylan, se me olvidó decirte que yo también… te quiero, mucho y no puedo esperar por verte.
—Deberías de revisar tu verificador antes de contestar. —al escuchar su voz me quedo paralizada, no sé qué carajo decirle, soy una estúpida.
—Yo, lo siento, cómo él es la única persona que le preocupo y que me marca para saber si estoy bien, pensé que se trataba de él, no volverá a pasar. ¿Para qué me llamaste?
—Para nada, quería saber una cosa, pero ya lo concluí, buena suerte, ah y gracias por tu carta, de cualquier forma no necesito tu supervisión para casarme con Sam.
—Nath… —no puedo terminar de hablar, ya había colgado, tal vez eso era lo mejor, las cosas pasan por algo y yo ya había tomado mi decisión, además, de que se portó como un idiota con migo.
El timbre resuena por toda la casa, hoy es mi día, el penúltimo en el que dejo de ser una estudiante y doy un gran paso, quiero que sea perfecto. Antes de abrir me miro de arriba abajo, al parecer me gusta cómo me veo, un vestido largo, escotado de color rojo con pequeños detalles la parte de adelante deja que se vean mis piernas, toma un vuelo muy lindo, después de tanto batallar con mi peinado, decidí en hacerme algo casual, dejármelo lacio pero con unas pocas ondas para verse diferente, llevo maquillaje a la perfección, no es tan exagerado pero tampoco es normal, por primera vez, me siento cómoda conmigo misma, doy un largo suspiro, tomo mis cosas y por fin decido en bajar; sin más, abro la puerta y Dylan está ahí, mirándome sorprendido y con una sonrisa de oreja a oreja.
—Te ves, muy hermosa. —con precaución se acerca a mí, tomándome de la mano, haciéndome sonrojar.
—Tú igual te miras muy bien. —respondo su cumplido, y deposito un corto beso en sus labios. Me abre la puerta de la limusina, dejándome subir, y enseguida él hace lo mismo, ambos nos miramos y soltamos una risita. Durante el trayecto al baile, el uno y el otro charlamos de diferentes temas, y una que otra vez me daba un beso, pero algo en lo que no podía dejar de pensar y me atormentaba cada segundo era él, Nathan.
Al llegar al lugar, hacemos lo común, tomarnos fotos como recuerdo, hablar con nuestros amigos, entre otras cosas.
— ¿Quieres bailar? —indaga amablemente, comienza a sonar This i promise you de N’sync, al instante siento una horrible punzada en mi corazón ¿porqué justamente esta canción? por un momento, llego a pensar que el destino no está aliado conmigo; recuerdo que hace seis meses Nathan y yo bailamos esa canción.
—Bueno, ya que nuestras citas salieron del asco, por lo menos, deberíamos de bailar. —dice, mostrándome una amplia sonrisa, tratando de hacerme sentir mejor.
—¿Es enserio Nathan? —respondo divertida. —Eres dos pies izquierdos.
—¡Vamos Bree! es una canción lenta, ¿no recuerdas que mamá me enseñó a bailar ese tipo de piezas? —hago una mueca, pensando, en si era apropiado aceptar la invitación de mi amigo, pero, nada podría salir peor de lo que ya había resultado la noche de hoy.
—De acuerdo, solamente, espero que no me pises. —le sonrio alegre, él me devuelve la acción, se para del asiento, me toma de las manos y literalmente me arrastra a la pista. Enrosco mis brazos sobre su cuello, mientras que él toma mi cintura; la melodía suena tranquilamente, y todas las parejas se unen bailando lentamente la canción.
—I'll be you strenght I'll give you hope keeping your faith when is gone. —murmura aquella parte, haciéndome saber, que esa pequeña frase me la dedica, dejo salir una pequeña lágrima, acercándome a su pecho y dejándolo ahí, aún sin dejar de bailar. —Eres mi mejor amiga Bree, no quiero perderte nunca. —alzo la mirada, y le regalo una pequeña sonrisa.
—Y tú eres mi mejor amigo, sabes que nunca me perderás tonto. —lo miro directamente a los ojos, quedándome perpleja, a decir verdad es muy hermoso, todo de él es tan perfecto, y es ahí, cuando miro sus labios, él no deja de sonreír, y siento que voy a morir, me estoy confundiendo, él es como un hermano, pero ahora que estamos cerca, bailando, por alguna extraña razón me siento atraída por él. Me acerco aún más hacia Nathan, nuestras respiraciones chocan, cierro los ojos, el alcohol comienza hacer efecto en mí, realizo aquella acción que nunca hubiera pensando realizar en mis cinco sentidos.
—Tierra llamando a Bree, ¿estás ahí hermosa? —murmura Dylan, logrando absortarme de mis pensamientos, inmediatamente despejo aquellas ideas, y sin dudarlo le contesto amablemente, ambos nos levantamos de los asientos y nos dirigimos a la pista; la canción sigue sonando, nos posicionamos para poder bailar, una mano la posiciona en mi cintura y entrelaza la otra con la mía, mientras tanto, pongo mi mano en su pecho, nos dejamos llevar por la melodía, a pesar que mi corazón se fuera quebrantando poco a poco, recordando como por una estupidez mía iba a perder a la persona que más he querido, me recargo en su pecho, cierro los ojos, y por alguna maldita razón siento que estoy bailando con Nath, trato de deshacer aquellas ideas tan absurdas, alzo la mirada, y se conecta hacía él, quién me mira detenidamente, sosteniendo un vaso el cuál, supongo lleva alcohol; lo observo por unos minutos, logrando que nuestras miradas solamente se vean así mismas, no me atrevo a realizar gesto alguno, lo único que puedo es limitarme a pensar que esta sería la última vez que lo voy a ver, debo dejar de torturarme, cambio mi vista hacia otro lado y qué mejor remedio que contemplar a mi novio, aquél me está divisando, le regalo una sonrisa y sin pensarlo lo beso, tratando de olvidar o mejor dicho, trantando de olvidarlo, Dylan responde aquella acción, realizando una sincronía de nuestros labios, espío con cautela, si él me está viendo, y es correcto, su mirada se ve triste, lo único que hace, es contemplar la escena. Soy una perra.
Después de pasar un largo rato en el baile, mi novio decidió en llevarme a mi hogar, ya es algo tarde.
—Espero que te la hayas pasado bien. —dice, al despedirse de mí, en la puerta de mi casa.
—Y así fue.
—¿Te puedo preguntar algo? —asiento despreocupada. —¿Tú me amas? o bueno, ¿sientes algo por mí?
—¿Por qué preguntas eso?
—Bueno, la verdad es que eres importante para mí Bree, y no sé, a veces creo que solamente lo tomas como un juego, sé que al principio me porté como un idiota, pero enserio me importas y quiero arreglar todo el daño que te causé, eres esa chica perfecta que todos desearían tener, al principio no lo valoré, pero ahora, quiero darte todo lo mejor, quiero que olvides todo lo malo, y conozcas al nuevo chico, que te quiere dar todo. —exactamente, Dylan, fue el que se besó con la cita de Nathan, y por eso, aquél baile, del año pasado fue un asco.
Arreglarme no es lo mío, pero él de verdad me gusta, sé que es uno de los chicos más populares de la escuela, y me invitó a mí, aún no lo podía creer.
—¿Que tal tu cita? —cuestiona Nathan, llegándome de sorpresa.
—Hasta ahora, no he realizado algo tonto, espero que así sea toda la noche, estoy nerviosa ¿sabes? el enserio me gusta. ¿Y tú?
—Sabes que todo saldrá bien, eres una buena persona, pulga.
—Carajo, me sudan las manos Nath, siento que en algún momento esto saldrá mal.
—Me encanta tu positivismo, ven, deja de pensar en cosas absurdas y acompáñame por ponche, dicen que está adulterado. —me alienta para hacerme sentir mejor, no es que me guste tomar, pero una vez en cuando, no está mal, los dos nos dirigimos hacia las bebidas, y me encuentro con una sorpresa. —Bree, mejor vámonos. —mi amigo me toma por el brazo, tratando de llevarme a otro lugar, me zafo de su agarre, tomo mi bebida y me voy a donde está Dylan, riego ponche sobre ellos dos, logrando que ambos se despegaran y la idiota de Lucie suelte un chillido.
—Perdón, no quise hacerlo. —digo sarcásticamente, tengo tantas ganas de arrancarle el cabello a esa zorra, y no solo porque se besó con el chico que me gusta, además engañó a Nathan, con mi mejor amigo no se mete nadie. —Eres un asco, y yo soy una estúpida por creer que eras una buena persona, pero ya me di cuenta que no, mejor vete, antes de que te mate, o haga que jamás tengas progenitores. —sale corriendo detrás de la maldita pelirroja artificial.
—Goau, jamás había conocido esa parte tuya. —ríe Nathan, con sus largas manos, me toma de ambos brazos para tratar de calmarme. —¿Estás bien?.
—No, son unos idiotas. ¿Tú estás bien? lamento que todo saliera mal. —me regala una ancha sonrisa, sin darme cuenta, comienzo a llorar.
—Tranquila pulga, ese idiota no te merece.
—Ah, eso, ya lo había olvidado, no te preocupes, no soy rencorosa, y créeme que ya me he dado cuenta que has cambiado.
—Quería hacer esto más formal, pero bueno, no quiero esperar más. —da un suspiro y me mira a los ojos, tomándome de la mano. —Bree Elizabeth Wilson Moore, ¿me harías el honor, de ser mi esposa?
Pensé que la pregunta más difícil, había sido la que me realizó la maestra Williams, cuando me aplicó el examen oral, el cuál dependía mi calificación, pero esto superaba mis expectativas; no es que sea una mala persona, pero realmente no me quiero casar, no estoy embarazada, mis padres no quieren que esté con él por dinero, no entiendo el porqué me siento tan forzada, en decirle que sí.
—Yo, no sé que decir. ¿No crees que vamos muy rápidos? te quiero mucho, pero no estoy lista para dar ese paso tan grande. —soy una pésima persona, pero no puedo estar con alguien que no amo, por siempre, toma un largo suspiro, retira el anillo que me había mostrado y lo guarda en su bolsa.
—¿En qué estaba pensando? perdón, soy un idiota.
—No te digas así, no eres nada de eso, pero no estoy lista Dylan, quiero conocerte más y ya sabes, dar ese gran paso.
—Te entiendo, creo que es algo tarde, mañana nos vemos linda. —deposita un corto beso en mis labios, e inmediatamente se retira de mi hogar, soy una horrible persona.
[...]
—Pasajeros con destino a Suiza, favor de ascender. —vocifera una de las encargadas del aeropuerto, después de aquél día, en el que Dylan me pidió ser su esposa, decidió terminar conmigo, la verdad, no es algo que me quite el sueño, nací sin nadie a mi lado y moriré igual, no puedo derrumbarme por nadie; sin embargo decidí viajar a Suiza, yo sola.Finalmente, llego a mi asiento, no tengo humor de nada, hoy más que nunca era uno de los peores días de mi vida, es 18 de Marzo, seguramente, Nathan se ha de estar arreglando para casarse, pero ¿a quién le importa? a mí no, solamente es cuestión de esperar un poco y superarlo, él no es el único hombre en el mundo.
Me pongo los auriculares, cierro los ojos, para poder dormir, no tengo la menor idea de porqué todo me está saliendo tan mal, por esa razón deseo viajar, salir de la rutina...
Una hermosa melodía comienza a sonar por todo el lugar, es una canción bastante hermosa, al parecer alguien estaba cantando en el avión, pero ¿qué? ¿un cantante en el avión? esto no es nada común, además de que ese sonido acapara mi atención, aún sigo con los ojos cerrados; pero esa melodía me resulta familiar.
—I know I'm an idiot, but please do not leave my side me. —¿Enserio era él? abro los ojos preocupada, y con el corazón latiendo cada vez más fuerte, miro por todos lados, pero únicamente se muestra una pantalla grande, la cuál es algo parecido a un cortometraje, me doy cuenta, y salgo ¡yo! con Nathan, desde que éramos pequeños, algunas son fotos, otros son vídeos, y cada recuerdo lo tengo presente en mi memoria, no digo palabra alguna hasta que por fin termine la secuencia.
No me quiero dar cuenta que perdí al amor de mi vida demasiado tarde, por favor, no me dejes, tú eras la única persona que me hacía sentir que todo esto fuera un sueño y la verdad, es que te amo Bree.
Y él está ahí, mirándome como sabía hacerlo, mis piernas tiemblan, mi corazón late tan fuerte, que pareciera salirse de mi pecho; en una mano, lleva un ramo de tulipanes, mis favoritos, varias lágrimas descienden de mi rostro, dejándome sin palabras.
—¿Que dices? ¿me podrías dar una oportunidad? hacerte saber que tú eres quién siempre había esperado, pero tontamente no me había dado cuenta.
—¿Y Samantha? —murmuro.
—Todo fue una falsa y yo estúpidamente caí, te amo Bree, de verdad, te amo. —todos los presentes nos miran con ternura, diciendo miles de cosas, aturdiendo una vez más a mis pensamientos, pero primero está mi orgullo.
—¿Porqué haces esto?
—¿Qué cosa? —me regala una sonrisa aún sin entender.
—No es fácil, me siento como tu segunda opción, recién terminé con Dylan, y ahora llegas tú...
—Sabes que no es así, siempre has sido tú, eres la única chica me ha hecho sentir así, tan seguro de mí mismo y si no es contigo con quien siempre estaré, no quiero que sea con nadie, solo te pido una oportunidad y si vez que nada ha cambiado puedes hacer lo que te apetezca, yo sé que me quieres de la misma forma que lo hago yo. —no paro de llorar.
—Eres un idiota. —lo abrazo como hace tiempo no lo hacía, y enseguida nos besamos, haciéndome sentir tranquila e inmensamente feliz. —Prométeme que jamás me volverás a dejar. —susurro.
—Te lo prometo, siempre serás mi mejor amiga, y el amor de mi vida, te amo Bree, demasiado. —no puedo dejar de sonreír, sé que de ahora en adelante, todo me saldrá bien, estoy con la persona que siempre soñé, y ya no puedo pedir más.
—Yo te amo más Nathan.
- Spoiler feliz:
- Deos, por fin terminé este OS pensé que me iba a quedar mejor pero esto fue lo que salió, esta idea ya la tenía desde hace tiempo y me entusiasma demasiado, idk. Espero que alguien comente y que le haya gustado, es algo así como te mando a la Friendzone pero me doy cuenta que te amo xdd en fin, estos temas son muy trillados, pero me encantó la idea, y bueno, eso es todo :) ciao
Cereal.
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