Conectarse
Últimos temas
miembros del staff
Beta readers
|
|
|
|
Equipo de Baneo
|
|
Equipo de Ayuda
|
|
Equipo de Limpieza
|
|
|
|
Equipo de Eventos
|
|
|
Equipo de Tutoriales
|
|
Equipo de Diseño
|
|
créditos.
Skin hecho por Hardrock de Captain Knows Best. Personalización del skin por Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
"El Esclavo del Placer" Joe&Tu
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
Página 1 de 1. • Comparte
"El Esclavo del Placer" Joe&Tu
Nombre: "El Esclavo del Placer"
Autor: Gena
Showalter
Adaptación: Si
Género: Drama y Romance, Erótica
Advertencias: Puede contener escenas fuertes
Otras Páginas: metroFLOG
|.•.• El Esclαvo del plαcer •.•.|
|PrOlOgO|
¯¯¯¯¯¯¯
Imperia. La Quinta Estación.
¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯
—Te deseo otra vez, Joseph.
Las olas se estrellaban contra las sobresalientes rocas, besadas con el rítmico
balanceo del mar, y los rayos de la luna se filtraron a través de las arqueadas
ventanas. El olor dulce a gartina y elsment llenaban la cámara, un signo
palpable de magia que pocos podían comprender o incluso reconocer.
Zirra se inclinó desnuda contra el marco de la ventana, el lugar exacto donde
su amante la había tomado hacía unos momentos. Cuando él falló en responder a
sus palabras, ella, de manera seductora, arqueó su espalda y deslizó una mano
sobre su liso y plano estómago.
— Te deseo otra vez, Joe, —repitió ella, con un borde ronco en sus palabras. Su
cuerpo todavía cantureaba por su toque, pero ella necesitaba más de él. Ella
siempre necesitaba más de él.
Su oscuro pelo colgó en salvaje desorden sobre sus hombros, mientras él
sujetaba sus negros drocs de guerrero alrededor de su cintura. Él la miró
divertido.
—Sabes que debo irme, nixa.
—¿Por qué? —molesta, Joe abandonó su relajada postura y se acercó airadamente a
la cama. Ella no se molestó en cubrirse con la blanca y sedosa sábana, sino que
dejó sus opulentos y grandes pechos desnudos a la vista.
—¿Por qué me niegas el placer de tu toque?
Él cerró la distancia entre ellos y se tumbó sobre la cama, a pocos centímetros
de su alcance.
—Sabes que debo viajar a palacio para la instrucción del Gran Lord Challann. Se
avecina una rebelión en Gillirad.
—Pero yo...
—No puedo desobedecer una orden directa de mi rey. Eso también lo sabes.
Sus cejas se fruncieron con irritación. Joe actuaba como si su desnudez ya no
lo tentara.
Quizás no lo hacía.
Zarcillos de furia danzaron a lo largo de su columna. Antes ella había besado y
lamido un camino descendente por todo su cuerpo y lo había tomado profundamente
en su boca, algo que nunca había hecho por ningún otro hombre. Cuando ella
terminó, él se había deslizado en su interior, bombeando y empujando
eróticamente, dándole un éxtasis tan completo que ella había implorado por
compasión. Pero él había bostezado. ¡Bostezado!
Sus puños se apretaron tan fuertemente que sus nudillos se pusieron blancos, y sus
largas y ovaladas uñas se clavaron en sus palmas, cortando profundamente la
piel. Le había dado a Joe todo lo que tenía para dar, y aún así ella, una
sacerdotisa del Druinn, había fallado en satisfacerlo. Y debido a su fracaso,
pronto sería desechada como un pedazo de carne sin valor.
Aquella imagen quemó en su mente, y le impulsó a hacerle daño, a destruirlo de
algún modo, como él hacía con ella. Durante ocho ciclos él había venido a su
cama, dándole un placer incomparable, y durante cada una de aquellas ocho
noches, él la había abandonado después, sola en el enorme vacío de su cama,
desesperada por más de él. Muriendo por más de él.
Debe sufrir como yo sufro, pensó ella. Pero…
La necesidad de su afecto surgió como un vehemente dolor que ella no pudo ignorar,
y se encontró extendiendo la mano, agarrando su musculoso antebrazo. Incluso
ahora, con sus rasgos tensos y la expresión molesta, él exudaba el erotismo y
la sensualidad de un hombre que existía sólo para el placer de su mujer. Ella
quería, necesitaba, ser la que obtuviera su devoción eterna. Quizás entonces el
constante vacío de su corazón se llenaría.
—Unámonos —dijo ella, sus palabras surgieron como un soplo etéreo de aliento—.
Une tu vida conmigo y te daré más placer carnal del que ninguna otra mujer
pueda darte.
Él ni siquiera lo pensó.
—No.
—Riquezas. Te daré más riquezas de las que puedas imaginar. —Con un rápido y
desesperado movimiento de muñeca, ella agarró el largo pelo negro que le caía
sobre un hombro—. Incluso, si lo deseas, un planeta propio para gobernar.
—Zirra, —Joe la regañó suavemente. Mirándola, él holgazaneó sobre la cama y
apoyó su peso sobre un codo—. Sería mejor que recordaras las palabras que te
dije antes de que aceptara ser tu amante. Te dije que nunca podría ser más que
un entretenimiento pasajero para ti.
—Sí, lo recuerdo, —admitió ella a través de los dientes
apretados. Pero eso no la había
detenido para poseerlo. Una mirada a la perfección masculina de Joe, al modo en
que sus pálidos
ojos violetas prometían la pasión indecible, a la forma en que su duro y
musculoso cuerpo se
movía con gracia nervuda, y ella había estado perdida. Perdida como si su mente
y corazón fueran
entidades separadas.
—Nada ha cambiado, —dijo él. Con un toque tan apacible como su tono, acarició
con el dedo su
mejilla—. Y nunca lo hará. Tú eres una Druinn, y atarte permanentemente a un
mortal está
prohibido. Lo siento.
Otra vez, la furia ardió en ella, caliente y hambrienta. Nadie la trataba de
esa forma. Nadie
—Sólo te daré una oportunidad más para que me unas a ti.
Él se puso de pie, pronunciando una ronca risita que por lo general hacía que
temblara de placer.
Ahora el sonido sólo enardeció su cólera.
—¿O qué, nixa? ¿Hervirás mis globos oculares en agua? ¿Dejarás mi virilidad
flácida para
siempre?
—Ah, no, mi buen guerrero. Haré algo mucho, mucho peor.
Sin afectarle en absoluto su siniestra advertencia, él levantó su brillante y
plateada espada que
estaba apoyada contra la pared y la enganchó a la funda metálica de su
cinturón. Se inclinó y le
dio un rápido beso en la mejilla.
—Tal vez más tarde nos deshagamos de esta energía que pareces abrigar, ¿¡um!?
Sin esperar una respuesta, él giró sobre sus talones y se dirigió a zancadas
hacía la puerta.
—Por encima de todas las cosas, tú deseas a las mujeres, Joe
—dijo ella—, y ahora te haré su
esclavo. —Frunciendo el ceño, ella agarró con rapidez el joyero de baratijas
que él le había
regalado hacía apenas unas horas y se lo lanzó. Este pasó justo al lado de su
oreja y se
estrelló en el suelo, ileso. Ella saltó sobre él.
—Te haré mi esclavo.
Joe la hizo girar y la afrontó. Su expresión ya no reflejaba confianza sino
incredulidad y, sólo
un poco, de miedo.
—¿Qué haces, Zirra?
Una especie de excitación se reunió entre sus piernas, ya que ella había hecho
que este poderoso
guerrero se asustara.
—Nadie me rechaza, —le dijo ella, con su glorioso y desnudo cuerpo tenso, con
la furia y la
indignación como único paño—. Y tú, mi hermoso mortal, pagarás por hacerlo.
—Los mortales juraron que nunca destruirían el Cristal Kyi-en-Tra de tu gente,
y a cambio el
Druinn juró que nunca usarían sus poderes contra nosotros. Tú misma estuviste
de acuerdo a eso.
Si rompes tu juramento romperás la Alianza entre nuestra gente y la guerra
estallará. Honrarás tu
palabra. Nada de brujería. Lo prohíbo.
—¿Tú, un mortal? ¿Prohibirme? Creo que no. —Ella se rió, pero el sonido careció
de
humor—. ¿Cómo descubrirá alguna vez tu Gran Lord lo que te he hecho, si tú no
puedes
decírselo?
—Zirra...
—Ruégame que sea tu compañera de vida, y juro que nunca te haré daño.
El fuego ardió al instante en sus ojos lavanda.
—Nunca suplico, por nada, ni a nadie.
—Entonces tú eres el culpable de esto, Joe ar Malik. —Sus
oscuras cejas se arquearon en un
saludo burlón y ella levantó las manos en el aire, con las palmas hacía arriba.
Joe gruñó por lo bajo y avanzó, con la evidente intención de inmovilizarla a
cada paso. Una
simple ondulación de su mano congeló sus pies en el lugar.
La sorpresa surcó sus rasgos una fracción de segundo antes de que él la mirara
airadamente, con
tanta hostilidad que ella tembló. Ella rechazó el permitir que un mortal la
asustara. Cerrando los
ojos, extendió los dedos ampliamente y comenzó a cantar.
—A partir de ahora, hasta que encuentres el amor verdadero, esclavo de una
mujer serás.
El viento aulló, arremolinándose, golpeando y derribando todo en la espaciosa
cámara. Azotando
las blancas cortinas que cubrían las ventanas, incluso agitando los cimientos
del suelo. La
energía estalló e iluminó todo alrededor, golpeando como flechas y lanzas de
guerra. Un creciente
retumbar se repitió en sus oídos. Ella levantó los brazos más alto.
—En un joyero descansarás, respondiendo a cada llamada como mejor satisfaga. Yo
te ato. Yo te
hechizo. Voluntad propia no tendrás. Lo que te digan, dirás. Lo que te ordenen,
harás.
En un segundo Joe era un hombre fuerte y viril frente a
ella, y al siguiente había desaparecido.
Sólo la pequeña caja incrustada con joyas que ella le había lanzado descansaba
en el suelo.
Sonriendo lenta y ampliamente, ella saltó de la cama, se inclinó y sostuvo la
caja entre sus
manos. Una ola de vértigo barrió su interior. Joe ahora le pertenecía... sólo a
ella. Y durante
los próximos mil años o más, disfrutaría dejándole compensar su mal
comportamiento de hoy. Él
aprendería bien la lección de rechazar a una sacerdotisa del Druinn.
Autor: Gena
Showalter
Adaptación: Si
Género: Drama y Romance, Erótica
Advertencias: Puede contener escenas fuertes
Otras Páginas: metroFLOG
|.•.• El Esclαvo del plαcer •.•.|
|PrOlOgO|
¯¯¯¯¯¯¯
Imperia. La Quinta Estación.
¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯
—Te deseo otra vez, Joseph.
Las olas se estrellaban contra las sobresalientes rocas, besadas con el rítmico
balanceo del mar, y los rayos de la luna se filtraron a través de las arqueadas
ventanas. El olor dulce a gartina y elsment llenaban la cámara, un signo
palpable de magia que pocos podían comprender o incluso reconocer.
Zirra se inclinó desnuda contra el marco de la ventana, el lugar exacto donde
su amante la había tomado hacía unos momentos. Cuando él falló en responder a
sus palabras, ella, de manera seductora, arqueó su espalda y deslizó una mano
sobre su liso y plano estómago.
— Te deseo otra vez, Joe, —repitió ella, con un borde ronco en sus palabras. Su
cuerpo todavía cantureaba por su toque, pero ella necesitaba más de él. Ella
siempre necesitaba más de él.
Su oscuro pelo colgó en salvaje desorden sobre sus hombros, mientras él
sujetaba sus negros drocs de guerrero alrededor de su cintura. Él la miró
divertido.
—Sabes que debo irme, nixa.
—¿Por qué? —molesta, Joe abandonó su relajada postura y se acercó airadamente a
la cama. Ella no se molestó en cubrirse con la blanca y sedosa sábana, sino que
dejó sus opulentos y grandes pechos desnudos a la vista.
—¿Por qué me niegas el placer de tu toque?
Él cerró la distancia entre ellos y se tumbó sobre la cama, a pocos centímetros
de su alcance.
—Sabes que debo viajar a palacio para la instrucción del Gran Lord Challann. Se
avecina una rebelión en Gillirad.
—Pero yo...
—No puedo desobedecer una orden directa de mi rey. Eso también lo sabes.
Sus cejas se fruncieron con irritación. Joe actuaba como si su desnudez ya no
lo tentara.
Quizás no lo hacía.
Zarcillos de furia danzaron a lo largo de su columna. Antes ella había besado y
lamido un camino descendente por todo su cuerpo y lo había tomado profundamente
en su boca, algo que nunca había hecho por ningún otro hombre. Cuando ella
terminó, él se había deslizado en su interior, bombeando y empujando
eróticamente, dándole un éxtasis tan completo que ella había implorado por
compasión. Pero él había bostezado. ¡Bostezado!
Sus puños se apretaron tan fuertemente que sus nudillos se pusieron blancos, y sus
largas y ovaladas uñas se clavaron en sus palmas, cortando profundamente la
piel. Le había dado a Joe todo lo que tenía para dar, y aún así ella, una
sacerdotisa del Druinn, había fallado en satisfacerlo. Y debido a su fracaso,
pronto sería desechada como un pedazo de carne sin valor.
Aquella imagen quemó en su mente, y le impulsó a hacerle daño, a destruirlo de
algún modo, como él hacía con ella. Durante ocho ciclos él había venido a su
cama, dándole un placer incomparable, y durante cada una de aquellas ocho
noches, él la había abandonado después, sola en el enorme vacío de su cama,
desesperada por más de él. Muriendo por más de él.
Debe sufrir como yo sufro, pensó ella. Pero…
La necesidad de su afecto surgió como un vehemente dolor que ella no pudo ignorar,
y se encontró extendiendo la mano, agarrando su musculoso antebrazo. Incluso
ahora, con sus rasgos tensos y la expresión molesta, él exudaba el erotismo y
la sensualidad de un hombre que existía sólo para el placer de su mujer. Ella
quería, necesitaba, ser la que obtuviera su devoción eterna. Quizás entonces el
constante vacío de su corazón se llenaría.
—Unámonos —dijo ella, sus palabras surgieron como un soplo etéreo de aliento—.
Une tu vida conmigo y te daré más placer carnal del que ninguna otra mujer
pueda darte.
Él ni siquiera lo pensó.
—No.
—Riquezas. Te daré más riquezas de las que puedas imaginar. —Con un rápido y
desesperado movimiento de muñeca, ella agarró el largo pelo negro que le caía
sobre un hombro—. Incluso, si lo deseas, un planeta propio para gobernar.
—Zirra, —Joe la regañó suavemente. Mirándola, él holgazaneó sobre la cama y
apoyó su peso sobre un codo—. Sería mejor que recordaras las palabras que te
dije antes de que aceptara ser tu amante. Te dije que nunca podría ser más que
un entretenimiento pasajero para ti.
—Sí, lo recuerdo, —admitió ella a través de los dientes
apretados. Pero eso no la había
detenido para poseerlo. Una mirada a la perfección masculina de Joe, al modo en
que sus pálidos
ojos violetas prometían la pasión indecible, a la forma en que su duro y
musculoso cuerpo se
movía con gracia nervuda, y ella había estado perdida. Perdida como si su mente
y corazón fueran
entidades separadas.
—Nada ha cambiado, —dijo él. Con un toque tan apacible como su tono, acarició
con el dedo su
mejilla—. Y nunca lo hará. Tú eres una Druinn, y atarte permanentemente a un
mortal está
prohibido. Lo siento.
Otra vez, la furia ardió en ella, caliente y hambrienta. Nadie la trataba de
esa forma. Nadie
—Sólo te daré una oportunidad más para que me unas a ti.
Él se puso de pie, pronunciando una ronca risita que por lo general hacía que
temblara de placer.
Ahora el sonido sólo enardeció su cólera.
—¿O qué, nixa? ¿Hervirás mis globos oculares en agua? ¿Dejarás mi virilidad
flácida para
siempre?
—Ah, no, mi buen guerrero. Haré algo mucho, mucho peor.
Sin afectarle en absoluto su siniestra advertencia, él levantó su brillante y
plateada espada que
estaba apoyada contra la pared y la enganchó a la funda metálica de su
cinturón. Se inclinó y le
dio un rápido beso en la mejilla.
—Tal vez más tarde nos deshagamos de esta energía que pareces abrigar, ¿¡um!?
Sin esperar una respuesta, él giró sobre sus talones y se dirigió a zancadas
hacía la puerta.
—Por encima de todas las cosas, tú deseas a las mujeres, Joe
—dijo ella—, y ahora te haré su
esclavo. —Frunciendo el ceño, ella agarró con rapidez el joyero de baratijas
que él le había
regalado hacía apenas unas horas y se lo lanzó. Este pasó justo al lado de su
oreja y se
estrelló en el suelo, ileso. Ella saltó sobre él.
—Te haré mi esclavo.
Joe la hizo girar y la afrontó. Su expresión ya no reflejaba confianza sino
incredulidad y, sólo
un poco, de miedo.
—¿Qué haces, Zirra?
Una especie de excitación se reunió entre sus piernas, ya que ella había hecho
que este poderoso
guerrero se asustara.
—Nadie me rechaza, —le dijo ella, con su glorioso y desnudo cuerpo tenso, con
la furia y la
indignación como único paño—. Y tú, mi hermoso mortal, pagarás por hacerlo.
—Los mortales juraron que nunca destruirían el Cristal Kyi-en-Tra de tu gente,
y a cambio el
Druinn juró que nunca usarían sus poderes contra nosotros. Tú misma estuviste
de acuerdo a eso.
Si rompes tu juramento romperás la Alianza entre nuestra gente y la guerra
estallará. Honrarás tu
palabra. Nada de brujería. Lo prohíbo.
—¿Tú, un mortal? ¿Prohibirme? Creo que no. —Ella se rió, pero el sonido careció
de
humor—. ¿Cómo descubrirá alguna vez tu Gran Lord lo que te he hecho, si tú no
puedes
decírselo?
—Zirra...
—Ruégame que sea tu compañera de vida, y juro que nunca te haré daño.
El fuego ardió al instante en sus ojos lavanda.
—Nunca suplico, por nada, ni a nadie.
—Entonces tú eres el culpable de esto, Joe ar Malik. —Sus
oscuras cejas se arquearon en un
saludo burlón y ella levantó las manos en el aire, con las palmas hacía arriba.
Joe gruñó por lo bajo y avanzó, con la evidente intención de inmovilizarla a
cada paso. Una
simple ondulación de su mano congeló sus pies en el lugar.
La sorpresa surcó sus rasgos una fracción de segundo antes de que él la mirara
airadamente, con
tanta hostilidad que ella tembló. Ella rechazó el permitir que un mortal la
asustara. Cerrando los
ojos, extendió los dedos ampliamente y comenzó a cantar.
—A partir de ahora, hasta que encuentres el amor verdadero, esclavo de una
mujer serás.
El viento aulló, arremolinándose, golpeando y derribando todo en la espaciosa
cámara. Azotando
las blancas cortinas que cubrían las ventanas, incluso agitando los cimientos
del suelo. La
energía estalló e iluminó todo alrededor, golpeando como flechas y lanzas de
guerra. Un creciente
retumbar se repitió en sus oídos. Ella levantó los brazos más alto.
—En un joyero descansarás, respondiendo a cada llamada como mejor satisfaga. Yo
te ato. Yo te
hechizo. Voluntad propia no tendrás. Lo que te digan, dirás. Lo que te ordenen,
harás.
En un segundo Joe era un hombre fuerte y viril frente a
ella, y al siguiente había desaparecido.
Sólo la pequeña caja incrustada con joyas que ella le había lanzado descansaba
en el suelo.
Sonriendo lenta y ampliamente, ella saltó de la cama, se inclinó y sostuvo la
caja entre sus
manos. Una ola de vértigo barrió su interior. Joe ahora le pertenecía... sólo a
ella. Y durante
los próximos mil años o más, disfrutaría dejándole compensar su mal
comportamiento de hoy. Él
aprendería bien la lección de rechazar a una sacerdotisa del Druinn.
IlseJonasLovato
Re: "El Esclavo del Placer" Joe&Tu
aaaah ..... me encannttoo!!! siguela pronto
soy tu nueva lectora ;D
atte: Zyanka(:+'[b]
soy tu nueva lectora ;D
atte: Zyanka(:+'[b]
Invitado
Invitado
Re: "El Esclavo del Placer" Joe&Tu
IlseJonasLovato † escribió:aranzhitha bienvenida :D
gracias por la bienvenida :) esperos capis :o
aranzhitha
Re: "El Esclavo del Placer" Joe&Tu
zayiiJB bienvenida! :D
mañana les subo el capitulo 2:* PROMISE! ahorita ando sin tiempo! :S
Calificación "Stay Strong":
mañana les subo el capitulo 2:* PROMISE! ahorita ando sin tiempo! :S
Calificación "Stay Strong":
IlseJonasLovato
Re: "El Esclavo del Placer" Joe&Tu
nueva lectora
tambein te sigo poa aqui
todos tus noves son super
siguela
tambein te sigo poa aqui
todos tus noves son super
siguela
andreita
Re: "El Esclavo del Placer" Joe&Tu
¡ ATENCIÓN!
Estamos eliminando temas que no contengan la ficha obligatoria o que estén abandonadas. El caso es que tu tema lleva casi tres meses sin continuación alguna. Tendrás una semana después de la apertura del foro para continuarla o si no podrás contactarnos para pasarla a la sección de Canceladas. De lo contrario, tu argumento sera eliminado.
Estamos eliminando temas que no contengan la ficha obligatoria o que estén abandonadas. El caso es que tu tema lleva casi tres meses sin continuación alguna. Tendrás una semana después de la apertura del foro para continuarla o si no podrás contactarnos para pasarla a la sección de Canceladas. De lo contrario, tu argumento sera eliminado.
Lisy
Temas similares
» Esclavo Sexual[Ziall,Niam,Larry,etc][Hot]
» El Esclavo [larry]
» Esclavo sexual? Larry Stylinson (Terminada)
» Welcome To Wonderland
» esclavo comprometido larry (hot)
» El Esclavo [larry]
» Esclavo sexual? Larry Stylinson (Terminada)
» Welcome To Wonderland
» esclavo comprometido larry (hot)
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér 20 Nov 2024, 12:51 am por SweetLove22
» My dearest
Lun 11 Nov 2024, 7:37 pm por lovesick
» Sayonara, friday night
Lun 11 Nov 2024, 12:38 am por lovesick
» in the heart of the circle
Dom 10 Nov 2024, 7:56 pm por hange.
» air nation
Miér 06 Nov 2024, 10:08 am por hange.
» life is a box of chocolates
Mar 05 Nov 2024, 2:54 pm por 14th moon
» —Hot clown shit
Lun 04 Nov 2024, 9:10 pm por Jigsaw
» outoflove.
Lun 04 Nov 2024, 11:42 am por indigo.
» witches of own
Dom 03 Nov 2024, 9:16 pm por hange.