Forever Broken {Larry Stylinson}

por **MayGlob** Mar 11 Feb 2014, 11:45 am

Nombre: Forever Broken
Autor: Yo, MayGlob
Adaptación: Sí, del libro en inglés con el mismo título, de Evangeline Anderson.
Género: Drama, romance, fantasía...
Advertencias: Habrá smut más adelante y si no te gusta este tipo de lectura, solo no lo leas.
Otras páginas: Ninguna por el momento.

Sinopsis

Como segundo lobo en la manada de los Olathe, Louis Tomlinson tiene poder y prestigio entre los licántropos. También tiene un gran secreto, uno que esconde desde hace muchos años atrás y no admite aún ante si mismo… Hasta la noche que conoce a Harry.

Este último, nacido dentro de una de las familias más antiguas de su clase. Harry Styles pertenece a la realeza de los vampiros, está a punto de heredar una gran riqueza y el titulo de vizconde entre los suyos. Pero él daría todo eso a cambio por encontrar a esa persona destinada, su Coeur de sang o La sangre del corazón.

Dos mundos chocan cuando Harry y Louis se encuentran y la chispa entre ellos enciende una hoguera furiosa de conflictos. Sus propios pueblos son enemigos y preferirían verlos muertos antes que juntos. Louis por otra parte se niega admitir la obvia atracción que siente hacia el joven vampiro. Ahora el reloj está en marcha irremediablemente, haciendo que estén dispuestos a explorar el amplio abanico de posibilidades que le ofrece el destino para resolver lo que hay entre ellos. Pero hay que tener cuidado… porque si cortan el lazo que los une, el vínculo que comparten estará roto para siempre.

*************

El libro en inglés me gustó muchísimo y como los personajes pegaban muy bien con Harry y Louis, decidí tomarme la molestia de adaptarlo. Hay cosas que he añadido por mi cuenta y otras que son tal y como en libro. Espero que les guste y comenten.

por **AlexaSwag.** Mar 11 Feb 2014, 11:55 am

Hiii,
Me parese interezan :P
Cosas sobre mi:
-soy de chile
-tengo 15
-soy team louis pasivo/bottom
Siguela pronto :P
Bye

por **MayGlob** Mar 11 Feb 2014, 1:29 pm

Capítulo 1: Luna llena

Era una noche como cualquier otra en el sur de Florida. Sofocante, húmeda y cada vez hacía más calor y la manada se estaba preparando. La luna llena estaba casi en el punto más alto de la noche y los lobos estaban en asamblea alrededor del Boulevard Biscayne en el parque Bicentennial. La mancha urbana que formaba Miami se había extendido tanto que llegaba hasta el Golfo y a los Everglades, por lo que no había muchos lugares en donde la manda pudiera correr a la luz de la luna llena y ese era uno de los pocos.

Louis Tomlinson, también conocido como Tommo por el resto de los lobos, suspiró y se deshizo de su empapada camiseta revelando el tatuaje de la manada que tuvo que hacerse al cumplir 15 años. Era el símbolo de la familia Olathe el que decoraba parte de su hombro izquierdo. Aquel símbolo enviaba un claro mensaje a cualquiera que supiera leerlo. Suspiró de nuevo, irritado, mientras tiraba su camiseta descuidadamente sobre el asiento de cuero de su moto hecha a medida. Él ya estaba de un humor de mierda y el pegajoso y denso calor no estaba ayudando en mejorarlo. De repente sintió unos dedos fríos y delgados cubrir sus ojos desde detrás y soltó un bufido.

-¿Qué cojones…? –Gruñó y el aroma familiar a perfume de mujer y lima, delató a la persona a su espalda- Eleanor, quita las manos. –Volvió a gruñir esta vez de forma impaciente, mientras giraba el rostro hacia ella y se deshacía de sus manos, casi con asco- ¿Qué es lo que quieres?

Ella hizo un lindo puchero, acomodando su largo y ondulado cabello hacia uno de sus delgados hombros.

-No seas aguafiestas Tommo, Damon me envía, así que relájate. –La muchacha le guiñó un ojo de forma seductora y añadió- Dice que esta noche serás tú quien guíe la manada.

-¿Qué? ¿Por qué? –Preguntó Louis con el ceño fruncido con obvia desconfianza.

Damon Olathe era el líder de la manada por sangre y nacimiento. La familia Olathe era antigua y hasta donde se sabe, los líderes más importantes fueron nativos americanos. En realidad la mayoría de las familias de licántropos eran descendientes de nativos americanos. Lo que era diferente en Louis, que solo podía seguir el rastro de su herencia puramente inglesa hasta Doncaster en Inglaterra. Él jamás llegaría a ser un líder por eso, pero era el segundo al mando y el más cercano a Damon.

-¿Y yo que coño sé? –dijo la morena con fastidio, mientras examinaba sus perfectas uñas en laca roja y se encogía de hombros.- Dijo que estaba ocupado, asuntos familiares, no dijo mucho más.

Louis había tragado suficiente mierda por ser el único de pelo castaño casi rubio, de ojos azules y definitivamente no-nativo entre los lobos de la manada. Había tenido suficiente de esa mierda para aprender a que no le afecte, pero no le gustaba nada el hecho de que Damon hubiera enviado a Eleanor para informarle de que el plan de la noche cambiaba, en lugar de decírselo directamente a Louis. Le dio a la chica una dura mirada.

-¿Y porqué envía a una pequeña perra como tú? ¿Huh?

La cara de la muchacha se tornó algo roja al escuchar el insulto de Louis.

-Será porque soy su pareja desde hace una par de semanas. –Eleanor se acercó, mirando fijamente a las orbes azules de Louis y una sonrisa de suficiencia se formó en sus labios- Esta pequeña perra te hizo correr tan duro que toda la manada pudo oírte en aquel antro de mierda con la música a tope… ¿Lo recuerdas, Tommo?

-Oh, por dios, Eleanor, sabes que no fue así de ninguna de las maneras y daría un brazo por poder olvidarlo para siempre. –Casi escupió con asco al recordar aquella borrachera que le había costado una resaca de mil demonios y por si no fuera poco despertarse con una Eleanor desaliñada, desnuda y satisfecha envuelta entre las sábanas de una de las habitaciones de aquella cochambrosa choza. No se acordaba de mucho, solo quería bajar el calentón y lo hizo con Eleanor tan rápido como pudo y aunque tenía protección ni siquiera quiso correrse dentro. ¿Qué si se quedaba embarazada? Por mínima que fuera aquella posibilidad, no quería bajo ningún concepto que ningún niño tuviera a Eleanor como madre. La muchacha puso los ojos en blanco e ignoró el comentario del lobo.

-Bueno, yo no lo he olvidado… -Musitó con voz suave, acercándose más al cuerpo de Louis, pegándose a este sin apartar la mirada de sus ojos y lentamente palpó su entrepierna sobre los jeans holgados que él vestía. – ¿No quieres compartirme? Hoy puedes tenerme toda para ti… incluso puedes follarme en tu forma de lobo, si quieres. Me gusta la sensación del pelo cuando hay luna llena.

Louis empujó su mano, alejándola con repulsión.

-No, gracias, prefiero pasar. –dijo, pasando una pierna sobre el asiento de cuero, subiéndose a su moto, sin intención de seguir prestándole atención a aquella pequeña y pérfida víbora.

Los ojos marrones de Eleanor, brillaron con ira por el rechazo de Louis.

-¿Que problema tienes? ¿Los coños no son tu tipo? –Sus delicados rasgos eran una máscara de furia y a cada palabra que salía de su boquita de piñón, el volumen aumentaba.

-Simplemente no me gusta follar con putas como tú.

-Eres un imbécil –Escupió ella obviamente enojada de ser rechazada e insultada de nuevo y es que no era la primera vez. Después de la fiesta en la choza, había hecho lo posible por ignorar a Eleanor y evitar cualquier tipo de contacto fuera de lo estrictamente necesario. Él tuvo parte de culpa por supuesto, y es cierto que llegó al orgasmo, pero se sintió realmente asqueado y enojado consigo mismo y con ella. Toda la movida del rechazo y los insultos, terminaron por dañar el estatus de Eleanor en la manada y ella no se lo iba a perdonar pronto, pero a él no le importaba en absoluto.

-Jódete –Dijo Louis sin molestarse en suavizar el desprecio que impregnaba su voz.

Ella era solo otra chica humana que corría con la manada. Como todas, quería ser la elegida por el clan para dar a luz al próximo Olathe, cosa que a Louis no le parecía nada bien, pero a nadie le incomodaba la presencia de Eleanor, que estaba intentando continuamente acostarse con cada lobo que se le pusiera delante para mostrar sus habilidades en la alcoba y así llegar a la cima. Louis no estaba dispuesto a ser otro peldaño más en su escalera.

Eleanor colocó un dedo amenazador frente a su cara.

-Será mejor que cuides tu lengua Tomlinson. Inicié hace poco en el aquelarre del sur, puedo hacer que se te caiga la polla a pedazos con solo pronunciar unas cuantas palabras.

-Sí, claro, estoy temblando. –Louis puso los ojos en blanco y con un movimiento encendió la moto, sintiendo el agradable ronroneo del motor bajo él. Estaba a punto de marcharse pero ella le tomó del brazo.

-Sé muy bien porqué no me quieres en tu cama… -Eleanor se acercó a su oído y Louis podía sentir su aliento gélido sobre la piel y eso le hizo estremecerse. Había algo… mal con ella.- Es por la misma razón que no te interesa ninguna. Puedo ver claramente lo que deseas y lo que no… -Hizo una pequeña pausa en la que rozó la oreja del oji-azul con los labios, haciendo aquella conversación mucho más privada e intima- Sé lo que eres… Eres un puto maricón, Tomlinson.

Louis supo guardar la calma, había lobos vagando por la zona y no quería llamar la atención, solo bajó la vista a la mano de Eleanor que ya clavaba las uñas en su brazo y la subió de nuevo para encontrarse con sus ojos marrones. Estaba muy tenso y alterado, pero no lo demostró, o al menos lo intentaba.

-Te lo diré solo una vez, quita tu puta mano de encima, si no quieres perder el brazo entero. –Su tono era firme, mas no alto, pero amenazante.

-No te tengo miedo. –Y en lugar de hacer lo que se le decía, hizo el agarre más fuerte.

Louis gruñó desde lo más profundo de su pecho y sus ojos azules turquesa se tornaron de un dorado lobo, para darle más dramatismo.

-Sé que no le pegarías a una mujer. –Dijo la morena sin duda en la voz, pero Louis pudo ver la intranquilidad en esos ojos venenosos.

La paciencia de Louis tenía un límite y Eleanor iba a sobrepasarlo. Él volvió a gruñir y esta vez hizo ademán de levantarse de la moto con un gesto brusco, la morena se sobresaltó asustada y le soltó.

-Mejor lárgate y busca a Logan para que juegue contigo –dijo de nuevo con ese tono de desprecio en la voz –Oí que tiene los estándares mucho más bajos que yo.

Logan Olathe, primo hermano de Damon. Estaba muy por debajo de Louis en la estructura de la manada. Un Beta que quería ser Alfa, pero no servía ni para estar donde estaba. Solo por llevar el apellido Olathe tenía un estatus más alto del que debería.

Eleanor hizo un sonido de ira con la nariz, casi como el de un gato cuando le pisan la cola.

-Ve tu mismo a preguntarle a Damon porqué tendrás que guiar la manada esta noche, y aprovecha para peguntarle también porqué dejó entrar a un marica como tú en la manada del clan Olathe.

Louis debería haberse levantado de la moto y abofetearla para que cerrara la puta boca de una vez, pero ella tenía razón, el no le ponía la mano encima a ninguna mujer sin importar lo mucho que se lo mereciera. Su madrastra Johanna lo había criado con mucho respeto.

-Que te jodan Eleanor, o mejor, ve a que Logan lo haga, si no le da miedo que le muerdas la polla.

Los ojos de la morena brillaron con odio.

-Vete a la mierda, gilipollas. –Escupió.

-Sí, prefiero irme a la mierda que estar un segundo más aguantándote. –Louis le dio un bufido de disgusto y algunos de los lobos que estaban por ahí se rieron, para mayor vergüenza de la muchacha. Eleanor abrió la boca como si fuera a decir algo más, pero Louis había tenido suficiente de esa mierda por esa noche y arrancó la moto, marchándose sin más dejando a la chica con la palabra en la boca, roja de rabia.

Después de 10 minutos de búsqueda, encontró por fin a Damon, tomando un descanso, tendido en el césped bajo un árbol, cerca del final del parque. Abrió los ojos al escuchar el ruido del motor y miró a Louis sonriendo al instante. Se incorporó con gracilidad y se acercó al oji-azul mientras se bajaba de la moto y no tardó demasiado en atraerlo en un cálido abrazo.

-Hey Tommo. ¿Qué haces por aquí? –dijo Damon palmeando la espalda del muchacho en cuestión.

Louis se sintió un poco incómodo dentro del abrazo y tras corresponderlo no dudó en separarse de forma sutil. Damon era bastante más corpulento que él. Su pecho y sus hombros eran amplios y su piel mucho más tostada, lucía una cabellera negra y un perfecto cuerpo tonificado que rayaba la ilegalidad.

-Venía a hacerte una pregunta.- Damon suspiró ante el tono serio de Louis y se cruzó de brazos de pie frente a él, luciendo imponente, como un verdadero líder.

-Escúpelo.

-¿Por qué has cambiado los planes de un momento a otro? Eleanor vino a decirme que quieres que tome tu lugar esta noche.

-Ah sí… Lo siento por eso. –Damon relajó la postura y se encogió de hombros, haciendo una ligera mueca en lo que se acercaba a Louis de nuevo para rodear sus hombros con un brazo y guiarle de vuelta al árbol. Louis lo observó meter su mano libre al bolsillo y sacar un paquete de tabaco. – ¿Quieres? –Le ofreció, volviendo la vista a él.

Louis asintió, alargando la mano para tomar un cigarrillo, estrechándose en el abrazo levemente, sacando su propio encendedor. Podía notar el calor de la piel desnuda de Damon contra la suya y su aroma a loción para después del afeitado y suave canela.

-Entonces… -Continuó Louis, haciendo un esfuerzo por no pensar en la piel de su amigo sobre la suya, fumando despacio. Se aclaró la garganta y agachó la mirada al césped, mientras daban lentos pasos y Damon se llevaba un cigarrillo entre los labios. -¿Qué es tan importante para que no puedas correr con la manada?

Los dedos de Damon manipularon un encendedor dorado casi con cuidado y tras encender el cigarrillo, dio una larga calada antes de contestar.

-Asuntos del clan… ya sabes… Mi tío Evan está en la ciudad y quiere reunirse con mi padre y conmigo. Así que tendré que correr con los viejos lobos esta noche. –Louis hacía lo posible por enterarse de lo que decía, estaba perdido en los adorables gestos que Damon hacía al hablar mientras dejaba escapar el suave y amargo humo del cigarrillo por la nariz.

Cuando el muchacho giró el rostro para mirarlo de vuelta, rápidamente apartó la vista, saliendo de esa espesa nube en la que permanecía demasiado últimamente, y logró construir una frase sin levantar sospechas.

-Que mala suerte tío… ¿Quieres que vaya y me quede cerca? Puedes tener problemas. –Dijo Louis, caminando lejos del abrazo de Damon, para sentarse en el lugar que antes ocupaba este bajo el árbol.

El tío de Damon era uno de los lobos más conocidos y respetados del sur del país, más que su padre y que él por supuesto. Y cuando venía de visita solían formarse grandes disputas por el liderazgo.

-Nah, no hay porque preocuparse. Solo son los viejos lobos intentando controlar la locura en esta nueva generación de jóvenes cachorros. Pero de todas formas gracias Louis.

Damon se dejó caer perezosamente a su lado, colocando la mano sobre el muslo de Louis, dándole un cariñoso apretón.

-No hay porqué darlas… -musitó Louis, apagando el cigarrillo contra el césped, hastiado, aunque lo acababa de encender, no había nada que pudiera relajarlo, cuando Damon actuaba así. Solo se centraba en alejar cualquier pensamiento incorrecto hacia su mejor amigo y líder de la manada. –Mientras estés seguro.

-Hey sabes que te diría si me meto en problemas. ¿Cuánto tiempo hemos estado juntos? ¿Eh?

Damon le dio un leve codazo en el costado, mirándolo serio, pero con una sonrisa picando en la comisura de sus labios. Louis sonrió sin poder evitarlo ante el recuerdo.

-Desde quinto grado, cuando aquel gilipollas de Jimmy trató de derribarme en clase de gimnasia y me ayudaste a patearle el culo.

Quinto grado había sido el año en que su padre había decidido que su taller de motos ‘’Chop Shop’’ estaría mejor en Miami que en Londres y terminaron mudándose al centro de la pequeña habana, donde hasta los letreros de las tiendas estaban escritos en español.

En ese entonces era el simple Louis Tomlinson que estaba perdido en aquella ciudad, antes de conocer a Damon, antes de que le ayudara con aquel matón que le atosigaba por ser extranjero. Después de aquello, Damon le tomó bajo su ala, le enseñó algo de español y le ayudó a encajar, aunque eso último no lo consiguió del todo. Cuando ambos alcanzaron la mayoría de edad, incluso apoyó a Louis a entrar en la manada, los otros lobos estaban totalmente en contra por su falta de raíces nativas. Louis tuvo que hacerse un hueco luchando contra tres de los lobos mas grandes y fuertes de la manada hasta terminar sangrando, lleno de heridas y moretones en cada centímetro de su cuerpo, pero había valido la pena, cada costilla rota y cada ojo morado y sabe muy bien que lo haría de nuevo si tuviera que hacerlo, solo para admirar de nuevo el orgullo en los ojos de Damon. Lo haría de nuevo solo por él.

-Cierto… desde quinto grado y sigues cuidándome las espaldas.-le sonrió Damon, inclinándose a dejar un pequeño beso en la cabeza de Louis.

Damon era bastante más alto, pero a Louis la diferencia de estatura no le molestaba en absoluto. Ya estaba acostumbrado a ser de los pequeños y si había gente que lo subestimaba por eso, siempre terminaban lamentándolo.

-Siempre a tu espalda, D. –Dijo Louis devolviéndole un afectuoso codazo en el costado, mirando a Damon a los ojos, eran tan negros como su cabello y difíciles de leer, pero justo en ese momento parecía en calma y relajado, por lo menos para Louis. Damon sonrió de nuevo enseñando una perfecta hilera de dientes blancos como perlas. Hubo un momento de silencio en el que los dos observaron el parque, bañado por la tenue luz blanca de la luna llena. Damon suspiró relajado y sacó de su bolsillo contrario otro cigarrillo, solo que esta vez no era un cigarrillo normal. Lo encendió con tranquilidad, dando una calada lenta, frunciendo un poco el ceño con los ojos cerrados mientras exhalaba el humo despacio, disfrutándolo. El aroma dulzón del cannabis inundó las fosas nasales del lobo castaño que suspiró con nostalgia y pronto tenía los orbes oscuros del alfa sobre él.

-Apóyate en el árbol. –Le señaló Damon, haciéndole un gesto con la cabeza.

Louis lo miró extrañado unos segundos, pero terminó por hacer lo que le dijo y se acomodó sentado con la espalda contra el árbol. La áspera corteza picaba en su espalda desnuda, pero ¿Qué importaba? Tenía a su mejor amigo que se veía increíblemente atractivo bajo la tenue luz de la luna, mirándole con sus penetrantes ojos negros mientras daba una calada más profunda. El corazón de Louis se aceleró mientras Damon se inclinaba hacia él reteniendo el humo en sus pulmones. Con un suave gesto abrió la boca de Louis y acercó los labios a los suyos. El castaño ya estaba al borde del colapso emocional y al del paro cardiaco, entonces comprendió lo que su compañero intentaba hacer. Damon lentamente exhalo el humo en la boca de Louis y este lo respiró hambriento, inhalando con gusto el humo enlazado con el aliento de Damon, con los ojos cerrados fuertemente. Podía sentir sus labios muy cerca, solo el grosor de un cabello los separaba. El calor de su pecho, el picante aroma a canela de su piel e incluso el palpitar se su corazón, inundaban los sentidos de Louis. Se imaginó a si mismo acortando esa pequeña distancia, una fracción de centímetro, para sellar sus bocas en el mejor beso de su vida. Se preguntaba si Damon sabría tan bien como olía, también se preguntaba si lo mataría allí mismo o si dejaría que la manda se encargara de él.

‘’Deja de pensar en eso’’ ordenó una vocecilla en su cabeza e hizo lo posible por empujar sus emociones muy dentro de si mismo y poder mantener sus sentimientos en línea.

Él sabía que eso estaba mal, que no debería sentirse así por otro chico y mucho menos por el líder de la manada, si alguien llegaba a enterarse, su propio padre, Damon y toda la manada se lo rifarían para matarlo de la peor manera posible. Y es que ser gay en esa zona de Miami y siendo un licántropo era la peor vergüenza. Entonces ¿Por qué no podía hacer nada para evitar sus impulsivos sentimientos? Él sabía muy bien la respuesta, oh joder que si la sabía, pero no estaba dispuesto a admitírselo a si mismo aún.

Después de lo que le pareció una eternidad, Damon se separó algunos centímetros.

-Hey… -susurró el moreno para llamar su atención. Louis abrió los ojos, con un suave mareo por la droga en su sistema o por la intensidad de sus emociones, no lo sabía bien, y se encontró con un Damon que lo miraba con intensidad.

-¿Sí?.. –Alcanzó a musitar el oji-azul, luego de aclararse la garganta.

-¿Sigues conmigo?... A veces es como si estuvieras muy lejos… como si tu cabeza estuviera en otro lado y toda esa mierda… Tienes los ojos vidriosos. –Dijo alzando la mano para trazar una línea con el pulgar bajo el ojo derecho de Louis, con una suavidad que le hizo erizar la piel.

-Sí… bueno. –balbuceó, mientras intentaba en vano no estremecerse bajo su ligero toque. Dios, Damon siempre hacía ese tipo de mierda, a veces Louis se preguntaba si él estaba al tanto de cómo le afectaba y rogaba a los dioses que no fuera así.

-¿Tienes frío Lou? –Había un tinte de diversión en su voz y en su pícara sonrisa que le confirmó a Louis que Damon sabía perfectamente lo que estaba haciendo y no iba a detenerse pronto. Louis le había visto flirtear así con muchachas que llegaban nuevas a la manada. Siempre hablaba con voz seductora y suave y las dejaba rendidas a sus pies con ligeros toques que parecían prometer demasiado. Louis podría estar tras de él como un perro, jadeando por una pequeña caricia como aquella o algo más, un beso quizás. Era tan malditamente cruel, pero Louis no podía evitar sentir lo que sentía y evadir esas pequeñas caricias. Al menos Damon nunca lo trató de esa forma frente a otros lobos, lo mantenía siempre como algo privado entre ambos… lo que lo hacía, en cierta forma, aún peor.

Pasaron los siguientes 15 minutos, compartiendo el porro y hablando de banalidades entre pequeñas bromas sobre mudar el pelo. De repente la conversación dio un giro inesperado y Louis no se sentía nada cómodo cuando Damon, soltó aquella frase, sin más.

-Necesito follar. –Dijo Damon con un suspiro de resignación y Louis se tensó a su lado, nervioso, a punto de vomitar el corazón, mientras el moreno daba la última calada y apagaba la colilla contra el césped- En serio tío, necesito un polvo… Casi termino follándome a esa perra de Eleanor… ugh, está muy pesada, le tiré los trastos un poco y ya va diciendo por ahí que somos pareja y no sé que más mierda.

Louis trató de reírse con ganas para relajar un poco su propia tensión.

-Mejor ni lo intentes, esa mujer da miedo de verdad.

-Por eso dije casi. –La risa del moreno llenó los oídos de Louis y este juraría que no había en el mundo nada más agradable.

El silencio se instauró de nuevo entre ambos y Damon dejó caer la cabeza hacia atrás contra el tronco, cerrando los ojos.

-Lou…

‘’Oh-oh’’ Que le llamara por aquel apodo cariñoso no significaba nada bueno.

-¿..Sí?

-¿Recuerdas cuando teníamos 16 y solíamos masturbarnos juntos?

‘’Oh, mierda’’ Era imposible que Louis olvidara aquello. Esas sesiones secretas con su mejor amigo le habían proveído de suficiente material para tener fantasías por años.

-No… Bueno, sí, tal vez. Supongo. –Louis ya tenía un nudo en la garganta de puros nervios. Quería salir corriendo de allí, pero la otra parte de él, esa que se empeñaba tanto en ignorar, quería bajarle los pantalones allí mismo y hacerle la mamada de su vida y enredar la lengua en… ‘’¡Basta!’’

-Hagámoslo… Hagámonos una paja, como en los viejos tiempos…

Louis pudo apreciar como Damon se acariciaba con suavidad sobre la tela del pantalón, su corazón estaba amenazando con salir corriendo de su pecho.

-No sé, D…. –Louis frunció el ceño, apartando la mirada, moviéndose en su sitio ligeramente, para hacer su erección menos obvia.

-Vamos Lou, no quiero estar con la familia mientras paseo por ahí con una erección doliendo en los pantalones. –Damon le miró suplicante. ‘’Sé que no puedes rechazarme’’ Dijo con sus oscuros ojos. ‘’No puedes decirme que no, nunca me has dicho que no’’ Quizá solo era la desbordante imaginación de Louis.

Era cierto, él jamás le diría que no, pero tenía miedo esta vez, no quería hacerlo ahora. No quería que su mejor amigo viera lo duro que estaba. Lo mucho que le afectaba estar cerca de él. ¿Cómo podría explicar su rabiosa erección? ¿Cómo podría mantener el hambre enterrado en su interior, el fuego que estaba amenazando con salirse de control, mantener la calma, cuando tenía la tentación al alcance de la mano?

Gracias a esas misteriosas fuerzas de la suerte y la casualidad, fue salvado de aquel dilema gracias al grito de otro lobo en la lejanía.

-¡Vampiros! ¡Hay un grupo entre los árboles!

Louis y Damon se pusieron de pie inmediatamente, en alerta. Además de la protección que le daban a los distintos aquelarres, matar vampiros era la principal ocupación de la manada. Los vampiros solo eran sucias sanguijuelas, escoria no-natural, no-muertos hijos de perra que no merecían caminar sobre la faz de la tierra, incluso si solo lo hacían durante la noche. Pero lo peor acerca de ellos era su fluida sexualidad, que era profundamente ofensiva para los licántropos. No solían tener una pareja de por vida, los vampiros intentaban lo que fuera con quien fuera, sin importar el género.

-Será mejor que vayamos a ver que ocurre. –Dijo Damon volviendo a su tono serio de macho alfa. Comenzó a caminar sin prisa hacia el origen de aquel grito y Louis lo siguió, aunque estaba agradecido por la interrupción, también se sentía algo decepcionado.

Cuando llegaron al centro de la conmoción, Logan estaba intentando en vano, calmar a los lobos y lograr su atención.

-Hey, chicos… vamos. –Seguía repitiendo, pero su aflautada voz se perdía entre los gritos de excitación de la manada.

Damon se detuvo casi a un metro de los lobos y nadie lo notó, ni a Louis. Miró a su primo negando con la cabeza, que no paraba con su inútil intento.

-No sirve para nada. –Suspiro, pasándose la mano por el rostro para luego dirigirse a Louis. –Llama su atención ¿Quieres?

Louis asintió y se dirigió directamente al corazón de la manada. Los lobos se volvieron hacia él una vez lo notaron e ignoraron a Logan que estaba a su derecha. Esperó unos segundos hasta que cada uno de los licántropos tenía la vista puesta en él, fue entonces cuando habló con voz alta y clara.

-Escuchen, cállense de una jodida vez. El Alfa tiene algo que decirles.

-Gracias Tommo. –Damon se acercó y los lobos se separaron dejándole paso ‘’Como el mar rojo ante moisés’’. Pensó Louis con una mezcla de admiración y resentimiento. –Bien ¿Quién vio a los vampiros?

Logan se acercó a Damon demasiado seguro de si mismo.

-Ronald lo hizo, vino corriendo y dijo…

-Sí, sí, oí perfectamente lo que gritó. –Le interrumpió Damon, pasando la mirada por encima de su primo como si no estuviera ahí.- ¿Donde está Ronald?

-Aquí Alfa.-Se hizo presente el lobo, abriéndose paso entre los demás para llegar a Damon. El pobre muchacho era todo huesos y poco músculo, casi tropieza varias veces en el recorrido. A pesar de su horrible aspecto, cuando se transformaba era uno de los lobos más rápidos de la manada. –Estaba olfateando en busca de presas y los olí cerca del centro del parque, entre los árboles.

-Bien. –Suspiró Damon, se veía aburrido y un poco enojado. –Dale a Tommo los detalles, estará a cargo esta noche.

-¿Qué? ¿Por qué él? –Logan dio un paso al frente haciéndose notar, con sus ojos oscuros llenos de ira. Tenía casi la misma apariencia de Damon, si no fuera por sus kilos de más y su nariz torcida y su obvia falta de carisma. Jamás llegaría a ser líder de la manada y todo el mundo lo sabía. Todo el mundo excepto Logan.

Damon le lanzó una desdeñosa mirada y casi gruñó al hablar.

-¿Por qué crees, imbécil? Tommo es el segundo lobo en la manda y como tal, si no estoy aquí, él se hace cargo. Tan simple como eso.

-Pero Ronald me informó a mi primero. –Dijo cual niño con la mandíbula tensa por la rabia.

-Informó a toda la puta manada, porque no se le ocurrió nada mejor que pegar un alarido. Tommo y yo pudimos oírle a un kilómetro de distancia. Tendremos suerte si el grupo entero de sanguijuelas no se ha esfumado ya, para cuando tú, maldito gilipollas empieces la caza. –Los ojos de Damon se tornaron rojos unos segundos, antes de respirar con profundad y recuperar la calma para dirigirse a Louis.- ¿Listo para Salir?

-Siempre listo, líder. –Dijo Louis ignorando la mirada de candente odio que Logan le profesaba.

Louis sabía perfectamente lo que Logan pensaba. Por virtud de su sangre, debería ser él el segundo lobo en la manada ‘’Pero dado que no tengo la más mínima intención de quitarme de tu camino por un tiempo, será mejor que aprendas a lidiar con eso, capullo’’

-Ese es mi chico. –Dijo Damon con una sonrisa, dándole a Louis una palmada cariñosa en el rostro y poco después, lanzó la cabeza hacia atrás, cerrando sus ojos ahora rojos de nuevo, su rostro se transformó en segundos y lanzó un largo aullido al cielo nocturno. La manada hizo lo mismo y regresó el aullido. El vello de la nuca se le erizó ante el sonido que significaba un terrorífico golpe en el frío y muerto corazón de cualquier sanguijuela que fuera lo suficientemente estúpido para adentrarse en el territorio de los licántropos.

Louis hizo lo propio y llamó a su lobo interior para aullar como el resto, sintiéndose uno con la manada y sin embargo, diferente a ellos, como siempre. No importaba cuantos años llevara viviendo en Miami o cuan cercano era de Damon. Siempre sintió que no pertenecía a ese lugar, que no era lo suficientemente bueno para estar allí., y no solo porque no era nativo. Siempre que corría con la manada en luna llena se prometía cambiar, arreglarlo. Porque no era la manada la que estaba rota, si no él. Si solo pudiera ser normal.

-Ve a matar a esos putos vampiros. –Rugió Damon, sacándolo de sus pensamientos, apretó el hombro de Louis y se inclinó a musitar en su oído. –Buena suerte Lou.
Louis solo asintió, tomó la delantera, dirigió la manda e hizo su deber.

**************

Y aquí el primer capítulo. Subiré dos más y si recibo comentarios positivos seguiré subiendo :omg:

por **MayGlob** Mar 11 Feb 2014, 1:36 pm

Alexis4Life escribió:Hiii,
Me parese interezan :P
Cosas sobre mi:
-soy de chile
-tengo 15
-soy team louis pasivo/bottom
Siguela pronto :P
Bye

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Yaay yo también soy team Louis bottom *-* es que es tan pequeñito y Harry tan grande :ilusion: btw gracias por el comentario Forever Broken {Larry Stylinson} 837735280

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por **MayGlob** Dom 16 Feb 2014, 2:18 pm

Capítulo 2. El claro.

-En serio Harry… ¿Tienes que salir ahora?
La madre de Harry, una elegante vampira de unos cuatrocientos años más o menos, (Aunque ella no admitiría más de trescientos) le dio otra calada a su delgado cigarrillo, mientras le miraba con desinterés. Harry suspiró pasando su mano a través de sus rizos desordenados.

-Sí, madre, debo salir. –Dijo cortante. ‘’Si no salgo, acabaré por volverme loco’’, pensó. Se sentía miserable desde que su familia había decidido mudarse desde Paris y aquellas salidas eran lo único que le relajaban un poco.

-Se cuidadoso. –Dijo Celeste, la mejor amiga de su madre que estaba de visita en ‘’La gran salvaje tierra de América’’ como la llamaba su padre. –He oído cosas horribles acerca de las manadas de lobos de los alrededores. Alguien me comentó que son bastante violentos con los de nuestro tipo.

-Gracias por tu consideración, Celeste, pero ya soy lo suficientemente mayor para cuidar de mi mismo.

Harry acababa de cumplir ciento ochenta años el mes pasado, por lo que le parecía perfectamente ridículo seguir viviendo con sus padres. Si aún siguieran en Paris, hace mucho que les habría dejado para irse a vivir con su novio Laurent. Pero claro, Laurent era la principal razón por la que sus padres habían insistido en mudar a la familia al otro lado del mundo.

‘’No sé de donde te viene el deplorable gusto por los prostitutos masculinos’’ Había dicho su padre cuando le encontró en la cama con Laurent, alguien de clase social inferior. ‘’El futuro vizconde no debe fraternizar y mucho menos intimar con alguien inferior. Eres libre de tener una pareja humana si lo deseas, pero asegurándote de que él o ella tiene la familia y los ancestros correctos. Tu madre te dará una lista de las personas adecuadas, donantes que desean ser mordidos’’

Por supuesto Harry había rechazado la oferta. No estaba interesado en estúpidos humanos donantes, que se acercaban a él en las elegantes fiestas de la alta sociedad, ofreciendo sus cuellos como pequeñas rameras, con sus verdaderas intenciones escondidas tras risas tontas y coqueteos innecesarios. Laurent podría ser solo un trabajador común, pero era honesto y humilde. Le agradaba Harry por como era como persona, no por su acaudalada cuenta corriente o el titulo nobiliario que heredaría algún día, de hecho ni siquiera sabía que los vampiros existían fuera de las películas de terror. Harry le había mostrado la diferencia y Laurent le mostró otras muchas cosas y la educación de ambos fue plenamente satisfactoria. Aún tenía presente las cosas increíbles que Laurent hacía con la lengua y el cálido y dulce sabor de su sangre…

-¡Cuida tus modales Harry! –La aguda voz de su madre lo sacó de su placentera fantasía y lo trajo de vuelta al presente y a la triste realidad de un golpe. –Discúlpate con Celeste por usar ese tono. –Le ordenó, molesta, sosteniendo el cigarrillo entre sus finos dedos.

-Mis disculpas, madame. –Dijo Harry fríamente dirigiéndose a Celeste.- Solo me refería a mi reciente mayoría de edad y quería recordarle, y a mi madre también, que de echo soy lo suficientemente adulto como para tomar mis propias decisiones. Pero el tono que usé fue poco cortés. Sinceramente le pido que me disculpe.

-Sí, sí, disculpas aceptadas, olvídalo. –Celeste asintió inclinando la cabeza y Harry pudo apreciar cabellos grises en su pelo perfectamente peinado. Era de esperar que ya comenzara a notársele la edad después de varios siglos. Celeste era después de todo una vampira hecha y esa clase de vampiros no Vivian más de 500 años, él era un vampiro de nacimiento como su padre y su madre, de hecho a Celeste la había transformado su madre. Siglos atrás era una simple mujer humana de buena familia que tuvo el privilegio de ser escogida como lazo de sangre de su madre, como una donante. Harry siempre había sospechado que ambas eran pareja, pero su madre jamás lo admitió, ni lo admitiría. Ella había atado a Celeste con su lazo de sangre tanto como pudo, pero el tiempo pasó y medio siglo después el lazo comenzó a debilitarse y no le quedó más remedio que convertirla o perderla.

Lo cierto es que ahora Celeste permanecía en la vida de su madre tan solo como una amiga. Los vampiros no se alimentan el uno del otro y dado que esta práctica y el sexo están atados tan cerca, que uno sin el otro puede ser poco satisfactorio. Generalmente los vampiros solo tienen relaciones para concebir, ese había sido el caso con los padres de Harry. Amos eran vampiros de nacimiento y era obvio que no había mucha atracción física entre ellos, por no decir ninguna...

Su madre había tenido suerte de encontrar una pareja que se convirtiera en su amiga cuando el momento llegara. Pero Harry era un soñador y ansiaba mucho más, quería encontrar un amor inmortal que nunca tuviera que cambiar, un amor tan real y verdadero que el lazo de sangre jamás se debilitaría. Su nana, que le había criado en sus años de infante, le había contado muchas leyendas y entre ellas la que más le gustaba era la de ‘’Le sang du coeur’’, la sangre del corazón, algo así como tu alma gemela pero con mucho más sentido y un significado mucho más grande. Si Harry era honesto consigo mismo, diría que eso era lo que buscaba cuando inició su relación con Laurent. Y por supuesto no fue lo que encontró. Todas las leyendas hablaban de una intensa e inmediata atracción que iniciaba desde el momento que ambas partes se tocaban. Harry no había sentido nada de eso con Laurent, pero aún así disfrutaba de su compañía y no se sentía tan solo y tristemente le extrañaba. Era consciente de que Laurent sin duda ahora mismo, se divertía con otros chicos en la cama que ambos habían compartido, triste pero cierto, era un chico sin ataduras, despreocupado de la vida, esa parte de él le gustaba.

-De cualquier modo. ¿A dónde vas? –Preguntó su madre que lo observaba arreglándose los puños de la americana, asegurándose de que estuvieran pulcramente recogidos.

Su forma de vestir siempre era sencilla pero elegante a la vez y muy cara, hoy tenía previsto fingir que va a una galería de arte, así que escogió una camiseta blanca de cuello en uve, una americana gris, unos pantalones negros ceñidos, que resaltaban sus largas y perfectas piernas, y unas botas de cuero negro.

-Han inaugurado una nueva galería en Biscayne. –Mintió Harry.- Quiero ir para ver si encuentro algo nuevo que sea de mi agrado.

En realidad no iba a ningún lado en particular, solo quería tomar el aire y apreciar la ciudad de noche, alejarse del confinamiento en la casa que sus padres habían comprado en Coconut Grave para sus indefinidas ‘’vacaciones’’ en familia. Aunque la casa de la piscina estaba a parte de la mansión y no le faltaban lujos, aún carecía de privacidad y se sentía agobiado y confinado, y si parecía que iba a la inauguración de una galería de arte, era menos probable que su madre dudara de la historia.

Era una mentira recurrente, Harry incluso había comenzado una pequeña colección de arte moderno a modo de respaldo. A él le importaban poco las piezas que compraba, pero su madre las había colgado y las mostraba a sus invitados en las fiestas. La ‘’colección’’ hacía que ella y su padre sintieran que Harry finalmente había logrado aprender a saborear las cosas buenas de la vida y mantenía la paz en el hogar. Así que el muchacho se apegaba a eso y entre tanto le daba la excusa perfecta para salir.

-¿No es un poco tar…? –Celeste dejó la frase a medias al ver la mirada de súplica en el joven, ella suspiró y rodó los ojos. –Como sea… Ten cuidado, Harry. –Dijo de nuevo. –Mantente alejado de esos perros salvajes.

La madre de Harry de estremeció.

-Será mejor que le hagas caso a Celeste. Esta noche hay Luna llena.

-No te preocupes madre.- Dijo Harry rodando los ojos, dejando a las dos mujeres para dirigirse a la puerta.- Estoy seguro de que lograré esquivarlos.

Una vez fuera, se dirigió directamente al Boulevard Biscayne en caso de que su madre y Celeste estuvieran vigilándole desde la ventana. Podría haberle pedido al chofer de la familia que lo llevara o conducir él mismo el Porsche Boxster Spyder que su padre le había regalado como premio de consolación por haber perdido a Laurent, pero Harry prefirió caminar.

Los olores usuales de una urbe le envolvieron, gasolina, humo del tubo de escape de los coches, desperdicios, sucios humanos sin techo, pero había también otros olores más agradables. El dulce y fuerte perfume de la madre selva, jazmines que florecen al anochecer, el delicado aroma a orquídeas salvajes y el delicioso, y casi demasiado intenso, aroma de la vegetación tropical que le rodea. Era como estar en medio de la jungla en donde la ciudad había crecido y fincado sus raíces. America era un continente maravilloso y salvaje.

Mientras caminaba, el olor tropical pareció envolverle más y más. Harry observó sus alrededores y para su sorpresa, después de todo había acabado en Biscayne. Estaba justo en la entrada del gran parque Bicentennial. Había pasado por allí cientos de veces en el coche y siempre había tenido en mente visitarlo, pero no había tenido la oportunidad.

‘’Bueno, no hay mejor momento que el presente’’

Normalmente él hubiera preferido seguir caminando más por la parte urbana, era más probable encontrar un dulce bocado y un polvo rápido en un club cualquiera del centro, pero ya que la noche anterior se había alimentado y no estaba demasiado sediento, decidió que una caminata entre la vegetación tropical no sonaba nada mal.

La luna llena casi llegaba a la cúspide del cielo nocturno y la luz plateada iluminaba la extenuante vegetación, haciendo de ello una pintoresca y acogedora invitación.

Sin un segundo de vacilación, Harry entró y recorrió silenciosamente el oscuro parque, tocando las hojas de las plantas y la ruda corteza de los árboles, el aire era puro y el aroma tropical inundaba sus sentidos.

Ya casi se encontraba en la parte más profunda del parque, cuando sintió un olor diferente, uno que no provenía de la vegetación. Era el característico olor a caliente pelaje, el picante aroma a lobos. A pesar de las advertencias de Celeste, ese no era un olor que despertara sus alarmas. En Europa hacía mucho tiempo que los vampiros y los licántropos habían formado una alianza, tenían alguna que otra función juntos, manteniendo a los humanos ignorantes de su existencia. Sin embargo eso era lo más cerca que habían logrado mezclarse, los lobos nunca fueron más que simples conocidos, lo que a Harry le parecía una lástima.

Los licántropos tendían a ser de temperamento fuerte y no temían ensuciarse las manos, todo lo contrario a su gente, que eran fríos y discretos y siempre estaban por encima de todo.

El olor seguía fuerte e intenso y podía dar por seguro que había más de uno. Hmm ¿Una manada entera esperando una víctima? Eso era demasiado incluso para Harry con su fuerza y velocidad sobrehumana. Podría vencer un lobo, quizás dos con suerte, si tuviera que pelear, pero no deseaba intentarlo con una manada entera.

Se giró con cautela aun lado de la densa vegetación, moviéndose con sigilo através de los arbustos, caminado hasta un claro donde el olor se hacía más débil. Se detuvo bajo un halo de luz plateada, mirando a lado y lado, y entonces se dio cuenta de que se había perdido ‘’Mierda’’ El olor intenso de la flora del lugar no le dejaba rastrear la salida, estaba a punto de cruzar otros arbustos, cuando lo escuchó. Un largo aullido irrumpió en la calma de la noche, como un solitario sollozo. Su corazón se estremeció dentro de su pecho. Quizás ya era el momento de abandonar el parque a como diera lugar.

-¡En el claro! ¡Hay uno en el claro!

La voz llegó a los oídos de Harry gruesa y salvaje, y la que contestó era incluso peor.

-¡Coged al muerto!

‘’¿El muerto…?... ¡Se refieren a mí!’’

El corazón se le aceleró en el pecho y sus pulmones se llenaban de pánico cada vez que respiraba, reaccionó con rapidez y corrió de nuevo hasta los arbustos. Dudaba mucho que hubiera alguna diferencia si les explicaba a los furiosos lobos que él era un vampiro de nacimiento, no hecho y técnicamente no estaba muerto. Sus pulmones aún respiraban aire y su corazón aún bombeaba sangre al resto de su cuerpo, de hecho, podía sentirlo latir al doble de su ritmo, ahora que era perseguido por lobos coléricos.

Apenas pudo correr unos pasos cuando la manada de licántropos le rodeó. La mayoría aún estaba en su forma humana, otros pocos habían dejado su piel y liberado su bestia interior, esos últimos llegaron enseñando sus afilados dientes mientras gruñían con rabia, el resto permanecían quietos con los ojos fijos en Harry, como esperando el comienzo de algo.

-Hey, sanguijuela. –El alto y fornido de cabello oscuro, avanzó entre los lobos situándose frente a Harry y empujó en el pecho de este. -¿Dónde está el resto de tu grupo? ¿Eh? Si nos lo dices quizás te dejemos ir. Quizás.

Harry miró a los lobos antes de posar la vista en el moreno que estaba frente a él, tomándose unos segundos de calma antes de contestar.

-No hay ningún grupo… Estoy aquí por mi mismo.- Dijo Harry y en cuanto las palabras abandonaron su boca, se maldijo por imbécil. Ahora sabían que estaba solo, sin ningún otro vampiro para respaldarlo. Por suerte o por desgracia, estaba claro que el lobo no le creyó.

-Sí, claro ¿Te crees que soy gilipollas? –Empujó de nuevo en el pecho de Harry con más fuerza que antes, haciéndole tambalearse.- Mirad como va vestido, seguro que hay cientos por ahí para una de esas elegantes fiestas de sanguijuelas.

-¿Un cumpleaños quizás? ¿Cuántos cumple? ¿Un millón de años? –Dijo uno cerca de la posición del que parecía ser el Alfa.

Ese estúpido chiste obtuvo la risa del resto de ellos y la consternación de Harry. Empezaron a acercarse y Harry quería correr, pero estaba atrapado. Si empezaba a luchar lo más probable era que acabara descuartizado y esparcido por toda Miami. Habían 10 lobos humanos aún, y 7 o más en su forma de bestia. Su única oportunidad para salvarse eran las palabras, pero repentinamente tenía la boca seca y un nudo de pánico atascado en la garganta.

-Es un mariquita, míralo, con esos pantalones apretados y esa ropa fina. –Dijo otro de los lobos, observándole con asco y negando con la cabeza.- Un jodido mariposón. –E hizo delicados movimientos con las manos, imitando unas alas y los otros lobos se rieron de nuevo en coro, un profundo y gutural sonido que vibraba en los pechos de cada uno de ellos e hizo que la sangre de Harry se helara.

Para relajar tensiones hizo lo posible por centrar su atención en otra cosa, no pudo evitar fijarse en que la mayoría de ellos solo llevaban shorts de mezclilla holgados o jeans y nada más. Todos tenían el mismo tatuaje en el mismo sito, tendría algo que ver con la manada, su significado no era totalmente claro y no era que él fuera a preguntar.

-Es una pequeña perra buscando sangre fresca y otro enfermo que se la clave ¿No es así? –El lobo de pelo negro le empujó rudamente y Harry dio un par de pasos atrás debido a eso.- ¿Eres un vampiro maricón? –Dijo con tono de burla e ira en la voz y con una sonrisa maliciosa que no prometía nada bueno. Harry resistía con todas sus fuerzas las ganas de golpearlo.

‘’Tranquilo, no debes demostrar temor o ira o saltarán sobre ti en décimas de segundo y te despedazarán’’ Susurró una voz en algún lugar de su embotado cerebro.

-Simplemente estaba paseando por el parque… -Dijo manteniendo el mentón en alto, esperando que su voz no le delatara.- Ni siquiera soy de por aquí. Nos mudamos desde Paris hace un par de meses… Así que los problemas que puedan tener con los vampiros locales no tienen nada que ver conmigo o mi familia.

Desafortunadamente su pequeño discurso solo consiguió enojar aún más a la manada entera.

Los ojos del de pelo negro brillaban dorados, no era el alfa, pero estaba enfadado y gruñía como un animal salvaje.

-Por supuesto que tiene que ver contigo y con todas las putas sanguijuelas que pisan nuestro territorio. –Bufó el lobo.- Mátenlo. –Gruñó.

La respiración de Harry se atascó en la garganta, pero el resto de los lobos no parecía hacer caso y se quedaron en su sitio.

-No sé, Logan…-Un lobo flacucho y desgarbado se hizo notar en el resto y miró a Harry inseguro.- Tommo dijo que no hiciéramos nada hasta que él regresara.

-¡A la mierda lo que diga Tommo! –Miró hacia atrás furioso, gruñendo a la manada- ¿Le van a hacer caso a él o a mí? Hay sangre Olathe en mis venas, no como ese hijo de puta británico.

-Pero él es el segundo lobo, y Damon dijo…

-Damon dijo que yo estaba a cargo esta noche. No tú, Logan, así que aparta tu seboso culo de mi camino de una maldita vez. –Una nueva voz interrumpió el discurso del lobo esquelético. No era para nada profunda áspera y gutural como la de los demás lobos, en cambio sonaba suave, ligeramente aguda y raspada, pero autoritaria. Era casi como miel en los oídos de Harry y no supo bien porqué esa sensación.

Un lobo de cabellos castaños, algo más pequeño que los demás, con un increíble físico, se abría paso entre la manada y Harry pudo apreciar mejor lo diferente que era a los demás. Cabello castaño claro, la forma de su rostro era suave, sus labios finos y de un rosa pálido, su piel, aunque tostada, resaltaba entre los demás por su claridad y sus ojos… sus ojos de un profundo azul casi logran que Harry se atragante con su propia saliva. Había algo que intimidaba en el pequeño y atractivo licántropo, pero había algo más, algo realmente bueno, algo que Harry podría reconocer…

-Solo estoy haciendo lo que Damon ordenó. –Bufó el moreno que respondía al nombre de Logan.- Dijo que matáramos a los vampiros y voy a matar a este.

-Ah ¿sí? ¿Y cuando dijo exactamente que tú lo hicieras? Porque creo que me perdí esa parte de la conversación. –el lobo de ojos azules cruzó los brazos sobre el pecho y levantó las cejas hacia Logan, que solo resopló con ira cerrando la boca al fin.- Las reglas de la manada son claras, Logan, tú no mueves un dedo hasta que yo dé la orden. A menos que quieras desafiarme aquí y ahora.

El semblante del lobo llamado Logan cambió de repente y Harry pudo notar que parecía un perro asustado.

-No, no… tranquilo Tommo. Nadie dijo nada de desafíos. Solo estábamos intentando sacarle un poco de información para encontrar al resto de sanguijuelas. –Dijo el cara dura. ‘’Mentiroso de mierda ¡Iba a matarme!’’- Creímos que por como va vestido, tendría algún tipo de fiesta o eso… Quiero decir… míralo, es un jodido enfermo marica.

-¿Es eso cierto? –Esta vez el pequeño lobo se dirigió directamente a Harry y este se estremeció bajo su escrutadora mirada. Harry hizo su mejor esfuerzo por mantener la vista en el rostro del castaño, en sus orbes azules. Había algo en ellos, más que el malestar y el odio que veía en los otros lobos.

-¿El qué? ¿Qué si voy a ir a una fiesta? No. –Dijo Harry, algo aturdido, pero con seguridad en la voz, decidiendo en el último momento ser sincero sin saber muy bien por qué.- Y respecto a lo otro, sí, soy gay, aunque no sé que tenga que ver mi forma de vestir con mi preferencia sexual.

-¿Ves? Ugh. –Esa declaración pareció encolerizar al lob… a Logan que ahora le miraba incluso con más asco si eso era posible.- Esta pequeña zorra lo acaba de admitir. Que puto asco. Voy a matarlo con mis propias manos.

‘’Pero… ¿¡Qué cojones les pasa a estos lobos!?’’ Pensó en lo que el lobo moreno se adelantaba con un terrible gruñido salvaje, amenazante y Harry no podía hacer nada para salvar su vida. El lobo iba a lanzarse a su cuello pero de repente el oji-azul lo derribó antes de que pudiera desgarrarle la garganta.

-¡PARA, LOGAN! ¡Puto imbécil! No la jodas conmigo.

-¡NO! Ni atrás ni hostias. Voy a matar a ese muerde almohadas de mierda. –Rápidamente se levantó y enseñando su dentadura lobuna, avanzó de nuevo hasta Harry, que híperventilaba en su sitio. Esta vez el pequeño lobo se colocó entre Logan y Harry.

Logan golpeó al oji-azul con una fuerza brutal. Harry pudo escuchar los huesos romperse, el castaño aulló dolorido pero no consiguió ser derribado, solo dio un par de pasos atrás.

Todo se desmadró un poco entonces y los lobos empezaron realmente a golpearse. Harry como acto reflejo alzó el brazo para cubrirse cuando los lobos entre puñetazos se acercaron demasiado. Más por accidente que otra cosa, la palma de su mano rozó la curva de la espalda desnuda del castaño.

Y entonces lo sintió.

Empezó como un hormigueo en la punta de sus dedos y una corriente eléctrica le atravesó el cuerpo, inundándole con una oleada de calor y su corazón casi dolió en el pecho.

‘’Oh Dios mío… ¡Por fin!’’ Murmuró de nuevo una voz en alguna parte de su cabeza. ‘’Es él, Dios mío es él. El único que has estado buscando toda tu vida y resulta ser un hombre lobo’’

El castaño debió haberlo notado también, porque de repente estaba rígido como si le hubieran electrocutado. Se alejó del toque de Harry como si quemara golpeando a Logan en el proceso. Mientras el otro lobo escupía sangre sobre el césped, el oji-azul le miró sobre el hombro con los ojos abiertos en shock, frunciendo el ceño al poco, entrecerrando los ojos ahora confundido.

Harry no estaba seguro de que debería decir acerca de eso y se limitó a mirarle con la misma confusión. El lobo negó levemente y volvió su atención a Logan que maldecía medio tirado en césped.

-¡Que te jodan! –Logró levantarse y se acercó al castaño dándole un empujón que no le hizo ni cosquillas, preparando los puños de nuevo para una pelea.- Me preguntaste si quería un desafío, pues bueno, quizás lo quiera.

Harry observaba la espalda tensa del pequeño lobo que apretaba los puños intentando controlarse.

-Claro. Y mientras pierdo el tiempo pateando tu seboso culo, el resto de vampiros se largan.

-¡Ja! Ni siquiera sabemos si tiene un grupo. Solo quieres una excusa para evitar la pelea. –Le acusó Logan y la manada comenzó a murmurar.

El oji-azul frunció el ceño, con los nudillos blancos de la fuerza con la que apretaba las manos. Respiró profundo, controlando el color de sus ojos.

-Bien ¿Quieres un desafío? Desafíame mañana. Ahora tenemos que hacer nuestro puto trabajo y encontrar ese grupo. ¿O te da miedo no poder manejar a más de uno a la vez?

La indecisión bailó en los ojos de Logan por un segundo.

-No le tengo miedo a ningún puto vampiro maricón.

-Demuéstralo. Ve tras ellos. –El castaño señaló al este con un gesto.- Diez de ellos se fueron por allí. Ve, Logan, te estoy dando el mando. Vamos a ver que puedes demostrar cuando la noche termine.

Logan le miró, luego a Harry y de nuevo al oji-azul con suspicacia.

-¿Y que harás tú mientras cazamos al grupo?

-Veré si puedo obtener más información de este. –Dijo el pequeño lobo sin vacilar, haciendo sonar sus nudillos de forma amenazadora y miró a Harry de forma significativa.

-Necesitamos saber cual es su lugar de descanso diurno si queremos acabar con ellos. Id por el resto y dejadme a mí trabajar con este.

Esta vez fue el lobo esquelético el que respondió.

-¿A que estamos esperando? Hay diez sanguijuelas más ahí fuera.

La manada hizo erupción en un coro de aullidos aterradores que helaban la sangre y varios de ellos cambiaron de forma por la excitación. Era un proceso realmente fascinante, uno que Harry jamás había tenido la oportunidad de ver y podría haber prestado más atención si todo su interés no estuviera puesto en cierto lobo castaño de ojos azules.

Ahora que la manada se había ido, era el mejor momento para escapar, pero se quedó quieto en el sitio como si tuviera raíces en ese lugar. No podía irse, no aún, no hasta estar seguro de lo que su corazón le decía era cierto.

Después de asegurarse de que no había nadie y estaban ambos completamente solos, el oji-azul se giró hacia Harry, dejando una prudente distancia entre ambos y le miró a los ojos, aún con confusión en su expresión.

-¿Qué mierda… -comenzó remarcando cada palabra con su dulce voz- … fue eso?

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Forever Broken {Larry Stylinson}

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