habitación 505 | novela.

Hola linda, vi el nombre de tu nove en la lista de "últimos temas", no comprendí del todo sinopsis. No se nada de sala Samobójców y 505, tampoco conozco la canción XD pero simplemente el pequeño escrito me despierta curiosidad.  Espero el prologo o el primer capitulo, besos.

Hola, cielo.  
Gracias por leer, tengo la sinopsis ya casi escrita, así que como muy tarde la subiré mañana.
La película te va a hacer llorar, es preciosa.

©shiki

ok, aunque tenga poco tiempo yo me paso por aquí porque si XD me encanto, simplemente ya me atrapaste con eso de arriba chica. Espero que la sigas pronto porque me dejaste con la boca abierta.  

Por tu firma y tu foto veo que has visto la película. 
Se me da un poco mal empezar, pero intentaré hacer lo antes posible el primer capítulo.

jaja pz me entro la curiosidad y fui a investigarla, no la he visto pero llamo mi atención. Quiero leer tu nove y luego verla, ese es el plan     

I

–Por eso creo que lo mejor para ti es relajarte. Tengo unas guías que te ayudarán, vienen con un disco incluido.
No sé en qué momento dejé de escuchar a la psicóloga Mel, o Mile, o como fuera su nombre. Ella siguió hablando mientras yo seguía asintiendo a todo lo que decía, como en cada maldita cita.
–No por eso quiere decir que tú hayas roto un matrimonio… No, perdona, no era eso lo que quería decir. He dado a entender que lo has arruinado, ¿verdad? Lo siento mucho, de verdad. Lo que quiero decir…
A veces me pregunto si los directores de instituto van drogados cuando aceptan los currículums de los psicólogos, o si simplemente lo hacen para ver cómo los alumnos fracasan una y otra vez. Sin embargo, la psicóloga Como-se-llame, ha sido una de las mejores que he tenido. Era joven, rubia y con una figura preciosa en la que todas las curvas se marcaban perfectamente. Me caía bien porque, a pesar de poder enseñar su cuerpo y que todos los alumnos quieran ir al psicólogo sólo para ver esa talla 100 de sujetador, ella llevaba ropa ancha. Lo que la hacía parecer una drogadicta sin hogar.
–Supongo que es lo normal, ya que mis padres se separaron también… No es lo normal, quiero decir: sí. No. Lo que quiero decir es que un matrimonio es para siempre y…
Quizá fuera porque es bastante imbécil y tiene más problemas psicológicos que todos los que pasamos por su despacho, quizá por eso nadie (ni los que realmente tienen problemas) quiere venir aquí.
–¿Sabe qué, Mily? – dije levantándome del sofá y cogiendo mi mochila.
–Melissa.
–Melissa, eso – rectifiqué poniendo mi mochila sobre un hombro y yendo hacia la puerta –. Ya me siento muchísimo mejor, y todo gracias a usted. Hace un magnífico trabajo en este sitio de mierda, gracias por todo.
Y cerré la puerta.

Hay ocho asignaturas al día y sólo media hora de descanso. Otra de las razones por las que el plan educativo está mal elaborado. Yo estoy a favor del estudio en casa, pero a los padres y tutores legales nunca les suele hacer mucha gracia tenerte todo el día en casa.
–¿Sigue yendo al psiquiátrico ese?
–Psicólogo, Chloe.
–Lo que sea, ¿cómo se va a hacer respetar hablando con una mujer que fuma crack las 24 horas?
Chloe, Michael y Jules. Todos sabemos que hacen tríos y los graban para verlos al día siguiente, a pesar de que siempre lo nieguen. Jules mantiene una reputación homosexual que no quiere perder por culpa de una heterosexual cachonda como Chloe, y Michael… Bueno, simplemente es un heterosexual aburrido con tumblr.
Michael ha repetido tres cursos, tiene déficit de atención y además sube sus relatos eróticos a su blog. Lo cual es algo entre gracioso, bochornoso y asqueroso.
Siempre ayudan a los demás para conocerlos mejor, encontrar sus puntos débiles y reírse. Mi único punto débil es que "estoy loca".
Hace un año, mis padres se divorciaron. Lo llevé bien, ya que mi padre gastaba su dinero en prostitutas y mi madre era alcohólica, la mezcla de las dos partes era un Apocalipsis. Así que lo veía venir. Mi madre pensó que sería buena idea llevarme al psicólogo, ya que en todas las películas estadounidenses la hija acaba destrozada, sangrando y en las drogas. Aunque no era mi caso, mi madre pensó en llevarme.
Mis amigos pensaron que estaba loca de verdad, ahora sólo compartimos un triste "hola, qué tal, parece que hace calor, me gusta tu camiseta, adiós".
–¡Syl! – gritó alguien que sonaba como la voz de Chloe.
–Es Sylvia – digo mientras me acerco.
–Pero el diminutivo es Syl – argumenta Jules. Jules quiere dedicarse a ser abogado, por eso habla como si tuviera 50 años y su léxico fuera alucinante. Aunque ni siquiera sepa lo que es erradicar.
–¿Qué tal te va últimamente? – me sonríe Chloe.
–Bastante bien.
–¿Cómo te puede ir bien estando en…? –. Chloe le interrumpe dándole un codazo en las costillas y Michael dramatiza.
–¿Quieres venirte a mi casa el sábado? Hago una fiesta y he pensado que… 
–Paso – respondo cortante, y me voy de allí.
Sé lo que intenta: intenta ser mi amiga, conocer mis secretos y usarlos. No sé cómo el resto de las personas siguen pensando que es un alma caritativa.

Al llegar a mi casa tiro la mochila al suelo de mi habitación y me cambio de ropa. La mayoría de los adolescentes suelen salir los viernes por la tarde, o por la noche. Pero es una estupidez pensar que alguno de mis viejos amigos me llame para hacer lo que hacíamos antes.
Ahora estoy loca.
Sin embargo ese viernes sí suena el teléfono. Quizá el destino, sí es que existe, quiera darme otra oportunidad para enmendar un error que ni siquiera sé cuál es.
–¿Sí?
–¿Está tu padre?
–¿Qué quieres? – le contesto a mi madre. Siempre que bebe, llama a casa.
–Está con esas zorras otra vez, ¿no?
–Son las cuatro de la tarde, no creo que sea una buena hora para eso, mamá –. Por la línea se oyen gritos y llantos de mi madre, gritos y llantos que antes me hubieran partido el corazón, pero sé que son por el alcohol, así que no me produce ningún efecto todo lo que dice – El sábado iré a recoger mis cosas, gracias por preocuparte por mí, mamá. ¡Hasta mañana!
Y cuelgo el teléfono.
De repente no me parece tan mala idea ir a esa maldita fiesta.