Obliviate (James S. Potter)

Ese sábado en la mañana Cassie Black terminaba de atar los cordones de sus botas del uniforme de Quidditch, levantó la vista y se miró en el espejo de cuerpo entero que estaba en la habitación de chicas del quinto grado, como no había podido dormir bien esa noche debido a la tormenta estaba un poco pálida y ojerosa, y como no puedo dormir se le hizo tarde y no tuvo tiempo de arreglar el enmarañado cabello rojizo, así que  lo ató en una coleta alta de la que se escapaban algunos finos tirabuzones. Suspiró y tomo su escoba que estaba en una esquina y salió disparada a través de la puerta. Cuando pasó por la sala común divisó a algunas personas. Rose Weasley estaba sentada con las piernas cruzadas como los indios y un libro descansaba en su regazo mientras que a su lado Lily Potter parloteaba sobre algo mientras la oji-azul la ignoraba. Al otro lado de la sala común Lorcan Scamander parloteaba sobre algo mientras que Roxanne Weasley lo miraba como si su tema de conversación fuera lo más interesante del mundo. Y en un rincón oculto de la sala el bueno para nada de su primo, Ted Lupin, estaba tirado en un sofá mientras que Victoire Weasley descansaba sobre él. Apenas atravesó el retrato de la dama gorda se echó a correr por los pasillos a toda velocidad, si llegaba tarde, de seguro Potter sería todo un dolor en el culo para la pelirroja; miró a través de una ventana al campo de Quidditch solo puso divisar a algunas figuras a lo lejos, debido a que el cielo estaba nublado y aun caían algunas gotas de lluvia, maldijo para sus adentros, no podía creer que el Imbécil de Potter los Obligara a hacer las pruebas de este año con ese clima. Casi cayó de las escaleras cuando chocó con un chico de pelo negro y ojos azules

—Lo siento, Matt— dijo la pelirroja mientras le tendía la mano al Slytherin tirado en el piso

—No importa, Cassie— respondió mientras se sacudía el polvo de la túnica— pero ¿por qué tanta prisa? —pregunto, pero a pesar del interés de su voz no cambió su expresión taciturna y desinteresada. Cassie Sonrió. Era igual a la de ella.

—Potter.

El chico sonrió— debí imaginármelo—.

—Me voy. Llego tarde a las pruebas—hiso una mueca—, y aún es muy pronto para que ya se convierta en un grano en mi trasero

No esperó la respuesta del chico  Nott y salió disparada. Matthew Nott había sido su mejor amigo desde que tenía memoria, luego de la guerra Narcissa y Andromeda Black retomaron su relación de hermanas, por lo que las familias de ambas han sido amigas desde entonces, por lo que Matt, el hijo de Theodore y Daphne Nott, la hermana de Astoria, la esposa del hijo de Narcissa; y la Mayor de los Black siempre fueres muy unidos.

Cuando llegó al campo tuvo que hacer esfuerzos  sobre humanos para no caer de culo al lodo. “Estupido Potter, no puede obligarnos a entrenar con este clima”

— ¡HASTA QUE POR FIN APARECES, BLACK! — Rugió un chico castaño en uniforme de Quidditch— ¡¿SABES HACE CUANDO TE ESTAMOS ESPERANDO?! —el chico puso sus manos en la cintura dándole un aspecto de abuela regañona. La chica Black tuvo que hacer grandes esfuerzos para no partirse de la risa ente la visión— ¡EL TIEMPO SON GALEONES!, Y YA HEMOS PERDIDO UN MONTÓN POR TÚ CULPA—Eso no era cierto y Cassie lo sabía, ella solo se había demorado cinco minutos, pero el odio que el Potter sentía hacia la pelirroja lo hacía exagerar las cosas— TODOS ESTAMOS MUY ENOJADOS CONTIGO, BLACK— eso tampoco era cierto, los otros miembros del equipo podían estar de cualquier manera menos enojados, si bien Cassie era Cazadora y James el Buscador, los otros miembros estaban bastante relajados; Fred Weasley, golpeador y co-capitán del equipo estaba sentado en las gradas mientras coqueteaba con un par de chicas que parecían estar más que alagas por el hecho de que el pelirrojo les diera ese honor, como si todas las chicas quisieran estar en su lugar-y, probablemente, la mayoría sí quería-; kailer Wood, el guardián, estaba charlando plácidamente con su hermana, Jessica Wood, la cual también era cazadora; y los dos restantes, bueno, para eso eran las pruebas.

— Relájate, Jamsie— Fred le puso la mano en el hombro, tranquilizando al sonrojado muchacho—Deja en paz a la pobre chica, parece estar a punto de atravesarte el trasero con su escoba— dijo de manera burlona. Lo cual era cierto, Cassie no había cambiado su expresión, pero en sus ojos brillaba una advertencia muy clara “continua retándome y no tendrás hijos, Potter”. El pelirrojo se giró a donde estaban los candidatos que iban a presentar las pruebas—MUY BIEN, TODOS, YA VAMOS A EMPEZAR. ACERQUENSE— les hiso señas los novatos y a los jugadores— muy bien—se froto las manos— necesitamos a un cazador y a otro golpeador, pero si resultan ser mejores que alguno de esos tres— señalo a los otros miembros del equipo— consideraremos el reemplazarlos, son demasiado feos— sonrió con arrogancia— y aunque sé que soy hermoso, no puedo opacar la fealdad de cuatro seres tan horribles— el castaño miró indignado al pelirrojo, aunque todos sabían que bromeaba, James potter era considerado, tal vez, el chico más sexy de quinto; kailer, era por mucho, el tipo más atractivo de sexto grado, con su cabellos castaño, mandíbula cuadrada y hermosos ojos verdes; Jessica, aunque bastante tímida y retraída, nadie podía negar que con su pelo rubio y ojos iguales a los de su hermano, era muy guapa; y Cassie bien podía competir con Dominique Weasley el puesto de la chica más sexy de quinto. Sin embargo todos rieron ante su comentario.

—  Bien— dijo el chico Potter—, como es obvio que mi primo ha perdido la cabeza, será mejor que se organicen en tres  filas; los guardianes por aquí. Sí. Tú también, Wood— dijo ante la mirada de kailer. Los aspirantes a guardianes se formaron donde James les indicó, había muy pocos aspirantes; todos en  sabían que nunca ha habido un mejor guardián que el castaño, excepto, tal vez su padre—, Cazadores— señaló otro punto, allí se reunieron un montón de niñas de segundo a cuarto que no paraban de parlotear y de sonrojarse y reír como idiotas cada vez que james o Fred las miraba, Cassie rodó los ojos, típico, pero sabía que eso molestaría de sobremanera a los primos Weasley, el Quiddith era una de las pocas cosas que ambos se tomaban en serio. — Y Golpeadores—  allí se formaron algunos chicos y chicas-de las cuales algunas hacían lo mismo que las menores, solo que ahora el mayor de los Wood, también era causante de reacciones-

— ¡Mierda! — todos voltearon a ver de dónde procedió el estruendoso ruido, la razón no se hizo esperar; allí, tendido sobre el piso estaba un chico alto, de cabello castaño y ojos claros, muy apuesto

—Pensé que te habías acobardado, Frankie— dijo con su clásica sonrisa arrogante, James a su amigo

—Nunca, Jamsie— el chico que sacudió el polvo de los pantalones y dedicó una sonrisa fácil que  hiso suspirar a más de una. Puede que Frank Longbottom no sea fuera un presumido como sus dos mejores amigos, pero eso no quitaba que también fuera el sueño húmedo de muchas. Sin más, el castaño de posiciono en la fila de golpeadores.

—Muy bien— dijo el pelirrojo y se llevó un silbato a la boca— ¡COMIENCEN! — lo último que Cassie escuchó antes de patear el piso y alzarse por los aires fue un pitido.