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El Manual de lo Prohibido (Larry Stylinson)
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Re: El Manual de lo Prohibido (Larry Stylinson)
oH pobrecito de Louis casi dice lo que no debe, se pone super interesante tanto que ni cuenta me di cuando Harry se fue jajajajaja pense que aun seguia ahi parado como tonto mientras Louis se ahogaba jajajaja
Miry:)Directioner
Re: El Manual de lo Prohibido (Larry Stylinson)
HOLAA TU, ESO ME HA PASADO MILES DE VECES, MI MENTE CREE QUE SOLO LO HE ESCUCHADO YO Y LA VERDAD ES QUE EL MUNDO ENTERO LO HA OÍDO, QUE HORROR!!!!!!! MI PREDICCIÓN HA ACERTADO, ES COMO SI FUERA COMO LA PRIMERA VEZ, SI TE DIJE QUERIDA!!!! AHORA SÍGUELA, LO MAS PRONTO QUE PUEDAS .
BY-BYEEEEEEEEEEEEE.
MI NOMBRE DE PILA ES CAROLINA. :)
OWNLIFES_CARITO
Re: El Manual de lo Prohibido (Larry Stylinson)
YEII SI SI SI SI CUARTA SISISISIRebeca. escribió:OK ¿Cuarta lectora? xD
Esta novela mee va a sacar los mocos lo se :D
Pero aún así, soy una masoquista xD
Seguila pronto, me encanto, me gusta la adaptación :D
Rebe se despide.
Y si.. talvez moquies un poquitin xp
AIAIAIA CHOQUE! OTRA MASOQUISTA! YEI! Estamos iguales, Rebe.
Ahora la sigo, YA.
ABRAZO REBE GRACIAS POR LEER Y TOMARTE EL TIEMPO DE COMENTAR!
CHAUSE!
feels
Re: El Manual de lo Prohibido (Larry Stylinson)
HOLA YUYITAAA!уυуα. escribió:Hola:)
Me encantó el capítulo
Louis ya se enamoró de Harry
Asadkjsañ
Ok no.-.
Síguela pronto
Bye
Me alegro de que te haya gustado c:
Louis esta loquito por el mechudo, pero, como es medio tontito no lo admite c: ahq
Wuwuwuwuw YA la sigo c:
c: c: c: c: c: c: c: ahq
CHAUSE! ABRAZO!
feels
Re: El Manual de lo Prohibido (Larry Stylinson)
No se vos, pero yo creería que si no estuviera la autora de por medio se hubiera mandado una cagadaMiry:)Directioner escribió:oH pobrecito de Louis casi dice lo que no debe, se pone super interesante tanto que ni cuenta me di cuando Harry se fue jajajajaja pense que aun seguia ahi parado como tonto mientras Louis se ahogaba jajajaja
A nadie le importa Harry, nadie lo quiere, por eso nadie se da cuenta cuando esta y cuando no está, eso le pasa por mechudo, ahq, na mentira si yo lo amo, por mi que se deje crecer el pelo hasta la cintura(?)
feels
Re: El Manual de lo Prohibido (Larry Stylinson)
HOLA CAROLINAA! Yo te voy a dacir Caro porque me gusta más asi que.. HOLA CARO c:OWNLIFES_CARITO escribió:HOLAA TU, ESO ME HA PASADO MILES DE VECES, MI MENTE CREE QUE SOLO LO HE ESCUCHADO YO Y LA VERDAD ES QUE EL MUNDO ENTERO LO HA OÍDO, QUE HORROR!!!!!!! MI PREDICCIÓN HA ACERTADO, ES COMO SI FUERA COMO LA PRIMERA VEZ, SI TE DIJE QUERIDA!!!! AHORA SÍGUELA, LO MAS PRONTO QUE PUEDAS .BY-BYEEEEEEEEEEEEE.MI NOMBRE DE PILA ES CAROLINA. :)
kslckjklscjlkajlDJCKSHDKLHHKHDNC YO TAMBIEN COMO QUE ME EMOCIONO PORQUE TAMBIEN ES LA PRIMERA VES QUE LA LEO CON LARRY Y LA ESTOY ESCRIBIENDO YO Y ES MÁS EMOCIONANTE TODAVÍA.
La voy a seguri justo en estos precisos momentos c:
Mi nombre es Feels solo por que si, asi que decime Feels c:
CHAUSE CARO! UN ABRAZO!
feels
Re: El Manual de lo Prohibido (Larry Stylinson)
CAPÍTULO 5 (lo notaron? le puse el acento c:)
-Vamos, Louis, sé que conociste a alguien, tus ojos me lo dicen-insistió, con la sonrisa aún más amplia y los ojos chispeantes de curiosidad.
-Pues, amm… sí y no-farfullé.
-¿Sí y no? ¿Cómo es eso?
-Bueno, conocí a alguien que a decir verdad, me deslumbró; pero…
-¿Pero qué?
-Pero, no puedo decir que sea ese “alguien especial”-hice las comillas con mis dedos.
-¿Por qué no?
-No creo en el amor a primera vista, lo sabes-sacudí la mano, como restándole importancia al asunto.
-Sí; ¿pero sabes? Con Harry fue amor a primera vista-sonrió, como si de pronto se hubiera perdido en el recuerdo-. ¿Tú dónde conociste al chico?-preguntó de repente.
-Emm… en…-vacilé, mientras buscaba algún lugar ideal-en el avión.
-¿Se sentó junto a ti?-la curiosidad de Sharon parecía nunca terminar.
-Mmm…-recordé entonces cuando Harry se sentó a mi lado en el piso del pasillo, reí-algo así.
-¿Quieres contarme?
-No en realidad, no tiene demasiada importancia, Sharon. Era sólo un chico atractivo, cuántos más no hay aquí.
Y era cierto, porque para empezar, Harry sólo era una cara bonita entre muchos otros rostros en toda Venecia y además, no podía inventarme una historia acerca de otro chico sólo por no tener el valor de decirle a Sharon que su novio me parecía lo más atractivo desde que había llegado a Venecia.
Pero eso en mí no era normal.
-Estoy realmente cansada, Sharon. Dime ¿dónde está mi cama?
-Habitación-corrigió ella y luego sonrió-. Justo allá-señaló hacía la derecha, apuntando una puerta de madera, blanca.
-Gracias. Mañana será un día genial, mañana que no esté tan cansado.
-Que duermas bien, Lou. ¡Wow! No puedo creer que estés aquí-lo último pareció que se lo dijo a ella misma-. ¡Te quiero!
-Y yo a ti, Sharon. Buenas noches.
Arrastré las maletas hasta el pequeño cuarto que sería mi habitación y luego me interné en el. Era de tamaño medio, ni tan grande ni tan pequeño. Ideal para mí. La cama estaba al otro extremo de la puerta, contra esquina; cerca de la ventana, y había un pequeño escritorio a lado derecho y un armario enfrente de la cama y del escritorio pequeño. Saqué de la maleta más pequeña el estuche donde traía mi cámara, y tomé una foto de la habitación. Aventé luego las maletas en alguna parte de la habitación y puse con cuidado la cámara en su estuche y lo coloqué sobre el escritorio, estaba demasiado cansado como para ponerme a acomodar la ropa justo ahora.
Me acosté sobre la cama, también estaba demaciado cansado cómo para ir a prepararme un té, o para pedirselo a Sharon, no quería molestarla, coloqué las manos bajo la cabeza, entonces me puse a pensar en todo lo ocurrido durante el día, y el rostro que había traído a mi memoria, era tan bello como el de un ángel, pero, un rostro que no me pertenecía. Pero, ¿porqué había pensado en él? En la idea de que Sharon y Harry no se conocían lo suficiente como para decirse ‘Te amo’; me reí por lo bajo al descubrir que lo que yo tenía ahora era envidia, desde Bruno sólo idiotas habían figurado en la lista de mi corazón, y ahora Sharon había encontrado a alguien que no lo parecía, y yo le tenía envidia. Volví a reír. Era patético. Pero lo cierto era que detrás de aquella risa burlona había una palpable preocupación, el corazón de Sharon no podía volver a romperse por segunda vez en una forma tan desastrosa como la primera. Allí figuraba mi miedo.
O eso creía yo.
-Vamos, Louis, sé que conociste a alguien, tus ojos me lo dicen-insistió, con la sonrisa aún más amplia y los ojos chispeantes de curiosidad.
-Pues, amm… sí y no-farfullé.
-¿Sí y no? ¿Cómo es eso?
-Bueno, conocí a alguien que a decir verdad, me deslumbró; pero…
-¿Pero qué?
-Pero, no puedo decir que sea ese “alguien especial”-hice las comillas con mis dedos.
-¿Por qué no?
-No creo en el amor a primera vista, lo sabes-sacudí la mano, como restándole importancia al asunto.
-Sí; ¿pero sabes? Con Harry fue amor a primera vista-sonrió, como si de pronto se hubiera perdido en el recuerdo-. ¿Tú dónde conociste al chico?-preguntó de repente.
-Emm… en…-vacilé, mientras buscaba algún lugar ideal-en el avión.
-¿Se sentó junto a ti?-la curiosidad de Sharon parecía nunca terminar.
-Mmm…-recordé entonces cuando Harry se sentó a mi lado en el piso del pasillo, reí-algo así.
-¿Quieres contarme?
-No en realidad, no tiene demasiada importancia, Sharon. Era sólo un chico atractivo, cuántos más no hay aquí.
Y era cierto, porque para empezar, Harry sólo era una cara bonita entre muchos otros rostros en toda Venecia y además, no podía inventarme una historia acerca de otro chico sólo por no tener el valor de decirle a Sharon que su novio me parecía lo más atractivo desde que había llegado a Venecia.
Pero eso en mí no era normal.
-Estoy realmente cansada, Sharon. Dime ¿dónde está mi cama?
-Habitación-corrigió ella y luego sonrió-. Justo allá-señaló hacía la derecha, apuntando una puerta de madera, blanca.
-Gracias. Mañana será un día genial, mañana que no esté tan cansado.
-Que duermas bien, Lou. ¡Wow! No puedo creer que estés aquí-lo último pareció que se lo dijo a ella misma-. ¡Te quiero!
-Y yo a ti, Sharon. Buenas noches.
Arrastré las maletas hasta el pequeño cuarto que sería mi habitación y luego me interné en el. Era de tamaño medio, ni tan grande ni tan pequeño. Ideal para mí. La cama estaba al otro extremo de la puerta, contra esquina; cerca de la ventana, y había un pequeño escritorio a lado derecho y un armario enfrente de la cama y del escritorio pequeño. Saqué de la maleta más pequeña el estuche donde traía mi cámara, y tomé una foto de la habitación. Aventé luego las maletas en alguna parte de la habitación y puse con cuidado la cámara en su estuche y lo coloqué sobre el escritorio, estaba demasiado cansado como para ponerme a acomodar la ropa justo ahora.
Me acosté sobre la cama, también estaba demaciado cansado cómo para ir a prepararme un té, o para pedirselo a Sharon, no quería molestarla, coloqué las manos bajo la cabeza, entonces me puse a pensar en todo lo ocurrido durante el día, y el rostro que había traído a mi memoria, era tan bello como el de un ángel, pero, un rostro que no me pertenecía. Pero, ¿porqué había pensado en él? En la idea de que Sharon y Harry no se conocían lo suficiente como para decirse ‘Te amo’; me reí por lo bajo al descubrir que lo que yo tenía ahora era envidia, desde Bruno sólo idiotas habían figurado en la lista de mi corazón, y ahora Sharon había encontrado a alguien que no lo parecía, y yo le tenía envidia. Volví a reír. Era patético. Pero lo cierto era que detrás de aquella risa burlona había una palpable preocupación, el corazón de Sharon no podía volver a romperse por segunda vez en una forma tan desastrosa como la primera. Allí figuraba mi miedo.
O eso creía yo.
feels
Re: El Manual de lo Prohibido (Larry Stylinson)
CAPITULO 6
El sueño abrumador me despertó, una pesadilla que me perló la mayor parte de la cara de un sudor frío y que me obligó a abrir los ojos casi tan precipitadamente como me paré. El horrible accidente que mis padres habían tenido se había proyectado esa noche en mis sueños. Miré el reloj, aun con los nervios de punta. Eran las siete con cuarenta y dos minutos. Suspiré y me levanté de la cama, había dormido con la misma ropa con la que había llegado, así que me di una rápida ducha y luego me cambié.
Salí a la cocina, Sharon aún no se despertaba, así que me dio tiempo de prepararle el desayuno. Hice mi té, unas cuantas tostadas, preparé jugo de naranja, café y también tuve tiempo para preparar hotcakes, a Sharon le encantaban.
-¡Mmm! ¿Qué es eso que huele tan delicioso?-salió de su habitación directo hacía la cocina y luego me sonrió.
-Quise prepararte el desayuno-le puse el plato en el pretil.
-Aaww-exclamó-. Es maravilloso tenerte aquí.
Reímos y luego nos pusimos a ingerir todo lo que preparé.
-¿Qué planes tienes para hoy?-me preguntó.
-Creí que tú ibas a hacer mi agenda de este día-dije, confundido.
La grande sonrisa de la que ella era dueña se expandió por su rostro.
-Sólo quise asegurarme de que no la hayas olvidado-rió de nuevo-. Te llevaré a el mejor centro comercial de toda Venecia, allí están las mejores tiendas de ropa que jamás hayas visto, Lou, es de lo más genial-la emoción saltó a sus ojos.
-Genial-musité.
Afuera hacía frío, un gélido aire vagabundeaba por la atmósfera de Venecia, mientras que mi mejor amiga y yo caminábamos calentitos dentro del centro comercial.
-¿Cómo pasó lo de Bruno? Eso jamás lo supe-me dijo y le miré extrañado-. Quiero decir, que nunca supe cómo lo olvidaste.
-Oh, bueno, simplemente decidí superarlo y ya-me encogí de hombros y me quedé mirando a través de una vitrina un par de zapatillas azules.
El reflejo de Sharon se dibujó a mi lado en el vidrio y una repentina curiosidad vino a mí como una ola del mar.
-Dime, Sharon, ¿cómo conociste a Harry?-musité sin mirar el rostro de ella y fingiendo que observaba detenidamente los zapatos y zapatillas que habían al otro lado de la vitrina, nervioso.
Algo definitivamente raro.
-En un café, un día lluvioso-suspiró como si de pronto volviera a ver el recuerdo nítido en su mente y se perdiera en él, entonces la miré-. Se acercó y hablamos un poco, ¡él es tan gracioso!-suspiró- Me contó que era de Londres, que allí había nacido y que había venido a Venecia por lo mismo que yo: olvidar amores del pasado, sin embargo hasta la fecha no me ha dicho qué fue lo que le pasó…-se perdió pero luego volvió a retomar el curso animoso- Luego de reírnos un rato, me pidió mi número de teléfono y en la noche del mismo día me llamó-sonrió-. Sólo quería desearme buenas noches-suspiró, teatralmente.
-Suena… como a un cuento-sonreí.
-Me siento como en uno-sonrió también- ¡Dios! ¡Estoy tan feliz!-me abrazó, completamente llena de emoción; cosa que siempre hacía cuando estaba así.
-¿Cuántos años tiene?-pregunté, retirándome de su abrazo.
-Veintitrés.
-No hay mucha diferencia, tú tienes veintiuno-dije, aliviado.
-¿Sabes qué nos dicen?-inquirió, animada.
-¿Qué?
-Que somos la pareja perfecta. Que los dos estamos hechos a la medida. Que nacimos para estar juntos-suspiró.
Estaba feliz, pero algo dentro, muy dentro de mí, se removía incómodo y desesperado. Como una pequeña fierecilla enjaulada en lo más oscuro de una habitación, muy lejos de la salida; pero sin embargo, deseosa de salir.
-Me alegro mucho por ti.
-¡Ya sé! Podríamos salir todos alguna vez, así te presento-comentó.
-¿Todos?...
-Sí, Harry, tú, Zayn y yo.
-¿Quién es Zayn?-inquirí, medio confundido.
-Su mejor amigo, es eemm… gay, y pensé que sería buena idea que salgamos los cuatro cómo en una doble cita.
De pronto recordé la conversación que ella había tenido con Harry anoche y que había mencionado a un tal Zayn.
-Oh-musité-. Me encantaría-sonreí, amable.
-¡Le diré a Harry para que organicemos todo!-me abrazó de nuevo, dando brinquitos como una niña pequeña.
Así era Sharon; dulce, tierna, cariñosa, frágil y entusiasta, era una niña pequeña encerrada en el cuerpo de una persona adulta de veintiún años.
-Oye-musité, cambiando repentinamente de tema-, quiero ir al tan famoso puente de los suspiros, quizá pueda tomar algunas fotografías.
-Il ponte dei suspiri. ¿Y para qué quieres ir allí? No es la gran cosa-dijo-. Más bien deberías ir a la plaza de San Marcos, muchos toman sus fotografías allí.
-Lo sé, pero no quiero algo común. Ya me conoces-me encogí de hombros.
-Bueno, también podrías ir al Palazzo Ducale, le podrías tomar bellas fotos.
-¿Al qué? ¿Sharon, te molestaría hablarme en español?
Ella rió.
-Al Palacio del Duque.
-Gracias. ¿Me llevarás al Puente de los suspiros?
Puso los ojos en blanco ante mi insistencia.
-Está bien. Te llevaré mañana.
-Gracias, Sharon. Eres la mejor-y fui yo quien empezó el abrazo ahora.
Seguimos caminando por el centro comercial, mirando casi todas las vidrieras. Comimos en un pequeño restaurante y luego llegamos cansadísimos al departamento.
Eran las siete de la tarde con treinta minutos cuando llamaron a la puerta.
-¡Es Harry!-anunció jovialmente Sharon y se levantó como rayo dando grandes zancadas hacía la puerta.
Dirigí mi vista hasta allá, desviándola del televisor, anhelante de ver el rostro perfecto.
-¡Amor!-Sharon se lanzó a sus brazos en cuanto la figura de su novio fue palpable, y él la recibió cálidamente.
La fierecilla se removió incómoda.
-Ven, pasa.
Desvié mi mirada de nuevo al televisor queriendo aparentar que no la había despegado de allí.
-Louis, hola-mi nombre en su voz era tan melodioso y diferente al resto de voces que habían puesto en su sonido mi nombre; lo hacía parecer bello, único.
Me giré para mirarle.
-Hola, Harry-le sonreí.
-¿Cómo va tu primer día en Venecia?-preguntó.
-Cansado-reí al recordar que había usado el mismo adjetivo cuando él me había preguntado acerca del vuelo.
Creo que él también se acordó, porque rió de la misma manera que yo.
-Ojala los demás no sean siempre así-comentó y sonrió, luego miró a Sharon para entablar conversación con ella.
Entonces yo me giré de nuevo, pero a decir verdad, estaba más pendiente de su conversación que del programa italiano que se proyectaba en la televisión.
-¿Estás nerviosa, cielo?-le preguntó a Sharon.
-¿Sobre qué?-inquirió ella, confundida.
-Sobre tu entrevista de trabajo, mañana.
-¿Mañana es siete?-la voz de Sharon sonó alarmada- ¡Dios, lo olvidé!
Entonces me giré de nuevo para mirar.
-¿Tienes una entrevista de trabajo?-pregunté, realmente emocionado.
-Sí y… ¡oh!-se quedó en silencio durante unos segundos- ¡Lo siento! ¡Lo siento, lo siento, lo siento!-se acercó a mí- Es que no recordaba lo de la entrevista, perdóname.
Tardé un segundo en comprender por qué me pedía disculpas.
-Oh, Sharon, no. No te preocupes -le sonreí-. Iremos otro día a visitar el puente.
-¿No estás enojado?
-¿Yo? Para nada, al contrario. ¿De qué es el trabajo que solicitas?
-Enfermería en el hospital de la Isla de Torcello. ¡Tengo una idea!-dijo de pronto, como si la primer parte no importara demasiado, se giró a mirar a su novio- Amor, ¿podrías tú llevar a Louis a Il ponte dei suspiri?
Los ojos se me abrieron de par en par ante la sorpresa y luego miré el rostro de Harry, tan bello como el de un ángel. Él también me miraba con sus ojos verdes.
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Gue, estoy de buen humor haci que dos caps
El sueño abrumador me despertó, una pesadilla que me perló la mayor parte de la cara de un sudor frío y que me obligó a abrir los ojos casi tan precipitadamente como me paré. El horrible accidente que mis padres habían tenido se había proyectado esa noche en mis sueños. Miré el reloj, aun con los nervios de punta. Eran las siete con cuarenta y dos minutos. Suspiré y me levanté de la cama, había dormido con la misma ropa con la que había llegado, así que me di una rápida ducha y luego me cambié.
Salí a la cocina, Sharon aún no se despertaba, así que me dio tiempo de prepararle el desayuno. Hice mi té, unas cuantas tostadas, preparé jugo de naranja, café y también tuve tiempo para preparar hotcakes, a Sharon le encantaban.
-¡Mmm! ¿Qué es eso que huele tan delicioso?-salió de su habitación directo hacía la cocina y luego me sonrió.
-Quise prepararte el desayuno-le puse el plato en el pretil.
-Aaww-exclamó-. Es maravilloso tenerte aquí.
Reímos y luego nos pusimos a ingerir todo lo que preparé.
-¿Qué planes tienes para hoy?-me preguntó.
-Creí que tú ibas a hacer mi agenda de este día-dije, confundido.
La grande sonrisa de la que ella era dueña se expandió por su rostro.
-Sólo quise asegurarme de que no la hayas olvidado-rió de nuevo-. Te llevaré a el mejor centro comercial de toda Venecia, allí están las mejores tiendas de ropa que jamás hayas visto, Lou, es de lo más genial-la emoción saltó a sus ojos.
-Genial-musité.
Afuera hacía frío, un gélido aire vagabundeaba por la atmósfera de Venecia, mientras que mi mejor amiga y yo caminábamos calentitos dentro del centro comercial.
-¿Cómo pasó lo de Bruno? Eso jamás lo supe-me dijo y le miré extrañado-. Quiero decir, que nunca supe cómo lo olvidaste.
-Oh, bueno, simplemente decidí superarlo y ya-me encogí de hombros y me quedé mirando a través de una vitrina un par de zapatillas azules.
El reflejo de Sharon se dibujó a mi lado en el vidrio y una repentina curiosidad vino a mí como una ola del mar.
-Dime, Sharon, ¿cómo conociste a Harry?-musité sin mirar el rostro de ella y fingiendo que observaba detenidamente los zapatos y zapatillas que habían al otro lado de la vitrina, nervioso.
Algo definitivamente raro.
-En un café, un día lluvioso-suspiró como si de pronto volviera a ver el recuerdo nítido en su mente y se perdiera en él, entonces la miré-. Se acercó y hablamos un poco, ¡él es tan gracioso!-suspiró- Me contó que era de Londres, que allí había nacido y que había venido a Venecia por lo mismo que yo: olvidar amores del pasado, sin embargo hasta la fecha no me ha dicho qué fue lo que le pasó…-se perdió pero luego volvió a retomar el curso animoso- Luego de reírnos un rato, me pidió mi número de teléfono y en la noche del mismo día me llamó-sonrió-. Sólo quería desearme buenas noches-suspiró, teatralmente.
-Suena… como a un cuento-sonreí.
-Me siento como en uno-sonrió también- ¡Dios! ¡Estoy tan feliz!-me abrazó, completamente llena de emoción; cosa que siempre hacía cuando estaba así.
-¿Cuántos años tiene?-pregunté, retirándome de su abrazo.
-Veintitrés.
-No hay mucha diferencia, tú tienes veintiuno-dije, aliviado.
-¿Sabes qué nos dicen?-inquirió, animada.
-¿Qué?
-Que somos la pareja perfecta. Que los dos estamos hechos a la medida. Que nacimos para estar juntos-suspiró.
Estaba feliz, pero algo dentro, muy dentro de mí, se removía incómodo y desesperado. Como una pequeña fierecilla enjaulada en lo más oscuro de una habitación, muy lejos de la salida; pero sin embargo, deseosa de salir.
-Me alegro mucho por ti.
-¡Ya sé! Podríamos salir todos alguna vez, así te presento-comentó.
-¿Todos?...
-Sí, Harry, tú, Zayn y yo.
-¿Quién es Zayn?-inquirí, medio confundido.
-Su mejor amigo, es eemm… gay, y pensé que sería buena idea que salgamos los cuatro cómo en una doble cita.
De pronto recordé la conversación que ella había tenido con Harry anoche y que había mencionado a un tal Zayn.
-Oh-musité-. Me encantaría-sonreí, amable.
-¡Le diré a Harry para que organicemos todo!-me abrazó de nuevo, dando brinquitos como una niña pequeña.
Así era Sharon; dulce, tierna, cariñosa, frágil y entusiasta, era una niña pequeña encerrada en el cuerpo de una persona adulta de veintiún años.
-Oye-musité, cambiando repentinamente de tema-, quiero ir al tan famoso puente de los suspiros, quizá pueda tomar algunas fotografías.
-Il ponte dei suspiri. ¿Y para qué quieres ir allí? No es la gran cosa-dijo-. Más bien deberías ir a la plaza de San Marcos, muchos toman sus fotografías allí.
-Lo sé, pero no quiero algo común. Ya me conoces-me encogí de hombros.
-Bueno, también podrías ir al Palazzo Ducale, le podrías tomar bellas fotos.
-¿Al qué? ¿Sharon, te molestaría hablarme en español?
Ella rió.
-Al Palacio del Duque.
-Gracias. ¿Me llevarás al Puente de los suspiros?
Puso los ojos en blanco ante mi insistencia.
-Está bien. Te llevaré mañana.
-Gracias, Sharon. Eres la mejor-y fui yo quien empezó el abrazo ahora.
Seguimos caminando por el centro comercial, mirando casi todas las vidrieras. Comimos en un pequeño restaurante y luego llegamos cansadísimos al departamento.
Eran las siete de la tarde con treinta minutos cuando llamaron a la puerta.
-¡Es Harry!-anunció jovialmente Sharon y se levantó como rayo dando grandes zancadas hacía la puerta.
Dirigí mi vista hasta allá, desviándola del televisor, anhelante de ver el rostro perfecto.
-¡Amor!-Sharon se lanzó a sus brazos en cuanto la figura de su novio fue palpable, y él la recibió cálidamente.
La fierecilla se removió incómoda.
-Ven, pasa.
Desvié mi mirada de nuevo al televisor queriendo aparentar que no la había despegado de allí.
-Louis, hola-mi nombre en su voz era tan melodioso y diferente al resto de voces que habían puesto en su sonido mi nombre; lo hacía parecer bello, único.
Me giré para mirarle.
-Hola, Harry-le sonreí.
-¿Cómo va tu primer día en Venecia?-preguntó.
-Cansado-reí al recordar que había usado el mismo adjetivo cuando él me había preguntado acerca del vuelo.
Creo que él también se acordó, porque rió de la misma manera que yo.
-Ojala los demás no sean siempre así-comentó y sonrió, luego miró a Sharon para entablar conversación con ella.
Entonces yo me giré de nuevo, pero a decir verdad, estaba más pendiente de su conversación que del programa italiano que se proyectaba en la televisión.
-¿Estás nerviosa, cielo?-le preguntó a Sharon.
-¿Sobre qué?-inquirió ella, confundida.
-Sobre tu entrevista de trabajo, mañana.
-¿Mañana es siete?-la voz de Sharon sonó alarmada- ¡Dios, lo olvidé!
Entonces me giré de nuevo para mirar.
-¿Tienes una entrevista de trabajo?-pregunté, realmente emocionado.
-Sí y… ¡oh!-se quedó en silencio durante unos segundos- ¡Lo siento! ¡Lo siento, lo siento, lo siento!-se acercó a mí- Es que no recordaba lo de la entrevista, perdóname.
Tardé un segundo en comprender por qué me pedía disculpas.
-Oh, Sharon, no. No te preocupes -le sonreí-. Iremos otro día a visitar el puente.
-¿No estás enojado?
-¿Yo? Para nada, al contrario. ¿De qué es el trabajo que solicitas?
-Enfermería en el hospital de la Isla de Torcello. ¡Tengo una idea!-dijo de pronto, como si la primer parte no importara demasiado, se giró a mirar a su novio- Amor, ¿podrías tú llevar a Louis a Il ponte dei suspiri?
Los ojos se me abrieron de par en par ante la sorpresa y luego miré el rostro de Harry, tan bello como el de un ángel. Él también me miraba con sus ojos verdes.
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Gue, estoy de buen humor haci que dos caps
feels
Re: El Manual de lo Prohibido (Larry Stylinson)
Deberías de andar con un buen humor siempre, digo no se, así siempre subes doble JAJAJA xD
Y si note que pusiste el acento Trolololololol xD
Los caps. fueron hermosos :3
Ya quiero saber que piensa Harry, yo no me trago el cuento de que no siente nada por semejante belleza que es Louis xD
Y Zayn Jajajajaja me rió porque me imagino que puede pasar xD
Sube pronto linda.
Rebe se despide.
Y si note que pusiste el acento Trolololololol xD
Los caps. fueron hermosos :3
Ya quiero saber que piensa Harry, yo no me trago el cuento de que no siente nada por semejante belleza que es Louis xD
Y Zayn Jajajajaja me rió porque me imagino que puede pasar xD
Sube pronto linda.
Rebe se despide.
Rebeca.
Re: El Manual de lo Prohibido (Larry Stylinson)
Wow
Podrías subir uno más....
Amé el capítulo
Ya quiero que se queden solitos allí en el puente*-*
Jajaja Sí, había notado el acento XD
Síguela pronto
Bye
Podrías subir uno más....
Amé el capítulo
Ya quiero que se queden solitos allí en el puente*-*
Jajaja Sí, había notado el acento XD
Síguela pronto
Bye
уυуα.
Re: El Manual de lo Prohibido (Larry Stylinson)
holap!!
otra vez ando aqui :) que linda que va, se pone muy fkeljrweiwr :D, nunca la lei antes, algunas parece que si :( yo prefiero leerla por primera vez aqui :)
siguela
otra vez ando aqui :) que linda que va, se pone muy fkeljrweiwr :D, nunca la lei antes, algunas parece que si :( yo prefiero leerla por primera vez aqui :)
siguela
Miry:)Directioner
Re: El Manual de lo Prohibido (Larry Stylinson)
KSKDJSDKLCMKS YA SUBO REBE, y es larguísimo asi que, va a estar buenísimo(?)Rebeca. escribió:Deberías de andar con un buen humor siempre, digo no se, así siempre subes doble JAJAJA xD
Y si note que pusiste el acento Trolololololol xD
Los caps. fueron hermosos :3
Ya quiero saber que piensa Harry, yo no me trago el cuento de que no siente nada por semejante belleza que es Louis xD
Y Zayn Jajajajaja me rió porque me imagino que puede pasar xD
Sube pronto linda.
Rebe se despide.
Abrazo!
feels
Re: El Manual de lo Prohibido (Larry Stylinson)
Holi yuya c:уυуα. escribió:Wow
Podrías subir uno más....
Amé el capítulo
Ya quiero que se queden solitos allí en el puente*-*
Jajaja Sí, había notado el acento XD
Síguela pronto
Bye
JAJAJAJA VAS A TENER QUE ESPERAR MÁS PORQUE MUCHAS VUELTAS Y NADA DE ROMANTISISMO TIENE ESTE CAP JSWJDKJHJKSC
YA la sigo!
Abrazo!
feels
Re: El Manual de lo Prohibido (Larry Stylinson)
Holawa!Miry:)Directioner escribió:holap!!
otra vez ando aqui :) que linda que va, se pone muy fkeljrweiwr :D, nunca la lei antes, algunas parece que si :( yo prefiero leerla por primera vez aqui :)
siguela
Si, una la había leído antes, pero es porque, como dije, hay en muchas versiones (con los Jonas con 1D etc etc) pero ésta es la primera vez que está con Larry c:
YA LA SIGO BB!
Abrazo!
feels
Re: El Manual de lo Prohibido (Larry Stylinson)
CAPÍTULO 7 (rosita más oscuro porque con el otro rosita escribo mis mensajes(?) )
-Chiaro. Per me non c'è nessun problema-respondió él y luego sonrió.
-Gracias, H-dijo Sharon y luego me miró.
-Español, por favor-dije y los dos rieron.
-Que sí, que no hay problema-dijo mi amiga.
Miré a Harry.
-¿Seguro que no tienes cosas que hacer y te estoy quitando el tiempo sólo por mi capricho? Porque puedo esperar a que Sharon tenga tiempo, no hay prisa, de verdad.
-No-me respondió-. Por mí está bien, a menos de que no quieras ir conmigo-rió.
-No, digo, sí-sacudí la cabeza-. Quiero decir, gracias por llevarme.
-A Harry le gusta ese lugar, seguro que está más que encantado. Él te puede dar el Tour-bromeó Sharon.
-Y para mí sería todo un placer-se rió el interpelado, y mostró todas las perlas blancas que formaban su sonrisa, en la que por un lacónico segundo, me perdí.
-Gracias-musité y me giré de nuevo a mirar la televisión.
Me había asustado un poco un inusual hecho, desvié completamente mi atención de mi mejor amiga y su novio a propósito, debido al pensamiento que la reacción había producido y me puse a pensar en eso. ¿Por qué encontraba a Harry muy atractivo? Sí lo era, pero lo que realmente me preguntaba era ¿por qué todo en él causaba una sensación extraña en mí? Miré de reojo a la feliz pareja a mis espaldas, y pude ver la sonrisa de Harry volar hacía Sharon. Entonces llegué a una conclusión fácil. Estaba deslumbrado por él. Por supuesto, era el joven más apuesto con el que me había topado en toda mi vida. Me reí discretamente, qué suerte la de Sharon.
-¿Te quedas a cenar?-preguntó ella, luego de un rato- ¿Sabes? Con Louis se me ocurrió una idea hoy, ¿por qué no salimos un día los cuatro? Nosotros tres y Zayn-explicó ella sin esperar la respuesta de su novio a la primer pregunta.
-No, cielo, no puedo quedarme. Hoy hay cena familiar-torció el gesto-. Y lo de la salida los cuatro suena estupendo, le comentaré a Zayn hoy.
¿Debería preocuparme? Sabía que Sharon ocultaba muy dentro de ella la idea de emparejarme con alguien, pero al pensar en el hecho… ¿qué tan malo podría llegar a ser si se trataba del mejor amigo de Harry? Seguro también era apuesto.
-Hasta mañana, vendré a desearte buena suerte antes de que te vayas-dijo Harry a su novia y luego besó su frente.
-Gracias, amor.
-Louis-me giré a mirar a Harry de nuevo al escuchar mi nombre-. Mañana tenemos muchas cosas por hacer, espero no te canses amigo-sonrió.
De pronto sentí una emoción que no pude explicar, una ligero entusiasmo allí, cerca de donde se encontraba la fierecilla enjaulada.
-Hasta mañana-musité y le devolví la sonrisa.
Sharon y Harry salieron hasta la puerta en donde tardaron más de cinco minutos en despedirse; traté de no pensar en ello, porque a fin de cuentas, su manera de decirse adiós era algo que a mí no me incumbía.
Luego de que oí la puerta cerrarse, Sharon se sentó a mi lado en el sofá y luego suspiró.
-¿No es perfecto?-preguntó.
-¿Qué cosa?-inquirí, confundido.
-Mi novio-musitó, con aire de orgullo.
Yo reí, pero no dije nada. Aun cuando Sharon me lo había preguntado no podía decirle lo que pensaba. Sí, sí era perfecto, pero por alguna extraña razón, mi boca no podía soltar esas palabras enfrente de mi amiga.
-¿A qué hora te irás mañana?-pregunté.
-A las seis.
-¿De la tarde?
-De la mañana.
Abrí los ojos como platos y la miré.
-¿Seis de la mañana? Y ¿a qué hora vendrás?
-No lo sé-musitó y luego torció el gesto-. La Isla de Torcello está un poco lejos, quizá venga como a las cinco de la tarde.
-Pero si sólo te harán una entrevista, ¿por qué tardarás tanto?
-Porque si me aceptan, me quedaré para que me capaciten o algo así-se encogió de hombros.
-Voy a extrañarte-hice un puchero.
Ella rió.
-Me extrañarás más si consigo el trabajo, porque saldré hasta las ocho de la noche-volvió a reír y esta vez yo me uní a su risa.
-Sharon, estoy cansado, me acostaré ya-dije.
-¿Tan pronto? Pero si son las ocho de la noche.
-Ocho cuarenta-corregí-, y sí, estoy muy cansado y quiero dormir.
Bueno, de lo que había dicho, sólo la primer parte era cierta porque tenía miedo de volver a soñar la misma pesadilla de la noche anterior.
-Está bien. Buenas noches.
-Buenas noches-me levanté del sofá y caminé hasta mi habitación.
-¡Ah! Mañana te tienes que levantar temprano-me avisó-. Harry vendrá antes de que yo me vaya y luego te llevará al Puente de los suspiros.
Me detuve antes de entrar a la habitación.
-Genial-mascullé, y sonreí.
Me introduje a mi habitación y me arropé para dormir, luego me acosté en la suave cama y me cubrí con las sábanas. Me quedé mirando el techo en total oscuridad, y alcanzaba a percibir el sonido del televisor proveniente de la sala.
Sentía el entusiasmo crecer con cada minuto que pasaba, mañana iría al famoso Puente de los suspiros, un lugar que he querido visitar desde que Sharon se vino a vivir aquí; pero había otra razón para alimentar ese entusiasmo, y era que pasaría un buen rato con Harry. Pero aun no sabía por qué esa idea me entusiasmaba tanto.
Los golpes en la puerta me despertaron y entonces me percaté de la voz de Sharon del otro lado.
-¡Louis, levántate ya!-gritó.
Me removí entre las sábanas y no hice intento alguno por abrir los ojos.
-¡Bestia!-volvió a golpear la puerta-Harry vendrá en cualquier momento.
¿Harry? Abrí los ojos, completamente despierto y aventé la sábanas hacía un lado. Salí de la cama en un santiamén y abrí la puerta. Sharon corría de un lugar a otro en busca de algo.
-Yo creí que no te levantarías nunca-farfulló.
-¿Qué buscas?-pregunté.
-Mi bolsa, puedo jurar que la dejé aquí-apuntó al sofá.
Miré el reloj, faltaban veinte minutos para las seis de la mañana. ¿Cuánto se tardaría Harry en llegar?...
…¿Por qué me pregunto eso?
-Busca en tu cuarto, Sharon-musité.
Ella me miró y salió corriendo a su habitación. Dos segundos después llamaron a la puerta.
-Louis, por favor abre-me gritó Sharon desde su cuarto.
Caminé perezosamente hasta la puerta y la abrí. Lo que vi me deslumbró por completo.
-Buenos días-me sonrió y aquella fierecilla enjaulada saltó de un lado a otro en su pequeña cárcel.
-Buenos días, Harry-le devolví la sonrisa-. Pasa.
Le abrí camino y me le quedé mirando mientras pasaba a mi lado, llevaba puesta una chaqueta negra al igual que los apretados pantalones que traía, por dentro de la chaqueta se alcanzaba a ver una camisa en tono rojo. Usaba unas gafas de sol que le daba un aspecto más comercial a su rostro, parecía de esos modelos que sólo ves en televisión.
-Bonita pijama-musitó mirando mi atuendo.
Enrojecí hasta los huesos y me mordí el labio inferior, completamente apenado.
-Gracias-murmuré.
-¿Dónde está Sharon?
-En…
-¡Aquí!-la interpelada salió de su habitación con la bolsa en la mano y me interrumpió.
-Hola, preciosa-dijo él y luego se acercó para besarla.
Desvié mi mirada, dándoles privacidad y me escabullí hasta mi cuarto. Privacidad, ¿eso quería darles? O sólo quería calmar a la fierecilla que de pronto se sintió incómoda.
Me vestí rápidamente y arreglé mi cabello
-¡Louis! Debo irme-gritó Sharon, desde algún lugar cercano a la puerta.
Salí del cuarto no sin antes tomar mi cámara fotográfica.
-Te veo más tarde, espero se diviertan-dijo-. Los amo, a los dos.
-¡Suerte!-dije, pero ella ya había cerrado la puerta.
Miré entonces a Harry, quien se encontraba parado mirándome a mí.
-Creí que íbamos a desayunar en pijama-musitó, divertido al notar mi cambio de ropa.
El rubor corrió de nuevo por mis mejillas y bajé la cabeza.
-Es muy temprano para desayunar-musité.
El rió.
-¿Entonces… quieres que nos vayamos ya? El camino no es muy corto.
-Claro-sonreí y él me hizo seña de que saliera del departamento.
Tomé mi mochila y me la colgué en el hombro, echando allí mí cámara; luego él me abrió la puerta y me dejó pasar primero. Se deslizó después hacía mi lado y caminó junto a mí, su perfume, mezcla de miel y frutas tropicales se introdujo en mi nariz.
-¿Escaleras o ascensor?-preguntó.
-Escaleras, es el tercer piso-decidí.
Sonrió como si le hubiera gustado mi elección. Esperó a que yo me adelantara y luego me siguió muy cerca.
Cuando salimos del edificio, caminé hacia la derecha, muy decidido.
-¿A dónde vas?-preguntó Harry y me giré a mirarle, entonces me di cuenta de que ya no me seguía sino que estaba parado y reía.
-Pues, a tomar un taxi o un autobús-me encogí de hombros, confundido.
El rió con ganas y sus carcajadas atronaron en mis oídos como la entonación de una cascada al caer al lago.
No comprendí qué le resultaba tan gracioso y fruncí el ceño.
-No pensarás que tomaremos un taxi hasta allá, ¿verdad?-dijo, medio serenado-. Porque si es así, no creo que tengas el dinero suficiente como para pagar el viaje, recuerda que no está muy cerca el lugar-río de nuevo-. Y no hay autobuses hasta ese lugar, a menos de que tomes tres o cuatro.
Me quedé en silencio y relacioné sus palabras con sus acciones.
-¿Te estás burlando?- volví a fruncir el ceño.
La carcajada melodiosa que aun salía de su garganta enmudeció, y su rostro se volvió serio y cauteloso.
-No-dijo.
-¿Entonces por qué te ríes?-enarqué una ceja.
-Porque me pareció un poco… gracioso-aún bajo las gafas de sol, su expresión era como la de un niño que es regañado por su madre.
-Para mí no es gracioso-dije, severo pareciendo enojado.
-Lo siento yo…
Estallé en fuertes risotadas interrumpiendo su disculpa y se me quedó mirando extrañado.
-¡Caíste! Creíste que me había disgustado-alcancé a soltar entre risas.
Su rostro dejó la seriedad y precaución y se dibujó en él una bella sonrisa.
-Eres malo-musitó y luego río.
-Sólo a veces-reí-. Pero bueno, ya hablando en serio, ¿en qué nos vamos a ir?-inquirí.
-En mi auto-dijo, como si fuera obvio y luego apuntó hacía el vehículo que tenía a un lado.
Era un Chevrolet Tahoe Hybrid en color negro.
-En tu auto…-musité- claro, debí imaginarlo-reí, sintiéndome estúpido.
Él me sonrió y luego abrió la puerta del copiloto.
-Sube-me indicó.
-Gracias-musité, ruborizado.
-De nada-me sonrió de nuevo.
Puse mi mochila sobre mis piernas.
El subió a su asiento, y encendió el motor de la camioneta para ponerla en marcha.
-Bonito vehículo-dije.
-Gracias, pero me gusta más el de Zayn -rió con franqueza-. ¡Oh! Ahora que recuerdo, dice que le encantaría salir para conocerte.
-¿Qué?
-La idea de Sharon-aclaró.
-Oh, claro, pues… en ese caso, genial-musité.
-Te va a agradar, es muy buena persona-me dijo, mientras manobriaba con el volante del auto para dar vuelta en una calle.
-¿Tratas de hacer lo mismo que Sharon?-inquirí, entrecerrando los ojos y mirándole.
-¿Qué?-la nota de confusión en su voz no me pareció falsa.
-Buscarme pareja-dije.
El rió y se quitó las gafas de sol, dándole paso libre a la vista de sus bellos ojos.
-¿Sharon hace eso?
-Lo está haciendo, estoy seguro-musité y luego me crucé de brazos, acomodándome en el asiento.
El volvió a reír.
-Pues juro que no lo hago con esa intención-sonrió y se detuvo en una luz roja.
-¿Y cómo puedo creerte?-inquirí, enarcando una ceja.
Rió de nuevo, divertido por mi juicio.
-¿No basta con que lo haya jurado?-preguntó, escandalizado y divertido.
-No tanto-negué con la cabeza.
Seguimos avanzando cuando la luz se puso en verde.
-Bueno, creí que a lo mejor tenías pareja ya-dijo.
-¿Y qué te hizo pensar eso?
-Pues, eres lindo-se encogió de hombros-; no veo porqué no.
Me quedé helado y me fue imposible formular algún pensamiento en ese instante. Yo le parecía lindo a él.
El rubor corrió de nuevo por mis mejillas, pintándolas de rojo.
-Gracias…-musité.
-¿Ya me crees?-sonrió.
-Quizá.
Su risa estalló de nuevo y puso los ojos en blanco.
-Si que eres terco ¿no?
-No, sólo un poquito duro de convencer.
-Está bien, está bien. Esa es una cosa por la que no se me ocurrió emparejarte con mi mejor amigo, otra es que Zayn está enamorado de un chico misterioso.
-¿Un chico misterioso?
Se encogió de hombros.
-Lo conozco muy bien como para saber que está enamorado, el problema es que no me quiere decir de quién.
-Bueno, todos tenemos derecho a la privacidad-me encogí de hombros y el me miró-. Una amiga me lo dijo una vez.
-Bueno, creo que tienes razón-sonrió resignado-. Aunque me gustaría saber.
-Eres curioso-adiviné.
-Mucho-admitió.
Dio la vuelta a una calle y siguió derecho. Miré por la ventana polarizada, maravillándome con el encanto de Venecia, sus edificios, sus calles, todo me parecía fantástico.
-Qué bonito-susurré.
-¿Qué es bonito?-preguntó y mi atención volvió a él.
-La ciudad, la gente, todo…
Él volvió a reír.
-Sí, la primera vez que visitas Venecia sueles enamorarte del lugar.
-¿Cuánto tiempo llevas viviendo aquí?-pregunté.
-Casi dos años.
-¿Dos años?-abrí los ojos como platos.
-Casi. Bueno, a decir verdad… año y medio.
-Wow, ¿por qué…?-me quedé a la mitad de mi interrogante, recordando las palabras de Sharon: “Me contó que era de Londres, que allí había nacido y que había venido a Venecia por lo mismo que yo: olvidar amores del pasado, sin embargo hasta la fecha no me ha dicho qué fue lo que le pasó…”
-Por qué, ¿qué?
-¿Así que vienes de Londres?-dije, tratando de evadir mi pregunta anterior, borrarla de la conversación o algo por el estilo.
-Sí, allí nací-respondió-. Pero, por qué ¿qué?-volvió a insistir.
-Nada, sólo me equivoqué de palabras, es todo-reí, nervioso.
Me miró con los ojos entrecerrados, no del todo convencido y luego posó su atención en el objeto que tenía sobre mis piernas.
-¿Qué traes adentro?-preguntó.
-Oh, mi cámara.
-¿Eres fotógrafo?-se asombró.
-Sí, y adoro serlo.
-Te gusta el arte entonces-concluyó.
-Por supuesto.
-¿Sabes? A mi gusta la música.
-¿Tocas algún instrumento?
-Sí, la guitarra, el pandero, el teclado y la batería, un poco.
-¡Wow! Eres talentoso entonces.
El sonrió, halagado por mi comentario.
-Gracias.
Siguió conduciendo y cada movimiento que él hacía me provocaba una sensación rara de encanto, en ese momento la respuesta de la pregunta que Sharon me había hecho se escuchó en mi cabeza: sí, él era perfecto.
Luego de unos minutos más, su voz interrumpió el silencio.
-Llegamos-avisó, entusiasmado.
Miré hacía el frente, a la izquierda y me maravillé con lo que vi.
Bajé del auto al igual que él y sentí cuando el frío me rozó los brazos.
-Ven, vamos. Tenemos que ir a una de las góndolas-hizo un movimiento de cabeza indicándome que le siguiera.
Nos acercamos más y pude ver el agua del canal y otras tres personas que querían subir al negro trasporte de madera. Me paré justo antes de subir. Harry me miró.
-¿Qué pasa?-preguntó.
-He oído que las aguas de los canales de Venecia son profundas-dije, con temor.
El río.
-¿Tienes miedo?...
___________________________________________________________________
Bueno, aquí cap largo c:
-Chiaro. Per me non c'è nessun problema-respondió él y luego sonrió.
-Gracias, H-dijo Sharon y luego me miró.
-Español, por favor-dije y los dos rieron.
-Que sí, que no hay problema-dijo mi amiga.
Miré a Harry.
-¿Seguro que no tienes cosas que hacer y te estoy quitando el tiempo sólo por mi capricho? Porque puedo esperar a que Sharon tenga tiempo, no hay prisa, de verdad.
-No-me respondió-. Por mí está bien, a menos de que no quieras ir conmigo-rió.
-No, digo, sí-sacudí la cabeza-. Quiero decir, gracias por llevarme.
-A Harry le gusta ese lugar, seguro que está más que encantado. Él te puede dar el Tour-bromeó Sharon.
-Y para mí sería todo un placer-se rió el interpelado, y mostró todas las perlas blancas que formaban su sonrisa, en la que por un lacónico segundo, me perdí.
-Gracias-musité y me giré de nuevo a mirar la televisión.
Me había asustado un poco un inusual hecho, desvié completamente mi atención de mi mejor amiga y su novio a propósito, debido al pensamiento que la reacción había producido y me puse a pensar en eso. ¿Por qué encontraba a Harry muy atractivo? Sí lo era, pero lo que realmente me preguntaba era ¿por qué todo en él causaba una sensación extraña en mí? Miré de reojo a la feliz pareja a mis espaldas, y pude ver la sonrisa de Harry volar hacía Sharon. Entonces llegué a una conclusión fácil. Estaba deslumbrado por él. Por supuesto, era el joven más apuesto con el que me había topado en toda mi vida. Me reí discretamente, qué suerte la de Sharon.
-¿Te quedas a cenar?-preguntó ella, luego de un rato- ¿Sabes? Con Louis se me ocurrió una idea hoy, ¿por qué no salimos un día los cuatro? Nosotros tres y Zayn-explicó ella sin esperar la respuesta de su novio a la primer pregunta.
-No, cielo, no puedo quedarme. Hoy hay cena familiar-torció el gesto-. Y lo de la salida los cuatro suena estupendo, le comentaré a Zayn hoy.
¿Debería preocuparme? Sabía que Sharon ocultaba muy dentro de ella la idea de emparejarme con alguien, pero al pensar en el hecho… ¿qué tan malo podría llegar a ser si se trataba del mejor amigo de Harry? Seguro también era apuesto.
-Hasta mañana, vendré a desearte buena suerte antes de que te vayas-dijo Harry a su novia y luego besó su frente.
-Gracias, amor.
-Louis-me giré a mirar a Harry de nuevo al escuchar mi nombre-. Mañana tenemos muchas cosas por hacer, espero no te canses amigo-sonrió.
De pronto sentí una emoción que no pude explicar, una ligero entusiasmo allí, cerca de donde se encontraba la fierecilla enjaulada.
-Hasta mañana-musité y le devolví la sonrisa.
Sharon y Harry salieron hasta la puerta en donde tardaron más de cinco minutos en despedirse; traté de no pensar en ello, porque a fin de cuentas, su manera de decirse adiós era algo que a mí no me incumbía.
Luego de que oí la puerta cerrarse, Sharon se sentó a mi lado en el sofá y luego suspiró.
-¿No es perfecto?-preguntó.
-¿Qué cosa?-inquirí, confundido.
-Mi novio-musitó, con aire de orgullo.
Yo reí, pero no dije nada. Aun cuando Sharon me lo había preguntado no podía decirle lo que pensaba. Sí, sí era perfecto, pero por alguna extraña razón, mi boca no podía soltar esas palabras enfrente de mi amiga.
-¿A qué hora te irás mañana?-pregunté.
-A las seis.
-¿De la tarde?
-De la mañana.
Abrí los ojos como platos y la miré.
-¿Seis de la mañana? Y ¿a qué hora vendrás?
-No lo sé-musitó y luego torció el gesto-. La Isla de Torcello está un poco lejos, quizá venga como a las cinco de la tarde.
-Pero si sólo te harán una entrevista, ¿por qué tardarás tanto?
-Porque si me aceptan, me quedaré para que me capaciten o algo así-se encogió de hombros.
-Voy a extrañarte-hice un puchero.
Ella rió.
-Me extrañarás más si consigo el trabajo, porque saldré hasta las ocho de la noche-volvió a reír y esta vez yo me uní a su risa.
-Sharon, estoy cansado, me acostaré ya-dije.
-¿Tan pronto? Pero si son las ocho de la noche.
-Ocho cuarenta-corregí-, y sí, estoy muy cansado y quiero dormir.
Bueno, de lo que había dicho, sólo la primer parte era cierta porque tenía miedo de volver a soñar la misma pesadilla de la noche anterior.
-Está bien. Buenas noches.
-Buenas noches-me levanté del sofá y caminé hasta mi habitación.
-¡Ah! Mañana te tienes que levantar temprano-me avisó-. Harry vendrá antes de que yo me vaya y luego te llevará al Puente de los suspiros.
Me detuve antes de entrar a la habitación.
-Genial-mascullé, y sonreí.
Me introduje a mi habitación y me arropé para dormir, luego me acosté en la suave cama y me cubrí con las sábanas. Me quedé mirando el techo en total oscuridad, y alcanzaba a percibir el sonido del televisor proveniente de la sala.
Sentía el entusiasmo crecer con cada minuto que pasaba, mañana iría al famoso Puente de los suspiros, un lugar que he querido visitar desde que Sharon se vino a vivir aquí; pero había otra razón para alimentar ese entusiasmo, y era que pasaría un buen rato con Harry. Pero aun no sabía por qué esa idea me entusiasmaba tanto.
Los golpes en la puerta me despertaron y entonces me percaté de la voz de Sharon del otro lado.
-¡Louis, levántate ya!-gritó.
Me removí entre las sábanas y no hice intento alguno por abrir los ojos.
-¡Bestia!-volvió a golpear la puerta-Harry vendrá en cualquier momento.
¿Harry? Abrí los ojos, completamente despierto y aventé la sábanas hacía un lado. Salí de la cama en un santiamén y abrí la puerta. Sharon corría de un lugar a otro en busca de algo.
-Yo creí que no te levantarías nunca-farfulló.
-¿Qué buscas?-pregunté.
-Mi bolsa, puedo jurar que la dejé aquí-apuntó al sofá.
Miré el reloj, faltaban veinte minutos para las seis de la mañana. ¿Cuánto se tardaría Harry en llegar?...
…¿Por qué me pregunto eso?
-Busca en tu cuarto, Sharon-musité.
Ella me miró y salió corriendo a su habitación. Dos segundos después llamaron a la puerta.
-Louis, por favor abre-me gritó Sharon desde su cuarto.
Caminé perezosamente hasta la puerta y la abrí. Lo que vi me deslumbró por completo.
-Buenos días-me sonrió y aquella fierecilla enjaulada saltó de un lado a otro en su pequeña cárcel.
-Buenos días, Harry-le devolví la sonrisa-. Pasa.
Le abrí camino y me le quedé mirando mientras pasaba a mi lado, llevaba puesta una chaqueta negra al igual que los apretados pantalones que traía, por dentro de la chaqueta se alcanzaba a ver una camisa en tono rojo. Usaba unas gafas de sol que le daba un aspecto más comercial a su rostro, parecía de esos modelos que sólo ves en televisión.
-Bonita pijama-musitó mirando mi atuendo.
Enrojecí hasta los huesos y me mordí el labio inferior, completamente apenado.
-Gracias-murmuré.
-¿Dónde está Sharon?
-En…
-¡Aquí!-la interpelada salió de su habitación con la bolsa en la mano y me interrumpió.
-Hola, preciosa-dijo él y luego se acercó para besarla.
Desvié mi mirada, dándoles privacidad y me escabullí hasta mi cuarto. Privacidad, ¿eso quería darles? O sólo quería calmar a la fierecilla que de pronto se sintió incómoda.
Me vestí rápidamente y arreglé mi cabello
-¡Louis! Debo irme-gritó Sharon, desde algún lugar cercano a la puerta.
Salí del cuarto no sin antes tomar mi cámara fotográfica.
-Te veo más tarde, espero se diviertan-dijo-. Los amo, a los dos.
-¡Suerte!-dije, pero ella ya había cerrado la puerta.
Miré entonces a Harry, quien se encontraba parado mirándome a mí.
-Creí que íbamos a desayunar en pijama-musitó, divertido al notar mi cambio de ropa.
El rubor corrió de nuevo por mis mejillas y bajé la cabeza.
-Es muy temprano para desayunar-musité.
El rió.
-¿Entonces… quieres que nos vayamos ya? El camino no es muy corto.
-Claro-sonreí y él me hizo seña de que saliera del departamento.
Tomé mi mochila y me la colgué en el hombro, echando allí mí cámara; luego él me abrió la puerta y me dejó pasar primero. Se deslizó después hacía mi lado y caminó junto a mí, su perfume, mezcla de miel y frutas tropicales se introdujo en mi nariz.
-¿Escaleras o ascensor?-preguntó.
-Escaleras, es el tercer piso-decidí.
Sonrió como si le hubiera gustado mi elección. Esperó a que yo me adelantara y luego me siguió muy cerca.
Cuando salimos del edificio, caminé hacia la derecha, muy decidido.
-¿A dónde vas?-preguntó Harry y me giré a mirarle, entonces me di cuenta de que ya no me seguía sino que estaba parado y reía.
-Pues, a tomar un taxi o un autobús-me encogí de hombros, confundido.
El rió con ganas y sus carcajadas atronaron en mis oídos como la entonación de una cascada al caer al lago.
No comprendí qué le resultaba tan gracioso y fruncí el ceño.
-No pensarás que tomaremos un taxi hasta allá, ¿verdad?-dijo, medio serenado-. Porque si es así, no creo que tengas el dinero suficiente como para pagar el viaje, recuerda que no está muy cerca el lugar-río de nuevo-. Y no hay autobuses hasta ese lugar, a menos de que tomes tres o cuatro.
Me quedé en silencio y relacioné sus palabras con sus acciones.
-¿Te estás burlando?- volví a fruncir el ceño.
La carcajada melodiosa que aun salía de su garganta enmudeció, y su rostro se volvió serio y cauteloso.
-No-dijo.
-¿Entonces por qué te ríes?-enarqué una ceja.
-Porque me pareció un poco… gracioso-aún bajo las gafas de sol, su expresión era como la de un niño que es regañado por su madre.
-Para mí no es gracioso-dije, severo pareciendo enojado.
-Lo siento yo…
Estallé en fuertes risotadas interrumpiendo su disculpa y se me quedó mirando extrañado.
-¡Caíste! Creíste que me había disgustado-alcancé a soltar entre risas.
Su rostro dejó la seriedad y precaución y se dibujó en él una bella sonrisa.
-Eres malo-musitó y luego río.
-Sólo a veces-reí-. Pero bueno, ya hablando en serio, ¿en qué nos vamos a ir?-inquirí.
-En mi auto-dijo, como si fuera obvio y luego apuntó hacía el vehículo que tenía a un lado.
Era un Chevrolet Tahoe Hybrid en color negro.
-En tu auto…-musité- claro, debí imaginarlo-reí, sintiéndome estúpido.
Él me sonrió y luego abrió la puerta del copiloto.
-Sube-me indicó.
-Gracias-musité, ruborizado.
-De nada-me sonrió de nuevo.
Puse mi mochila sobre mis piernas.
El subió a su asiento, y encendió el motor de la camioneta para ponerla en marcha.
-Bonito vehículo-dije.
-Gracias, pero me gusta más el de Zayn -rió con franqueza-. ¡Oh! Ahora que recuerdo, dice que le encantaría salir para conocerte.
-¿Qué?
-La idea de Sharon-aclaró.
-Oh, claro, pues… en ese caso, genial-musité.
-Te va a agradar, es muy buena persona-me dijo, mientras manobriaba con el volante del auto para dar vuelta en una calle.
-¿Tratas de hacer lo mismo que Sharon?-inquirí, entrecerrando los ojos y mirándole.
-¿Qué?-la nota de confusión en su voz no me pareció falsa.
-Buscarme pareja-dije.
El rió y se quitó las gafas de sol, dándole paso libre a la vista de sus bellos ojos.
-¿Sharon hace eso?
-Lo está haciendo, estoy seguro-musité y luego me crucé de brazos, acomodándome en el asiento.
El volvió a reír.
-Pues juro que no lo hago con esa intención-sonrió y se detuvo en una luz roja.
-¿Y cómo puedo creerte?-inquirí, enarcando una ceja.
Rió de nuevo, divertido por mi juicio.
-¿No basta con que lo haya jurado?-preguntó, escandalizado y divertido.
-No tanto-negué con la cabeza.
Seguimos avanzando cuando la luz se puso en verde.
-Bueno, creí que a lo mejor tenías pareja ya-dijo.
-¿Y qué te hizo pensar eso?
-Pues, eres lindo-se encogió de hombros-; no veo porqué no.
Me quedé helado y me fue imposible formular algún pensamiento en ese instante. Yo le parecía lindo a él.
El rubor corrió de nuevo por mis mejillas, pintándolas de rojo.
-Gracias…-musité.
-¿Ya me crees?-sonrió.
-Quizá.
Su risa estalló de nuevo y puso los ojos en blanco.
-Si que eres terco ¿no?
-No, sólo un poquito duro de convencer.
-Está bien, está bien. Esa es una cosa por la que no se me ocurrió emparejarte con mi mejor amigo, otra es que Zayn está enamorado de un chico misterioso.
-¿Un chico misterioso?
Se encogió de hombros.
-Lo conozco muy bien como para saber que está enamorado, el problema es que no me quiere decir de quién.
-Bueno, todos tenemos derecho a la privacidad-me encogí de hombros y el me miró-. Una amiga me lo dijo una vez.
-Bueno, creo que tienes razón-sonrió resignado-. Aunque me gustaría saber.
-Eres curioso-adiviné.
-Mucho-admitió.
Dio la vuelta a una calle y siguió derecho. Miré por la ventana polarizada, maravillándome con el encanto de Venecia, sus edificios, sus calles, todo me parecía fantástico.
-Qué bonito-susurré.
-¿Qué es bonito?-preguntó y mi atención volvió a él.
-La ciudad, la gente, todo…
Él volvió a reír.
-Sí, la primera vez que visitas Venecia sueles enamorarte del lugar.
-¿Cuánto tiempo llevas viviendo aquí?-pregunté.
-Casi dos años.
-¿Dos años?-abrí los ojos como platos.
-Casi. Bueno, a decir verdad… año y medio.
-Wow, ¿por qué…?-me quedé a la mitad de mi interrogante, recordando las palabras de Sharon: “Me contó que era de Londres, que allí había nacido y que había venido a Venecia por lo mismo que yo: olvidar amores del pasado, sin embargo hasta la fecha no me ha dicho qué fue lo que le pasó…”
-Por qué, ¿qué?
-¿Así que vienes de Londres?-dije, tratando de evadir mi pregunta anterior, borrarla de la conversación o algo por el estilo.
-Sí, allí nací-respondió-. Pero, por qué ¿qué?-volvió a insistir.
-Nada, sólo me equivoqué de palabras, es todo-reí, nervioso.
Me miró con los ojos entrecerrados, no del todo convencido y luego posó su atención en el objeto que tenía sobre mis piernas.
-¿Qué traes adentro?-preguntó.
-Oh, mi cámara.
-¿Eres fotógrafo?-se asombró.
-Sí, y adoro serlo.
-Te gusta el arte entonces-concluyó.
-Por supuesto.
-¿Sabes? A mi gusta la música.
-¿Tocas algún instrumento?
-Sí, la guitarra, el pandero, el teclado y la batería, un poco.
-¡Wow! Eres talentoso entonces.
El sonrió, halagado por mi comentario.
-Gracias.
Siguió conduciendo y cada movimiento que él hacía me provocaba una sensación rara de encanto, en ese momento la respuesta de la pregunta que Sharon me había hecho se escuchó en mi cabeza: sí, él era perfecto.
Luego de unos minutos más, su voz interrumpió el silencio.
-Llegamos-avisó, entusiasmado.
Miré hacía el frente, a la izquierda y me maravillé con lo que vi.
Bajé del auto al igual que él y sentí cuando el frío me rozó los brazos.
-Ven, vamos. Tenemos que ir a una de las góndolas-hizo un movimiento de cabeza indicándome que le siguiera.
Nos acercamos más y pude ver el agua del canal y otras tres personas que querían subir al negro trasporte de madera. Me paré justo antes de subir. Harry me miró.
-¿Qué pasa?-preguntó.
-He oído que las aguas de los canales de Venecia son profundas-dije, con temor.
El río.
-¿Tienes miedo?...
___________________________________________________________________
Bueno, aquí cap largo c:
feels
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