La Douleur Exquise.

Porque hay días rosados y días grises.

Supongo que el desafío está en disfrutar de los buenos y ponerle la buena cara a los malos. Obviamente la segunda es la más difícil pero tarde o temprano tendremos que aprender a hacerlo porque sino ¿Qué será de nuestra vida?

No hay hipocresía más pura que aquellos que quieren parecerse a la gente que critican. Eso sí da verdadero asco.

En estos días de calor, de sol y de cielo azul, mi optimismo estaba por las nubes. Estaba feliz y lo repetía a cada minuto. Por una vez en largo tiempo, estaba comenzando a ser indiferente a él, y a él, de quienes estuve siempre pendiente. Era yo en ese momento.

Y entonces llegaron malas noticias. Una tras de otra, dos juntas, y no paraban. Entonces cuando todas fueron anunciadas, el sol me privó del calor, el cielo se llenó de nubes, empezó a hacer frío y, como si fuera poco, me despierto un sábado a las diez de la mañana. ¿Hay algo peor? Seguro que sí, pero para la ilusión que yo tenía de que todo iba a empezar a salir bien, es mucha mierda en poco tiempo.

Detesto quejarme. Lo detesto porque no puedo controlarlo. Podría estar agradeciendo, aunque sea, que estoy sana, que tengo padres, que voy al colegio, que tengo una casa, que tengo amigos, y estoy acá quejándome como una caprichosa porque le dijeron que ese sueño tan fantaseado no se iba a cumplir, porque pequeñas manchas en una linda semana las convertí en problemas colosales.

Quisiera poder gritar, llorar con lágrimas falsas, golpear algo y hacer un tremendo berrinche sin que yo misma me avergüence de hacerlo... o de desearlo.

No me pongo mal porque lo que quiero es imposible. Me pongo mal porque gracias a que yo creo que es imposible, no voy a poder tenerlo. Quisiera poder tener fe y conseguirlo, pero es más difícil de lo que parece, más cuando se es tan estrictamente racional.

Quisiera poder tener posibilidades reales, posibilidades como bendiciones, que se vean, que yo sepa que con un poco de esfuerzo se consigue. Pero como no es mi situación me valgo de fe al igual que todo el mundo, fe por un "milagro". Milagro que se cumpla mi petición. ¡Y sigo creyendo que es imposible! Mierda, mierda, mierda. Así no voy a llegar a ningún lado nunca.

Por más insignificantes que sean esas "malas noticias" mi ánimo está por debajo del subsuelo ahora, y espero que cuando todo vuelva a mejorar al menos respete todas esas cosas que dije cuando todo se veía mal y no intente borrarlas como si fueran evidencia y razón para caer de nuevo en depresión. Solo son testimonio de que estaba mal y en algún momento voy a estar bien, de nuevo.

Si me pongo a pensar demasiado, en ese momento seguro voy a estar pensando lo que siento ahora: demasiada importancia a algo sin sentido. Pero así me sentía, hace un segundo, y capaz lo vuelva sentir dentro de un segundo. A la mierda como me siento y lo que pasa, voy a tener que enfocarme en lo que tengo que hacer en este instante y no en lo que hice o lo que tendré que hacer.

Porque detestando y todo a las personas fluctuantes, me encuentro con que soy una de ellas y capaz una de las peores. Así que mejor me callo y cambio de tema, porque es más que obvio que a nadie le importan mis "problemas emocionales" o mi actitud tan bipolar.

Ojo que tener una actitud bipolar y ser bipolar son cosas muy diferentes.

Por "quiero verano" me refiero a quiero "vacaciones", no "más calor". Idiota.

Lamenté arruinarles el día a mis padres ayer. Pero me dormí re tarde, nos levantamos re temprano, me llevaron de acá para allá, me puse re tensa en ese restoran de mierda con gente que tiene el culo pegado a la nuca, volvimos, quería dormir siesta y volvemos a salir. Para colmo un montón de malas noticias en la semana, y esa porquería de que cada vez que vamos al shopping termino mal porque me quiero comprar todo y obviamente, no. Así que, para mí, fue un malísimo día. Odio tener que aguantarme las lágrimas, queria llegar a casa, esconderme abajo de las frazadas y hacer un berrinche por la impotencia.