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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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Comprado para su placer ~larry stylinson~ capítulo 9
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Página 2 de 3. • 1, 2, 3
Re: Comprado para su placer ~larry stylinson~ capítulo 9
YEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEYASI SE HACE NENA PASE DE PAGINA QUE TE PARECE ESO NENA????? okno
Pero eztoy FELIZ
Aguuz.
Re: Comprado para su placer ~larry stylinson~ capítulo 9
Capítulo 5
Cinco minutos después, llegó el cristalero. Muy sonriente, le dijo que con lo que iba a cobrar por aquel trabajo, no tenía problema en darle prioridad.
De camino a la comisaría, fue invadido por la inevitable necesidad de rememorar lo sucedido con harry, una y otra vez. El muy loco se había ofrecido a reponer el dinero de Happy Holidays a cambio de sus favores sexuales. Si él hubiera sabido la poca experiencia que tenía en ese campo, tal vez no le habría interesado tanto, pensó. Sin embargo, no podía olvidar que, hacía dieciocho meses, había estado tan enamorado, que hubiera sido capaz de hacer cualquier cosa que él deseara.
No estaba orgulloso de su debilidad. Y se culpó por haber sido tan influenciable cuando vio a Harry styles por primera vez en una revista del corazón, cuando louis tenía sólo catorce años. Él tenía veintidós. Convencido de que era el chico más atractivo que había visto jamás, recortó la foto y la guardó. No contenta con eso, la enmarcó y le dedicó infinitos momentos de admiración y deseo adolescente. Prefería mil veces aquellos sueños de niño a la cruda realidad del hombre que había conocido.
De hecho, pasaron más de seis años hasta que lo conoció en persona. En aquel tiempo, su carrera como modelo le había dado una llave de entrada al mundo de lujo y riquezas al que él pertenecía. Una vez lo vio en un club nocturno, con aspecto aburrido, mientras un ejército de mujeres se esforzaban por captar su atención. Él no lo vio a el.
Una mala experiencia cuando tenía sólo trece años le había hecho temer a los hombres. Cuando estaba con alguien del sexo opuesto, tenía mucho cuidado de no enseñar demasiado su cuerpo Era virgen, un secreto que sólo el conocía, pues se había movido en círculos donde lo normal era el sexo ocasional. Además, había sido incansablemente perseguida por hombres que, como aves rapaces, sólo querían acostarse con el para añadirlo a su lista de conquistas. Cuando descubrió que los hombres a los que rechazaba le habían puesto la etiqueta de frígido, se sintió herido y avergonzado. Habría sido más fácil no quedar con ninguno en absoluto. No se le había ocurrido pensar que, al ser una hombre difícil, se convertía en una presa más deseada para los depredadores masculinos.
El día que miró a través de las cortinas detrás del escenario en un desfile de moda en París y vio a harry styles sentado en primera fila, se sintió abrumado. Volvió a ser el adolescente que una vez acariciaba su fotografía. Nervioso como un principiante sobre la pasarela, había temido mirar hacia donde él estaba. De hecho, cuando harry hizo que los presentaran, no se había atrevido a mirarlo directamente. Él le pidió su número de teléfono, a lo que contestó que le habían robado el móvil. Poco después, tuvo que irse para hacer un pase privado en otro lugar. Más tarde, harry le envió un teléfono nuevo al hotel y él fue el primero en llamarlo, con su marcado acento derritiéndolo como la miel a través del auricular.
Había dicho que quería verlo aquella noche, pero louis tenía que salir al día siguiente temprano a Londres.
-Llámales y diles que estás enfermo para que puedas quedarte en París -lo urgió él.
-No puedo hacer eso.
-Sí puedes, si quieres verme.
-Y si tú quieres verme a mí, puedes esperar -louis se escuchó decir.
-¿Siempre eres tan difícil?
Aquella había sido la primera vez, pero no la última, que louis saboreó cómo era tratar con un tipo muy rico y poderoso, acostumbrado a la gratificación instantánea de todos sus deseos. Cualquier respuesta que no fuera un sí inmediato, era percibida por él como una negativa.
Aun así, al día siguiente, harry le había hecho venir de vuelta a París para cenar con él y se habían llevado tan bien, que habían estado hablando hasta el amanecer. Un ramo de rosas blancas ll esperaba cuando regresó a Londres y lo llamó todos los días durante la siguiente semana. Se había sentido mimado y apreciado. Cada cosa que él hacía parecía llevar impresa la esencia del romanticismo. Muchas personas le habían prevenido acerca de la reputación que precedía a harry respecto a su frialdad con el sexo opuesto pero, en lugar de escucharles, louis había seguido disfrutando con las llamadas y las citas con él, soñando con un final feliz de cuento de hadas. En ningún momento se le pasó por la cabeza que podía ser sólo el juguete del que pronto se cansaría un hombre rico y egoísta.
Con aquel pensamiento en la cabeza, se encontró sentado de nuevo en la sala de interrogatorios de la policía.
-Hábleme de la casa que su madre tiene en Francia -le invitó el inspector, con una sonrisa inesperada.
-¿Francia? -louis replicó atónito-. Pero mi madre no tiene ninguna casa en Francia.
-Nosotros creemos que sí la tiene y, según nuestra fuente de información, es una casa de campo bastante lujosa. Con cinco dormitorios y piscina, nada menos. Al menos, eso es lo que ella le dijo a una amiga el año pasado. Una propiedad así en el sur de Francia no es nada barata.
Louis sacudió la cabeza mostrando su desacuerdo:
-Esa supuesta amiga miente.
-No lo creo...
-Por supuesto que sí. Si mi madre tuviera una casa, yo lo habría sabido. Debe de haber un malentendido.
Louis no tenía duda. Si hubiera habido una casa de campo, la habría vendido para resolver los problemas económicos de su madre, que no habría tenido necesidad de gastar un dinero que no le pertenecía.
-Aún no conocemos el lugar exacto donde está la casa, pero lo averiguaremos pronto. Creo que tendremos más respuestas cuando consigamos encontrar a su madre.
Louis palideció. Le perturbaba aquel cambio en el curso de la investigación, que apuntaba con nuevo énfasis hacia su madre.
-Pero ya les he dicho que ella no tiene nada que ver con esto.
-Creo que su madre tiene todo que ver con esto. Usted no pudo decirme en qué se había gastado el dinero -señaló el inspector, colocando sobre la mesa unas cuantas bolsas de plástico de las que usa la policía para guardar las pruebas-. Tengo los cheques que se hicieron a cargo de la cuenta de la organización de caridad, firmados por su madre y por usted. Uno de ellos, por valor de casi cincuenta mil libras, fue empleado para comprar un coche. El vendedor recuerda bien a la compradora. ¿Dónde está ese coche ahora, señor tomlinson?
se sintió pasmado ante aquella pregunta.. ¿Había cambiado Virginia su coche, antes de desaparecer, por otro más caro? Aunque no lo entendía, estaba decidido a seguir protegiendo a su madre:
-No lo sé...
-Todos los cheques que tenemos se refieren a compras hechas por Virginia Carlton o a pagos para saldar sus deudas personales. ¿Cuándo firmó usted esos cheques? -inquirió el policía, sin esperar la respuesta-. Debió de ser difícil para usted encargarse de los gastos diarios del desfile benéfico cuando no estaba allí en persona. Supongo que la señora tomlinson era quien llevaba los asuntos financieros, teniendo en cuenta de que ella sí estaba allí. ¿Firmó usted los cheques en blanco para que su madre los empleara a su conveniencia?
-No, fue al contrario -insistió louis, con desesperación.
-Si persiste usted en esta actitud, será acusado de ayudar y encubrir a su madre en la estafa a Happy Holidays. Todas las evidencias que tenemos, incluyendo su desaparición, apuntan a que ella fue la responsable del robo.
-¡No, no, no fue ella! -exclamó louis, retorciéndose las manos.
-Y con sus respuestas sin ninguna base no podrá convencemos ni a mí ni a ningún juez. Deje de hacernos perder el tiempo, señor tomlinson. Encontraremos a su madre y será juzgada. Usted no puede hacer nada para impedirlo. Le sugiero que se vaya a casa y piense cuidadosamente en su situación.
Louis estaba a punto de llorar de rabia y frustración cuando abandonó la comisaría. ¿Cómo podía ser tan estúpido? No había sido capaz de convencer a la policía de que el había sido la única culpable y, por ello, su madre sería detenida y llevada a juicio sin contemplaciones. ¡Pero lo que sí era imposible es que su asustadiza progenitora estuviera escondida en un palacio con piscina en la Riviera francesa!
Aunque louis se quedó sobrecogido al descubrir lo que había hecho su madre, entendía sus razones. En primavera, había accedido a participar y contactar a otrls modelos para un desfile benéfico que su madre quería organizar. Por aquellas mismas fechas, su padrastro lo había acorralado para pedirle dinero. A louis le sorprendió, porque él sabía muy bien que el fracaso del club nocturno le había dejado sin un céntimo.
-¡Pero tú sabes que no me queda nada!
-Vamos, no nací ayer -le contestó, con una falsa sonrisa-. Debes de tener alguna cuenta secreta, una reserva que nunca tocas. Puedes confiar en mí. ¡No se lo voy a contar a Hacienda!
-Si tuviera algo...
-No te creo, me estás tomando el pelo. Me han ofrecido una oportunidad buenísima, pero me falta capital.
-Siento no poder ayudarte.
-¿Ni por el bien de tu madre? -repuso, enojado.
-No puedo darte lo que no tengo.
-Entonces, ¿no crees que es hora de que dejes ese juego de la jardinería y vuelvas a las pasarelas, que es donde debes estar? ¡Podrías cubrir las deudas que adquirimos con el club en un par de semanas! -le increpó él.
Louis se preocupó por el hecho de que su padrastro le exigiera dinero en vez de ganarlo él con su propio trabajo. Pero no pensó que todo se iba a complicar tanto. Ante las quejas del director de Happy Holidays sobre pagos pendientes y un cheque sin fondos y las excusas que su madre daba, decidió viajar en persona a Cheltenham. Allí, descubrió sorprendido que Virginia había vendido la casa que le había comprado y se había mudado a un hotel.
-¿Qué diablos está pasando? -preguntó louis, cuando su madre abrió la puerta de su habitación de hotel-. ¿Por qué has vendido la casa?
Virginia la recibió con un amargo reproche en su voz:
-No puedo creer que encima te atrevas a preguntar. ¡Después de todo, tú eres el único responsable por la ruptura de mi matrimonio!
-¿Cómo? ¿Qué he hecho? -preguntó louis, en un grito sofocado.
-Dejaste a mi marido sin trabajo. Ahora, tras unos terribles problemas económicos, por, los que tuve que vender la casa, Dennis me ha dejado por otra mujer. ¿Tienes idea de cómo me siento?
Louis sintió una tremenda compasión por su madre y trató de abrazarla.
-Por Dios, louis... Bueno, de acuerdo -tensa, Virginia se dejó consolar.
-Lo siento mucho -le susurró su hijo, de corazón.
-¡Es demasiado tarde para sentirlo! ¡Si hubieras vuelto a tu trabajo de modelo, yo ahora tendría un marido y una casa que podría costearme!
Louis se sintió terriblemente culpable de haber pensado sólo en sí mismo cuando se había negado a dejar sus estudios de diseño de jardines. Sintió gran dolor por su madre, que adoraba a su segundo marido. Dennis había aceptado el amor y la confianza de Virginia, para luego herirla y humillarla. Louis sabía lo que se sentía porque sólo dieciocho semanas antes había sufrido la agonía de un rechazo parecido a manos de harry styles. En su caso, el amor apasionado se había convertido en odio.
-¿Qué voy a hacer? ¡Estoy tan asustada! -lloriqueó Virginia.
Por un instante, louis no supo qué hacer, pues no estaba acostumbrado a ver llorar a su madre.
-Todo va a salir bien. Pase lo que pase, yo estoy a tu lado y juntos lo superaremos.
-Pero es que estoy en un verdadero aprieto -le confesó su madre con voz trémula-. No puedes ni imaginarlo...
Absorto en sus recuerdos, louis caminaba por el parque de regreso a su casa, desde la comisaría. La lluvia se mezclaba con sus lágrimas. Se sentía un fracasado. No podía hacer nada si la policía no creía su historia. ¿Por qué siempre acababa defraudando a su madre? ¡Siempre le hacía perder a los hombres que amaba! ¿Estaría maldito?
Primero había sido su padre, que nunca habría salido a navegar en aquella lancha si no hubiera sido por sus ruegos. Era cierto que había sido un accidente que nadie había podido predecir, pero eso no le quitaba peso a las aplastantes consecuencias que había tenido.
Luego había sido Rick, novio de Virginia cuando louis era adolescente. La relación había terminado de un modo muy desagradable. Le gustara o no, el había sido la causa de aquella ruptura también y, una vez más, su madre había terminado sola y con el corazón roto.
Cuando Virginia conoció a Dennis Carlton y fue de nuevo feliz, louis estuvo encantado. Aunque no le gustaba mucho su padrastro, no le importó fingir para que su madre estuviera contenta. Pero Virginia no había podido prevenir que, en su desesperación por conservar su matrimonio, acabaría robando para pagar las deudas.
Sus pensamientos volvieron a la conversación que había tenido con su madre en la habitación del hotel, donde le había confesado entre lágrimas lo que había hecho. Le había prometido hacer todo lo necesario para protegerla. Recordando el inusual cariño y la gratitud que su madre le había mostrado entonces, se le llenaron los ojos de lágrimas de nuevo. Virginia no podría soportar un juicio ni los rigores de la vida en la cárcel.
Pero louis ya no era capaz de salvar a su madre, a pesar de que estaba dispuesto a ser castigado en su lugar. La policía estaba decidida a encontrar a Virginia y sólo había una manera de mantener su promesa.
Empapado hasta los huesos y helado de frío, louis cerró la puerta de su casa al entrar. Tomó en su mano la tarjeta de visita de harry. Si él reponía el dinero, los cargos serían retirados y su madre podría volver a casa. Virginia estaría a salvo, ¿acaso no era eso lo único importante?
Prefirió enviarle un mensaje de texto antes que hablar con él, pues no se sentía con fuerzas para hacer un discurso de rendimiento:
"Si así lo quieres, soy tuyo"
Cinco minutos después, llegó el cristalero. Muy sonriente, le dijo que con lo que iba a cobrar por aquel trabajo, no tenía problema en darle prioridad.
De camino a la comisaría, fue invadido por la inevitable necesidad de rememorar lo sucedido con harry, una y otra vez. El muy loco se había ofrecido a reponer el dinero de Happy Holidays a cambio de sus favores sexuales. Si él hubiera sabido la poca experiencia que tenía en ese campo, tal vez no le habría interesado tanto, pensó. Sin embargo, no podía olvidar que, hacía dieciocho meses, había estado tan enamorado, que hubiera sido capaz de hacer cualquier cosa que él deseara.
No estaba orgulloso de su debilidad. Y se culpó por haber sido tan influenciable cuando vio a Harry styles por primera vez en una revista del corazón, cuando louis tenía sólo catorce años. Él tenía veintidós. Convencido de que era el chico más atractivo que había visto jamás, recortó la foto y la guardó. No contenta con eso, la enmarcó y le dedicó infinitos momentos de admiración y deseo adolescente. Prefería mil veces aquellos sueños de niño a la cruda realidad del hombre que había conocido.
De hecho, pasaron más de seis años hasta que lo conoció en persona. En aquel tiempo, su carrera como modelo le había dado una llave de entrada al mundo de lujo y riquezas al que él pertenecía. Una vez lo vio en un club nocturno, con aspecto aburrido, mientras un ejército de mujeres se esforzaban por captar su atención. Él no lo vio a el.
Una mala experiencia cuando tenía sólo trece años le había hecho temer a los hombres. Cuando estaba con alguien del sexo opuesto, tenía mucho cuidado de no enseñar demasiado su cuerpo Era virgen, un secreto que sólo el conocía, pues se había movido en círculos donde lo normal era el sexo ocasional. Además, había sido incansablemente perseguida por hombres que, como aves rapaces, sólo querían acostarse con el para añadirlo a su lista de conquistas. Cuando descubrió que los hombres a los que rechazaba le habían puesto la etiqueta de frígido, se sintió herido y avergonzado. Habría sido más fácil no quedar con ninguno en absoluto. No se le había ocurrido pensar que, al ser una hombre difícil, se convertía en una presa más deseada para los depredadores masculinos.
El día que miró a través de las cortinas detrás del escenario en un desfile de moda en París y vio a harry styles sentado en primera fila, se sintió abrumado. Volvió a ser el adolescente que una vez acariciaba su fotografía. Nervioso como un principiante sobre la pasarela, había temido mirar hacia donde él estaba. De hecho, cuando harry hizo que los presentaran, no se había atrevido a mirarlo directamente. Él le pidió su número de teléfono, a lo que contestó que le habían robado el móvil. Poco después, tuvo que irse para hacer un pase privado en otro lugar. Más tarde, harry le envió un teléfono nuevo al hotel y él fue el primero en llamarlo, con su marcado acento derritiéndolo como la miel a través del auricular.
Había dicho que quería verlo aquella noche, pero louis tenía que salir al día siguiente temprano a Londres.
-Llámales y diles que estás enfermo para que puedas quedarte en París -lo urgió él.
-No puedo hacer eso.
-Sí puedes, si quieres verme.
-Y si tú quieres verme a mí, puedes esperar -louis se escuchó decir.
-¿Siempre eres tan difícil?
Aquella había sido la primera vez, pero no la última, que louis saboreó cómo era tratar con un tipo muy rico y poderoso, acostumbrado a la gratificación instantánea de todos sus deseos. Cualquier respuesta que no fuera un sí inmediato, era percibida por él como una negativa.
Aun así, al día siguiente, harry le había hecho venir de vuelta a París para cenar con él y se habían llevado tan bien, que habían estado hablando hasta el amanecer. Un ramo de rosas blancas ll esperaba cuando regresó a Londres y lo llamó todos los días durante la siguiente semana. Se había sentido mimado y apreciado. Cada cosa que él hacía parecía llevar impresa la esencia del romanticismo. Muchas personas le habían prevenido acerca de la reputación que precedía a harry respecto a su frialdad con el sexo opuesto pero, en lugar de escucharles, louis había seguido disfrutando con las llamadas y las citas con él, soñando con un final feliz de cuento de hadas. En ningún momento se le pasó por la cabeza que podía ser sólo el juguete del que pronto se cansaría un hombre rico y egoísta.
Con aquel pensamiento en la cabeza, se encontró sentado de nuevo en la sala de interrogatorios de la policía.
-Hábleme de la casa que su madre tiene en Francia -le invitó el inspector, con una sonrisa inesperada.
-¿Francia? -louis replicó atónito-. Pero mi madre no tiene ninguna casa en Francia.
-Nosotros creemos que sí la tiene y, según nuestra fuente de información, es una casa de campo bastante lujosa. Con cinco dormitorios y piscina, nada menos. Al menos, eso es lo que ella le dijo a una amiga el año pasado. Una propiedad así en el sur de Francia no es nada barata.
Louis sacudió la cabeza mostrando su desacuerdo:
-Esa supuesta amiga miente.
-No lo creo...
-Por supuesto que sí. Si mi madre tuviera una casa, yo lo habría sabido. Debe de haber un malentendido.
Louis no tenía duda. Si hubiera habido una casa de campo, la habría vendido para resolver los problemas económicos de su madre, que no habría tenido necesidad de gastar un dinero que no le pertenecía.
-Aún no conocemos el lugar exacto donde está la casa, pero lo averiguaremos pronto. Creo que tendremos más respuestas cuando consigamos encontrar a su madre.
Louis palideció. Le perturbaba aquel cambio en el curso de la investigación, que apuntaba con nuevo énfasis hacia su madre.
-Pero ya les he dicho que ella no tiene nada que ver con esto.
-Creo que su madre tiene todo que ver con esto. Usted no pudo decirme en qué se había gastado el dinero -señaló el inspector, colocando sobre la mesa unas cuantas bolsas de plástico de las que usa la policía para guardar las pruebas-. Tengo los cheques que se hicieron a cargo de la cuenta de la organización de caridad, firmados por su madre y por usted. Uno de ellos, por valor de casi cincuenta mil libras, fue empleado para comprar un coche. El vendedor recuerda bien a la compradora. ¿Dónde está ese coche ahora, señor tomlinson?
se sintió pasmado ante aquella pregunta.. ¿Había cambiado Virginia su coche, antes de desaparecer, por otro más caro? Aunque no lo entendía, estaba decidido a seguir protegiendo a su madre:
-No lo sé...
-Todos los cheques que tenemos se refieren a compras hechas por Virginia Carlton o a pagos para saldar sus deudas personales. ¿Cuándo firmó usted esos cheques? -inquirió el policía, sin esperar la respuesta-. Debió de ser difícil para usted encargarse de los gastos diarios del desfile benéfico cuando no estaba allí en persona. Supongo que la señora tomlinson era quien llevaba los asuntos financieros, teniendo en cuenta de que ella sí estaba allí. ¿Firmó usted los cheques en blanco para que su madre los empleara a su conveniencia?
-No, fue al contrario -insistió louis, con desesperación.
-Si persiste usted en esta actitud, será acusado de ayudar y encubrir a su madre en la estafa a Happy Holidays. Todas las evidencias que tenemos, incluyendo su desaparición, apuntan a que ella fue la responsable del robo.
-¡No, no, no fue ella! -exclamó louis, retorciéndose las manos.
-Y con sus respuestas sin ninguna base no podrá convencemos ni a mí ni a ningún juez. Deje de hacernos perder el tiempo, señor tomlinson. Encontraremos a su madre y será juzgada. Usted no puede hacer nada para impedirlo. Le sugiero que se vaya a casa y piense cuidadosamente en su situación.
Louis estaba a punto de llorar de rabia y frustración cuando abandonó la comisaría. ¿Cómo podía ser tan estúpido? No había sido capaz de convencer a la policía de que el había sido la única culpable y, por ello, su madre sería detenida y llevada a juicio sin contemplaciones. ¡Pero lo que sí era imposible es que su asustadiza progenitora estuviera escondida en un palacio con piscina en la Riviera francesa!
Aunque louis se quedó sobrecogido al descubrir lo que había hecho su madre, entendía sus razones. En primavera, había accedido a participar y contactar a otrls modelos para un desfile benéfico que su madre quería organizar. Por aquellas mismas fechas, su padrastro lo había acorralado para pedirle dinero. A louis le sorprendió, porque él sabía muy bien que el fracaso del club nocturno le había dejado sin un céntimo.
-¡Pero tú sabes que no me queda nada!
-Vamos, no nací ayer -le contestó, con una falsa sonrisa-. Debes de tener alguna cuenta secreta, una reserva que nunca tocas. Puedes confiar en mí. ¡No se lo voy a contar a Hacienda!
-Si tuviera algo...
-No te creo, me estás tomando el pelo. Me han ofrecido una oportunidad buenísima, pero me falta capital.
-Siento no poder ayudarte.
-¿Ni por el bien de tu madre? -repuso, enojado.
-No puedo darte lo que no tengo.
-Entonces, ¿no crees que es hora de que dejes ese juego de la jardinería y vuelvas a las pasarelas, que es donde debes estar? ¡Podrías cubrir las deudas que adquirimos con el club en un par de semanas! -le increpó él.
Louis se preocupó por el hecho de que su padrastro le exigiera dinero en vez de ganarlo él con su propio trabajo. Pero no pensó que todo se iba a complicar tanto. Ante las quejas del director de Happy Holidays sobre pagos pendientes y un cheque sin fondos y las excusas que su madre daba, decidió viajar en persona a Cheltenham. Allí, descubrió sorprendido que Virginia había vendido la casa que le había comprado y se había mudado a un hotel.
-¿Qué diablos está pasando? -preguntó louis, cuando su madre abrió la puerta de su habitación de hotel-. ¿Por qué has vendido la casa?
Virginia la recibió con un amargo reproche en su voz:
-No puedo creer que encima te atrevas a preguntar. ¡Después de todo, tú eres el único responsable por la ruptura de mi matrimonio!
-¿Cómo? ¿Qué he hecho? -preguntó louis, en un grito sofocado.
-Dejaste a mi marido sin trabajo. Ahora, tras unos terribles problemas económicos, por, los que tuve que vender la casa, Dennis me ha dejado por otra mujer. ¿Tienes idea de cómo me siento?
Louis sintió una tremenda compasión por su madre y trató de abrazarla.
-Por Dios, louis... Bueno, de acuerdo -tensa, Virginia se dejó consolar.
-Lo siento mucho -le susurró su hijo, de corazón.
-¡Es demasiado tarde para sentirlo! ¡Si hubieras vuelto a tu trabajo de modelo, yo ahora tendría un marido y una casa que podría costearme!
Louis se sintió terriblemente culpable de haber pensado sólo en sí mismo cuando se había negado a dejar sus estudios de diseño de jardines. Sintió gran dolor por su madre, que adoraba a su segundo marido. Dennis había aceptado el amor y la confianza de Virginia, para luego herirla y humillarla. Louis sabía lo que se sentía porque sólo dieciocho semanas antes había sufrido la agonía de un rechazo parecido a manos de harry styles. En su caso, el amor apasionado se había convertido en odio.
-¿Qué voy a hacer? ¡Estoy tan asustada! -lloriqueó Virginia.
Por un instante, louis no supo qué hacer, pues no estaba acostumbrado a ver llorar a su madre.
-Todo va a salir bien. Pase lo que pase, yo estoy a tu lado y juntos lo superaremos.
-Pero es que estoy en un verdadero aprieto -le confesó su madre con voz trémula-. No puedes ni imaginarlo...
Absorto en sus recuerdos, louis caminaba por el parque de regreso a su casa, desde la comisaría. La lluvia se mezclaba con sus lágrimas. Se sentía un fracasado. No podía hacer nada si la policía no creía su historia. ¿Por qué siempre acababa defraudando a su madre? ¡Siempre le hacía perder a los hombres que amaba! ¿Estaría maldito?
Primero había sido su padre, que nunca habría salido a navegar en aquella lancha si no hubiera sido por sus ruegos. Era cierto que había sido un accidente que nadie había podido predecir, pero eso no le quitaba peso a las aplastantes consecuencias que había tenido.
Luego había sido Rick, novio de Virginia cuando louis era adolescente. La relación había terminado de un modo muy desagradable. Le gustara o no, el había sido la causa de aquella ruptura también y, una vez más, su madre había terminado sola y con el corazón roto.
Cuando Virginia conoció a Dennis Carlton y fue de nuevo feliz, louis estuvo encantado. Aunque no le gustaba mucho su padrastro, no le importó fingir para que su madre estuviera contenta. Pero Virginia no había podido prevenir que, en su desesperación por conservar su matrimonio, acabaría robando para pagar las deudas.
Sus pensamientos volvieron a la conversación que había tenido con su madre en la habitación del hotel, donde le había confesado entre lágrimas lo que había hecho. Le había prometido hacer todo lo necesario para protegerla. Recordando el inusual cariño y la gratitud que su madre le había mostrado entonces, se le llenaron los ojos de lágrimas de nuevo. Virginia no podría soportar un juicio ni los rigores de la vida en la cárcel.
Pero louis ya no era capaz de salvar a su madre, a pesar de que estaba dispuesto a ser castigado en su lugar. La policía estaba decidida a encontrar a Virginia y sólo había una manera de mantener su promesa.
Empapado hasta los huesos y helado de frío, louis cerró la puerta de su casa al entrar. Tomó en su mano la tarjeta de visita de harry. Si él reponía el dinero, los cargos serían retirados y su madre podría volver a casa. Virginia estaría a salvo, ¿acaso no era eso lo único importante?
Prefirió enviarle un mensaje de texto antes que hablar con él, pues no se sentía con fuerzas para hacer un discurso de rendimiento:
"Si así lo quieres, soy tuyo"
Larry Love*¥ou&I*
Re: Comprado para su placer ~larry stylinson~ capítulo 9
Aaaawww Lou se entrego a los brazos salvajes de Harry para salvar a su madre *-* que ternuritaaa :3 pero seguro que le va a encantar S.S!! S.S!!!!!!!
Aguuz.
Re: Comprado para su placer ~larry stylinson~ capítulo 9
Pero, te agregue a mi spoiler de novelas que leo :3
PD: No respondes mis mensajes :( si te molestan solo dimelo, no me pegues :c
Aguuz.
Re: Comprado para su placer ~larry stylinson~ capítulo 9
Aguuz!!!!La bba escribió:WOOOOOW POR DIOSLouis es alguito complicado no? pues primero que le gusta Harry luego que no, luego que si aaaahhhg ME FRUSTRA la intriga que tengo por lo que va a suceder y lo que no, al principio era demasiado obvio que Lou no aceptaria pero y el beso? fue como wow y luego volvio a la realidad y comenzo a negarse :/ dios ese chico si que le debe gustar a Harry.Pero, tengo una duda: Louis dice que Harry le ha echo daño y Harry dice la viceversa? o.O
Jajaja sipi louis es muy complicado,es que su cuerpo quiere una cosa y su mente otra jajaja
Pero ya veremos mas adelante por quien se decide, mente o cuerpo jajaja
Pero de que le gusto el beso le gusto
Y por tu duda,sip harry dice que louis le hizo daño y louis igual, ya entenderás poco a poco por que
Larry Love*¥ou&I*
Re: Comprado para su placer ~larry stylinson~ capítulo 9
Lo se me a pasado jajajajaLa bba escribió:Esos momentos en los que crees que nunca vas a pasar de página -.-OH y GRACIAS por la dedicatoria, en serio nunca alguien hizo algo tan lindo por mi y :S me siento peque a tu lado linda :3
Oh y de nada ,lo hice por que eres especial, no tengo muchos lectores como veras,pero tus comentarios me animan a seguir seguir
Owwwwwww eres mi hermanita pequeña
Ya te adopte;)
Jajaja
Larry Love*¥ou&I*
Re: Comprado para su placer ~larry stylinson~ capítulo 9
Ya veremos como le va louis en esos brazos jajajaLa bba escribió:Aaaawww Lou se entrego a los brazos salvajes de Harry para salvar a su madre *-* que ternuritaaa :3 pero seguro que le va a encantar S.S!! S.S!!!!!!!
Louis es muy lindo con su fea madre
Jajaja obvio que le va a gustar ok no jajaja
Larry Love*¥ou&I*
Re: Comprado para su placer ~larry stylinson~ capítulo 9
Owwwwwwww que lindo detaye lindaLa bba escribió:
Pero, te agregue a mi spoiler de novelas que leo :3PD: No respondes mis mensajes :( si te molestan solo dimelo, no me pegues :c
Muchas gracias, eres la mejor;)
Pd:sorry por no haber respondido antes,estaba desde el movió y casi no tuve tiempo
Para nada eres molesto,amo tus mensajes,me hacen sentir mejor y con ganas de seguir y seguir
Así que no dejes de comentar linda,eres súper especial
Recompensado que no respondí antes,subiré otro capitulo en un rato,solo para ti
Besos linda
Larry Love*¥ou&I*
Re: Comprado para su placer ~larry stylinson~ capítulo 9
Hola!!!
Muy buena la nove :)
No se que libro es, pero tampoco quiero saber porque sino no puedo dejar de imaginarme una mujer en lugar de Louis. Y odio mucho eso!!
Por dios, que hija de puta la mamá de Louis, ojalá que la metan presa y se deje de joder. (Pero sino no habría historia)
Meeee encantoo, enserio, seguila prontooo!!
Besos!!! :)
Muy buena la nove :)
No se que libro es, pero tampoco quiero saber porque sino no puedo dejar de imaginarme una mujer en lugar de Louis. Y odio mucho eso!!
Por dios, que hija de puta la mamá de Louis, ojalá que la metan presa y se deje de joder. (Pero sino no habría historia)
Meeee encantoo, enserio, seguila prontooo!!
Besos!!! :)
I'mLarryShipper
Re: Comprado para su placer ~larry stylinson~ capítulo 9
Dedicado a ti linda aguuz,disfrutalo;)
Capítulo 6
En pocos minutos, el teléfono de louis sonó.
-lou... -murmuró harry con suavidad, saboreando cada letra.
-Me llamo louis. Lou es el nombre que me pusieron en la agencia de modelos y nunca me gustó. Necesito que repongas el dinero rápidamente, para que la organización de caridad retire los cargos cuanto antes. ¿Puedes hacerlo? -le preguntó, con el corazón latiéndole a toda velocidad.
-No hay problema. ¿Está tu visita a la comisaría detrás de ese repentino cambio de opinión?
-¿Importa eso?
-No. Ganar es lo importante -repuso harry, sin dudarlo-. Pero no podemos dar por hecho nuestro trato hasta que no resolvamos algunos detalles finales.
Restregándose las lágrimas de humillación que llenaban sus ojos, louis se aferró al auricular como si estuviera colgando de un precipicio.
-¡Eso no es lo que dijiste esta mañana!
-Debiste escucharme mejor. Podemos resolver las formalidades necesarias mañana. Tendrás que venir a Londres.
-¿Qué formalidades? ¡Ahora pones todo tipo de condiciones! -protestó, apartándose con mano temblorosa el cabello mojado de la cara. ¿A qué rayos se refería con eso de «formalidades»?
-Sí.
-Pero no es necesario. Puedes confiar en mi palabra -replicó louis con los dientes apretados, temeroso de que, si no se reponía el dinero pronto, su madre podía ser arrestada.
Al otro lado del teléfono, louis esbozó una sonrisa sardónica. ¡No daba crédito! Aquél era el hombre que, estando bajo su mismo techo en calidad de pareja, se había fugado con otro hombre.el mismo hombre acusado de defraudar casi un cuarto de millón de libras esterlinas a una organización de caridad. Además, recordó con rabia, pues era famoso por su astuta inteligencia, cómo en un principio lo había tomado por un dulce e inocente chico de provincias. Era único fingiendo. Si él hubiera sido del tipo de hombre sensible que va por ahí abrazando a los árboles, se habría quedado impresionado el día que louis se descalzó para pasear por el jardín de su azotea y le confesó que echaba mucho de menos el campo. Louis era una verdadera caja de sorpresas, se dijo.
-Me encargaré de que te vayan a buscar y te traigan a Londres mañana temprano. No metas muchas cosas en la maleta. Yo te compraré ropa nueva. Cierra bien la puerta y despídete de tus vecinos -le recomendó harry-. Si llegamos a un acuerdo, no volverás hasta dentro de algún tiempo.
Con los ojos abiertos de par en par, louis sacudió la cabeza:
-Pase lo que pase, debo regresar aquí. Tengo esta casa alquilada y debería empaquetar mis cosas y organizarlo todo...
-Mis empleados se encargarán de todo eso.
-Pero tengo parientes aquí... y si voy a irme quiero verles antes.
-Te daré una semana después de mañana, eso es todo.
Louis tomó aliento. La conversación le había resultado irreal. Si le decía lo mucho que lo odiaba, por supuesto, él querría saber por qué. Después de todo, en apariencia, lo había abandonado por otro hombre delante de sus narices. Por lo que harry sabía, no había ninguna razón en particular para que a louis no le gustara. El, por otra parte, debía de sentir que estaba totalmente justificado despreciar al castaño.
-No puedo creer que sea esto lo que quieres... deberías odiarme.
-Mis sentimientos son asunto mío -respondió harry con un tono frío.
Louis se sintió helado. Tenía la ropa mojada y tiritaba. El quería vengarse. ¿Qué otra cosa podía ser si no? Cuando había dejado su casa de campo en compañía de zayn malik, louis se había propuesto dejarlo en ridículo. Parecía que había llegado el momento de pagar por aquello.
El día siguiente a las siete de la mañana, un chófer llevó a louis a un aeródromo privado a las afueras. Allí embarcó en un helicóptero que llevaba el logotipo azul y oro del imperio styles. Un par de horas después, aterrizó en un helipuerto en lo alto de un edificio de oficinas, y fue escoltado hasta un gran despacho vacío en el piso de arriba. Al llegar, se alisó una arruga en la manga de la chaqueta negra ajustada que había combinado con una camisa blanca y una pantalón jean ajustado.
-El señor styles está en una reunión -le informó un hombre joven que vestía un traje de chaqueta impecable.
Cuando su asistente personal regresó, un poco sonrojado, y movió la cabeza afirmativamente, harry supo que louis había llegado y que ya estaba ejerciendo su poder habitual sobre el sexo masculino. Estaba muy ocupado. El castaño tendría que esperar. Por supuesto, louis había llegado a la hora prevista porque él se había encargado de arreglar su traslado, se dijo, recordando lo mucho que le había enojado en otro tiempo su falta de puntualidad. No le gustaba que le hicieran esperar. Incluso en su primera cita, louis había llegado tarde. Al llegar, sin embargo, había electrizado a todos en el restaurante con su belleza, acercándose a él con una amplia sonrisa de disculpa que le había hecho olvidar su enojo.
Mientras escuchaba a sus ejecutivos hablar de negocios y números con una velocidad y precisión que siempre habían mantenido la atención de su mente matemática, harry se sorprendió divagando sobre qué llevaría puesto louis. Un segundo después, se levantó y ordenó un descanso, para salir de la sala de juntas hacia el despacho de al lado.
Con el sol bañando su lisa melena castaña,louis se giró desde una enorme ventana que ocupaba toda una pared. Su cara, con anchos pómulos y boca rosada, estaba presidida por unos ojos tan azules como el cielo de verano. Se concentró en la entrada de harry, con el corazón latiendo aceleradamente. La tensión le subía como una válvula a presión. Debajo de su aprensión, sentía una ola de excitación que lo confundía. Cada vez que lo veía, su cuerpo respondía de una forma exagerada que lo asustado y tenía dificultades en aceptarlo.
Harry estaba espectacular, vestido con un traje de chaqueta azul que remarcaba unas anchas espaldas, caderas estrechas y unas piernas largas y fuertes. Él era muy atractivo, siempre vestido de manera espléndida e inmaculada. La luz dibujaba brillos dorados en sus ojos verdes. Sin duda, tenía los ojos más hermosos que louis había visto en su vida, reconoció para sus adentros.
El silencio pesaba y louis echó hacia atrás la cabeza, levantando la barbilla:
-Aquí me tienes, como ordenaste.
-Sí. Me gusta tenerte aquí -respondió él con suavidad.
Louis había intentado molestarlo con su comentario, sin conseguirlo. Además, algo en la entonación de harry hizo que le subieran los colores. Tenía la terrible sospecha de que él estaba disfrutando con la situación. Por si fuera poco, lo estaba observando con la incisiva atención de un halcón. Cuando lo recorrió con la mirada, louis pudo sentir cómo el pulso se le aceleraba en cada parte de su cuerpo. Bajo sus pantalones,una ereccion comenzaba a crecer.
-¡No puedo creer que quieras seguir adelante con esto! -le dijo sin aliento.
-Cada vez que te miro, sé que voy a seguir adelante con esto -replicó él.
-Pero no tiene sentido...
-Para mí tiene todo el sentido del mundo, carño. Te deseo.
-¡Pero yo no te deseo, no deseo esto, y no puedo fingir que es de otra manera!
Harry se aproximó a el.
-Si yo creyera que eso es cierto, no estarías aquí.
-¡Créelo! -gritó louis, enojado por la dificultad que sentía para hablar y porque todos sus mecanismos de defensa le estaban avisando que se batiera en retirada.
-Teniendo en cuenta que soy tu tabla de salvación, ¿no deberías esforzarte por convencerme de que eres exactamente lo que quiero y necesito?
Harry tenía toda la razón y louis se revolvió en una mezcla de miedo y desagrado. Él era su única esperanza. ¿Qué pasaría si se ofendía o si cambiaba de idea? ¿Qué pasaría con su madre entonces?
-louis...
-¿Qué?
Estaba tan cerca, que habría podido tocarlo con un brazo extendido. Su concentración se esfumó. El aire llevaba un ligero aroma de colonia masculina y su pulso se aceleró tanto, que apenas podía respirar.
Harry lo tomó con mano firme entre sus brazos.
-Ésta es la razón por la que voy a salvarte -entonó con voz ronca.
Los músculos de louis se tensaron. Sabía que era perverso, pero cuando miraba su atractivo rostro, algo salvaje se apoderaba de el y hacía inútil cualquier intento de resistencia. Harry tomó su mentón con una mano y puso su hambrienta boca en la de el castaño con una dulce sensualidad. Con la otra mano, lo agarró de la cintura en un fuerte abrazo....
Capítulo 6
En pocos minutos, el teléfono de louis sonó.
-lou... -murmuró harry con suavidad, saboreando cada letra.
-Me llamo louis. Lou es el nombre que me pusieron en la agencia de modelos y nunca me gustó. Necesito que repongas el dinero rápidamente, para que la organización de caridad retire los cargos cuanto antes. ¿Puedes hacerlo? -le preguntó, con el corazón latiéndole a toda velocidad.
-No hay problema. ¿Está tu visita a la comisaría detrás de ese repentino cambio de opinión?
-¿Importa eso?
-No. Ganar es lo importante -repuso harry, sin dudarlo-. Pero no podemos dar por hecho nuestro trato hasta que no resolvamos algunos detalles finales.
Restregándose las lágrimas de humillación que llenaban sus ojos, louis se aferró al auricular como si estuviera colgando de un precipicio.
-¡Eso no es lo que dijiste esta mañana!
-Debiste escucharme mejor. Podemos resolver las formalidades necesarias mañana. Tendrás que venir a Londres.
-¿Qué formalidades? ¡Ahora pones todo tipo de condiciones! -protestó, apartándose con mano temblorosa el cabello mojado de la cara. ¿A qué rayos se refería con eso de «formalidades»?
-Sí.
-Pero no es necesario. Puedes confiar en mi palabra -replicó louis con los dientes apretados, temeroso de que, si no se reponía el dinero pronto, su madre podía ser arrestada.
Al otro lado del teléfono, louis esbozó una sonrisa sardónica. ¡No daba crédito! Aquél era el hombre que, estando bajo su mismo techo en calidad de pareja, se había fugado con otro hombre.el mismo hombre acusado de defraudar casi un cuarto de millón de libras esterlinas a una organización de caridad. Además, recordó con rabia, pues era famoso por su astuta inteligencia, cómo en un principio lo había tomado por un dulce e inocente chico de provincias. Era único fingiendo. Si él hubiera sido del tipo de hombre sensible que va por ahí abrazando a los árboles, se habría quedado impresionado el día que louis se descalzó para pasear por el jardín de su azotea y le confesó que echaba mucho de menos el campo. Louis era una verdadera caja de sorpresas, se dijo.
-Me encargaré de que te vayan a buscar y te traigan a Londres mañana temprano. No metas muchas cosas en la maleta. Yo te compraré ropa nueva. Cierra bien la puerta y despídete de tus vecinos -le recomendó harry-. Si llegamos a un acuerdo, no volverás hasta dentro de algún tiempo.
Con los ojos abiertos de par en par, louis sacudió la cabeza:
-Pase lo que pase, debo regresar aquí. Tengo esta casa alquilada y debería empaquetar mis cosas y organizarlo todo...
-Mis empleados se encargarán de todo eso.
-Pero tengo parientes aquí... y si voy a irme quiero verles antes.
-Te daré una semana después de mañana, eso es todo.
Louis tomó aliento. La conversación le había resultado irreal. Si le decía lo mucho que lo odiaba, por supuesto, él querría saber por qué. Después de todo, en apariencia, lo había abandonado por otro hombre delante de sus narices. Por lo que harry sabía, no había ninguna razón en particular para que a louis no le gustara. El, por otra parte, debía de sentir que estaba totalmente justificado despreciar al castaño.
-No puedo creer que sea esto lo que quieres... deberías odiarme.
-Mis sentimientos son asunto mío -respondió harry con un tono frío.
Louis se sintió helado. Tenía la ropa mojada y tiritaba. El quería vengarse. ¿Qué otra cosa podía ser si no? Cuando había dejado su casa de campo en compañía de zayn malik, louis se había propuesto dejarlo en ridículo. Parecía que había llegado el momento de pagar por aquello.
El día siguiente a las siete de la mañana, un chófer llevó a louis a un aeródromo privado a las afueras. Allí embarcó en un helicóptero que llevaba el logotipo azul y oro del imperio styles. Un par de horas después, aterrizó en un helipuerto en lo alto de un edificio de oficinas, y fue escoltado hasta un gran despacho vacío en el piso de arriba. Al llegar, se alisó una arruga en la manga de la chaqueta negra ajustada que había combinado con una camisa blanca y una pantalón jean ajustado.
-El señor styles está en una reunión -le informó un hombre joven que vestía un traje de chaqueta impecable.
Cuando su asistente personal regresó, un poco sonrojado, y movió la cabeza afirmativamente, harry supo que louis había llegado y que ya estaba ejerciendo su poder habitual sobre el sexo masculino. Estaba muy ocupado. El castaño tendría que esperar. Por supuesto, louis había llegado a la hora prevista porque él se había encargado de arreglar su traslado, se dijo, recordando lo mucho que le había enojado en otro tiempo su falta de puntualidad. No le gustaba que le hicieran esperar. Incluso en su primera cita, louis había llegado tarde. Al llegar, sin embargo, había electrizado a todos en el restaurante con su belleza, acercándose a él con una amplia sonrisa de disculpa que le había hecho olvidar su enojo.
Mientras escuchaba a sus ejecutivos hablar de negocios y números con una velocidad y precisión que siempre habían mantenido la atención de su mente matemática, harry se sorprendió divagando sobre qué llevaría puesto louis. Un segundo después, se levantó y ordenó un descanso, para salir de la sala de juntas hacia el despacho de al lado.
Con el sol bañando su lisa melena castaña,louis se giró desde una enorme ventana que ocupaba toda una pared. Su cara, con anchos pómulos y boca rosada, estaba presidida por unos ojos tan azules como el cielo de verano. Se concentró en la entrada de harry, con el corazón latiendo aceleradamente. La tensión le subía como una válvula a presión. Debajo de su aprensión, sentía una ola de excitación que lo confundía. Cada vez que lo veía, su cuerpo respondía de una forma exagerada que lo asustado y tenía dificultades en aceptarlo.
Harry estaba espectacular, vestido con un traje de chaqueta azul que remarcaba unas anchas espaldas, caderas estrechas y unas piernas largas y fuertes. Él era muy atractivo, siempre vestido de manera espléndida e inmaculada. La luz dibujaba brillos dorados en sus ojos verdes. Sin duda, tenía los ojos más hermosos que louis había visto en su vida, reconoció para sus adentros.
El silencio pesaba y louis echó hacia atrás la cabeza, levantando la barbilla:
-Aquí me tienes, como ordenaste.
-Sí. Me gusta tenerte aquí -respondió él con suavidad.
Louis había intentado molestarlo con su comentario, sin conseguirlo. Además, algo en la entonación de harry hizo que le subieran los colores. Tenía la terrible sospecha de que él estaba disfrutando con la situación. Por si fuera poco, lo estaba observando con la incisiva atención de un halcón. Cuando lo recorrió con la mirada, louis pudo sentir cómo el pulso se le aceleraba en cada parte de su cuerpo. Bajo sus pantalones,una ereccion comenzaba a crecer.
-¡No puedo creer que quieras seguir adelante con esto! -le dijo sin aliento.
-Cada vez que te miro, sé que voy a seguir adelante con esto -replicó él.
-Pero no tiene sentido...
-Para mí tiene todo el sentido del mundo, carño. Te deseo.
-¡Pero yo no te deseo, no deseo esto, y no puedo fingir que es de otra manera!
Harry se aproximó a el.
-Si yo creyera que eso es cierto, no estarías aquí.
-¡Créelo! -gritó louis, enojado por la dificultad que sentía para hablar y porque todos sus mecanismos de defensa le estaban avisando que se batiera en retirada.
-Teniendo en cuenta que soy tu tabla de salvación, ¿no deberías esforzarte por convencerme de que eres exactamente lo que quiero y necesito?
Harry tenía toda la razón y louis se revolvió en una mezcla de miedo y desagrado. Él era su única esperanza. ¿Qué pasaría si se ofendía o si cambiaba de idea? ¿Qué pasaría con su madre entonces?
-louis...
-¿Qué?
Estaba tan cerca, que habría podido tocarlo con un brazo extendido. Su concentración se esfumó. El aire llevaba un ligero aroma de colonia masculina y su pulso se aceleró tanto, que apenas podía respirar.
Harry lo tomó con mano firme entre sus brazos.
-Ésta es la razón por la que voy a salvarte -entonó con voz ronca.
Los músculos de louis se tensaron. Sabía que era perverso, pero cuando miraba su atractivo rostro, algo salvaje se apoderaba de el y hacía inútil cualquier intento de resistencia. Harry tomó su mentón con una mano y puso su hambrienta boca en la de el castaño con una dulce sensualidad. Con la otra mano, lo agarró de la cintura en un fuerte abrazo....
Larry Love*¥ou&I*
Re: Comprado para su placer ~larry stylinson~ capítulo 9
Hola linda!!!I'mLarryShipper escribió:Hola!!!
Muy buena la nove :)
No se que libro es, pero tampoco quiero saber porque sino no puedo dejar de imaginarme una mujer en lugar de Louis. Y odio mucho eso!!
Por dios, que hija de puta la mamá de Louis, ojalá que la metan presa y se deje de joder. (Pero sino no habría historia)
Meeee encantoo, enserio, seguila prontooo!!
Besos!!! :)
Awwwww me alegra que te gustara la novela
Jajaja yo también odio que haya una mujer en lugar de louis
Pero aquí en mi novela es louis y punto!!!
Jajaja
Si la mamá de louis es una p*ta
Ya veremos que pasara con ella mas adelante
Me encanta que te encante linda
Ya la seguí!!!! Jajaja
Espero que te guste el capítulo
Besoooooos
Larry Love*¥ou&I*
Re: Comprado para su placer ~larry stylinson~ capítulo 9
XC0Xwoooow CAP DEDICADO!!! Estubo genial linda, asdasd ese Harry *-* tan zenzualon con el malhumorado de lou.
No hay problema linda!! responde cuando puedas, me muero de ganas por saber que les paso y prque se odian entre si!!!
No hay problema linda!! responde cuando puedas, me muero de ganas por saber que les paso y prque se odian entre si!!!
Aguuz.
Re: Comprado para su placer ~larry stylinson~ capítulo 9
Capítulo 7
Louis no pudo evitar que se le escapara un grito sofocado ante los excitantes movimientos de su lengua. Un río de oscuro placer lo invadió. De pronto, sus piernas parecían de gelatina, su respiración era muy rápida y tuvo que agarrarse a él para mantenerse de pie.
Harry lo levantó del suelo y lo depositó sobre su escritorio. Le soltó el pelo y echó su cabeza hacia atrás para tener mejor acceso a su cuello. Cubrió sus párpados y sus mejillas de pequeños besos que hicieron a louis desear enroscarse como un gatito rogando más caricias. Harry lo mordió en el cuello y probó su suave piel con los labios y con la lengua, deteniéndose en los puntos más sensibles, haciéndolo estremecer. Tumbándolo sobre su brazo con una facilidad increíble, apartó su camisa blanca para recorrer con los dedos su torso tembloroso y colocar la mano sobre su pecho. Su columna se arqueó como si lo hubiera recorrido una corriente eléctrica. Cuando comenzó a estimular su pezón con el dedo pulgar, louis no pudo evitar gemir, víctima de un placer desmesurado. El sonido de su propio grito contenido la catapultó de vuelta a la realidad.
-Por el amor de Dios... ¡no! -aulló, separándose de harry y lanzándose fuera del escritorio con tal pánico, que su cuerpo se desequilibró y cayó de rodillas sobre la alfombra.
Harry le ofreció la mano para levantarlo, pero louis se incorporó sin ayuda, separándose aún más. Estaba tan conmocionado como si hubiera sufrido un accidente y sentía su cuerpo pesado y torpe. Y dolorosamente frustrado.
-Dios mio... podrías haberte roto el tobillo.
Harry lo observó con intensidad y una mirada de desaprobación.
Louis se sintió todavía más afectado por el sutil cambio en el comportamiento de él. De pronto, su tono se había vuelto más íntimo, más posesivo.
-¿Por qué eres tan caprichoso? ¿A qué juegas? Si crees que el papel de virgencitl pudoroso es sexy, olvídalo, no funciona.
-¡No estoy jugando! -una sensación de vergüenza lo inflamó.
Louis rechazaba ser tocadl por él, pero, al mismo tiempo, disfrutaba en extremo. El deseo era su peor enemigo, dispuesto a traicionarlo a cada momento. Louis no podía ganar la batalla, ni tampoco quería hacerlo, dadas las circunstancias. De repente, se sintió encerrado en una mazmorra con paredes de acero.
-¡No puedo hacer esto... no puedo! -le rogó, pálido louis como el papel.
Maldiciéndose por haber ido demasiado rápido, aunque no tenía idea de qué era lo que la había puesto tan nervioso, harry colocó una silla a su lado y lo invitó a sentarse, haciendo como si no hubiera escuchado. Involuntariamente tranquilizado por su tono educado y seguro, louis se hundió en el asiento, tratando de poner fin a sus agitados pensamientos y recuperar la compostura.
-Éste es el acuerdo de convivencia que me gustaría que firmaras -dijo harry, tendiéndole un documento.
-Es un... ¿qué?
-Un acuerdo de convivencia. Nunca he vivido con una hombre antes y debemos evitar todo malentendido respecto a la naturaleza de nuestra relación. Sólo define nuestro arreglo en los términos más sencillos posibles, dándole un carácter de negocio más que algo personal. Según el documento, el dinero que voy a devolver de tu parte a Happy Holidays será tu salario por ser mio durante un año. Tienes suerte de que no incluya la donación que les hice aparte de tu deuda.
-¿Tu... «yo»? -preguntó louis, que no estaba preparado para escuchar lo que le estaba diciendo.
-Me parece una etiqueta adecuada...
Los ojos de louis se abrieron con estupor, mientras su sensación de irrealidad crecía:
-¿Me estás ofreciendo un contrato de trabajo?
-Nadie que trabaje para mí gana tanto dinero -repuso él con una cínica sonrisa.
Louis se puso rojo, luego blanco, y se concentró en el tercer botón de su chaqueta para poder hablar:
-Me someto a tus demandas de forma voluntaria... Creo que no es necesario atarme con un contrato escrito, con cláusulas y condiciones.
-Yo creo que sí lo es. Tu palabra no vale nada aquí.
-Me parece que estás decidido a hacer que este asunto sea lo más humillante que puedas -consiguió decir louis, luchando para contener sus lágrimas.
-No se trata de eso. Creo que es importante que sepas exactamente en qué posición estás respecto a mí. Si rompes el acuerdo, tendrás que devolverme el dinero.
Louis se sintió abrumado:
-¡Pero eso sería imposible! ¿Crees que estaría aquí ahora si tuviera una alternativa?
-Lo sé. Pero quiero asegurarme tu lealtad.
-¿Mi... lealtad? -preguntó louis, apretando el grueso documento entre sus manos y tratando de comprender a qué se refería.
-Tu fama en ese punto no es muy buena -replicó harry con ojos burlones-. No es por nada, pero, dime, ¿estuviste acostándote con zayn malik todo el tiempo que salimos juntos?
Louis enrojeció.
-¿Cómo puedes preguntarme eso? Por supuesto que no... No pasó nada...
-Nunca me gustaron los cuentos de hadas -lo interrumpió secamente, sin poder evitar que los labios de louis capturaran su atención-. Debemos ponernos manos a la obra, rápido. Tengo que volver al trabajo.
Louis se mordió el labio al escuchar su tono de rechazo.
-Te he pedido una cita con un abogado para que puedas recibir consejo legal de una tercera persona. Si decides firmar, hazlo antes de las tres de esta tarde. A esa hora, serás llevado de vuelta a tu casa en un avión privado. Una limusina te espera abajo para llevarte al abogado. ¿Alguna pregunta?
Louis se sintió intimidado por su insensible desapego.
-Dijiste algo de un año. ¿Es lo que esperas que dure el acuerdo?
Harry se encogió de hombros.
-Un día, una semana, un mes... Un año es una fecha límite para ti, no para mí. Si sigues conmigo por entonces, y lo dudo mucho, serás libre para renegociar los términos de nuestro trato. Louis no dio crédito a lo que oía. Lo humilló su empleo de aquella horrible palabra, «renegociar». ¿Acaso harry tenía una opinión tan mala de el que asumía que no tenía problema en aceptar dinero a cambio de sus favores sexuales
Louis no pudo evitar que se le escapara un grito sofocado ante los excitantes movimientos de su lengua. Un río de oscuro placer lo invadió. De pronto, sus piernas parecían de gelatina, su respiración era muy rápida y tuvo que agarrarse a él para mantenerse de pie.
Harry lo levantó del suelo y lo depositó sobre su escritorio. Le soltó el pelo y echó su cabeza hacia atrás para tener mejor acceso a su cuello. Cubrió sus párpados y sus mejillas de pequeños besos que hicieron a louis desear enroscarse como un gatito rogando más caricias. Harry lo mordió en el cuello y probó su suave piel con los labios y con la lengua, deteniéndose en los puntos más sensibles, haciéndolo estremecer. Tumbándolo sobre su brazo con una facilidad increíble, apartó su camisa blanca para recorrer con los dedos su torso tembloroso y colocar la mano sobre su pecho. Su columna se arqueó como si lo hubiera recorrido una corriente eléctrica. Cuando comenzó a estimular su pezón con el dedo pulgar, louis no pudo evitar gemir, víctima de un placer desmesurado. El sonido de su propio grito contenido la catapultó de vuelta a la realidad.
-Por el amor de Dios... ¡no! -aulló, separándose de harry y lanzándose fuera del escritorio con tal pánico, que su cuerpo se desequilibró y cayó de rodillas sobre la alfombra.
Harry le ofreció la mano para levantarlo, pero louis se incorporó sin ayuda, separándose aún más. Estaba tan conmocionado como si hubiera sufrido un accidente y sentía su cuerpo pesado y torpe. Y dolorosamente frustrado.
-Dios mio... podrías haberte roto el tobillo.
Harry lo observó con intensidad y una mirada de desaprobación.
Louis se sintió todavía más afectado por el sutil cambio en el comportamiento de él. De pronto, su tono se había vuelto más íntimo, más posesivo.
-¿Por qué eres tan caprichoso? ¿A qué juegas? Si crees que el papel de virgencitl pudoroso es sexy, olvídalo, no funciona.
-¡No estoy jugando! -una sensación de vergüenza lo inflamó.
Louis rechazaba ser tocadl por él, pero, al mismo tiempo, disfrutaba en extremo. El deseo era su peor enemigo, dispuesto a traicionarlo a cada momento. Louis no podía ganar la batalla, ni tampoco quería hacerlo, dadas las circunstancias. De repente, se sintió encerrado en una mazmorra con paredes de acero.
-¡No puedo hacer esto... no puedo! -le rogó, pálido louis como el papel.
Maldiciéndose por haber ido demasiado rápido, aunque no tenía idea de qué era lo que la había puesto tan nervioso, harry colocó una silla a su lado y lo invitó a sentarse, haciendo como si no hubiera escuchado. Involuntariamente tranquilizado por su tono educado y seguro, louis se hundió en el asiento, tratando de poner fin a sus agitados pensamientos y recuperar la compostura.
-Éste es el acuerdo de convivencia que me gustaría que firmaras -dijo harry, tendiéndole un documento.
-Es un... ¿qué?
-Un acuerdo de convivencia. Nunca he vivido con una hombre antes y debemos evitar todo malentendido respecto a la naturaleza de nuestra relación. Sólo define nuestro arreglo en los términos más sencillos posibles, dándole un carácter de negocio más que algo personal. Según el documento, el dinero que voy a devolver de tu parte a Happy Holidays será tu salario por ser mio durante un año. Tienes suerte de que no incluya la donación que les hice aparte de tu deuda.
-¿Tu... «yo»? -preguntó louis, que no estaba preparado para escuchar lo que le estaba diciendo.
-Me parece una etiqueta adecuada...
Los ojos de louis se abrieron con estupor, mientras su sensación de irrealidad crecía:
-¿Me estás ofreciendo un contrato de trabajo?
-Nadie que trabaje para mí gana tanto dinero -repuso él con una cínica sonrisa.
Louis se puso rojo, luego blanco, y se concentró en el tercer botón de su chaqueta para poder hablar:
-Me someto a tus demandas de forma voluntaria... Creo que no es necesario atarme con un contrato escrito, con cláusulas y condiciones.
-Yo creo que sí lo es. Tu palabra no vale nada aquí.
-Me parece que estás decidido a hacer que este asunto sea lo más humillante que puedas -consiguió decir louis, luchando para contener sus lágrimas.
-No se trata de eso. Creo que es importante que sepas exactamente en qué posición estás respecto a mí. Si rompes el acuerdo, tendrás que devolverme el dinero.
Louis se sintió abrumado:
-¡Pero eso sería imposible! ¿Crees que estaría aquí ahora si tuviera una alternativa?
-Lo sé. Pero quiero asegurarme tu lealtad.
-¿Mi... lealtad? -preguntó louis, apretando el grueso documento entre sus manos y tratando de comprender a qué se refería.
-Tu fama en ese punto no es muy buena -replicó harry con ojos burlones-. No es por nada, pero, dime, ¿estuviste acostándote con zayn malik todo el tiempo que salimos juntos?
Louis enrojeció.
-¿Cómo puedes preguntarme eso? Por supuesto que no... No pasó nada...
-Nunca me gustaron los cuentos de hadas -lo interrumpió secamente, sin poder evitar que los labios de louis capturaran su atención-. Debemos ponernos manos a la obra, rápido. Tengo que volver al trabajo.
Louis se mordió el labio al escuchar su tono de rechazo.
-Te he pedido una cita con un abogado para que puedas recibir consejo legal de una tercera persona. Si decides firmar, hazlo antes de las tres de esta tarde. A esa hora, serás llevado de vuelta a tu casa en un avión privado. Una limusina te espera abajo para llevarte al abogado. ¿Alguna pregunta?
Louis se sintió intimidado por su insensible desapego.
-Dijiste algo de un año. ¿Es lo que esperas que dure el acuerdo?
Harry se encogió de hombros.
-Un día, una semana, un mes... Un año es una fecha límite para ti, no para mí. Si sigues conmigo por entonces, y lo dudo mucho, serás libre para renegociar los términos de nuestro trato. Louis no dio crédito a lo que oía. Lo humilló su empleo de aquella horrible palabra, «renegociar». ¿Acaso harry tenía una opinión tan mala de el que asumía que no tenía problema en aceptar dinero a cambio de sus favores sexuales
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