Infieles |Zayn Malik|

•Título: Infieles.
•Autor: Weed. {Dai
•Adaptacion: No.
•Género: Hot.
•Advertencias: Contenido erótico.
•Otras páginas: No.

Envolvió su cabello en una toalla y comenzó a buscar en su armario el vestido morado que a su esposo tanto le gustaba. No le veía desde hace dos días, su trabajo se encargaba de agotarlo las pocas horas de descanso que él tenía. O eso decía él, realmente ella ya había comenzado a dudar de que esto sea así. Llevaban cinco años y seis meses de casados, y hace cinco meses el "trabajo" había comenzado a ocupar las 24 horas de su día. Ella no era estúpida, tenía claro que él posiblemente la estuviera engañando, no dudaba del arduo trabajo que implica dirigir, no una, sino cinco empresas más las pequeñas filiales de esta al rededor del país, pero tampoco dudaba que su marido no hubiera tenido otros  entretenimientos durante todo este tiempo. No era algo de dudar, él no es de acero, es guapo, alto, viril, de buen porte y tiene dinero; a ella le consta que tiene miles de mujeres haciendo fila por estar con su esposo, ella en algún momento formó parte de ellas. Liam Payne probablemente le era infiel. Sin más ella tampoco se había comportado de la mejor manera, pues sí lo había engañado, a diferencia de él, con el pensamiento innumerables veces.
Se miró al espejo y pasó ambas manos sobre el vestido tubo que le llegaba 10 centímetros por sobre la rodilla, acomodó su escote metiendo ambas manos en su corpiño y acomodando sus pechos para darles más volumen del que ya tenían sin bordar lo vulgar, tener senos grandes era una ventaja y con los años había aprendido a mostrarlos sin parecer una zorra en celo. Caminó descalza hasta el tocador, tomó la base y se colocó un poco seguido de una máscara para pestañas negra y un poco de sombra oscura en sus párpados, tomó un brillo labial color carne y humectó sus labios en ellos. Separó su cabello y le dio forma de rizo con sus manos dejándolos a ambos lados de su cabeza para que se formaran unas hondas. Caminó hasta la habitación que compartía con su esposo y se dio otra mirada al espejo, aún faltaba media hora para que Liam llegara con su invitado. Tendrían una cena especial esta noche, un viejo amigo regresaba de viaje y qué mejor manera para recibirlo que con una apetitosa cena al estilo tradicional. Tomó la secadora de pelo y con un cepillo moldeó dos mechones de la parte delantera de su cabellera oscura que hacían de flecos. Tomó sus tacones negros, se sentó en el borde de la cama y se los colocó, al ponerse en pie estaba quince centímetros más alta, algo bueno para ella pues era de una altura remotamente baja. Caminó una vez más hacia el espejo de cuerpo completo, quería verse bien y seducir a su marido, últimamente su actividad sexual había disminuido drásticamente y ella no era del tipo de esposa tímida y censurada. Desarmó las separaciones que había hecho en su cabello y quedó contenta con el resultado. Tomó su teléfono y bajó a la cocina para verificar que la cena estaba lista y la mesa servida, en 20 minutos Liam ya debería de llegar.
— Lola, ¿está todo listo? —Caminó hasta el centro de la cocina y tomó asiento en la butaca frente a la isla de mármol y se apoyó sobre ella.
— Sí, señora, la carne asada está en el horno igual que las papas con orégano, el postre está en el refrigerador y las bebidas más abajo. —Le sonrió a la mujer, la cual no debía de pasar los 35 años de edad, ella era muy eficiente y siempre le ayudó en cuanto a actividades culinarias se refería.
— Muy bien, ¿cual será el plato de entrada? —La mujer se sentó frente a ella y dio un suspiro cansado.
— Arrollado de pollo con verduras, algo ligero. —La mujer le guiñó un ojo y ella rió.
Su teléfono comenzó a vibrar, se disculpó con Lola y atendió a su marido un poco extrañada.
— Amor, ¿estás en camino? —Caminó hasta la sala para tener más privacidad, algo le decía que la llamada no era nada buena.
— Cariño, lo siento, no voy a llegar hoy a casa. —La gruesa voz de Liam se oía cansada y rasposa.
— ¿Por qué? —Estaba indignada, aunque ya le era habitual la había dejado plantada con una cantidad impensable de comida y con su mejor vestido.
— Problemas en la casa filial de Southampton, ahora estoy por tomar un vuelo para allá y seguramente regresaré mañana por la tarde. —Cerró los ojos y pensó si, de una vez por todas, le recriminaría su engaño— Zayn está en camino, no dejé que se quedara sin la cena y tampoco le cancelaría, sé que tú lo recibirás de la manera debida, yo por mi parte ya me disculpé con él.
— Liam... —Tomó aire, sabía que lo que estaba apunto de decir cambiaría muchas cosas—; ¿irás solo?
— Eso creo, pero por qué la preg...
— Liam, ¿me estás engañando? —Sintió la respiración pesada de su marido por la línea y un silencio con aires de tensión se hizo presente por unos segundos.
— ¿Qué diablos estás diciendo Scarlet? —Dijo él al fin. 
— Liam, contéstame, por favor, ¿me estás engañando con otras? —Lo escuchó suspirar frustrado, sabía que Liam no le mentiría, al menos no sabiendo que ella buscaba su honestidad.
— Zayn debe de estar por llegar, arréglate bien, mañana cuando llegue a casa hablaremos tranquilos y en privado. —Ella asintió aún sabiendo que él no la podía ver y luego escuchó el sonido que marcaba el fin de la llamada. Caminó de regreso a la cocina, en el camino se detuvo frente a un espejo, con sus dedos arregló un poco de máscara que se había corrido por su piel a causa de las lágrimas que sus ojos estaban conteniendo, parpadeó varias veces intentando deshacerlas y cuando lo vio remotamente logrado continuó su paso. 
— Lola, —llamó a la mujer en cuanto pisó la cocina— puedes retirarte, dile a los demás que también lo hagan, ya me encargaré yo de servir todo. Tuvieron suficiente trabajo por hoy, vuelvan recién el lunes.
— Pero señora, ¿está usted segura? 
— Por supuesto, Lola, me enseñaste muy bien, creo que lo lograré.
— Está bien, señora, muchas gracias. Hasta el lunes.
— Hasta el lunes, Lolita.



Escuchó el sonido de la puerta y salió corriendo lo más rápido que podía con sus tacones, abrió la puerta y se encontró con la única persona por la cual había estado esperando desde la llamada de su marido. Zayn se encontraba parado frente a ella, después de tantos años el moreno seguía viéndose igual de bien que siempre,vestido con una traje gris, una camisa negra y corbata igual, los zapatos de cuero resplandecían bajo la luz artificial de la entrada. Le dedicó una extensa sonrisa al moreno y extendió sus brazos hacia el chico, caminó a la vez que él y se encontraron en un abrazo.
— ¡Pequeña! —El moreno la elevó unos centímetros del suelo y al darse cuenta que llevaba vestido la colocó en el suelo de inmediato—. Lo siento, se me olvida que ya no somos adolescentes, pero desde la última vez que te vi tenias 21 años, estás diferente, —Zayn la tomó por las manos, alejándola y la miró de pies a cabeza— estás hecha toda una mujer, Scarlet.
— Gracias, Zayn, —bajó la mirada, odiaba la facilidad con la cual se sonrojaba y su tez trigueña no la ayudaba en nada, sin nombrar la forma redonda de su rostro provocado por sus mejillas— por favor, pasa. —Se corrió a un lado y el moreno cruzó el marco de la puerta.
— Lindo. —Se paró en medio del recibidor mirando atentamente a su alrededor.
— Gracias, supongo ya sabes que Liam, lamentablemente, no va ha poder acompañarnos esta noche. —Le hizo un gesto para que la siguiera y caminaron hacia la sala.
— Sí, lo sé, me llamó hace unas horas, —él tomó asiento en el sofá color café bordado con hilo dorado— algo de Southampton o así, ¿no?
— Así es, realmente esto ya me tiene frustrada, Zayn, ¿algo de beber?
— Un whisky, por favor. —Caminó hacia la barra que se encontraba del lado derecho de la sala, sacó una cubeta de metal lleno de hielo, dos vasos de cristal soplado y los llenó hasta el tope con la botella del mejor whisky que tenía— ¿Frustrada por qué? —Le preguntó el chico una vez que llegó a su lado.
— Por nada, no importa —negó con la cabeza y le dio un trago a su vaso seguida por el moreno.— Pero dime, ¿qué tal te fue en Amsterdam? Tantos años, tuviste que haber tenido un pretexto importante para ausentarte tanto tiempo, si sabes a lo que me refiero. —Le guiñó un ojo y el chico dio una risa con la mirada baja.
— La verdad, sí, lo tenía. —Colocó su vaso sobre el porta-vasos que estaba en la pequeña mesa ratona frente a ellos.
— ¿Y qué pasó? 
— Se casó. —Dijo hundiéndose de hombros.
— ¿Cómo? No entiendo.
— Estábamos saliendo y de un día para el otro me dijo que se iba a casar y ese fue el fin, —Zayn la miraba a los ojos como suplicándole un cambio de tema— divagué por un tiempo y decidí volver, al verme allí sin nadie.
— Parece una telenovela, de esas que odio —hizo gesto de desagrado y logró sacarle una sonrisa al ojimiel. —¿Quieres pasar a comer?
— Por favor, estoy muerto de hambre, mi estómago pide por comida.
Caminaron hacia el comedor, tomaron asiento y comenzó a servir: tomó una rodaja de arrollado de unos ocho centímetros y colocó uno en cada plato. Zayn, por su parte, tomo la botella de vino blanco y sirvió un poco en cada copa. Hicieron una oración, propuesta por ella, y comieron el plato de entrada en una charla que intentaba descifrar de qué lugar provendría dicha comida.
— Yo mantengo que esto fue inventado por Lola. —Ella soltó una carcajada, llevaban al menos media hora por el plato de entrada y durante ese tiempo escuchó a Zayn inventando nombres de lugares dudosamente existentes.
— Yo digo que pasemos al pollo, porque sino no terminamos más, aún falta el postre. —Se paró para retirar los platos y llevarlos a la cocina.
— Voy a salir rodando de aquí, estoy seguro que buscas hacerme engordar para comerme, como en es historia... ¿cómo era? ¿"Hellen & Grato"? —Soltó otra carcajada mientras servía la carne horneada con papas al moreno.— ¿Qué, no era así? ¡Ya sé, "Haylor & Gretchell"!
— "Hansel & Gretel", no, Zayn, no te quiero comer. —Rió mientras tomaba asiento, dio un sorbo a su copa, la cual fue rellenada rápidamente por el chico otra vez.— ¿Acaso me quieres embriagar, Malik?
— Tengo a una de las mujeres más bellas que conozco en mi vida, sola para mí en una casa gigante por toda una noche, ¿piensas que utilizaré el alcohol para hacerte caer?
— No lo esperaría de ti, pero es una probabilidad, después de todo soy difícil de seducir. —Miró retadoramente al moreno, manteniendo su penetrante mirada, finalmente él rompió la conexión que había comenzado.— Buen provecho.


— Entonces, ¿piensas que posiblemente Liam te esté engañando? 
Se encontraban en la sala, una vez más, habían acabado el postre y estaban hablando sobre las dudas que habían comenzado a nacerle respecto a su relación con Liam, solo porque Zayn insistió en que quería ayudarla.
— Después de la llamada que tuve con él me quedó claro que lo hace, Zayn, no me lo confirmó pero tampoco lo negó. —Se cruzó de piernas y acomodó su cabello con una mano, eran cerca de las 1 de la madrugada y la noche comenzaba a ponerse calurosa. Zayn se había quitado el saco gris, aflojado el nudo de la corbata y arremangado las mangas de la camisa hasta los codos.
— Scarlet, honestamente no creo que debas preocuparte por nada, eres hermosa, joven y el mejor partido que Liam tuvo y tendrá. Cualquiera quisiera tenerte, incluyéndome, sin embargo solo él lo hace porque tú lo elegiste a él y él a ti, no creo que sea tan tonto como para reemplazarte.
— Zayn, no lo hacemos hace dos semanas, —los ojos del moreno se abrieron en señal de sorpresa y dio un trago largo a su copa de vino— ya intenté de todo. Me llegué a vestir de colegiala e incluso estuve desnuda todo un día solo por él, haciendo las labores del hogar de manera provocativa, ese día solo me dio un orgasmo.
— Tengo que llevarlo a un doctor, ni siquiera la Mole actuaría tan frío frente a eso, y mira que la Mole tiene órganos de piedra. —Ella se limitó a hundirse de hombros.
— Ya no sé que hacer, siento que no soy lo suficiente mujer como para satisfacer o lograr algún efecto en un hombre. —Hizo fondo blanco con su copa de vino, la cual fue rellenada por su acompañante al instante.
— Mujer, no digas eso, tienes todo lo que un hombre e incluso las mujeres quisieran tener.
— Gracias, Zayn, sin embargo eso no me sirve, mi esposo me engaña con otra y yo no tengo las pruebas suficientes para dejarlo, porque a pesar de eso lo quiero. —Se paró del sofá acomodando su vestido, asegurándose de que no se viera nada más de lo necesario.— Con tu permiso, paso al baño.
Caminó por el pasillo que se encontraba del lado del ala derecha de la sala, sentía las piernas algo flojas y la cabeza le jugaba unos cuantos mareos producto del alcohol, probablemente ya no bebería más, y decía probablemente porque sabía que con alcohol encima tendría el valor de vengarse de Liam y su traición.
Hizo sus necesidades y se lavó las manos, se paró frente al lavamanos mirándose fijamente al espejo. Los años le habían sacado ojeras producto de horas de desvelo esperando un marido que nunca llegaba a tiempo, sus labios estaban secos y sus pechos y trasero caídos. Había subido unos kilos de más, pues se notaba en sus piernas las cuales parecían dos jamones. Ahí estaban las razones por las cuales Liam ya no se interesaba en ella, por las cuales él había buscado a otra u otras que le dieran lo que ella no podía. Dio un profundo suspiro, resignada a la realidad y salió del cuarto de baño. 
Al llegar a la sala se encontró con esta vacía, buscó a Zayn con la mirada sin lograr pista alguna, derrepente sintió una mano rodear su cintura y un pecho duro a sus espaldas.
— Yo te demostraré que eres demasiado mujer para Liam. —Zayn susurró en su oído lenta y provocadoramente. Las piernas se la aflojaron más de lo que ya estaban y un escalofríos recorrió su médula espinal al sentir la dura erección del moreno.
Él la giró despacio, apretando sus pechos contra el suyo, buscó su boca y la besó suavemente, la levantó por las piernas postrándola contra la pared.
— Te quiero comer. —Dijo él con voz rasposa y mordió el lóbulo de su oreja.
Se dejó, tocar, acariciar y adorar por esas grandes manos, mientras ella rasguñaba la espalda del moreno por encima de la camisa. Ella movió su pelvis rozando su sexo con la erección del chico, lo escuchó gruñir y luego lo sintió morderle el cuello levemente. Con una mano el moreno le apretó un pecho dejándola sin aire y metió la otra bajo su vestido acariciando sus muslos, buscó la boca del chico una vez más y cuando la encontró la devoró con hambre, provocando una danza con sus lenguas. Zayn hacía movimientos pélvicos haciéndola ansiar el momento.
— Arriba. 
Susurró ella, y así fue. Zayn la bajó y corrieron a las escaleras, subió lo más rápido que le fue posible con los tacones. Al llegar a la habitación lanzó a Zayn a la cama matrimonial, se paró frente a él y le sonrió coqueta, se acercó lentamente, subiendo por los pies de la cama y se colocó encima del moreno quedando con ambas rodillas a los lados del cuerpo de este. Aflojó el nudo de la corbata por completo hasta desarmarlo y lo lanzó al suelo; desprendió la camisa dejándola totalmente abierta, se relamió los labios al ver el cuerpo del moreno que tenía debajo, se movió encima del miembro de este provocando un gemido en él. Se agachó lentamente, dejando que su cabello cayera en el pecho del chico, y chupó una de sus tetillas, pasó la lengua a su al rededor una y otra vez, mordió al rededor de esta, lamió el cuello del moreno y  luego fue por la tetilla izquierda ala cual atacó con sus dientes y chupó para mezclar placer y dolor. Ella metió sus manos entre sus piernas, desprendiendo el pantalón del traje, se bajó de la cama y quitó los zapatos y medias, con ayuda del chico bajó los pantalones y los boxers al mismo tiempo. Sus pupilas se dilataron al ver la virilidad que poseía aquel hombre: 25 centímetros de gloria pura y venosa, llenándola por completo, de ancho y grosor de su muñeca. Lo tomó en sus manos y sintió al moreno tensarse, movió su mano de arriba a abajo presionando en el glande y masajeando los testículos.
Se alejó de la cama y lo miró por unos segundos, él se irguió rápidamente y la pegó contra sí, subió el vestido morado hasta quitárselo por completo. Quedó en ropa interior frente a su amigo, sin embargo esta no duró mucho, el moreno no dudó en meter sus manos y desabrochar el corpiño de ella dejándolo caer al suelo; él metió sus dedos en la pequeña tanga, que se había puesto para su marido, y la rompió dejándola así completamente desnuda. El moreno la tiro sobre la cama de frente, dejándola con el trasero arriba y descubierto.
— Levanta las rodillas y sujétate con las manos. —Sabia lo que él quería, con Liam lo hacían siempre. O solían hacerlo.
Las manos del ojimiel recorrieron su trasero, un dedo inquieto se hundió en su sexo, haciéndola gritar, para luego subir y hundirse en su ano, con la otra  mano Zayn acariciaba de manera rápida su clítoris provocando un huracán en su cuerpo. Se retiró. Lo vio moverse  colocarse frente a ella, abrió la boca recibiendo el miembro en esta, chupó de él como desquiciada, lo mordisqueó e hizo a su lengua jugar con él, el moreno sostenía su pelo un una cola alta y pellizcaba sus pezones de manera excitante mientra, ala vez, movía sus caderas para que ella pudiera tragar los 25 centímetros completos. Él se lanzó encima de ella, recostándola en las almohadas y se metió uno de sus pechos a la boca, succionando sin piedad alguna, Zayn movía sus dedos sobre su punto más débil y en cuanto chupó el otro pecho sintió que la fuerza de una corriente de agua la arrastraba como un peso muerto. Sin embargo al instante sintió la necesidad aquella recorrerla otra vez, pues Zayn se encontraba lamiendo cada gota que su orgasmo había provocado.
— Vamos, Zayn. 
El moreno no se hizo rogar, se posicionó entre sus pierna y la embistió lentamente, acoplándose al calor húmedo que su interior le otorgaba. Lo rodeó con sus piernas y brazos, apretó sus paredes para que él fuera más rápido. La velocidad de las caderas del chico aumentaba, sentía el chocar de sus cuerpos en la habitación completamente iluminada; los testículos del ojimiel chocaban con su vagina y el pubis de él con su clítoris, era un manojo de exquisitas sensaciones, no quería que esto terminara. Zayn buscó su boca y hundió su lengua en ella, besaba su cuello mientras sus cuerpos subían y bajaban. Sintió un temblor recorrer su cuerpo otra vez, otra vez se correría, otra ves en manos de un hombre que no era su esposo. Él se tensó bajo ella y depositó sus semilla en su interior a la vez que sus paredes se contraían llevándola a un abismo de placer.
Tenía la respiración agitada y Zayn se encontraba sobre su cuerpo con el corazón queriendo salir de su pecho. Se movió un poco para acomodarse y lo sintió crecer en su interior una vez más; juntó todas sus fuerzas y logró quedar arriba del moreno, quien la miró sorprendido.
— Mi turno, cariño.
Comenzó a dar saltos encima del chico, sus pechos subían y bajaban junto los la mirada del moreno, el cual se deleitaba con tal espectáculo. Las manos del ojimiel rodearon sus caderas, haciéndolas subir y bajar con mayor rapidez, ella hacía movimientos circulares al llegar a la base del miembro, se retorcía sobre él mientras pellizcaba sus propios pechos, se llevó un pezón a la boca excitando aún más al moreno. Aumentó la velocidad y las mismas sensaciones la invadieron llevándola  a lo alto del cielo y dejándola caer lentamente, el chico continuó moviéndola de adelante hacia atrás, rozando su clítoris con su pubis. Entonces él se corrió en ella con una embestida voraz, ella cayó sobre su pecho y tomó una gran bocanada de aire. El moreno se movió un poco y de la nada quedó sobre ella, la besó suavemente, acarició sus piernas y subió hasta su rostro.
— Decías que no eras capaz de provocar nada en un hombre, ¿mentirosa e inocente? Peligrosa combinación. —Él salió de su interior, sin embargo ya se encontraba con una erección mirando al techo.
— Eso, o tu no eres hombre. —El moreno sonrió ladino y tensó su mandíbula.
Sabía que había tocado una parte sensible y que ahora él le daría duro. Zayn la arrodilló en la cama con las manos adelante.
— ¿Así que no soy hombre? Te vas a arrepentir por haber dicho eso, Scarlet.
Él se chupó un dedo y lo hundió lentamente en su ano mientras masajeaba su clítoris, una vez que su dedo entraba y salía con facilidad lo retiró y en su lugar apoyó su miembro. Zayn tomó sus caderas y hundió lentamente el glande, sin dejar de tocar su botón de placer. Pulgada a pulgada ella apretaba sus dientes, la sensación de dolor y placer a la vez la superaban. Sin meterlo completamente, Zayn comenzó a moverse de adelante hacia atrás, gruñidos se escapaban de su garganta mientras lograba hundirse dos pulgadas más. Finalmente sintió los testículos de Zayn chocar con su trasero y las embestidas rápidas comenzaron a llevarla a la cima, por cuarta vez. La cama rechinaba, el colchón se hundía por el peso de ambos y ella debía sostenerse de la cabecera e la cama, de lo contrario se estamparía la cabeza contra la pared.
Ambos llegaron al orgasmo en un grito ahogado y cayeron uno encima del otro. Ella ya no podía sostener sus párpados abiertos, necesitaba dormir, Zayn salió de ella y se hizo a un costado, tomó las sabanas y los cubrió a ambos. Se acostó sobre el pecho del moreno y cayó en un profundo sueño.


La reunión había terminado temprano y pudo volar a Londres más rápido de lo que pensó, ahora se encontraba a unas pocas calles de su casa, necesitaba hablar con Scarlet, su esposa, y seriamente.
Al llegar se encontró con un auto desconocido para él, miró la hora: 11.30 de la mañana, alguna amiga de Scarlet, quizá. Un nudo cruzó su pecho y no le gustaba esa sensación. Entró a su hogar y miró a los lados, en la sala, sobre el espaldar del sofá, había un saco gris. Estaba confundido, ¿Zayn seguía aquí? O, ¿era alguien más? Regresó al recibidor y se encontró con su esposa en pijama y bata de dormir bajando las escaleras, sin embargo su expresión no era risueña, como la que siempre tenía cada vez que lo veía, y el color la había abandonado por completo.
— Liam...
— Scarlet, baja por favor. 
Ella terminó de bajar los pocos escalones que le quedaban y se acercó a él, lo abrazó y lo miró a los ojos. Esos ojos chocolate que lo habían enamorado desde el primer momento, estaban fríos, no tenían brillo alguno al mirarlo.
— ¿Scarlet, tienes idea a qué hora regresa Liam?
Se giró hacia la sala, de ahí vio salir a su amigo, quien se quedó estupefacto al verlo, abotonándose la camisa. Ya entendía todo. Miró a su mujer una vez más: tenía el  cuello y el pecho marcado. Sintió que el mundo se le venía abajo.
— Qué mierda fue lo que hiciste, Scarlet.
— Liam, ¿me engañas con otras? —¿Había sido eso lo que la llevó a hacerlo con su amigo?
— Nunca lo hice, Scarlet, ni con el pensamiento. Yo no soy del tipo de esposo que es Zayn.— Entonces vio palidecer a su futura ex-esposa.

Tu comentario me alegró el mes, de verdad c:
Me gustaría decirte que hay una segunda parte, pero esto fue producto de un bloqueo mental y dudo realmente continuar la historia. Sin embargo muchas gracias por haber leído y haberle dedicado tiempo a este shot. Besos 

Gracias bonita c:
Muchas gracias por haber leído, besos