If You Could See Me Now. |Harry Styles|

Año 1996, día 16 de diciembre, nacía aquella niña que hacía iluminar cualquier cara que la veía  ojos marrones, igualitos a los de su madre, al igual que sus manos y labios, nariz heredada de su padre a la vez que sus largas pestañas.
Aquel día fue especial para esa peculiar familia, una nueva pequeña criatura aparecía en sus vidas para mostrarles lo perfecta que podía convertirse, suaves manos acompañadas de unos dedos pequeños pero a la vez ligeros que su madre apretaba con tanta ansia al tenerla entre sus brazos.
Grandes felicitaciones salían de las bocas de los familiares que visitaban a aquella preciosa niña, llamada por el nombre Sonia.

Sonia era una niña llena de felicidad que derrochaba por cada lugar en el que ella estaba, tímida en determinadas veces pero revoltosa en su hogar querido, la mas enana de su clase se sentía pero un gran cariño sostenía por sus compañeros de clase, hija adorada por sus padres, sus abuelos y su hermana mayor, gran amiga de sus amigas,  demasiado cariñosa y en ocasiones muy empalagosa, enamorada de los abrazos y besos de su madre y cómoda en sus brazos al dormirse, soñadora, ambiciosa e imparable, gran pequeña Sonia.
Su vida siempre giraba en torno a lo diferente, a lo innovador, no le gustaban las modas, no quería ser como los demás, siempre quería destacar entre todos, debido a sus grandes dotes imaginarios, grandes sucesos comenzaban a ocurrir en su vida, miradas retorcidas por los pasillos, recreos encerrada en los baños deseando que estuviera en ese momento junto a su madre, insultos a su espalda, amigos que llegaron a contagiarle pequeños bichos en su pelo, miradas de las personas para fijarse en su pelo para encontrar bichos en su castaño pelo, llamados piojos, para que minutos después comenzaran a molestarla simplemente por haber tenido mala suerte en su higiene, aterrada por el agua debido a una aguadilla con muy poca suerte. Tardes encerrada en casa deseando poder ser aceptada en lo que era la sociedad en la que vivía  Noches rezando porque todo cambiara, y cuando parecía todo aclararse, aun así no seguía siendo reclamada por sus compañeros. La música, su gran aliada, su gran mundo donde todo podía ser como cualquiera niña de 8, 9 años deseaba.
Muerte de su abuela paternal años después, gran vació en su corazón y el de su padre, grandes momentos llenos de soledad acompañados por lagrimas detrás de otras, dolor y angustia en una misma persona.

Adicciones comenzaron a aparecer en la vida de aquella persona tan inocente, ver a su padre agarrado a una botella de vino a altas horas de la madrugada era su vida diaria, meses después también comenzaba a ver así a su madre, mientras ella lo ocultaba en secreto delante de su hermana, la cual ya se había independizado lejos de donde vivían. Fueron momentos demasiado duros para ella, con su corta edad tuvo que vivir episodios terribles de ver, noches sin dormir asomada a su gran ventanal deseando que llegaran sus padres de aquel bar que había enfrente.
¿Rencor? Nunca ha tenido, siempre ha sabido lo complicada que se puede volver la vida, confía en la frase "el tiempo pone las cosas en su sitio" y así ha sido.
Cuando cierta chica tenia 15 años, ocurrió algo horrible pero que abrió una nueva etapa en su vida, su padre sufrió un derrame intestinal debido al alcohol que consumió durante mucho tiempo, algo que le sirvió para cambiar de rumbo su vida, pero no para Sonia, ya que la alejaron de sus padres, algo muy duro para ella, quitarle su custodia y mandarle a un centro de acogida.



-¿Estas de acuerdo con la idea? -Preguntó aquella señora fijando su mirada en la castaña por encima de sus anticuadas gafas.
-¿De irme a un internado y estar alejada de todos? Claro, genial. -Exclamé con gran tono de ironía.
-Sonia, es lo mejor, pronto vas a cumplir diecisiete años y necesitas terminar tus estudios.
-¿Que pasa con mis padres? Porque le recuerdo que todavía los tengo. -Le dediqué una mirada fría al mencionar a mis padres.
-Lo sabemos, tus padres podrán visitarte siempre que quieran, pero recuerda, ellos no tienen ningún derecho sobre ti. -Refunfuñe ante aquella respuesta, esquivé su mirada para fijarla en el suelo.- Desde hace años estas a cargo de los servicios sociales y tanto ellos como los encargados de este centro creemos conveniente mandarte ahí, ya has cumplido un periodo largo aquí.
-¿Que pasara con Maddie?-Me levanté rápidamente apoyando mis puños en aquel escritorio de madera.
-Maddie estará bien, lo comprenderá.
-Solo tiene 7 años y yo soy lo mas parecido a una familia para ella. -Me senté dejando caer todos mis ánimos como si de un cristal roto se tratase.
-Podrás mantener el contacto con ella.
-No es lo mismo y lo sabe.
-¡Sonia, ya! -Lograba agotar su paciencia, desde que llegue aquí siempre lo lograba- Sabes de sobra como es esto y así va a ser -Solté un suspiro y me levanté para alejarme de aquella sala- Por cierto, cuando estés ahí, pregunta por Harry Styles.
-¿Harry Styles? -Giré mis tobillos para encontrarme con su mirada- ¿El chico del año pasado que tuvisteis que echar por sus comportamientos inadecuados?
-No lo echamos, si no, le mandamos a ese mismo internado para cambiar su rumbo, y parece que hay buenos resultados.
-Estas de broma ¿no? -Di varios pasos para segundos después volver a sentarme en el sitio de antes- Nadie logra cambiar ese carácter de un año para otro y mas ese tipo, Marisa.
-Confía en mi, todo va a salir bien.
-Creo que ya sabes la respuesta a eso.
-Sonia, por favor.
-Pronto tendré diecisiete años ¿no? Creo que puedo tomar ya mis propias decisiones, ya ha llegado la hora. -Me levente decidida hacia la puerta.
-No hagas tonterías -Pude escucharle una vez que salí de aquella sala.