here comes the sun, and i say «it's alright.»

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—¡Denisse! —Gritó la joven castaña (ahora pelirrosa) corriendo hacía su amiga. Denisse, o Denn para sus amigos, había ido de viaje con su esposo Harry y su cuñada, Gemma. La pelirrosa, luego de terminar con el afectuosos abrazo que le dió a la otra castaña, abrazó al ojiverde marido de su mejor amiga, ignorando olimpicamente a la hermana de este, la cual la miraba con cierto desprecio (el cual, al parecer, era correspondido por la pelirrosa). —¿Cómo la pasaste?
Preguntó luego de unos minutos en silencio, en el cual su amigo Austin y Harry se miraban a los ojos (Austin con miedo y Harry... mejor ni lo digo) y Almendra, su otra mejor amiga, abrazaba a la castaña (la cual se encontraba teñida de un bonito rubio ahora).
—Fue maravilloso, Eff —Dijo la castaña, y en un susurro agregó—: Excepto por la pesada de Gemma.
—¿Qué hizo ahora? —Susurró la pelirrosa para que sólo su amiga la oyerá.
Aunque Almendra se unió a la ''conversación''.
—¿Qué sucede chicas? —Les preguntó situandose al lado de Denisse, poniendo a Gemma fuera de la vista de Effy.
—Denn estaba por contarme algo, de Gemma, ¿no es así, Denn? Habla. —Exigió la pelirrosa; si se trataba de Gemma, podía implicar que se tratara de sus chicos, y oh, ella sí que no permitiría eso.
—Bien, lo que sucede es esto: Gemma estuvo insistiendole a Harry en las mini-vacaciones practicamente cada cinco minutos que consiguiera que tú estés lejos de los chicos por un tiempo, y sí, ahora son todos, no sólo Ashton... —Susurró con algo de rabia la ahora rubia. Almendra se encontraba perpleja, ''¿¡A cuanto más lejos quería llegar está chica!?'', pensó ella. Effy, sin embargo, se encontraba seria; más que de costumbre. Eso preocupo en parte a sus amigas de siempre, puesto que la chica era seria, pero verla más de lo normal preocupaba a cualquiera.
Tuvieron suerte de que ellos no hubieran podido acompañar a Effy, por lo que sino, se habría hecho un enorme problema ahí mismo. Con los enormes celos de Effy, Gemma coqueteando con ellos y ellos, como siempre, siguiendole el juego a Gemma (Igual que como hacían con sus ''amigas''), Austin presente (lo que lo haría más incomodo) y Harry, defendiendo a su hermana (aunque Effy es la mejor amiga de su esposa y la persona que se la presentó) sería demasiado, demasiado incomodo.
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edito más tarde, bc voy a comer ah.
edito mañana ahre.

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—Sheeran.
—Fisher.
Nos quedamos en silencio, supuestamente, él y yo eramos ''mejores amigos'' (aunque todos creen que aún lo somos, cuando no somos nada). Sólo nos gusta lo mismo, no hay más que eso. Casi nunca pasábamos a más que eso, sólo nuestros apellidos.
El bosque estaba oscuro, pero no lo suficientemente oscuro. Me senté en la húmeda tierra y enterré la punta de mis dedos en ella, sintiéndola, fría y húmeda. Era otoño, las hojas caían y el clima no era el mejor de todos, pero aún así era mejor que el invierno.
Él tomó unas cuantas hojas que se encontraban en la tierra y se sentó a mi lado. Seguramente, April lo odiará por esto.
Quemó una hoja y la dejó caer. Está cayó sobre otra, por lo que el fuego se propagó en ella.
Tomé una hoja de las que él había traído, y la dejé caer sobre las dos hojas.
No era suficiente, la tierra bajó ellas se encontraba húmeda y el fuego no podría propagarse así, por más que quisiera.
Traté de apagarlo, seguramente volveríamos más tarde, o incluso podríamos venir mañana. Pero Sheeran no lo permitió. Dejó caer las hojas que quedaban, las cuales pasaron de estar a mi lado en la tierra a estar ardiendo junto a las otras.
Inmediatamente me levanté, alarmada. Él seguía sentado, observando el fuego que por fin comenzaba a propagarse.
—¡Sheeran! —Tomé su brazo, y traté de hacer que se pusiera de pie.
Él lo hizo, pero para buscar cómo propagarlo más. Había un pequeño brillo en sus ojos, el cual sólo veía cuando él observaba el fuego.

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—¿¡Qué más quieres!? —Bramó Luke enfadado, él no quería hacerle daño, pero ella con sus celos lo había puesto así. Ella estaba atemorizada, pero no quería demostrarlo, sólo ser fuerte por una maldita vez en su vida y no demostrarle que tenía miedo de lo que fuera a pasar.
Si terminaban, era porque así debía ser.
—Sólo quiero saber una cosa.
—¿Qué? —Aún enfadado, se sentó frente a ella, mirando al suelo, el cual de la nada pareció más importante que su esposa.
—¿Por qué? —Con unas enormes ganas de romper en llanto, lo cual pasaría en unos minutos, seguramente, miro al techo para evitar que las lagrimas caigan. No creía poder aguantar más tiempo en esa situación y quería aclarar todo de una maldita vez.
—¿Por qué, qué?
—¿Por qué me engañaste, Luke? ¿Es que acaso no soy lo suficientemente buena para ti?
—Amor...
—¡No me llames ''amor'', por Dios, Luke! ¡Eres tan cínico! Primero me engañas con la primera puta que se te cruza, luego con la segunda, la tercera y así sucesivamente, luego vuelves a casa y haces como si nada sucediera, ¿Acaso tengo cara de idiota? ¡Lo sabía todo, Luke! Siempre lo supe todo; los mensajes, los tweets, mensajes en facebook, snaptchats, ¡Dios, conocía a casi todas esas perras! Y tú, sin embargo, continuaste mintiendo, engañándome. Sin una pizca de culpabilidad, ¿no? Porque sólo soy la ''esposa tonta que no sabe que la engañan y con la que podemos jugar ya que nos creerá todo'', ¿no es así, Hemmings? Me da lastima lo que haces, sinceramente, ''amor''.
-Effy-
—¡Effy! ¿Qué te sucede? —¿Qué? ¿Él estaba preguntándome eso? No podía creerlo.
—¿Cómo qué que me sucede? ¡Luke Hemmings, no me tomes de idiota! Sabes lo que está sucediendo, y sinceramente no creo que ninguno de los dos, o al menos yo, salga bien de esto. Tú me engañaste, lo sé, ¡Pero no entiendo porque! ¿No soy lo suficiente para ti? ¡Anda, dímelo! —Grité, sentí que liberé todo el dolor, o una buena parte de él, al decirle esto. Él se quedo en silencio.
La puerta se abrió.
Ashton y Michael entraron por ella, riendo. Aunque, al verme llorando, algo despeinada y agitada junto a Luke, el cual se notaba que estaba nervioso. Ashton tiro las llaves en el sofá y Michael dejo las cosas, sosteniendo mi mirada.
Un sollozo se escapo de mi boca, haciendo que más y más salieran de mi boca.
Ashton corrió a mi lado, mientras Mike y Luke me miraban perplejos, ya que casi nunca lloraba. Él intentó abrazarme, pero yo me alejé.
Se preocuparon más.
—¡¿Qué mierda sucede aquí!? —Rugió Mike, con una notable preocupación y una buena porción de nervios en su voz.
—Ella... —La voz de Luke temblaba, al igual que sus manos. Estaba tan nervioso que casi no podía hablar.
—Yo... Yo... Lo... Lo sé, sé todo. —Traté de decir. Mi voz sonó como un agudo susurró, casi inentendible.
Todos estábamos serios en la habitación, excepto por mi. Yo me encontraba llorando.
Ashton continuaba mirándome, sorprendido. Jamás, ni cuando estaba enojada, rechazaba un abrazo suyo.
—¿Cómo? —Dijo Mike, muchísimo más nervioso que antes.
—¡Que lo sé todo, Michael! Todo... —Mi voz sonó demasiado aguda para mi gustó, pero bueno, al menos pude hablar...
—¿Qué todo? —Preguntó Ashton. Lo miré con obviedad.
—¡Todo! Que me engañaban... todo. ¡Dios, hace bastante tiempo lo sabía! —Les eché la verdad en la cara. No me importaba parecer una loca, pero quería inmediatamente que supieran todo.
—Effy... —Ashton me observaba desde la distancia.
—¡No Ashton, no! —Bramé. —No me mientas más, no más de lo que ya lo han hecho, ¡No quiero que me hablen! Sólo quiero que sean felices, con... o sin mi.
—¡Effy! —Luke ya se encontraba enfadado. —¡No quiero que hables así, por favor!
—¡Luke! ¡Tú ya no tienes derecho de decirme que hacer! ¡Nunca lo tuviste! —Exclamé. Sentía que venía, esa sensación de que todo acabaría está noche llegaba.
Poco a poco, mi respiración iba disminuyendo, se me hacía cada vez más difícil respirar. Ellos estaban discutiendo, por lo que no prestaban atención a lo que me sucedía. Mantener normal el ritmo de mi respiración se me hacía casi imposible.
¿Acaso estaba teniendo un infarto? No, no es eso.
Era la ansiedad, seguramente.
Disminuía, demasiado.
Mi pecho dolía y mi respiración no aumentaba. El dolor seguía ahí, lo que me impedía moverme, ya que me dolería más, si es que eso podía doler más.
Mis brazos comenzaron a dormirse, sentía el cosquilleo en ellos. Ese que uno siente cuando una extremidad se duerme, esa cosa molesta.
Traté de apoyarme en la mesita que se encontraba cerca de la escalera, donde teníamos una pequeña foto de nosotros cuatro en un cuadro color marrón que Liz nos había regalado. El cuadro cayó al suelo y, gracias al ruido que provoco el vidrió estrellándose en el suelo, ellos dejaron de discutir y centraron su mirada en mi; una chica de diecisiete años apoyada en una mesita casi cayéndose en medio de un ataque de pánico, con su respiración disminuyendo notablemente.
Cada vez era más difícil conseguir oxígeno para mis pulmones, por lo que no podía hacer mucho.
Era como... estar ahogándose, pero ver que todos a tu alrededor pueden respirar. Wow, que irónico. O, como el estar ahogado y que sólo tu mismo puedas salvarte. Como si el yo que se está ahogando se pone duro y patalea, tratando de controlar la situación, el yo salvavidas no podrá arrastrarlo hasta la orilla.
La incertidumbre, la zozobra, es el principal síntoma mental del pánico. Una parte de la mente me dice que va a ocurrir una desgracia terrible, y la otra me dice que lo que estoy pensando es una locura. Si la primera parte le gana a la segunda, hay pánico.
Y era obvio que la primera iba ganando.
Michael corrió donde mi, dejando todo a un lado (y haciendo a un lado a los chicos) y se arrodillo a mi lado, tocando mi pecho y sintiendo los débiles latidos.
Luke inmediatamente tomó el teléfono de la casa, y llamó a una ambulancia.
Ashton, sin embargo, seguía de pie. Simplemente me observaba, mientras sus ojos lentamente iban conteniendo las lagrimas que se negaba a dejar escapar.
Caí al suelo, sentada. Mike se arrodillo a mi lado, y yo aún en el suelo, no había perdido el contacto visual con Ashton, el cual al verme caer había derramado la primera lagrima.
Seguida de la segunda.
Y la tercera.
Y para estas alturas ya no tengo pánico: el pánico me tiene a mi.
La respiración continuaba disminuyendo, haciendo que cada vez sea más difícil para mi mantenerme con los ojos abiertos, todo me dolía. Incluso, vivir dolía.

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—edito.

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—¿Ashton? —Pregunté al oír su respiración al otro lado de la línea, y la risa de los chicos un poco lejos.
—¿Bebé? —Dijo él, para luego reír un poco. Amaba su risa, era simplemente maravillosa. Y contagiosa. Pero no era el momento para reír. —Hola amor.
—Ash... Debo decirte algo. —Dije, nerviosa. —Te amo, demasiado. Eres el único chico para mi, y me he dado cuenta de que eres al que amo y con el que realmente quiero estar. Te he elegido, cariño. —Con los nervios de punta, corté la llamada antes de que pudiera decir alguna palabra. Estaba cada vez más nerviosa por como reaccionaría, y mucho más por como reaccionarían los chicos.
Mensajes y llamadas de parte de Ashton llegaban continuamente a mi teléfono, por lo que tuve que apagarlo.
No podía creerlo, le había dicho que lo había elegido, cuando aún no estaba segura.
Espero que no sea un error del que me arrepienta luego, porque realmente lo amo.