we're all just kids who grew up way too fast.

No sé, sería la persona más hipócrita del mundo si les dijera que sé cómo se sienten las directioners porque no lo sé pero puedo imaginarlo y no, no me imagino estar en su posición y que mis bandas favoritas se separaran, ¿saben? Creo que no podría ser tan fuerte como ellas. Pero lo que sí sé es que mi mejor amiga me llamó hoy llorando y aunque intente no puedo consolarla, y que tengo amigas directioners que todo esto les está afectando y me llena de impotencia no saber qué hacer para hacerlas sentir mejor, y que aunque ya no me guste 1d en un momento sí me gustaron, en un momento sí canté sus canciones a todo pulmón y en un momento sí me hicieron sonreír cada vez que no me sentía tan bien. En un momento esos cinco chicos alegraron mis días y hasta el día de hoy de vez en cuando lo siguen haciendo-sobre todo Louis aka sunshine. So, sé que esto suena a despedida pero, bueno, siendo sinceros 1d sin zayn malik ya no es 1d; así que sólo tratar de darles ánimos a todas las chicas directioners aquí en el foro y que espero de todo corazón que zayn regrese a la banda y todo esto sea como antes. Y sino, aunque sea duro de comprender en este momento, creo que todo pasa por una razón y espero que zayn haya elegido correctamente, o al menos lo haya intentado.

so much memories. 2012. la primera vez que supe del foro. breakeven y valentina con su novela tan perfecta. harry styles. hendall. louis tomlinson. more than this. ariana styles. niall horan. zayn malik. wmyb. karaoke de dos horas con mi mejor amiga. larry. zouis. ziall. liam payne. mi primer poster de 1d. mi primer one-shot en el foro. moments.

No he visto el 3x17 de arrow pero dicen que le disparan una flecha a mi bb felicity y si es así mataré a quien sea que se le haya ocurrido ese guión {aka marc guggenheim}

El día 29 de marzo del 2015 fue de los peores de mi vida. Mi abuela materna tenía cáncer, y la luchó durante cinco años para seguir aquí. Estuvo presente en mis 15 años, cuando ingresé a la universidad y hasta me deseó suerte el primer día del ciclo. Era la abuela que más quería y la que más me quería. Pensé que no iba a doler tanto si me iba haciendo a la idea de que ya no iba a estar, pero a pesar de eso duele. Muchísimo. Siento que me falta una parte de mí y es cierto. Porque se fue y una parte de mí se fue con ella.

Lo que más me duele y a la vez me hace sentir algo tranquila es que ella me esperó. Se sintió mal desde la madrugada y pidió que le colocaran oxígeno y estuvo así hasta las 6am que llegué a verla. Ella estaba rodeada de todos sus hijos-entre ellos mi mamá-y esperó a que yo llegara para tomarme de la mano y tratar de sonreírme. Y no pasó ni dos minutos cuando sus ojos comenzaron a cerrarse. Ella me esperó, o al menos eso es lo que voy a creer.

Nunca voy a poder borrarme su imagen de la mente. Esos últimos minutos que pasé con ella. Como le dije una y otra vez que la amaba, y ella sólo asentía porque ya no tenía fuerzas para hablar. Me acuerdo que yo pensaba que era invencible, porque era una luchadora y no se dejaba vencer por absolutamente nada. Hasta que llegó el cáncer, y me acuerdo que después de unos meses mis tíos me hicieron ir a verla, diciendo que fuera a despedirme. Pero yo no me despedí. Porque estaba segura que ella viviría. Ella lloraba y luego me dijeron que era porque no quería dejarme, porque estaba muy chica todavía. Y la luchó y la luchó hasta que lo consiguió. De la noche a la mañana comenzó a mejorar y el cáncer desapareció, o al menos dejó de ser activo. Me acuerdo que para los 15 o 16 yo ya no creía en el matrimonio, menos en que un simple papel te garantiza la felicidad. Pero ella era católica al cien por ciento, y yo le decía que si yo me casaba sería sólo por ella, para que ella estuviera feliz de verme de blanco. Eso la hacía sonreír y sus ojos brillaban de tal manera que me dije a mi misma que no me importaba traicionar todo en lo que yo creía, que yo me iba a casar sólo para verla así de contenta. Ella era la abuela que más quería, la que vivió conmigo desde que tengo uso de razón. Y yo siempre he tenido una buena relación con mis abuelos paternos también pero con los que más tiempo pasaba era con mis abuelos maternos, sobre todo con mi abuela. Solía sentarme a su lado mientras ella escuchaba sus rezos y la acompañaba, a pesar de que hubo un tiempo en el que dejé de creer en Dios. O sino me hacía ver telenovelas que aunque me aburrían por ella las veía. Ella fue la única, junto con mi mamá, a la que le demostraba mi cariño en esa época en la que cualquier muestra de afecto me incomodaba. Porque siempre había sido así, ella siempre había estado ahí para mí y yo siempre he estado ahí para ella. De ahí comenzaron de nuevo los dolores, y las levantadas en plena madrugada. Y yo rogaba a Dios o a quien sea que por favor le calmara tanto dolor, que ella no se lo merecía. Parecía una niña cuando la abrazaba y ella lloraba en mis brazos. Le acariciaba el cabello y le tarareaba una especie de nana que he estado tarareando en mi cabeza desde ayer en la mañana. Y ella se calmaba conmigo, sólo conmigo. Hasta ese día hace casi tres semanas, cuando su dolor fue tan fuerte que tuvimos que llevarla al hospital. Yo la llevaba en la silla de ruedas, diciéndole que en un par de días estaría de regreso. Y ella negó con su cabeza, sonrió y me susurró: "estoy muy cansada". Sentí que me iba a poner a llorar, pero le dije que tenía que seguir luchando como siempre. Y ella volteó, me miró y me dijo: "yo estoy tranquila porque sé que tú ya estás en la universidad, vas a estudiar y vas a ser una profesional. Vas a cuidar de todos, ya estás grande". Y yo traté de no tomarle importancia, porque realmente pensaba que iba a pasar lo mismo que la primera vez y ella iba a regresar. Hasta tendí su cama y acomodé su cuarto durante todo el tiempo que estuvo en el hospital, esperando a que llegara. No me di cuenta hasta hoy que aquel día se estaba despidiendo. Aquel día me estaba diciendo adiós.

Todos los que asistieron al velorio me decían que me mantenga fuerte, que ahora está descansando y eso era lo mejor. Y me abrazaban, el mismo abrazo de siempre. Yo quería un abrazo de verdad, como los que daba ella. Porque te abrazaba como si la vida se le fuera en ello. Me han abrazado tantas personas desde ayer hasta hoy pero con ningún abrazo me siento bien. Quiero los de ella, y duele más saber que ya no los tendré.

Como puse antes, ella me esperó. Y eso solo me demuestra el gran amor que me tenía. Ella no quería irse sin verme, y yo no quería que se fuera. Nunca había visto a alguien morir frente a mis ojos, pero cuando sucedió y mientras todos lloraban, yo sólo me acerqué a ella, le acaricié el cabello como siempre lo hacía y comencé a cantarle la nana que siempre le cantaba. Estaba como siempre en mis brazos, sólo que esa sería la última vez que la tendría. Que la podría abrazar, que la podría besar o acariciar. Así que me tragué mis lágrimas y lo único que hice fue observarla, tratando de guardar su imagen en mi memoria. Y claro que lo hice, porque esa última vez que la vi nunca la podré olvidar. Se tatuó en mi mente para siempre.

Ahora mientras escribo todo esto el nudo en la garganta casi no me deja respirar, y siento ese vacío en el pecho que llevo sintiendo desde ayer. Desde ayer que todos se fueron a la sala del hospital mientras yo me encerraba en el baño a llorar, o cuando tuve que ver a mi prima luego de la noticia. Cuando vi a mi madre completamente destrozada frente a su cama, o como cuando acompañé a mi tío a cerrar la tapa del ataud. Rompí en llanto, pero me contuve. Porque sabía muy bien que si comenzaba a llorar no sabría como parar. Me contuve mientras hacían la misa, mientras veía su ataud perderse o mientras veía a mi madre llorar. Me contuve cuando llegué a mi casa y vi su silla de ruedas, o cuando pasé por su cuarto y vi su rosario en el pequeño altar. Me contuve mientras inconcientemente pensaba en qué haría mi abuelita para almorzar, o cómo pasaríamos el día de la madre. Me contuve cuando fui a la cocina o cuando vi la chompa que siempre se ponía, su favorita. Y me contengo ahora, aunque sé que mañana veré a mi mejor amigo y lloraré todo lo que no he llorado ambos días. Porque mi madre se derrumba si yo me pongo mal, y eso sí no puedo permitirlo. Y porque si lloro ya no sé si voy a poder detenerme.