the words{killian jones.

por **deutch.** Jue 26 Mar 2015, 5:39 pm

The words

Make it all go away

Ficha obligatoria:

«Y (con) todas las luces de la tierra sobre ti,

el resto del mundo se desvanece de la vista,

y todo el amor que veo,

por favor, por favor, di que tú también lo sientes»

La mano de la rubia tembló ligeramente cuando le pasaron el café, y con una apenada sonrisa cogió fuertemente el café y se retiro. Sabía que su mano no había temblado por falta de fuerza, más bien, se sentía observada, lo cual la ponía inquieta.

Se dio la vuelta para poder observar ligeramente al sujeto que la observaba. De lo poco que pudo mirar, la mujer supuso que era un hombre que por intuición podría decirse que quitaba suspiros con sólo mirarlo; ojos azules, sonrisa perfecta, pelo negro como la noche y una barba que cubría las partes inferiores de la mejilla que pasaba alrededor de su boca terminando de cubrir su barbilla.

La mujer carraspeó cuando ambas miradas se cruzaron y se sentó en una mesa cerca de ella. Cogió una revista y lamió el dedo indice para poder hacer más fácil la pasada de hojas. Pero mientras sus ojos se posaban en modelos, artículos de belleza y chismes, su mente proyectaba a aquel hombre cada segundo lo cual le causaba cierto escalofrío, pero a la vez atracción. Una extraña atracción.

Media-hora después, la rubia se encontraba sentada en el café, al lado de una computadora escribiendo ágilmente. Y, cuando pensó que por fin se había podido sacar de la mente a aquel hombre extraño, escuchó una voz profunda y grave.

– No es de tu comodidad que te miren fijamente, ¿cierto, amor? – pregunto con una leve sonrisa. Ella alzó su mirada y se dio cuenta que era el hombre que la había estado observando todo el día y con una mueca respondió.

– Perdón? – El hombre cogió una silla y se acercó rápidamente hacia la mujer.

– Soy Killian. Killian Jones. – dijo extendiendo su mano. Con desconfianza la mujer asintió y no tendió su mano.

– Ah, Killian.. Jones – repitió su nombre sin mucha importancia. Él volvió a sonreír, lo cual casi le quita el aliento a la rubia, pero logró ocultarlo fácilmente.

– Y esta es la parte en la que tú me dices tu nombre, amor.. – su sonrisa era tan perfecta y blanca, que la mujer sintió que quedaba ciega. Ella le dedicó una sonrisa lejana en respuesta a su petición.

– ¿Decirle mi nombre al loco qué me ha estado observando todo el día? No lo creo – Ella recoge sus cosas y se levanta de la mesa.

– Adiós, Killian – Él trata de detenerla pero la mujer es más rápida y sale del café rápidamente.

El peli negro se queda observando la mesa por unos segundos, y baja su mirada a algo que capta su atención, un brillo. Inclina levemente su cabeza y se da cuenta que es un teléfono. Su teléfono celular. Y lo único que él sabía era que tenía un buen presentimiento de todo esto.

«Y todo el ruido que oigo por dentro,

inquieto y ruidoso, mudo y salvaje,

y todo lo que necesitas decir

para hacer que todo desaparezca,

es que tú te sientes de la misma manera.

Y sé que la parte que da más miedo es dejarse llevar,

porque el amor es un fantasma que no puedes controlar.

Te prometo que ahora la verdad no puede hacernos daño,

así que deja que las palabras salgan de tu boca.

Y todos los pasos que me condujeron hasta ti,

y todo el infierno por el que tuve que pasar,

pero no vendería uno solo de mis días

por la oportunidad de decir:

mi amor, estoy enamorada de ti»

– Emma! – gritó y ella no lo escucho – Emma, emma! Para, por favor – reclamo con poco aliento. La mujer adelantó su paso cuando lo escucho más cerca de ella. Sentía un nudo en la garganta que la consumía por dentro, pero no fue un motivo para que parara. Hasta que sintió que alguien la tomó por la cintura y la atrajo hacia su cuerpo.

– ¿Qué pasa? ¿Por qué.. por qué siempre pasa esto? – preguntó el confundido. Ella cerró los ojos conteniendo las ganas de llorar.

– Son razones, Killian, que.. no me gusta recordar – se mordió el labio ligeramente. Cuanto odiaba sentirse protegida y cálida en los brazos de aquel hombre. Y lo más importante querida y amada.

– Pero.. siento que debo saberlas.. porque siempre cada vez que tus labios y los míos se tocan ligeramente, sales corriendo como loca hacia algún lado donde no te pueda encontrar – ella baja la mirada pero de inmediato, él toma su barbilla para que se encuentre con sus ojos.

– Todos.. todos los hombres con los que he estado siempre por alguna razón extraña mueren. Se alejan de mí. Lo cual me hiere mucho, porque cuando estoy en el punto que los amo, mueren, se van.. y yo.. yo no te puedo perder a ti, Killian. Ha sido 1 año y siento como si te conociera de toda la vida.. y yo.. – él frunce el ceño al ver que la mujer deja la frase incompleta.

– Y tú?.. ¿Qué pasa?

– T-tengo miedo – la mujer tartamudea las palabras mientras trata de bajar la mirada pero este no la deja.

– De qué, amor? – acaricia levemente su barbilla y acerca sus labios a los de ella.

– De enamorarme – suelta las palabras con rapidez y siente como el nudo de su garganta se vuelve más fuerte cada vez.

– Quiero que sepas.. – pasa la yema de sus dedos por el rostro de la mujer. Primero por su frente – Yo.. – baja por su nariz – No.. – sigue por los costados de su mejilla – Te.. – sus dedos bajan por su barbilla – Dejaré.. – sus yemas recorren el borde de sus labios y finaliza – Yo no te dejaré, eres mi luz, Emma – afirma el hombre con una sonrisa, y este lo atrae hacia él, para fundir sus labios en un beso apasionado.

[center]«Y sé que la parte que da más miedo es dejarse llevar,

porque el amor es un fantasma que no puedes controlar.

Te prometo que ahora la verdad no puede hacernos daño,

así que deja que las palabras salgan de tu boca.

Sé que los dos estábamos asustados,

los dos cometimos los mismos errores,

para ti un corazón abierto es una herida abierta,

y bajo el viento de una decisión difícil,

el amor tiene una voz queda.

Todavía tienes la idea de que es decisión tuya elegirme»

Su relación había llegado al mayor punto. Ambos vivían en la misma casa y todo era casi perfecto. La mayoría de veces siempre en esa casa se escuchaban besos, abrazos.. incluso hasta gemidos.

Pero hoy, hoy el único gemido que se escuchaba era de dolor. Los gritos, los sollozos y el dolor rodeaban la casa.

– ¡¿Por qué no lo puedes entender?! – grito la mujer desesperada con lágrimas en los ojos.

– ¡¿Crees que es eso, Emma?! ¡¿Qué no lo entiendo?! ¡Claro que lo entiendo! – grito el hombre desesperado mirando a la mujer con sus ojos rojos, cansado de pelear. Ella al ver su expresión se calmó y sus pies se movieron un paso.

– Entonces.. ¿qué es lo que pasa? – él se acercó a ella, y la tomó por los hombros y la sacudió levemente.

– ¡No soportaría perderte, Emma! ¡No te quiero perder, ¡¿esta bien?! Eres lo mejor que me ha pasado en la vida! ¡Eres mi luz, eres la razón por la que me levantó todos los días. Eres mi final feliz. Lo eres todo para mí! – deja que un gruñido salga de su boca, mientras suelta a la mujer con suavidad, mientras se da vuelta para coger un saco y salir de la casa, con un portazo.

– Killian! Espera.. yo.. – era tarde, ya se había ido. Emma derrotada, se tira al piso y suelta un sollozo. Deja caer las lágrimas que tenía recargadas y suelta todo su dolor mediante lágrimas.

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«Y sé que la parte que da más miedo es dejarse llevar,

deja que mi amor sea la luz que te guie hasta casa.

Y sé que la parte que da más miedo es dejarse llevar,

porque el amor es un fantasma que no puedes controlar.

Te prometo que ahora la verdad no puede hacernos daño,

así que deja que las palabras salgan de tu boca»

[left]El hombre abrió la puerta con una mueca en la cara y poso su frente en la puerta. Se puso alerta cuando escucho unos pasos cerca de él. Se volteo y vio a una rubia con los ojos rojos de tanto llorar. Él se acercó a ella y la estrechó fuertemente en sus brazos.

– Emma.. yo, no llores.. por favor, me matas, no.. – ella toma su rostro entre sus manos y deposita un beso apasionado y dice entre besos.

– No.. digas.. nada – él hombre asiente, mientras toma a la mujer de las piernas y la alza para llevarla hacia el cuarto. Por el recorrido, la mujer le quita la camisa al hombre, como él la deja en ropa interior, cuando el la acomoda en la cama, ella pone sus dedos en los labios del hombre para pararlo un segundo.

– Killian, yo te.. – cierra los ojos – Killian, yo te amo – suspira dejando salir esas palabras de su boca, y él la mira con ternura.

– Y yo te amo a ti, Emma – cuando finaliza esas palabras, junta sus labios con los de ella, dejando que el tiempo los consuma, y se conviertan en solo uno, porque al fin y al cabo ellos se aman.

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