- strong - Louis Tomlinson y tu -

Sinopsis:


"La magia existe" y puede ser algo tan hermoso como peligroso.


Los humanos no lo saben, pero es cierto.Nos llaman fenómenos, adefesios, o amenazan con enviarnos a un hospital psiquiátrico, pero ellos no lo saben


Todo lo que hace girar al mundo es magia, ellos lo llaman ciencia, pero es falso, existe magia en todo, los animales, los elementos, las estaciones, todo equilibrado por la más fina balanza.  Ella siempre tuvo el poder en sus manos, cada vez mayor, sin saberlo pudo herir a los que más amaba, y por eso debe entrenar, controlarse, y saber llevar la balanza del mundo en sus manos, así pueda morir en el intento...








Nombre: Strong
Autor: yo 
Adaptación: no
Género: Drama, romance, fantasía
Advertencias: algunas escenas subidas de tono
Otras páginas: no

Personajes

Prólogo

Imagina el invierno más letal de todos, pues ese día naci yo.Todo estaba disfrazado de profundo blanco, las casas parecían fumadores compulsivos con las chimeneas encendidas, la fuente que adornaba en centro de la ciudad no era más que un tempano de hielo, y si caminabas por el suelo podías ver las aves congeladas por la tempestad. Los pocos valientes que se atrevían a salir de sus casas quedaban petrificados a la primera corriente de aire, mi madre, la más fuerte de todos, caminaba desvalida por la calle dando uno que otro traspié, su mano abrazaba su enorme e hinchado vientre, ahí estaba yo, llorando internamente, quería salir pronto, quería ver a mi mamá, quería sentirla y abrigarla con mis pequeños brazos.La pobre de mi madre necesitaba llegar al hospital, sabía que iba a nacer, y que necesitaba ayuda, ella no era más que una niña jugando a tener un bebé, era tan joven, de unos pocos dieseis años, y sin embargo luchaba para mantenerme con vida.Cuando finalmente tropezó con una piedra oculta en la nieve grité de dolor, todo su peso cayó en mi haciendo que me precipitara más de lo que ya estaba, mi madre sollozaba y gritaba por ayuda, pero era inútil, sus gemidos aumentaron mientras yo sentía el frio del invierno tocar la coronilla de mi cabeza, estaba naciendo, y mi madre estaba sufriendo por eso. Como pudo, se quitó su abrigo y me arropó con él, con mucho cuidado me cubrió con éste y me levanto de la fría nieve; era la primera vez que nos veíamos y ambas lloramos de felicidad, o por lo menos yo lo hacía, con mucho cuidado y llevandome en brazos fuimos hasta la casa más cercana, con los nudillos pálidos golpeó la puerta esperando que alguien se compadeciera de nosotras sin embargo los minutos pasaban y yo me sentía cada vez peor el frío demasiado cruel para dejarme vivir y mi corazón cada vez martillaba con menos intensidad, estaba muriendo.

Mi madre me abrazó con más fuerza y caminó a otra casa, esta vez, se veía demasiado pálida, sin su abrigo podía ver sus huesos marcados en su piel, sus labios resecos, su piel decolorada, ambas ibamos a morir esta noche. Hubo un momento en que caímos las dos al suelo, ella me miraba con lágrimas congeladas en los ojos mientras que yo pedía por una salvación, trate de tocar a mi mami, quería abrazarla y darle mi calor, no quería que ella se muriera, ella estiró su huesudo brazos y a tientas nos arrastró por la nieve hasta quedar cerca de una ventana, adentro se veía tan cálido y acogedor, lamentablemente nosotras estabamos aquí afuera, mi madre comenzó a cantar con su rasposa pero al mismo tiempo adorable voz, un pequeño murmullo que se asomaba a mi oido, era una tonada tan dulce, la voz poco a poco se fue apagando hasta que ya mi madre era solo un cuerpo vacío, vacío y triste. Miré al cielo, un hombre, de ojos verdes como los de un gato me miraba con lástima, su dedo tocó mi pequeño corazón aun latiente, un pequeño brillo blanco se expandió por mi cuerpo ¿Acaso era magia? Pues si así era, se sentía muy bien, mi piel era cada vez más pálida, como la nieve, pero yo me sentía cómoda y caliente, cuando quitó su dedo, la sensación se perdió por completo, con cuidado, estiro si mano al cielo y atrapó un lindo copo de nieve con la mano, este brillo en su dedo, y con cuidado, lo colocó en mi pecho, sentí un frío brotar de este, el dolor de mis huesos siendo congelados y el resplandor de la marca que se formaba en mi piel, un lindo copo de nieve brillo con un palido resplandor sobre mi piela, el hombre me miró maravillado y me alzó en brazos - Mi pequeño copo de nieve - Susurró mientras el dolor del frio se disolvia gradualmente. El hombre me llevó hasta una pequeña cabaña, me sentía tan mal por haber dejado a mi madre ahí, pero el buen hombre hizo el favor de enterrarla a ella y alimentarme a mi, criandome como su pequeño

《copo de nieve》

Capítulo 1:

El sonido del despertador me sacó de mi ensueño, con fuerza golpee el pequeño aparato productor de tan molesto ruido, como odiaba a ese aparato. Abrí con cuidado los ojos sintiendo las pestañas separarse con vaguedad, miré el despertador con fijación, los números que marcaban las horas se veían a medias y los botones de la alarma en la parte superior de este no eran más que fragmentos de hielo aplastados por mi puño, Hunter se enojaría cuando lo viese. Con un resoplido estiré mis brazos mientras soltaba un bostezo de forma perezosa. Mi manta estaba escarchada por nieve, siempre ocurría mientras dormía, mi cuerpo de forma inconsciente llenaba de escarcha mi cuarto mojando todo cuando esta se derretía. Estiré mi mano y sentí un leve cosquilleo en la palma mientras llamaba a las partículas de escarcha en toda la recámara, una a una se fueron acumulando hasta formar una bola de nieve la cual hice desaparecer en un breve movimiento.

Caminé por mi cuarto mientras arreglaba mis cosas, cuando llegué al baño me di una ducha de agua fría, aunque no tan fría para mi y cepille mis dientes. Cuando salí me coloqué mi ropa, unos simples shorts y una camisa de cuadros color negro que tapaba mis shorts por lo larga que era, eso y mis converse azules, un atuendo para trabajar con Hunter toda la tarde.

Me acerqué al espejo y pude contemplarme a mi misma, mi piel palida como siempre, mi cabello era rubio natural y mis ojos parecían dos cristales de hielo, eran una extraña mezcla entre azules y grises, un color un tanto peculiar.Solté un pequeño suspiro mientras me alejaba, de mi cuarto no sin antes llevar el despertador congelado conmigo. Hunter y yo viviamos solos en la cabaña del bosque, a una hora de distancia de la ciudad, decía que aquí él podía trabajar a gusto y que yo podía aprender a manejar mi poder sin ser descubierta. Hunter era un cazador muy impresionante, tenía un pequeño puesto en la ciudad, lo visitaba una vez al día durante dos horas en donde recibía los pedidos, y el resto de tiempo estaba en casa "Trabajando" - ¡Buenas días Hunter! - Saludé mientras entraba a la cocina, el aroma a pan tostado reinaba en el lugar al igual que los huevos revueltos recién hechos, en la mesa una jarra de zumo de fresa y tres frascos, uno con merelada de mora, otro con mermelada de durazno y la mantequilla casera que Hunter preparaba a menudo.- Buenos días Copillo de nieve - Contestó mientras colocaba las tostadas en un plato. Miré al gato de Hunter, Sr. Holmes, un nombre gracioso para un gatuno, pero Hunter es fanático de los libros de Sherlock Holmes, a tal punto de tener la colección entera de los escritos originales; el gato color blanco intenso me miró a los ojos, me acerqué a él con cuidado solo para que me soltara un gruñido molesto.- Sabes a que Mr. Holmes no le gusta que lo congeles, Elle - Me recriminó Hunter mienteras apagaba la estufa y servía el desayuno.

- No lo iba a congelar - Me quejé - Gato mimado - Le insulte, el muy indignado minino me dio la espalda mientras caminaba indignado hasta el jardín tracero

- Noelle Gadger, ¿Volviste a romper el despertador? - Se quejó Hunter mientras miraba el aparato aun en mis manos- Fue un accidente - Susurré mientras le entregaba el despertador, sus ojos, verdes intensos inspeccionaron el aparato

- No puedo vivir reparando las cosas que vayas rompiendo por ahí, Noelle - Se quejó mientras dejaba el despertador en la mesa - Debes controlar tus poderes

- Lo sé, pero ¿Qué pasa si se accionan de forma inconsciente? - Pregunté mientras miraba mis manos - Ya he intentado todo, creo que tus filtros estan fallando Hunter - Respondi mientras miraba los dos brazaletes que Hunter me había construido para controlar mi magia, los creo para evitar que congelara lo que tocara, pero no podía evitar sentir miedo por que estos se desataran, ambos eran viejos, los he usado desde que tengo memoria - Déjame ver tus manos - Pidió, se las estiré con cuidado, sus dedos trazaron dibujos en mis palmas mientras sus ojos divagaban por cada rincón de estas - Crece, tanto como tu, a veces más rápido, a veces más lento - Sus ojos me miraron de forma tan directa que me hicieron temblar - Debes manejarlos, Elle. Si no... - Sus ojos miraron a la ventana, estaba pensativo, como si algo lo atormentara tanto que le hiciese tartamudear - Ellos podrían venir por ti

Miré a Hunter con extrañeza, sus ojos parecían tan distantes y perdidos, estuve a punto de preguntar a que se refería específicamente cuando Sr. Holmes soltó un repentino gruñido obteniendo la atención de mi padre adoptivo - Es hora de comer, hoy tenemos mucho trabajo - Anunció Hunter mientras se sentaba en la mesa. El desayuno transcurrió en un incómodo silencio, por fin llegó la hora de salir a cazar, el verano estaba terminando y se podía sentir el aire frío con siquiera salir, Hunter tomo su cazadora - ¿Te abrigaras? - Preguntó mirándome de pies a cabeza

- Nunca he tenido frio ¿Recuerdas? - Sus labios se formaron en una curva que indicaba desaprobación, rode los ojos y tomé mi chaqueta verde musgo

- Alto - Dijo antes de siquiera dar un paso fuera de la casa, chasqueo los dedos y mi short fue reemplazado por un jean - Ninguna hija mia irá al bosque en esos pedazos de tela - Se quejó. Sonreí en mis adentros, nunca fui mal criada aunque nunca me negaron nada siempre y cuando lo mereciera; Hunter era un mago poderoso, el uso su magia para salvarme, y de vez en cuando hacia pequeñas demostraciones de su poder, como cortarse en pelo en un chasquido o cambiarse de ropa en un parpadeo, pero acostumbraba no manejarla con tanta frecuencia, por ende ibamos de caza de vez en cuando para atrapar algún animal salvaje.

Caminamos hasta la vieja camioneta de Hunter, en el vagón de atrás estaban dos carcaj llenos de flechas y dos arcos perfectos para un día de caza, también una navaja y un par de cuchillos, todo lo que necesitábamos para un buen día.

- ¿Crees que atrapemos un venado? - Pregunté en un susurró mientras nos adentramos en el bosque.

- Palomas - Anunció, inmediatamente levante el arco y apunte a una de las aves que volaba despreocupada por el cielo, un extraño alarido de dolor se escuchó provenir de la paloma que cayo indefensa al suelo, la flecha, clavada en su ala emanaba pequeños chorros de sangre - Shhh - Hunter tomó a la paloma entre sus manos y le saco la flecha con cuidado, luego con un cuidadoso vendaje la comenzó a curar

- ¿Qué haces? - Pregunté anonadada. Al terminar de curar al ave esta comenzó a picotearme la bota produciendo un leve dolor

- No lo hagas niño - Se quejó Hunter amenazando al animal con uno de los cuchillo, la paloma parecía encogerse de miedo y abría sus alas intentando estirarla - Toma - Los dedos de Hunter materializaron un pedazo de pan morado - Te hará bien, en 10 minutos estarás volando, espero que tu madre no se enoje al verte - La paloma tomó el pedazo que Hunter le ofrecía como cualquier humano y comió de este.

- Tenemos que irnos, Elle - Me llamo Hunter quien comenzaba a alejarase, había oído de humanos que se transformaban en animales una vez, quizás esa paloma podía ser humana, casi tanto como la manada

- ¿Le conocías? - Pregunté ya alejados del animal

- Es hijo de una vieja amiga... - Se quedó en silencio, sus ojos encontraron a un conejo blanco en el cesped, yo nunca había cazado uno así, o mejor dicho, un conejo. Tan cuidadoso y silencioso apunto el arco al animal, siempre había admirado la capacidad de caza de Hunter, tan veloz y directa salió volando la flecha directo al ojo del conejo que en un parpadear yacía muerto en el césped.

Capítulo 2:

El aroma a guisado de conejo inundó mis fosas nasales, Hunter además de un gran cazador era un excelente cocinero. Me senté en el cómodo sofá que Hunter siempre mantenía en la sala justo al lado de la ventana que siempre estaba abierta incluso durante el invierno. Los rayos del sol acariciaban las hojas del libro que reposaba en mis piernas mientras mis ojos viajaban por las páginas siguiente la interesante lectura de Sir. Arthur Conan Doyle.

- ¿El misterio Escarlata? - Preguntó Hunter al verme tan inmersa en mi lectura - ¿No lo habías leído ya?

- Quise releer todos los libros - Susurré mientras terminaba la página 104 y pasaba a la 105

- Sabes... Hoy recibi una carta...

- ¿Una carta? ¿Quién envía cartas hoy en dia? - Me burle dejando un separador entre las páginas para prestarle total atención a Hunter

- Esto es algo serio, Noelle. Los Reguladores han decidido probarte, quieren asegurarse de que no eres una amenaza ¿Entiendes? - Lo miré atonita, recordaba que Hunter me había hablado de los Reguladores cuando era más joven, me había dicho que este era una especie de logia o grupo secreto organización por los mejor brujos de todo el mundo con el fin de mantener la paz en el mundo y esconder el secreto que guardan las personas como yo. Pero estos brujos nunca se habían presentado ante nosotros, ¿Por qué ahora?

- ¿Los Reguladores? ¿Por qué desean conocerme? - Pregunté incrédula

- Elle, cuando te di la magia, quise criarte como mi hija, darte una familia y una vida normal, los Reguladores querían mandarte al internado, me negué, dije que yo te enseñaría a controlarte... - En una nube de humo color violeta apareció la dichosa carta que callo en mi mano como una suave pluma, la carta estaba a nombre de "The Lawyer" y especificaba con exactitud la fecha, la hora y el lugar en donde se requería mi asistencia y la de Hunter - Noelle, si no los complaces... Te llevarán

- No - Contesté - No te dejaré solo Hunter, yo... Mis poderes... Los puedo controlar - Asegure, no había congelado a nadie en diez años ¿Por qué hacerlo ahora?

- Es solo que... - Su voz se apagó, Holmes apareció de repente y se sentó en sus piernas con una gracia sorprendente

- No voy a fallar ¿Si? Ahora mismo iré a practicar si quieres

- Ve, yo iré al pueblo a comprar un traje, al parecer es de gala

- ¿Tu con traje? - Solté una risita divertida - ¿Y yo que usaré?

- No te preocupes, yo me encargo - Me guiñó un ojo y salió satisfecho de la casa o por lo menos más tranquilo dejando olvidado por completo el guisado

- Parece que solo somos tu y yo - Miré al gato - ¿Tienes hambre? - Me gruño enojado - Te prometo no envenenarla - Y por algún extraño motivo sentí que sus ojos me asentían



Llevaba tres horas en pleno bosque intentando hacer una escultura de hielo perfecta, primero pensé hacerla como Josh Hutcherson, adoraba sus películas, pero digamos que no soy la mejor artista, así que decidí empezar con algo fácil, un ratón por ejemplo.

Estiré mis brazos y amplíe mis manos, un ratón, una peluda rata, el cosquilleo se fortaleció en la boca de mi estómago mientras que el hielo creaba a la pequeña criatura, un ratón con una cabeza más grande de la que su cuerpo pudiese sostener.

Chille enojada y arroje la penosa escultura junto a la pila de ratones deformes, me senté en el césped y miré mis manos ¿Qué estaba mal?

Mis ojos viajaron al brazalete de Hunter ¿Y si me lo quitaba? Tomé el instrumento y fui desabrochando cada uno de los seguros, cuando se soltó finalmente sentí un extraño alivio recorrer mi cuerpo.

Pensé en un ratón, la imagen se formuló en mi mente y con un simple movimiento de mi dedo la figura de un ratón apareció en el césped, un ratón de perfecto hielo sólido, sonreí sorprendida ante este descubrimiento, abrí mi mano, y como una suave rafaga apareció una escultura de Josh Hutcherson y Jennifer Lawrence vestidos con los uniformes de los juegos del hambre, era impresionante.

Por algún motivo comencé a crear estatuas de personas que ni siquiera yo sabía quienes eran en tamaño real, una de las estatuas se movió un paso frente a mi e hizo una reverencia, un apuesto caballero.

Antes de siquiera darme cuenta las estatuas comenzaron a bailar como lo hacen en esas películas de antaño, el joven caballero me tomó de la cintura y comenzamos a bailar, tan impresionante como irreal, cree un propio salón de baile, con una fuente de copos de nieve en medio del salón, ventanas que tocaban el piso y el alto techo, flores hechas a base de nieve y hielo, y más personas, una fiesta bastante divertida, cree a una banda de músicos, cada uno con su respectivo instrumento y la fiesta inicio, un joven, diferente al que me sacó a bailar la primera vez, comenzó a bailar junto a mi el bals, la gente reía carismática, contaba chistes y sin darme cuenta mis poderes creaban cualquier cosa que quisiera incluso sin siquiera yo darme cuenta.

Vi mi reflejo y me encontré a mi misma usando un magnífico vestido azul intenso, tacones del más fino hielo y mi cabello regocido en un confeccionado peinado con flores blancas a base de un extraño hielo y una que otra orquilla del mismo material, ¡Parecía una princesa!

- ¡Noelle! - Me giré en busca del ser que me llamaba, sonaba a Hunter pero de alguna forma distante, la gente se acumulaba en la entrada, Hunter, tan desacuerdo a la fiesta entró disparando extraños rayos morados, rayos que destruían mi hermoso salón y a mis invitados

- ¿¡Qué crees que haces!? - Le grité, sus ojos me encontraron, y antes de reaccionar un polvillo me cayó en la cara dejándome tumbada en pleno salón




Abrí con lentitud mis ojos, sentía mi cuerpo tan pesado y adormilado, traté de sentarme en mi propia cama, sin embargo mi cuerpo no reaccionaba a mis ordenes, un dolor de cabeza cayó sobre mi cuando traté de luchar contra la fuerza misteriosa ¿Qué había pasado?

- Estas despierta - Escuche la voz de Hunter a lo lejos y el sonido de la puerta de mi cuarto cerrándose, acababa de entrar

- ¿Por qué no puedo moverme? - Pregunté y sentí un increíble alivio al escuchar mi voz, aunque no mia del todo, esta era rasposa y gastada, como si no hubiera hablado en días

- No te preocupes - Sentí la mano de Hunter acariciar mi cabello de forma partenal, llevaba una taza con algo humeante y de delicioso aroma - Tuve que hechizarte... Estabas fuera de control - Explicó, me sentí tan confundida... Luego recorde el salón, la música, las personas, todo.

- Pero no estaba haciendo nada malo... - Susurré recordando la belleza de todo

- Te estabas destruyendo - un gran impacto cayó sobre mi pecho y de repente pude moverme, o por lo menos sentarme

Mis brazos tenían lo que parecían venas resaltadas, mi piel tan palida y reseca ¿Seria posible? Miré mis manos, en la palma de cada una había una quemadura color purpura, de esta brotaban las venas que se detenían en mi codo, mis piernas no estaban en mejor estado.

- ¿Qué ha pasado? - Pregunté atontada, me giré al espejo, mi cara estaba normal, aunque algo demacrada y ojerosa.

- Colapsaste, tus poderes te estaban consumiendo, si no hubiera llegado a tiempo ahora estarías muerta... - Me tendió la taza humeante aunque aun no podía mover de todo las manos y los brazos - Lo siento - Admitió al entender que no tenía movilidad y me acerco la taza a los labios, el tibio líquido me cayo de maravilla aunque sentía mi estómago reclamando por algo más fuerte - No podrás mover las extremidades dañadas así que no luches con ello, solo te lastimarias

- Lo entiendo... ¿Qué pasó con la reunión? Los reguladores...

- Fue ayer - Su voz sonó dolida - En cuanto te recuperes iras a la academia

- ¿Ellos ya tomaron su decisión? - Pregunté, sentía como el corazón se me aceleraba con fuerza.

- No, yo la tomé, debes aprender manejarte ¿Entiendes? Me asuste demasiado cuando te vi... Cuando te vi tan pérdida, compredí que debía dejarte ir, Noelle, no dejaré que corras peligro de nuevo - Sus ojos delataban su preocupación, su miedo y su dolor, sentí las lágrimas aproximarse, fui una tonta y me equivoque, pero debía entenderlo, él solo quiere lo mejor para mi

- Te quiero - Susurré con un hilo de voz

- Yo también, mi copillo de nieve - Y se fue.

Cerré los ojos y pensé en la belleza de aquel recuerdo ¿Cómo algo tan bello podía dañarme? La puerta se abrió y una mujer entró a la habitación, su cabello era negro con algunas canas bien disimuladas, su piel tono blanco y sus ojos, verdes y brillantes me admiradon, parecía juzgarme a cada paso que daba.

- ¿Noelle, no? - Preguntó, asentí con lentitud, lucía un impecable traje azul marino y unos tacones negros de aguja - Un placer conocerla, mi nombre es Margaret Styles, soy la directora del instituto para Jovenes Especiales.

- El dichoso instituto... Hunter dijo que me llevarán en cuanto me recupere

- Es cierto, pero necesitamos unos datos personales... Elga, pasa - Una mujer, chiquita y de cabello rojizo entro a la habitación, llevaba una camisa blanca con una falda larga florada, con unas zapatillas rojas

- ¡Mucho gusto! - Saludo, su voz era dulce y melodiosa, 《una mujer muy llamativa》pensé. Ella camino hacia mi y sus ojos, color avellana se tornaron morados, un extraño cosquilleo se poso en mi frente y fue bajando lentamente con corde su mirada se movía

- No te muevas - Ordenó Margaret. El cosquilleo concluyó en la punta de mis pies y por un momento sentí como si hubiesen violado toda mi intimidad. De repente Elga no me caía tan bien, tomo unas notas en una hoja que estaban en una carpeta y sentí que mi vida se iba en cada letra que ella escribía.

- ¿Eso era todo?

- Si - Elga y Margaret salieron a paso firme, Elga fue la única que se despidió con una sonrisa amistosa y marchaba, ella me recordaba a un hada de los jardines, parecían tan bonitas y alegres y guardaban algo tan maligno en su interior, en el caso de Elga su poder.

Capítulo 4:

Hoy era el día, esta mañana había despertado en perfecto estado, eso significaba que era momento de irme al internado. Hoy no he visto a Hunter, solo me desperté y comencé a arreglarme, el día anterior él me había traído una maleta, la cual ahora estaba llena de ropa, fotografías, libros y mis artículos personales. - Elle - Me giré para ver a Hunter, tenía un par de ojeras oscureciendo sus ojos y su cabello largo y despeinado delataban su mal estado. - Yo... - No soporte más y salte a sus brazos, lo iba a extrañar demasiado, y solo dios sabría cuando lo volvería a ver.

- Ten - Me extendió una pequeña caja, el papel emboltorio era blanco con un lindo listón azul, nos sentamos en la cama y tome mi tiempo para abrir el obsequio, era un teléfono celular

- ¿Por qué me lo das? - Pregunté confusa, no sabia mucho de aparatos electrónicos, cuando tu vida estaba llena de magia no necesitabas cosas como esta.

- En el instituto no aceptan ningún tipo de magia por parte de los estudiantes, y con esto podremos estar en contacto, mi número esta grabado, solo a un botón de distancia - Una pequeña sonrisa apareció en sus labios - también quiero darte esto - de su palma apareció una daga en una funda de cuero, la empuñadura era hermosa y delicada y con su filo se veía tan poderosa

- Es magnífica - Susurré detallando la oja del arma

- Era mia, mi padre me la dio cuando cumpli los dieciocho años, es una reliquia... Con esta funda podrás usarla en la cintura o en la pantorrilla, es fácil de esconder si se desea - Tomó mi mano - Quiero que siempre la lleves siempre - No pude evitar que unas lágrimas escaparan de mis ojos, una sonrisa se formo en nuestros labios y nos juntamos en un abrazo de padre e hija.

- Señorita Noelle Gadger, es hora de irnos - Di un saltito al escuchar aquella voz desconocida, me separé lo suficiente de Hunter para ver a un joven en medio de la habitación, llevaba una camisa azul con unos pantalones caqui, su cabello de color castaño estaba peinado hacia arriba y sus ojos, azules y llamativos, eran ajenos a cualquier dulzura o respeto a la privacidad.

- ¿Quién te dijo que entraras? - Le pregunté algo irritada, sus ojos ni siquiera se molestaron en mirarme, seguían perdidos en le vacío, Hunter colocó su mano en mi hombro y bajo la maleta al suelo, tanto la daga como el celular desaparecieron por arte de magia, quedando dentro de mi maleta. - Hunter...- No podía creer que quizás no lo volvería ver en un buen tiempo, nunca me había separado jamás de él, y ahora... Respiré lentamente tratando de contener las lágrimas en mis ojos.

- Cuídate mucho mi Elle - Su mano acarició mi mejilla y besó con ternura mi frente

- Te quiero mucho - Susurré y tomé mi maleta, el joven frente a mi arqueo su fina y oscura ceja para después abrir un extraño portal, el interior se veía tan oscuro y vacío...

- Cuidala mucho, muchacho - Hablo Hunter de repente, el joven se giró obviamente confundido

- ¿Perdone? - Frunció el entrecejo y añadió - El viaje es muy corto... No dura más de minuto y medio...

- Aun no lo entiendes... Solo cuidala - El joven asintió algo aturdido y se giró al portal, este aumentó de forma suficiente como para que entrará una persona de tamaño normal.

Él tomó la mano de Elle, esa se sentía grande y rasposa en comparación con la de la muchacha, casi de inmediato entendió que debía aferrarse a su maleta o la perdería en el viaje.

- Sostente bien - Añadió por seguridad, y de repente me vi absorbida por una increíble fuerza que me arrastraba al interior del portal, sentía mis oídos taparse por la intensidad del viento que chocaba en mi cara.

La mano del extraño joven apretaba la mia con fuerza, traté de abrir los ojos pero la oscuridad me lo impedía, hasta que comprendí que ya los tenia abiertos y que todo a mi al rededor era negrura, incluso el cuerpo del desconocido, si no sintiera la fuerza de su mano diría que me encontraba totalmente sola.

Sentí un fuerte jalón en el estómago y caí en la rasposa grama, el dolor en mis manos se expandió al soportar mi cuerpo con estas, ahora raspadas por la hierva y la tierra ligada con pequeñas rocas que se clavaban en mi piel.

Mi maleta cayó justo a mi lado, solo centímetros de haber golpeado mi pierna y mi brazo izquierdo. Miré al chico que estaba de pie junto a mi, sus ojos ni siquiera me miraban, parecían distantes y despreocupados.

- Permiteme ayudarte - Una mano se posó frente a mi, acompañada de una voz tierna y amigable, un joven de cabello castaño teñido de rubio me brindo su ayuda muy amablemente, lucía una bata de laboratorio y en su mano disponible llevaba guantes especiales.

- Muchas gracias - Contesté, mis rodillas también estaban raspadas y mis bermudas sucias - Me llamo Noelle, Noelle Gadger

- Niall Horan, un gusto - Una sonrisa amistosa salió del joven que era un poco más alto que yo - Lamento si mi amigo ha sido un bruto durante el viaje, creo que deberías limpiarte y vendarte las manos...

- Estaré bien, solo fueron unos pocos raspones...

- Señorita Gadger - Me giré para ver a la directora del Instituto - Bienvenida...

Sentí como mis mejillas comenzaban a arder de vergüenza, el lugar parecía tan elegante... un castillo sin lugar a dudas; y yo parecía una pequeña rata fea y despreciable, gracias al viaje había quedado hecha un desastre, mi trenza tenia varios mechones sueltos los cuales caían en mi cara de forma desordenada, mi camisa color blanca estaba manchada en la esquina por el pasto verde al igual que mis brazos, mis manos estaban raspadas y me ardían un montón y tenía tierra entre las uñas que me causaba una desagradable sensación, además de que mis rodillas también estaban lastimadas y creo que una hasta sangraba.

- Como verá, señorita, el Instituto esta dividido simplemente, el primer piso son la parte administrativa,la enfermería, la cafetería, y el salón principal, arriba estan ubicadas las aulas de clases, en el tercer piso el instituto se divide en el ala norte, sur, este y oeste, cada ala tiene una división para hombres y mujeres, las habitaciones estudiantiles ocupan el cuarto piso. Usted corresponde al ala norte. Aquí tiene su llave - Me extendió un juego de dos llaves identicas - Compartirá habitación con dos alumnas más, así que no quiero problemas, esta extictamente prohibido salir después de las nueve de la noche y las luces se apagan a las diez. - La mujer siguió caminando mientras hablaba todo lo referente a normas, llegamos a un amplio salón con dos escaleras que se conectaban mutuamente, subimos por ahí hasta llegar a un amplio pasillo con varias puertas y varios pasillos que se conectaban a este, podía leer en las puertas los nombres de cada materia que correspondía al salón, al final del pasillo estaba una especie de sala de estar, había un filtro de agua, un mueble y una planta de color verde intenso, más allá se expandía otro pasillo que concluía en una pared.

Me fije bien y en la sala de estar habían cuatro formas de llegar a esta, por cuatro pasillos diferentes, y en el medio, dibujado en el suelo estaba una brújula,la mujer camino a paso firme por el lado norte. La seguí y vi más y más aulas de clases, al final una escalera enorme y un aviso de "no correr" en ella, subimos y llegamos a otra sala de estar, solo que en esta había un televisor, una mesa de madera con cuatro sillas, dos sillones amplios y tres pequeños, y un mini refrigerador, esta era mucho más amplia y daba un aspecto más cálido, la habitación tenía dos escaleras más ¿Acaso aquí nunca conocieron los ascensores? Una de las escaleras tenia una pulcra alfombra rosa y la otra azul, la mujer me guió por la rosada, esta escalera llevaba a otro pasillo más amplio, la primera habitación decía: "Guia femenino" las demás estan todas en números, comenzando desde la 300 hasta más allá, todos los pasillos se conectaban, pero solo había una salida posible, subimos una última escalera,esta era algo angosta comparada con las otras, aquí también estaba la habitación de "guía femenino" según la directora si necesitabamos algo se lo podíamos pedir a cualquier de las dos guias, Gerogina o Emily, al segundo pasillo cruzando a la derecha, la habitación 480 era la mia.

- Buena suerte, Noelle, conseguirás los uniformes en tu habitación y tienes la prueba de nivelación en una hora... Quizás deberías quitarte la mugre de encima querida, hay un reglamento de limpieza - Soltó una sonrisa traviesa y se marchó satisfecha, tomé la llave de mi habitación y abrí la puerta

La habitación era de un lindo color morado y los marcos de las ventanas eran blancos puros dando un agradable contraste, había una cama individual pegada a la pared y una litera al otro extremo, una ventana estaba en medio de las dos camas dando una vista del jardín del instituto.

- Eh, hola - Una chica de cabello rojo intenso entró en la habitación, la joven tenia unos lindos ojos verdes y algunas pecas a lo largo de sus mejillas, llevaba puesta una falda estilo irlandesa, una camisa blanca de cuello cerrada hasta el cuello con un lindo lazo rojo, en su mano llevaba una chaqueta azul oscuro de corte formal, y en su rojo cabello un listón rojo.

- Hola - Contesté mientras me llevaba un mechón atrás de la oreja - Me llamo Noelle, pero me puedes decir Elle

- Soy Jess, solo Jess - Se acercó más a mi para estrechar mi mano - Bienvenida al instituto - Soltó con una sonrisa amistosa - Este es tu armario - Señaló a las dos puertas que estaban pegadas en la otra pared - Georgina puso tu uniforme ahí

Me acerqué al armario, arriba estaba un tuvo para colocar la ropa con gancho y unos seis ganchos disponibles, tres ganchos estaban ocupados por tres chaquetas iguales a las de Jess, y cuatro ganchos más ocupados por camisas blancas, abajo, cuatro gavetas, la primera tenia un paquete de toallas sanitarias, medias y pantimedias, sentí mis mejillas ruborizarse, era tan extraño recibir esto... También había un kit con un cepillo de dientes, pasta dental, hilo dental, toallitas humedas, un peine, colitas plásticas y un antibacterial.

- Si quieres te ayudo a desempacar, aunque creo que deberías verte primero esos raspones... - Miré a Jess con agradecimiento, ella sacó un Kit de primeros auxilios de lo que parecía el baño, y fue muy amable ayudándome a limpiar mis heridas.

- Tu cama es la litera de abajo, aunque si quieres te la cambio por la de arriba...

- Oh, no gracias, la de abajo esta bien - Sonreí tímida mientras colocaba una banda en el feo corte

- Esos son tus cuadernos, tus libros los traeran luego - Señaló a una caja que estaba en la litera de abajo - También están tus útiles escolares, puedes colocarlos en el estante - Señaló a un estante de libros, eran tres ileras y una de ellas estaba vacía para mi.

- Muchas gracias, pero ahora me gustaría darme un baño, el viaje... fue loco - Me levante y me acerqué al baño, habían tres toallas, una de ellas tenia mi nombre y número de cuarto bordado en hilo dorado.

- Ahí esta la canasta de ropa sucia, la tuya es la verde - Anunció Jess desde el cuarto.

El baño fue bastante relajante, cuando salí me coloqué el uniforme, mis zapatos eran unas simples zapatillas negras patentes, miré las de jess, me parecía curioso que fueran una botas militares negras - Fueron un regalo de mi madre - Explicó al notar que miraba sus zapatos

- Se ven geniales - Sonrió de forma amable - Tengo que ir a clases, mi hora libre se esta agotando...

- Muchas gracias, yo... Yo creo que tengo una puebra...

- ¡Claro! Es la prueba de nivelación, la tienes que hacer en el gimnasio de la escuela, tienes que salir del edificio, vas por el lado derecho, y lo vas a ver con facilidad - Anunció tomando su mochila - Hoy no tienes clases, así que puedes pasear por la escuela - Asentí mientras me colocaba el lazo rojo en el cuello. Cuando Jess salió abrí mi mochila, hay estaba el teléfono que Hunter me dio, lamentablemente no tenía tiempo para llamarlo pero eso no evitó que le enviara un mensaje.

"Estoy viva, este lugar es muy grande - Elle"

Lo guarde otra vez y salí de la recámara

Capítulo 5:

Era tan fascinante ver la escuela con más calma, habían detalles que llamaban mi atención, como el candelabro que estaba en el salón principal, o las estatuas a lo largo de un pasillo que daba a lo que parecía a un invernadero, de ahí, el mismo chico que me ayudo en la entrada salió a paso firme, su cabello era un desastre de rulos y mechones saliendo de forma alocada, en sus cara llevaba unos lentes de seguridad, y se iba quitando de forma descuidada sus guantes de latex. - ¡Hey! - Saludo emocionado, en su bata de laboratorio llevaba restos de tierra en una esquina de su manga, sin embargo a él eso no parecía molestarle

- Hola - Le saludé, y concentré toda mi atención en recordar su nombre

- ¿Cómo te ha ido, Noelle? - Se detuvo frente a mi, sus ojos azules tenían su habitual brillo de emoción juvenil

- Bien, justo ahora voy a mi prueba de nivelación - Expliqué, realmente me sentí bastante apenada por no recordar su nombre ¿No era Niall? Pero si no lo era, no me arriesgaría.

- Si quieres te acompaño, terminé mis deberes por hoy - Asentí dulcemente.

- ¿Eso es un laboratorio? - Pregunté mirando de reojo al supuesto invernadero

- Yo controlo las plantas, así que algo así, desarrollo plantas exóticas y hago mutaciones en ellas - Explicó brevemente.

- ¿Mutaciones? - Él asintió

- Estoy creando últimamente, una planta que puede producir curas a cualquier tipo de enfermedad, incluso al cáncer ¡Será épico! - Sus ojos eran como él, ellos se llevaban de emoción y su empatia era agradable.

- ¿El cáncer? Con eso salvarias a millones de personas, serías historia nacional - Una sonrisa tímida broto de él y sus mejillas enrojecieron con dulzura, abajo de la bata de laboratorio llevaba el mismo uniforme que yo, solo que el usaba corbata, una corbata color verde intenso. Al notar que lo miraba cerró disimuladamente su bata.

- Si... Bueno, supongo que te explicaron los colores - Sus ojos eran repentinamente sombríos y se fijaron en el lazo rojo de mi cuello

- En realidad no lo han hecho ¿Qué tienen los colores? - Pregunté.

- Te clasifican, se basan en tu posición económica dentro de la escuela, amarillos son becados, verdes son los que tienen que pagar para entrar, por eso muchos trabajamos, rojo son los clase media, sus padres pagan y azul son los ricachones - Explicó gentilmente

- ¿Tu eres verde? ¿Entonces trabajas? - Asintió - ¿Qué haces?

- Soy el jardinero, se me da bien ¿Sabes? mantener toda la estética del colegio en orden, todo referente a las plantas - Hubo un breve silencio hasta que volvió a hablar - Yo era un muchacho de la calle, un pordiosero, cuando cumpli diez descubrí lo que podía hacer, me daba miedo, y traté de alejarme de las plantas pero ellas me buscaban, mi vida fue un tormento hasta que Korin me encontró en los barrios más bajos de Londres, el me trajo aquí y me ayudó todo lo que pudo.

- ¿Korin?

- El es vidente, se encargaba de recorrer el mundo buscando a niños como nosotros, él y la sociedad secreta, eso duró hasta que Louis desarrollo su poder y entonces nada más se dedicó a ser ascensor y a escribir los nombres de los niños - Asentí a la explicación. Tenía tanto que entender.

- Una verdadera labor - Susurré mientras pasaba un mechón rubio tras mi cabello - Este lugar es impresionante, aun no entiendo como puede existir

- Por que no existe, para los mortales no, este lugar no esta en su mapa - ¿Un mapa? Negué con la cabeza tratando de concentrarme. Antes de darme cuenta llegamos a un enorme edificio, con unos veinte o dieciocho pisos de alto, sin embargo daba una sensación de ser una entrada a un infierno en donde nunca saldrás

- Es aquí... Es algo terrorífico pero estarás bien - Animó el castaño mientras me daba una sonrisa amigable - Hasta aquí llego... Suerte Elle - Una sonrisa tímida brotó de sus labios y se dio media vuelta para irse. Caminé al interior de la habitación, adentro todo parecía frio y metálico, la luz fluorescente daba un tono pálido al lugar, la piel se me erizo a medida que caminaba, a mano derecha encontré el primer ascensor, pero ¿A dónde se suponía que tenia que ir? El ascensor se abrió de repente y Louis, el castaño de ojo azules mal educado, salió de este con una expresión de total aburrimiento, sus ojos se posaron en mi y una sonrisa semiladeada apareció, sus ojos mostraban su inevitablemente arrogancia y orgullo, "un hombre nefasto" pensé.

- Sube, te esperan - Volvió a entrar al ascensor y Noelle quedó tan aturdida y desubicada como podía ser posible, negó con la cabeza brevemente despejando las tonterías que le viajaban por la cabeza y entro al ascensor, dentro, pudo contemplar el ascensor y su fabricación metálica, sin embargo las paredes eran vidrio, excepto por el panel de control y la puerta.

Louis, desde el vidrio pudo apreciar que escogía el piso 15, sus pestañas, largas y estilizadas miraron los botones analizandolos momentaneamente, todo con tal de evitar a la rubia que lo miraba desde el vidrio, por un momento se giró bruscamente y la capturó in fragantti observándolo - ¿Qué me miras, niña? - Pregunté bruscamente, esa era su mejor arma, una actitud a la defensiva, era mejor que ser amable "las personas son malas, te lastiman, te apuñalan por la espalda" pensó el castaño mientras subía sus barreras ante la joven de flamantes ojos cristalinos, por un momento ella pareció ruborizarse pero luego retornó a su actitud de niña mimada que cree que todo lo puede.

- Veía el feo grano que te salió en la frente, creo que deberías usar crema ahí - Las mejillas de Louis enrojecieron, no por vergüenza si no por rabia, ¿Qué se creía? Sabia que no tenía nada en la frente, y el físico no le importaba realmente, pero ¿Acaso ella era una de esas chicas plásticas que buscan los defectos de las personas? Seguramente era eso; el castaño se encogió de hombros y le dio la espalda a la muchacho, sin embargo, podía observarla desde cualquier ángulo que mirase, los espejos le brindaban una vista de cualquier punto, ella estaba intranquila y él lo sabía.

La había atrapado mientras lo miraba por un momento, detallando sus rasgos faciales y sus extraña cicatriz que se asomaba en su barbilla, se había perdido tanto en sus pensamientos que no se dio cuenta de que él se había girado para encararla, y le dio la peor escusa de todas, nunca fue buena trabajando bajo presión, siempre, durante su vida nunca la presionaron por algo, nunca tenía un tiempo justo que la obligara a actuar, y ahora él la ponía incómoda, miró al suelo apenada de su tontería y comenzó a mover sus pies balanceándose desde la punta hasta el talón manteniendo cierto bamboleo.

Los ojos de él viajaron al contador de pisos, nunca el ascensor había tardado tanto... Rogó en silencio que por favor no se descompusiera, o que solo sea su imaginación que lo ve en cámara lenta. Miró a la rubia nuevamente, ella estaba pérdida en su mundo, sus ojos fijos en el suelo y bamboleandose de un lado a otro, adelante y atrás, moviendo esa pequeña falda adelante y atrás y dejando caer sus rizos al frente de su cabeza enmarcando sus facciones - ¿Qué me vez? - Preguntó ella de repente y sus ojos se encontraron con los de él.

- Creo que también tienes un grano - Respondió en voz suave y controlada, los labios de ella se curvaron en una mueca y se encogió de hombros

- Nunca me molestaron - Comentó mientras pasaba un mechón tras su oreja y miraba lo más lejos que podía de aquel hombre.

Milagrosamente la puerta se abrió y Louis, disparado como una flecha, salió de él, nunca le habían gustados los ascensores y ahora menos, la rubia lo siguió a tres pasos de distancia sus ojos vagaban por el lugar distraídos hasta que chocó contra la espalda del castaño cayendo sobre su trasero, nota mental, ver por donde se camina.

La rubia alzó los ojos para ver a tres figuras burlándose de su estado en el suelo, una joven, castaña y de ojos azules tenía una arrogante sonrisa en sus labios, sus rasgos eran algo afilados y mortales, y a pesar de todo su belleza parecía destacar de alguna extraña manera; el otro individuo era un joven de cabello castaño claro y ojos de color avellana, bastante atractivo con hombros anchos y cintura pequeña, lucía una cazadora negra de cuero puro que le tocaba más abajo de las pantorrillas, una camisa blanca de corte en "V" y unos jeans azul oscuro, a pesar de su atuendo de genuino sicario o agente secreto su aura lo mostraba como un ser inofensivo y enigmático, los labios de este parecían divertidos pero muy amable tendió su mano para ayudar a la rubia, sin embargo esta no le aceptó y se levantó por su propia cuenta, Louis, simplemente la miraba como una tonta.

- ¿Estas bien? - Preguntó el joven de la cazadora negra, la rubia asintió algo abochornada, sin embargo con un breve movimiento y una pose dominante se sintió mejor, Hunter le había enseñado eso, "cuando más destrozada o avergonzada estes, es cuando más debes mostrar tu fuerza, nunca te humilles a ti misma"

- ¿Tu me harás la dichosa prueba? - Preguntó de esa forma tan controlada y formal que siempre acostumbraba cuando estaba nerviosa.

- Si. Me llamo Liam, Liam Payne - Su voz parecía algo distante, como si algo llamara su atención lejos de todo aquello - Ah, y ella es Isabelle, mi otra estudiante - Añadió de repente. La castaña asintió a la rubia, tan llamativa era la seguridad y confianza que transmitía la castaña que dejó a Noelle en una situación confunza.

- ¿Eres la nueva, no? - Los ojos azules viajaron al lazo rojo de Elle - Creo que eres mi compañera de cuarto - Su ceja se arqueo levemente

- Jess me dio la bienvenida - Comentó la rubia moviendo uno de sus rizos, miró a la castaña que asentía, como si esa información no le importara mucho realmente, luego miró a Liam y se fue caminando a paso firme hasta el elevador, atrás de ella iba Louis, ambos se parecían tanto, con esa pose de divos y su claro aburrimiento ante las cosas, sin embargo Isabelle había logrado intrigar de cierta manera a Elle, muy diferente a la reacción que había tenido por Louis.

- Ven conmigo, Noelle - Liam y ella caminaron mutuamente en el silencio de los pasillos, todo iba en perfecto estado hasta que un desgarrador grito broto desde el fondo del pasillo tracero, era la voz de un hombre, o quizás un joven, Liam se giró y miró a Elle, la rubia había empalidecido de repente y su nuca sudaba consideradamente.

Totalmente alarmada sus manos comenzaron a enfriarse por la magia que amenazaba con salir - Es solo la sala 508.

- Eso no me dice nada - Protesto la rubia aun alarmada. Sus ojos viajaron al pasillo en donde sonó otro grito, esta vez ahogado y suplicante - Estan torturando a alguien allí...

- No es así, es solo la práctica de Ammar, ella produce pesadillas, si entras en su niebla veras tu peor miedo - el joven paso su brazo sobre los hombros de la chica y la guió al interior de una habitación, tan asustada estaba la joven que solo deseaba correr de ese lugar, cuando entraron llegaron a una habitación oscura como la noche, de repente un montón de botones de colores aparecieron y la luz se encendió, un extraño panel de control apareció frente a Elle. Liam le inyectó un extraño suero, aunque pudo haber sido montones de droga y ella no se hubiese dado cuenta, estaba demasiado asustada como para hablar o siquiera reaccionar ante cualquier situación.

Liam la hizo entrar a algo parecido a una especie de cabina, y de un momento a otro sintió que se desmayaba.


Cuando despertó estaba en una habitación blanca, su piel parecía tan pesada y molesta, en la muñeca sentía la ausencia de su usual brazalete de cuero ¿Se lo habían quitado? Inmediatamente entró en pánico recordando los efectos de la última vez que se lo quitó; de la nada, una bola de candente fuego salió disparada hacia ella, antes de que si quiera reaccionara la bola fue detenida por una pared de hielo solido que se derritió al contacto del fuego formando nuves de humo y una intensa humedad en el aire.

Antes de darse cuenta de lo que pasaba, las paredes se hicieron de fuego intenso y parecía que se estrechaban cada vez más.

Sus venas saltaban sobre su piel y su estómago parecía revolcarse con sus intestinos y viseras mientras una explosión de nieve se formó cayendo sobre el fuego, sin embargo no fue suficiente, las llamas parecían expanderse y tanto humo la asfixiaba; creo un capullo para resgardarse 《¡Que no se derrita! ¡Que no se derrita!》 Gritaba su ser mientras forjaba las paredes de su capullo justo a tiempo, las llamas besaban las paredes de hielo pero este se mantenía firme, cada vez más grueso, en una nueva torrente de nieve el fuego se fue sediendo quedando nuves negras y tóxicas, ¿Pero qué podría hacer? ¿Y si rompía el techo? Seria un via de escape. 《Estamos en un edificio》Se recordó, podría destruir todo el edificio si hace eso.

Pensó y pensó, llegó a la conclusion de construirse a si misma una armadura de hielo, el hielo hizo contacto con sus rodillas y recordó el estilo Tony Stark para la construcción, eliminó el capullo de protección y enfocó toda su energía en transformar ese humo en nieve, nieve pura y blanca, cada átomo, cada molécula, cada partícula, y rayos de magia, todo el empeño necesario, su agotamiento se expandió y sintió como sus piernas flaqueaban, ya no se sentía tan pesada, los copos de nieve comenzaron a caer uno a uno sobre su rubia melena mientras su cuerpo descansaba en el suelo del lugar. La armadura parecía fraccionarse en fria pero suave nieve. Parecía una comoda cama de plumas y cojines bordados con colores tenues...

Despertó en su cama, su cuerpo gritaba auxilio por la pesadez que sentía, movió con cuidado la cabeza y vio a Jess, la pelirroja estaba vestida con una adorable pijama azul de algodón, su cabello rojo estaba recogido en una trenza de lado y sus manos escribían o dibujaban en un extraño cuaderno de hermosa portada y hojas blancas adornadas por bordes negros y las rosas dibujadas en las esquinas - Despertaste...

Capítulo 6

- Despertaste - Susurró Jessy, su tono de voz era dulce y amable, camino hasta la rubia y posó su mano en la frente de esta, no había fiebre.

- Siento que me atropello un autobús - Comentó la rubia tratando de sentarse en la parte de abajo de su litera considerando la existencia del techo que proporcionaba la cama de arriba. La pelirroja sacó de un mini refrigerador escondido por su camuflaje de pared de madera una extraña bebida color morada, olía a una mezcla de tantas frutas y desde lejos se notaba su espesor.

- Tómalo, Liam lo trajo después de dejarte aquí, dijo que seguramente tendrías el estómago vacío - Asintió con cuidado mientras bebía el delicioso jugo, a pesar de ser tan espeso le callo espléndido en el estómago.

La puerta se abrió y la chica de cabello castaño apareció, esta entró al cuarto con mochila en mano y la dejó en el suelo con obvio aburrimiento - Hola... ¿Noelle no? - La rubia asintió mientras se concentraba en ingerir todo su jugo.

- ¿Ya se conocían? - Jess miró entre las dos muchachas algo confundida, luego soltó un extraño suspiro de exasperación y miró al cielo como pidiendo paciencia - Belle, ¿Cómo te fue con Pepete? ¿Conseguiste el trabajo en la biblioteca? - La chica se quitó la pesada chaqueta y la colgó en su propio closet, este más lleno de ropa que el de la rubia, cosa que le recordaba que tenía que desempacar. La rubia se incorporó con pesada lentitud, necesitaba un baño y haber dormido con el incómodo uniforme escolar era una molestia. Primero abrió la maleta y el teléfono salió casi disparado hasta ella, lo encendió y vio que tenía un mensaje nuevo de Hunter.

《Me alegro de que no estes muerta mi pequeña Elle, cuidate. Att:Hunter》

Dejo el teléfono de lado en la cama, dentro pudo visualizar la daga mágica, esta la escondió en la funda de la maleta, en media hora la ropa de Elle estaba debidamente guardada, en una mesita de noche junto a su cama, guardo su cofre con su joyería y su pequeño album de fotos, arriba colocó su porta retratos con una foto de ella cuando era pequeña y Hunter, esa foto había sido especial, era primavera y la bebe Elle estaba jugando y congelando todo lo que tocaba, incluso a mister Holmes le congeló las patas y el gato la rasguño tan pronto Hunter lo libero, desde ese momento el gato y ella juraron ser enemigos mortales.

Belle salió del baño, su piel totalmente seca igual que su cabello, era un caso inusual - ¿Te bañaste? - Preguntó Elle, la castaña asintió mientras se colocaba su pijama. Al terminar extendió su mano y todo el vapor causado por la ducha se transformó en una bolita de agua que se esfumó en el aire

- Detesto esa humedad - Comentó para avivar la compresión de la rubia.

La nostalgia la invadía de vez en cuando, extrañaba su cuarto, su cama, se sentía tan extraña...

- Aquí tienes tus resultados, y cambiaron tu horario - Susurró Jessy, esta se sentó en la cama junto a ella y le pasó una carpeta color crema, aun sellada la abrió con cuidado, en el dos hojas impresas y grapadas, pulcramentes organizadas, aunque no entendió la gran cosa, la mayoría eran estadísticas y números raros, al final salía una pequeña tabla:

- Nivel de madurez emocional: 70%

- Aptitudes a mejorar: 50%

- Capacidad para resolver problemas: 87%

- Fuerza física: 40%

- Punteria: 97%

- Niveles de potencia: 89%

- Control físico: 79%

- Control psicológico: 65%

Abajo de eso aparecía otra extraña gráfica y al final, una pequeña línea que causo furor en la habitación. "Nivel: 3"

- ¿Que significa esto? - Preguntó la rubia inocente a su calificación, Jessy tomó su hoja y la comenzó a analizar con ojos agudos. Luego soltó una pequeña exclamación y miró algo preocupada a la castaña que miraba la escena desde su cama.

- Eres nivel 3 Elle... - Miró la gráfica con detenimiento - Y tus poderes crecen

- ¿3? Pero... ¡Eso es casi imposible! - Los ojos de Belle saltaron de sus cuencas y se acercó a las jóvenes - Tiene clases personales con Liam - Susurró Elle mirando la hoja, al parecer este hecho no le hacía mucha gracia - Con Zayn y con Louis - Ese último nombre le cayó a Elle como un balde de agua fría, lo que le faltaba, casi tubo que mirar al suelo para contenerse de rodar los ojos.

- Pero no lo entiendo ¿Por qué es tan importante el nivel 3? - Susurró Elle.

- Es tu poder Elle, en el último siglo solo tres personas han obtenido tal puntuación ¿Entiendes? Y si tus poderes crecen... - La voz de Jess se desvaneció y miró sus manos de forma pensante, un mal recuerdo la atormentaba, el recuerdo de su pequeña hermana

- Elle, es muy importante que comprendas la gravedad de esto - Habló Isabelle con lentitud, la rubia estaba algo confundida pero poco a poco comprendía lo que pasaba - Si tus poderes crecen, ellos... Ellos te harán lo mismo que a Lizzy, la encerraron en un cuarto, la trataron como una loca y le prohibieron el contacto con todo ser externo - Su mano señaló el brazalete en la muñeca de la rubia - ¿Eso es magia?

- Mi padre me lo dio, dijo que canalizaría mi energía - Susurró, como si las tres compartieran un secreto, y quizás así era - Esto me contiene, pero Liam me lo quitó para la prueba...

- Es muy importante que nunca te lo quites ¿Entiendes? Esta es tu salvación - Comentó Jess, hubo un silencio durante un plazo de tiempo, las tres mentes pensando sobre los resultados de la rubia, todas intrigadas y preocupadas por la novedad.

Alguien tocó la puerta provocando un saltito por parte de Noelle, la puerta se abrió y una chica entró, su cabello era pelirrojo, un tono más oscuro y sus ojos eran grises tenues.

- ¡Ah! Hola - El acento irlandés floreció de la boca de la chica, esta estaba vestida con un short de conejitos y una camisa de tirantes color rosa pálido, su piel era palida y de lindo cutis, pero era bajita para la edad que Elle le suponía, unos dieciocho años de edad más o menos - ¿Eres la nueva no? Mi nombre es Georgina, pero me dicen Georgi, soy la cuidadora del piso; me avisaron que te habías desmayado en la prueba y vine a ver si estabas bien.

- Oh, claro, me siento increíble - La rubia se pasó un mechón tras su cabeza y sonrió amable

- Ahora que recuerdo, tienes un sandwich en el micro y tu carnet esta en el escrito, lo necesitarás si vas a comer o a pedir cualquier cosa - Explicó Jess.

- Oh gracias - La rubia caminó en busca del micro, Belle se levantó y se lo mostró, tambien escondido como el refrigerador, el sandwich era una delicia, jamón y queso fundido, suficiente para la rubia.

- Bien, creo que todo está en orden - Informó Georgi - Noelle, mañana tienes clases, todas afuera a las 8 para la limpieza de las habitaciones ¿Vale? - La rubia asintió mientras mordía un pedazo de su sandwich.

Esa noche soño con las pesadillas más alocadas que una adolescente podría tener, se sentía tan miserable y patética... Su vida era un remolino de infinita nieve, montones y montones de fría nieve, nieve manchada por la sangre, roja y metálica, una gota, dos gotas, tres gotas, cuatro gotas, un camino de gotas hasta llegar a un lago entero de sangre. El cielo se oscurecía en un negro potente y criaturas terroríficas brotaban del sangriento lago, todas con residuos de sangre pegada a su piel o pelo o lo que fuese que llevaran, una criatura de escamas verdes musgo la miró directamente a los ojos, la criatura tenía cuencas vacías con un extraño resplandor dorado en el interior, era algo de lo que Noelle jamás se olvidaría, cuando abrió su boca una nuve de humo negra recayó en Elle quien miraba al monstruo atonita. Luego sintió un fuerte jaloneo en el brazo para finalmente abrir los ojos en pleno pánico.

Abrio sus ojos de par en par y vio el difuso rostro con ojos verdes, poco a poco la imagen se fue aclarando hasta llegar al claro rostro de Jess, tenía una toalla envuelta en su cuerpo y su rojo cabello estaba recogido en un moño. "No estas en tu casa" se recordó la rubia a si misma.

La pelirroja agitó una vez más su hombro pero no entendía nada de lo que decía, aun recordaba el sueño, su agitación, su miedo...

- Elle, vas a llegar tarde a clases - Finalmente las palabras fueron de alguna comprensión para la chica, esta se incorporó con rapidez, demasiada como para olvidar que dormía en una litera, su cabeza se estrelló contra los tubos que impedían que la cama de arriba le cayera encima y soltó una fuerte exclamación.

- Ouch - Se quejó la castaña estaba colocándose sus zapatos escolares - Eso debió doler - Los palidos ojos de Noelle se abrieron para ver su cama repleta de nieve, como habitual rutina la fue convocado para desaparecerla en el aire.

La rubia se compuso rápidamente y entró al baño dando uno que otro traspié,  frente al espejo parecía un zombie enfermizo, con fuertes ojeras y una piel demasiado pálida para si misma. Una ducha rápida y estaba lista, al salir ya Jess estaba vestida y Belle terminaba con su maquillaje.

La chica se sentó frente al espejo y comenzó a peinar su rubia melena, fue entonces cuando sintió nostalgia nuevamente, Hunter siempre encantaba un cepillo y aunque no supiera como, la peinaba de forma paciente mientras hablaban de sus planes de ese día, realmente lo extrañaba mucho.

- ¿Quieres que te ayude? - La rubia se giró para ver a Jess, con lentitud asintió para luego dejar que las manos de la chica la peinasen, el día de hoy estaba oscuro, las nuves estaban de un color grisáceo bastante deprimente y el cielo le recordaba al agua contaminada que usualmente veía en las noticias televisivas - Parece que hoy lloverá - Susurró la muchacha.

- Así parece, creo que es mejor que lleven un paraguas por si acaso - Afirmó Isabelle

- Lista - Concluyó Jess, había hecho un trabajo exquisito, dos trenzas le salian del cabello delantero y se cruzaban mutuamente escondiendo así el final de la trenza, y el resto de su cabello estaba suelto y peinado en suaves hondas que destacaban el color de su pelo.

La puerta sonó y tres segundos después Georgina entró a la habitación - Chicas, aquí tenéis - Tres abrigos color negro solido entraron al cuarto, "Telekinesis" Pensó Noelle, uno de los abrigos se quedó parado frente a ella, en su etiqueta de talla tenía el nombre de la rubia grabado con una caligrafía cursiva y elegante, el abrigo era hermoso, de tela de encaje en las mangas y al final de este, un acabado maravilloso - Recordad llevar paraguas, al parecer hoy llueve - Las chicas asistieron y tomaron sus abrigos, este reemplazó el habitual saco color negro. Tomo su mochila y guardo todo lo necesario incluyendo su celular y sus libros.

Afuera un montón de chicas se disponían a ir a sus respectivas clases, hoy, su primera lección era en salón de entrenamiento con el señor Zayn Malik. Cuando salió sintió el frío aire chocar contra sus piernas, agradeció en silencio que el frio no le afectase nunca mientras andaba a paso firme hasta el gimnasio, esta vez solo estaría en los primeros dos pisos, no iría a las salas que estaban dedicadas a la orientación especial.

Cuando entró se encontró a Liam, hoy llevaba unos jeans más claros y una camisa azul, sobre si una cazadora color crema con detalles en marrón, esta era más apta para un día lluvioso. Él la miró y sonrió complacido, en su mano llevaba un café algo humeante y en la otra una carpeta con papeleo que para el joven era tedioso e innecesario.

- Hola Noelle - Saludó con gracia el joven, una sonrisa amistosa cruzó en los labios de este mientras se acercaba a la rubia - ¿Cómo estás hoy?

- Bien, ¿Y tu?

- Fantástico, más ahora que te vi - La rubia río por el extraño cumplido - ¿Vas a clases?

- Si, es en el gimnasio 4 ¿Sabes donde es?

- Al final del pasillo a mano derecha, vas a ver la placa - La chica asintió mientras procesaba la información

- Este lugar es muy grande - Susurró mientras recordaba   cada indicación recibida

- Solo tienes que acostumbrarte, ahora ve a clases, Zayn puede ser... ¿Sabes? Es mejor que lo conozcas - Una risa burlona brotó de los labios del chico mientras subía al ascensor - Te veo luego, Elle - Concluyó.

La rubia caminó hasta el gimnasio, este era, a su vez, impresionante, amplio y con aire mortífero,  en una pared entera se encontraban montones de armas de todas formas y tamaños, al otro lado había una banca para sentarse, una chica estaba ahí, de cabello castaño y lindos pómulos, estaba anotando algo en una carpeta de forma concentrada, la rubia se acercó a ella y la miró por un largo momento esperando a que esta alzara la vista - Ehhh... ¿Hola? - La castaña pareció exaltada y en un breve movimiento se compuso en una mueca molesta

- ¿Quién eres? - Preguntó a la defensiva.

- Me llamo Noelle, soy nueva

- ¿Noelle eh? Zayn dijo que volvería pronto, en tu casillero esta tu uniforme de batalla. - La chica miró de nuevo a su carpeta y comenzó a hacer lo que fuese que hiciese.

La rubia caminó a los casilleros, en estos los nombres de algunos estudiantes "Noelle Gadger" La cerradura era una especie de aparato electrónico con una minúscula ranura, Noelle sacó su tarjeta y la pasó por esta,  la puerta prendió en un lindo color verde fosforescente y la puerta se abrió; dentro había un traje negro intenso envuelto en un plástico sellado. La rubia sacó el traje y caminó a los vestidores.

El traje parecía una extraña especie de latex, pero era tela, bastante resistente; un pantalón y una camiseta sin mangas, la camiseta era más cómoda, como de algodón pero igual se adaptaba a su figura, también había una chaqueta que Elle prefirió amarrar a su cadera.

Por último una especie de medias negras, para variar, Elle se las colocó y se pusó sus zapatos desentonando completamente, cuando salió vio a un muchacho moreno, alto y de contextura fina, con una franelilla negra y unos pantalones negros de aspecto más cómodo que el de los de ella y unas botas militares negras que le llegaban a la pantorrilla; el muchacho hablaba cómodamente con la chica que vio en la entrada, de seguro era otro estudiante, pensó la rubia.

- ¡Hey niña! - El chico moreno la miró con ojos retadores. Su piel se le erizo al instante mientras se sentía cohibida por la mirada del chico. Este se acercó a ella a paso marcado, al estar más cerca la miró de pies a cabeza,  al llegar a sus zapatos soltó una risotada - Lindos zapatos, pero creo que las botas en tu casillero te lucirán mejor

- No había botas en mi casillero

- ¿Segura? - La chica vaciló un poco ante la mirada retadora del joven - Pues revisa.

La rubia caminó al casillero, y efectivamente habían un par de botas dispuestas para ella, de manera rápida se las colocó, estas a pesar de verse pesadas eran bastante livianas y aerodinámicas.

El chico la seguía mirando como expectante a que algo ocurriera, siempre analizándola con la mirada.

- Mags, cielo, ¿Podrías traer un café?  Estoy sin cafeína, ah, y dale mis saludos al duende - Pidió el chico, la castaña asintió y caminó con un elegante ir y venir hasta desaparecer del edificio por completo. Elle se sentó en un banco esperando al maestro, el castaño se acercó a Noelle y le tendió su mano.

- Zayn Malik, a tu servicio encanto - La rubia lo miró incrédula ¿Él era su maestro? No aparentaba más de uno o dos años mayor que ella. Sin embargo estiro su mano y la estrechó con la suya.

- Noelle Gadger - Susurró aun contemplando a su joven maestro, sintió como su mano ardía con lentitud. Las llamas cubrieron su mano y por reflejo la quizo alejar, sin embargo el agarre del chico era muy fuerte como para librarse, antes de darse cuenta de lo que hacía el hielo brotaba de su mano, pero en vez de cubrir su propio cuerpo comenzó a subir por la mano de Zayn, las llamas llegaron a su antebrazo pero no sentía que le quemaban, solo calor, mucho calor.

- Si me lastimas con el hielo, yo te quemare - Explicó Zayn, eso no significaba más que una amenaza para la muchacha, pero cuando el hielo presionó más contra la piel del moreno, justo cerca del hombro, tan pronto como el dolor cayó sobre Zayn la chica sintió las llamas del fuego quemarle en la misma zona - Te lo dije, esto no es juego mi querida niña - Elle apretó más la mano del chico y trató de concentrarse en mantener un equilibrio, percibió una especie de roca en la mano del chico que la unia a el joven. Las llamas ya habían alcanzado sus costillas y su cuello.

Su estómago se redujo cuando el fuego acariciaba su garganta, el aire que respiro se volvió repentinamente caluroso y su garganta tenía cierto picor, deseo tener un vaso de agua helada, librarse de las llamas y correr al aire fresco... Zayn no estaba en mejores condiciones, se sentía a reventar, el frio estaba extinguiendo su propio calor corporal; la necesidad del calor lo atormentaba a tal punto de empezar a sudar frío.

En un golpe brusco soltó la piedra dejando que su cuerpo inflamara en llamas y el de su pequeña alumna en hielo, eso había sido intenso, intenso y único, nunca nadie había llegado tan lejos con él.

La sangre bombeaba por todo su cuerpo a un ritmo feroz, cada vena se exaltaba por la fuerza de aquel momento, su cuerpo parecía una escultura de hielo móvil, su poder apagándose a ella y su necesidad por el frío, ahora ella había conocido su límite, él la había llevado al límite.

- Excelente práctica - Comentó Zayn aparentando indiferencia. La piel brotó del fuego y se fundió a si misma hasta quedar solo Zayn, solo carne, solo una persona. - Vuelve a tu forma - Elle se concentró en convocar su magia dentro de si misma, cuando volvió a su forma normal, Zayn vio algo maravilloso en la adolescente, algo que no vio antes, una fuerza,  un poder maravilloso, una avidez... Algo que lo atraía a la rubia.

- Elle, esta clase es para enseñarte a encontrar tus límites y sacarle su provecho, yo seré tu entrenador ¿Entiendes? Debes hacer lo que yo te pida, sin desafiarme o cuestionarme ¿Entendido? - La rubia asintió - No te escuche, lo siento, habla claro

- Si - ¿Si que? - La rubia abrió sus labios para protestar, pero los cerró, no quería discutir pero jamás lo llamaría como eso, como un "Señor" - Estoy esperando.

- Si - Concluyó ella, no se rebajaría nunca, a eso no. Los ojos de Zayn parecían quemar contra su piel, se acercó a una distancia bastante peligrosa y Noelle pudo ver el fuego que encendía sus ojos

- Dilo - Mascullo en un amenazador susurro.

- No.

- Bien - Hizo una breve pausa - Da 100 vueltas al gimnasio,  las contare... ¡Ahora! - La rubia comenzó a trotar a paso firme mientras el muchacho se sentaba en la banca y miraba a la rubia con atención, aun la mano le ardía en donde la piedra le había quemado con el hielo, pero le daba igual, más importaba su alocada experiencia  con la rubia.

Mags llegó con dos vasos de  café humeante y una caja de donuts, este era su usual desayuno de los martes; la chica llego aquí cuando era un bebe, solo una cria abandonada, Zayn tenía solo dos años cuando la conoció pero de inmediato se hicieron amigos, estudiaron juntos, Mags era muy inteligente, adelantaba cursos y veía clases avanzadas, aunque no se pudieron graduar juntos, todos en la escuela la llamaban Maga, por su nombre completo,  Maria Gabriella, pero ella era muy especial para Zayn, y él siempre llevaba la contraria al mundo, así que la apodo Mags, un apodo de ellos dos nada más, algo único entre ellos y de lo cual Zayn siempre disfrutaba.

Cuando tenían trece y once, hicieron de su costumbre cada martes desayunar con café y donuts, y hasta ahora nunca habían roto esa tradición, incluso cuando la chica creció y comenzó a tener otras amistades, jamás se separó de Zayn quien en sus años de estudiante era un poco retraído y pelionero; pero Mags lo educó para ser el gran hombre que aun no era, pero siempre lo intentaba - ¿Qué tal la chica nueva? - Preguntó mientras abría la caja y sacaba su donut, siempre el de chocolate.

- Normal... - Susurró Zayn, no quería compartir esa experiencia con nadie, ni siquiera con Mags, o por lo menos aún no - Es como cualquiera chica - Se quejó de la mentira.

- Niall dijo que era muy agradable - Comentó la chica

- Para Niall todos son agradables - Para Zayn el sarcasmo era una lengua materna, la castaña le dio un puñetazo en el hombro de forma cariñosa.

La chica sonrió de forma tierna, Zayn era el hermano prefecto, lástima que no compartían la misma sangre, si no sería lo mejor del mundo.

A la media hora Elle ya había recorrido el gym cien veces, su cuerpo vibraba de dolor y su estómago gruñía por comida, él no la podía retener hay por siempre, Elle necesitaba asistir a otras clases después de todo.

- He terminado - Susurró, su garganta pedía a gritos agua y la verdad, el tenía una botella justo en sus manos, él chico comprendió su mirada suplicante y le pasó el agua, al beberla fue como sentir la mano de dios acariciar su garganta.

- ¿Estas cansada?

- Si - Susurró la chica con un hilo de voz

- ¿Si que? - La muchacha vaciló un momento, vio a la chica que estaba al lado del moreno, era la misma que estaba esta mañana, la miraba de forma expectante, ambos deseosos de oir lo que Elle tenía que decir.

- Si - Respondió de forma seca, no se rendiría tan fácil, ni por tan cansada que estuviera, el rostro de Zayn cambio a un rojo enojado, él esperaba que la niña se rindiera, pero no; era un reto y eso a Zayn le encantaba.

- Entonces creo que no estas tan cansada... Sabes, perdí la cuenta en la vuelta número dos, así que mejor da  las 98 restantes, y por detenerte a beber agua sin permiso, tienes cincuenta vueltas más de castigo, así que mejor empieza.

- ¡Pero faltaré a otras clases! - Se quejó la rubia al borde del colapso.  

- ¿Y? Mi clase es tu prioridad, además, solo mando una nota al aula y listo - La rubia sintió como sus mejillas ardian de enojo, él era molesto, ¡Ni siquiera Louis! Sintió su corazón latir con fuerza, ni siquiera sabía por que pensaba en ese odioso, Zayn arqueo una ceja y señaló un reloj; rodando los ojos la joven comenzó a correr una y otra vuelta, no se rendiría solo por unas vueltas, no le daría el gusto a ese presumido.

A la rubia no le podía ir peor, aun dudaba de como logró dar tantas vueltas sin vomitar, pero al terminar estaba demasiado débil, incluso para hablar, miró el reloj de pared "11:15" Sintió como sus tripas reclamaban comida, el "entrenador" no le había permitido salir a comer; al terminar la última vuelta tropezó con la nada y cayó de bruces al suelo colocándose su mandíbula, sintió el sabor metálico dentro de su mejilla pero estaba demasiado cansada como para que le importase; Zayn quien no había dejado de ver a la rubia desde que Mags se había ido salió disparado como una flecha a auxiliarla, quizás se había excedido, pero la chica tenía fuerza de voluntad y muy en el fondo la admiraba por eso.

Al tocar la frente de la chica se percató de lo pálida que esta estaba, la tomó entre sus brazos con cuidado y la llevó a la banca - Lo hiciste bien, cielo - Susurró, sacó una botella de agua de su mini refrigerador, la destapó y le abrió los labios a la chica, con cuidado le fue dando sorbos de agua, la rubia comenzó a tomar el agua a tal punto de querer atragantarse con ella - ¿Mejor?

- Si - Susurró. Esta vez el moreno no se molesto en siquiera recriminarle el "Señor"

- Quédate sentada un rato, luego vas a tu cuarto y te duchas... - Ofreció el moreno, la rubia asintió y comenzó a refrescarse con lentitud; estaba hecha un mar de sudor, demasiado cansada como para dar tres pasos coherentes

Con un breve movimiento la chica se puso en pie, era mejor irse a bañar de una vez, no quería perder más clases que eso. Zayn a pesar de todo fue muy amable y la acompañó al interior del edificio.

En cuanto la chica tocó el agua se sentía en las nubes, se dio el baño del siglo, ahora solo deseaba dormir pero para su pesar tenía clases de literatura, a pesar de ser una escuela de seres extraños se toman muy en cuenta la educación, eran las 12:55 cuando estaba lista para salir de nuevo, su clase empezaba en quince minutos así que solo se dio el lujo de tomarse un yogurt líquido que estaba en el mini refrigerador, luego se lo repondría a quien le perteneciese.

Cuando llegó al salón vio a Mags sentada en los puestos al fondo, junto a ella estaba Belle platicando en silencio - ¿Cómo te fue? - Preguntó Mags - Oh, lo siento, creo que no me presente, me llamo Maria, me dicen Maga.

- Mucho gusto, creo que tu ya me conoces ¿No? - Maga asintió con gesto de culpabilidad - Te pido perdón por lo de mi amigo, él puede ser un bruto a veces.

- Ni que lo digas - Susurró la rubia

- ¿Tuviste entrenamiento con Zayn no? - Preguntó Belle, Noelle asintió mientras tomaba asiento adelante de Maga, sus ojos estaban pesados y aun escuchaba como su estómago gruñia por el hambre.

- No me dejo almorzar, por cierto, me tomé el yogurt de fresa que estaba en el refri ¿De quien era? - Preguntó la chica apenada

- Mio, pero no te preocupes, de todas formas tengo más - Susurró Belle en una semi sonrisa, estaba empezando a acostumbrarse a la existencia de la muchacha.

- Buenos días, clase - Una mujer de cabello negro entro a la habitación 《Es hermosa》fue el primer pensamiento de Elle, de cabello totalmente negro azabache y ojos azul cobalto, su nariz era pequeña y delicada y sus pómulos se veían tan tersos y delicados - Por favor, tomen asiento.

Los estudiantes se sentaron derechos mirando fijamente a la profesora, estos parecían bastante respetuosos a la maestra quien sonreía con amabilidad - Señorita Gadger, puede venir un momento por favor - La profesora se sentó en su escritio y sacó un pequeño libro de este "La odisea" alcanzó a leer - Aquí tiene su libro, estamos un poco avanzados con la lectura, si tiene problemas para entender algo por favor agamelo saber, estaré gustosa de ayudarla, le recomiendo que vaya tomando notas de la lectura ¿Esta de acuerdo?

- Por supuesto, muchas gracias - Tomó el libro y caminó de regreso a su puesto, de reojo pudo ver a una chica de cabello negro con extrañas mechas moradas, sus ojos eran negros como la noche y labios rojos; Noelle sintió un extraño escalofrío al ver a aquella chica, si no fuese tan tétrica seria bastante guapa. Cuando tomó asiento Mags le hizo señales para que se acercase y pudiese oirla.

- Se llama Sammar, te recomiendo no acercarte mucho - Susurró en un discreto mover de labios. La rubia asintió y comenzó a hojear las páginas de su libro.

La clase ya llevaba más de media hora de haber empezado cuando alguien tocó la puerta, Louis entró a la habitación con pasó firme y su mirada conectó automáticamente con la de Elle - Señora Winnipeg, necesito a la estudiante Gadger, al parecer hay un problema con su papeleo - La maestra parecía asombrada por la presencia del hombre pero no dudo en dejar salir a la joven a quien por algún motivo le temblaban las piernas como gelatina recién sacada de la nevera.

Cuando la puerta se cerró tras ellos comenzaron a caminar en sepulcral silencio hasta que la muchacha decidió hablar - ¿Qué ha pasado?

- Nada

- ¿Cómo que nada? Mis papeles...

- Estan en perfecto orden - El chico se detuvo para encarar a la rubia - Solo que un amigo me pidió que hiciera un favor.

Juntos caminaron a la cafetería, el aroma inundó las fosas nasales de la rubia recordandole el hambre que tenía. Cuando entraron una mesa estaba puesta para una persona, en esta había un plato con espaguetis acompañados con pure de papas y un gran vaso de jugo de naranja, también habían unos panecillos tostados con mantequilla ubicados en una pequeña cesta y muffins de mora en otra.

- Buen provecho - La chica miró estupefacta la comida, se sentó en la silla y le dio una probada al puré - Zayn dijo que no habías comido, pero estaba ocupado dando clases a otra alumna así que me pidió que te sacará de tu clase de Literatura para que vinieses a comer.

- Oh, ya veo - La chica seguía comiendo, todo le parecía maravilloso aunque por dentro tenía la culpa de haberle mentido a la profesora - Fue un gesto bastante amable de su parte.

- Lo fue - El chico tomo un muffin y le dio una probada - Dime que hiciste, Elle

- ¿A que te refieres? - Preguntó sin entender.

- ¿Qué hiciste para dejar a mi amigo tan demente? Conozco a Zayn, el nunca ha hecho nada como esto por una simple alumna - Elle miró al joven frente a ella confundida, no entendía a que se refería y realmente no le importaba.

- No hice nada - Se quejó - Solo morí de hambre y sed y casi me desmayó por tanto trabajo físico - El castaño guardo silencio y miró como la rubia comía, al cabo de media hora ya tenía un estómago lleno y una chica feliz. Muy elegante se limpió los labios con una servilleta y de su bolso saco un pequeño antibacterial con olor a durazno.

- ¿Lista?

- Si - Contestó la muchacha, se levantó y Louis la dejó ahora en su clase de historia contemporánea.

Capítulo 7

Las horas pasaban hasta llegar a la última clase del día con Louis. Cuando Elle llegó al gimnasio vio a Zayn platicando con el castaño, al parecer el moreno iba de salida con su ropa normal.

- Hola, Noelle - Saludó, estaba sudado de pies a cabeza, o quizás era mojado, sus ojos estaban vivos de la emoción como si hubiese estado haciendo arduo ejercicio y portaba su usual aire atlético y poderoso.

- Hola Zayn - Una sonrisa curva apareció en sus labios

- ¿No me vas a llamar nunca "señor"? - Se quejó el muchacho

- Solo eres cuando mucho un año mayor que yo

- Dos, así que si, soy adulto y debes tratarme como tal - Exigió con cierta burla, Louis simplemente se limitaba a pasar miradas desde Zayn hasta Noelle.

- Bien, en fin - Interrumpió Louis, este se giró para darle el uniforme a Elle - Vístete. La chica tomó el uniforme y fue a los vestidores para arreglarse.

Cuando salió Louis estaba mirando las armas con detenido analisis - ¿Me enseñaras a usar una de esas? - Preguntó la chica con un profundo nudo estomacal.

- Aun no - Susurró, este caminó a la esquina y tomó dos palos de madera tendiendole uno a Noelle - Primero, todo lo que tomes es tu arma - En un abrir y cerrar de ojos Louis estaba atrás de ella, utilizando sus poderes para trasladarse en forma de sombra, acarició la espalda de la rubia con la punta del palo - Segundo, mira a tus espaldas - La chica se giró pero Louis le implantó un leve golpe en la pantorrilla tirandola en el suelo - Y nunca confíes en nadie.

Louis le tendió la mano para ayudarla pero esta la rechazó y se limitó a levantarse del suelo sintiendo un molesto dolor en la rodilla.

- Bien - Susurró. De repente sintió otro golpe en la espalda que la derribo de una al suelo, al parecer ella se estaba acostumbrado al suelo, o el suelo a ella - Levántate - El dolor se hizo tan intenso y puro cuando, a penas de rodillas, fue tirada nuevamente - levántate - Ordenó nuevamente el castaño, se levantó con mayor rapidez. Cuando se compuso espero a que Louis hiciese algo, pero no pasaba nada, cuando se giró para ver que había pasado se encontraba en total soledad, o eso aparentaba.

Trató de recordar las palabras de Louis, esperar al enemigo, ¿Pero de donde saldría? La chica golpeo con la punta de su zapato y el piso se transformó en sólido hielo el cual fue creciendo hasta cubrir cada rincón del gimnasio, había creado el hielo de forma resbaladiza y fina, así, si alguien lo pisaba se resquebrajaria.

Sus sentidos se pusieron alerta a cada segundo que pasaba; cuando al fin una pequeña fractura. La chica saltó justo a tiempo para evitar el ataque del palo del Louis.

Cuando se colocó de puntillas al suelo miró a todas partes esperando ver alguna sombra móvil. A final solo se percató de su propia sombra "Mira a tus espaldas" Recordó; con la punta de su palo golpeo con fuerza su propia sombra, de esta la sombra del muchacho salió disparada, huyendo como un cobarde.

La rubia lo comenzó a seguir con rapidez para luego atestarle otro golpe. La sombra tomó la forma física de Louis y este apareció frente a la joven con su palo en mano, el comenzó a golpear el palo de Noelle quien se defendía por mantener su cuerpo libre de golpes, esta golpeo las costillas del muchacho y él con una mueca de molestia insoportable le golpeo a ella en la todo el centro de su pecho provocando que esta cayera y se golpeara fuertemente en la cabeza.

- ¡Ahhh! - Se quejó la chica, el dolor expandiendose por su cráneo hasta su oído derecho.

- ¿Estas bien? - Preguntó el chico mientras
la ayudaba a levantarse, esta vez sin siquiera preguntarle, la oreja de la muchacha estaba de color rojo tomate y Noelle se sentía tan aturdida, como si el mundo le diera mil y una vueltas, todas manchas borrosas.

- Yo... - Susurró con voz apagada, sus manos crearon pedazos de hielo solido ¿O era nieve? Aun no lo sabia, pero de repente sintió el frio material acariciando su cabeza, las manos de Louis urgaban con cuidado en la cabeza de la rubia buscando indicios de sangre, para suerte de ambos el castaño no encontró nada, "Solo un golpe" Sin embargo el malestar se expandía por todo el cráneo de la muchacha, tanto que Louis decidió tomarla en brazos y llevarla a la enfermería.

- No te duermas, princesa

- No me digas "princesa" - Mascullo la chica, sus ojos estaban algo perdidos mientras la necesidad de dormir caía sobre la muchacha.

- ¿Y cómo quieres que te diga? - Preguntó Louis tratando de mantener a la chica despierta. En sus brazos se sentía el calor corporal de la rubia, y el tenerla así solo logró enternecer al muchacho, el sabía que ella podía caminar, pero simplemente la quizo cargar como a las princesas de los cuentos de hadas que estaban en los libros infantiles.

- Tengo un nombre ¿Sabes? - Louis sonrió ampliamente al escuchar el sarcasmo en las palabras de su herida.

- ¿Noelle? Ese nombre es muy feo - Río tontamente mientras la chica producía un lastimero ceño fruncido.

- Es un nombre bonito - Protesto

- ¿Cómo para ponerlo en una canción? "Her name is Noelle..." - Canto de forma distraída mientras se burlaba de la muchacha, a decir verdad el nombre si sonaba bastante bien pero el castaño prefería no alagar a la rubia, o no alagar a nadie y punto.

- No te burles - Se quejó mientras los ojos se le cerraban, los brazos de Louis eran increiblemente fuertes y la hacían sentirse extrañamente cómoda.

- Bueno, pero si te llamaré, tendré que ponerte un apodo que valga la pena ¿No lo crees?

- Llámame Elle, así lo hacen todos - "Pero yo no soy como todos" Pensó el muchacho mientras miraba el rostro de la chica, por su extrema palidez el rojo se enmarcaba más en su rostro llegando hasta sus mejillas, Louis sintió una triunfante sensación al verla sonrojada.

- Bien "Elle" - Susurró, ya había llegado a la enfermería, dentro estaba el rubio Horan, su cabello despeinado y sus ojos azules hablaban seriamente con la doctora de turno, los ojos azules miraron a Elle y dio un respingo al verla

- ¡Jesus! ¡Maria! ¡Jose! ¿¡Qué le has hecho!? - En un rápido movimiento se la arrebato de sus brazos y la llevó a la camilla

- Estabamos practicando, la golpee y se cayo - Los ojos de Niall parecían pequeñas dagas a punto de matarlo

- ¿Le pegaste a una chica?

- Era un entrenamiento ¿Qué esperabas? - La doctora inspeccionó a Noelle con sumo cuidado de no lastimarla mientras Niall sacaba al chico de la habitación de observación
- Conozco tus métodos, Louis - Susurró en tono mortal, ese tono amenzante que provocó molestia en Louis, ¿Acaso a Niall le interesaba una chica que apenas conoció desde hace un día? Y si era así ¿Por qué eso debía molestarle a Louis? A final de cuentas Niall podía hacer lo que quisiera - Puedes ser un bruto, aun no entiendo como te asignaron a Elle.

- ¿Elle? - Susurró entre una pequeña muestra de ingenuidad, "todos me llaman así" Recordó - Hablas del copillo de nieve - Se burló, desde ahora ese seria su apodo para con ella, o por lo menos algo que nadie imitaria.

- Louis, hablo en serio, ¿Entiendes lo grave de un golpe en la cabeza? - Mascullo nuevamente tratando de evitar un escándalo. El castaño no respondió, no lo deseaba, así que se limitó a perderse en sus pensamientos, pensamientos que viajaban a Noelle, Noelle quien ahora bebía una extraña medicina y un raro té de hiervas que soltaba un cálido humo.

Los labios rojos y carnosos acariciaron la taza y luego bebió con lentitud mientras la doctora le colocaba hielo en la cabeza. Louis sintió nueva preocupación por la chica, algo le hacía sentirse culpable, quizás por que el si había tenido la culpa. ¿Cuánto tiempo tenía que no tocaba a una sola mujer de forma tan íntima? O quizás a una persona. Solo recordaba tomar la mano de los ingresados al colegio, y hasta allí, al castaño nunca le agrado el contacto físico, ni siquiera de niño. Su padre cada vez que lo tocaba era para... Agitó su cabeza sacando los malos recuerdos construyendo barreras de oscuridad en ellos, era mejor vivir en la negrura del olvido, después de todo el estaba destinado a la oscuridad.

holaaaaa nueva lectora linda wiguela pronto y puedo estar con Harry?!

Capítulo 7 (continuación)

La escalera se hacían cada vez más angosta a medida de que se bajaba a la última habitación de la ostentosa casa, al final de esta la puerta de madera  se encontraba iluminada tenuemente por la vela que el hombre portaba en su mano, no es que no hubiera electricidad, simplemente al señor le encantaba lo medieval y anticuado.

De su colgante saco la llave perfecta para abrir la puerta que producía un sonido a desgastado y algo terrorífico. La habitación tenía un olor rancio y humedo como una especie da caverna baldía, en ella un pequeño niño se encontraba sentado en el suelo, los inocentes ojos infantiles se encontraban perdidos en la oscuridad y la piel en su muñeca desgarrada por la necesidad de liberarse de las esposas que lo mantenían cautivo. Su camisa llena de sucio y completamente desgastada señalaba el tiempo que él chiquillo tenía dentro, eso y el olor a suciedad que de él se expandía - Buenos días - Saludó el hombre llamado en total atención al niño, con la poca luz aun se podía apreciar el temor en los ojos del joven. Escondido en el sótano de la casa ya no sabía a ciencia cierta si era de día o de noche, siempre condenado a estar en el frívolo cuarto haciéndose parte de la oscuridad eternamente sin poder salir - Feliz cumpleaños, mi niño - Las tripas se le retorcieron al joven cuando vio lo que el hombre tenía en su mano, algo pequeño pero olía como el viejo recuerdo del chocolate, la boca se le hizo agua cuando el suculento aroma se acercó más a él. Estos cuatro días solo se había mantenido a base de agua sucia y pan viejo; eso era todo lo que el hombre le daba cuando lo tiraba ahí abajo para dormir con las ratas.

- ¿Qué has aprendido, niño? - Preguntó el hombre mientras le colocaba el trozo de chocolate en una vieja mesa de madera rota

- Yo... - Las mejillas empalidecieron cuando el hombre encendió un fósforo - Yo aprendí a hacerme como una sombra - Susurró. El hombre negó con la cabeza y acercó la llama a la mano de su hijo, un dolor insoportable comenzó a nacer de esta, su alma misma era ahora tinieblas y oscuridad incapaz de tolerar la más mínima muestra de luz o calor. La llama tocó su palma y sintió la potente quemadura en esta, luego subió por su brazo con lentitud hiriendo en la piel del muchacho - Feliz cumpleaños a ti... - Comenzó a cantar el hombre mientras seguía moviendo la vela por las zonas descubiertas del chico - Que los cumplas felices... - Acercó la llama a la garganta del muchacho para dejar una fea quemadura - Feliz cumpleaños a ti - Término de cantar y el muchacho sopló su vela tratando de aparentar su inminente dolor, eso se lo había enseñado, fue una de sus primeras lecciones "por más dolor que sientas" escondelo.




Louis despertó de golpe, su garganta ardía como si acabase de tener en contacto el fuego del fósforo. Sus ojos estaban pesados y al mismo tiempo vivos por la emoción del peligro corriendo por sus venas.

Tenía años desde la última vez que sus demonios salian a pasear, y ahora lo atormentaban de la peor manera - Louis... - Liam se asomó por la puerta como un niño pequeño que entra al cuarto de sus padres

- Estoy despierto - Habló el castaño mientras se sentaba en la cama y miraba al suelo de forma distraída - ¿Que quieres?

- Solo escuche un grito, creí que te habías caído o algo - Susurró el muchacho, a pesar de tener habitaciones individuales sus cuartos se conectaban por puertas y todos escuchaban todo.

- Si... Yo me caí, lo siento si te desperté - Mintió el joven mientras se levantaba de la cama para ir a la ventana, el otoño estaba por llegar y el clima frío chocaba brevemente con el caluroso verano. Cuando Louis abrió la ventana el aire fresco lo golpeo como si le acabasen de dar una bofetada de realidad

- Louis... - Lo llamó el chico, este se giró para encarar a su amigo - ¿Estás de verdad bien? - El castaño vaciló un momento mientras pensaba que decir, nunca le gustaron las mentiras pero sus secretos eran sus secretos y no le gustaba decirlos

- Si - Contestó de forma simple - Ve a dormir, mañana será un arduo día - Concluyó mientras su amigo asentía y cerraba la puerta atrás de él.



A la mañana siguiente, Louis sentía como si el mundo lo hubiese apaleado, anoche no había siquiera descansado entre tantas pesadillas, y aproximadamente a las cuatro de la mañana dejó de intentar siquiera acostarse en su cama. Una ducha sirvió para despertarlo como debía, no era la primera vez que pasaba una noche en vela, y su estado de ánimo era el mismo de todos los días "gruñón"

Caminó por la cafetería de forma distraída, no tenía ánimos de comer nada y prefirió sentarse con su café por las mesas al exterior, el aire otoñal se patentaba en la mañana y el frío acariciaba su nariz haciendo que él mismo se perdiese una y otra vez en sus sentimientos.

"Un pequeño niño siendo ahogado en la negrura de la noche, un intenso dolor por la falta de aire, y al borde de la muerte en necesidad de expulsar el líquido contenido" Pensó con cierta amargura y casi dio un brinco cuando la hermosa y elegante figura femenina se sentó frente a él - Belle - Saludó, la chica lo miró en breves segundos y luego agachó la mirada, tampoco ella tenía la gran cosa en su plato, una tostada y... café, una droga bastante utilizada,  pensó el castaño.

- Te ves enfermo - Comentó  mientras mordía su pan, el muchacho no tenía ni siquiera ánimos de hablar con nadie, ni siquiera con su "otro yo" como los solían llamar, ambos sufrieron muchos abusos en su niñez que marcaron por completo su vida y ninguno, al parecer, hablaba de ellos, solo se limitaban a construir paredes que alejaran los malos recuerdos y nublaran su mente.

- Me siento así - Mascullo mientras tomaba un probado de su café, amargo y extremandamente caliente. La castaña miró de arrebato a Liam, si, Louis sabía que clase de sentimientos embargaban a la joven con respecto a su amigo, pero ambos eran demasiado ciegos para comprenderlo, y él, no se metería en esa situación catastrófica

- ¿Qué opinas de Noelle? - Preguntó de golpe la chica haciendo que el muchacho se atragantara con su cafe quemándose así la lengua y ensuciando su playera blanca.

- Louis... ¿Estas bien? - Preguntó Belle al ver la cara de su amigo, esa pregunta lo había tomado por completa sorpresa y ahora se estaba quemando con el café.
 
- Lo siento, tengo la cabeza en otra parte - Susurró mientras limpiaba el café de su ropa con una servilleta, tendría que ir a cambiarse pronto, pensó.
 
- Y ya veo donde - Susurró su otra mitad mientras sus azules ojos se burlaban silenciosamente de él.
 
- Tengo que cambiarme antes de clases...- El castaño se levantó de la mesa y caminó en dirección a la salida, ahí se topó con Liam y Noelle, hablando muy... animados.
 
- Louis... - Comenzó a saludar Liam hasta que sus ojos vieron su estado de ropa - ¿Qué te paso?
 
- Derrame el café en mi ropa - Sus ojos se obligaban a mirar a Liam, tratando de ignorar por completo a la rubia, después de todo, ella era una chiquilla inexperta - Luego nos vemos, tengo que ir a cambiar mi ropa - Y desapareció por las puertas de entrada sin siquiera esperar un "hasta luego"
 
- Muy amable tu amigo ¿No? - Se burló la rubia mientras colocaba un pan tostado en su plato
 
- Creo que hoy no es su día - Contestó Liam mientras servía un delicioso cereal con yogurt
 
- Creo que nunca lo es - Y con eso la muchacha caminó en busca a una mesa, Jess y la chica que había visto en el entrenamiento con Zayn, se habían sentado juntas con Belle. Caminó hasta ellas y se sentó al lado de jess, aún la sorprendía sus flamantes ojos verdes y su cabello, rojo intenso, parecía variar con la luz del sol.
 
- ¡Noelle! - Saludo la muchacha castaña, era incómodo que recordaran su nombre y ella ni siquiera supiera el de la otra persona ¿Cómo era que la había llamado Zayn? ¿Mags?
 
- Eh... hola ¿Mags? - Preguntó, por algún motivo todas la miraban y eso se sentía raro.
 
- Maga - Corrigió, a pesar de todo, Mags solo podría llamarla Zayn, ni siquiera a Niall le permitía el uso del apodo y menos a una chica que conoció ayer.
 
- Maga - Asintió la rubia.
 
- Oye Jess... No vayas a voltear pero Ethan te está mirando - Susurró Maga, las mejillas de la chica se sonrojaron mientras un joven de cabello castaño oscuro y lindos ojos azules se acercó a la mesa, a todas las saludo con un beso en la mejilla, incluso a Noelle a pesar de que no la conocía, y cuando fue a saludar a Jess se hizo presente el breve pero tierno abrazo, incluso Belle sonreía a la imagen de su amiga con el chico.
 
- Hola Ethan - Susurró Jess con una voz llena de timidez, el chico sonrió dulce y se sentó junto a ella
 
- Hola Jess... - Pasó una mirada por las caras de las chicas - ¡Hey! Yo te he visto por los pasillos ¿Eres la nueva, no?
 
- La misma, me llamo Noelle
 
- Ethan, mucho gusto - Tendió su mano sobre la mesa en un breve saludo - Chicas, ¿Alguna se postulara para los juegos?
 
- Yo, creo - Anunció Belle
 
- ¿Que juegos? - Noelle miró a las personas en la mesa buscando una explicación.
 
- Los juegos que realizan cada año, son veinte equipos que luchan entre sí usando sus poderes y destrezas - Los ojos de Ethan se iluminaron mientras hablaba - Claro, siempre ganan los mejores, ya saben, el equipo de Liam
 
- ¿Ellos también participan?
 
- Si, y siempre ganan, este es su último año y todos esperan una gran exhibición... Jess ¿Quieres estar en mi equipo? - La chica dio un pequeño saltito de asombro - Nos faltan tres competidores.
 
- Oh, bueno... Nosotras pensábamos hacer nuestro propio equipo - Jess miró a Belle con cierta pena pero la muchacha le respondía con una mirada de "Aslo!"
 
- Si ese es el problema no te preocupes, Belle también está invitada a unirse - Hubo un pequeño silencio - Además, no somos tan malos - Se burló de sí mismo.
 
- Pues... Creo que estaría bien - Respondió la muchacha. Ethan sonrió de manera amplia mientras miraba perdidamente a la chica, luego reaccionó y miró a Belle
 
- ¿Y tú, Belle?
 
- Allí estaré.
 
- ¡Fantástico!  Entonces nada más nos falta un competidor, Maga, ¿Tú no participas, verdad?
 
- No... Lo siento, pero todos saben que ayudaré a Niall esos días - Hubo un asentimiento de comprensión en el joven y luego sus ojos se posaron en Noelle
 
- ¿Qué poder tienes, rubia?
 
- Yo... Controlo el hielo - Respondió con una mueca ante el apodo "rubia"
 
- ¿Una chica fría? Genial, ¿Quieres unirte? - Los ojos de la muchacha miraron a los individuos en la mesa, y luego a Ethan
 
- No lo sé... Nunca he participado en esas cosas
 
- Bueno, si cambias de opinión házmelo saber - Un guiño coqueto apareció en el rostro de Ethan.
 
Louis tomó la primera camisa que vio, esta era azul con extrañas cosas negras que le parecían bastante geniales, unos jeans oscuros y su chaqueta negra de cuero, hoy el día amenazaba con ser friolento, el otoño había empezado y el frio se hacía palpable. Tomó la ropa sucia y la tiró al cesto, en quince minutos tendría su primera clase del día con Sammar, hoy le enseñaría defensa personal, al parecer era muy sensible en ese aspecto... Su mente viajo a Noelle, Noelle inconsciente en sus brazos... Noelle hoy en su segunda clase con Zayn; por algún motivo sintió una pequeña cólera en la boca del estómago y decidió echarle la culpa a la falta de comida y sueño.
 
Salió hasta las escaleras y caminó a la sala de entrenamiento, hoy el usaría el gimnasio tres. Cuando iba caminando escucho risas, risas llenas de vida y alegría, se asomó al gimnasio cuatro, al parecer de allí provenían las risas, cuando se asomó su cabeza vio una escena que le cayó como un puñetazo en el estómago, Noelle estaba con Zayn, ambos reían, Noelle tenía un lindo rubor en sus mejillas y Zayn la miraba de esa manera que miraba a las chicas que le interesaban. Louis se escondió un poco y miró tratando de no ser advertido