La gente rumora #Oneside!Zarry/Larry

por **Elixir's.** Vie 18 Jul 2014, 10:32 pm

Ficha de la serie

• Titulo: La gente rumora.
• Autor: Yo en toda su totalidad.
• Adaptación: Ninguna.
• Género: Intento de drama. Algo de romance.
• Contenido: Podría decirse que es algo crack
• Advertencias: Muerte de personaje.
• Otras páginas: No.

La gente rumora.

En ocasiones se quedaba viendo el ocaso, pensando en las maravillas
que han pasado en su vida. Luego recuerda que con los años todo se
le fue de las manos, y por más que volteara atrás estas no regresaban.

Si alguien se acercaba para preguntarle si todos esos rumores que se desataban sobre él eran ciertos, lo único que hacía era mirar – rechistar levemente e ignorar toda aquella palabrería sin sentido y rebosante de curiosidad. En ocasiones, cuando estaba de mal humor, se ponía a gritar como enfurecido – sabiendo que sólo con eso estaba reforzando uno de los tantos que había por ahí sobre su persona.
Cada día que caminaba por la calle era la misma rutina: gente mirándole con intensidad, realmente curiosos, cuchicheando en voz baja, ignorándole o atreviéndose a preguntarle cosas. Momentos realmente incómodos para él, pero con el paso del tiempo se fue acostumbrando aunque con ello perdiera todo aquello que le definía como era. Ya no era Zayn Malik guapo, atractivo y símbolo sexual por donde pasaba – el chico misterioso pero a la vez tímido, que mataba a la gente a su alrededor con su alegría descomunal, sus ojos brillantes y su sonrisa de encantador.
Ahora no era más que el pobre hombre que decae poco a poco en la oscuridad gracias a los rumores que se desatan alrededor de todo aquello que posee, de todas aquellas personas que él quiere – que ama, de todo aquello que lo catalogaba como el oh siempre perfecto Zayn. Una noche cualquiera se perdió sin darse cuenta, y a la mañana siguiente cuando abrió los ojos se dio cuenta que la luz que tenía en ellos se perdió de la nada.
Lo único que podía hacer en esos momentos era meter sus manos en los bolsillos del pantalón, buscando una calidez que sabe no llegará, que desapareció hace tiempo – o simplemente se alejó de él. Por breves momentos miraba los edificios por los que cruzaba, o miraba su reflejo en todo espejo que pasaba por su camino. Inclusive su imagen ya no era la misma. La piel la veía más vieja, lo sabía, lo sabía- se estaba apagando lentamente y los labios estaban resecos, llenos de mentiras y de falsedades, de imágenes inexistentes, y sus ojos apagados ya no daban para más. Pero ahí estaba él, repitiendo lo mismo – que estaba perdido, apagado, que ya no tenía salvación.
Que al final se convirtió en la persona que todos esos rumores decían sobre él.

“Estoy en casa.”
Dejó caerse sobre el sillón sin esperar respuesta alguna, sólo esperando ansioso un beso cálido en sus labios resecos y apagados de vida – observar los bellos ojos esmeraldas que eran su razón de despertar mas no su razón de vivir, porque él sabía que ambas eran cosas muy diferentes entre sí. El abrir los ojos no decía que quisiera seguir respirando.
“Oh, Zayn. Llegaste más – uhm – temprano” Y ahí está, esa voz ronca y masculina que se acerca a él, lentamente, y Zayn aprieta más sus ojos para esperar ese caliente beso cálido, pero lo único que recibe es uno en su mejilla fría. “Estoy agotado.”
Pero él escuchaba más palabrerías de Harry, su novio de tres años, y lo oía hablar y hablar, y comenzó a preguntarse de nuevo – a darse cuenta de nuevo que se estaba convirtiendo en la persona que los rumores decían. Porque miraba hacia adelante y no veía más que a un Zayn ido, perdido y desolado, con un Harry a la distancia de la mano de alguien más. Y no sabía qué hacer – vaya que no sabía qué hacer, porque la respuesta estaba frente a él y se sentía tan frenético, tan agobiado y poco comprendido.
Se había quedado callado por tanto tiempo que no se dio cuenta de que Harry le miraba, expectante, cansado realmente de esperar una respuesta – dudoso por la mirada de su acompañante. Cuando decidió no esperar más, simplemente susurró un voy arriba mientras cubría esas extrañas marcas en su cuello, sin mirar más al hermoso hombre de cabellos negros delante de él, más vivo que nunca.
“¿Agotado? ¿Dónde estuviste? ¿De dónde venías?” Preguntó Zayn quedamente, completamente solo en la sala de estar.
Él estaba solo, sí, pero aún veía a Harry a su lado, ocultando marcas, mirándolo dudoso, con miedo – tan cansado que no preocupaba más por él, sino por ocultar aquello que se marca como oscuro, indebido, y Zayn se pierde nuevo, porque es entonces, sin razón aparente, cuando se da cuenta de que Harry Styles está más lejos de él de lo que imaginó.

La perfección no es más que un sentimiento humano. No es algo inexistente, sino que se acopla a cada placer personal – aquello que hace que tus pies den un paso hacia atrás, con la luz cegándote terriblemente, preguntando si algo así puede existir. O alguien, en casos extremos. Es ese algo que te hace sentir diferente a alguien, verlo desde un punto de vista, quizá más crítico, más duro – pero tan certero que te das cuenta de que inclusive todo aquello que es malo o feo lo hace ver bien, ya que todo lo que es bueno en él lo opaca.
Y eso es lo que vio cuando conoció a Louis Tomlinson, el hermoso y bello chico nuevo del barrio; aunque no tan nuevo, porque te das cuenta que lleva ahí aproximadamente un año – llegando la misma temporada en que los rumores sobre Harry comenzaron a circular. Pero no, sabe que eso es imposible, que aunque Harry esté a pasos de él jamás haría algo así, porque son sólo rumores.
Rumores que le cambiaron como persona, como lo que era. En ocasiones se preguntaba, por las noches, si todo era una ilusión. Si realmente estaba loco como decían algunos, o si fumaba demasiado, más de lo que debería. Porque en el pasado él fue perfecto, y lo sabe.
Pero su vida se fue apagando cuando la gente comenzaba a rumorear, diciendo que no era más que un loco drogadicto que al final terminaría matándose. Con el paso del tiempo lo fue cumpliendo, y lloraba, y se reía, porque no era más aquél adolescente fuerte que alguna vez fue – cayó ante lo que la gente decía sobre él, a las cosas malas, ignorando las buenas. Ahora fumaba dos cajetillas de cigarrillo al día, inclusive más. Podría decir que estaba loco, ya que hablaba solo en ocasiones. Imaginaba que hacía el amor con Harry – a quien no tocaba desde casi un año.
Y eran tantas coincidencias, y él lo sabía, pero siempre ignoraba, mientras la luz en sus ojos se apagaba. Pero sus mejores amigos le decían que no, que él estaba normal, que todo estaba en su cabeza. Al final, lo único que hacían era reforzar los rumores que se desataban sobre él. Porque él siempre fue diferente, lo sabía. Siempre tenía pensamientos que no debían de existir. Porque detrás de esa capa de perfección que siempre aparentó, estaba algo más oscuro y tenebroso de lo que imaginaba.
Porque los rumores tarde o temprano terminarían por cumplirse, y eso era por lo que más temía.
“Soy Louis. Su no-tan-nuevo-vecino. Amigo de Niall, por cierto.” Oh bella sonrisa radiante, como los rumores decían. Sentido del humor agudo, agradable y lleno de doble sentido, de sinceridad picante. Audaz “Un gusto, Zayn. He escuchado hablar mucho de ti, pero no suelo fiarme de lo que dice la gente. Sólo hablan por hablar.”
Y de un tiempo a la fecha, a Harry lo ha notado diferente. Ya no busca sus brazos en las mañanas, ya no lo recibe tan cálidamente, y su chispa en los ojos no denota más que dolor y traición. ¿Él ocupaba su sitio ahora? ¿Era real lo que decían? ¿Qué cuando se ausentaba, llegaba el gran Louis a llenar el lugar del siempre caballeroso Harry Styles? Y su cabeza giraba y giraba, mientras sacaba un cigarrillo y lo colocaba en su boca, ofreciéndole uno a Louis sólo por cortesía, mientras este negaba con la cabeza.
“Igualmente, Lo—uis” Y lo único que pudo hacer fue alargar su nombre, buscando una escapatoria de lo que se avecinaba – porque ahí venía Harry, en esa esquina, sonriendo tan campante y con sus rizados cabellos siendo iluminados por el sol, un sol que no podía estar ahí ya que estaban en pleno invierno. Y se decía loco, realmente loco, porque veía cosas que nadie más hacía.
Como la falsa sonrisa de Louis.
“Tu casa es muy bella. ¿Vives solo?”
“Con mi novio.” Responde abruptamente, esperando a que Harry comience a caminar de aquella esquina pero no lo hace, a la vez observando cómo la gente que pasa detrás de Louis le mira, temerosos y expectantes a que haga una locura más. Pero no lo hace. Simplemente sonríe de lado, de forma muerta y sin sentimientos.
“¿Novio?” Y los ojos azules y bellos de Louis se expanden, y él amó esa sensación de poder.
“Harry.”
“Oh.”
Y sólo respondes el nombre – sólo eso, porque por los rumores tú sabes que ellos ya se conocen, no hay necesidad de presentación. Real o no, ellos ya debieron de hacerlo. Si fue así no te interesa demasiado, honestamente; porque sabes que Harry está lejos, muy lejos, demasiado lejos – allá en aquella esquina, de la cual aún no se mueve. Y se pregunta por qué, pero por más que trata de buscar una respuesta no la encuentra, por más que busca en su cabeza ésta no llega a él. Y ya no sabe más que hacer, porque una voz ronca y agradable, somnolienta le llama por detrás, y sólo se limita a tensarse – no porque Louis y Harry se vean, sino porque al hombre de ojos esmeraldas lo estabas viendo en una esquina.
“¿Quién es, Zayn?”

Existían sensaciones en la vida que no se podían olvidar; otras eran nuevas, pero se sentían como si ya se hubieran vivido desde siempre. Por eso, cuando Zayn toma una copa de vino de un solo trago, no hizo nada más que cerrar los ojos con firmeza y desear que todo se acabara de una buena vez.
Porque siempre fue una persona demasiado voluble, convirtiéndose en aquello que decían los rumores, lo que la gente esperaba ver, lo que deseaba oír, y él siempre decidía complacerlos, sin importar la queja de sus amigos.
No se amaba demasiado, le decían. Él sólo asentía, mientras sacaba otro cigarrillo e imaginaba el olor de Harry impregnando su chaqueta, imaginaba tocarlo lentamente, escuchar su nombre de los labios en forma de corazón, rozados por lo salvaje que son sus besos. Pero todo se queda ahí, porque cuando llega a casa no recibe nada más que un frío y miserable oh, ya llegaste. Aún así le mencionaban que no, que él seguía siendo el mismo – lo único que cambió fue que ahora fumaba más, y que creía que Harry le es infiel. Y eso lo comprobó dos días atrás, cuando Louis les invitó a cenar y vio las miradas que se daban esos dos.
Aún así, él estaba seguro de que incluso su imagen se estaba consumiendo, y por eso Harry buscó a alguien más, alguien mucho más perfecto que él.
Y cuando sus amigos le tomaban fotos para negarlo, lo único que veía era a un hombre demasiado delgado, con un cabello de un hermoso color negro pero poco arreglado, mirada apagada y completamente desgastado – y él confiaba más en los rumores que en sus mejores amigos. Porque su perfección se había ido, ya no estaba más, se había escapado una mañana fría de septiembre cuando los rumores llegaron a sus oídos – tan fríos y llenos de crueldad, de falsedad, pero con su inseguridad él estaba seguro se cumplirían.
Una persona perfecta siendo voluble y con tan poco seguridad. Cualidades que pudo ocultar todos esos años – pero cuando llega en la madrugada a su casa, apestando a alcohol y cigarrillo, lanzándose a su cama fría con un Harry dándole la espalda, se da cuenta de que sólo una cosa pudo destruir esa imagen patética e inverosímil, y tan pronto como llegó se llevó lo mejor que tenía de él.
Un simple y maldito rumor.

Con el paso del tiempo él se fue opacando más, lo veía cada mañana. Harry le esquivaba y todas las noches se iba a correr – aunque era ridículo, porque en ocasiones llegaba sin ninguna gota de sudor.
Pero él lo sabía – se veía con ese tal Louis. El seguro de sí mismo, el dominante, el siempre perfecto Louis. Y no hacía nada porque no había marcha atrás, porque ya estaba tan hundido que nadie podría sacarlo de ahí. Miraba sus fotografías, tan llenas de vida y firmada por sus amigos, pero él se veían sin vida y apagado, ausente, su alma estando en otro lugar – pero nadie le creía. Él estaba seguro de que ahí estaba la prueba. Nadie en el mundo le escuchaba, pero él sólo oía los rumores.
No se podía pedir comprensión cuando no se sale de la propia ensoñación.

Tiempo después, lo único que pudo hacer fue tomar una soga fuerte y resistente, lo suficientemente larga como para que viera su vida correr por sus ojos más tiempo, para que viera todo aquello que perdió y que estaba a punto de perder. Para poder ver por última vez lo que fue en su momento el gran Zayn Malik.
Y su orgullo pisoteado, allá años atrás, antes de conocer a Louis, antes de enamorarse de Harry y de su bella sonrisa – antes de mudarse a ese agobiante lugar y de escuchar lo que decían de él, de oír lo loco que estaba, de imaginar cosas y de fumar dos cajetillas de cigarrillo. Quería llegar a un principio que él sabía alguna vez existió. Hasta el final de sus días, Zayn Malik deseó recuperar lo que alguna vez fue.

Cuando Harry se atrevió a entrar a la habitación que compartía con Zayn, esta mantenía las mismas características que antes. La única diferencia es que ahora era poco más fría, lúgubre y melancólica. Louis entró detrás de él, mortalmente serio pero con una expresión de pena en su mirada azulina.
En el momento en que miró las fotografías, buscando aquella barbarie en la que Zayn murmuraba se había convertido, no vio nada más que a un hombre radiante, desbordando alegría, con sus ojos bellos y brillantes, perfecto – contrario a lo que los rumores decían, que era un hombre loco y fumador, en los últimos días de su vida un completo borracho, que abusaba de su pareja y por eso él se fue a sus brazos. Tenía más vida de lo que imaginaba, pero un alma tan débil y enfocada en lo que decían que al final terminó convirtiéndose en todo aquello que más odiaba, perdiéndose en el camino.
Sonrió con melancolía, arrepintiéndose de muchas cosas. De no acercarse a él para ayudarlo, de darle palabras de aliento – que todo tenía su salvación, que podía salir adelante. Que tenía que escucharse a sí mismo, no a lo que decían los demás. Pero llegó demasiado tarde. El último cajón de un mueble estaba abierto, y Louis supuso que ahí Zayn tenía la cuerda guardada.
Alguien tomó de su mano, cálidamente, mientras le susurraban de manera temblorosa.
“Vamos al funeral.”
Él sólo pudo asentir. Lo que Zayn se imaginó que era no estaba más que en su cabeza, demasiado absorto en lo que decían de él.

Un año después, Harry y Louis comenzaron a salir.

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Algo confuso y sin sentido, lol. Ojalá y les guste.

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