"Un Trato Seductor" (Kevin&Tu) |Terminada|

Capitulo 13:

________ Scott:

— ¿Has hecho el equipaje ya? —pregunto él como si nada.

Luche por recuperar la compostura, entreteniéndome en recoger la cuchara y limpiar el suelo donde había caído. Pero era demasiado tarde, ya había manchas rojas marcando mis mejillas.

— Por supuesto que he hecho el equipaje. Pero usted había dicho que nos íbamos a las dos.

— Ha habido cambio de planes. Nos vamos ahora a Miami, llegaremos allí por la noche, por eso te había llamado. ¿Estás lista? ¿Ya te has despedido de quien tuvieras que despedirte?

Ignorando sus preguntas, respondí:

— Voy por la maleta.


— ¿Vives sola? —me pregunto Kevin durante el viaje.

Eran las primera palabras que él me dirigía durante lo que parecía una eternidad.

Kevin tenia la laptop y unos papeles a su alrededor, cosa que lo había tenia ocupado todo el tiempo hasta ese momento. Prefería que estuviera trabajando, me resultaba más fácil.

Deje la novela que estaba leyendo, contenta de que al viajar en primera clase los asientos fueran más espaciosos y no tuviera que estar pegada a él.

— Usted ha estado en mi casa, ¿ha visto a alguien más? —Kevin me había seguido hasta mi dormitorio cuando había ido por la maleta y había arqueado las cejas al ver la falta de espacio—. Vivimos solas, Misty y yo.

— ¿Y quién es David?

Oh no, de vuelta a lo mismo.

— Nadie. Un hombre que conocía. Un amigo.

— ¿Un amante?

Casi me echo a reír. David se creía uno de los mejores amantes del mundo, a pesar de sentirse defraudado por mí.

— Supongo que podría llamarlo así… durante un tiempo.

— ¿Qué paso?

— Me mintió, así de sencillo. Me mintió respecto a algo muy importante y jamás podría volver a fiarme de él.

— ¿En qué te mintió?

Lance una amarga carcajada.

— Estaba casado. Durante el tiempo que estuvo conmigo, tenía una esposa y dos hijos en Seattle. Solía irse de viaje de negocios con frecuencia, es evidente que le decía lo mismo a su mujer.

Kevin guardo silencio durante un rato y empecé a creer que lo había aburrido con mi insignificante respuesta.

— Anoche creías que yo era David.

— ¿En serio? No comprendo porque —y era verdad.

A pesar de su atractivo físico y sus sonrisas, David jamás había conseguido acelerarme el pulso ni hacerme perder el aliento.

Una mujer de hielo, así me había dicho David. También me había dicho que me amaba, pero que yo tenía un problema y que era afortunada de contar con él para ayudarme. Cuando el romance llego a su fin, empecé a pensar que David tenía razón…

Hasta la noche anterior, con Kevin.

¿Qué tenia de especial ese hombre moreno? Un hombre que me había amenazado con poseerme encima de la mesada de la cocina.

¿No debería odiar a un hombre así?

Y, sin embargo, estaba dolida por lo que él no había hecho en la cocina.

En menos de veinticuatro horas desde el incidente en la habitación de él, mi cuerpo estaba prácticamente pidiendo más de lo mismo a gritos. Ni siquiera podía mentirme a mi misma y convencerme de que lo único que me interesaba era salvar el hotel. No, ya no.

Maldito hombre.

La voz del piloto a través del micrófono nos informo de que había empezado el descenso al aeropuerto de Orlando, Florida. La primera parte del viaje estaba llegando a su fin. Kevin guardó la laptop y se puso a leer los informes que tenía en las manos, librándome de responder a más preguntas, pero sin liberarme de mis pensamientos.

El consejero de inversiones de Kevin, Adrian Stokes, había ido a buscarnos al aeropuerto. Un hombre alto y muy delgado con cabello rubio y entradas en la frente que me miro como si mirase a una concha que alguien hubiera recogido en una playa para añadir a una colección y que luego decide ignorarla.

Cosa que a mí no me molesto. Era evidente que ambos hombres tenían que hablar de negocios, por lo que se sentaron juntos, dejándome sola durante todo el trayecto a Miami.

Aproveche el tiempo para reflexionar; tenía dos semanas para convencer a Kevin de que no derrumbara el hotel.

Ese día me había comportado como una tonta, insultándolo y provocándolo, pensando en mi misma. Pero no se trataba de mí, sino de Ashton House.

Quizá solo fuera su amante, pero eso no significaba que no pudiera influir en el.

Una oportunidad de una o dos semanas.

Y no estaba dispuesta a perder ni un minuto. Empezando ya.

Perdon por demorarme :DD
Gracias por comentar*-*

no va a desaprovechar ni un minuto mmm... jajaja
siguela pronto!

ya es definitivo la novela es totalmente fabulosa me encanta :twisted:

deberias hacer un maraton :D

así me entretendría mucho mas tiempo leyéndola y de paso me harías la vida mas FELIZ xq amo tu nove

me encanto el capi siguela

sigualaaaaa

Sigueeeeeee

Sigueeeee

Sigueeeeeeeeee