vamos a divertirnos. { inscripciones abiertas.}

Odio cuando Jessica quiere juntarme con alguno de sus amigos, es decir, no me molesta para nada que me presente a sus guapos amigos es muy lindo por su parte pero ¿Una cita doble? ¿Es enserio? No me gusta salir con ellos porque siempre término siendo la amiga tonta que rechaza a otro por no fastidiar su romance secreto con el novio de su mejor amiga.

Camino hacia la salida en busca de Jessica y Daniel. Recorro el estacionamiento con la mirada hasta que me detengo en dos jóvenes besándose sobre un Audi R8 —Son ellos— suspiro y camino hacia ellos. Me aclaro la garganta cuando estoy justo detrás de ellos.

—¡Megan!—los brazos de mi amiga se enredan en mi cuello—¿Tengo una sorpresa para ti?

—¿Enserio?—callo por un momento y prosigo—¿No es una cita doble?

Su sonrisa cae y es suplantada por una mueca.

—¿Quién demonios te lo dijo?—gira para ver a su novio que tiene las manos arriba—Si Daniel no dijo nada ¿Quién fue?

—Mi chico—sonrío pero después desaparece—o eso no sonó bien, quiero decir fue Max—mis ojos dan un rápido vistazo a Daniel que me mira con diferencia.

—Sabía que estabas enamorada de Max—me sonrojo ante sus palabras.

El viaje en auto fue muy extraño, Daniel se mantenía indiferente conmigo y Jessica se la pasaba demostrando se amor enfrente de mí, me enojaba no ser yo quien pudiera demostrar su amor. Me coloque mis audífonos y cerré mis ojos relajándome un poco.

Suaves movimientos me agitaban, no quería abrir mis ojos ya que estaba muy cómoda donde estaba. Sentí que unos brazos se enredaron en mi cuerpo haciéndome levantar y sacándome de mi preciosa comodidad, me obligue a abrir los ojos y lo primero que vi fueron los ojos de Daniel, esos que me hacían perderme el tiempo suficiente para saber que me había llevado a mi habitación.

—¿Dónde está Jess?—pregunte cuando me dejo en mi cama

—Espera en el auto, dice que te recogeremos a las siete—hace una mueca y se inclina para depositar un beso en mis labios.

—No quiero ir con Max…—hago un puchero—quiero ir contigo y lo sabes bien.

—Yo tampoco quiero que vallas con él—me besa otra vez—tengo que ir a dejar a Jessica, te llamare cuando llegue a casa.

Me reí al pensar si también le decía lo mismo a ella, quizás nos decía lo mismo a las dos pero tal vez a Jess con más amor que a mí.

—¿De qué te ríes?—sus ojos brillan con diversión

—De nada—lo tome por las mejillas y lo bese, no quería dejarlo ir pero tenía que hacerlo—¿Nos vemos a las siete?  

Asintió y salió de mi habitación sin mirar atrás, tal vez se está dando cuenta de que este jueguito estúpido puede terminar de una manera terrible. Coloque mi alarma a las seis para poder arreglarme, me acomode en posición fetal y volví a dormir.  

Ring… Ring…

Estire la mano sobre mi almohada y conteste sin mirar el número. Su voz sonaba ronca y respiraba con dificultad, abrí los ojos de inmediato y me senté.

—¿Qué demonios?—fue lo primero en salir de mi boca—¿Qué se supone que haces Daniel?

Su risa se oía por la bocina de mi celular, la voz de Jessica también pero nadie me respondía, de repente escuche gemidos provenientes de ambos individuos. Mi garganta se secó y mis ojos intentaban retener mis lágrimas. Me había llamado sin darse cuenta, colgué antes de que se diera cuenta y me quede en mi cama llorando por unos veinte minutos, después tuve que obligarme a levantarme y fingir que no había pasado nada.

Mi reloj marcaba las siete y estaba sentada en las escaleras de mi puerta, el Audi de Daniel se estaciono frente a mí y me forcé a mirarlo, esa camisa blanca me encantaba en él, su corbata combinaba con sus jeans. Bajaron del auto tres personas, Jessica, Daniel y Max, me levante de las escaleras y me dirigí hacia ellos con una sonrisa.

—Hola, Max.—me acerqué a él y deposite un beso en su mejilla.

—Hola, Meg—sonreí ante su apodo—te ves hermosa como siempre.

Susurre un «gracias» hacia él. Subimos al auto y comenzamos una plática entre todos excepto Daniel. Nuestras platicas no tenían sentido así que solo nos burlábamos de lo que queríamos decir.

Habían reservado en un restaurante italiano, así que cuando nos dieron nuestras mesas quedamos en parejas y Daniel había quedado frente a mí, llevaba rato queriendo hacer contacto con mis ojos pero no le daba la oportunidad para hacerlo.

Nuestras órdenes habían llegado desde hace una hora y Max seguía coqueteando conmigo, no me había ruborizado tanto desde que Megan me había dicho que en secundaria me había visto besarme con mi amigo.

Cuando terminamos Max dijo que tenía que irse a casa pero que me llamaría para que solo quedáramos él y yo, acepte sin pensarlo dos veces.

Me llevaron a mi casa y solo me despedí con un «Hasta luego» de mis amigos.

Una hora después recibí un mensaje de texto de Daniel.

«Bebé. ¿Qué está mal con nosotros?»

«¿Hay algo malo aparte de que andes con Jessica? .i.»

«Ya habíamos hablado de eso, no quiero que te portes grosera conmigo :(»

«Lo siento… realmente no. Creo que necesitamos hablar :c»

«No sé de qué se trata pero si sirve de algo… Te amo y más de lo que imaginas. ♥»

No respondí porque sabía que terminaría perdonándolo de todas maneras.